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с испанского на все языки

hablar+sin+decir+nada

  • 1 nada

    Del verbo nadar: ( conjugate nadar) \ \
    nada es: \ \
    3ª persona singular (él/ella/usted) presente indicativo
    2ª persona singular (tú) imperativo
    Multiple Entries: nada     nadar
    nada pronombre 1 de nada sirve que le compres libros there's no point in buying him books; antes que or de nada first of all; no quiere nada he doesn't want anything; ¡no sirves para nada! you're useless; sin decir nada without a word
    b) ( en locs)
    nada de nada (fam) not a thing; nada más: no hay nada más there's nothing else; ¿algo más? — nada más anything else? — no, that's it o that's all; nada más fui yo (Méx) I was the only one who went; salí nada más comer I went out right o straight after lunch; sacó (nada más ni) nada menos que el primer puesto she came first no less; para nada: no me gustó para nada I didn't like it at all; por nada: la compraron por nada they bought it for next to nothing; discuten por nada they argue over nothing; llora por nada she cries at the slightest little thing 2 (Esp) ( en tenis) love; ■ adverbio:
    no está nada preocupado he isn't at all o the least bit worried;
    esto no me gusta nada I don't like this at all o (colloq) one bit
    nadar ( conjugate nadar) verbo intransitivo
    a) [persona/pez] to swim;
    ¿sabes nada? can you swim?;
    nada (estilo) mariposa/pecho to do (the) butterfly/breaststroke; nada de espalda or (Méx) de dorso to do (the) back stroke
    b) [ramas/hojas] ( flotar) to float
    c)
    nadar en ( tener mucho): nada en dinero to be rolling in money (colloq);
    el pollo nadaba en grasa the chicken was swimming in grease verbo transitivo to swim
    nada
    I pron
    1 (ninguna cosa) nothing: ¿qué te cuentas?, - nada nuevo, how it's going?, - nothing new (con otro negativo) nothing, not... anything: no hay nada más importante, there is nothing more important
    no tocamos nada, we didn't touch anything
    no lo cambiaría por nada del mundo, I wouldn't change it for anything on earth
    2 (en preguntas) anything: ¿no tienes nada que decir?, don't you have anything to say?
    3 (muy poco) con la niebla no veíamos nada, we couldn't see a thing in the fog
    no fue nada, (herida, golpe) I wasn't hurt (respuesta a una disculpa) it's all right
    4 (en ciertas construcciones) anything
    más que nada, more than anything: me importa más que nada, it means more than anything else to me
    sin decir nada, without saying anything/a word
    II adverbio not at all: no nos aburrimos nada, we weren't bored at all
    no escribe nada mal, he doesn't write at all badly
    III sustantivo femenino nothingness Locuciones: casi nada, almost nothing
    gracias, - de nada, thanks, - don't mention it
    más que nada: te lo digo más que nada para que no vayas a meter la pata, more than anything else I'm telling you so you don't put your foot in it
    nada más: nada más oírlo, as soon as she heard it familiar para nada, not at all
    nadar verbo intransitivo
    1 Dep to swim: no sé nadar, I can't swim
    2 (un objeto) to float
    3 (tener en abundancia) nada en libros, she has a lot of books ' nada' also found in these entries: Spanish: absolutamente - adelantar - adorno - amilanarse - amohinarse - balde - bastante - bregar - cabo - callar - calmarse - cero - ciega - ciego - clara - claro - comecome - como - comparecencia - concreta - concreto - conducir - contra - dar - débil - decir - derecha - desocupada - desocupado - doblar - doblarse - doble - ecuánime - embalarse - envidiar - escaramuza - escarceo - faltar - frescura - ir - gusto - hablar - incumbir - interés - interlunio - jota - jueves - maldita - maldito - más English: all - all right - amusing - antsy - anything - associate - avail - blank - board - breathe - burn - clash - clear - click - come into - contrary - cop - damn - dark - dark horse - dead - depth - dim - dishwater - disorderly - drone - dwindle - earth - earthly - easy - enforce - ever - excuse - first - flair - further - go on - go without - going - good - hand - hang about - hang around - hardly - harm - have - head - home - hot - ill-considered
    ['nɑːdǝ]
    PRON (=nothing) na *

    English-spanish dictionary > nada

  • 2 decir


    decir 1 sustantivo masculino:
    ¿cientos de personas? — bueno, es un decir hundreds of people? — well, figuratively speaking

    decir 2 ( conjugate decir) verbo transitivo 1
    a)palabra/frase/poema to say;
    mentira/verdad to tell; para ejemplos con complemento indirecto ver división 2 ¿eso lo dices por mí? are you referring to me?; ¡no lo dirás en serio! you can't be serious!; dijo que sí con la cabeza he nodded; no se dice `andé', se dice `anduve' it isn't `andé', it's `anduve'; ¡eso no se dice! you mustn't say that!; ¿cómo se dice `amor' en ruso? how do you say `love' in Russian?; ¿lo encontró? — dice que sí/no did he find it? — he says he did/he didn't
    b)
    2 decirle algo a algn to tell sb sth;
    voy a decirle a papá que … I'm going to tell Dad …;
    ¡ya te lo decía yo! I told you so! 3
    a) (expresando órdenes, deseos, advertencias):
    ¡porque lo digo yo! because I say so!;
    harás lo que yo diga you'll do as I say; dice que llames cuando llegues she says (you are) to phone when you get there; dijo que tuviéramos cuidado she said to be careful; diles que empiecen tell them to start; le dije que no lo hiciera I told him not to do it
    b)
    4
    a) (opinar, pensar) to think;
    ¡quién lo hubiera dicho! who would have thought o believed it?; es muy fácil — si tú lo dices … it's very easy — if you say so …
    b) (sugerir, comunicar):
    ¿te dice algo ese nombre? does that name mean anything to you? 5
    querer decir [palabra/persona] to mean;
    ¿qué quieres decir con eso? what do you mean by that? 6 ( en locs) como quien dice so to speak; es decir that is; ¡he dicho! that's that o final!; ni que decir tiene que … it goes without saying that …; ¡no me digas! no!, you're kidding o joking! (colloq); por así decirlo so to speak; el qué dirán (fam) what other people (might) think; ver tb dicho 1
    verbo intransitivo
    papá — dime, hijo dad — yes, son?;
    quería pedirle un favor — usted dirá I wanted to ask you a favor — certainly, go ahead
    b) (Esp) ( al contestar el teléfono): ¿diga? or ¿dígame? hello?
    decirse verbo pronominal
    a) ( refl) to say … to oneself
    b) ( recípr) to say …. to each other;

    decir
    I m (dicho, sentencia) saying: es sólo un decir, it's just a manner of speaking
    II verbo transitivo
    1 to say: está diciendo una mentira/la verdad, she's telling a lie/the truth
    no dijo nada, he said nothing
    2 (con complemento indirecto) to tell: no le dije mi opinión, I didn't tell him my opinion
    les dijo que esperaran un rato, she told them to wait for a while
    3 (opinar, afirmar, proponer) ¿qué me dices de mi nuevo corte de pelo?, what do you think of my new haircut?, te digo que es una extravagancia, I think it's quite weird
    yo digo que vayamos a Cuenca, I suggest going to Cuenca
    4 (suscitar interés, una idea) to mean, appeal: ese libro no me dice nada, that book doesn't appeal to me
    ¿le dice algo esta cara?, does this face mean anything to you?
    5 (mostrar, indicar) to say, show: lo que hizo dice mucho en su favor, what he did says a lot for him
    su cara de decepción lo dice todo, his long face says it all Locuciones: Tel Esp diga o dígame, hello?
    digamos, let's say
    digo yo, in my opinion
    el qué dirán, what people will say
    es decir, that is (to say)
    ni que decir tiene, needless to say
    no decir esta boca es mía, not to say a word
    ¡no me digas!, really!
    por así decirlo, as it were o so to speak
    querer decir, to mean
    ¡y que lo digas!, you bet! ➣ Ver nota en mean ¿To tell o to say?
    Observa que to tell menciona a la persona a la cual va dirigida una frase: Dime tu nombre. Tell me your name. Les dijo que se fueran. He told them to go away.
    Por el contrario, to say se centra en el contenido del mensaje, sin importarnos a quién va dirigido: ¿Qué has dicho? What did you say? Dijo que sí. He said yes. ➣ Ver nota en tell.
    ' decir' also found in these entries: Spanish: A - amén - amohinarse - año - apéndice - atinar - bala - barbaridad - bastante - burrada - callar - chorrada - colmo - comenzar - confiar - cosa - declarar - delirar - descargo - despedirse - dilucidar - disparate - entender - excusada - excusado - flexible - fluir - ir - haber - hablar - holgar - honestamente - hoy - lengua - maravilla - mu - nada - obviedad - pelagatos - pío - precisamente - puño - querer - rezar - restar - rey - saciedad - señor - significar - soltar English: ablaze - abuse - afraid - anything - bid - bite back - blurt out - buzz off - caller - clear off - dash off - devil - dinner - distinctly - drone - enjoy - eventual - ever - few - flatter - flounder - fortune - gasp out - get - get at - go - go on - hand - heart - hotly - i.e. - keep in - know - lip - loss - mean - mention - mildly - mind - miserably - mouth - move - need - needless - neither - no - nonsense - O - occasion - oops!

    English-spanish dictionary > decir

  • 3 hablar


    hablar ( conjugate hablar) verbo intransitivo 1 habla más bajo keep your voice down ( francamente) to speak frankly; un político que habla muy bien a politician who is a very good speaker; hablar por hablar to talk for the sake of it 2 tenemos que hablar we must (have a) talk; hablar con algn to speak o talk to sb; tengo que hablarte or que hablar contigo I need to speak to you o have a word with you; está hablando por teléfono he's on the phone; ¡ni hablar! no way! (colloq), no chance! (colloq)
    dar que hablar to start people talking
    d) ( rumorear):
    se habla de que va a renunciar it is said o rumored that she's going to resign
    ¿con quién hablo? who am I speaking with (AmE) o (BrE) speaking to?
    3
    a) (tratar, referirse a) hablar de algo/algn to talk about sth/sb;
    hablar de negocios to talk (about) o discuss business;
    siempre habla mal de ella he never has a good word to say about her; hablan muy bien de él people speak very highly of him; me ha hablado mucho de ti she's told me a lot about you; en tren sale caro, y no hablemos ya del avión going by train is expensive, and as for flying …; háblame de tus planes tell me about your plans; hablar sobre or acerca de algo to talk about sth háblale de tú use the `tú' form with him
    c) ( anunciar propósito) hablar de hacer algo to talk of doing sth;
    4 (Méx) ( por teléfono) to call, phone verbo transitivo 1 idioma to speak 2 ( tratar): ya lo hablaremos más adelante we'll talk about o discuss that later hablarse verbo pronominal: no se habla con ella he's not speaking o talking to her, he's not on speaking terms with her
    hablar
    I verbo intransitivo
    1 to speak, talk: estaba hablando con Jorge, I was speaking to Jorge
    habla muy mal de su marido, she speaks badly of her husband
    2 (charlar) to talk, chat: le encanta hablar por teléfono, he loves chatting on the phone
    3 (tratar, versar) to talk about: este artículo habla de los extraterrestres, this article deals with aliens
    4 (referirse) no hablaba de ella, I wasn't talking about her
    habla de él como si de un dios se tratara, you would have thought she was talking about a god from the way she spoke about him
    II verbo transitivo
    1 (una lengua) to speak: habla francés, he speaks French
    2 (discutir, tratar) to talk over, discuss: háblalo con tu madre, talk it over with your mother
    no tengo nada que hablar contigo, I've nothing to say to you
    3 (decir) habla maravillas de su nuevo coche, he's raving on about his new car Locuciones: hablar en broma, to be joking familiar ¡mira tú quién fue a hablar!, look who's talking!
    ni hablar, certainly not ' hablar' also found in these entries: Spanish: abominar - acento - alquilar - alta - alto - ancha - ancho - balbucear - broma - caldo - callar - carrete - cascar - cerrada - cerrado - cerrarse - chistar - clara - claro - codo - como - contigo - correr - costar - dar - dejar - deshora - despepitarse - dialéctica - embalarse - en - enrollarse - extenderse - fanfarronear - gachó - gangosa - gangoso - habla - hablarse - impertinencia - imprudencia - íntima - íntimo - maravilla - murmurar - ni - palabra - parar - peluquín - permitir English: about - abruptly - admire - afraid - age - alone - approachable - babble - bitterly - blunt - bone - break off - breath - breathe - captivate - confidence - crack - croak - curt - delegation - directly - discuss - do - dog - drawl - drone - easy - evenly - fear - female - fluent - go on - gush - harp on - hear of - hot air - jabber - jaw - likely - male-dominated - mimic - mouth - mutter - nasally - need - nelly - nice - nonstop - oneself - pipe up

    English-spanish dictionary > hablar

  • 4 waffle

    I
    1. 'wofl verb
    (to talk on and on foolishly, pretending that one knows something which one does not: This lecturer will waffle on for hours.) parlotear, hablar sin decir nada

    2. noun
    (talk of this kind: His speech was pure waffle. He has no idea what he's talking about.)

    II 'wofəl noun
    (a flat cake baked in a special appliance that leaves a pattern of squares on it: Waffles are usually eaten with ice cream, syrup or jam.)

    wafle, waffle m (altavoz) waffle ' waffle' also found in these entries: Spanish: paja - rellena - relleno - wafle English: waffle
    tr['wɒfəl]
    1 SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL familiar (writing) paja; (talk) palabrería
    1 SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL familiar (write) meter mucha paja; (talk) hablar mucho sin decir nada, parlotear
    ————————
    tr['wɒfəl]
    1 SMALLCOOKERY/SMALL gofre nombre masculino
    waffle ['wɑfəl] n
    1) : wafle m
    2)
    waffle iron : waflera f
    n.
    barquillo s.m.
    barquillo plano s.m.
    tortita s.f.

    I 'wɑːfəl, 'wɒfəl
    1) c ( Culin) wafle m (AmL), gofre m (Esp)
    2) u ( nonsense) (BrE pej) palabrería f, palabrerío m; (in essay, exam) paja f (fam)

    II
    intransitive verb (esp BrE) hablar sin decir nada, cantinflear (fam); (in essay, exam) meter paja (fam), payar (RPl)
    ['wɒfl]
    1. N
    1) (Culin) gofre m
    2) * (=talk) palabrería f ; (in essay) paja f
    2.
    VI * (also: waffle on) enrollarse; (in essay) poner mucha paja
    3.
    CPD

    waffle iron Nmolde m para hacer gofres

    * * *

    I ['wɑːfəl, 'wɒfəl]
    1) c ( Culin) wafle m (AmL), gofre m (Esp)
    2) u ( nonsense) (BrE pej) palabrería f, palabrerío m; (in essay, exam) paja f (fam)

    II
    intransitive verb (esp BrE) hablar sin decir nada, cantinflear (fam); (in essay, exam) meter paja (fam), payar (RPl)

    English-spanish dictionary > waffle

  • 5 without

    1) (in the absence of; not having: They went without you; I could not live without him; We cannot survive without water.) sin
    2) (not: He drove away without saying goodbye; You can't walk along this street without meeting someone you know.) sin
    without prep sin
    tr[wɪ'ðaʊt]
    1 sin
    2 architecture fuera de
    1 fuera
    2 sin
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to do without / go without (voluntarily) prescindir de 2 (forcibly) pasarse sin, arreglárselas sin
    without doubt sin duda
    without so much as «+ ger» sin siquiera + inf
    without [wɪð'aʊt, wɪɵ-] adv
    1) outside: fuera
    2)
    to do without : pasar sin algo
    without prep
    1) outside: fuera de
    2) : sin
    without fear: sin temor
    he left without his briefcase: se fue sin su portafolios
    adv.
    fuera adv.
    conj.
    sin que conj.
    prep.
    fuera de prep.
    sin prep.
    wɪð'aʊt

    he left without them/me/you — se fue sin ellos/mí/ti

    without anyone to talk to/anything to do — sin nadie con quien hablar/nada que hacer

    he noticed it without my saying anything — se dio cuenta sin que yo dijera nada; see also do, go without

    [wɪð'aʊt] When without is an element in a phrasal verb, eg do without, go without, look up the verb.
    1. PREP
    1) sin

    without speaking — sin hablar, sin decir nada

    without my noticing it — sin verlo yo, sin que yo lo notase

    2) †† (=outside) fuera de
    2.
    ADV liter fuera
    * * *
    [wɪð'aʊt]

    he left without them/me/you — se fue sin ellos/mí/ti

    without anyone to talk to/anything to do — sin nadie con quien hablar/nada que hacer

    he noticed it without my saying anything — se dio cuenta sin que yo dijera nada; see also do, go without

    English-spanish dictionary > without

  • 6 platt

    plat
    adj
    1) llano, plano
    2) (fig) banal, trivial, insustancial
    Platt [plat]
    <-(s), ohne Plural >
    1 dig (Plattdeutsch) bajo alemán Maskulin
    2 dig regional (Dialekt) dialecto Maskulin
    Adjektiv
    1. [flach] llano ( femenino llana), plano ( femenino plana)
    platt sein (umgangssprachlich & figurativ) quedarse pasmado ( femenino pasmada)
    2. [nichts sagend] huero ( femenino huera), insu(b)stancial
    ————————
    Adverb
    1. [flach]
    2. [nichts sagend]

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > platt

  • 7 word

    wə:d
    1. noun
    1) (the smallest unit of language (whether written, spoken or read).) palabra
    2) (a (brief) conversation: I'd like a (quick) word with you in my office.) palabra
    3) (news: When you get there, send word that you've arrived safely.) noticia
    4) (a solemn promise: He gave her his word that it would never happen again.) palabra

    2. verb
    (to express in written or spoken language: How are you going to word the letter so that it doesn't seem rude?) expresar
    - word processor
    - word processing
    - word-perfect
    - by word of mouth
    - get a word in edgeways
    - in a word
    - keep
    - break one's word
    - take someone at his word
    - take at his word
    - take someone's word for it
    - word for word

    word n palabra
    what's does this word mean? ¿qué significa esta palabra?
    he promised, he gave me his word me lo prometió, me dio su palabra
    I'll have a word with him about it hablaré con él / se lo comentaré
    tr[wɜːd]
    1 (gen) palabra
    he didn't say a word no dijo ni pío, no dijo ni una palabra
    don't breathe a word of this no digas nada de esto, ni palabra de esto
    2 (message, news) noticia
    word came that... llegó noticia (de) que...
    3 (promise) palabra
    5 SMALLLINGUISTICS/SMALL palabra, vocablo, voz nombre femenino
    2 the Word SMALLRELIGION/SMALL el Verbo
    1 (discussion, talk) palabras nombre femenino plural
    1 expresar, formular, redactar
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    from the word go desde el principio
    in a word en una palabra
    in other words o sea, es decir, en otras palabras
    mark my words fíjate en lo que te digo
    not in so many words no exactamente, no directamente, no con esas palabras
    not to have a good word to say for somebody/something no decir absolutamente nada en favor de alguien/algo
    to be as good as one's word cumplir su palabra
    to be the last word in something ser el último grito en algo
    to break/go back on one's word faltar a la palabra
    to have a word with somebody hablar con alguien
    to have somebody's word for it that... tener la palabra de alguien que...
    to have the last word decir la última palabra
    to have words with somebody discutir con alguien, tener unas palabras con alguien
    to keep one's word cumplir su palabra
    not to mince one's words no tener pelos en la lengua
    to put in/say a good word for somebody (intercede) interceder por alguien 2 (recommend) recomendar a alguien
    to put something into words expresar algo con palabras
    to put words in somebody's mouth poner palabras en boca de alguien
    to take somebody at their word cogerle la palabra a alguien/algo
    to take somebody's word for it aceptar lo que alguien le dice, creer a alguien, confiar en la palabra de alguien
    to take the words out of somebody's mouth quitarle la palabra de la boca a alguien
    too... for words de lo más... que hay, indescriptiblemente...
    upon my word! ¡caramba!
    without a word sin decir palabra, sin chistar
    word for word palabra por palabra
    words fail me no sé qué decir, no tengo palabras
    a word of advice un consejo
    a word of warning una advertencia
    word of honour palabra de honor
    word processing procesamiento de textos, tratamiento de textos
    word processor procesador nombre masculino de textos
    word ['wərd] vt
    : expresar, formular, redactar
    word n
    1) : palabra f, vocablo m, voz f
    word for word: palabra por palabra
    in one's own words: en sus propias palabras
    words fail me: me quedo sin habla
    2) remark: palabra f
    by word of mouth: de palabra
    to have a word with: hablar (dos palabras) con
    3) command: orden f
    to give the word: dar la orden
    just say the word: no tienes que decirlo
    4) message, news: noticias fpl
    is there any word from her?: ¿hay noticias de ella?
    to send word: mandar un recado
    5) promise: palabra f
    to keep one's word: cumplir uno su palabra
    6) words npl
    quarrel: palabra f, riña f
    to have words with: tener unas palabras con, reñir con
    7) words npl
    text: letra f (de una canción, etc.)
    v.
    expresar v.
    redactar v.
    n.
    dicción s.f.
    noticias s.f.pl.
    orden s.m.
    palabra s.f.
    palabras mayores s.m.
    verbo s.m.
    vocablo s.m.
    voz s.f.

    I wɜːrd, wɜːd
    1) c (term, expression) palabra f, vocablo m (frml), voz f (frml)

    `greenhouse' is written as one word — `greenhouse' se escribe todo junto

    it's a long o big word — es una palabra difícil

    bad o naughty o rude word — palabrota f, mala palabra f (esp AmL), garabato m (Chi)

    what's the German word for `dog'? — ¿cómo se dice `perro' en alemán?

    what's another word for `holiday'? — dame un sinónimo de `holiday'

    he was... what's the word?... excommunicated — lo... ¿cómo se dice?... lo excomulgaron

    he didn't say so in so many words, but that's what he meant — no lo dijo así or con esas palabras, pero eso es lo que quiso decir

    I have serious doubts about it - in other words you don't trust me — tengo mis serias dudas al respecto - lo que me estás diciendo es que no me tienes confianza

    to have a way with words — tener* mucha labia or facilidad de palabra

    to be lost for wordsno encontrar* palabras, no saber* qué decir

    2) c ( thing said) palabra f

    famous last words! — (set phrase)

    nothing can possibly go wrong -famous last words! — nada puede salir mal -sí, créetelo! (iró)

    without a word of a lie — (BrE) palabra (de honor)!

    by word of mouth: the news spread by word of mouth la noticia se fue transmitiendo or propagando de boca en boca; people got to know about it by word of mouth la gente se enteró porque se corrió la voz; from the word go desde el primer momento or desde el principio, desde el vamos (CS); the last word: to have the last word tener* or decir* la última palabra; the last word in computers la última palabra en computadoras; to eat one's words: I was forced to eat my words me tuve que tragar lo que había dicho; to get a word in edgewise o (BrE) edgeways meter baza, meter la cuchara (fam); to hang on somebody's every word sorber las palabras de alguien; to have a word with somebody about something hablar con alguien de or sobre algo; to have a word in somebody's ear about something (BrE) hablar en privado con alguien de or sobre algo; to have words with somebody tener* unas palabras con alguien; to put in a (good) word for somebody recomendar* a alguien; ( for somebody in trouble) interceder por alguien; to put words into somebody's mouth atribuirle* a alguien algo que no dijo; to take the words out of somebody's mouth quitarle la(s) palabra(s) de la boca a alguien; to waste words gastar saliva; to weigh one's words medir* sus (or mis etc) palabras; there's many a true word spoken in jest! — lo dices en broma, pero...; mince I

    3) ( assurance) (no pl) palabra f

    to keep/give one's word — cumplir/dar* su (or mi etc) palabra

    to break one's word, to go back on one's word faltar a su (or mi etc) palabra; we only have his word for it no tenemos pruebas de ello, solo su palabra; you can take my word for it te lo aseguro; a man of his word un hombre de palabra; to be as good as one's word: he was there all right, as good as his word allí estaba, tal como lo había prometido; to take somebody at her/his word — tomarle la palabra a alguien

    4)
    a) u (news, message)

    she left word with her secretary that... — dejó recado con la secretaria de que..., le dejó dicho a la secretaria que... (CS)

    word has it that... — corre la noticia or el rumor or la voz de que..., dicen que..., se dice que...

    to put the word out o about that... — hacer* correr la voz de que...

    to give the word (to + inf) — dar* la orden (de + inf)

    5) words pl
    a) ( lyrics) letra f
    b) ( Theat)
    6) c ( Comput) palabra f
    7)
    a) ( Bib)
    b) ( Relig)

    the word — el evangelio, la palabra de Dios


    II
    transitive verb \<\<document/letter\>\> redactar; \<\<question\>\> formular
    [wɜːd]
    1. N
    1) (gen) palabra f; (=remark) palabra f; (Ling) voz f, vocablo m

    the words(=lyrics) la letra

    I won't hear a word against him — no permito que se le critique

    a big word *una palabra difícil

    in word and deedde palabra y hecho

    words fail me — no me lo puedo creer

    a man of few words — un hombre nada locuaz

    I can't find (the) words to tell you... — no encuentro palabras para decirte...

    fine words — palabras elocuentes (pero quizá poco sinceras)

    word for word — palabra por palabra

    what's the word for "shop" in Spanish? — ¿cómo se dice "shop" en español?

    silly isn't the word for it — ¡llamarle estúpido es poco!

    I can't get a word out of him — no logro sacarle una palabra

    in a word — en pocas palabras, en una palabra

    in other words — en otros términos, es decir, esto es

    in the words of Calderón — con palabras de Calderón, como dice Calderón

    she didn't say so in so many words — no lo dijo exactamente así, no lo dijo así concretamente

    to have the last word in an argument — decir la última palabra en una discusión

    to measure one's words — medir las palabras

    by word of mouth — verbalmente, de palabra

    a word of advice — un consejo

    I can't put my feelings into words — no tengo palabras para expresar lo que siento

    to put in a (good) word for sb — avalar a algn, interceder por algn

    don't say a word about it — no digas nada de eso

    nobody had a good word to say about him — nadie quería defenderle, nadie habló en su favor

    I now call on Mr Allison to say a few words — ahora le cedo la palabra al Sr. Allison, ahora le invito al Sr. Allison a hacer uso de la palabra

    to weigh one's words — medir las palabras

    with these words, he sat down — y tras pronunciar estas palabras se sentó

    without a word — sin decir palabra or ni pío

    - a word to the wise
    breathe 1., 2), eat 1., edgeways, mince
    2) (=talk)

    to have a word with sb — hablar (dos palabras) con algn, tener unas palabras con algn

    I'll have a word with him about it — lo hablaré con él, se lo mencionaré

    could I have a (short) word with you? — ¿puedo hablar un momento contigo?

    to have a word in sb's ear(Brit) decir algo a algn en confianza

    3) (=angry words)

    to have words with sb — reñir or (esp LAm) pelear(se) con algn

    words passed between them — cambiaron algunas palabras injuriosas

    4) (no pl) (=message) recado m; (=news) noticia f, aviso m

    to bring word of sth to sb — informar a algn de algo

    word came that... — llegó noticia de que..., se supo que...

    if word gets out that... — si sale a la luz que..., si llega a saberse que...

    the word is going round that... — se dice que..., corre la voz de que...

    word has it that..., the word is that... — se dice que...

    to leave word (with/for sb) that... — dejar recado (con/para algn) de que..., dejar dicho (con/para algn) que...

    there's still no word from John — todavía no sabemos nada de John

    pass the word that it's time to go — diles que es hora de marcharnos

    to send word — mandar recado

    to spread the word — propagar la noticia

    5) (no pl) (=promise, assurance) palabra f (de honor)

    it's his word against mine — es su palabra contra la mía

    to take sb at his word — aceptar lo que algn dice

    to break one's word — faltar a or no cumplir la palabra

    to give sb one's word (that...) — dar la palabra a algn (de que...)

    to go back on one's word — faltar a la palabra

    you have my word — tienes mi palabra

    we only have or we've only got her word for it — todo lo que sabemos es lo que ella dice

    to hold or keep sb to his word — hacer que algn cumpla su palabra

    word of honourpalabra f, palabra f de honor

    to keep one's word — cumplir (lo prometido)

    (upon) my word! — ¡caramba!

    he's a man of his word — es hombre de palabra

    I take your word for it — te creo, ¡basta con que me lo digas! *

    - his word is
    - be as good as one's word
    6) (no pl) (=command) orden f

    word of commandvoz f de mando

    7) (Rel) verbo m, palabra f
    2.
    VT [+ letter etc] redactar

    how shall we word it? — ¿cómo lo expresamos?

    3.
    CPD

    word association N — (Psych) asociación f de palabras

    word class Ncategoría f gramatical (de las palabras)

    word count Nrecuento m de vocabulario

    word formation Nformación f de palabras

    word game Njuego m de formación de palabras

    word list Nlista f de palabras, vocabulario m

    word order Norden m de palabras

    word processing Nprocesamiento m de textos

    word processor Nprocesador m de textos

    * * *

    I [wɜːrd, wɜːd]
    1) c (term, expression) palabra f, vocablo m (frml), voz f (frml)

    `greenhouse' is written as one word — `greenhouse' se escribe todo junto

    it's a long o big word — es una palabra difícil

    bad o naughty o rude word — palabrota f, mala palabra f (esp AmL), garabato m (Chi)

    what's the German word for `dog'? — ¿cómo se dice `perro' en alemán?

    what's another word for `holiday'? — dame un sinónimo de `holiday'

    he was... what's the word?... excommunicated — lo... ¿cómo se dice?... lo excomulgaron

    he didn't say so in so many words, but that's what he meant — no lo dijo así or con esas palabras, pero eso es lo que quiso decir

    I have serious doubts about it - in other words you don't trust me — tengo mis serias dudas al respecto - lo que me estás diciendo es que no me tienes confianza

    to have a way with words — tener* mucha labia or facilidad de palabra

    to be lost for wordsno encontrar* palabras, no saber* qué decir

    2) c ( thing said) palabra f

    famous last words! — (set phrase)

    nothing can possibly go wrong -famous last words! — nada puede salir mal -sí, créetelo! (iró)

    without a word of a lie — (BrE) palabra (de honor)!

    by word of mouth: the news spread by word of mouth la noticia se fue transmitiendo or propagando de boca en boca; people got to know about it by word of mouth la gente se enteró porque se corrió la voz; from the word go desde el primer momento or desde el principio, desde el vamos (CS); the last word: to have the last word tener* or decir* la última palabra; the last word in computers la última palabra en computadoras; to eat one's words: I was forced to eat my words me tuve que tragar lo que había dicho; to get a word in edgewise o (BrE) edgeways meter baza, meter la cuchara (fam); to hang on somebody's every word sorber las palabras de alguien; to have a word with somebody about something hablar con alguien de or sobre algo; to have a word in somebody's ear about something (BrE) hablar en privado con alguien de or sobre algo; to have words with somebody tener* unas palabras con alguien; to put in a (good) word for somebody recomendar* a alguien; ( for somebody in trouble) interceder por alguien; to put words into somebody's mouth atribuirle* a alguien algo que no dijo; to take the words out of somebody's mouth quitarle la(s) palabra(s) de la boca a alguien; to waste words gastar saliva; to weigh one's words medir* sus (or mis etc) palabras; there's many a true word spoken in jest! — lo dices en broma, pero...; mince I

    3) ( assurance) (no pl) palabra f

    to keep/give one's word — cumplir/dar* su (or mi etc) palabra

    to break one's word, to go back on one's word faltar a su (or mi etc) palabra; we only have his word for it no tenemos pruebas de ello, solo su palabra; you can take my word for it te lo aseguro; a man of his word un hombre de palabra; to be as good as one's word: he was there all right, as good as his word allí estaba, tal como lo había prometido; to take somebody at her/his word — tomarle la palabra a alguien

    4)
    a) u (news, message)

    she left word with her secretary that... — dejó recado con la secretaria de que..., le dejó dicho a la secretaria que... (CS)

    word has it that... — corre la noticia or el rumor or la voz de que..., dicen que..., se dice que...

    to put the word out o about that... — hacer* correr la voz de que...

    to give the word (to + inf) — dar* la orden (de + inf)

    5) words pl
    a) ( lyrics) letra f
    b) ( Theat)
    6) c ( Comput) palabra f
    7)
    a) ( Bib)
    b) ( Relig)

    the word — el evangelio, la palabra de Dios


    II
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    English-spanish dictionary > word

  • 8 carraca

    Carraca, esta palabra significa comida, condimentos, conquivus, (cacharros, etc.). Cuando íbamos a llindiar el ganáu disdi ‘l albiar el díe fasta que tapecíe, (cuidar el ganado desde el amanecer hasta el oscurecer) llevábamos la carraca nun cabaxín, zurronacu ou cestacu cualquier, (cabás, zurrón o cualquier otro cesto). Les muyeres baxaben al merquéu ya traíen la carraca pa toa la xemana. (Las mujeres bajaban al mercado y compraban si tenían dinero lo que se necesitase en la casa para toda la semana). Carraca tamén lu ye lu que lus vaqueirus chebaban disdi la teixá pal sou cabanu ou corte de la braña, dunde a lu mexor taben un fatáu de díes xin baxar a l'aldina, per ístu llebaben un carracáu de couxes que ñecexitaben. (Carraca también es lo que los vaqueros llevaban desde casa para sus cabañas del puerto, las morteras o los prados, donde a lo mejor estaban unos días sin bajar a la aldea, por esto subían muchas cosas que necesitaban y no todas eran para comer sino que algunas eran simples cacharros, o humildes mantas. Y carraca hermanos míos, era la que hacía mi madre y todas las vindas de los rojos, cuando todas las semanas iban a visitar a sus maridos a la Cárcel Modelo de Oviedo, como por las demás no puedo hablar, porque yo no sé cómo se arreglaban las pobrecitas, aunque me supongo que muchas hasta pidiendo limosna, sí que lo puedo hacer de mi madre, que todos los martes era el día que tenía de comunicación, y ella nunca sabía si le iba encontrar vivo, porque por aquellos tiempos fechus de llágrimes ya xufriencies, tous lus díes na carxel d'Uviéu achuquinaben cambrionáus enteirus de xóvenes astures y'anxina d’ista maneira tan achuquina, encalducá per prexones xin concencia, nin dinidá nin «Xusticia Humana», fexérun bon amagüestu de toes les xuventúes roxes d'Asturies, ya les pouques que nun achuquinarun llantárunlas nus batallones de trabayadores, dunde munchus morrierun achindi fartus de fames, de llatigazus ya vexaciones, ya lus oitres que xuerti tubieren de golguer pa la sou teixá, fexérunlu mamplenáus d'amollexíes que per mor d'echus tamén fatáus morrieron. Falaba you que carraca yera lu que miou má le chevaba ‘l miou pá tous lus martes a la carxel, que you nun séi lu que yera, perque na nuexa teixá nun había esconxolancia de nagua, peru lu que fora écha llantábalu tou nuna fardelaca, ya colaba na xuntura d'oitres muyeres de l'allina camín d'Uviéu tres ou catru gores endenantes qu’almaneciera, pos teníen qu'espatuxar alrreór de cuarenta quilómetrus andandu ya oitres tantus pa la regolguía, pos entoncenes nun valía faer el auto-stop que güéi se fae, perque tous lus cambriones ya coches cuaxi yeren millitares, y'angunus oitres yeren de lus drechistes, ya lus roxus nun teníamus namái que goxetáus mexeries, ya manegáus de miéu ‘l nuexu hermenu ‘l venceor, perque lus nuexus homes morrieran lluchandu nel frinti, ya lus oitres taben arretrigáus per les cárxeles dunde poucu a poucu lus achuquinaben ou lus esclavizaben nus batallones de trabayaóres, anxina yera que tou Asturies taba xemada de viudes, de vieyus ya de guaxiquinus güerfaninus, que tous nuexóitres, viétchus, muyeres ya nenus de lus roxus, díbamus ser esclavizáus inhumanamente baxu 'n enfernal xugu que nun nus dexaba más llibertá que la que nel xuenu cheldábamus. —Ya n'agora vou xebrame del trabayu d'enfilerar pallabres p'encalducalus cuamigu dientru d’ista hestoria dou tán lus raigones ya l'escola de nuexes costumes ya llingua. TRADUCCIÓN.—Por aquellos tiempos hechos de lágrimas y de grandes sufrimientos, todos los días que el Hacedor alumbraba, en la cárcel de Oviedo asesinaban camiones enteros de jóvenes astures, y así de esta manera tan despiadada y asesina, llevada a cabo por personas sin conciencia, ni dignidad ni ninguna clase de «Justicia Humana», llevaron a término casi el total exterminio de las juventudes rojas de Asturias, y las pocas que no asesinaron, las esclavizaron en los famosos batallones de trabajadores, donde muchos allí murieron hartos de hambre, de vejaciones y latigazos, y los pocos que tuvieron la suerte de volver a sus hogares, lo hicieron llenos de enfermedades que por mor de ellas también murieron bastantes. —Decía yo que carraca también era lo que mi madre le llevaba todos los martes a mi padre a la cárcel, que yo no sé lo que pudiera ser, porque en nuestra casa no había ninguna cosa de nada, pero lo que fuese ella lo metía dentro de una saca y marchaba en unión de otras mujeres de la aldea camino de Oviedo tres o cuatro horas antes que amaneciese, pues tenían que caminar alrededor de cuarenta quilómetros y otros tantos de retorno y todos los hacían andando, pues no servía hacer el auto-stop que hoy se hace, porque todos los camiones y coches casi eran militares, y algunos otros que había eran de los derechistas, pues los izquierdistas no teníamos nada más que grandes cantidades de miseria, así como de miedo a nuestro hermano el vencedor que jamás se portó nada bien con nosotros, porque nuestros hombres habían muerto en el frente, y los otros estaban presos en las cárceles, donde poco a poco les iban asesinando, o los esclavizaban en los campos de concentración o batallones de trabajadores, así era que toda Asturias estaba sembrada de viudas, de viejos y de niños huérfanos, que todos nosotros, viejos, mujeres y niños de las izquierdas, íbamos a ser esclavizados inhumanamente bajo el infernal yugo que no nos dejaba más libertad que la que en el sueño hacíamos. Y ahora me voy alejar del trabajo de poner en orden las palabras en este diccionario, para llevarles conmigo a los lugares donde yo he aprendido la dulce lengua de Asturias, que no es otro lugar que la escuela donde vivían las raíces y costumbres de Nuestro Pueblo, pues no se pueden buscar nuestras falancias en ningún otro lugar ni parte. Por esto les digo ahora, que si yo no hubiese vivido tan simple, sencilla, pobre, miserable, esclavizadora y dentro de la más natural de la «RAIZ ANCESTRAL DE ASTURIAS», ni yo ni nadie podría legarle a mi «AMADA ASTURIAS» ni a sus «HIDALGAS GENTES», la documentación pura, natural y sencilla que pueda tener este diccionario, porque desde estas mis simples líneas y mirándome muy mucho de lo que digo, les afirmo que hay muy poco fiable por no decir nada, escrito de nuestras costumbres y lengua. «DIES D’ENFERNU» (DÍAS DE INFIERNO) —Yera you 'n zaragoletu, 'n guaxiquín, un nenacu, 'n rapacín (un niño de unos ocho años), cundu la ñecexidá más prieta me fexera depriender lu que yera ‘l dollor, la xufriencia, l’inxusticia, lu pior qu'el Home pudiés encaldar d'enría lus sous xemexantes, you yera ún de lus miles d'anxelinus de miou Tierra que diba faer arroxaúra nel vivir d’ enfernu que m’aguardaba. Xin, fatáus de güérfanus lu mesmu que you, que güéi nel díe xuntu con nuexes familias, ente fius, ñetus, ya tou ‘l andecháu de parantela xomus más de la metá de les xentes d'Asturias, peru naquechus tempus d'achuquinus ya inxusticies nun yéramus namái qu'unus guaxiquinus dexamparáus de la man del Faidor ya del Home, ya tous noxóitres tubiemus que catanus el xustentu de fatáus de maneires diferientes, la miou per exemplu fó'ísta. COLOCOUME MIOU Má de cabrieru na teixá d'un amu baldrayu y atuñáu, llabascu y'achuquín tan solu per que me diera de comer ya me vistiera dalgu, peru ‘l condenáu matábame de fame, ya la vestimenta que punxu d'enría ‘l miou llombu conxistía nun calzáu que la metá ‘l tempu espatuxaba con las patas arregañás, apaxiétchau con unus fatucus tous esgacicáus que per tous lus lláus diben les mious carnis al entestate, acaniláes per el callor ya ‘l fríu en tou ‘l tempu. —Tenía yo aproximadamente ocho años de edad cuando me asesinaron a mi padre, y me recuerdo con toda exactitud cómo la ley de aquel tiempo llevó a cabo tan imperdonable, deshumanizante y vandálica felonía. —Nuna nuétche (una noche) llegaron a la casa de unos tíos míos que en mi aldea vivían y donde mis padres y yo nos refugiamos al término de la guerra en Asturias cuatro desalmados, cuatro bandoleros, cuatro inmundicias humanas, que escudados tras de sus armas empuñadas, representaban l'enñordiada Lley (LA SUCIA LEY) que en aquellos tiempos a la Justicia traicionaba, cuento yo, que aquellos cuatro merucus (gusanos), atemorizando e insultando a toda mi familia, detuvieron a mi padre, le amarraron como a la bestia que se lleva al matadero y se lo intentaron llevar de la casa, sin que mis tíos, (y la cosa no era para menos), intentasen pronunciar asustados como se encontraban ni la más mínima palabra de súplica o protesta. Pero mi madre no les secundó, sino que bravamente intentó defender al sou home (a su marido) no sólo con la palabra, que mi madre la tenía d'aguxa lu mesmu qu’un bon obreiru (de afilada lo mismo que un buen aguijón), sino que temerariamente se abalanzó sobre ellos y fuele preciso a uno de aquellos cobardes y desalmados representantes de la deshumanizada ley que corría en aquellos tiempos, de propinarle varios golpes con la pistola, dejándola mal herida y ensangrentada, tirada en el suelo con el conocimiento perdido. Mientras que aquellos bandidos, se llevaban a mi padre sin permitirle que de mi se despidiera, y tan solamente le he podido ver por última vez, tres les rexes de la cárxel d'Uvieu 'n die 'ndenantes que l'achuquinaren. (Detrás de las rejas de la cárcel de Oviedo, un día antes de que le asesinasen). Pronto mi madre y yo, llenos de la más desolante de las tristezas, y vestidos con el traje de las más indigentes miserias y pobrezas, nos marchamos de la casa de mis tíos y nos asentamos en la abandonada, vieja y destartalada casa de mi abuela. Y sin muebles, ni nada, los dos juntos, como grandes e indomables luchadores que hemos sido siempre, dimos comienzo sin desfallecer ni un momento, a la dura lucha por la vida, sin que nadie jamás nos ayudara. Empecé a ganarme la vida como pastor, a la corta edad de que cualquier niño sólo pensaría en jugar, comer cuando tuviese hambre y recibir de continuo montones de caricias y de amor, yo sin embargo, a pesar de no poseer nada de todas estas maravillosas cosas, era en extremo a mi manera feliz. Marchaba todas las mañanas con mi ganado al monte, donde permanecía todo el día, tan sólo con la compañía que me brindaba mi fiel y siempre por mí con cariño recordado Pelayu, que era un perro, de una inteligencia y sentimientos, que más bien que un chuchu (perro), parecía aquel singular animal un ser humano. Luego por las tardes, cuando el sol se escondía por detrás de las altas cumbres, retornaba feliz a la aldea, siempre lleno de contentura, cantando las más de las veces, amenizado por el potente tañir del zumbiétchu (cencerro) que llevaba colgado al cuello el semental del rebaño. Una mañana como tantas otras me encaminé con mi rebaño al monte y seria como a la media tarde cuando a la entrada de una cueva que se asentaba en un lugar casi inaccesible me encontré medio enterrado con las piedras y la escasa tierra que hacían la reducida plataforma de la portada de la caverna, un pequeño aro de oro, yo he tenido por así decirlo desde mi infancia la inmensa suerte de poseer una imaginación tan inmensamente dislocada, que por tal solían decirme mis vecinos, que era yo el rey de las mentiras, así como el más hábil inventor de endemoniados cuentos. El caso era, que aquel misterioso anillo abandonado a tan larga distancia de mi aldea y en lugar tan argutosu (estrecho, alto, inaccesible), hiciéronme presto pensar, que aquella joya no había llegado a tal escondrijo por sí sola, sino que desde luego alguien la había traído. En el momento mi imaginación desbordante de una alegría que no encontraba un fin para frenarla, comenzó a fomentar sin el menor titubeo la fantástica idea de que en el interior de aquella caverna debía de encontrarse un tesoro de preciosas joyas y valorativas monedas, y quién le había ocultado sabe Dios cuando, seguramente habría perdido aquel anillo que por casualidad yo encontrara. Así pues, ya firmemente convencido, adentreme temerariamente sin el menor temor por la angosta cueva con las miras de apoderarme de aquella inmensa riqueza que según mi soñativa imaginación me había hecho comprender que en su interior me estaba aguardando. Pero aquel día no conseguí mi feliz propósito, porque era la caverna más larga de lo que había pensado y la oscuridad que en ella reinaba me hacía ciego de toda luz. Senteme en su entrada muy desilusionado al no poder lograr lo que había soñado, pero pronto mi mente empezó a dibujarme mil dispares tesoros, pues por el rastro que descubriera seguramente que dentro de la gruta se hallaría escondida alguna chalga (tesoro) guardado con toda seguridad por una Xana, Xumiciu, Trasgu o Culiebru (dioses de la Mitología asturiana), pues al decir de el abuelo Nicomedes cuando en las largas veladas de los inviernos y sin jamás interrumpirle con grande contentura le escuchábamos las leyendas, cuentos e historias que él lúcida y socarronamente nos contaba, afirmándonos siempre que eran tan ciertos sus relatos, como que todos habíamos nacido para morir. Y cuando hablaba de las chalgas aseguraba que tal o cual vecino, morador de esta o aquella aldea, se había hecho de la noche a la mañana rico al haber encontrado una chalga. También afirmaba poniéndose muy serio alegando unos razonamientos que convencían, que las montañas que rodeaban nuestra aldea había muchas chalgas escondidas, que fueron sepultadas hacía muchos siglos por los invasores moros, que al ser vencidos por los astures y al no poder huir con tan pesados tesoros, los ocultaban en las montañas con las miras de poder regresar algún día a desenterrarlos. Como cuento, yo en aquellos momentos vivía alborozado, sumergido en una disloca alegría al saberme ya dueño de aquella incontable riqueza, haciendo que mis inocentes ojos sonriesen felices inmersos en la imaginativa dicha de poder muy pronto liberar a mi madre de la pobreza y quitarla del agobiador trabajo que faenaba trabajando en los eros de los vecinos de estrella a estrella por un miserable sueldo andechandu (en cuadrilla) todos los días. Y así pensando todas las dichas que mi infantil mente podía imaginar, rodeado por el sepulcral silencio que envolvía la grandiosidad de las montañas, rasgado de vez en cuando por el potente y agudo graznido que desde los peñascos más inaccesibles, o desde los infinitos espacios donde con majestuosidad planeaban, lanzaban las útres (águilas), que con ojos inquisitivos oteaban con hambrientas intenciones los escabrosos riscos y las empinadas fistietchas (pequeños valles encajonados entre las peñas), con la esperanza achuquinante (asesina) de poder atrapar con la rapidez del rayo, algún recental que se hubiese xebrau (apartado) de su madre. También aquel silencio que invitaba a la meditación era con más continuidad cortado, por el dinámico tañir del zumbiétchu (pequeño cencerro) que colgaba del brioso cuello del macho cabrio, conductor y semental del rebaño. Como cuento, allí permanecía ensimismada mi mente en el soñar despierto, fabricando sin trabas de la misma nada, las más disparatadas y fabulosas dichas, que harían la felicidad de mi madre junto con la mía. Llegó casi sin enterarme el atapecer del día (al oscurecer) y fue entonces cuando desperté con prisa del maravilloso soñar donde vivía, y raudo, con agilidad y destreza que hoy al recordarla me causa dicha, reuní en pocos minutos mi rebaño, ayudado con eficacia por Pelayu, mi fiel, obediente, valiente y amaestrado perro, que no le tenía miedo a nada ni a nadie si exceptuamos al siempre mal intencionado y vigoroso macho semental de la reciétcha que yo allindiaba (ganado menudo que yo cuidaba). Y cuando ya el día agonizaba entre las negras vestimentas de la noche, entré en mi aldea conduciendo orgullosamente mi rebaño. A la entrada del pueblo sentado plácidamente fumándose un cigarro, estaba esperándome mi amo preocupado por mi tardanza y acercándose a mí, con palabras desaforadas e insultantes, a la par que me reprendía con dureza, me preguntaba el por qué me había demorado tanto. No recuerdo lo que le contesté, ni la historia que le largué, lo que si sé, que no se creyó de ella nada, pues todas las gentes que me conocían bien sabían, que yo confundía la verdad con la mentira haciendo con entrambas las más inverosímiles y dislocadas historias. Sin embargo, lo que yo sabía muy bien, era que aquel miserable labriego de mi aldea, que tenía la desgracia de cuidarle sus ganados, por la triste desgracia de una comida infame y peor vestimenta, no le incomodaba en absoluto que yo llegase tarde o que me despeñara desde un serapu (peña) y me escontonara la motchera (rompiera la cabeza), lo único que le preocupaba al condenado, era que llegasen a su teixada (casa) sanos y fartus (hartos) todos sus ganados. Al siguiente día bien de mañana como de continuo hacía, con un poco de sabadiegu (chorizo malo) un cantezu (pedazo) de pan moreno y cuatro manzanas dentro de mi zurrón, salí de mi aldea afaluchandu (arreando) el rebaño, y con aquellas miserables viandas que llevaba en mi morral, tenía que aguantar todo el día en el monte corriendo sin descanso tras aquella veceira (rebaño) de cabras. Lo que no sabía el condenado de mi amo, era que yo siempre que tenía hambre, le ordeñaba sus cabras dentro de una lata que tenía escondida en la montaña, hartándome tanto yo como mi fiel Pelayu de espumosa y fresca leche hasta el golifar (hastiar). Si el bastruya (zafio) de mi amo tan sólo hubiese sospechado que le mucía (ordeñaba) sus cabras todos los días, me hubiera eszarapau (despedazado) mi frágil cuerpo con un mamplén de cibiétchazus (con muchos palos). Espatuxaba (caminaba) yo muy contento aquella mañana, quizás lo hiciera mucho más feliz que nunca, arreaba mi rebaño con desacostumbrada prisa, porque ansias locas tenía de llegar a la montaña, para entrar de nuevo en la misteriosa cueva, pues ahora ya no tendría problemas con la obscuridad que en ella reinaba, ya que conmigo llevaba una caja de cerillas y un pequeño candil que le había arrapiegáu (hurtado, quitado) de la corte (cuadra, establo) a mi amo, y con aquella luz, sería capaz de bajar hasta las mismas entrañas de la tierra, si a tal lugar la caverna se extendiese. Aquella noche había dormido poco y soñado mucho, tanto despierto como dentro del desvelado sueño, y tanto de una manera como de la otra, siempre llegaba a la conclusión, de que dentro de aquella para mi misteriosa gruta se ocultaba una fabulosa chalga de la que iba ser yo su señor y dueño, y cuando tal me sucediese, ya no sería yo más criado de ningún rapiegu (zorro) amo, ni tampoco a mi querida madre se le encallecerían jamás las manos, efectuando esclavizantes trabajos, nunca para el prójimo bien servidos y siempre por él peor pagados, ni se partiría sus costillas refrescándose el cansancio en su propio sudor por las fincas de nuestros vecinos, por donde se arreventaba todos los días del año, por la mezquina soldada de una fuente no muy grande de harina, un cesto de patatas, o cualquier otra vianda que mitigase el enorme fantasma del hambre, que desde el fin de la guerra se había enseñoreado de nuestro indigente char (lar), que nos obligaba despiadadamente a unos ayunos tan sumamente raquíticos, que el día que comíamos algo en traza (algo mas), tal parecía que habíamos cometido un grave pecado. Cuando yo fuese dueño de aquel tesoro, (abanzaba seguido de Pelayu arreando con prisa los ganados camino de la argutosa «abrupta» montaña, a la par que imaginativamente iba pensando), compraremos una casa decente, buenas fincas y mejores ganados, y entonces nuestros vecinos nos mirarán con respeto, y no nos tratarán con el menosprecio y la esclavitud a que ahora nos someten. Llegué al fin hasta el lugar que por costumbre tenía de enveredar el ganado para que a su aire subiesen guareciendu (pastiando) como siempre hacían hasta llegar al final de la tarde que era cuando el rebaño solía alcanzar lo más alto de la montaña. Pero aquel día no seguí yo al redil como siempre hacía, sino que me adelante a él corriendo sin el menor cansancio laderas arriba, hasta que por fin sudoroso y galopante en la alegría llegué a la vecindad de la caverna. Pude comprobar sonriente a la par que cariñosamente acariciaba a Pelayu, cómo éste me miraba contrariado al ver que yo por primera vez había cambiado todos mis cotidianos hábitos. Ya que siempre nada más llegar al monte y dejar a las cabras a su albedrío pastiando, nos sentábamos en el lugar acostumbrado, y zampábamos sin pérdida de tiempo a partes iguales como buenos compañeros, la miserable comida que nos había servido nuestro amo. Después jugábamos incansablemente en mil dispares entretenimientos hasta quedarnos rendidos, y muchas veces tras de nuestros juegos, los dos juntos abrazados nos quedábamos profundamente dormidos y al despertarnos sino avistábamos el rebaño, corríamos alocados por la preocupación, por entre los abruptos riscos, y las espinosas malezas hasta lograr encontrarlo. Después otra vez gozosos retornábamos a nuestros juegos, o yo me quedaba mirando a las montañas ensimismado pensando, mientras que Pelayu se entretenía cazando grillos, u otros insectos, y otras veces con sus blancos y poderosos colmillos recorría con rabia su pelambrudo cuerpo, diezmando la cabanada (rebaño) de pulgas y otros parásitos que con su sangre se alimentaban. Como cuento, aquella mañana mi fiel Pelayu me miraba preocupado, pudiendo yo observar en sus vivarachos, picarescos e inteligentes ojos, una recriminación que me estaba haciendo, por su forma de ponerme sus fuertes patas en mi pecho, a la vez que me lamía entre pequeños y cariñosos ladridos mi rostro. Si con sus ladridos pudiese hablar mi lenguaje, seguramente que me diría. —No seas un iluso soñador, mi más querido y preciado compañero, no llegues con tu fantástico pensamiento hasta el extremo de acariciar ni tan siquiera cuanto te has imaginado. Comámonos con la alegría de que hacemos gala todos los días, esa mezquina comida que nos da nuestro despreciable amo, y juguemos con la inocente felicidad de siempre, ya que éste será el más grande tesoro que jamás podrás superar en tu vida. ¿Dónde podrás hallar una riqueza que se pueda comparar a la natural y sencilla felicidad que hoy gozas, aunque ésta se haga su camino dentro de la gran pobreza que te acompaña? Pero hoy yo sé fijamente, que aunque mi perro pudiese hablar, haciendo que en tal momento me asustase al presenciar tan grande milagro, y me dijese que no entrase en la cueva, porque lo que dentro de ella iba a encontrar sería mi propia muerte, la verdad es, que ni al mismo Faidor (Dios) en aquellos momentos yo no obedecería, y así de resuelto, encendí el candil, y sin el menor asomo de miedo, ya que la ilusión y la alegría que poblaban mi espíritu en aquel encaldar (hacer) eran tan inmensos, que empequeñecían hasta el ignoro cualquier otro sentimiento. Adentreme en la cueva que era iluminada tenuemente con la pobre luz que el candil despedía, siempre acompañado de Pelayu que tras de mí, el muy tuno de mi aventura se reía, no era larga la caverna, pues a treinta metros no alcanzaría, y cuando llegué al final, no encontré ni las Xanas, ni los Trasgus ni Xumicius, ni la chalga, preciado tesoro que yo perseguía, sólo había muchos cascos de avellanas y de nueces, algunas latas de conservas ya vacías, unos trapos manchados de sangre, unas mantas viejas y apoyadas en la rocosa y húmeda pared de la cueva, había varias armas de fuego que pronto me hicieron olvidar la riqueza que en un principio había imaginado que allí me aguardaría. Por primera vez en mi vida iba a tener juguetes, auténticos juguetes de verdad de los que usaban los hombres para asesinarse vilmente al igual que hacen los lobos cuando por su cuenta cogen un apacible rebano de ovejas. Dejé el candil en el suelo y elegí entre todas aquellas armas una brillante escopeta, lleno de contentura me senté encima de aquellas mantas y empecé a maniobrar con aquel peligroso juguete, yo sabía cómo se manejaba supuesto que mi amo tenía una escopeta muy parecida y le había visto limpiarla y cazar con ella algunas veces, durante algún tiempo estuve jugando con ella, de una canana que allí había saqué dos cartuchos que metía y sacaba dentro de su recámara, yo me creía en aquellos mis felices instantes el más grande cazador del universo. Pelayu que ya se había cansado de husmear por todas las partes y no habiendo encontrado nada donde llancái el diente (hincar) se tumbó en el suelo frente a mi mirándome sonriente y burlonamente, (porque aunque ustedes no lo crean, yo sé que los chuchos saben sonreir). Enojeme de Pelayu al ver como tan descaradamente se mofaba de mí, por eso encañonele con la escopeta con ánimo de amenazarle, pero cambió Pelayu de gesto rápidamente, levantose con rapidez del lugar donde estaba achucáu (costado), enseñome los clientes ladrándome muy enfadado y a la velocidad del rayo salió de la cueva, quizás porque el inteligente animal presentía, de que alguna desgracia iba a lleldar (hacer) yo con aquel mortífero artefacto, y no quería ser él quien primeramente la recibiese en su cuerpo. Aun permanecí algún tiempo en la gruta jugando a mi manera con las armas, y solamente cuando el candil por su guiños me hizo comprender que su luz ya se le estaba escosando (terminando), salí de la caverna con la escopeta en una mano, dos cartuchos en su recámara y el candil en la otra. En el exterior Pelayu correteaba detrás de los grillos y las camporinas (mariposas) al parecer ya libre de todo enfado. Ya cansado de jugar dejé la escopeta en el suelo y senteme tranquilamente al lado del zurrón, y en cuanto mi perro vio que ya había abandonado el arma, vino corriendo hacia mí, moviendo la cola y sonriéndome amigablemente. Allá abajo en la mitad del valle pude ver a mi rebaño cómo subía espenandu (comiendo) los pochitcus (enanas encinas), y yo de nuevo me volví a sentir feliz y contento a pesar de no encontrar la chalga que tanto con su riqueza había soñado e ideado. Comimos a hora desacostumbrada mi perro y yo aquella pobreza de comida, y tras de jugar un rato, él se quedó adormilado y yo comencé a pensar de quién serían aquellas armas. No me cabía la menor duda de que aquel arsenal de armas debía de ser de los fugáus (huidos), seguramente que eran de aquellos cuatro rapazones (mozos) que se entregaran a los soldados que estaban destacados en mi aldea. Yo los había visto en el cuartel que los militares tenían que era en la escuela de mi aldea, un amplio edificio que fuera regalado a la parroquia por unos indianos del chugar (lugar) que retornaran de las américas con la corexa betchá de cuartus (con la cartera llena de dineros). Recuerdo que aquel día que yo los vi, un soldado que de seguro sería el barbero, les estaba cortando el abundante pelo que lucían, y uno de los rapazus le dijo sonrientemente al militar. ¡No hace falta que te molestes mucho camarada, pues cuando un día de estos nos trasladeís a la cárcel de Oviedo, allí lo más seguro es que nos rebanen el pescuezo! EL MACHO CABRÍO Güelgu coyer el filu dóu d'endenantes m'enduébitchaba algamiandu na miou motchera alcuerdancies de cundu you yera guaxe, ya comu tóus non se puén cuntar per filera, per ísu xebreme d'aquín, pa dir p'acuchá, perque toes les couxes tienen la sou xaceda, ya non la quixéramus cataye nuexotrus. (Volviendo coger el hilo de los aconteceres que anteriormente en mi cerebro se barajaban dentro de las añoranzas de mi niñez, y como todos estos acaeceres no se pueden relatar en hilera, por eso me marché de éste, para ir al de más allá, que es de donde vengo ahora, porque todas las cosas tienen su propia postura, y no la que quisiéramos darle nosotros). Y aunque parecía que me había perdido por estar tan llargu lonxe (tan largo lejos) la verdad es que yo no pierdo el tiempo adornando los hechos que no deben de ser adornados, nin fiéndume en xebraures que van esfaese 'n probeces, perque 'l que non ye llicenciáu 'n filloxofía e lletres, non pué faer munches froritures con les pallabres nin les lletres, ya per ístu, tien que encaldase 'n aforrador d'istus dellicáus y'artifixusus monumentus, perque si lus mesmus que güéi día que lus manexan y'atreinan, la metá de les veces non xapien lu que falen, ya llanquen el focicu fasta les urées en telares de Pachu 'l Xabadiegu betcháus de poxa y'escosáus del granu que ye pelu que tóus muramus nista engochá vida, ¿qué fairé you que 'deprendí namái que tres meses nuna escola pública? (Ni me hondeo en deserciones que se deshagan en pobrezas, porque quienes no son licenciados en filosofía y letras, no pueden hacer muchas florituras con las palabras y las letras, y por esta razón, tienen que hacerse ahorrativos de estos delicados y artificiosos monumentos, porque si los mismos que hoy en día los manejan y cuidan, la mitad de las veces no saben muy bien ni la mitad de lo que escriben, ni otra pareja parte de lo que hablan, y meten por estos menesteres el hocico hasta las orejas, en cuestiones que los imposibilitan para después resolverlas, y si se aproximan a este nivelamiento, lo hacen sembrando una hierba productora de mermado grano, que es el punto primordial que todos intentamos recoger en esta cerda vida. Como cuento, si estos señores eruditos en estas materias se equivocan ¿qué puedo hacer yo, ¡pobre de mí!, que tan solamente he tenido la suerte de ir al colegio público tan sólo tres meses?). Cuento yo que me hallaba en aquellos mis infantiles pensares intentando saber a qué huidos pertenecían aquellas armas, y así dejé tal perder el mucho tiempo que me sobraba, cuando mis ojos retrataron el gran combate que a baja altura, muy por debajo de donde yo me encontraba, sostenían tres cuervos, que despiadada y valientemente le atacaban a un águila real, y ésta piando quizás por el dolor que le inferían los efectivos picotazos de los cuervos, o tal vez en su lenguaje maldiciéndoles llena de rabia por el no poder repeler el ataque de que era objeto. No podía defenderse de sus tenaces atacantes, porque todo su cuerpo en gran tensión estaba, ya que al volar tan bajo, todas sus enormes energías las precisaba para mover sin el menor descanso sus grandes alas, con el apremiante fin de salir de aquel espacio que al parecer pertenecía a los belicosos cuervos, que con ardorosa valentía y enquina ofensiva, disputaban tal natural privilegio, a las mismas soberanas de los cielos. Había yo presenciado muchas veces batallas entre las águilas y los cuervos, y siempre éstos las perseguían atacándoles por su parte posterior, hasta la altura donde el águila ya no necesitase mover sus alas para sostenerse, cuando esto sucedía, los cuervos precipitadamente abandonaban el combate, porque ellos sabían, que donde el águila pudiese planear, todo animal viviente que se acercara, encontraría entre sus poderosas garras una rápida muerte. Queriendo yo saber como es natural el por qué los cuervos atacaban a las águilas, un día que cuidando sus cabras junto a mí estaba un paisano llamado Máximo, que por apodo se le llamaba el «Puchegu», porque tenía tantas razones en sus hablares como palabras por su boca se alumbraran, a pesar de que el Puchegu no sabía leer ni escribir, sabía de cuentos más que el mismísimo Quevedo, e igual hacía cuando se le necesitaba de veterinario que de médico, atinaba casi siempre cuando iba a llover o hacer buen tiempo, en fin, que era Máximu el Puchegu en todas aquellas aldeas de mis amores, una Enciclopedia que aventajaría en mucho a todas las que en nuestros días nos sirven las grandes editoriales, industriadas por hombres estudiosos de las ciencias. Empezó mi amigo el Puchegu explicándome, que son los cuervos de las abruptosas montañas más bregáus (valientes) que los que moran en las valladas o pequeñas lomas, y todo porque la escasez de alimentos en las rocosas cumbres, es muy inferior a los que existen en los valles o montículos, y así como a los hombres la abundancia los hace temerosos y a veces hasta pusilánimes, y la necesidad o privaciones los vuelve por ley de vida temerarios y osados, en los animales ocurre en igual medida lo mismo, así pues, el cuervo defiende su pitanza no permitiendo que las águilas cacen a menor altura que la que les pertenece, y si desde tal situación descubren una pieza, y bajan con su endemoniado vuelo de alas plegadas la apresan y luego vuelven a elevarse al lugar que les corresponde, los cuervos no osarán ni tan siquiera molestarlas, pero si por el contrario descienden para dedicarse a cazar desde el lugar que no les pertenece, entonces los cuervos las atacan con verdadera saña y valentía y siempre logran hacerlas ascender hasta la posición que ellos consideran justa. Esto es así, porque desde tal altura las águilas sólo pueden divisar en tierra una pieza que ellos no cazan nunca, como puede ser un conejo, una pequeña res, un zorro, y hasta inclusive el mismo perro que con el pastor cuida el rebano, y también se han dado casos en que las águilas hasta han cazado un lobo, y con él entre sus garras han subido hasta sus utreras (nidos) donde le devoraban con la misma satisfacción que pudieran hacer cuando se afestinaban con las tiernas carnes de un inocente corderillo. Si las águilas pudiesen volar más bajo sin ser por los cuervos molestadas, también podrían cazar con gran facilidad, lagartos, culebras, etc., etc., y es ésta precisamente la comida que el cuervo defiende, por eso ataca al águila cuando ésta intenta apoderarse de la que él cree que es su exclusiva pertenencia. Terminó el águila al fin tras el ardoroso acoso a que la sometieron los cuervos de subir hasta la altura que ellos consideraron lícita, y rápidamente éstos plegando sus alas la abandonaron y en vertiginoso vuelo buscaron el abrigo de los arbustos de sus montañas. Terminó para mí aquel día el maravilloso espectáculo que la soberana del cielo y los bravos cuervos me habían ofrecido, y fue entonces cuando me incorporé del lugar donde me hallaba sentado, para mirar a mis cabras que guarecían (pastiaban) por encima de donde yo estaba a la corta distancia de unos cincuenta metros, lo primero que mis ojos retrataron fue el orgulloso y antipático macho cabrío, que empericotáu (subido) en un cuetaron (peñasco) a la par que espenucaba (arrancaba) las fuéas d'un pótchiscu (hojas de una enana encina), mientras que las enguyía, parecíame a mí que me estaba mirando desafiadora y despreciativamente, con sus grandes y retorcidos cuernos, su larga perilla y enorme cencerro, se me representaba como el diablo que sonriéndose ladinamente se guasaba de mi humilde persona, a la par que de mi buen Pelayu, pues a entrambos y dos el condenado nos había hecho correr infinidad de veces, por eso, tanto Pelayu como yo siempre que teníamos ocasión y traicioneramente, él le mordía sañudamente en sus cadríles (patas) y yo le atizaba barganazus (estacazos) y pedradas donde mejor encaldase (terciase). Ocurriósele a mi mente en aquellos momentos el darle un buen susto a aquel demonio con cuernos y cencerro, por eso así la escopeta con determinación, y cargada como se encontraba con dos cartuchos, apunté por debajo de donde él se hallaba con el firme propósito de tan sólo darle un susto que no olvidase en su vida, y ya sonriéndome adelantadamente por el resultado de la idea que sin más pérdida de tiempo iba llevar a la práctica, apreté los gatillos de la escopeta, y una doble y potente explosión originose que dio conmigo en el suelo por la fuerte sacudida que el arma emburrióu (empujó) con dolor en mi cuerpo. Pero escosóseme d'afechu (marchóseme del todo) tal dolor, cuando entre el repilar (ecos) de la montaña por la explosión, sentí al macho cabrío lanzar al viento grandes berridas, que hiciéronme con preocupada prontitud deducir, que aquel demonio odioso no se quejaba por el susto que pudiera recibir, sino por la perdigonada que sin yo proponérmelo le había albergado en su pelambroso y maloliente cuerpo, levanteme sin demora del pedregoso lecho donde la escopeta con su duro empujón me había acostado, y aún tuve tiempo de ver cómo el semental de mi rebano rodaba por entre los cuetus del xerrapeiru (peñas de la sierra) infiriéndose más heridas en su cuerpo que las que yo por equivocación con los dos disparos le había inferido, siendo quizás su muerte no la perdigonada que le había desequilibrado, sino los argutoxus cuetus (agudos peñascos) que cual cuchillos al rodar su pesado cuerpo por entre ellos le apuñalaban mortíferamente, por eso al detenerse en su poleamientu (rodar) detrás de un pótchiscu (encina) que encontró en su paso, dejó de berrar en el instante, que su vigoroso cuerpo perdiera la vida. Fuime yo corriendo acompañado de Pelayu que me ganó la palma en la carrera, hasta el lugar de aquel desgraciado suceso, y cuando llegué donde el chivo estingarráu (tirado, acostado) ya no contaba como enemigo vivo, vi cómo a torrentes se desangraba, a la par que Pelayu con su nutritiva sangre se fartaba (hartaba). Pensé yo con gran temor cómo decirle a mi amo lo que había pasado, él que sentía por su chivo un orgullo y continuo ponderado casi desmedido, pues siempre que la ocasión se le brindaba cuando con sus vecinos dialogaba, soliales afarrucado (faroleándose, chuleándose) decir, que no había en toda la comarca un macho cabrío que ni con mucho en raza y estatura, se le pudiese parecer al suyo. Era ya casi la hora de afalar (retornar arreando el ganado para casa) cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amo que el chivo por si sólo se había despeñado, así que guardé la escopeta en la cueva y apresuradamente yo temeroso y preocupado y Pelayu contento por hallarse harto, reunimos el rebaño y nos encaminamos hacia la aldea, parecía que hasta las mismas cabras que en otras ocasiones se mostraban rebeldes y saltarinas, aquel desdichado día caminaban cabizbajas y avizorantes, observando en todas las direcciones con pronunciosa alteración, buscando aquel macho cabrío que las dirigía y dominaba con su orgullosa presencia, haciéndose notar en todo momento, por el continuo tañir de su zumbiétchu (cencerro), que por primera vez en el rebaño no se sentía el caidonante ruxíu (dirigente sonido). Pienso yo que solo contento caminaba vigilante mi fiel Pelayu, porque ya nadie en el rebaño se atrevía a discutirle sus ladridos o frágiles mordiscos, cuando por orden mía a las cabras con eficiencia les infería. Más sin embargo yo, al igual que a mis cabras, algo me tenía también apresado, algo extraño para mí, por primera vez a mi espíritu esclavizaba, que ni era tristeza ni pena, pero sí era miedo y grande desesperanza. Siempre que retornaba con mi rebaño a la aldea, cuando en las atardecidas la montaña abandonaba, mi corazón ameruxáu d'allegría (rebosante de alegría) a mi garganta un torrente de cante le rogaba, y ésta inocente y falta de todo perjuicio, sintiéndose tan dichosa como los mismos celestiales ángeles, cantaba recias asturianadas, mientras que todo mi ente, afanosamente afalaba (arreaba) las cabras. Quizás cantara yo aquellas horas con más gracia que en todo el día por alegre que fuera y pudiera tener, porque por así decirlo me acercaba al sencillo y noble vivir de las gentes de mi aldea, pues diez o doce horas en la continua soledad que en las montañas me acompañaba, para un rapacín como yo era, eran muchas horas desamparado de la comunidad humana, y sobre manera yo, que con ser mi cuerpo ágil y fuerte hasta casi rayar en el desuso, empequeñecido se quedaba si le comparaba con mi espíritu tan ensoñador e imaginativo, que todas las cosas al engrandecerlas confundía, menos el miserable pan de la maxera (artesa) que mi amo me entregaba, que a pesar de ser tan escaso, jamás supe imaginar nada para engrandecerle. Estaba mi amo a la entrada de la aldea esperándome como siempre hacía para ayudarme a xebrar el rebaño, ya que como eran tantas cabras, no cogían todas en la misma corte (establo), y había que llevar parte de ellas a otra cortexa (cuadra pequeña) que estaba en la parte opuesta de la aldea. Entretenía siempre su espera el condenado de mi amo, hablando con un artesano del lugar, que se dedicaba a la fabricación de yugos y madreñas, que tenía su taller montado debajo de un hórreo, que estaba asentado a la salida de la aldea, mismamente en la desembocadura del pedregoso y empinado sendero que venía de la montaña. Desde tal lugar él sentía con antelación el potente tañir del zumbiérchu (cencerro) que ximielgaba (movía) con fuerza y hasta con orgullo el estupendo semental de su rebaño, entonces él liquidaba por el momento con el madreñeiru la conversación que estuviesen embargando, y dedicaba toda su atención a su rebano, observando con avarienta atención, en el propiar si sus ganados venían fartus óu famientus (hartos o hambrientos), o si alguna de sus cabras venía coxa (coja) por mor de haberle caído una piedra o cualquier otro accidente que hubiera acaecido, como solía ser normal algunas veces. Pero aquel inolvidable para mi atapecer (atardecer) vio antes sus cabras que escuchara el ya inexistente zumbiétchu, por eso con su vozarrón de trueno, y como una centella por mí temido, me preguntó a la distancia de una piedra lanzada cuesta abajo: —¿Qué fói lu que pasóu Xulín...? —¿El chivu perdiu 'l mayuelu...? —Quería decirme, que si el cencerro que llevaba su chivo, había perdido el majuelo, o pequeño péndulo que lleva dentro el cencerro. —Esto también era frecuente que sucediese. Contestele yo desde aquella altura con mucho menos miedo que si me encontrase ante su presencia, diciéndole que el chivo se había despeñado, y arriba en la montaña se encontraba muerto. Estas mis palabras que en el viento camino de la aldea mi voz empujó con fuerza, fueron escuchadas por mi amo que se encaricotóu (encendió) en una rabiosa tristeza, que si pudiese desahogarla, seguro que en mi persona haría él su complacencia. También la desgracia del chivo, que por mí a voces era anunciada, fue oída por algunos otros vecinos a parte del madreñeiru, y como aquel semental de macho cabrío había sido siempre tan aponderado e idolatrado por el babayu (bocazas, charlatán) de mi amo, que con su dichoso cabrón los vecinos de la aldea ya habían pescado la costumbre de decir siempre que alguien ponderaba una cosa, ¡non si paezme a mín, que moren más castrones que Manín na nuesa aldea! Bueno pues como estoy contando, todo el lugar en pocos minutos se había enterado y en parte congregado a la salida del camino que bajaba de la montaña, ya que la muerte de aquel chivo que había ya dejado entre ellos la ya dicha cantinela, les había algunos los más envidiosos y vengatibles alegrado, y a los otros los más sentimentales y nobles les entristecía la muerte de tan comentado castrón. (También se suele llamar castrones a los chivos muy grandes). Al fin entré yo en la aldea quizás con el mayor recibimiento que jamás a nadie le hicieran, y todos atropelladamente me preguntaban lo que con el dichoso castrón me había sucedido, y yo les repetía a la par que intentaba xebrar las cabras para llevarlas a sus respectivas cuadras, que se había despeñado y que todo descuatramindáu (deshecho, desarmado) se quedara en la montaña. Un ratiquín (un tiempo) más tarde, y ya siendo casi la oscurecida, tres vecinos del lugar haciendo cuadrilla con mi amo, caminaban en pos de Pelayu y mía, otra vez camino de la montaña, para enseñarles donde estaba estrapayáu (aplastado) el chivo, con el propósito de bajarle para casa, con el fin de aprovechar su piel y carnes, que serían curadas bajo las barras del xardu (secadero) una estupendísima cecina. Llegamos a la postre ya con la noche tan negra como la boca de el lobo, al xeitu (sitio) donde el chivo fechu 'n chaceiru (hecho un deshecho) ya en el frío de la muerte sin despertarse dormía, tanto Manín que yera mi amo, como los tres vecinos que le hacían compañía, sudorosos y respirando medio ahogados por el tremendo esfuerzo que suponía subir con tanta rapidez hasta tamaña altura, sin perder un momento amarraron el animal por las cuatro patas juntas haciendo cucara (en montón, juntándolas todas) con una cuerda que para tal menester ya traían, y colgándolas de un fuerte y largo palo del que también venían poseídos, echáronselo al hombro entre dos, y con menor rapidez y mayor precaución, relevándose entre ellos conseguimos llegar sin novedad a la aldea. A pesar de ser casi la media noche, aun había algunos vecinos en reunión dentro de al parecer amena charla que quizás tuviese mucho que ver con el castrón, Manín y con mi desventurada persona, esperándonos en el lugar donde el madreñeiru trabajaba. Entramos todos en procesión rumorosa en la corralada de la casa de Manín, detrás del cabrón que colgado del baral sofitado en los hombros de dos vecinos se xiringaba (balanceaba), vigilado siempre con sonrisa ladina por mi fiel Pelayu, que comprendía que al no tardar, iba a saciarse hasta el no poder manducar más, con los rojos hígados de quien en vida, le hubiera hecho correr con cierto temor con el rabo entre sus piernas. Mientras que mi amo y sus serviciales vecinos se disponían a desfoyar (desollar) colgado de unos garfios que había debajo del hórreo al desgraciado chivo, la muyer (mujer) de Manín sin parar de condolerse, y hasta inclusive queriendo a mi endilgarme parte de la culpa, me dio de cenar una escudilla de farines (harina de maíz cocida) con una taza de leche de cabra, porque la leche de las vacas la tomaban ellos y la que sobraba la hacían en manteca, que tampoco yo nunca la probaba. Por primera vez no se hallaba sentado a mi lado sacando la lengua y relamiéndose, mirándome con sus ojos inteligentes en espera que yo le tirase delante de sus narices una cucharada de mi comida a mi fiel Pelayu, pues él sabía que al lado del castrón, tenía una fiesta grande con sobrada pitanza. Comía yo vorazmente aquellas puliendras (farinas), a tan desusada hora de la noche, sin que mi mente de pensar cesara, y antes de terminar mi miserable cena, una luz que me llenó de cierto temor en mi cerebro escendiose, para decirme con su claridad, que no iba a transcurrir mucho tiempo antes de descubrirse mi mentira, porque al esmianaye 'l pelleyu (quitarle el pellejo) al castrón, le encontrarían incrustadas en su cuerpo las postas que le habían matado, y me interrogarían sobre tal suceso, siendo yo al momento un cómplice y encubridor de la muerte del condenado cabrón, que según parecía me iba a dar guerra hasta después de ser muerto. Seguramente querrían saber el por qué les había mentido, haciéndoles creer que se despeñara, cuando a la prueba estaba que fuera abatido por un tremendo pistoletazo. Bajé después de cenar a la corralada donde los hombres andaban a vueltas en la desfoyadura del castrón, a la luz de un par de candiles de carburo y no llevarían un cuarto de hora reparándoles en su circunstancial oficio de carniceros, cuando Antonón el de la Cuandia dijo sorprendido mirando para mi amo que le alumbraba con el candil en la mano para que los otros vieran mejor en la faena que encalducaban (hacían). ¡Ah Manín, isti castrón non morrióu comu diz el tou criadín despeñáu, pos tién ente 'l coración ya lus polmanes un manegáu de postes llancades, asina que si quiés saber quién l'achuquinóu, pregúntaye 'l tou rapazacu, lu que axucedióu! ¿Qué ye lu que me tas diciendu...? ¿Quién diañus diba pegái 'n tiru 'l miou cabrón ? Antonón arrabucandu d'ente les asaures del chivu cuatru ou cincu postes que yeren de grandies comu arbeyinus rancuayus, díxole 'l miou amu metiénduyes per dellantri 'l focicu: ¡Mira Manín, ístu fói lu qu'achuquinóu 'l tou chivu! (Ah Manín, este cabrón no murió despeñado como dice tu criado, pues tiene entre el corazón y los pulmones un cesto de postas plantadas, así que si quieres saber quién le asesinó, pregúntale a tu muchacho lo que sucedió). (¿Qué es lo que me estás diciendo? ¿Quién demonios le iba a pegar un tiro a mi cabrón?). (Antonón arrancando de entre las asaduras del chivo cuatro o cinco postas que eran de grandes como pequeños guisantes, le dijo al mi amo mostrándoselas por delante de su hocico: ¡Mira Manín, esto ha sido lo que asesinó a tu chivo!). Hallábame yo detrás de ellos a media penumbra, por eso no pudieron ver cómo todo mi cuerpo temblaba, y mis mexiétchas (mejillas) se encendían como las mismas brasas cuando el viento las apuxa (atiza). Quizás si fuese a pleno día, me hubiesen sacado la verdad al descubrir yo mismo por mis síntomas externos la mentira, pero la noche, encubridora de toda claridad que profané sus negras vestiduras, me ayudó a ser firme e inamovible de mi primera mentira. Convencido mi amo de que le había engañado, acercose a mí con el candil en una mano, y llena su despreciable alma de ira, y enloquecida venganza, con la otra su mano, atizome un fatáu de morráes (varias galletas, tortas, guantazos) que dieron con mi cuerpo en el suelo, y antes de que yo pudiese huir del peligro que me rodeaba, levantome del suelo con la misma mano que tan vilmente me castigara, y a la par que alumbraba mi rostro donde la abundante sangre que manaba de mi nariz lo embadurnaba, me dijo mirándome con sus ojillos de bracu (cerdo) donde la maligua ira en un brillo salvaje se enseñoreaba: ¡Ahora mismo me vas a decir hijo de perra y de republicano asesino, que el día que asesinaron a tu padre que era lo mismo que tu un embustero y un bandido, te tenían que haber envenenado a ti, para que no pudieses hacer el mismo mal que hizo tu condenado padre, vamos, dime quién fue el que disparó contra mi chivo, dímelo pronto o terminaré contigo! Y al tenor que esto me estaba diciendo, su dura mano caía una y otra vez sobre mi rostro, y fue entonces cuando aquellos hombres de entre sus manos me arrancaron, pues al no hacerlo, quizás aquella bestia humana, que había luchado en defensa de la (PAZ DE ESPAÑA) fácil me hubiera asesinado, como seguramente acostumbrado debía de estarlo, al haber practicado tal demoníaco proceder, con otros indefensos inocentes, de los miles que asesinados fueron en Nuestra Patria, por cobardes, dañinos y miserables hombres, como lo era mi despreciable amo. Fue curado con agua fresca mi amoratado y sangrante rostro por Antonón de la Cuandia, que me aconsejaba cariñosamente, les dijese lo que con el cabrón me había en la montaña sucedido, y que no tuviera ningún miedo de contar la verdad que se buscaba, pues ella misma me protegería de quien me hubiera amedrantado para que no le delatara. Cuéntanos hijo si fueron los huidos quienes al chivo le dispararon, ya que nadie más que ellos pudo hacer tal cosa, y ten presente que si no nos lo dices ahora, mañana vendrán los guardias y ya verás cómo con ellos no puedes seguir negando. Díjele a Antonón el de la Cuandia, que yo estaba dormido, y que me desperté cuando sentí al cabrón bramar desesperado al tenor que bajaba rodando por entre los peñascos, siendo aquello todo cuanto yo había visto y oído. Volvió otra vez ya más sosegado mi amo a insultarme y amenazarme, y a la postre me ordenó que abandonara su casa, pues él no fartaba bribones que lejos de cuidar su rebaño, permitían que personas tan canallas como yo lo era se lo asesinaran. Marcheme de aquella casa de noche, maltrecho mi cuerpo y deshecha de sufrimientos mi infantil alma, sin más pertrechos que los que llevaba a costillas, que eran los únicos que poseía, y que constaban de un mono de caqui hecho de la guerrera de un soldado, con más remiendinos que de plumas tiene una gallina y de todos los colores que imaginarse puede, calzado con unas alpargatas de esparto donde los calcaños se asentaban en el suelo y los dedos lo mismo hacían por no quedar de las alpargatas nada más que la parte del centro. Por primera vez desde hacía varios meses que Pelayu era o mejor dicho había sido compañero inseparable de hambres y fatigas, de juegos y caricias, de largas soledades entre ambos repartidas, por primera vez digo, mi fiel compañero ya no me seguía, me traicionaba el muy ladino por unas piltrafas que de vez en cuando aquellos hombres que carniceraban en el cabrón, le arrojaban en el empolvado suelo de la corralada, para él valía en aquellos momentos más la asquerosa pitanza, que todo el cariño que yo pudiera brindarle, ya no se recordaba el muy desagradecido de que yo repartía con él a partes iguales la escasa comida que para mi sólo me entregaba el llabascón (cerdo grande) de mi amo, en una palabra, Pelayu era un desagradecido y egoísta, propiedad que en mayor o menor cuantía, va fusionada en el instinto de todo ser mamífero de la Tierra. Llegué aquella primera noche de mi vida, que había sido maltratado, insultado, golpeado, pisoteado, arrastrado y ofendido a tan gran profundidad y altura, que dudo que a mis años en todo el mundo, a nadie le hubiera sucedido tan inhumana atrocidad, cuento yo, que hice mi entrada en la casa de mi madre, que en la sazón se encontraba trabajando en una alejada aldea, en el caserío de otra viuda que su marido había sido asesinado en el cementerio de San Salvador de Oviedo la misma noche y en el mismo paredón que fusilaran a mi padre, así pues, hallábame yo sólo en casa y eso enormemente en aquellos momentos me alegraba, pues si mi madre hubiera estado en la casa, le haría sufrir aviñonándome yo de pena, y quizás ocurriesen peores cosas, ya que mi madre era, y aun sigue siendo, y Dios me la conserve muchos años, pues fue lo mejor y lo único que he tenido en mi existencia, mujer de duro carácter, intrépida y valiente hasta no tener el más pequeño temor, de pelearse ella sólo contra todos los moradores de la aldea. ¡Cómo mi madre, nacen en un siglo pocas mujeres! Al día siguiente que era domingo, y por tener en la parroquia a que pertenecía mi aldea, un cura que para demonio había nacido, ya que el muy condenado había conseguido de las autoridades una ley, que no se quién se la había fabricado, pero el caso es que existía, y condenaba a todos los vecinos a oír la Santa Misa, y a no trabajar ni en las tierras, ni en los prados, ni en nada, bajo pena de una multa que la ley considerara justa por ser injusta. Como yo ya no tenía trabajo, pues cuidar los ganados estaba permitido, y aquel gochu de mi antiguo amo desde aquel día tendría que hacer el trabajo que como un miserable esclavo yo le hacía, me levanté tarde del único xergón de fuéa (jergón de hoja) que en la casa había, que lo había industriado de unos sacos, porque todo cuanto poseíamos que era bien poco, al terminar la guerra el honrado vencedor nos lo había robado, y no contentos con esto, todavía fusilaron a mi padre, acusándole de haber robado grandes cantidades de dinero, de haber hecho esto, lo otro, y lo demás allá, y todo porque se le querían cargar cuatro caciques, como se ha hecho en todos los lugares de mi Patria buena. Noté que me dolía el rostro y que le tenía ensangrentado, no pude mirármelo al espejo. porque éste era un lujo que en mi casa no existía, así pues, me fui hasta el río que por detrás de mi casa pasaba, y me lavé como mejor pude, secándome después a las sucias y ásperas mangas de mi mono, y sin desayunar nada, porque en la casa no habla ni la más mínima consolación de comida, me dirigí a oír la misa, ya que yo de pequeñín era muy creyente y religioso. Estando yo enredando (jugando) con algunos otros guaxinus (niños) de mi aldea, en espera que tocase la última campanada para entrar en la iglesia, vi llegar la pareja de la guardia civil y un vuelco de temor revolvió mi ánimo, que casi consiguió ordenarme que saliese corriendo, huyendo pronto de aquel nuevo peligro que me acechaba. Sin embargo no lo hice, porque o no era lo suficientemente valiente, o lo necesariamente cobarde para hacer tal cosa, lo cierto es que cesé de jugar y me quedé mirando para ellos, lleno de temor, de tristeza, de pena. Preguntaron a alguien quién era yo, uno de mis vecinos me señaló, entonces los guardias me llamaron, y yo hacia ellos avancé, cabizbajo, temeroso y desamparado, igual los niños que los vecinos me miraban sin urniar (decir) palabra, muy posible muchos de ellos, tanto fascistas como rojos, vencedores o vencidos, sintiesen una profunda pena al ver aquel niño, desventurado e inocente ruina que dejó la vil venganza de la posguerra, avanzar sin protección ni cariño de nadie hacia los guardias, al fin llegué junto a ellos y me los quedé mirando, no me gustaron sus rostros, que me parecieron dos demonios, entrambos se quedaron mirando unos momentos en silencio mi rostro, en el que se podía leer la despreciable cobardía y nefastosas intenciones, que se enraizaban en el podrido sentimiento de mi amo, pude comprobar que esbozaban una tenue sonrisa, y no pude descifrar, si era que les alegraba observar el sello del martirio anclado en mi cara, o si por todo lo contrario, me dedicaban un consuelo de lastimosa consideración. Qué enano era yo físicamente en aquella lejana y para mi inolvidable, desgraciada y maestrosa mala época, si desde mi distancia también en el momento mi señora prisionera, proyectó mi mente siempre libre, como el misterioso dios que en cada mente humana vive, cuento yo que si me observé ante toda aquella gente, asustados los unos, hartos de maltratos, satisfechos los otros, por formar parte del mando, e indiferentes los restantes por no contar nada en ningún bando, digo que si me vi tan insignificante en mayor cuantía todos cuantos me rodeaban eran, ya que ninguno de ellos optó, en defender a un niño inocente y lleno de temor, que no había cometido más delito que el matar sin querer a un chivo, que era menos cabrón que todos aquellos papalbus humanos. Uno de los guardias con el mosquetón en la mano, me acarició mi corta y jamás peinada cabellera, pues nada más que tenía dos dedos de larga, mi madre me la rapaba al cero para que los abundantes piojos en ella no sembraran la descendencia de sus miserias, y a la par que esto hacía tan despreciable celador de una ley muy poco justiciera, con palabras que pretendían ser cariñosas y amables me dijo: —Ya veo por las caricias que luces en tu rostro, que con todo merecimiento y sin ninguna duda el señor Manín te ha hecho, que eres un niño rebelde, desobediente y malo, que te niegas a decir la verdad, y por lo tanto por todos estos endemoniados pecados irás al infierno, así es, que si ahora mismo no me dices quién fue el que disparó contra el chivo de tu amo, yo también tendré que castigarte. En esto estábamos el guardia y yo rodeados por los vecinos que no decían ni pío, cuando hizo acto de presencia el señor cura, que relevando a la autoridad de su palabra no así de mi persona, me aconsejó apoyando sus frases en la Divinidad de Señor, para que les contase la verdad que me liberaría de todos mis sufrimientos. Díjele al cura lo mismo que al guardia que yo estaba dormido, y que sólo me había despertado al oír al chivo berrar a la par que bajaba por entre los peñascos rodando. La ruda mano de aquel guardia, que seguramente había sido toda su vida un rústico campesino y que la guerra le había liberado de tan honrado lugar para colocarle en el más delicado de los oficios, como es el de servir con dignidad a la Justicia, cuento yo que aquella pesada mano de aquel hombre que pensaba que las personas había que tratarlas como a las bestias con las que él hubiera vivido siempre, dejó de acariciar mi cabeza y sus dedos se aferraron como si fuesen fuertes murgazas (tenazas) a una de mis uréas (orejas), y sonriéndose como si me estuviese el muy hipócrita acariciándome, a la par que me rogaba que le contase la verdad, me apretujaba con tal fuerza, que el dolor que me inyectaba me hacía ver todas las estrellas. Creo que lo que más le molestaba aquel cobarde representante de la ley, no de la Justicia, era que yo, que la vida ya me había forjado en saber llevar el sufrimiento, ni llorara, ni gritara ni menos me quejara de nada, por eso el infame seguía despiadamente con todas sus fuerzas apretándome, aun es hoy el día, que cada vez que me recuerdo de aquel momento mi oreja se pone tan rápidamente colorada, que hasta me molesta el calor que alumbra. Así en este atroz sufrimiento yo me debatía, sin que nadie de los allí reunidos por mí intercediera, dentro del horripilante dolor que me producía aquel estrapayáu d'uréas (retorcimiento, aplastamiento de orejas), cuando llegó mi madre ante la concurrencia, pues como era domingo, bajaba la pobre de aquella aldea donde toda la semana había estado trabajando, trayendo encima de la cabeza una manieguina (cesta) llena de viandas que en el caserío le habían dado a cuenta de su esfuerzo. Cuando mi madre me vio a mí, en tal escarnecimiento, tiró la manieguca al suelo, y llena de una fuerza airada que la multiplicaba, se acercó tan randa como una centella hasta mi verdugo y arrancándole el mosquetón de un fuerte tirón de entre su mano, le pegó con él tamaño golpe encima de sus costillas, que dio con él como si se tratara de un muñeco de trapo en tierra. Antes de seguir con esta cierta historia, voy hacer un inciso, para describir muy someramente cómo era mi madre en aquella época. Era joven, aun no llegaría a los cuarenta años, y a pesar de su juventud, ya había perdido la pobrecita dentro de los mayores sufrimientos que se puedan imaginar, a dos hijos que luchaban en la guerra, a su marido que fuera fusilado y a todo cuanto poseía. Mi madre como perteneciente a la más ancestral raza astur, era rubia, con el pelo del color de la miel, o de la escanda sazonada, tan abundante lo tenía, que cuando lo llevaba suelto y se acuruxaba (agachaba) le tapaba todo su cuerpo como si lo cubriera con una preciosa manta. Sus ojos eran a veces tan azules como el transparente cielo de una mañana de primavera, y en ocasiones eran tan verdes como los mismos campos de nuestra aldea. Era tan pura y recia como la misma madre naturaleza, inamovible en sus decisiones, honrada y justiciera. Era una auténtica astur procedente de la primera raza que pobló las ubérrimas montañas de mi noble tierra, y no una mistificación como somos hoy en día más del noventa por ciento de las gentes asturianas, enraizados con todos los colonizadores de nuestra tierra. Mi madre enojada era una invencible fiera, y tranquila y serena, era tan hermosa y dulce como incomparablemente lo es mi asturiana tierra. Y ya dicho con suficiente claridad como era esta excepcional mujer, vuelvo a centrarme en el desaguisado que mi madre justicieramente preparara, con una valentía y decisión tal, que dejó a todos perplejos y anonadados, pues el guardia que en posición ridícula espanzarrado moraba en el suelo, desde tal lugar miraba con ojos desorbitados a mi madre que con el mosquetón en la mano y a la par que se lo arrojaba con fuerza y mala sangre contra su pecho le decía: ¡Yes un llimiagu, lu mesmu que toes istes xentes que conxentíen, qu'dellantri de la mesma ilexia del Faedor, y'en prexencia d'isti cura escosáu de coyones ya xusticieres razones, lú mesmu que tous vuexotrus que sois una cabaná de baldreyus, que tu que yes un cachiparru, martirizares a isti nenín pequenu, ya s'ístu faedis con miou fíu qu'entavía 'l probitín non sabe dúnde come, ¿qué faeredis con les prexones mayores? (Eres un rastrero baboso, lo mismo que todas estas gentes que te consienten, que delante de la iglesia de Dios y ante la presencia de este cura que no tiene ni cojones, ni justicieras razones, lo mismo que todos vosotros, que no sois nada más que un rebaño de cobardes, que tú que no eres nada más que un parásito martirizaras a este pequeño niño. Y si esto haceís con mi hijo, que todavía el pobrecito no sabe de dónde come, ¿qué hareis con las personas mayores...?). El otro guardia que sin lugar a dudas parecía un hombre con mejores sentimientos que el gusano que me había martirizado, intentaba sujetar a mi madre propinándole palabras que le aconsejaban que no complicara más las cosas, mientras que su repugnante compañero se levantaba del suelo, y ya con el arma entre sus manos, la enarboló por encima de su cabeza en amago de dejarla caer encima de mi madre a la sazón que con una inquina maligna y cobardosa le decía: ¡Si fuese usted un hombre, ahora mismo le partía la cabeza en dos para que al final de su existencia comprendiera usted, que el deber de todo ciudadano es respetar a la ley! A lo que mi madre le respondió de la siguiente manera: —Si you fora un home, a usté había qu'allevantalu dóu tá, p'ancuandiálu debaxu tierra, que ye 'l llugar quéi cuerresponde a la xentuza baldreyante comu ye usté. Ya tocante a la ley que reprexenta, que ye tan betchá de maldáes comu usté mesmu, pásula you ya toes les prexones decentes pente les piernes ya mexamus per echa. ¡Perque isa lley que tantu cacaréa achuquinóu ya t'achuquinandu a fatáus d'iñocentes, sin respetar nin al vietchu que t'encantu la xepoltura, nin al xoven qu'entavía non golióu 'l tafu de papalbus ya rapiegus que tienen tous los comedores que la endubiechan y'esmarachen! (Si yo fuese un hombre, a usted había que levantarle del lugar donde se encuentra para enterrarle bajo tierra, que es el sitio que le corresponde a la gentuza cobarde como lo es usted. Y tocante a la ley que tanto cacarea, que está tan rica de maldades como usted mismo, la paso yo y todas las personas decentes por entre las piernas y meamos por ella). (¡Porque esa ley que usted representa, ha asesinado y está asesinando a muchos inocentes, sin respetar ni al viejo que ya se encuentra al borde de su sepultura, ni tampoco al joven que todavía no se ha olido, el característico mal hedor que emana de los comedores, indeseables y ladrones que la han hecho, así como ustedes que atropelladamente obligan a punta de pistola y látigo a que se cumpla!). Aun puedo ver en los rostros de todas aquellas gentes que nos rodeaban, desde esta asquerosa celda donde viviendo el presente que me aprisiona en esclavo de unas injustas ordenanzas, mi mente desdoblándose en dimensiones pasadas, añora con tristezas y alegrías, las primeras alumbradoras fuentes de toda mi desgracia. Sí, veo los ojos asustados de algunos de mis convecinos, que al escuchar aquellas graves y acusadoras palabras que mi madre airada, enloquecida y por toparse en su justo desquiciada, le decía a aquel guardia que tan cobardemente la amenazaba. Sí, veo como todos ellos con tristeza pensaban, que mi madre no iba a salir de aquel asunto bien librada. Pues en aquellos tiempos por menor delito, al paredón de fusilamiento llevaban a personas más recomendadas. Vi los ojos de aquel guardia ruin y rastrero, vilos cómo se llenaban de una alegría satánica, quizás en otras ocasiones ya por él vivida, cuando a tantos inocentes martirizaba o asesinaba. Vi cómo dejó de amenazar a mi madre, cómo colgó el mosquetón de su hombro, y metiendo la mano sonriendo canallescamente en su macuto, sacó unas relucientes esposas con las que se disponía a encadenar a mi madre en el lleldar (acaecer) que le decía: —La voy a llevar a usted y a su hijo detenidos hasta el cuartelillo, y allí, le enseñaremos a usted a respetar la ley y el orden, ya verá usted cómo cuando nosotros la dejemos, no se le ocurrirá jamás ofender a la ley y al régimen, ni aun en su propio pensamiento. Y en cuanto a su cachorro, que parece ser tiene su misma casta, también le enseñaremos a decir la verdad aunque tengamos que arrancarle la lengua. Fue entonces cuando uno de los dos principales caciques de la aldea, que también ye menester que cuando encarte les diga cómo eran, le dijo al guardia con palabras amenazadoras: ¡Dexe tranquíl ista muyer ya 'l sou fíu, pos güéi mesmu vou cuntaye you 'l sou xefe la clás de guardia que ta fechu. (Deje tranquila a esta mujer y a su hijo, y hoy mismo le voy a contar a su jefe la clase de guardia que está hecho, que se ha dejado desarmar por una mujer cuando cobardemente usted martirizaba a su hijo, poco puedo poder yo si no le hago catar covixu noitre ufixu (oficio), perque nisti de guardia paeme amindi que nun ten llixa (arte, valer, etc.). La fuerza y poder que tenían aquellos desalmados caciques en aquellos tiempos de desalmados vivires, achindi mesmu xuntu lus mious güétchus (allí mismo frente a mis ojos) quedaba bien claro, porque aquel guardia aviñonáu de miéu (lleno de miedo), se justificaba rastrera y servilmente pidiéndole perdón aquel hombre que no había sido en toda su vida nada más que un verdadero canalla, per ístu miou má noxá fasta cuaxí la llocura dista maneira le falóu (por esto mi madre enojada hasta casi la locura de esta manera le habló). —Lu que me faltaba per uyír, que tena que debéi cumplíus a isti baldrayu d'achuquín, que dexóu la nuexa 'ldina xemá de güerfaninus dexamparáus de la mán del Faidor ya de lus homes. (Lo que me faltaba por escuchar, que tenga yo que deberle favores a este cobarde de asesino que dejó la aldea sembrada de huérfanos desamparados de la mano de Dios y de los hombres). ¿Nun foste tóu sou banduerru de lus enfermus el que denuncióu 'l miou home paque me l'achuquinaren na cárxel d'Uviéu? (¿No has sido tu comedor, canalla de los infiernos el que ha denunciado a mi marido para que me lo asesinasen en la cárcel de Oviedo?). ¿Ya con lus fíus de Manolón el Gocheiru...? ¿Qué foi lu que fixiste conechus baldrayán? Que yeren un par de rapazus más bonus qu'el pan d'escanda qu'enxamás fixerun mal a naide, ya cundu taben per aquíndi de millicianus, ya tóu t'encovaxabes fugáu per les branes, tóus xapiemus na cabana que t'empayaretabes, ya tantu nuexóitres perque yeras veicín comu aquechus ñocentinus rapazus qu’achuquinasti deximiémuste xempre pa que nun te prendieren. Que fatiquinus forun lus probetayus rapazus, y'anxín pagarun con las sous vides les sous fatezas, pos se te viexen deñunciáu, nistes gores tabes fechu 'n meruxéiru de merucus, xustamente lu que yes, y'echus taríen vivus al lláu de lus sous pás. (¿Y qué has hecho con los hijos del Cerdero?, que eran un par de mozos más buenos que el pan de escanda, que no han hecho más mal los pobrecitos, que cuando fueron al servicio militar por la quinta; y estuvieron por estos contornos de milicianos, mientras que tu andabas por la braña huido, y sabiendo nosotros en la cabaña donde te refugiabas, no te hemos denunciado porque eras nuestro vecino, aunque tuvieras la idea política que te diera la gana, que no debe de ser ninguna, porque te parió tu madre canalla desde la entraña, pues como te estoy diciendo, tanto aquellos grandes rapazos como nosotros, te olvidábamos siempre para que nunca te cazaran. ¡Qué tontos fueron aquellos pobres y desgraciadinos muchachos, y así pagaron con sus vidas sus tontezas, pues si te hubiesen denunciado, a estas horas, tu estarías hecho una verbena de gusanos, que ni más ni menos es lo que eres, y ellos estarían vivos al lado de sus desesperantes padres!). Todos escuchaban a mi madre silenciosos y asustados, considerando algunos con tristeza, que mi madre se había vuelto turulata (loca) para atraverse a manifestar acusadoramente ante los guardias, el cura y el pueblo, lo que todas las gentes de la aldea sabían que era cierto, pero no se detuvo mi madre en el acuse que le hacía aquel villano de todas sus bellaquerías, pues al no encontrar nadie que la importunara, siguió con su palabra y con igual fuerza mortificándole de esta manera: —E nus tiempus d'endenantes, cundu lus roxus mandaben lu mesmu que vuexotrus facedis nagora, non trañia l'esquilona de l'ilexa p'axuntanus en conceyu p'uyír la misa tres el cura, perque pieschada taba la casa del Faidor, ya con lus curas lus roxus nagua querían, peru a pesar de tar tan lexus del Faidor, a naide s'achuquinóu n'aldea, ya se morrierun un par de rapazus, fói nel frenti, peru nagora que tenemus l’ilexa 'l entestate, y'un cura que coyius de la man quiér chevanus a tóus pel atayu de non sei que Dios, ya non sei que cielu, pos con tou isti telar, entremedáu de cures, ya caciques comu lu yes tóu, de confexones, mises ya xermones, achuquinasteis n'aldea 'n poucus dies, más xentes que de mala manera, enxamás de lus xamases en Asturies murrierun. Se tóu xupiés so lladrón achuquinante, lu mesmu que toes istes xentes que m'acorrelan, lu que you tenu xufriu nes comunicaciones de la muerte que se encaldaben na cárxel d'Uvieu, dúnde 'l miéu ya 'l espavoríu facien fuercia, únde 'l fríu enxenebráu la entraña te queimaba, únde les chárimes esbocáes en el glayíu xapoixaben, atristeyáus ya dollores qu'eszarapicaben, tous lus xentíus de cuantus escuchaban. Non puéu apoixar de mious videtches, lus güeyus enfervecíus de aquechus homes, qu'agoxáes allumbraben engafuráes chárimes, con les manes tembluqueántes per el miéu, acoyendu con desesperación las rexes de fierru, que non lus dexaben en postreira vez, abrazar a la sou muyer ya lus sous fíus, qu'ameruxáus de cariñu, ya betcháus de dollor, choraben ya glayaben, xiringáus per el amore que profexaben naquel home, que yera 'l pá de lus fíus, el mantín desous quereres, y’l caidonal del sou llare. Naide algamía per mor de aqueches rexes de fierru entemedades, falagar cómu postreira despedida, a la muyer nin al home, nin lus pequeninus fíus, que güerfaninus naquecha nueche diben quedaré, perque banduerrus baldreyus lu mesmu que tóu, lus deñunciaben y'acusaben de faer fatáus de couxes, que ni nel xoñéu lus probetayus dacuandu lleldaren. Tóus nun mirabamus atristeyáus per debaxu la borrina qu'acobertoriaba lus güeyus encarnispáus pe les chárimes, ya lexus de falanus tantes couxes, nel tiempu tan escosu que nus daben, esfaíamonus en playíus choramiqueirus llastimeirus e nes fanes más mortales. Enclicáus tous per un dollor que nes entrañes esquiciáu t'esgarduñaba, tabamus fatáus de xocenes muyeres que güéi toes viudes y'esgraciaínes semos, enlloquecides y'engarrinchades a les rexes que a la llibertá ya la xusticia trincotiaben. Nagua podiamus decinus, perque la pallabra afogábase na conguetcha qu’el alma esfaída pe la tristieza sacupaba, sous penares nel gargüélu, a munchus el dollor añuedábayes el celebru con tal prietura, que esmurgazábanse col xentíu perdíu nel enllabanáu xuelu. Alcuérdume comu s’agora mesmu fora, ya xamás de lus xamases tal desxusticiáu, endiañáu, baldreyóuxu ya chuquinamientu de xentes abondes d'eches tan iñocentes comu isti rapacín, que la mesma lley qu'achuquinóu a suo padre, martirizóulu a él, ante 'l cura, que mangonéa la mitá la aldea, y'isti banduerru de cacique dumeña entrambas partes, ya tous voxoutrus qu'empaparáus per el miéu, olvidósebus defender tou lo güenu per lu que lus vuesus homes llucharun ya morrierun ¡Sin alcuerdume d'aqueches canallesques comunicaciones que se lleldaben na cárxel d'Uvieu, ya non esborraránseme de les mious vidatches metantu que la vida me acompañe! (En los tiempos ya pasados, cuando los rojos mandaban lo mismo que vosotros hacéis ahora, no tañía la campana de la iglesia, para llamarnos y rejuntarnos a todos en fraternal comunidad, para escuchar la misa detrás de un cura, porque cerrada estaba la Casa de Dios, y con los curas los rojos no querían saber nada. Pero a pesar según parecía de que se encontraban muy lejos del Hacedor, a nadie asesinaron en la aldea, y si han muerto un par de jóvenes, ha sido luchando en el frente. Sin embargo ahora, que tenemos la iglesia siempre abierta y un cura que asidos de la mano, quiere llevarnos a todos por el camino más corto para alcanzar, no sé a qué dios, ni tampoco a qué cielo, pues con todos estos sucederes que ahora están pasando, entretejidos por los curas, y por caciques como lo eres tú, de confesiones, misas y sermones, habéis asesinado en la aldea en pocos días, más gentes que de mala manera, jamás de los jamases no contando estos tiempos, en todo Asturias han muerto. Si tu supieras so ladrón y asesino, lo mismo que todas estas gentes que nos rodean, lo que yo he sufrido en las famosas comunicaciones de la muerte que se hacían en la cárcel de Oviedo, donde el miedo y el pavor, hacían fuerza, donde el helado frío que el temor producía, al mismo tiempo las entrañas te quemaba, donde las lágrimas deslocadas en gritos lastimeros se posaban, haciendo tristezas y dolores tan inmensos, que despedazaban todos los sentidos de cuantos escuchaban. No puedo apear de mi cerebro los ojos enardecidos de aquellos hombres, que a cestadas alumbraban envenenadoras lágrimas, y con sus manos temblorosas por el miedo, cogían con desesperación las rejas de hierro, que les prohibían por última vez, abrazar a sus mujeres e hijos, que llenos de cariño y ricos de dolor, lloraban y gritaban desesperadamente, movidos por el amor que profesaban a aquel hombre, que era el padre de los hijos que quedarían ya para siempre desamparados, el amante esposo de sus quereres, y el fuerte guía de sus lares. Nadie alcanzaba por la causa de aquellas rejas de hierro fuertemente entretejidas, halagar como última despedida, a la mujer ni al hombre, ni a los amados y pequeños hijos, que huerfanitos aquella noche si iban a quedar, porque indeseables cobardes lo mismo que tu eres, les habían denunciado y acusado, de haber hecho muchas y malas cosas, que ni en el sueño los pobrecitos, jamás ni habían pensado. Todos nos mirábamos entristecidos, por debajo de la niebla que nublaba los ojos enrojecidos por las lágrimas, y lejos de hablar de tantas cosas en el tiempo tan corto que nos daban, nos deshacíamos en lamentos lastimosos, que nos precipitaban en los abismos más mortales. Agachados todos por un dolor que en nuestras entrañas enloquecido sin piedad las arañaba, estábamos en aquella triste ocasión, muchas jóvenes mujeres que hoy todas viudas y desgraciadas somos, enloquecidas y agarradas con desespero a aquellas rejas, que a la Libertad y a la Justicia pisoteaban. Nada podíamos decirnos, porque las palabras ahogábanse en la garganta, que el alma deshecha por la tristeza, vertía en ella sus penares. A muchos el dolor les aprisionaba el cerebro con tal fuerza, que se desvanecían privados del sentido entre las losas que poblaban el suelo. Recuerdo como si ahora mismo estuviese sucediendo, y nunca jamás, tal injusticia, endiablada cobardía, y canallesco asesinamiento de gentes, muchas de ellas tan inocentes como este pequeño, que la misma ley que asesinó a su padre, le está martirizando ahora, precisamente ante la presencia del cura, que es el dueño de la mitad de la aldea, y de este indeseable de cacique, que domina entrambas partes, y de todos vosotros que llenos y dominados por el miedo, os olvidasteis de defender todo lo bueno y hermoso, por lo que vuestros hombres lucharon y murieron). (¡Sí recuerdo aquellas canallescas comunicaciones que se hacían en la cárcel de Oviedo, y que ya nunca podrán borrarse de mis sienes, mientras que la vida me acompañe!). Recuerdo perfectamente cómo todas aquellas gentes escuchaban a mi madre entre asombrados, y compasivos, entre temerosos avergonzados y ofendidos, y quizás hubiesen escuchado muchas más injusticias que habían hecho no los caballeros y valientes soldados, que denodadamente lucharon hasta conseguir la victoria, ni tampoco las juventudes que militaban en el partido triunfador, sino las gentes maduras, caciques que habían conservado la vida en entrambos bandos, que llenas de un odio vengativo y endiablado, habían hecho ellas más muertes criminales en la paz de la posguerra que todos los leales luchadores de enemigos bandos. Digo yo que mi madre con su cordura de mente les hubiese seguido acusando, si el cura, muy oportuno y diplomático, como son todos los religiosos de carrera larga, no se ausentara sin decir palabra, y ordenara al sacristán que tocase la última campanada, para entrar a la iglesia con el fin de escuchar la misa. Y ahora diré, que mal dicho está que yo diga que el sacristán tocase la campana, porque no había tal campana, ni en la iglesia de mi aldea ni en ninguna otra en todo el valle, ya que los rojos, se las habían llevado todas, no sé con qué fin ni propósito, como tampoco puedo comprender porque quemaban los santos que jamás les harían ningún daño, y dejaban con vida a indeseables como los caciques asesinos de mi aldea. Lo cierto es, que como campana de la vieja iglesia de mi aldea, había un trozo de raíl colgado del pórtico con una alambre, donde aporreaba el sacristán, con un martillo medio deshecho de los de cabruñar la guadaña. Nada más que el toque comenzó hacerse sentir, fueron las gentes desfilando tras la llamada de la postrera campanada, sin que nadie se osara replicarle a mi madre ni tan sola una palabra, bien fuese de desagrado o de conformidad con cuanto había enardecidamente manifestado. Todos se adentraron en la casa del Señor donde yo creo, que si el Nazareno pudiese apoixase (apearse) de la Cruz, no dudo que a todos ellos una tocata de barganazus les esfargayara. (Paliza de palos que en ellos prodigara). Dejó mi madre de reñir a voz en grito, pero siguió haciéndolo muy quedadamente, a la par que con gran remango recogía su cesta, que colocándola esta vez debajo el brazo, nos encaminamos para nuestro lar, mientras que aquellas gentes, culpables unas e inocentes las otras, le rogaban a Dios, los unos por sus pecados monstruosos ya cometidos, que en El no habían pensado cuando los ordenaban, los otros, quizás le pidieran paz y prosperidad para ellos, sus cosechas y ganados, pero Dios no escucharía ni menos ayudaría, ni al pecador tal vez arrepentido, ni al inocente libre de pecado, y lo sé por propia experiencia, porque yo, tantas veces le he llamado, suplicado y rogado, siempre a cuestas con el temor, la miseria y el desprecio que el mundo en mi había sembrado, y jamás El se dignó ni tan siquiera escucharme, porque si me hubiese escuchado, y no remediara con prontitud ni nefastoso sufrimiento, yo diría ya sin el menor equívoco, que el Dios que todos tememos y adoramos, no es nada más que un diablo. Y esto sin lugar a dudas es así, porque Nuestro Señor está harto de nosotros hasta la misma coronilla, y por eso pensó ya en inmemoriales tiempos, que o liquidarnos a todos, y olvidarse sin pena y con prontitud del mal invento que había industriado, o dejarnos vivir a nuestro aire, sin preocuparse ya para nada de nuestros haceres, hasta que la muerte nos lleve a su presencia. Caminaba yo detrás de mi madre, sujetándome con la mano mi dolorosa y sangrante oreja, que más doloroso sufrimiento me había reportado, cuando aquel imbécil y canalla de guardia me la había retorcido, que si me hubiesen molido todo mi cuerpo a palos. Llegamos a la postre a nuestra humilde casa, y siempre sin parar de reñir mi madre, de maldecir y de amenazar, estongóu 'l llar (limpió la cocina) de añejas cenizas, y con la rapidez con que ella solía hacer las cosas, tizóu ‘l fuéu (prendió el fuego) y después, puso un cazo lleno de agua con sal y unas hierbas (que ahora no sé cómo se llaman, pero que son muy buenas para las heridas) a hervir, y mientras que hervía, s'encaldóu nel trabayu de pulgar patacas (se hizo en el trabajo de mondar patatas), de las que había traído de la aldea de donde venía. Cuando el agua estuvo en su punto, que fue en el momento que ella terminara de aliñar las patatas ya listas para ser fritas, se dispuso mi madre a curarme, y al tenor que lo estaba haciendo, y viendo yo en su rostro retratado el cariñoso sufrimiento que por mí sentía, ella como siempre intentando disimular toda emoción, me preguntó dando muestras de un enfado cariñoso, ¿que qué era lo que había sucedido, o en qué líos me había yo alojado, para que los guardias me hubiesen puesto el rostro como un Ecce Homo? —Díjele a mi madre que el guardia no me había hecho nada más que estrapayáu l'uréa (deshecho la oreja), y que las otras heridas me las proporcionara el amo Manín, por las causas del condenado cabrón que ustedes ya saben. —Vi cómo las recias manos de mi madre temblaban al tenor que a mis heridas con aquella agua milagrosa me lavaba, sentí cómo su voz enardecida juraba y perjuraba contra aquel Manín de los infiernos, al cual ella decía, le iba a colgar la foiz (hoz) del pescuezo. Dio por terminada mi cura y en instantes me preparó la comida, que consistía en un buen cazo de patatas fritas con grasa de tocino, un gran cantezu (pedazo) de pan de escanda, y un escudiecháu de lleiche con borona (taza de leche con pan de maíz), y ya fartuquín fasta ‘l rutiar (harto hasta el eructo), preguntele que si podía ir a dar una vuelta por la aldea, a lo que ella me respondió afirmativamente, recordándome con amenazas, el que non m'engarricra con lus oitres rapacinus. (Que no me pelease con los otros niños). Cuando me dirigía al lugar donde todos los chicos por costumbre teníamos de reunirnos para enredar (jugar), en una de las callejas de mi aldea, me topé con Pelayu, que seguramente habría abandonado a su amo en el monte, por el extraño de no verme a mi como sucedía siempre. ¿Porque qué animal o persona con sentimientos nobles y cariñosos, podría vivir en la soledad del monte en la compañía de una repugnante bestia, como lo era Manín nuestro amo...? Viome primero Pelayu que yo a él le avistara, y casi estoy por asegurar, que me había olfateado antes de que yo desembocara en la calleja, donde él buscándose la vida por todos los rincones husmeaba. Porque yo jamás había visto a Manín, darle al pobre de Pelayu de comer nada, ya que Manín solía decir dándoselas siempre de razonero eficiente, que el perro no se le podía dar la esllaba óu llabaza de fregar lus cacíus (las aguas sucias residuos de lavar los cacharros de la cocina) porque estaban los bracus na cobil urniándu per llapalas (cerdos en el cubil gruñendo por tomarlas), que al perro lo único que se le podía dar, era aquello que no tuviese aprovechamiento para nada, como les llixes de les vaques cundu betchaban, de las uvées ya les cabras, óu cuallesquier oitra molicie que paque nún fediera menester yera encuandiála (como las libraduras de las vacas, de las ovejas y las cabras cuando parían, o cualquier otra porquería que para que no oliese mal, fuera necesario enterrarla). Vino Pelayu hacia mí envuelta su alma perruna por una gozasa alegría, pero me di cuenta con pena profunda, que no hacía tal acercamiento dentro del desenfado y gracial camaradería que en todas las ocasiones él conmigo usara, pues por primera vez mi buen Pelayu, para acercarse a mí, rastreramente se arrastraba, no era por el miedo de que yo le apaleara, ya que jamás ni de palabra le había ofendido, era sin duda porque se sentía muy avergonzado de haberme abandonado la pasada noche, cuando tan triste y solo me encontraba, y quizás más le necesitara. ¡Pobre Pelayu! ¡Qué alma más humana tenía, y a cuántos humanos, el alma de los rabiosos perros les dirigía! Me agabuxé (agaché) a su lado, envuelto yo por una sana, jovial, y angelical alegría, le besé su rostro varias veces entusiasmado, y acaricié con gozo su fino y sedoso cuerpo, y olvidándonos entrambos él de su cobardía y yo del rencor que pudiera por su gesto guardarle, nos fusionamos en un abrazo risueño y cariñoso, donde él dando pequeños ladridos por los que manifestaba su alegría y pena, me lamía una y mil veces las heridas que adornaban mis mexietchas (mejillas), y quizás se estuviese jurando, que aunque le costase la vida, nunca de mi lado se alejaría. Toda aquella tarde, estuve jugando al «llanque» y a la «palombietcha» con el único amigo de verdad que en la aldea tenía que se llamaba Muel. Pobre amigo mío, murió cuando apenas tenía veintiocho años, reventado por el más duro y esclavizante trabajo, que desde su niñez y en mi compañía, fustigados por el hambre y la necesidad, entrambos y dos a las severas órdenes de su padre, como serradores en casi todos los montes de mi Asturias, habíamos llevado a cabo, al final, su cuerpo ya deshecho, explotado y gastado, fue consumiéndose en la triste soledad del sanatorio del Naranco, donde murió devorado por una tisis galopante. Tenía Muel dos o tres años más que yo, y sin embargo éramos los dos de la misma estatura, y empezamos a serrar madera manualmente los dos en el mismo día, teniendo yo en la sazón, tan sólo trece años, fue nuestro maestro su propio padre, y nos trataba como nadie se puede imaginar, ya que no había día, que no nos untara ‘l focicu (nos azotaba) por lo menos un par de veces. No es que aquel hombre y excepcional trabajador fuese malo, no nada de eso, es que el pobre precisaba por fuerza mayor, para poder desarrollar el duro trabajo del serrador, que nosotros hiciésemos el trabajo de hombres y no éramos nada más que dos niños. Digo yo que aquella tarde, le conté a mi amigo Muel, como había encontrado en la montaña la cueva de las armas, y así hablando de nuestros proyectos, acordamos que al día siguiente subiríamos hasta ella, para jugar hasta cansarnos con aquellos juguetes de verdad. Así es que a la oscurecida retornamos cada uno para su casa, saboreando por adelantado lo felices que al día siguiente habíamos de ser. Caminaba en pos de mí, tan contento y satisfecho como siempre mi buen Pelayu, sin preocuparse para nada de que él, era un esclavo de Manín, y no un ser libre que pudiese hacer lo que más le conviniese, pero al llegar a la esplanada donde asentada estaba la bolera, lugar clave donde se reunían todos los vecinos de la aldea, después que concluían sus trabajos, bien fuese para charlas y cambiar impresiones, o para jugar unas partidas a los bolos, como cuento, allí estaba Manín, en diálogo con unos vecinos, ya de retirada para su casa después de haber encerrado las cabras, cuando vio a su desleal Pelayu, que muy contento y moviendo con gran felicidad su rabo, me acompañaba a mí, como si yo fuese en vez de él su amo, dejó a su contertulio con la palabra en la boca, y cambiando su pacífica charla por la riña loca, embistiome a mi con ofensiva y pecaminosa palabra, al mismo tiempo que con la vara que portaba en su mano, descargó sobre el confiado Pelayu tal varazo, que a quedarse el pobre tan sólo un segundo condoliéndose del acuciante dolor que en su cuerpo se anidaba, seguramente que hubiese llevado sobrada ración de varazos, que fácil la dejarían sin vida in situ. Pero no hizo tal cosa mi buen Pelayu, sino que salió huyendo como alma que se lleva el diablo, lanzando en el aire ladridos, que yo creo que no eran por el profundo sufrir que le proporcionara el castigo, sino que en su lenguaje, seguramente maldeciría aquella bestia con figura humana, que era capaz de azotar despiadadamente a un inocente niño, o de asesinarle a él mismo, que no se encontraba con más culpa, que de despreciar a su amo, por canalla y miserable. Y lo propio que Pelayu hizo, no lo dejé yo para más pensado, y a la vez que me perdía en la carrera, huyendo de aquel reptil repugnante y asqueroso, recuerdo que con rabia enloquecida yo le dije: ¡Fíu de put, baldreyu, llimiagu! (Hijo de puta, cobarde, rastrero, baboso..., etc., etc.). Pero miren ustedes por donde, estaba mi madre allí cerca en casa de una vecina hablando de sus cosas tranquilamente, cuando al sentir al Manín que me ofendía, al perro ladrar por la caricia que había recibido, y a mi insultándole poniéndole como un pingayu (de lo peor), salió mi madre de casa de su vecina, con todos sus muchos ánimos aviesporáus (envenenados, aguijoniantes), y cogiendo un palo que allí a mano había, bien seco y sudado, porque hiciera su servicio sirviéndole de mango a una fexoria (azada), se dirigió con extrema rapidez y silenciosamente al lugar donde Manín estaba, y sin decirle ni una sola palabra, empezó a darle palos con aquel formidable mango, que la suerte a Manín le cupió de que nuestros vecinos la detuvieran, porque sino, creo que le hubiese matado. «LA MULTA O EL REFORMATORIO» Al día siguiente, mi amigo Muel, yo y Pelayu, subíamos alegremente hacia la montaña, con locas ansias de llegar pronto a la cueva, con el infantil y firme deseo, de jugar hasta saciarnos con aquellas armas, recuerdo a mi querido amigo, futuro candidato al igual que yo, a la penosa esclavitud que como serradores nos aguardaba, la veo con su sana sonrisa, pintada en sus pequeños y vivarachos ojillos azules, acariciar una y otra vez, con una alegría inmensa aquellas armas, no existía para nosotros en el mundo, en aquellos felices momentos, nada que pudiésemos apreciar tanto, como aquellos mortíferos juguetes, de los que en la sazón, éramos los únicos señores y dueños, nos hallábamos fuera de la cueva, enredando cada uno con su escopeta, y una canana repleta de cartuchos colgada del hombro a la bandolera, Pelayu, desentendiéndose de nosotros mitigaba su hambre cazando grillos y mariposas, o cualquier otro insecto que plugiérale y fuérale rentable para entretener su enflaquecido estómago. Después de cansarnos de hacer la instrucción marcando el paso con la escopeta al hombro, emulando a los soldados cuando hacían prácticas en nuestra aldea, yo le dije a mi amigo señalándole el lugar, que desde aquel mismo sitio, yo había tumbado de dos certeros disparos al cabrón de mi amo. Muel, sacando dos cartuchos de la canana y metiéndolos dentro de la recámara de su escopeta, me dijo que él también pudiera haberlo hecho, y para asegurármelo de que no marraría el tiro, me señaló una piedra rojiza que había muy cerca de donde muriera el chivo, y a la par que se ponía la escopeta en el hombro para materializar lo que había asegurado, me decía ilusionado: —¡Fíxate Xulín!, ya veras cómu la desfaigu nun fatáu de cachiquinus—. (—¡Fíjate Julín!, ya verás como la deshago en mil pedazos—). El doble disparo retumbó dentro del natural silencio de la montaña, como si se tratase de un ruidoso trueno de las tormentas de los veranos, las águilas y los cuervos, así como todos los pájaros y animales que moraban por aquellos aledaños, moviéronse de sus lugares, graznando las aves al levantar el vuelo, y quizás las alimañas agudizasen al oído para saber el peligro que pudiese traerles aquel espanto. Hasta Pelayu dejó su caza insectívora para ladrar desaforado, como si presintiera que otro cabrón había sido abatido, que le haría de nuevo volver a hartarse, o tal vez nos estuviese reprimiendo, queriendo con su lenguaje decirnos, que aquella xuxeante folixa (crecido ruido, alegría, juerga, etc., etc.) que tan amanicomiadamente entamábamos (enloquecido ruido que hacíamos) no iba a reportarnos buenos resultados. Lo cierto fue que mi querido amigo Muel, no atinó a deshacer aquella rojiza piedra contra la que había disparado, y yo alegrándome por su fracaso, cargué con rapidez mi escopeta, me la puse en el hombro, y disparé contra aquel blanco otros dos disparos, tampoco pude yo hacer puntería, y él mofándose de mí, cargó de nuevo su escopeta con notoria alegría, a la vez que me aseguraba que de aquella no fallaría, volvía a disparar sin importarle para nada el tremendo culatazo que nos solían dar aquellos guerreros artefactos. Y así, una y otra vez, atenazados por un gozo y felicidad que nunca con tanta fuerza a nuestros juveniles espíritus había con entera libertad creado, disparábamos con alegría ilusionada contra aquel aproxetáu cuctu (enrojecida piedra), creyéndonos guerreros invencibles, o cazadores afamados. Muy posible yo me creyera un jefe poderoso, justiciero y honrado, que cada disparo que hacía, l'eszarapaba les vidatches d'uno de lus baldreyus homes, que habíen achuquináu ‘l miou padre. (Le deshacía las sienes de algunos de los cobardes hombres que habían asesinado a mi padre). Lo cierto fue, que tras de quemar veintitantos cartuchos cada uno, la piedra seguía en su sitio, y nosotros un poco desilusionados, hicimos un pequeño descanso, en el que acordamos cambiar de blanco. Disponíamos de nuevo hacer más atinadas prácticas sobre el rugoso y fuerte tronco de una encina, cuando Pelayu salió de junto nosotros y con apremiante prisa ladrando, contra un intruso que nos visitaba, guiado al parecer por el atronador ruido, que con nuestros alegrativos disparos formábamos. Era nuestro mal recibido visitador un rapazacu (mozalbete) que andaba por aquellos montes a la caza de la perdiz, que había endemasía nutridos bandos, que bajaban a veces hasta los sembrados d'arbeyinus y'oitres semáus (de guisante y otros sembrados) más alejados de la aldea, y ni el gran espantapáxaru tenía llixa de xebrayus (espantapájaros tenía fuerza para espantarlos). Jerónimo se llamaba aquel jovenzuelo indeseable, que había heredado de su padre toda la cobardía y males tales, que muchas gentes de mis lugares, le estarían rabiosa y odiativa, despreciable y asquerosamente maldiciendo, hasta que el Hacedor les llevara de este mundo tan poco lleno de humanidades. Era hijo de este sujeto tan maldecido, cacique de mi aldea con vuelos tales, que no del todo satisfecho con enviar para el otro barrio algunos de sus inocentes convecinos, en el acaecer se dedicaba, a que a sus vecinos la ley, que había, muy moldeable para dar por buenas todas las denuncias avaladas por caciques facciosos como él, se ensañara con crecidas multas, que al no tener dinero la gente aldeana para satisfacerlas, tenían que vender parte de sus ganados, y sabedores los tratantes por ser lobos de la misma camada aunque con diferente collor (color), que los campesinos tenían que vender sus reses con abonda priexa (mucha prisa) para satisfacer aquellas multas antes que se enrodietcharen (enredaran) peores males, pues como cuento, aquellas aves de rapiña de tratantes, se unían todos de tal manera, que lograban desbaratar los mercados hasta tal punto, que más que comprar, lo que hacían, era robar dentro de la ley a los aflijidos y siempre maltratados campesinos. Al quedarse los desdichados aldeanos sin sus ganados, por la causa de aquellas multas, que la verdad era nadie sabía que era lo que castigaban, aquellas asesinantes multas que la ley les inxertaba (injertaba), que les hacía dentro del acuciante temor que en aquel lleldar (ácaecer) era aterrante, deshacerse de sus ganados para pagar tan diabólicas y desnaturalizantes sanciones. Y como los campesinos, por lo menos en todas las embrujadoras aldeas de mi melgueira tierrina (dulce tierra), y me supongo que tal sucederá en todas las aldeyuelas del mundo, sin ganados de tiro no pueden trabajar sus erus (tierras), tenían que por fuerza mayor, agenciárselo aunque fuese dentro de las más viles condiciones, y así, el canalla de cacique de mi aldea, daba vacas, yegüas, cabras, y ovejas a la comuña (condición) que tan sólo el agobio de la desesperante necesidad hacíales aceptar, con lo que se condenaban a ser esclavos de un ganado que no era de ellos, siendo en la mayor parte de las ocasiones las ganancias completamente nulas, pues si una res se moría, se despeñaba, la mataban los lobos o la devoraba el oso, no la perdía el dueño, sino el comuñero, y así, de esta miserable forma, este canalla de cacique, explotaba vilmente a muchos campesinos que por imperativa necesidad, eran comuñeros de este indeseable asesino, que no había hecho la guerra en las trincheras, porque su cobardía era tan grande, que le había obligado a pasar toda la contienda escondido en los montes, y ahora que la guerra ya terminara, era cuando él verdaderamente la hacía, en la entristecida y enlutada paz que poseían las gentes de mis aldeas. ¿Cuántos despreciables seres como este nefasto individuo había en mi Patria... ? ¡¡Yo creo que honradamente debemos todos de reconocer, que había un par de ellos en cada aldea, y en las villas y ciudades me supongo que morarían muchos más!! Cuento que llegó el Jerónimo con su escopeta al hombro acompañado de su perro perdiguero ante la nuestra presencia, y ufanándose altaneramente quizás pensando que nos iba a hacer, lo que le diera la gana, nos dijo con apariencia muy enojada, al mismo tiempo que nos ofendía con sus palabras: ¡Haber decirme pronto, ¿dónde habéis robado estas escopetas?, si no queréis que vos falague ‘l llombu con ista bardiaca! (que nos moliera a palos todo el cuerpo con una vara que portába en sus manos). No despegó sus labios en el momento mi amigo Muel, porque el padre de aquel llabasquín (cerdo pequeño) era el dueño de los ganados de su casa, y por aquello de que el amo siempre, sin la razón con la ganancia anda, no le refutó pequeña palabra. Pero yo que ya me había creído que aquel babayu de guaxón (farolero, fantasma de mozalbete) se iba apoderar de mis armas, las que yo creía que eran de mi entera propiedad, le dije sin miedo y desafiantemente, que aquellas escopetas eran mías, y que ni él ni nadie sería capaz de quitármelas. Entonces Jerónimo mirándome acusadoramente me replicó seguidamente con estas palabras que me condenaban: ¡Entonces... tu fuiste el que mató antes de ayer al chivo de Manín? ¡Si yo fui!, le dije envalentonado y poseído de una airada rabia, a la vez que le encañonaba con la escopeta y amenazándole firmemente le aconsejaba: ¡Fáinus el favore de dexanus nel nuexu antroxu, ya colar pel mesmu xeitu per únde sen chamate 'llegasti, se nun quiés que faiga nel tou ventrón, el mesmu buracu quei fexe nus fégadus del cabrón de Manín! (¡Haznos el favor de dejarnos con nuestra alegría, y márchate por el mismo sitio, por donde sin llamarte has llegado, si no quieres que haga en tu barriga, un orificio parecido, al que le hice en los hígados del cabrón de Manín!). —Y fue entonces cuando Muel valientemente apoyándome con su amenazante escopeta y con sus advertientes palabras le dijo: ¡Mira Jerónimo, no tiene nada que ver que mi padre se arrastre frente a vosotros, por el miedo de que le quitéis el ganado, pero yo ahora no soy mi padre, y si no sales en el momento corriendo como una exhalación (centella, rápido), me parece a mí, que te vamos a coser a perdigonazos! Justificándose Jerónimo con el atropello que en el miedo se cosecha, dio media vuelta y casi a las carreras, tomó las de villadiego, a la par que se alejaba murmurando no se qué amenazas. Su perro, quedose unos instantes olisqueándose con Pelayu, al que yo achuché (azuzé), y Pelayu que para engarradiercharse (pelearse) era una ardorosa fiera, saltó como un león, atacando con un furor endemoniado al fino can perdigonero, y si no es por Muel, me parece que allí en el mismo lugar que había muerto el chivo, Pelayu hubiera despachado, aquel hermoso, cariñoso e inocente perro. Quedámonos muy satisfechos y gozosos, a la par que en nuestros espíritus, navegaba el orgullo perfumándose con la vanidad Humana, y todo, por haber acoyanáu ya féchule moscar ameruxáu de miéu (acojonado y haberle hecho huir, lleno de miedo) al hijo de uno de los amos de la aldea, que en un principio se había creído, que le sería sencillo hacer con nosotros cuanto le viniese en gana. Durante algún tiempo, estuvimos llindiándu (vigilando, cuidando) a Jerónimo por ver el camino que se tomaba, pues teníamos el temor que se ocultara para después sorprendernos, pero no fue así, y al final muy contentos ya le vimos corriendo que se las pelaba en compañía de su perro, desembocando en el pedregoso camino que le conducía a la aldea. Sabiéndonos libres del temor del adefesio de Jerónimo, y olvidándonos en el mismo instante de cuanto con él nos había acontecido, volvimos a nuestro peligroso juego, de disparar las escopetas contra diferentes blancos, y así, hablando de nuestras cosas con satisfacción que nos embargaba dentro de una felicidad pasajera, deslizábase el tiempo sin enterarnos, hasta que a la postre, dimos fin a todos los cartuchos que teníamos, y fue entonces, cuando decidimos esconder las armas en la cueva, y con los hombros doloridos por las sacudidas que nos propinaban las escopetas por los disparos, disponíamosnos muy contentos en el regreso para nuestras casas, y para simular que veníamos de la leña, agenciámosnos unos tochacus de pochiscus (leños de encina) y poniéndonoslos al hombro, bajamos corriendo por entre los vericuetos y las serpenteantes sendas, hasta llegar al camino real que nos conduciría a la aldea. El ubérrimo valle de alegría alborazada, que poblaba por entero nuestros espíritus, viose en unos segundos nublado y con rapidez cubierto, por un zozobrante y temeroso manto, nacido del retrato que nuestros ojos hicieran, cuando a la entrada de la aldea, justamente en el mismo lugar donde por costumbre, mi amo solía esperarme para xebrar (apartar) sus cabras, estaban aguardándonos los guardias, en la alegre compañía de Jerónimo, que poseyendo las mismas indeseables zunas (costumbres) que su padre, no había perdido ningún tiempo en ir hasta el cuartelillo para delatarnos. Yo tentado estuve cuando me percaté que eran los mismos guardias que el día anterior me habían cobardosamente martirizado, de tirar los garbetus (leños) que llevaba en el hombro, y salir corriendo para huir de aquel verdugo que sonriéndose ladinamente, quizás estuviese pensando su enrevesada y nefastosamente, el volver a esforgayame (arrancarme, estriparme, deshacerme) la única oreja que me quedaba sana. Sin embargo, logré dominar el miedo, y dejando a Muel que abriera la marcha, llegamos a la postre ante la presencia de ellos, y aquel canalla de guardia, no se dirigió a Muel a pesar que unos metros delante de mí iba, sino que vino sonriendo malignamente hacia mí, con las mismas asesinas intenciones que el hambriento lobo lleva, cuando para satisfacer sus ansias del espíritu y la carne, sin el menor miedo se lanza, sobre el inocente corderillo que no tiene a nadie que le defienda. Antes de dirigirme la palabra, aquel demonio con tricornio, que a fe mía desprestigiaban, porque hermosa para el pueblo es la esclava de la Justicia, cuando todas sus obligaciones y credos justamente da cumplidas. Digo yo, que lo primero que hizo fue cogerme mi oreja sana, apretarme un poco para ponerme en atención, y luego mirándome altanera y sonrientemente me dijo: ¡Ahora ya no me negarás de que no has sido tu quien disparó sobre el cabrón de tu amo, y me supongo que también me dirás, dónde has conseguido las armas, maldito pilluelo, hijo de una bruja y de un rojo republicano, o comunista sin entrañas! Tiré los tochucus (leños secos) al suelo apremiado por el dolor que de rabia me desencaldaba (deshacía), con tan mala fortuna que por mí no había sido pensada, que diéronle en las piernas de aquella fiera uniformada, y gran dolor en él tuvo que lleldarse (hacerse), porque dejó de esfarugarme (deshacerme la oreja), para acariciar con gestos de dolor la caña de una de sus piernas, al mismo tiempo que yo hacía lo propio con mi oreja, que ya colorada como una guinda, me resquemaba como si estuviese ardiendo. Mirome con ojos extraviados por la rabia que le enloquecía, y siendo mayor la fuerza de su cobardosa entraña ya en poder de las iras que lo movilizaban, que el dolor que su cuerpo sentía, soltome de revés dos guantazos, que dieron conmigo en tierra, con el rostro manando abundante sangre. Fácil siguiese abofeteándome, pues ya estaba enclicándose (agachándose) para hacer conmigo vayan ustedes saber qué, cuando intercedió su compañero que asiéndole por un hombro, con desprecio y enfado le dijo: ¡Lo que terminas de hacer con este pequeño es una canallada, y como otra vez intentes tocarle del pelo la ropa, te las vas a entender conmigo! ¡¡Estoy harto de tus abusos, y de tus odios y desprecios por todas las gentes desgraciadas!! Ayudome aquel buen guardia a levantarme, y después con su propio pañuelo limpiábame el rostro de sangre, y al parojo que esto hacía cariñosamente me decía: ¡Te juro que nadie te volverá a martirizar más pequeño, y ahora si tu quieres, y que conste que ni te ordeno ni te obligo a contarnos nada, dinos de una vez dónde están esas malditas armas que tanto doloroso daño te han originado! Dime cuenta pronto que de seguir negando no sacaría en limpio nada, ya que el baldroyán (cobarde) de Jerónimo había descubierto ya todo, y a poco listos que fuesen, nada más que les conduciese al lugar donde nos había sorprendido, darían pronto con la cueva, donde se ocultaban las armas. Así que acompañado de Muel y de Pelayu, y seguido de cerca por los dos guardias y el delator de Jerónimo, guielos a paso rápido por entre las vegetativas y pedregosas sendas que serpenteaban por casi inaccesibles lugares, pronto me alegré al comprobar cómo aquel despreciable guardia que tan sañudamente me había martirizado, abarquinaba (respiraba) con penoso trabajo, al mismo tiempo que se deshacía en copiosos sudores el condenado, lo mismo que la manteca fresca expuesta al sol en el verano. Al observar el penoso esfuerzo que aquel guardia repugnante y gordo, imbécil y malvado, tenía que realizar para seguirnos, apreté más aun el paso, que casi se convirtió en carrera y que sólo Muel y Pelayu pudieron aguantarme alejándanos en cuestión de segundos un largo trecho de nuestros enemigos, que en el lleldar (acontecer), ya se habían detenido para hacer acopio de energías unos momentos. Aproximadamente aun no habíamos caminado ni una décima parte del trayecto que nos separaba de la cueva, y ya el llimiagu (baboso) de aquel guardia, se encontraba casi d'afechu despaxaretáu (deshecho), seguramente que antes de llegar al final, en la mente de aquel fucheiru (estercolero) humano, se dibujaría el ruin pensamiento, de maldecir a la ley que como enyordiáu pioyu (sucio piojo) servía, al cachiparru (parásito) que me había delatado, y a mí, por no haber seguido negando. Muel y yo con satisfacción nos reíamos de aquellas gentes, que en nuestras infantiles y sin cultivar mentes, habíamos retratado como personas que tenían menos llixa (fuerza, arte, valer, etc.) que un mure entre las zarpas de un gato. Estaríamos como a la mitad de la andadura, cuando la distancia que nos separaba ya era enorme, y a pesar que de continuo nos ordenaban que no corriésemos tanto y que procuráramos ir siempre a su lado, la verdad es, que ya les habíamos perdido todo miedo y que no les hacíamos el menor caso. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amigo Muel, que cuando llegásemos al potchisquéiru (encinal), yo me adelantaría corriendo con todas mis fuerzas, para volver aquel mismo lugar antes que ellos lo hicieran, pero después de haber ya ido a la cueva, para poder esconder para nosotros, dos pistolinas muy atongadetas (bonitas, curiosas), que era una pena que se llevaran los guardias, y que nosotros podíamos esconder en cualquier lado. Y así lo hice, y logré regresar, mucho antes de que ellos, llegaran escadriláus (derrengados), claro que descontando a Jerónimo, porque éste andaba tanto como con la lengua si quisiera andarlo. El caso fue que los guardias aquel día se llevaron las armas, y a los cinco o seis días, regresaron a la aldea preguntando por mi madre y el padre de Muel, para llevarles hasta el cuartelillo, con el fin de no sé qué preguntarles o darles. Cuando mi madre en compañía del padre de Muel regresaron del cuartel, estábamos nosotros xugaretiándu (jugando) debajo del ñoceón (nogal grande) que había a la entrada de la aldea, que tanto como tenía de frondoso y grande, eran de pequeñas, escasas e insípidas sus nueces. De donde viene un adagio asturiano que dice: ¡Mucher grandie ande óu non ande, peru tantu s'espatuxa, comu senún lu fixera, en dalgún lláu fae bona atongadura! (Mujer grande, ande, o no ande, pero tanto si camina, como si no lo hace, por grande en todos los lugares estorba). «Claro que se me olvidó decir, que menos en el catre, para añuedar el cibietchu cundu nun hay oitra, pequenina, atongaina ya melgucira». (Para hacer el amor, cuando no hay otra, pequeñita, bien hecha, y tan dulce como lo que debe ser vivir en la gloria). Digo yo que al ver nuestros padres corrimos hacia ellos, y cuando ante su presencia nos encontramos, casi sin darme cuenta vi a mi amigo rodar por el suelo, por la fuerza vigorosa del tremendo castañazo que su padre le llantó nuna mexietcha (le plantó en una mejilla), pero antes de que yo me percatara del peligro que sobre mí se cernía, vime acochetáu (cojido, sacudido) por mi madre, que me allumbróu (alumbró) un mamplenáu (muchos) pescozones, tan seguidos y atinados, que me parecía que todos me llegaban en ringlera, no teniendo que esperar uno por el otro, para que no se enfadasen ninguno. Y allí mismo por este procedimiento que nuestros progenitores nos hacían, comprendimos que nada bueno los guardias a nuestros padres les habían hecho. Y claro que no era nada respetable ni justo, sino un atropello despiadado, inhumano, mezquino, repugnante y apartado de la Justicia a tanta distancia, como la que existe desde la Tierra hasta el Infinito Cielo. Resulta que la canallesca ley que en aquella para mí inolvidable época existía, nos había condenado a ir a un reformatorio, o a que pagasen nuestros padres una multa de ciento cincuenta pesetas en papel del Estado, en el término de treinta días. Y fue entonces cuando yo empecé a preguntarme, ¿que qué era lo que tenían que reformar en mi...? ¿Acaso entraba en la reforma que aquella ley que estaba por todos los rincones de la Patria haciendo encima de los vencidos y sus descendientes, asesinar a nuestros padres, hermanos, parientes y hasta madres, privarnos de nuestra libertad, y robarnos cuánto teníamos? —¿Aquella ley digo, todavía tenía que reformar algo más en mí, que en un principio ya no hubiese inhumana y endemoniadamente reformado? Yo que era en aquel lleldar un pobre niño de poco más de ocho años, condenado precisamente por la misma ley, a no tener jamás ya el amoroso cariño de mi padre, yo que había sido condenado como todos los jóvenes hijos de los vencidos y encarcelados y asesinados padres, yo que estaba lleno de hambre, de miseria, de sufrimiento y de una soledad inconsolable, yo que si quería comer un trozo de pan duro, tenía que caminar descalzo y medio desnudo, por entre las zarzas y guijarros de las montañas, esclavizando mi cuerpo y mis sentidos, en el cuidado de unos ganados que no eran míos, a mí, a un ser así de natural, puro, desamparado y desgraciado, ¿aún quería aquella entroyada (sucia) ley reformarme por considerarme malo? —Yo nunca he sido político, pienso ahora, ni tampoco con mis palabras harto vulgares y aldeanescas, pretendo fomentar el odio hacia nadie, soy ante todo un liberal disciplinado, que ama a mi Patria, por la que estoy en cualquier momento dispuesto a morir, pero me creo con el suficiente derecho de contar al mundo de cuanto yo he sufrido, que es el retrato de tantos otros huérfanos de guerra que lo mismo que yo tanto sufrieron, aunque más en duda, pongo que lo hubieran hecho, quiero contar todo lo que considero que siendo verdad, no debe ser olvidado, y desearía con toda mi alma, que mis palabras tuviesen repílos (ecos) más clarividentes, que los que en su origen se formaron, para que llegasen a todos los oídos, y en sus mentes gigantesca Humanidad digna y justa edificasen, que diera paso a una libertad liberal y disciplinada, que atrancase (cerrase, peslase) sus puertas a todo cuanto no fuese digno y honrado, de esta sencilla y natural manera, la fraternidad sería por primera vez, el tesoro más puro, luminoso y deseado, que la Humanidad en toda su existencia hubiese conquistado. En este relato, que para muchos críticos comedores, que sólo saben fartase comu gochus (comer como cerdos) e intentar con sus medios deshacer lo que alguien con más capacidad creativa que ellos, más bien o peor ha edificado, digo yo, que muchos críticos fanáticos defensores de normas idealísticas, que con sus leyes en la ocasión asquerosamente convencionales, que lograron deshacer el destino que a mi vida creo que le pertenecía, al igual que a toda la generación de los hijos de los perdedores, no les agradara en absoluto, que un hombre que fue despojado de cuanto poseía, y empujado vengativa y canallescamente al arroyo, cuando él por ser un niño, no podía defenderse, tenga ahora la osadía, con sus pobres medios culturales, d’abayucar la trelda (revolver la porquería), que nadie hasta el presente, tan ajustada y verídicamente pudiera contar jamás. Digo porquerías, pues es eso precisamente lo que suelen dejar las secuelas de una guerra civil, y pobre de aquellos países que la sufran, porque sus hijos quedarán divididos, y los perdedores, tendrán que soportar un yugo, que más flojo, o menos prieto, esclavizándolos los ha de postergar. En este relato retrato yo, al vencedor y al vencido, menos al perdedor de quien soy hijo, ya que he tenido la desgracia de conocerle cuando el desventurado ya era un vencido, pero con el vencedor he vivido siempre, sirviéndole con decencia y honradez, silenciosamente observándole siempre, y no recibiendo de él, nada más que calamidades y ofensas, y sin embargo, nunca le odié, siempre disciplinadamente le serví, y si en el lleldar se siente ofendido por lo que de verdad digo, espero que se comporte conmigo, de la misma manera que con él siempre yo he hecho. Sé que estas narraciones no se han de publicar en mi Patria, porque la censura no permitirá que el hijo más humilde, cuente una verdad que denigra no a mi querida y noble España, sino algunos de sus inamovibles sistemas, pero tengo la firme certeza, que algún querido hermano país, sin el menor odio ni rencor sí ha de hacerlo, y con esta mi voz del pueblo, sencilla y natural, ubérrima y estéril, millones de seres de la Tierra habrán de saber, que hoy todavía, vive en mi Patria, la mitad de una generación, descendiente de los perdedores de la sanguinaria Guerra Civil que empobreció a la más maravillosa nación del mundo como es mi España, apartados de todo acceso a cualquier puesto de responsabilidad, bien en el gobierno, en los sindicatos, o en cualquier otro lugar, de responsabilidad de la Patria. Y desde aquí, invito a todos los españoles para que investiguen esto que he dicho, y ya verán como es una verdad, que no admite discusión posible. Cuánto placer sentiría yo si me pudiese expresar con ustedes en la maravillosa, ancestral y rica Lengua Asturiana, pues para mí, decir las cosas en Castellano es un verdadero fastidio, con tantos puntos y comas, y demás signos ortográficos, que para un hombre sin estudios de ninguna clase como yo, es una verdadera tortura, pues mi imaginación que idea y piensa con la fuerza de un enorme río enloquecido, a la hora de querer contar estas copiosas cosechas, que hasta en los mismos sueños me alumbra, cuando me pongo a escribir todos estos pensamientos y acaeceres, al expresarlos en español, meto la pata hasta los corbétchones, por esto ruego me perdonen, y háganse a la idea, de quién les está hablando, no es nada más que un humilde aldeano, sin más escuela que la siempre dura universidad de la vida. Y con la fortuna o desgracia de haber nacido con el embrujador duende de ser soñador, no por aparentar, por ocio o por estudio, sino con la intima necesidad que me tortura el alma, al mismo tiempo que me embarga dentro de una felicidad, que me hace en ocasiones ser dichoso, sin jamás haber sido feliz, y en otras dimensiones me llena de tal tristeza, que en apariencia sin sucederme nada, me encuentro tan apenado y deprimido, que todo cuanto me rodea y hasta yo mismo, me parece la pestilente porquería, con que se harta sin jamás hastiarse, el nefasto diablo al que entusiasmados y egoístas servimos. Enteponíu colaba you dellantre de miou madre, espatuxandu caleya adiantre, afalau per las engafuráes pallabres de miou má, camín de la nuesa teixá. (Conducido corría yo delante de mi madre, caminando rápido calleja arriba, arreado por las envenenadoras palabras que mi madre me dirigía, a la vez que hacia nuestro hogar nos acercábamos. Yo miraba arisco para ella, pensando que me iba alcanzar presto, para propinarme ante mis vecinos, otra somanta (paliza) como la que de aun mi cuerpo se condolía. Al fin llegamos a nuestra casa, y ya en ella encoyíu (encogido) por el temor, aguardaba resignado que mi madre calmara su furia dándome una nueva cuera, que mereciéndola, no la merecía. Estaba visto que llevaba unos días, que todos los golpes me habían elegido a mí para sus descansos, primero el cobarde de mi amo, que con sus asquerosas manos, me había puesto el rostro, tan descalabrado que no había en él un lugar sano donde coyera una guya (cupiera una aguja), después el canalla del guardia, que me dejara las orejas tan maltratadas, que me parecía que no eran mías, y para finalizar mi madre con aquella argurtóuxa tocata que m'apurriera (alta paliza que me propinara), que según me parecía, no había sido nada más que la parba (desayuno breve) de la que se esperaba Furibunda y desesperada asiome mi madre por mis maltrechos hombros, y al mirarme yo en sus hermosos y enojudos ojos, pude ver en lo más profundo de ellos, el desmesurado amor que la pobre me tenía, y lejos de azotarme como yo pensaba, sólo me preguntó muy apenada y preocupada: ¿De dónde vamos a sacar esas ciento cincuenta pesetas Xulín? ¡En alguna parte hijo, nos las agenciaremos, porque yo no permitiré que esta canallesca ley, hecha por indeseables sin entrañas, te lleven al reformatorio, donde ellos se tenían primero que reformar, para no seguir sembrando entre los desventurados vencidos, tanta vengativa y nefastosa canallada! Al día siguiente al rayar el alba, después de desayunar el rabón, (leche ácida cocida con harina de maíz) del que yo sí que me harté, pero ella la pobre apenas comió unas cucharadas, armada mi madre de un azáu (hacha) que había pedido prestado a un vecino, y yo de una foiceta (hoz) de podar la leña, fuimos al monte comunal a baltiar (cortar) leña, pues un carro de leña de encina, roble y espinero, que pesaba más de tres mil kilos, pagaba el maestro panadero, de la única panadería que había en el concejo, cincuenta pesetas por él, así que teníamos todo un mes por delante, para preparar los nueve mil kilos de leña, que nos proporcionarían las ciento cincuenta pesetas, con las que calmaríamos las iras de aquella inhumana ley, que tan despiadadamente nos había castigado. Parecía que mi madre poseía la fuerza del más intrépido de los hombres, talmente era un gigante que con una fiereza incomparable, chorreando sudor y espelurciada su rubia cabellera al viento, cortaba sin el menor descanso encinas, robles y espineros, mientras que yo imitándola en cuanto podía, podaba aquellos arbustos con el más grande de todos mis entusiasmos. Serían las tres de la tarde y no habíamos hecho aun el más pequeño descanso, cuando mi madre me dijo que buscase caracoles, que se criaban en abundancia por aquellos lugares, tal cosa hice mientras que ella prendía un buen fuego, y allí asamos los caracoles que al ser atacados por el calor, estiraban su cuerpo asándose perfectamente, y fue aquella asquerosa comida la que mitigó nuestra hambre. Y así un día, y quince, y veinte, hasta que logramos preparar sin desfallecer ni descansar, los tres carros de leña, acarreándolos a las costillas, en otras ocasiones poleándolos (haciéndoles rodar) por entre los zarzales y las peñas, hasta poder llegar con tan copiosa cantidad de leña, al estratégico lugar donde el panadero con su carro, pudiera cargar la leña. Estábamos embalagándola (apilándola) mi madre y yo muy ufanos y satisfechos, de la difícil victoria que habíamos en tan escaso tiempo conseguido, porque en duda pongo, que pocas gentes en todo el Universo en las circunstancias que nosotros nos encontrábamos hubieran podido lograrlo. Digo yo que en tal trabajo nos encontrábamos amontonando aquella leña, que todos los tochos (leños) medio descortezados por la cantidad de veces, que fue menester rodarlos por entre los cuetus (piedras) que poblaban aquel xerrapeíru (sierra) daban señales y no por los cortes de las herramientas, de haber sufrido lo indecible por encontrarse despeyexáus (despellejados) hasta casi el total emporricamiento (desnudez) de las arnas (cortezas) que los cubrían. Nuestras físicas humanidades se encontraban tan maltrechas después de tantos días de sobrehumano trabajo y de raquíticos y deplorables alimentos, que tal parecía que éramos cadabres (cadáveres) vivientes, sino supiesen cuantos nos conocían, que éramos dos invencibles barras del más puro acero. Yo descalzo de afechu (del todo) y mi madre con las alpargatas dándoles vueltas alrededor del tobillo, imposibilitadas del menor encatesu (remiendo) todas nuestras escasas vestiduras lucíanse tan acuchilladas, como si fatáus (muchos) puñales anárquicamente las hubieran rasgado. Y nuestras pieles por todos los lados se encontraban arraguñáes (arañadas), pinchadas, magulladas, en definitiva martirizadas por las piedras, por los espinos, por la infinidad de arbustos que en aquella sierra casi inaccesible para las mismas cabras, yo y mi madre como dos guerreros invencibles, cortamos aquellos tres carros de leña, que al decir de mi madre, servirían estupendísimamente bien para amagostar (asar) a la propia ley, y a los sinvergüenzas y deshumanizadores fascistones que la vieran fechu (hubieran hecho). Y en postura tan deplorable se empobrecían nuestros desventurados cuerpos, por todo lo contrario, nuestros espíritus se lucían sanos y fortalecidos, orgullosos y alegres, por haber conseguido aquel trabajoso y casi imposible triunfo. También solía decir mi madre dentro de una rabia y desilusión enfurecida, que si los «roxus» (rojos) hubiesen batallado con el mismo ardor, e indómito entusiasmo que nosotros habíamos puesto, todos los fascistones de Europa serían nada para vencerlos, ni en lo más mínimo. Vuelvo a repetir, que concluíamos mi madre y yo de empericotar (apilar) los cuatro leños que faltaban para dar por terminada aquella proeza, cuando la diosa fortuna nos vino a visitar en la forma de Falu el maderero, que más o menos, esto fue lo que nos hizo, y nos dijo: ¡Buenas tardes Lluza!, que así era como llamaban en asturiano a mi madre, ya que en castellano su gracia es Luzdivina. ¡Se ‘l tou home allevantara la motchera, ya te viera a tí ya ‘l tuo fiyiquín, nel estáu que vus deixó la llamazoúsa ley del venceor, paime amín, qu'el probetayu espavoríu per tan grandie inxusticia, oitra vez se morrería! (Si tu marido volviera al mundo y te viera a ti y a tu pequeño hijo, en la situación que os ha dejado la fangosa ley del vencedor, me parece a mí, que el pobre lleno de un enloquecedor pavor por tan grande injusticia, otra vez se volvería a morir). —Recuerdo yo muy bien, lo mismo que si en este momento de nuevo lo estuviese viviendo, lo que me ha hecho esta canallesca ley que ahora a ti te martiriza, cuando en los frentes de Teruel me cogieron prisionero. Me internaron en un campo de concentración, y me dieron más palos que días me quedan de vida, aunque muerra tan viétchu (muera tan viejo) como Marcelín el de Fresnedo, que le llevó Dios cuando pasaba de los ciento diez años. Como comida nos daban una lata redonda de sardinas o bonito, que los prisioneros le llamábamos «el reloj», ya que así era de pequeña. Cuando te salía podre, que sucedía la mayor parte de las veces, te pasabas el día haciendo vigilia. ¿Cuánto te va a dar el panadero por esta leña Lluza? ¡Hombre yo creo que son tres carros buenos, y como está pagándose a diez duros el carro, pues me dará treinta! ¿Algamate? (alcánzate para la multa). ¡Sí Falu, ye lu xustu! (Es lo justo). Rafael, que así se llamaba Falu, (uno de los hombres más honrados, trabajadores y enteros que yo he conocido), a la vez que del bolsillo interior de su chaqueta sacaba la cartera dijo: ¡Mera compañera, voy a venir con el camión de la compañía maderera y llevar toda esta montaña de leña a Trubia, yo te voy a entregar ahora por ella trescientas pesetas, si después vale más, ya te daré el resto, y si vale menos, considera ese dinero que te di, como regalo de un roxu decente ya honráu comu tú le yes miou neña! (Rojo decente y honrado como tú lo eres mujer). Al día siguiente que era feria semanal en la capital del concejo, pidiole mi madre prestado a una buena vecina amiga suya un paxiechacu (traje, vestido) y unas zapatillas, y así vestida de prestado la pobre, se trasladó bien de mañana a la Villa, pagó la multa a aquellos canallas que servían a una ley tan ultrajante, que a los vencidos y sus inocentes descendientes peor que a apestosos esclavos nos trataba. Luego, después, compró ella un paxietyín (un vestidito), unas zapatillas y unas madreñas, para mí, un buzo, que era la vestimenta que entre los pobres se estilaba, unas alpargatinas y unas fuertes madreñas, y después de mercar algunas cosas necesarias, vino para casa la mar de contenta y satisfecha. Y ahora yo me pregunto a muchos años de distancia, viviendo aquellos por mí vividos pisoteados y vengativos tiempos, ¿a qué asesinas, sucias y cobardosas manos, irían a parar, aquellos nuestros dineros, ganados con el sobrehumano esfuerzo y la más justa honradez, manchados por la sangre de nuestras heridas producidas en el agotador trabajo, y mojados por tantas gotas de sudor, como de estrellas debe de haber en el infinito cielo? ¿No se dan cuenta amigos lectores, que injusticias como ésta, o de otra índole aun mayores, deben de contarse al Mundo, pese a quien pese, para quienes las escuchan forjen en sus sentimientos, de que en toda guerra, y sobre todo las civiles, dejan tras de sí, primeramente el dolor más deshumanizante, después las venganzas más pervertidas, que darán vida con fuerza ilimitada, a la repugnante, sanguinaria y odiosa fiera, que todo ser humano, desde los primitivos tiempos de su nacencia, lleva celosamente escondida, en el apartamiento más oscuro y más brillante de su espíritu, donde se mueve gozoso el sentimiento humano, tras de saber que a su Prójimo bien le ha hecho, y se revuelve envilecido, encanallado y airado por el odio y las iras endiabladas, cuando también comprende que a sus semejantes, en el dolor y el sufrimiento los ha sumergido. Y fue precisamente a estos desatinados sentimientos, manejantes en aquellos tristes momentos, de las inhumanas leyes que regían los destinos de mi Patria, donde fueron a parar mis dineros, mis primeros dineros, ganados con más santidad y honradez, que pueda llevar dentro la propia Hostia Santa, que es tanto como decir, que sólo los mismos demonios faltos de toda conciencia y sin el más mínimo sentimiento de honestidad, podrían sin sentir asco de sus propias personas, apoderarse de los honrados y muy fatigosos trabajos, de una viuda de los roxus (izquierdistas, rojos, por el mismo estilo), y de un huérfano de los mismos. ¡¡Yo creo, que como aún no habían satisfecho sus ansias asesinas, con la muerte de mi padre y de tantos inocentes, precisaban en el momento que preciso les venía, afestinarse en postres con el esfuerzo y sufrimiento de sus deudos!! Durante algunos días viví yo jugueteando por la aldea, mi vida sin ninguna preocupación, muy contento porque iba vestido con aquel mono nuevo, más delgado que un papel de fumar, ya que se me había esgazáu (roto) por más de media docena de lugares, pero aún así, a mí me parecía que llevaba puesto, mejores galas que el mismo vencedor, que poco lucía sobre sus costillas, que se le pudiera denominar verdaderamente honrado. Mi madre mientras tanto, seguía incansablemente trabajando por las tierras de los vecinos, sin jamás cobrarles ni una peseta de sueldo, pues ella tan sólo quería, que al cambio de sus sudores le dieran una cestina de patatas, una fontadina de farina, ou de fabes lu mesmu foran prietes que blanques, d'arbeyinus ou d'oitra cebeira, dalgún terreñaín de lleiche, mazá, tarabazá, ‘n culiestrus ou cabantes de brañar. (Una fuente de harina, o de alubias de cualquier marca o color que fueran, de guisantes o de cualquier otro cereal que fuera, algún jarro de leche, desnatada, cuajada, o la que alumbran las vacas recién paridas, o de la que terminasen de ordeñar a una vaca de leche). Ella llegaba todos los atardeceres a nuestra casa, sudorosa y cansada, pero resplandeciente de alegría, porque en su mandil traía mi comida. Luego, después de que yo me hartaba, nos acostábamos los dos en aquel jergón de sacos, repleto de hojas de maíz y también de pulgas, y abrazada a mí, se quedaba muy pronto profundamente dormida. Yo que desde niño he dormido poco siempre, quizás para hacer bueno el dicho que de camino me invento, que considera al que poco duerme más infeliz, que quienes tienen la dicha de dormir prácticamente, dentro de estos mis desvelos, en la silenciosa tranquilidad de la noche de aquella amplia sala desmueblada, cuyas paredes y techo estaban del sarro que deja el humo, y plagadas de arroxetáus (enrubiecidos) goterones, que ponían al descubierto las primeras pinturas que habían tenido, fendíu (cortado) de continuo este silencio, por el risueño y sórdido murmullo que alumbraba el pequeño río que vertiginosamente se deslizaba a menos de diez metros de nuestra casa, y otras veces también era enruxeráu (alterado) aquel silencio, por los ladridos de los perros de la aldea, o por el cante siempre misterioso y apabullador que hacen las curuxas (buhos) en la noche, cuento yo en que estos desvelos, observaba el placenteroso dormir de mi madre, con su respirar acompasado, fuerte y sano, con todos sus acerosos músculos, con naturalidad relajados, talmente parecía mi madre del todo inofensiva, mas sin embargo, aquel perfecto y vigoroso cuerpo que acoplaba fuerzas en el descanso, de la misma natural manera que agigantadamente dormido descansaba, cuando despierto se hallaba, se transformaba en un invencible e incansable guerrero, condenada ya a luchar en l'engarradiétcha del trabayu (la pelea del trabajo), todos los momentos de su vida, por los mismos endemoniados vencedores, que primeramente le habían achuquináu ‘l sou home ya lus sous fíus. (Asesinado a su marido y a sus hijos). Y ahora que ya todo ha pasado, y lejos de olvidarlo se agiganta cada día más en mi mente, yo me pregunto, que si mi madre no hubiese sido así de luchadora, de brava, de valiente y honrada, qué seria de mí y de ella misma, acosados en todo momento por la ley insana del vencedor, y xunius (uncidos) también para siempre, en el desventuroso carro de la esclavitud bien vigilada, por el látigo y la pistola del triunfador.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > carraca

  • 9 axabarciar

    Axabarciar, es tratar, vender, comprar, cambiar, etc. Cuntu you aquindi nisti primeiru llibru qu'un astur fae con ñaturallidá, con honradé, con amore grandie ya ñoble que disdi guaxetín na miou xenciétcha ya ñatural alma se fexu hacia tous lus melgueirus y'embruxantes chugares de la miou mantina tierra d'Asturies, ya de toes les Fidalgues xentes que la poblen, falu you que nagora mesmu tenu ñecexidá de cuntayes un cuintu que nun ye tal couxa, perque cuaxi tóu lu que falu aquindi fóu verdá. Ya cumu encalda mu ben nista pallabra, pos nagua mexor que como exemplu qu'isti casu que per oitre lláu pué xervir tamén d'escola. (Cuento yo aquí en este diccionario primero que hace un astur con documentación, naturalidad y suprema honradez, lleno de un amor grande y noble que desde niño en mi sencilla y natural alma se hizo, hacia todos los dulces y embrujantes lugares de mi amada Tierrina Asturiana, y hacia todas las Hidalgas gentes que la pueblan. Digo que ahora mismo tengo necesidad de contarles un cuento, que no es tal cosa, porque casi todo lo que les voy a contar ha sido una auténtica verdad, y como tal alumbramiento tiene el origen en esta palabra, pues nada mejor que este ejemplo, que por otro lado puede servir también de escuela). (LES XABARCEIRES) L'Aldexuxán (aldea de Susana) yera la miou aldina, fae ya un faticáu d'anus cundu you yera un guaxín, despós de l’achuquinante 'ngarradiétcha, que xemóu de cadarmus toes les teixáes de la miou embruxante Asturies, apaxiétchandu de llutus, mexeries, fames, atristeyáus ya enfernales dollores a toes les xentes, lu mesmu las prietes que yeren las drechistes, que lus roxus que yeren de las esquerdas. (La aldea de Susana era mi aldea, hace ya muchos años cuando yo era un niño después de la asesinante guerra que sembró de cadáveres todas las casas de mi embrujante Asturias, vistiendo de lutos, miserias, hambre e infernales dolores a todas sus nobles gentes, lo mismo a los negros que eran los derechistas, que a los rojos que eran los de las izquierdas). —Por aquel entonces, cuando el hambre, la necesidad y la miseria se enseñoreaban de les teixáes (lares) mejor dicho de los hijos y de las viudas de los perdedores, ya que los pobres, los que no estaban encuandicáus (sepultados) s'atopaben arretrigáus nes cárxeles, (encadenados en las cárceles) ya oitres con más xuerte, xebráranse per miéu 'l hermenu venceor pal extranxeiru. (Y otros con más suerte, se marcharan por miedo al hermano vencedor para el extranjero). —Cuento yo, que por aquellos tristes aconteceres sucedió en mi aldea esta historia que ahora al recordarla tras más de cuarenta años de haber sucedido, trae a mi pensamiento una añoranza triste, nel mesmu lleldar que me fae xonreyire. En el mismo suceder que me hace sonreir, ya que el caso según mi humilde parecer se las trae, porque todos los personajes qu'encaldan (hacen) esta cierta, historia, eran seres que para poder vivir tenían que luchar bravamente todos los amanecidos días, no importa cómo lo hicieran; pero por aquellos tristes tiempos el que no luchaba no comía, no es como hoy, que se tira más comida en un día a la basura, que en los tiempos de esta historia comía toda Asturias en una semana. —Yera mi aldina tan bétcha en allumbrar frutos, que desde los principios del branu (verano), fasta lu fondeiru de la xeronda (hasta lo último del otoño), talmente parecía mi melgueiru chugar (dulce pueblo), el mismo jardín que el Creador debe de tener reservada para las sencillas y buenas gentes que tras la muerte sean huéspedes de su Santificante Reino. Tal exquisita riqueza natural daba lugar, a que casi todos los vecinos tuviesen un pollino que espatuxara llixeiru (andase rápido), y fuese resistente para que no se esmurgazara esventronáu (cayera reventado) en los difíciles y abruptos caminos, con las maniegas (cestas) encima de su albarda amamplenáes (llenas) de sabrosos frutos, antes de llegar a la romería o fiesta donde iba destinado tal manjar, así fueran higos, cerezas, ciruelas, peras, etc., etc., etc. Algunas veces también solían llevar manzanines arroxáes nel fornu (manzanas asadas en el horno) y ablanines turráes nel mesmu cheldar (y avellanas asadas en el mismo lugar), y estas frutas así tratadas, tenían un gusto tan exquisito que uno no se hartaba nunca de comer por ellas. Por estos quehaceres y otros múltiples necesarios en sus caseríos, cada vecino cuidaba a su pollino todo el año, como la mejor de sus prendas, porque era el humilde pollino el único medio de locomoción que tenían para efectuar infinidad de trabajos y muy necesarios traslados. Decía el pedáneo de mi aldea, donde sucedió esta historia que estoy empezando a relatarles, que un pollinín d'arremangu (de valía), le proporcionaba más ganancias al aldeano que una xuntura de les mexores vaques (pareja de sus mejores vacas). Pero endenantes d'afondigoname nel contare lus fechus que fixerun les xabarceires del miou chugar (antes de ahondar en los hechos que dieron lugar las tratantas de mi pueblo), voy a contar así d'esboriaúra (de resbalón), lo que le ha sucedido al razonero alcalde de mi aldeina: Hubiérase casado Graciano cuando era muy joven aun, con Ramona la de Juan de Pacha, que era una mozacona (mozona) de ñidies (finas) mexierches (mejillas), arregañaónes ñalgues (apetecibles nalgas) y un entamu (senos) también empericotáu (prominente, estupendo), que hacían de Ramona una muchacha también formada y deseable, que ni el más exigente sería capaz de deximiya per mu fartu qu'andubiés de clica (nadie la despreciaría por muy harto que estuviese de mujeres). Pero Graciano que por aquel entonces era pobre, aunque dueño de un ameruxamientu d'arganáes, que lu ateixaben nel xeitu del querer escombútchire, (unas crecidas ansias que le resguardaba en el lugar de querer, medrar, enriquecerse, etc.). Mas él pensaba y con buen tino, que jamás sus aspiraciones podría alcanzarlas en la aldea, por tal razón decidió emigrar, y como le acompañaba la suerte de tener un hermano en las Américas, pues un día endubitchóu lus sous fatinus (lió sus ropas), despidióse con lágrimas en sus ojos de su mujer e hijo que por entonces aun no había cumplido un año, y colóu (marchó) para La Habana, donde trabajó como un esclavo durante diez años, sin desperdiciar ni menos gastar ni una perrina (cinco céntimos). Con una buena cuarexá de cuartus (cartera de dinero). Ilegó pasado este tiempo a su aldea, cargado como un abetchún (abejón), de paxiétchus, llásticus, xoyiquines, ya fatáus d'oitres couxiquines, (de trajes, ropas, joyas, y muchas otras preciadas cosas. Hizo su entrada en la aldea en los postreirus (últimos días del mes de Xeneiru), precisamente cuando el día atapecía (oscurecía), por eso, como su teixá (casa) era la primera de la aldea, y hacía un frío y una ventisca que a todo el mundo refugiaba tras de sus lares, con ningún vecino se encontró, que le dijese o le pusiese de aviso contra alguna cosa. Salió su mujer a recibirle a la correlada llena de gozo y de contentura, engavitóuse (enganchose) la Ramona a su cuello loca de alegría, bexucóuyu per tous lus lláus esgalazá (besole por todos los lados con ansias), en el lleldar (hacer) que desfayénduse (deshaciéndose) en chárimes (lágrimas) y xoponcius (mareos, sustos, etc), que le hacían temblar como una vara verde, y después d’allancar (plantar) las rodiétches (rodillas) encima de las llábanas (losas), dijo bajando la cabeza y xofitándula (apoyándola) entre los atavarius (bragueta), de su hombre, en el encaldar (hacer) que s’arretrigaba a sous cadriles (se abrazaba a sus piernas). ¡Achuquíname, achuquíname miou Gracianu, endenantes de que te cunte, lu paraximesquéiramente que me portéi, metantu que tou faíes la Bana nel extranxeiru! (Asesíname, asesíname mi Graciano, antes de que te cuente, que te he hecho de menos con otros hombres, mientras que tu, te hacías rico en el extranjero). ¡Bueno Ramona..., ya tendrás tiempo de decirme todo cuanto de bueno o malo hayas hecho... pero ahora dime ¿dónde está el pequeño? ¡Apuesto a que ya está hecho un mozaquín (adolescente), listo y trabajador como lo que es su padre, que fexu más pesos na Bana (que hizo más duros en La Habana), que de pelos tenedis entrambus ya dos en vuexes motcheres! ¡Bueno los niños, quiero decir Tanín, güéi dexelu nel teixu miou má, pos comu tenu fatáus de couxes qu'escutire coutigu, ya non sei per la primeira que comencipiare, pos ista nuétchi quixe quedáme sola pa faluchar al nuexu encaldare! (Hoy le he dejado en la casa de mi madre, pues como tengo muchas cosas que discutir contigo, y no se por cuál he de comenzar, por éso esta noche he querido quedarme sola para hablar sin que nadie nos enrede). Lo primero que hizo la Ramona fue prepararle la cena a su marido, y al parejo que en esta faena se entretenía, iba preguntándole sucesos que a él le habían acontecido, quedándose siempre muy admirada de cuanto le decía su esposo. Pero después que el Graciano se fartucóu dé xamón, ya güevus con choricinus, arrutióu encomoláu perque l'entelaura inflabai 'l banduyu, plantói fuéu a un pitu, llancói 'n fondigoná 'n par de fumáes, ya sonriyénduse mu felliz dixói a la sou mutcher: (Se hartó de jamón, huevos y chorizos, eructó incomodado por haber abusado de tanta comida que con pesadez le hinchaba la barriga, le pegó fuego a un buen cigarro, le sacudió un par de fumadas, y después sonriéndose muy feliz le dijo a su mujer): ¡Desde que me he marchado a las Américas hasta ahora, no he comido una comida que mejor me supiera que ésta que me has preparado en tan poco tiempo y con tanta arte. Por el mundo adelante mi querida Ramona, no se harta uno nada más que de mollicies (cosas malas). Mucho cacíu pintureiru (cacharros lujosos), mucha cuchara limpia y resplandeciente, mucho sirviente que te trata con tanto mimo como si fueses un banquero, pero los platos son pequeños, y la comida que en ellos vacian (echan), tiene escosáu güétchus de rustíu (que no tiene grasa, que no está sazonada). Más sustancia tiene aquí un potaráu de llabaza de la que chamus a lus bracus (una pota de fregaduras de la que servimos a los cerdos), que todo lo que come en el día un trabajador en las Américas, y si uno trae dineros de aquellas lejanas tierras, es a cuenta de la mucha hambre, calamidades y sufrimientos que uno tiene que aguantar allí. Aquí en las aldeas pensamos cuantos nos vamos para allá, que en cuanto lleguemos, atopamus lus cuartus tremáus pe les caleyes! (encontramos los dineros tirados por las calles). ¡Bueno Ramonina, ahora ya me puedes contar lo que has hecho por aquí, que me parece que abundu enfucheráu (muy sucio) y grave debe de ser, cuando endenantes de entrare na miou teixá, de rodiétches me suplicabes que t'achuquinara! (antes de entrar en mi casa, de rodillas me suplicabas, que te asesinara). ¡Non sei Gracianín perquéi llugar comencipiar, pos tou enllordióxe d’enria mín, comu se ‘l mesmu diañu me l'encalducar! (No sé Gracianín por qué lugar voy a dar comienzo, pues todo se enlodó encima de mí, como si el mismo demonio me lo preparara). Deciale Ramona sentada en el escaño, detrás del aburióxu (ardiente) lar, mirando de frente para su marido y alumbrando a la par un torrente de lágrimas, que resbalaban por sus hermosas y coloreantes mejillas, que resplandecían a la luz del fuego, lo mismo que si estuviesen entafarnáes (untadas) con manteiga (untadas con manteca). Graciano que la propiaba con el mismo arrobo de enamoramiento que por ella siempre había tenido. Le dijo con voz halagosa que ya consigo llevaba el perdón que con tanta argucia su esposa buscaba: ¡Anda Ramonina, déjate de choramicar (llorar), pues con tanta mexareta (meadura) de lágrimas, no vas a encantexar l'esgazaura que fixiste! (arreglar la rotura que has hecho). —Y ahora cuéntame de una vez cuál fue el mal que me has hecho, pues por lo que barrunto, me has hecho castrón fatáus (muchas) veces. ¡No Gracianín, no te he hecho de menos nada más que un par de veces, y te voy a contar sin deximite (ocultarte) nada, el por qué hice de paraxa (puta), pues no me he puesto patas arriba en la añuedaura del cibietchu (haciendo el amor) con nadie, porque mi cuerpo me lo pidiese, sino que ha sido la necesidad la que me ha obligado, pues bien sabes, que cuando tu te has marchado para La Habana, yo me quedé muy sola, con un niño entre mis brazos que nin falaba nin espatuxaba (que ni hablaba, ni andaba) !Ay! Gracianín de mis entretelas, del mi corazón y de los mis sentidos, puedo decirte ahora llena de alegría que te estoy viendo al lado mío, que con las lágrimas que alumbraron mis ojos en todos estos años de soledad que he vivido, navegaría sin hundirse el barco que te trajo de La Habana. ¿Y quién fue el culpable de mi desesperante llanto, de mi inconsolable sufriencia? ¡Sólo tu Gracianín, sólo tu eres el culpable, que me has dejado muy sola, y te marchaste para las Américas hace diez años, siendo yo en aquel tiempo una desventurada criatura que aun no tenía veinte años dígote yo que me has dejado encuandiada (empozada) dentro de la soledad y la pobreza, y en todo este largo tiempo, no me has mandado ni tan sólo una perrona (diez céntimos) con la que comprarle un llastiquín (una camisa, un jersey, etc., etc.) a nuestro hijo, y ahora me vienes tu diciendo que quieres al niño tanto y cuánto! ¡Bueno Ramonina, lo que yo hice o dejé de hacer, abundu bien fechu tá (muy bien hecho está). Hoy ya me encuentro en mi casa dueño de una betchá cuarexa (bien repleta, rica cartera) de dineros, y no quiero perder el tiempo explicándote lo que yo he sufrido y el trabajo que me ha costado atróupar (rejuntar) este capital, pero tu ahora sí que me vas a decir con quién o con quiénes me has traicionado durante el tiempo que he estado fuera de mi casa. Así pues, empieza luego y no pierdas el tiempo barajando pormenores noitres (en otros) caldaretus (ubres) que no sean los que estrincaste (ordeñaste) entre los atavarius (braguetas) de los hombres con los que has hecho el amor, mientras que yo en las Américas fechu 'n castrón, apelucaba cuartus pá betchar la cuarexa que traigu, (hecho un cabrón, recogía dineros para llenar la cartera que traigo). Ramona se levantó del escaño, echó al fuego cuatro astillas porque ya se estaba amorrentandu (apagándose) y después, arremetchandu lus güeyus, miróu 'l Gracianu con mala lleiche, ya díxole sen catar más atayus (abriendo desmesuradamente sus ojos, miró a Graciano y le dijo con enfado sin buscar más atajos). ¡A los dos años de colar (marcharte) tu por el mundo allantri, (adelante) se me puso el niño muy amolaín (enfermo), y no tuve más remedio que llevarle al mélicu (médico), y éste con palabras finas y muy melgueróuxas (dulces) me dijo que yo era una buena moza, que estaba muy guapa y que era muy hermosa, y muchas otras cosas mas que entre todas ellas me hicieron perder la cabeza, el caso fue que el médico me aseguró que el niño estaba realmente muy enfermo, y que sólo se comprometía a sanarle si yo... bueno... el caso fue que yo por curar al mióu fiyín (mi hijo) espurrime y encoyime baxu lus atavarius del mélicu y'añuédei 'l cibietchu cuá 'l un par de veices, (me estiré y me encogí debajo de la bragueta del médico e hice el amor con él un par de veces). Y de resultas de los dos achucáus (acostados) que fexe debaxu 'l allegre mélicu (que hice debajo del alegre médico), me quedé empanzorraona (preñada) y parí otro rapacín (niño) que ahora ya tiene siete años. Así que yo considero que si tú estuvieses en mi lugar, harías lo mismo que yo he hecho, pues por un hijo una madre da todo cuanto tenga y más para con ello! Graciano que era de naturaleza muy tranquilo y a pesar de ser un cornudo era listo y razonero, le dijo sin enfadarse ni levantar más una palabra que otra: ¡Por un hijo una mujer casada debe de entregarlo todo verdad es, todo menos su honra, porque la honra en la mujer casada tiene más valor, que todos los hijos que pueda tener y hasta inclusive más que su propia vida. Porque de ahora en adelante, lus tous nenus namái que serán pá les xentes que fius de paraxona. (Los tus niños nada más que serán para las gentes que hijos de puta). Y tu... una paraxete (putina) mirada en todo momento por los hombres, como pan caliente fácil d'allancái 'l denti (hincarle el diente). Y yo... un cabrón consentido, que ha de ser la guasa y la murga de todos mis vecinos y de cualquier gente que sepa de mi vergüenza! En buena razón acaidonaban (dirigíanse) las palabras del Graciano, pues pronto sus vecinos armados con la socarronera malicia de las gentes de la aldea, empezaron a torearlo, diciéndole entre amistosas risas y halagüeñas palabras, ofensivos insultos, que ponían al pobre Graciano lo mismo que un pingayu (trapo viejo), y como Graciano era simpático y buena persona, aun les daba lugar más xeitu (sitio), para que se apropiaran de mayores confianzas, y ya no sólo eran sus vecinos los que de continuo le provocaban, sino todas las gentes que le conocían, pues un día que estaba segando hierba en un prado que tenía al lado de la carretera, pasó por allí una pareja de los guardias civiles de servicio que eran amigos suyos, y después de torearle un tiempo como todo el mundo hacía, uno de los guardias le preguntó: ¿Qué carrera les vas a dar a tus hijos Graciano? ¡Pues como tienes dineros amamplén (muchos), no estaría mal que los estudiases para xebralus (apartarlos) de estar mayucandu (majando) terrones toda la vida lo mismo que tu haces! Graciano quedose mirando para el guardia sonriéndose como si nada ofensivo le hubiera dicho, y después apurriénduyes (dándoles) la petaca para que enrrodietcharan (liaran) un cigarrillo, cuando los tres estaban aborronandu (fumando) muy tranquilos les dijo: ¡Mucha razón tienes Juaquín, ya que majar terrones no es un oficio descansado ni productivo para nadie, por eso, a mi primer hijo, que es el mío verdadero, le voy a estudiar hasta que se convierta en un buen ingeniero, aunque tenga que vender sino me alcanza cuanto tengo, hasta mi honrado apellido, que por ser tal cosa, en todo el mundo ha tenido siempre buen crédito, y al otro por ser hijo de mi mujer que xebrose (se fue) de la honradez, y se situó entre la hedionda troya (suciedad) donde se enchamuergan (ensucian) las paraxas (putas). En pocas palabras, por ser hijo de puta, le voy a enchufar en el xuzgáu (juzgado), y si no sirve para este menester, entonces le afilio a la guardia civil! Al guardia Juaquín, xelósele (,helósele) d'afechu (del todo) la maliciosa sonrisa que mostraba entre sus labios, y poniéndose muy serio le dijo: ¡Ten cuidado con lo que dices Graciano, porque me parece a mí que no das puntada sin hilo, así que se acabaron las bromas, y de ahora en adelante con nosotros ándate derecho, sino quieres que te enchufemos en la cárcel por tener la lengua demasiado larga y ser tus palabras mal intencionadas! Descubrió Graciano aquel día, que el don de la palabra era un arma muy poderosa, con la que conseguiría manejándola con astucia y solapadamente insultativa, lograr que sus agudosos vecinos se mirasen muy bien antes de lanzarles puchas (sátiras), haciendo de su persona el hazmerreir de todo el concejo. El habíale dicho al guardia Joaquín sin la menor intención de ofensa hacia su persona ni a nadie, que el hijo de su mujer por ser nacido de mala madre, le colocaría en la Guardia Civil, cosa que incomodó grandemente a Joaquín, demostrando con sus inocentes palabras que no es oro todo cuanto reluce, y que todo el mundo tiene algo de suciedad escondida o a la vista, de la que suele avergonzarse. Desde ahora en adelante, escrutaría en la vida y pasado de sus vecinos, y cuando de él se mofasen, les taparía la boca lanzándoles al rostro como arma de defensa y ataque todo cuanto de despreciable y asqueroso, en sus vidas o familias hubiere; y de esta forma, ya se mirarían ellos de volver con sus ya cansadas e insultantes sátiras a molestarle. Y ahora, tras el xemeyu (retrato) que hice del alcalde de mi aldea, escantoyándulu namái que per un cornetchal (rompiéndole nada más que por una esquina) de las muchas que el condenado tenía, voy a hondear ya sin hacer pouxa (parada) ni xebraura (apartamiento) en la historia de las Xabarceiras (tratantas), que entrambas y dos eran de gafas (venenosas) como un perro con la boca negra. «MANOLA Y VENANCIA» Moraban en mi aldeina dos mucherucas (mujerucas), que eran hermanas en apariencia y al decir de ellas también de familia, ya que habían nacido por el mismo furacu (agujero), no eran ya jóvenes cuando yo las conocí, pues paseábanse por la vida con la edad de comenzar a maurecer (madurar), eran las más pobres del lugar (descontándome a mí por supuesto), ya que no les acompañaba más riqueza que una vieja pochina (burra), y por esta pobreza que las acompañaba, allindiaben (cuidaban) a su borrica Facunda, con tanto cariño y esmero, como si en verdad fuese hija de entrambas. Estas mujeres no eran nacidas en mi aldea, y verdaderamente tampoco a ciencia cierta nadie sabía el lugar de su nacencia, lo cierto es que habíanse asentado en mi aldea cuando se terminó la guerra, y vivían en una muy humilde casuca que compraran con algunos dineros que traían, vivían en mi lugar desde aquella época, ganándose su vida con libertad e inteligencia, si se puede denominar así, al apoderarse de lo que muchas veces no les pertenecía. Decian algunos vecinos, y yo no sé si era cierto, que durante toda la guerra habían estado de paraxas (putas) por el frente, haciendo felices a los milicianos primero y después a los vencedores, más sin embargo yo creo que esto no era verdad, porque entrambas y dos físicamente no valían ni para un tiro de escopeta. Nosotros las conocíamos por el apodo de las Xabarceiras, y eran bajas de talla, secas de carne, con rostro de brujas feas y lagañosas, dueñas de un mal genio y peores intenciones que el mismo demonio, y garruxantes nas engarradiétchas (valientes, decididas en las peleas). La de más edad se llamaba Manola, y tal parecía que sus padres la habían fabricado con el puro veneno, y aparte tenía una lengua tan ofensiva y desarrendada, que dejaba en porriques (desnudo) al más pecaminoso de los arrieros. Venancia que era la otra, no algamia (alcanzaba) a su hermana en el ser tan garruxante, pero se aparejaba al lado de ella, en tener los dedos largos y las uñas raguñonas (arañosas) para mal de las tranquilas gentes, donde se engarrapelaban (enredaban) muchas veces los intereses de los vecinos. Las rapiegas Xabarceiras, cuando los campos se cubrían de frutos y los árboles se enseñoreaban con el manto lujoso y natural de los saludables y exquisitos frutos, ellas solían comprar en caña (en el árbol) o escandanaban (recogían) sin ningún permiso, las mejores frutas, y prestas corrían a venderlas por todas las aldeas y mercados de los tres concejos vecinos, y con estas ganancias, ellas prohibían al fantasma del hambre, que no espurriera (estirase) el hocico, agolifandu (oliendo) en su lar, en ningún día del año, por prietu (negro) que éste escombuyere (viniese, naciese). En la casa de las Xabarceiras, a pesar que por aquel entonces los tiempos eran muy difíciles y el hambre se recostaba en todas las esquinas, entre otras cosas en su lar jamás faltaba el cafetacu, y el frasco de marrasquinu (anís, caña, etc.), al que las dos hermanas le hacían halagos con parejo tino, pues érales el café ey el aguardiente tan llambión (goloso), como el tabaco de cuarterón, ya que sonrientes, gozosas y felices, apuxaben (tiraban) por él, con el mismo placer que escosaban (secaban) el pintureru frasco del aguardiente. Muchas veces cuando estaban sentadas con tranquilidad en su casa antroxánduse (festejándose) con las copaxas (copas) y el cigarrillo, decíale la Manola a su hermana entre xorbu ya xorbu (trago y trago) y cigarrillo prendido con la colilla del otro, esta sentencia muy verdadera: ¡Es mucho más fructuoso unos minutos de trato si están bien hechos, que cien horas de trabajo agabuxá (agachada) en las estayas (tajos), haciendo labores para los vecinos, que son más olvidadizos después de hacerles el trabajo, que agradecidos para pagarte en justicia el sudor que en sus tierras has derramado! Pero aquel año las Xabarceiras estaban encuandiadas (empozadas) dentro de un mal estar que mazábayes enoxáes fasta el mesmu fégadu (sacudíales enojadas hasta los mismos hígados), y todo había sido por la causa de no haber sido eficaces en el llindiáu (cuidado) de su pollina Facunda, pues un día que la habían dejado sin vigilancia guareciendu (pastiando) en el pasto comunal, piescóula (cogióla) por su cuenta y riesgo el alegre pollino de Rosendo el goxeiru (cestero), que el condenado tenía unos coyonzones (testículos) que le pingaben (colgaban) hasta el suelo, y se daba muy buena maña en no dejar una pollina manía (sin preñar), por vieja que fuera, y aunque no tuviese gana de que l’añuedaren el cibietchu (que le hicieren el amor). Por esto la Manola que era la que acaidonaba (dirigía) las riendas de su teixu (casa), se abayucaba (se movía) aquel año que corría por los primeros días del mes de Junio, con todos los demonios del infierno haciéndole mil travesuras en su cerebro, y todo era por la causa de la paraxona de sou potchina (de la putona de su pollina), que de resultas del esfoitu (confío) que con ella habían tenido, que fuera bien aprovechado por el alegre pollino del goxeiru (cestero), espatuxaba (andaba) la pobre con una ventroná (barrigada), que trabajo le costaba revolverse. ¡Diañu de bruxa (demonio de bruja), con lo vietcha (vieja) que es, y todavía tuvo la puñetera calentura para que en un momento que la dejamos de la mano, de ir hacer xaceda (camera, sitio) debajo de las patas del condenado burro del maldito goxeiru (cestero). ¡Pues en algo tenemos qu’estenciar (inventar, hacer), para poder llevar la fruta este año, a los mercados y a las aldeas, ya que si no ganamos por el verano los dineros que necesitamos, cuando llegue el invierno, entrará en nuestro hogar de la mano del frío también el hambre. —Está visto que con la Facunda no podemos llegar a ninguna parte pues está la condenada con un baduyáu (barrigada) que apenas puede tartirse (moverse). En buen compromiso nos ha colocado el zaramachón del maldito pollino del goxeiru, que quiera Dios que el demonio le asesine y al amo con él, pues cada vez que veo alguno de entrambos, se me sube la sangre a la cabeza y me pongo en tal trance, que tengo miedo de que un día no pueda contenerme y les parta el alma a entrambos. Todo esto y algunas cosas más, se lo estaba diciendo la Manola que en el lleldar (hacer) ya se encontraba medio tarrasca (borracha), a su hermana Venancia, que intentó consolarla aconsejándole, que lo mejor que hacían, era bajarla el lunes al mercado de la Villa, y con lo que le dieran por ella, y un poco más que pusieran encima, mercarían un burro de arte, que las libraría del complicado problema que las atañía (conducía). En esta conversación se encontraban las afligidas Xabarceiras aquella tarde buscándole encantexu (remedio, remiendo) para su desgracia, cuando hicieron entrada en la aldea una caterva de gitanos, llegaban todos dentro de una alegrosa folixa (juerga, algarabía), que tal parecía que todos eran tan felices como los mismos ángeles moradores del Cielo. Y sin pedirle permiso a nadie, dispusiéronse a pasar la noche debajo de los hórreos que se asentaban en el centro de la aldea, lugar que desde inmemoriales tiempos, siempre solían hacer acomodo sin que ningún vecino los molestara, todos los titiriteros, hojalateros, gitanos y demás transitantes que llegaban con alguna de sus embajadas a la aldea. «PASCUALÓN EL GITANO» Mientras que sus hombres desaparejaban los burros y disponían su ajuar las hábiles y astutas gitanas con el cabás colgado del brazo, y un montón de artesanas cestas encima de la cabeza, se internaban por todas les caleyes (callejas) de la aldea, en el trabajo de equivocar al primer aldeano que se las diera de listo, y de casa en casa, intentando vender su arte, o pedigüeñando cualquier cosa, ya que todo les venía bien, llegaron a la postre a la morada de Manola, que ya tenía ésta pensado desde el momento que endilgóu (que avistó) a los gitanos, el efectuar un saneado trato con ellos a cuenta de la su pollina Facunda. Las gitanas nada más llegar ante su presencia, la saludaron siempre con la sonrisa en los labios y la humildad con ella, cualidades indispensables que el timador maneja, como si propias suyas fueren, y de esta guisa, le dieron las buenas tardes en el momento que una de ellas le preguntó sin perder más tiempo: ¿Oigame señora, no tendrá alguna cosa de comedera por el desván a cambio de una de estas cestinas tan serviciosas? Así le habló una de las dos gitanas que en pareja venían haciéndose la desvalida y la inocente, mientras que su compañera sonriéndose por lo bajo, y sin urniar (hablar palabra), aprestábase en el sacar de su faltriquera un fatu de baraxeta (un trapo de baraja), y nada más que su socia fexu pouxa nel falare (hizo un descanso en su charla) con la Manola, cogió la palabra la gitana de la baraja, y se hondeó en el registro de querer echarles las cartas, decirles la buenaventura, o leerles la suerte, pues asegurábales la sagaz gitana, que ella había nacido con el sobrenatural don, de poder leer en la palma de la mano el destino de las personas, que se halla escrito desde su nacencia en un lenguaje misterioso, que sólo los elegidos pueden leer sin la menor equivocación. La Manola, que yo puedo asegurar que la más espabilada gitana podía ser nada más que su discípula, apropiaba y miraba de soslayo a las gitanas haciéndose la fatona (tonta), mientras que sus vidayas (sienes) moldeaban el negocio que con su Facunda iba hacer encima de los rapiegus xitanus (zorros gitanos), pues ella para sus adentros se decía, que quien equivoca a un manexador (manejador) de enredos, hasta los mismos jueces le ayudarían a xebrase (marcharse) del refregado aunque éste se hendiera, en algo que bien no olíese y sonado fuera. Así pues, que cuando la gitana ya se había creído que la Manola iba a ser un tonto cliente que le pagase sus enredos, en el magín de la Xabarceira ya estaba encaldáu (hecho), el cambiar a su Facunda, por un pollino que ellos trajeran, que no cojeara de ningún lado, y que no fuese muy cargado de años. El caso fue, que cuando la gitana ya le iba a coger su mano para leerle su buena suerte, quedose sorprendida cuando la Manola le dijo: ¡Déjese de pamplinas que conmigo no tiene cabida, yo lo que quiero es cambiar una buena pollina que tengo, que a no tardar mucho se va a convertir en dos porque está preñada, por un burro que ustedes traigan, que tenga llixia (alma, fuerza), y que no tenga amolaúres (males) por ningún lado! La gitanaca dibujó una amplia sonrisa de alegría en la bufarda (ventana) de su boca escosada (falta) de la mitad de sus dientes, y después le dijo a la par que guardaba la baraja en su faltriquera: ¡Eso que usted desea ya lo puede dar por hecho buena mujer, pues mi marido tiene un soberano pollino, que es lo justo a lo que usted me parece anda buscando, así que espere unos momentos, que voy con rapidez a buscarle, para que hagan el trato que me parece a entrambos ha de agradarle! Vino al cachiquín (al rato) en un grande burro escarranquetáu (montado) de alegre presencia, que en el parecer abayucábase (movíase) como el mismo rayo. Llegó el gitano a la casa de la Manola, muy xaraneiru ya xibloutandu (jaranero y silbando), lo mismo que si ya agolifara (oliese) el negocio antes de comenzarlo. Apeose de un áxil blincu (ágil salto) el gitano Pascualón de su xumentu (jumento), y saludó con marcado respeto a la Manola, que ni tan siquiera le contestó, ya que sólo tenía ojos para apropiar al burro, que le pareció muy atongaín (bueno) en sus primeras güeyáes (ojeadas). Empezó el gitano sin demora a tejer en el hacer del trato, con la que él pensaba, que iba a ser una victima sencilla para hacerle un lucrativo timo, ya que entamangaba (hacía) la Manola tal focicu de fatona (hocico de boba), que no era menos de pensar, que aquella mujer tenía los sentidos escosáus (secos) de toda listeza. El gitano que era un útre (águila) en el asunto de hacer de un jumento que sólo valía para ser achuguináu (sacrificado) y convertirlo en chorizos perreros (malos), digo, que él podía hacer de un burro moribundo, un pollino de ojos vivarachos, espurrías uréas (estiradas orejas) y espatuxares de rellámpagu (caminares de relámpago). Así pues con esta maestría que le caracterizaba, comenzó a rexistrar (mirar) a la Facunda desde el principio de su hocico hasta el término de su cola, sin olvidarse de sus molares y patas, y mientras que él hacía tal cosa, Ias Xabarceiras no perdían su tiempo, pues también manxuñaban (tocaban, palpaban) el jumento del gitano por todo el peyeyu (pellejo), con las miras de encontrarle algo que le faltase, o de descubrirle un postizo que le tapase un defecto. Pascualón como que no quería la cosa las propiaba por el rabillo del ojo, y así, allindiaba (cuidaba) a las Xabarceiras que no tenían sentidos nada más que para rexistrar (mirar) el burro del gitano, que no hacía nada más que tascase (moverse) y no estarse ni un instante quieto, demostrándoles con tal nervioso bailar, que era un pollino de arreos, con fuerza según ellas, de llevar un par de manegáus (cestos) encima de su lomo, sin ni siquiera hacer ni un senaldo, hasta el mismo Ricabu, o al lugar de Torrestíu, que son las aldeas más cimeiras de los concejos vecinos. Se veía a las claras, que a entrambas Xabarceiras les encantaba el jumento, por tal razón Pascualón, en el lleldar (hacer) que sacaba una colilla del bolso de su llásticu (chaleco) y le plantaba fuego sin soltar el cayao de su mano, les dijo sonrientemente: ¡No desperdicien el tiempo en buscarle defectos a mi buche, pues no le falta ninguna cosa, ya que tiene hasta los dos coyones (cojones) y está tan entero como yo mismo, que soy padre de una docena de hijos! ¡Pero es igual mujerinas, pues aunque algún defecto tuviese mi jumento, me parece a mí, que no voy a poder hacer trato con ustedes, porque esta pollina que me quieren espetar, está más para ser achorizada en Noreña, que es para lo único que vale, que para hacer galopadas por los caminos! ¡Ahora que si me dan encima de ella ochenta reales, el trato está hecho, y sino, cada cual allindie (cuide) lo que es suyo! Después de mucho tejer y destejer, porfiar, y alegar mil razonamientos de toda índole, la Manola le dijo que sólo le daría sesenta reales, y Pascualón cogiéndole por su palabra, enfardóu (guardó) los dineros en el bolso, y sin demostrar la contentura que le embargaba, dio el trato por hecho. A la mañana siguiente cuando el malvís silbotiaba anunciando el nuevo día, se levantó de su cama la Manola a la misma hora que siempre solía, y antes de hacer ninguna otra labor, fue muy ilusionada y contenta a la cortexaca (cuadra pequeña) donde tenía guardado el pollino, y cuando le puso sus inquisitivos ojos encima, su alegre ilusión fue devorada por una triste sorpresa que le produjo la visión de ver a su pollino achucáu (acostado) en una postura engalbaná (sin fuerza, sin gracia, sospechosa), acercose a él ya buyéndole en sus temperamentales y endemoniados sentidos la apenada sospecha de haber sido engañada por el gitano, y sin el menor miramiento le atizó unos punterazos con las madreñas encima de los cadriles (patas) para que se incorporara y poder mejor repararlo, y fue entonces cuando se le enxenebróu (helósele) la sangre en sus venas, ameruxánduse sous fégadus (llenándose sus hígados) en el atayu (atajo) de un envenenador desespero, al reparar con cuidado a su pollino, por eso sus ojos se le llenaron de lágrimas que alumbraban la rabia y la mala leche que l'esmolecía, (deshacía), cuando ya sin ninguna duda comprobó, que el genio y bizarría que el burro tenía en la hora del trato, no era el mismo que en aquel encaldar (hacer), sino que se había tornado en volverse en estar amurrentáu (enfermizo, moribundo), lo mismo que si del mundo de los vivos se estuviera despidiendo. A fuerza de bardiascazus (palos) y de xurarnentus (juramentos) que sin miatcha (migaja) de compasión la Manola le propinaba, dentro de una amanicomiaura (locura) que le desencaldaba (deshacía) el alma, logró el pobre animal incorporarse, y cuando estuvo en pie el descuaxaringuetáu (deshecho) jumento, con sus urées pingones (orejas lacias, bajas) y los güetchus choramicándoye (los ojos llorándole), como si hubiera despertado de una penosa pesadilla, y por si fuese poco todo esto que la Manola propiaba, todavía la pobre bestia comenzó a temblar con tanta intensidad por todo su cuerpo, que le daba lugar para pensar a la airada y endiablada Xabarceira, que aquel cadabre (cadáver) de burro, estaba viviendo sus postreros momentos. Cuando la Manola percatose ya sin ninguna duda de lo cadarmeru y'esmoleciu (de lo cadavérico y desvanecido), que se encontraba el condenado burro que la había espetado el diablo de Pascualón el gitano, comenzó a alumbrar por su pecaminosa boca, dirigida por su envenenadora lengua, un rosario de juramentos todos en contra de los santos seres del cielo, también maldijo con igual arte a todos los demonios de los infiernos, y no se dejó atrás y ya en este lleldar (suceder) colgándole de las comisuras de su boca unas flemas azuladas cargadas de rabia y de veneno, a todos los gitanos de la tierra, y hasta se recordó ya completamente desarrendada por la amanicomiaura (locura) que la encibiétchaba (retorcía), de manera más denigrante hasta de la propia madre que la había parido. Ante tal escándalo de palabras endemoniantes, saltó de su cama haciendo fuego su hermana Venancia y entre las dos juntas terminaron de hacer la desarrendada y pecaminosa fiesta. «EL PEDÁNEO DE LA ALDEA» Cogió la Manola una foicetuca (hoz) que tenía mangada en un recio y fino palo de ablanu (avellano), y la su hermana una pala de dientes que estaba mocha (falta) de un par de pinchos, y así armadas como si fuesen a la guerra, conducidas por el rey de los demonios que moraba dentro de sus espíritus, preparando un alboroto tan sonado y enloquecido que dudo que nada en la vida otro mayor hiciera, con una prisa que por ser ardiente les amagostada (quemaba) la entraña, fuéronse en busca de los gitanos con el invariable propósito, de deshacer el mal trato que con ellas hicieron, y por las buenas o por las malas, recuperar sus dineros y a su pollina Facunda. Cuando llegaron debajo de los hórreos lugar donde ellas sabían que estaban los gitanos y comprobaron que ya de la aldea a tan tempranera hora los foinus (ladrones) ya se habían xebráu (marchado), entonces la pecaminosa folixa (bronca) qu' enguedétcharun (que enredaron) fue tan escandalosa que pusieron en pie de alarma a toda la aldea, y hasta los perros del lugar, ladraban enfurecidos, sin agolifar (oler) por dónde escarrapietchábase (deshacíase) el peligro, pero presintiendo que se encovarachaba (encuevaba) dentro de los falaxes (hablajes) enfogaratáus (fogosos) que alumbraban las gafuróuxas (venenosas) lenguas de las garruxantes Xabarceiras. Las gentes de mi aldea, al escuchar aquel enxame (emjambre) de airadas voces, que todas ellas endubichaban (envolvían) un rosario de fataus (muchas) maldiciones pecaminosas, a tan hora tan ceda (temprana) de la albiada (de la mañana), descumbutcherun (despertaron, levantáronse) del catre donde aun felices algunos descansaban, y comenzaron a asomarse a las puertas y ventanas, y cuando comprobaron de qué se trataba, dieron rienda suelta a sus risas y gozos que les producía la desgracia que consumía a las ramplonzuelas (ladronas) Xábarceiras, que desde el primer día que habían sentado sus vivencias en la aldea, vivían a cuenta de lo que arrapiegaban (robaban) a los vecinos, sin que jamás s’andecharan (hicieran cuadrilla) en una gavita (ayuda) hacia sus vecinos, aunque éstos se reventasen atosigados por el excesivo trabajo. Por eso, cuando aquel amanecer conoció la aldea el timo que los avispados gitanos hicieran en los pequeños intereses de las atuñáes (avaras) Xabarceiras, al espetarles aquel jumento al cambio de la Facunda, que según las manifestaciones juramentadas que públicamente pregonaba con grandes gritos la Manola, estaba murriéndose estingarraón na cortexa (muriéndose acostado en la cuadra), al xebrársele (marchársele) la alegría y el bizarro genio que le había inyectado la tarrasca (borrachera) de marrasquino que le hicieran coger los gitanos, con el fin de que el alcohol le diera por unos momentos las briosas fuerzas de su juventud que la naturaleza por viejo y deshecho ya le había quitado. Pero no conforme Pascualón con este ardid, también le había introducido para que mejor se dibujase en el lugar de su conveniencia, una fogosa guindilla en el furacu (agujero) por donde alumbraba el federosu cuchu (hediondo estiércol), y por estas razones el pobre animal que en el momento del trato obreiráu (aguijonado) por estos reactivos respondió a las aspiraciones de Pascualón para equivocar a las Xabarceiras, ahora ya aquel pollino falto de tales estímulos, no respondía a las gozosas ilusiones de la Manola v su hermana, por eso entrambas y dos estaban llevadas y traídas por el mismo demonio, y en peor genio se ponían, cuando presenciaban a las gentes de mi aldea todas ellas de buen suceso, entamangándu festa ya murga (haciendo fiesta y güasa) de las hasta entonces avispadas Xabarceiras. Así por ejemplo, la muyer del Goxeiru (mujer del Cestero) que por la causa de que la Facunda apartando el rabo p'un lláu (para un lado) y dejando la clica 'l entestate (la matriz al aire libre) permitiera que su alegre burro le anuedara 'l cibietchu (le hiciera el amor) dejándola preñada, pues por esta causa, engarrapoláronse (peleáronse) con ella las Xabarceiras, en una engarradiétcha (lucha) de campeonato, que si no es porque unos hombres de la aldea las separan, la hubiesen esmueliu a tochazus (muerto a palos), pues esta mujer esfargayánduse (deshaciéndose) de risa díjoles: ¿Qué pensabas Manola, que podías equivocar a los gitanos lo mismo que haces con todos nosotros desde que el demonio te trajo sabe Dios de dónde a vivir a esta aldea? ¡Esos filan (hilan) más fino que nosotros mióu nena, por eso no has sido capaz de detener el truñazu (testerazo) que te atizaron cuando pretendías hacer negocio con ellos, que son los mismos hijos de tu padre el diablo! ¡Me parece a mí que este año, si quieres ir a vender por las romerías la fruta qu’escarpenas (que arrancas) de nuestros árboles, vas a tener que llevar las maniegas (cestas) encima de tu mollera! Xofitóu (apoyó) Manuela de Juan de Pacha, que era muy aguda lanzando putchas (sátiras). ¡Qué quieres hacer Manola, hay que armarse de paciencia mióu nena y nunca olvides que el demonio tiene focicu de gochu (hocico de cerdo), aunque en este lleldar (suceder) a tí se te presentara en la fechura (hechura) de Pascualón el gitano, que mucióte (ordeñote) la cuarexa (cartera) y llancote (te plantó) un pollín, que según el tu falar (hablar) regalado es caro. Díjole Filomena la mujer de Julián el Pertegueiru, que tenía una lengua p’aximielgar (mover) con molestosas intenciones a las gentes. Con más arte, que su marido que era áxil (ágil) como un esquil (ardilla) tenía de coraxe (coraje) para sacudir los arizos de los castañales. Estas y otras parecidas sátiras adornadas con risas y juergas de diferente índole, les decían las gentes de mi aldea aquella mañana a las xabarceiras, con intenciones de zaherirlas, porque ni eran sociables. ni menos tenían nada de buenas personas, sino todo lo contrario, aunque si digo la verdad en aquella época, había en mi pueblo peores personas que las Xabarceiras, ya que moraban un piño de fascistones asesinos, que ellos solos se bastaban para tirar tal partido por tierra. Tanto la Manola como su hermana, esnalaban (volaban) hasta los mismos teyáus (tejados) del aburrióxu (ardiente) infierno, dentro de un envenenamiento que hacía xuenzura con la manicomiaura (yunta con la locura), y con sus lenguas harto desatinadas escarnecían todo cuanto existe del cielo abajo y del infierno arriba, y en todo momento eran acosadas por los perros de la aldea, que les buscaban descuido para hincarles los dientes en cualquier lugar de sus escalixerus cuerpos, y al tenor que con rapidez espatuxaben (corrían) iban poniendo al Hacedor y su Creación como un fedoroxu fatu (hediendo trapo), con sus maldiciones y romances pecaminosos, que muchos de ellos nadie en el lugar jamás había escuchado, y dudo que pocas personas podrían endubitchar (enredar) un rosario de ofensas como el que la Manola preparaba. Pero a pesar de ya ser mucho todo esto que enseñaban, dentro de sus mal intencionadas entrañas, muchas más nefastosas intenciones aun se albergaban, y obreiradas (aguijonadas) por ellas, encamináronse afalucháes (arreadas) por el diablo, hasta la casa del pedáneo, que moraba en la fondeirá (en lo hondo) de la aldeina, y cuando ilegaron a las canciétchas (cancelas) y vieron que estaban piescháes (cerradas), aferronáronse (cogiéronse) a ellas con tal arte, y sacudiéronlas con tal fuerza, que al no llegar el perro a ponerles freno, de seguro que dieran en tierra con ellas. Pero la Manola que era en aquellos momentos conducida por todos los demonios nacidos y por nacer, que la habían corrompináu (llenado) con una airada rabia desgalgada (desmandada), no le puso ningún respeto ni menos miedo aquel perro grande armado de carlangas que hasta los mismos lobos les imponía recelo, sino que le hizo frente con su foiceta (hoz) llantándoye (plantándole) un focetazu (golpe con la hoz) en medio de su enorme cabeza, que le hizo al gafu (fiero) perro atropar (guardar) el rabo entre sus piernas, y marcharse glayucandu (aullando) de dolores del lado de aquella mujer que era peor que la más bravía de las fieras. No hicieron caso las Xabarceiras del matauriáu (descalabrado) can qu'ameruxáu de miéu (que plagado de miedo) se marchara del lado de ellas, sino que entrambas en el mismo lleldar (hacer) ximielgaben (sacudían) las cancelas en el parejo encaldar que llamaban al pedáneo de la siguiente manera: ¡Gracianu, Gracianu...! ¿Dóu tás aponiu faldetacu alcaldi de piteru? (¿Dónde estás ruin alcalde de gallinero?). El bueno de Graciano que se encontraba en la corte (cuadra) muciendu (ordeñando) las vacas, al sentir a su perro glayucar endolloriu (ladrar dolorido) y escuchar aquellas voces preñadas de prisa y betchás (ricas) de ofensivas palabras hacia su persona, salió sin pérdida de tiempo del establo con la caramañola (lechera) en la mano, y cuando comprobó quién le reclamaba, díjoles medio enojado, porque enfadado del todo nunca Graciano lo estaba: ¿Qué es lo que queréis condenadas del infierno, donde sin ninguna duda algún día iréis amagostabus (quemaros) esas asquerosas lenguas que tenéis? ¿qué es lo que queréis que tan cedu (temprano) llegáis a la mi puerta, y no en son de paz como es la debida forma, ya que lo primero que habéis hecho, fue partirle la cabeza al perro que intentó poneros el freno que estáis necesitando desde el mismo día que pusisteis los pies en esta aldea, y no contentas con ésto, aun estáis molestando al amo, enloquecidas por el demonio que lleváis dentro de vuestros cuerpos, que sólo vosotras sabéis dónde le encontrasteis, pero que os hace rellumbrare (relucir) como el mismo rellámpagu? (relámpago) ¡Vengo a ordenarte, —dijo la Manola, saliéndole espumarayus (espumarajos) de rabia por su boca—, vengo a mandarte, que te hagas en el momento en perseguidor de los asquerosos y ladrones gitanos, que me engañaron con un burraco que cambié por la mi Facunda, que ahora está estingarraón (tirado, acostado) en la cuadra, sin llixa (fuerza) de sostenerse encima de su cadriles (patas). Graciano que era como ya sabemos, muy agudo y socarrón, comenzó a reírse por lo bajo, porque abiertamente no se decidía ante el temor de no terminar de alterar aquel par de humanas fieras, que muy capaces las creía de pagar en su persona sus cacíus estrapayáus (sus platos rotos), luego poniendo la cantimpla (lechera) entre las manos de su mujer, que había bajado a la corraleda al escuchar tan grande alboroto, y seguidamente, rascándose su cabeza por debajo de su gorra, les dijo a las Xabarceiras con una socarronería que le alegraba satisfactoriamente: —Podéis ir vosotras mismas a buscarlos, ya que tanto os interesa en encontrarlos, porque yo fuera de la aldea y aun dentro de ella, ninguna autoridad tengo, que me obligue a perseguir a nadie, y creo que para hacia la Villa deben de encontrarse, porque poco antes del amanecer les he oído yo pasar por delante de mi casa, y por cierto que llevaban entemangada una allegroúxa folixa (iban formando una alegre juerga), y ahora escurro (discurro) de dónde procedía tan grande gozo que les acompañaba, que ni más ni menos era, del betcháu (rico) trato que al parecer hicieron con la tu Facunda, por la causa de querer ser tu, todavía más gitana que ellos. ¿Qué es lo que me estás diciendo so castrón (cornudo) de los infiernos? ¡Qué no tienes de hombre nada más que el paxierchu qu’enllastica lus tous enxenebráus güesus, (traje que cubre tus fríos huesos), si en todos los lugares de Asturias tienen como autoridades a ejemplares con el mismo esprapayu (disposición, ánimo), que te tiene encibietcháu a ti, más les valdría a las gentes hacer con ellos, lo mismo que yo debía de hacerte a ti! ¡Vaya un alcalde de cuatcháus (cuajados) que en el lugar tenemos, yo no sé lo que estarían pensando los vecinos el día que te han dado la güichá (vara) de mando, porque la verdad es que no sirves ni para tornar (parar) el agua en un banzaucu (remanso) de poca llixa (fuerza)! Le dijo la Manola lanzándole unas envenenadoras y asesinantes miradas, que intencionaban la firme idea de entamangar (hacer) un engarapoláu con él. Graciano, sin hacer mucho aprecio de lo que le estaba diciendo la bruxa xabarceira, sonrientemente le preguntó: ¿Y qué es lo que te gustaría hacerme a mi Manola? ¡Lo primero que te haría so castrón de los infiernos, sería... llantate la foceta (plantarte la hoz) en medio de tu cabeza, fendiéndotela hasta las mismas caxietches del xixu (partiéndotela hasta las mismas células de los sesos), y después te haría el juicio de por qué fuiste condenado a morrer (morir), que sería por el cobardoso delito, de no saber defender los intereses de la aldea, como es tu obligación de alcalde, y también por consentir, que xentes arrobonas (gentes ladronas), colen del chugar (marchen de la aldea), haciendo festa ya murga (fiesta y güasa), ximielgánduse lus cuartus na cuarexa quei arraguñarun a lus tous vecinus (moviendo los dineros en su cartera, que fueron fruto del robo que hicieron a tus vecinos), por la causa de tener un pedáneo, escasáu de coyones, ya betcháu de plumes de pituca llueza! (seco de cojones, y rico de plumas de gallina clueca). Estas palabras tan poco delicadas y tan grandemente ofensivas, no le sentaron nada bien a Graciano, a pesar de ser él, hombre tranquilo y transigente en gran medida, quizás las hubiese deximíu (olvidado) si su mujer no estaviese presente, pero al no ser así, a Graciano no le cupo otra alternativa, que intentar castigar a aquella desvergonzada que le estaba tratando lo mismo que si él fuese en vez de un hombre y por más primera autoridad de la aldea, no fuese nada más que un enyordiáu pingayu (un sucio pingajo), por esto, destinado Graciano en hondura donde jamás se había presenciado, se arrimó a la Manola con miras d'acoyela (de cogerla), y propinarle un par de ximielgones (sacudidas) y meterle el miedo y la vergüenza en el cuerpo a aquella deslenguada, aunque no fuese nada más, que para demostrarle a su mujer, que un hombre siempre es un hombre, aunque su mujer le pegue, le engañe y le convierta en cabrón por considerarle baldrayu (cobarde). Pero lo que no pudo imaginar Graciano, era que la Manola no se amilanaba ante nada ni nadie, y para demostrárselo, dio un paso hacia atrás para dejar trecho de combate, y enarbolando su focetina (hoz) en el aire, apurrióye (diole) con ella un fuerte y certero golpe en su cabeza, que hizo que el pobre pedáneo se esmurgazara (se cayera) en el santo suelo privado del conocimiento, manando un remexu (un chorro) de sangre, por una mancaúra (herida) que le había nacido repentinamente en el canto una vidatcha (sién). Y así en esta ridícula y dolorosa postura, atendido por su mujer ante la cual el Graciano pretendía convertirse en un héroe, le dejaron las Xabarceiras, que colaron (marcharon) de su casa, perseguidas de cerca por el rencoroso perro de Graciano, que les ladraba enfadado, más por el golpetazo que a él le habían apurriu (dado), que por el que le allantaron (dicran) en el pericote (alto) de la mollera de su amo. Amanicomionáes fasta ‘l más espurrir y'encoyer (enloquecidas hasta el más estirarse y encogerse), Ilegaron las Xabarceiras a su casa guiadas por el mismo espíritu de lucha que en ellas no cejaría hasta que no pudiesen dar con los gitanos, aunque menester fuérales perseguirlos hasta los quintos infiernos, y para sacarlos de este antro, con el fin de conseguir lo que les pertenecía, estaban decididamente dispuestas a partirle los cuernos al propio diablo lo mismo que terminaban de hacer con el pedáneo Graciano. Así pues, sin perder ni tan sólo un minuto de tiempo, sacaron de la cuadra el cadarmoúxu (cadavérico) burro de Pascualón el gitano, y la Venancia tirando del ronzal, con tal xuxeante llixa (crecida fuerza) que si pudiese le llevaría arrastrando, y su hermana Manola apuxada (soplada) por un demonio con peor genio aun, iba detrás del desventurado pollino apurriénduye (atizándole) sin descanso barganazu tras barganazu (palo tras de palo), encima del llombu (lomo) del pobre y descuaxaringuetáu (deshecho) pollino, para que caminase con prisa, y tal hacía la desdichada bestia, y no tanto por huir de los palos a los cuales ya debía de estar bien acostumbrado, sino por intentar aflojar el dogal del que tiraba Venancia, y así de esta forma y siempre en pos de los gitanos, se dirigían a la Villa donde aquel día había mercado. Hicieron entrada en el mercado las Xabarceiras arremexandu (remojadas) en sudor, producido por el cansancio de la larga caminata, y por la desmesurada rabia que a entrambas y dos las atenazaba. Y mismamente al lado de la fragua del ferreiru (herrero) que aquel día tenía endemasía trabajo, agüeyarun (avistaron) a la Facunda, y al lado de ella muy sonriente y gozoso se encontraba el gitano, que tampoco perdía su tiempo, pues ya estaba tratando de venderla o de cambiarla a un paisano que en la sazón la estaba registrando, pero plantándose la Manola delante de Pascualón, le dijo con el hambre retratada en sus ojos de atizarle un par de focetazus: ¿Qué barro me has espetado en el trato so ladrón? ¡Haz el favor de devolverme ahora mismo mi pollina, así como los dineros que me arraguñaste (arañaste), si quieres que este espineroso y mentecato trato que conmigo has hecho, tan sólo se quede en un inolvidable enfado! Pascualón no le hizo mucho caso a las palabras rogativas de la Manola, y así empujándola para un lado con cierto desprecio, a la par que la miraba amenazadoramente le dijo: ¡Quítese delante de mi vista mujeraca de los infiernos, y deje ya de molestarme en mi trabajo, y no olvide nunca, que el que hace un trato con Pascualón, lo tiene hecho para ciento y un años, y ahora lárguese y déjeme tranquilo, que estoy en buenos tratos con este paisano! Nunca peor hiciera el gitano en toda su existencia, pues antes de que se percatase del peligro que le rondaba, la foicina (hoz) de la Manola caía sobre su cabeza con la fuerza de un rayo, escantoyándoila (hiriéndosela) por un par de xeitus (sitios), que hicieron que Pascualón sin gurniar (decir) palabra, se enclicara (se cayera) en el enllordiáu (sucio) suelo, falto de sus sentidos, y alumbrando tanta sangre por sus heridas como un gochu (cerdo) cuando lo están achuquinandu (matando). Nisti telar atopábase (de esta forma se encontraba) Pascualón, con el cerebro escosáu (seco) d'afechu (del todo), por mor de aquel inesperado golpetazo, que le había llegado de manos de quien él menos esperaba, cuando Antonio, un guardia civil del cuartelillo de la Villa, que había presenciado todo el achuquinante xocesu (sangriento suceso), por encontrarse este guardia al lado de la ferrería, enzolánduse fatáus de culetinus de xidre, (bebiendo copiosos vasos de sidra), en amigable compañía con unos paisanos, en el chigrín (bar) de la Faba Prieta (la Haba Negra). Por eso, cuando vio esmurgazarse (caerse) en el suelo por mor del focetazu que le allumara (alumbrara) la Manola al foin del gitano, fue el guardia acochetráu (acelerado, rápido) al lugar del amagüestu (la quema), con el buen fin de encaxinar (encajar) el orden en aquel descalabramiento, nada más que el guardia llegó, afogárunse lus aburióxus (se ahogaron los ardientes) ánimos de otros gitanos, que lleldáus (hechos) dentro de una folixa (bronca) engafuróuxa (envenenada), intentaban acorralar a las dos Xabarceiras, que ya en la sazón se habían aferronáu (cojido) a la Facunda, y dejado libre al jumento del gitano. Mientras tanto, el herido de Pascualón ayudado por el guardia y por otros gitanos, que aun seguían con voces enardecidas maldiciendo y amenazando a las Xabarceiras, como cuento, se puso Pascualón en pie aun medio temblando al volver del desmayo, y con todo su rostro plagado de escandalosa sangre, demostrando que fuera del dolor que pudiera sufrir, el condenado no estaba en trance de mayores males en su cuerpo, no así en sus intereses como veremos seguidamente. «UN XUEZ D’ESQUILONA» (UN JUEZ DE CAMPANILLAS) Era el señor Juan Antonio un falangista digno de ser emulado por el más honrado servidor bien fuese Roxu (Rojo) Prietu (Negro) o Amarietchu (amarillo), era en verdad un hombre Joseantoniano que sin llevar camisa azul con el yugo y las flechas bordados en la pechera, como muchos otros pingayus (pingajos) que yo he conocido, que siempre iban uniformados con su camisa azul y corbata negra, dándoselas en todo momento de buenos falangistas, y no siendo nada más que unos verdaderos mierdas. El señor Juan Antonio era un hombre que llevaba siempre prendido en su espíritu los Nobles y Hermosos Credos de la Falange, con sus Humanidades y Libertades manifiestas, y los sabía cumplir porque los había aprendido en derechura, tal como el Mártir de su Fundador los había creado, para el bien de la Patria y de todos sus hijos. ¡Qué poco sabía José Antonio, que su Maravillosa Doctrina iba a ser manejada por algunos hombres, que cometerían con Ella verdaderos asesinatos y atropellos de toda índole. Pero dejando esto de lo que trataré algún día con mejor cuidado, y acogiéndome al hilo de la historia de la que estoy tratando, diré, que el juez de la Villa era este Caballero, que vivía al lado del mercado, y que era un hombre muy justo, amigo de los razonamientos, inteligente y también un campesino que amorosamente trabajaba sus campos. Cuanto yo, que cuando aquella gresca estaba con su apogeo, salió el juez de su casa para percatarse de aquel ardoroso tiberio (lío que se amagostaba (quemaba) frente a la puerta de su morada, y cuando vio que era un gitano el causante del sangriento escándalo que se enseñaba, díjole al guardia con ardientes deseos de hacer la Justicia en aquel endubiérchu (enredo). ¡Antonio, hágame usted el favor de llevar ahora mismo hasta el Juzgado, a todas las gentes que dieron vida a esa sangrienta engarradiétcha (pelea), para encalducar la xusticia que anda escosá 'n dalgún d'echu (hacer la Justicia que anda seca en alguno de ellos). Así que las Xabarceiras y el escantoyáu (herido) Pascualón hiciéronse presentes en el Juzgado, ante los escrutadores ojos del señor juez, pusiéronse los tres al mismo tiempo a hablar en su defensa, acusándose los unos a los otros dentro de un rosario de palabras injuriosas y amenazantes, que de nuevo los ponía en el atajo de volver a engarrapolarse (pelearse). Pero el señor Juan Antonio fiel repartidor de la Justicia, aporreó con sus nervudas y fuertes manos un mazazo encima de la mesa, que por muy poco la desarma en un montón de astillas, ya que era el juez un bigardón (mozarro) de más de dos metros de estatura, tan fuerte y resistente como una montaña. Y al parejo que tal golpe sacudía, dijo engrifandu (arrugando) su hocico al lar del enfado: ¡Hágamne el favor, y procuren que no tenga que llamarles de nuevo la atención, de hablar tan sólo el que yo le pregunte! Y al decir esto, miró tan condenadoramente al gitano, que éste, que se sabía culpable de muchos engañosos tratos que había efectuado en todo aquel concejo, no pudo menos que ya considerarse culpable, antes de que el juicio comenzara. ¡Vamos a ver Manola, hoy como no tengo mucha prisa ya que el llabor (labor) no me apremia, cuéntame tú la primera con toda clase de pelos y señales, lo que te ha sucedido, para que le escantoyaras (deshicieras) la mollera a este paisano, del que ya tengo oídas que no es la primera rapiega qu'esfuecha (zorra que despelleja) ni tampoco será la última, porque el que fai 'n maniegu fai 'n cientu, dandoi banietches ya tiempu! (el que hace un cesto hace un ciento, si se le da, varas y tiempo). ¡No fue solamente este condenado y útre de xitanu (buitre de gitano) el que salió amatauriáu (con heridas) de este asunto escontramundiáu enrevesado), que prestase usted con tan buen tino a escantexayu (arreglarlo) señor xuez (juez). Pues también al pedáneo de la mi aldeina me vi en la apremiante necesidad d'apurriye (de darle) un par de galgazus (estacazos) en mitad de la cabeza de magüetu (bestia) que tiene, por el no querer acaidonar (dirigir) la justicia en el camino de la razón, como corresponde a su condición y obligación de alcalde del chugar! (lugar). ¡Por la Virxen (Virgen) de los Remedios Manola, no vaigues (vayas) a decirme que por mor de este foín (ladrón) de gitano, tuviste que fendeye (partirle) la cabeza al pobre Graciano!, dijo el juez alegrando su rostro dentro de una llixerina (ligera) risa. ¡Sí señor juez, así ha sucedido! Afirmó la Manola, y seguido le contó todo el suceso desfigurándole y haciéndole más rentable a su favor. El juez casi sin poder detener la risa que le regocijaba su espíritu natural y noble, dijo intentando enmarcar en su rostro la seriedad que no era capaz de hacer: ¡Has hecho muy bien Manola, pues yo entiendo, que el que tiene el delicado oficio d'encaidonar (de dirigir) la justicia, y traiciona tan derecho menester, debe de ser castigado con más entaine (fuerza), que aquellas otras personas, que tienen la obligación de la ley obedecer. Así pues, si en mis manos estuviera te premiaría, por la valentía que has usado al defender la justicia y la libertad de tus intereses! ¡Y ahora... sigue, sigue Manola, y cuéntame todo el suceso en sin mucitche (ordeñarle) ni una migátchina (migaja), que me presta mucho mióu nena (que me agrada mucho mujer). ¡Escúcheme bien señor juez, y júrole por adelantado que cuanto le voy a decir, no se xebra (marcha) de la verdad en nada, y todo ello no es nada bueno ni para mis intereses que han quedado esgazáus d'afechu (rotos del todo), ni tampoco para este gitanu que vé usted aquí tan humildemente con la cabeza gacha, queriendo dar a entender que no ha roto en toda su vida un mal plato, y lleva desde que ha nacido viviendo a cuenta de sus bien urdidos tratos, que tal parece que para industriarlos le ayuda en todo momento la brujería o el mismo diablo! ¡Verá usted señor juez! —Ayer cuando el sol se esfumía (marchaba) por detrás del penón (peña) picutrera (sierra de las águilas), que es la hora d’atapecer (oscurecer) la tarde, llegó este llimiagu (baboso) de gitano a caballo de su adefexu de pollín hasta la misma puerta de mi casa con mires de tentarme la necesidad que me arretrigaba, porque usted bien sabe que nosotras nos dedicamos a correr (vender) la fruta, por todas las romerías y lugares de los tres conceyus y de esta manera nos ganamos nuestra vida muy decente y honradamente, pues como le estoy diciendo, no sé cómo este condenado se enteró que la nuestra pollina estaba próxima a parir, y claro, al encontrarse la probitina en tal estado, no nos podía servir para nuestro trabajo, por eso, tentadas por el embrujo, la engañadora palabra y la buena presencia que en aquel momento se ensenoraba en el pollín de este fartonzón (comedor), enguedeyóume (me enredó) este bruxu (brujo) de gitano, con el endemoniado trato que conmigo hizo, que si tarda mucho tiempo en deshacerse de nuevo, se me va escosar el xuiciu (secar el juicio), y va a dexame Ies caxierches del celebru tan enxenebráes d'entendedeiras, que vóu bazcuchame abondu más cedu de lu qu'usté cunta na mesma amanicomiaúra (dejarme los sesos del cerebro tan fríos de entendimientos, que se me van a vertir mucho más temprano de lo que usted piensa en el mismo manicomio). —El caso fue señor juez, que el burro que traía este foinacu (ladronzuelo) de gitano, estaba en conciencia de él bien preparado, para dejarme a mi despreparada de intereses, pues el pollicaco con un fatáu de caxilonainus (montón de cajilones) de marrasquino que le daban calor y fuerza a su banduévu (panza), hacían de él por el motivo de la alegre tarrasca que lu encibiechaba (borrachera que lo trenzaba), un burrón con buena llixa ya xuxeáu xeniu (fuerza y crecido genio). Y por si fuese poco esto que le cuento, todavía para que el pollino mejor se dibujase, llantárale este achuquinador de gitano, una rabiosa guindilla por debajo de la cola, mismamente dentro del oscuro agujero que alumbra el recimo de los hediondos cagayones, según descubrí yo misma hoy por la mañana justamente cuando ya era demasiado tarde. Y todavía por si estas dos demoníacas trampas no fuesen suficiente este banduerru (indeseable) de gitano, de tal manera me dibujó su jumento que desatinada me trae en este juicio, que me hizo de él un semeyu (retrato) que yo papéilu (creílo) entero, y consideré al pollín como el mejor burro de toda la burrería de gitanacus y aldeanos. Por esto señor juez, le di al cambio de tan falsa y ençañadora presea, la mi pollina Facunda y sesenta pesetas encima, y con estas prendas en nada faisas, xebróuxe (marchose) de mi vera este maldito gitano, tirando del ramal de la mi Facunda, que no quería la probitina del mi lado marcharse, quizás porque presintiera al ser más lista que yo, en la triste desgracia que me dejaba este baldrayu (cobarde) de gitano, que se alejaba de mi casa haciendo que ruxeran (sonaran) los mis dineros en su bolsillo, a la par que se iba riendo de gozo y alegría por la causa del betcháu (rico) negocio que encima de mi pobreza hiciera este desalmado de gitano. Pascualón que ya tenía lleldáu (hecho) en su pensamiento axuquerándose (apoyándose) en las anabayáes güeyáes (acuchillantes miradas) que le dirigía insistentemente el juez que aquel juicio lo tenía bien perdido, cuando escuchó a la Manola decir que le había entregado sesenta pesetas, puso el glayíu (grito) en el cielo jurándole al juez por el Cristo de los gitanos y la Virgen de los cristianos, que la Manola estaba mintiendo, pues tan sólo le había dado sesenta reales. El juez, escuchó por breves momentos a Pascualón en su defensa, y después poniéndose en pie y mirándole acusadoramente desde su montañosa humanidad, a la par que señalándole con su dedo índice que era más grueso que la muñeca del gitano, le dijo con palabras que marcaban el denodado desprecio que sentía hacia estas pobres y desdichadas gentes: ¡Sesenta reales por cuatro lados, que hacen justamente lo que le arraguñaste (arañaste, robaste) a esta desventurada muyerina. No me cave la menor duda que yo os conozco muy bien, ya que siendo yo niño otros gitanos como tu también engañaron a mi padre, por eso puedo juzgarte con propiedad y conocimiento de causa, porque sé que no vivís nada más que de el timo y del engaño y de vuestras cestas, que mientras las tejéis pensáis en la forma de hacer vuestras trapisondas cada día con mejor cuidado! Díjole el juez encabronáu (enfadado) en tal postura que sus mejillas se le pusieron del mismo color de las brasas, en el lleldar que no le quitaba los ojos de encima, mirando tan condenadoramente al esquelético rostro del gitano, que iba ser en parte engañado lo mismo que el señor juez, por la paraximesqueira de la Manola. ¡Pero señor juez, habló enloquecido en su defensa el pobre Pascualón, a la par que a sus ojos vivarachos afloraban unas rebeldes lágrimas que tal vez fuesen fruto de la rabia que le producía el ser tan miserablemente robado por aquella aldeana de los infiernos que él en un principio pensaba que era la mujer más tarangona (tonta, imbécil) que había conocido en su vida de bien urdidos timos y enredosos tratos. ¡Pero señor juez! ¡Sesenta pesetas no las he tenido yo juntas desde que baltiarun (tiraron) la República, donde el pobre podía vivir con más libertad, y con más justicia que usted a mi me está haciendo! ¿No comprende usted señor juez, que con sesenta pesetas hoy día se compra un buen burro y aun sobra dinero? ¡Lo que yo comprendo muy bien es que eres un redomado timador y un despreciable ladrón de cuerpo entero, y como no me puedes demostrar con personas de orden y honradez lo contrario, le has de pagar en media hora los dineros que le has timado a esta pobre mujer, y le devuelves su pollina, que ella con buen contento te hará entrega de tu jumento, y tu harás con esté difunto viviente, lo que ahora como final de sentencia yo te dictaré! ¡Cómo este pollín que nos trae en discordia ya no está para hacer ninguna clase de trabajo, y sabiendo todos los que por ser gentes del campo entendemos de animales, que a un burro; es la leche que se le puede ordeñar, que no es otra que su trabajo, yo como juez de este Juzgado, de la muy noble y astur Villa, te condeno a ti, que te llaman todos Pascualón el gitano, y yo te llamaría Pascualín el de los sucios enredos, a que me traigas ante mi presencia, el pellejo de este jumento, y de esta forma sencilla y eficiente, se atajará de una vez por todas el mal por su comienzo, y no ha de ser jamás este pollino equivocador de nadie más! ¡Y que quede bien entendido, que si te xebras de este concejo, sin traerme antes el pellejo del tu jumento, mandaré a los civiles que te persigan hasta que den contigo, y les ordenaré que bien atado te conduzcan ante mi presencia, y aquí, con estas mis manos que no fueron hechas para manejar una pluma, ni menos para detenerse en ningún papeleo, a los cuales yo considero innecesarios cuando la justicia está tan clara como la luz de este hermoso día, como te digo Pascualín de los enredos, con estas mis manos, que saben muy bien manejar el arado, el guarabeñu (guadaña) y la fexoria (azada), para trabajar dentro de la honradez con muchos sudores y esfuerzos la tierra, con estas mis manos que fueron capaces de empuñar un fusil, y luchar sin rencor ni miedo en defensa de unos derechos humanos a los cuales yo considero justos, dentro de la mermada justicia que los hombres sabemos hacernos, con estas mis manos yo te digo Pascualín de los enredos, que l'arrabucaré (le quitaré) el peyeyu (pellejo) al tu jumento, en el preciso momento que haré lo mismo con el tuyo propio, y de esta sencilla manera, libraré a la sociedad de un pioyón (piojo), que al igual que hay muchos que con libertad campean y viven sin doblar el renaz (espinazo) a cuenta del sudor ajeno! Ante la firme sentencia de aquel juez, que maneja las leyes con la misma fuerza y natural justicia con que empuñabá el llabiegu (arado) para arrancarle a la tierra el justo 'precio de su trabajo quedó Pascualón en lo más bajo de sus sufrimientos y las Xabarceiras en lo más alto de sus alegrías, porque habían conseguido con su lucha desesperante y fiera, una victoria que a fuer de verdad, en una parte no era justicia. Sin embargo Pascualón, tras quedarse unos momentos silencioso y meditabundo, díjole a la postre al juez sin ápice de miedo y con la valentía que le azuzaba, al sentirse timado por aquellas mentecatas dentro de la ley y en el mismo limo que él había pensado que les había hecho: ¡Bien está señor juez, que le devuelva a estas paisanacas su pollina Facunda, también entro en sacrificar a mi burro y traerle su pellejo, no me opongo a pagarles los sesenta reales que en el desastroso trato que con estas hijas de satanás hice, que a cambio de mi jumento ellas me han entregado, pero por lo que sí protesto, es por las cuarenta y cinco pesetas de más que tengo que pagarles, y considero que esto es el timo más vergonzoso que jamás le han dado a ninguno de mi clase. Así que… señor juez supuesto que es usted hombre justicioso, le pido que atienda mis honrosas razones, y haga la Justicia sin que ninguno de ella tengamos que avergonzarnos! ¡Yo no sé Pascualín de los enredos, timador de poca monta y menos clase lo que Dios debe saber en las verdades, yo no sé si tu has cobrado lo que dices, o si ellas han pagado lo que afirman, yo soy hombre y como tal no he de avalarme en errores que se xebran de mi alcance, sólo sé que yo he dictado justicia ateniéndome a los hechos que se nombran, y hecho está que tu eres el culpable, y suerte tienes que estas buenas paisaninas, no te hubieran reclamado ciento veinte veces más crecidos, esos dichosos sesenta reales porque si así fuese, no tendrías más remedio, que sin más protestas abonarles! Todos en mi aldea aquella tarde, esperábamos con marcado disimulo, y satisfactoria alegría, que retornaran de la Villa las despreciables Xabarceiras, por el Humano hecho de reírnos y mofarnos de su desgracia, y creo que todos teníamos creído, que iban a retornar otra vez con aquel moribundo pollino, a no ser, que a fuerza de barganazus (estacazos) le hubiesen achuquináu (asesinado) en el camino. Así pues, los vecinos se repartían haciéndose que trabajaban, por las diferentes huertas colindantes con el camino por donde ellas tendrían que regresar, y algunos chiquillos dentro de las malsanas intenciones de guasearnos de ellas por adelantado, fuimos a su encuentro en un trayecto de más de tres kilómetros, para entrar escoltándolas en la aldea, haciendo verbena a la fiesta que teníamos acordado prepararles. Al fin las vimos retornar, y cuánto desprecio, ansias de sátira y risa sentíamos por ellas, tornose de pronto en respetuosa admiración, pues atónitos pudimos comprobar, que no sólo traían con ellas a su burra Facunda, sino que al lado de ésta traían un estupendo pollino que habían mercado con los dineros que supieron sacarle al avispado gitano, demostrándonos a todos, que el vencedor aunque odiado y despreciado por ser en demasía nefastoso, siempre es admirado y temido, ante el temor de por él, ser humillado y avasallado. Esta es una condición de la cobarde masa Humana, que al vencido aunque éste sea caballeroso y honrado, le solemos despreciar terminando de aniquilarlo, mientras que al vencedor, aunque sea lo más despreciable que imaginarse puede, le cubrimos su camino de rosas y de regalos.
    ————————
    Axabarciar, entiéndese por vender, tratar, comerciar a pequeña escala, con frutas, huevos, gallinas, etc., etc., etc.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > axabarciar

  • 10 nothing

    1. pronoun
    (no thing; not anything: There was nothing in the cupboard; I have nothing new to say.) nada

    2. noun
    (the number 0; nought: The final score was five - nothing (= 5 - 0).)

    3. adverb
    (not at all: He's nothing like his father.) de ningún modo, de ninguna manera
    - come to nothing
    - for nothing
    - have nothing to do with
    - make nothing of
    - mean nothing to
    - next to nothing
    - nothing but
    - nothing doing!
    - there is nothing to it
    - think nothing of
    - to say nothing of

    nothing pron nada
    tr['nʌɵɪŋ]
    1 nada
    1 de ningún modo, de ninguna manera
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    nothing but... únicamente..., solo...
    nothing else nada más
    nothing much nada de interés
    there's nothing to it es facilísimo
    to say nothing of... por no hablar de...
    nothing ['nʌɵɪŋ] adv
    1) : de ninguna manera
    nothing daunted, we carried on: sin amilanarnos, seguimos adelante
    2)
    nothing like : no...en nada
    he's nothing like his brother: no se parece en nada a su hermano
    1) nothingness: nada f
    2) zero: cero m
    3) : persona f de poca importancia, cero m
    4) trifle: nimiedad f
    nothing pron
    : nada
    there's nothing better: no hay nada mejor
    nothing else: nada más
    nothing but: solamente
    they mean nothing to me: ellos me son indiferentes
    adv.
    de ninguna manera adv.
    en absoluto adv.
    nada adv.
    n.
    cero s.m.
    nada s.f.
    nadería s.f.
    pron.
    nada pron.

    I 'nʌθɪŋ
    1) nada

    it's better than nothing, I suppose — hombre, peor es nada

    there's nothing in it: this one may cost a bit more but there's nothing in it really puede que éste cueste algo más pero la diferencia es mínima; there's nothing to it — ( it's easy) es muy fácil; ( it's groundless) no es cierto

    for nothing: she gave it to me for nothing me lo dio gratis; it was all for nothing todo fue en vano; not for nothing was he called Ivan the Terrible no en vano or no por nada se le llamaba Iván el Terrible; if nothing else al menos, por lo menos; nothing but: she's caused nothing but trouble no ha causado (nada) más que problemas; nothing if not: he's nothing if not reliable es totalmente de fiar; nothing less than: it's nothing less than scandalous es verdaderamente escandaloso; nothing like: there's nothing like a shower to freshen you up no hay (nada) como una ducha para refrescarse; there's nothing like it es lo mejor que hay; she's nothing like her mother no se parece en nada a su madre; nothing more than: it's nothing more than a scratch no es más que un rasguño; nothing much: nothing much happened no pasó gran cosa; nothing short of: the consequences would be nothing short of disastrous — las consecuencias no serían ni más ni menos que desastrosas


    II
    1) ( Math) cero m
    ['nʌθɪŋ]
    1.
    PRON nada f; (=nought) cero m

    nothing butsolamente

    to come to nothing — parar en nada, quedarse en aguas de borraja

    nothing doing! — ¡de ninguna manera!, ¡ni hablar!

    nothing elsenada más

    there's nothing to fearno hay de qué tener miedo

    for nothing — (=free) gratis; (=unpaid) sin sueldo; (=in vain) en vano, en balde

    it is not for nothing that... — no es sin motivo que..., por algo será que...

    there was nothing for it but to pay — no había más remedio or (LAm) no nos quedaba otra que pagar

    to build up a business from nothing — crear un negocio de la nada

    he is nothing if not careful — es de lo más cauteloso

    there is nothing in the rumours — los rumores no tienen nada de verdad

    there's nothing in it (in race) van muy iguales

    I could make nothing of what he said — no entendí nada or no pude sacar nada en claro de lo que dijo

    a mere nothing — una nimiedad

    it's nothing more than a rumour — es simplemente un rumor

    nothing much — poco, no mucho

    next to nothing — casi nada

    I'm nothing of a swimmer — yo nado bastante mal

    to have nothing on(=naked) estar desnudo; (=not busy) estar libre

    it's nothing to be proud of — no es motivo para enorgullecerse

    to say nothing of... — sin mencionar..., amén de...

    to get something for nothing — obtener algo gratis

    there's nothing special about it — no tiene nada de particular

    to stop at nothing — no pararse en barras

    to think nothing of — tener en poco

    think nothing of it! — ¡no hay de qué!, ¡no tiene cuidado! (LAm)

    there's nothing to it! — ¡es facilísimo!

    all 2., 4), do with, kind 2., 1), like I, 2., 1), next 2., 4), e), short 1., 3), sort 1., 1)
    See:
    2.
    ADV

    nothing dauntedsin inmutarse

    it's nothing like him — el retrato no se le parece en nada

    less 2.
    3.
    N

    a mere nothing — una friolera, una bagatela

    - whisper sweet nothings to sb
    * * *

    I ['nʌθɪŋ]
    1) nada

    it's better than nothing, I suppose — hombre, peor es nada

    there's nothing in it: this one may cost a bit more but there's nothing in it really puede que éste cueste algo más pero la diferencia es mínima; there's nothing to it — ( it's easy) es muy fácil; ( it's groundless) no es cierto

    for nothing: she gave it to me for nothing me lo dio gratis; it was all for nothing todo fue en vano; not for nothing was he called Ivan the Terrible no en vano or no por nada se le llamaba Iván el Terrible; if nothing else al menos, por lo menos; nothing but: she's caused nothing but trouble no ha causado (nada) más que problemas; nothing if not: he's nothing if not reliable es totalmente de fiar; nothing less than: it's nothing less than scandalous es verdaderamente escandaloso; nothing like: there's nothing like a shower to freshen you up no hay (nada) como una ducha para refrescarse; there's nothing like it es lo mejor que hay; she's nothing like her mother no se parece en nada a su madre; nothing more than: it's nothing more than a scratch no es más que un rasguño; nothing much: nothing much happened no pasó gran cosa; nothing short of: the consequences would be nothing short of disastrous — las consecuencias no serían ni más ni menos que desastrosas


    II
    1) ( Math) cero m

    English-spanish dictionary > nothing

  • 11 speak

    spi:k
    past tense - spoke; verb
    1) (to say (words) or talk: He can't speak; He spoke a few words to us.) hablar
    2) ((often with to or (American) with) to talk or converse: Can I speak to/with you for a moment?; We spoke for hours about it.) hablar, conversar
    3) (to (be able to) talk in (a language): She speaks Russian.) hablar
    4) (to tell or make known (one's thoughts, the truth etc): I always speak my mind.) decir
    5) (to make a speech, address an audience: The Prime Minister spoke on unemployment.) pronunciar
    - speaking
    - spoken
    - - spoken
    - generally speaking
    - speak for itself/themselves
    - speak out
    - speak up
    - to speak of

    speak vb hablar
    I can't hear you, could you speak a little louder? no te oigo, ¿podrías hablar más alto?
    tr[spiːk]
    intransitive verb (pt spoke tr[spəʊk], pp spoken tr['spəʊkən])
    1 (gen) hablar
    could you speak more slowly please? ¿podrías hablar más despacio, por favor?
    they're not speaking (to each other) no se hablan, no se dirigen la palabra
    2 (make speech) pronunciar un discurso
    he spoke for/in favor of the motion habló en favor de la moción
    3 (on phone) hablar
    Laura speaking! ¡Laura al habla!
    can I speak to Karen please? ¿me puedes poner con Karen por favor?, ¿me pasas con Karen por favor?
    speaking! ¡al habla!, ¡soy yo!, ¡yo mismo,-a!
    1 (utter, say) decir
    2 (language) hablar
    do you speak English? ¿hablas inglés?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    generally/roughly speaking en términos generales
    personally speaking personalmente
    so to speak por así decirlo
    speak for yourself! ¡eso lo dirás tú!, ¡eso lo dirás por ti!
    speak now or forever hold your peace hable ahora o guarde silencio para siempre
    to be nothing to speak of no ser nada especial, no ser nada del otro mundo
    to be spoken for (reserved) estar reservado,-a 2 (engaged) estar comprometido,-a
    to speak for itself/themselves ser evidente, hablar por sí solo
    speaking of... a propósito de...
    to speak ill of somebody / speak well of somebody hablar mal de alguien/hablar bien de alguien
    to speak in public hablar en público
    to speak in tongues hablar en lenguas desconocidas
    to speak one's mind hablar claro, hablar sin rodeos
    to speak out of turn hablar fuera de lugar
    to speak volumes decirlo todo
    speak ['spi:k] v, spoke ['spo:k] ; spoken ['spo:kə n] ; speaking vi
    1) talk: hablar
    to speak to someone: hablar con alguien
    who's speaking?: ¿de parte de quien?
    so to speak: por así decirlo
    2)
    to speak out : hablar claramente
    3)
    4)
    to speak up : hablar en voz alta
    5)
    to speak up for : defender
    speak vt
    1) say: decir
    she spoke her mind: habló con franqueza
    2) : hablar (un idioma)
    v.
    (§ p.,p.p.: spoke, spoken) = decir v.
    (§pres: digo, dices...) pret: dij-
    pp: dicho
    fut/c: dir-•)
    hablar v.
    parlar v.
    spiːk
    1.
    (past spoke or (arch) spake; past p spoken) intransitive verb
    1)
    a) ( say something) hablar

    sorry, did you speak? — perdón ¿dijiste algo? or ¿me hablaste?

    to speak TO o (esp AmE) WITH somebody — hablar con alguien, hablarle a alguien

    wake up Mark, speak to me! — Mark despierta, di algo!

    they are not speaking (to each other) — no se hablan, no se dirigen la palabra

    to speak OF something/somebody/-ING — hablar de algo/alguien/+ inf

    you never spoke of this to anyone? — ¿nunca hablaste de esto con nadie?

    they don't have much money to speak of — no tienen mucho dinero, que digamos

    speaking personally, I think... — personalmente, creo que...

    roughly/generally speaking — en términos generales

    legally/morally speaking — desde el punto de vista legal/moral

    hello, Barbara Mason speaking... — buenas tardes, habla or (Esp tb) soy Barbara Mason

    could I speak to Mrs Hodges, please? - speaking! — ¿podría hablar con la Sra. Hodges, por favor? - con ella (habla)

    who's speaking, please? — ( to caller) ¿de parte de quien?; ( to person answering a call) ¿con quién hablo?

    2) ( make speech) hablar

    to speak ON o ABOUT something — hablar acerca de or sobre algo


    2.
    vt
    a) (say, declare)

    nobody spoke a word — nadie dijo nada, nadie abrió la boca (fam)

    to speak one's mind o thoughts — hablar claro or con franqueza

    to speak the truth — decir* la verdad

    b) \<\<language\>\> hablar

    do you speak English? — ¿habla inglés?

    Phrasal Verbs:
    [spiːk] (pt spoke) (pp spoken)
    1. VI

    have you spoken to him? — ¿has hablado con él?

    did you speak? — ¿dijiste algo?

    technically/biologically speaking — en términos técnicos/biológicos, desde el punto de vista técnico/biológico

    I'll speak to him about it — (=discuss it with him) lo hablaré con él; (=point it out to him) se lo diré

    speaking as a student myself — hablando desde mi experiencia como estudiante

    we're not speaking — no nos hablamos

    speak now or forever hold your peace — hable ahora o guarde para siempre silencio

    he's very well spoken oftiene buen nombre or buena fama

    speaking of holidays... — a propósito de las vacaciones...

    speaking personally... — en cuanto a mí..., yo por mi parte...

    roughly speaking — en términos generales

    so to speak — por decirlo así, por así decir

    to speak well of sb — hablar bien de algn

    to speak in a whisperhablar bajo

    2) (=make a speech, give one's opinion) hablar

    when the minister had spoken... — cuando terminó de hablar el ministro...

    the chairman asked Mr Wright to speak — el presidente le concedió la palabra al Sr. Wright

    are you speaking in the debate? — ¿interviene usted en el debate?

    3) (Telec)

    speaking! — ¡al habla!

    "could I speak to Alison?" - "speaking!" — -¿podría hablar con Alison? -¡al habla! or -¡soy yo! or (esp LAm) -¡con ella!

    this is Peter speaking — ¡soy Peter!, ¡habla Peter!

    may I speak to Mr Jones? — ¿me pone con el Sr. Jones, por favor?

    who is that speaking? — ¿con quién hablo?, ¿quién es?; (taking message) ¿de parte (de quién)?

    4) (fig) [gun] oírse, sonar
    2. VT
    1) (=talk) [+ language] hablar

    do you speak English? — ¿hablas inglés?

    2) (=utter) decir

    to speak one's mindhablar claro or con franqueza

    to speak the truthdecir la verdad

    nobody spoke a word — nadie habló, nadie dijo palabra

    * * *
    [spiːk]
    1.
    (past spoke or (arch) spake; past p spoken) intransitive verb
    1)
    a) ( say something) hablar

    sorry, did you speak? — perdón ¿dijiste algo? or ¿me hablaste?

    to speak TO o (esp AmE) WITH somebody — hablar con alguien, hablarle a alguien

    wake up Mark, speak to me! — Mark despierta, di algo!

    they are not speaking (to each other) — no se hablan, no se dirigen la palabra

    to speak OF something/somebody/-ING — hablar de algo/alguien/+ inf

    you never spoke of this to anyone? — ¿nunca hablaste de esto con nadie?

    they don't have much money to speak of — no tienen mucho dinero, que digamos

    speaking personally, I think... — personalmente, creo que...

    roughly/generally speaking — en términos generales

    legally/morally speaking — desde el punto de vista legal/moral

    hello, Barbara Mason speaking... — buenas tardes, habla or (Esp tb) soy Barbara Mason

    could I speak to Mrs Hodges, please? - speaking! — ¿podría hablar con la Sra. Hodges, por favor? - con ella (habla)

    who's speaking, please? — ( to caller) ¿de parte de quien?; ( to person answering a call) ¿con quién hablo?

    2) ( make speech) hablar

    to speak ON o ABOUT something — hablar acerca de or sobre algo


    2.
    vt
    a) (say, declare)

    nobody spoke a word — nadie dijo nada, nadie abrió la boca (fam)

    to speak one's mind o thoughts — hablar claro or con franqueza

    to speak the truth — decir* la verdad

    b) \<\<language\>\> hablar

    do you speak English? — ¿habla inglés?

    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > speak

  • 12 freirus

    Freirus, magos, curanderos, desencantadores de embrujamientos, etc. De los Freirus se han contado muchas historias, algunas ciertas, otras meras leyendas y muy pocas están en lus cuentos. Yo ahora les voy a contar la historia relacionada con lo misterioso de las Xantinas y freirus. "L'ESTORIA DE XANTA ROUXA" —Acorreláu per argutóuxes cumes que fasta les mesmes ñubes s'espurríen, pa xorber d'échos nus envernus les ñeves ya nus branus les güáitades, ben per mor de les borrines ou de bétchadas orbayadas, ou de choveres xin tinu, cundu atroñiquen lus cielus, ya en pocétchos centellóuxes s'esmadrían ente reblagus en manplenáes de riadas. Ou cundu nes campes nuétches baxu 'l paxiétchu d'estrellas, qu'acobertorién lus érus de moyadas alboriadas, ou cundu 'l tempu trastola, ya baxan prietes borrinas xemandu las orbayadas, que fartucaben al vátche que comu xardín divinu per les argutóuxes cumes yera curiáu en muriada. —Nisti vátchiquin d'enxuenu que mil nomes xin chevara, mal nomáu xamás cheldara, perque mil vátches semexus a miou Melgueirina Asturies per tous lus lláus l'engalanan. Isti vátche yera un xardín que xempre verdi lu taba, lu mesmu nel plenu envernu que nel branu magosteiru, dou embruxantes aldines per uquiera lu poblaban, de xentes fortes ya bravas, que fellices trabayaban, disdi que el sol allumbraba, fasta que la nuétche prieta nun dexaba güétchar nagua. —Sous erus daben lu mesmu 'l perexil que l'escanda, lus arbeyinus de Mayu, ya tou la clás de ximiente qu'el llabrador la xemara. Nus sous teixus tou la fame taba d'afechu xebrada. —Allindiaben sous rebañus d'uveyes, vaques, ya yegues, que nus préus, ou nas brañadas pastiaben yerbes mu sanas. Nuna 'ldina d'isti vátche fae mamplenaú d'anus, fexu rellumbru ista hestoria que l'uréei cundu guaxe de chingua d'un bon vaqueiru que tamén él l'ureáre. —Ista cheyenda ou hestoria que ches cuntu you nagora, fói fecha per el amore, 'l xufrimientu ya la chárima, ya per oitres munches couxes qu'allumbra l'alma humana. —Yera Rouxina tan pura, tan ñatural ya melgueira, tan fermóuxa ya ben cheldá que nin el mesmu Faidor oitra mexor n'encaldara. Yera fía d'una viuda de rancuayina llabranza, qu'ente les dous trabayaben, con la gavita l'aldina, que toes sous xentes con gociu l'apurríen cundun cuadraba. Perque Rouxina yera dalgu que embruxaba y encantaba, que semaba l'allegría per uquier qu'espatuxara, Rouxina xegún les xentes yera un anxelín del ciellu, tan roxiquina y a guapina comu las divinas xanas. —Sous güétchus yeran mesterius qu'al mirar tou l'embruxaban, l'allumbraben d'allegríes, l'alleraben d'esperancias, l'aviñonaben pel gociu qu'en sou alma fogueiraba. Sous güétchus faían falugus, apurriendu mil promexas xin écha falar pallabra. Tous lus mozus d'aquel vátche taben ameruxáus d'amore per la melgueira Rouxina, pos tóus ca cual per xigu, cuntábenxe ben queríus per la melgueirina xana. —Cundu chegaben les romeríes naquel vátche d’énxuenu, toes les xentes dexaben lous trabayus, y'apaxiétchaes con sous gales de festa, diben allegres ya fellices con xantificanti respeutu, a festexar al sou Xantu ou Xantina que tou 'l añu le reizaban, rogándoyes que sous femes nun mal partu nun bétcharan ou que lus chobus ya 'l oxu nun chuquinaren sous vaques, sous uvées ou cheguadas, ou qu'el tempu vena bonu p'el maíz ya las patacas, ya cundu 'l mes de la yerbe nun choviere nin orbayara, pa poder metela bona nus payares ya nas baras, axín como oitres couxes que a sous Xantus pigüeñaban. —Ya trés lus reizus al Xantu ou a la Vírxen qu'aduraban, tóus diben pa sous teixus en hermaná fellizada, y'enzulaben el banquete que faíen col cordeiru mexor de la sou teixada, ya oitres guixus ya llambicus, que pa tal chelda forniaban. —Ya despós de tous fartus e achegres en romaurada, colaben pa la campeira dou lus múxicus gaitaban, ya tóus xemáus de diches con alegría danciaban lu mesmu la xente viétcha qu'angunes xotes danciaba, que la xuventú enteira que de baítchar n'adondaban, xempre xuníus nel dexéu de la querencia qu’embruxa l 'amore que ca cual cata, mái nus mozus que nes móuces pos ístas son mái recatas, perque la fema que pirdi la sou gonra endenantes de qu'el cura la caxara, cheva cuaxigu la duda de ser muyer fellizada. (Bona dote tenes fía, que yes fermóxa e gonrada, 'l díe que pirdas la gonra si nun yes muyer caxada, tou dote nun val pa nagua). Axin falaben les maes tous lus díes a sous fías, enus tempus d'endenantes, cundu la mútcher namái que yera 'l ama en sou teixu cundu 'l sou home nun taba. Peru güéi que la muyer ye 'l xuez que chelda les lleyes, ou 'l guardia que t'encarxela, ou 'l aboguéu falancieru que la xusticia simielga ou 'l fiscal endiañáu que t'achuquina xin pena, falu you que la mútcher güéi poucu estima sou gonra, sou embruxu mesterióxu, sou divinidá grorióuxa, sou ser má del mesmu Cristu, sou ser mantina e fermóuxa. —Ya coyendu la güítcha p'afalar denuéu continu ista hestoria ou cheyenda, falu qu'achí naquel baítche, tous lus mozus faíen dance p'eñamorar a Rouxina, tóus lampriáus nel esgolazu queríen xorber nus sous güétchus el embruxu qu'allumbraben, d'angunus envallentáus falábenle mu xellín que taben per écha llocus, peru Rouxina xonrienti a dalgún sou xi ches daba, ya ñocenti comu ‘n ánxel con sous embruxantes güeyus ya sou melgueira falancia, per xemexu afalagaba, engolguiéndulus nun fuéu que mái sou amore queimaba. —E anxín con tóus per lu mesmu, danciaba ya se reyía, falaba ya canturriaba, ya sous güeyus mesterióxus l’amor per uquier xemaban. TRADUCCIÓN.— (LA HISTORIA DE SANTA ROSA). Rodeado por altas cumbres, que hasta las mismas nubes con gallardía se estiraban, para beber de ellas en los inviernos las nieves y en los veranos las aguas, bien por mediación de nieblas o de ricas escarchadas, o de lluvias que sin tino cuando los cielos tronaban y la centella o el rayo como la luz caminaba, y las nubes se rompían en torrentes de riadas. O cuando en las noches claras bajo el manto de estrellas, que cubrían todos los campos mojados por la alborada, que tal hartaba a todo el valle, que como jardín divino, por las altas montañas era cuidado por sus naturales murallas. —En este valle de ensueño, que mil nombres si llevara mal llamado jamás fuera, porque mil valles divinos, parecidos este ensueño, en mi Dulce Tierrina por todos sus lados la engalanan. —Este valle era un jardín que siempre verde lo estaba, lo mismo en el pleno invierno, que en el verano más caluroso, donde embrujadoras aldeas por todas partes poblaban, de gentes fuertes y bravas que felices trabajaban, desde que el sol salía, hasta que la oscura noche no dejaba ver ya nada. Sus tierras daban lo mismo el perejil que el trigo, que los guisantes tempranos, que cualquier clase de siembra que el labrador trabajara. En sus casas toda hambre del todo estaba apartada. —Las nobles y bravas gentes de aquel valle de ensueño, cuidaban a sus rebaños de ovejas, vacas y yeguas, que en los verdes prados, puertos, morteras u brañas, pastiaban abundantes y buenas hierbas. En una de las aldeas de este valle, hace muchos años se a alumbró esta historia, que yo escuché siendo niño, de boca de un buen vaqueiru, que también él la escuchara. —Esta leyenda o historia que yo les voy a contar ahora, fue nacida del amor del sufrimiento y la lagrima y de muchas otras cosas que alumbra el alma Humana. —Era la joven Rosina tan, pura y tan natural, tan dulce y tan hermosa, y también deseada estaba, que hasta el propío Hacedor otra mejor no creara. Era hija de una viuda de muy pequeña labranza, que entre las dos trabajaban, con la ayuda de las gentes de la aldea, que les prestaban cuando la necesitaban. Rosina era ése algo que embrujaba y encantaba, que sembraba la alegría por donde ella caminara. Rosina según las gentes, era un angelín del cielo, tan rubia y hermosa como las divinas Xanas. —Sus ojos eran misterio que al mirar todo lo embrujaba, alumbrando la alegría, repartiendo la esperanza, llenando a todos del gozo que en su alma se hornaba. Sus ojos hacían halagos prodigando las promesas sin ella decir palabra. Todos los mozos del valle estaban llenos de amor por la dulce y encantadora Rosina, y cada cual para si mismo ya se contaba amado por la preciosa diosa. —Cuando llega el tiempo de las fiestas o romerías en aquel valle de ensueño, todas sus gentes dejaban sus trabajos, y vestidos con sus mejores galas, iban alegres y felices, con santificado respeto, a festejar a su Santo o Santina, que en todo el año le rezara, rogándole que sus hembras tuvieran un buen parir, o que los lobos o el oso no matase a sus ganados, o que el tiempo viniese bueno para el maíz, y las patatas y que en el mes de recoger la hierba no lloviese ni lloviznara, para poder tener buena hierba en los pajares y las varas, así como muchas otras cosas que a sus santos les rogaban. Y tras de los rezos al Santo o a la Virgen que adoraban, todos se marchaban para sus casas en hermanada felicidad, y festejaban el banquete que hacían con los corderos mejores de sus rebaños, y otros guisos y confites que para tales fiestas se industriaban. —Y después de todos hartos y alegres en romería, se iban para la campa donde los músicos tocaban, y todos llenos le dichas con alegría danzaban, lo mismo las gentes viejas que algunas jotas bailaban, que toda la juventud que de danzar no casaba, siempre unida en el deseo, de la querencia que embruja, el amor que cada cual buscaba, más en los mozos que en las mozas, pues éstas son más recatas, porque la hembra que pierde su honra antes de ser casada, puede que jamás alcance la felicidad soñada. (Buen dote tienes hija mía, que eres hermosa y honrada, el día que pierdas tu honra sino eres mujer casada, tu dote no vale nada). Así hablaban las madres todos los días a sus hijas en los tiempos ya pasados, cuando la mujer sólo era el ama en su casa siempre que el hombre no estuviera. Pero hoy que la mujer es el juez que hace leyes o el guardia que te encarcela, o el abogado hablador que la justicia menea, o el fiscal endemoniado que te asesina sin pena, digo que hoy la mujer muy poco esta a su honra, su divinidad gloriosa, su ser la madre de Cristo, su ser querida y hermosa. —Y cogiendo la aguijada para arrear con tino esta leyenda o historia, les digo que en aquel valle de ensueño, todos los mozos, bailaban, reían, cantaban y todo cuanto hacían y pensaban iba encaminado para enamorar a la hermosa y divinizante Rosina, pues todos estaban hambrientos y sedientos hasta el enloquecimiento, por poder satisfacerse con las embrujantes miradas de sus misteriosos y encantadores ojos, algunos mozos más osados, le decían muy despacio y con grande veneración, que estaban enloquecidos de amor por ella. Pero Rosina sonriéndose siempre con su candidez acostumbrada, a ninguno le daba su sí, e inocente como un ángel, con sus embrujantes ojos y su dulce palabra, por igual a todos halagaba, envolviéndoles dentro de un embriagador y divino fuego en el que sólo su amor les quemaba. Y así con todos por igual, bailaba y se reía, hablaba y cantaba, y sus ojos misteriosos el puro e inocente amor por todas partes sembraba. "JUAN EL CURANDERO" —Era Juan hombre maduro sin llegar en esta edad a su total madurez, y era viejo en ser tan pobre como la propia vejez, pues no hay viejo que sea rico aunque más dineros tenga que el mundo que tener. Ya que el dinero en el viejo (y a esta edad yo he de llegar si la parca en mi camino no me siega mi querer, y quisiera me respeten como yo desde mi infancia con el anciano lo hacer) u otra riqueza que fués, sólo le sirve de abrigo, de tranquilidad tal vez, y para que todos sus deudos le mimen y les respeten, como el mejor de sus males para heredarle después. —Yo no se si me comprenden por no explicarme muy bien, yo no llamo viejo al tiempo, porque el tiempo viejo no es, yo llamo anciano a los seres que han perdido la alegría, la ilusión y el apetito, y cuando esto se pierde el más joven viejo es. —Digo yo que me han contado, que Juan no tenía riquezas, y que vivía solitario en una humilde cabaña que él mismo se fabricara, era hijo de aquel valle, dónde sus padres un día tuvieran buena labranza, pero siendo él un niño que apenas lo recordar, vendieron toda la hacienda y se fueron a ultramar. Y en aquellas tierras ricas al otro lado del mar, Juan conoció la fortuna que del trabajo sus padres la pudieron enfornar (hornar), también conoció el amor, y la alegría de vivirlo con el placer que él te dar, pero el vicio de las drogas que a otros muchos te empujar, le hicieron perder su suerte y en la desgracia rodar, y esta negra desventura al presidio le llevar, de dónde salió tan pobre de riquezas y de honor, que en él ya nadie confiar. —Desesperado y mendigo, sin familia y sin hogar, Juan regreso a su Tierrina, al valle que había nacido, y a las argutas montañas que con recelo le guardar, y una vez en el lugar dónde él al mundo llegar, en terreno comunal edifico su cabaña, y tras ella hizo una huerta que con sapienza cuidar, dónde florecía la planta que tras bien elaborada él con placer la fumaba y del mundo se olvidar. —Juan vivía de la caza, de la pesca de ser hombre de mente despierta a ultranza, y quizás bien educada en el delicado oficio de curar la enfermedad, pues él sanaba a las gentes con sus potingues y ungüentos industriados con las plantas que en el monte él arrancar, así aliviaba el reuma, los catarros y otros males, que el médico no sanar. Muchas veces sus palabras sabias por bien atinadas, hacían más bien al enfermo, que el doctor y su receta, que a parte de ser muy cara, raras veces era eficaz. —Juan era un astur de casta, de estatura premediada, de rostro agradable y firme, con nariz recta y holgada, de boca que sonreía aunque palabra no hablara, de ojos tristes y avispados, del color de la esmeralda, sus cabellos eran negros para contraste de raza, y su caminar sereno tranquilidad sin par, le daban el firme aire de poder y libertad. Juan practicaba la industria de curar la enfermedad no cobrando jamás nada, pero todos le ofrendaban mucho más que si cobrara, quizás fuese porque Juan, era hombre que las gentes le querían, le admiraban y le honraban. —Una tarde estaba Juan sentado frente a su casa, que alejada de la aldea en solitario se alzaba, silencioso y cabizbajo no viendo que le observaban, Juan cavilaba en silencio, o tal vez feliz lo fuera y en nada quizás pensara. Más de pronto alguien le dijo con voz cristalina y clara, como las aguas que nacen en las fragosas montañas, con voz cantarina y brava, como la que hace el malvís en la libertad del campo, dueño y señor de su ente, no siendo esclavo de nada, con voz mansa y adulzada, como la que hace la hembra, cuando a su amado le invita, o a su cachorro le halaga, con voz cálida e inocente, como los rayos del sol que dan vida a todo ser, sin preguntar si hay algunos que no merecen tal gala con voz que era un embrujo, para cualquier ser viviente que su música escuchara: —¡Señor Juan! ¿Se encuentra enfermo, o tal vez tiene tristezas que le infelizan su alma? —Juan levantó su mirada, y allí en mitad del camino Rosina le reparaba, con sus candorosos ojos y una divina sonrisa que en sus boca bailoteaba. —¡No preciosa soy feliz, no tengo en pobreza nada, que me fabrique el dolor, ni el odio ni la venganza, ni el egoísmo maligno, ni una ilusión desquiciada! —¡Soy feliz porque soy rico, al saber que no poseo querella de hacienda vana, tengo comida y cobijo, vecinos que bien me quieren y muy tranquila mi alma. —¿Puedo sentarme a tu lado a charlar si tiene gracia...? —¡Tengo la gracia del cielo, cuando hasta mi lado llega, la hermosura más preciada por la inocencia guiada! —¡Puedes Rosina si quieres hacer cuanto a ti te plazca! —¡Señor Juan, yo soy curiosa, como mujer bien pagada, cuentan en la aldea cosas de usted y ninguna mala, pero yo quiero saber esa tristeza que tienen sus ojos que ahora me halagan, ese no querer tener, cuando todos en la vida, por el poseer se afanan! —¡No están tristes mis pupilas, ya que en verdad son dichosas, tal vez se encuentran cansadas, por el placer tan inmenso que en todo momento gozan! —¿Cómo es posible señor, que estando sólo en su choza con agranda *** ***y de todas sus bondades, y ocasiones hubo muchas en que estándome yo sola he pensado en bien amarle. Señor Juan, nunca me quite de este placer que yo siento al poder acariciarle, al poder amarle tanto, como no he podido amar, nada más que a la mi madre! — Juan dominando el deseo que su espíritu sentía, de sus sentidos dislocos perdidos en el placer del vicio que da la carne, pudo un tiempo detener prisioneros tales naturales males, pero al fin incontrolable, besó a Rosina en sus ojos que eran maravillas tales, con el ardor de la quema controlada y sin desmanes, y acariciando su rostro con hermosura pureza del más escogido ángel, le dijo ya emocionado despreciando sus maldades: —¡No sé si el cielo me premia dándome cariños tales, o si me pide un calvario que en duda pongo en llevarle, sólo sé Rosina hermosa, princesa maravillosa con designios celestiales, que en mí hallarás tú siempre cuanto tenga y pueda darte, puedes venir a mi casa siempre que el querer te llame, mi puerta no tiene llave ni para ti, ni tampoco para nadie! —¡Señor Juan, soy tan dichosa que mi pecho se me abre, y por él se me desbordan todo un Firmamento lleno de gozosas alegrías, porque no tienen cabida en mi alma que las hace! —Juan de nuevo acarició aquel ángel tentador, y sin poder contenerse aunque luchó con ardor, sus labios fueron directos aquella rosa encarnada, que era su boca preñada de virginidad y amor. Y lejos de ser esquiva a tan bacanal caricia que se enredaba en el beso que en sus labios se prendió y aquella fuente de gozo, de un deseo incontrolable de un embrujo tentador, respondió al beso en medida que el beso que recibió, y rauda salió corriendo envuelta en gloriosa dicha, con marcado rubor, le dijo adiós con su mano, hacia su aldea marchó. —Juan quedó sólo y maltrecho por el placer el dolor, sin llegar a comprender, que tanta inocencia pura, tanta hermosura y candor, pudieran vivir tan juntas en natural parangón, y darle a él tanta dicha, como carga de dolor. "LA MUERTE DE JUAN" —Fue condena para Juan imposible de vencer, aquel fuego que prendió Rosina en su corazón, era un veneno de infierno que le empujaba al placer, y no al honrado sendero de querer a la inocente como el padre que no ser. —¿O quizás es el demonio ese ángel celestial que en figura de Rosina a mí me vino a tentar, el inocente soy yo que en la inocencia fiar? —Ella se dejó halagar, yo con pasión la besé, y busqué en sus labios puros no el cariño paternal, sino el deseo carnal que en todo Humano se encuentra, como dios del placer, muchas ocasiones hay que ni el más santo barón, ni la más casta mujer son capaces de frenar y violan la castidad en su vida alguna vez. Si a este extremo llegan ellos, ¿qué podré yo hacer que soy un vicioso por demás de la droga y el placer? —Y ella se dejó halagar, y con su candorosa inocencia despertó en mí otra vez, las locas ansias de amar, que dormidas las tenía pensando que nunca más volverían a despertar, puede que ella sin querer me incitara en la pasión, por eso yo la besé, y busqué en sus labios rojos fontana de gran placer, apagar mi sed de amor, y cuando tal degustaba pude y en ella yo notar, que respondía a tal goce no con querer paternal, sino con ansias de amar, y al igual que yo gozar. Y sus pechos prominentes recios por virginidad, he visto que se alteraban sacudidos por el goce que al largo beso arrancar. Y sus ojos hechiceros brillantes como luceros cuando el alba se acercar, he visto que se cerraban extraviados y sumidos, como buscando en su mente un acomodo gustoso del placer desconocido que ella aún no degustar. —¡Más que digo! ¡Estoy demente! —¡Cómo piensan mis sentidos cosas tan bajas y ruines de una virgen inocente que como a padre me amar! —¡Santo cielo, estoy perdido dentro de este fuego ciego que sin mudanza ninguna, me conduce con fiereza al desbordado deseo, de una pasión tan demente que me roba mi sosiego, y que me empuja insolente al pensamiento más bajo que mi mente fabricar! —¡Qué feliz era yo antes en este mi bello valle, dónde desde lejos vine con el propósito firme de hallar la tranquilidad fundiéndome con la paz, que tanto necesitaba mi alma ya emponzoñada por tanto el cuerpo gozar! —¡He de marcharme del valle mañana a lo más tardar, he de huir de esta pasión que a velocidad del rayo me roba sin contenerla, el tesoro más preciado que era mi tranquilidad. He de alejarme si quiero que mi deseo carnal, consumado no se vuelva con la fiereza bestial que en afán pone la fiera cuando el hambre la devora, y para calmarla mata al inocente cordero criatura celestial, que muere en la fiera garra sin pronunciar un sollozo, como morirá la honra de la inocente Rosina, para calmar el Placer que en mi alma dislocado aspira al rico bocado de su hermoso virginal! —Ya la tarde caminaba en pos de la oscuridad, que ensombrecida en el valle hacia sus cumbres se alzar, Juan se adentró en su cabaña casi enfermo por la fuerza que había gastado en pensar, queriendo sepultarse dónde ni el mismo se hallar, para olvidar el tormento de la más grande pasión que en su vida le tentar, por eso, con sus hierbas drogadizas y otros diversos potingues que él sabía preparar, mezclados con miel y caña, en una olla con agua al mor del fuego aliñar, y cuando en su punto estuvo aquella droga fatal, se acostó en su ruin camastro y a tragos largos y ralos con gusto se la libar, para apagar en su mente su pensamiento encendido que en la Rosina quemar. —Tiempo hacía que la noche del valle ya se adueñar, cuando sintió que en su puerta alguien la abría y entrar, en el interior del cuarto con voz candorosa y suave en murmullo cariñoso que al de la gloria apariar, le decían con misterio que le pareció que era su mente que trasvolada al ente que le tentaba, de él se quería también por doble puerto mofar: —¡Señor Juan! ¿Está dormido...? —A la luz del mal candil que iluminaba la alcoba, con destellos que bailaban en las borronosas sombras, dándoles casi una vida que a más claridad no hallar, Juan vio a Rosina sonriente, entre azorada gozosa, e incorporándose presto en su catre empobrecido, preguntole preocupado aunque alegre por pensar, que en su sino escrito estaba que aquella virgen doncella sólo venía a buscar, el aplacar su pasión con la que a él le atenazar: —¿Cómo se atreves princesa, ángel hermoso del cielo, criatura primorosa, diosa de mis desvelos, ruina de mis desventuras, soberana de mi cielo, cómo te osas Rosina, encantadora xanina, que has embrujado mi alma con tu amor que al ser divino yo como mortal no espero, cómo te atreves te digo, en venir desde la aldea, sólo y en noche sombría, hasta esta casa malvada, dónde mora tu deshonra yvive mi desespero? —¡Señor Juan, no pude, y juro que lo intente con denuedo, pues algo, si que no comprendo, una fuerza misteriosa que me traspasaba el alma, entre alegre y pesarosa, entre dichosa gozosa, repugnante y vergonzosa, una pasión tan profunda que al ser salvaje es sincera, una poderosa magia que al ser divina es misterio, me obligó sin yo oponerme, a que dejase mi casa muy despacio en silencio, me trajo a su presencia, y aquí estoy porque le quiero! —Juan con tristeza profunda y alegría en alto cielo, con pasión que se apagaba y en amor ardía fiero, asió la infusión de droga y bebió con el consuelo, de ver abierta a la postre la puerta de su gran cielo. Cogió Rosina la olla de entre las manos de Juan, que no hizo ni un amago para impedir que ingiriera de aquella su medecina que le aploacaba sus penas y con su sonrisa hermosa, inocente y candorosa, bebió Rosina con gozo la caramelosa droga, tras beber un largo sorbo, siguió sonriendo feliz, a la par que se acostaba en el catre a par de Juan, y con sus palabras dulces y sus manos primordiosas, caricias sembraba en Juan a la par que le decía: —¡Algo tiene esta bebida que de alegría me llenar, algo que sabe tan dulce como la miel en panal, algo que enciende mi alma y en el aire me hace andar, tal parece que soy ángel con alas en mis espaldas que me permiten volar! —¡Señor Juan, mi Juan querido, siente un calor en mi cuerpo y la ropa me estorbar, voy a quedarme en porricas (desnuda) para contigo gozar, soy feliz mi Juan querido, tanto que dudo en el mundo, un ser con más dicha y gozo, como yo no sé si habra! —Y así entre besos y abrazos, caricias, risas y juegos, en aquel renqueante catre sucio y pobre por demás, Rosina la candorosa, la inocente virgen pura, perdió su honra gozosa, conociendo jubilosa un placer que no soñar, perdió su casta inocente y a cambio ganó dichosa, saborear felicidad. —Toda la noche fue fiesta de besos que se perdían sumidos en el placer, de caricias de halagos, que hasta las puertas abiertas de su honra destrozada, llegaban en oleadas, sin jamás desfallecer. —Y así amándose ciegos sin pensar en el después, cantó el malvís su tonada y llegó el amanecer. —Fue entonces cuando extenuados de tanto amor y placer, fundidos en el abrazo que sólo el querer saber, se perdieron en el sueño feliz y de pesadez, que a los cuerpos adormece después de beber placer. —Se alarmó por la mañana la aldea que despertaba aprestándose al trabajo como cada día hacer. Se alarmó por los lamentos, llantos y gran desespero, que la madre de Rosina con grande pena lo hacer. —Puesto el pueblo sobre aviso, pronto cundió en todo el valle la noticia ya agrandada del dolor que acontecer. —Unos decían con pena, que tal vez fuera raptada por alguien que la querer. —Viejas hubo que dijeron porque que en misterios creer, que Rosina no era criatura humana, sino que era una Xana, y con ellas a sus fuentes otra vez querer volver. —Todas las gentes del valle la llamaban y buscaban, por los montes y praderas, por las ubérrimas cumbres dónde el utre (el águila) campaba, por las abexías (húmedas sombreadas) y abruptas fondigonás (hondonadas), por las veiras del regueiru (orillas del torrente), que cruzaba sulfuro la rica verde vallada, y todos con desespero perdían ya la esperanza de poder jamás toparla, y ya casi se creían, que Rosina era una Xana que a sus fuentes retornara. —Alguien llegó a la cabaña del bienhechor curandero, la vio abierta y solitaria, llamó a Juan con fuerte voz, y al ver que no contestaba, dentro de su casa entró. —Y allí, en el catre humilde del magnánimo señor, juntos y muy abrazados, sumidos en dulce sueño, Juan y Rosina dormían sin despertar a su voz. —Salió raudo de la casa quién el primero los vio, y a gritos dijo en la aldea dónde Rosina se hallaba y nadie se lo creyó. —Pero al afirmarlo fiero, y rogar que le siguieran, todos corrieron tras él, y entraron en la cabaña, y vieron a los amantes durmientes y entrelazados cual si fuesen uno dos. —Asustados los vecinos al ver lo que no creyeran aunque jurasen por Dios, zarandearon los dormidos, con rabia, odio y furor, y despertose Rosina, pero Juan no despertó. —No se alteró la Rosina, ni menos se levantó, halagó el pelo de Juan, con cariño le besó, y les dijo a sus vecinos con voz preñada de ira, de desprecio y de valor: —¡Dejazle dormir tranquilo, que vuestras horrendas voces no perturben a mi amor, y marcharos de mi presencia, pues no volveré a la aldea, ya que mi casa está aquí, porque desde hoy ya soy, ante Dios que es el que importa, la fiel esposa de Juan, al que le entregué mi honra y todo mi corazón! —Fue la madre de Rosina herida en su sentimiento con vergüenza con fuerza enloquecida por deshonra tan atróz, la que asiendo a Juan con envilecido furor, del catre al suelo tiró y allí en el suelo empobrecido, del miserable cuartucho, todos juntos comprobaron sumidos en un terror, que de miedo confudiólos al presenciar con pavor, que Juan seguía dormido, y en sus labios florecía una sonrisa feliz, que la muerte por la dicha al matarle le dejó. —¡Está muerto! ¡Le has matado! Dijeron aquellas gentes mirándola despavoridos, como si Rosina fuera demonio exterminador, como si aquella muchacha que siempre del pueblo tuvo el cariño y el halago, el aprecio más pagado, y el amor de los rapazus (mozos) que por ella suspiraban con buen querer e ilusión, cómo si aquella preciosa y angelical criatura que desde niña alegrara con sus cantes y sonrisas, galanuras y prestancias, sencillas y naturales, ausentes de vanidas y de hipócritas maldades, los vivires, y quehaceres de las gentes de aquel valle, de pronto se convirtiera en lo mas sucio y maldito que a un humano le caver. —¡Bruja del demonio eres Xana de gran maldición! —Dijeron algunas gentes con el odio retratado en sus ojos y audición —¡Has venido a esta cabaña tan sólo con la intención de asesinar a este hombre, que era nuestro curador y un santo de bendición! —Levantóse de aquel catre Rosina sin el pudor, y en porricas (desnuda) como estaba, con el cuerpo más perfecto que jamás la tierra dio, abrazose a Juan llorando entre gritos lastimeros tan cargados de dolor, que doblegarían en pena a otras gentes que no fueran sus vecinos que la odiaban, y con desprecio la miraban, con repugnancia y con terror. —¡Fostes vuexotrus baldrietchus, gafuróuxus achuquinus (fuisteis vosotros cobardes, despiadados asesinos), hijos de satan malditos, los que matasteis a Juan mientras que dormía yo, un sueño que no era sueño, sino gloria del Señor! —Gritóles Rosina airada, fuera de sí dislocada, transfigurado su rostro por tan inmenso dolor. —¡Yo pido al Señor del Cielo, o al rey del infierno fiero, que sobre vosotros baje poderosa maldición, que os quite la alegría, la paz y prosperidad por asesinos que sois! —Al día siguiente en el valle fue enterrado el pobre Juan, llorando sin ver consuelo, tras el féretro entablado Rosina le acompañaba hasta la dura morada dónde su cuerpo sin vida sería pasto de la tierra, porque de ella nació. —Con Juan se fue de Rosina la alegría alborozada, el brillo de su mirada cautivadora de amor, su virginidad gozada, sus sonrisas primordiosas que de ángel eran canción, su inocencia candorosa su felicidad dichosa, gozada en el mismo día que su honra se esfumo. —Más de dos meses Rosina en su lecho desesperada enferma de amor vivió, y casi su muerte halló por la pena que sufrió. —Cuando al fin salió del mal y a su cotidiana vida de trabajo retornó, lo hizo ilusionada de renaciente alegría, al saber que en sus entrañas un hijo estaba creciendo fruto de su gran amor. —Fue su vida desde entonces en aquel valle querido, la condena del infierno o un castigo del Señor. —Ella que siempre había sido la hermosura y la canción, la alegría y la sonrisa, la ilusión de tantos mozos que deseaban su amor, la inocente virgen pura sin orgullo ni obsesión, era ahora por sus gentes despreciada con horror, insultada muchas veces con ofensivas mentiras, dónde la airada venganza de la envidia recogió. Hasta los mozos que antes la trataban con cariño y marcada veneración, ahora la repudiaban, y con socarronas risas le lanzaban sucias sátiras, y la nomaban Paraxa (nombraban puta) con la misma asiduidad, que antes le decían bonita en cualquier otra ocasión. —Algunas viejas había que con sutil agudeza que en el aldeano es primor, sembraban entre las gentes el veneno acusador, con frases tan bien urdidas de historias que antiguas son, que Rosina era una Xana, que sólo traería al valle desgracias y males tales, que mejor era apredrearla y arrancarle de su cuerpo su vida de maldición. ALUMBRAMIENTO, MUERTE Y SANTIDAD DE ROSINA —En el culminante estado de su amada gestación, Rosina aquella mañana fue con sus vacas al prado, y allí en el raso campo a la luz clara del sol, se puso enferma de parto, y entre la hierba rosada a dar a luz se acostó. —La alegría acariciada que tanto tiempo esperaba, semilla que iba a nacer fruto de su gran amor, se tornaba por momentos en acuciante dolor, que le hacía revolcarse entre la crecida hierba, entre gritos lastimeros que le arañaban la entraña, porque su hijo quería ver la claridad del sol. —Ella sola en pleno campo, sin que nadie le ayudara, ni menos la consolara ni con palabras ni hechos, sin que una mano piadosa l'enxugara (le secara) los sudores que el dolor los hacía crecer, ella sola a lo salvaje, como siempre había vivido con natural sencillez, como si fuera una fiera con el dolor de mujer, estaba alumbrando un hijo, con la natural manera que en su día lo supo hacer. —El esfuerzo agobiador y el dolor desgarrador que sufriera al alumbrarlo, la privaron del sentido durante ignorado rato, y así el infante gritaba en la soledad del campo, mientras que era lamido con cariño casi humano, por Petra la perra loba, que con su ama la Xana apacentaba el ganado. —Desde las altivas cumbres dónde el águila vigila, con sus ojos encendidos de rapidez desmedida, y precisión ajustada a sus ansias de asesina, la soberana del aire había visto la muchacha, entre las hierbas tendida cual si muerta se encontrara, y al pequeño dando gritos, aunque Petra, cariñosa con maternidad lamiera, cual si su cachorro fuera, no el hijo de su ama. —Sanguinaria y despiadada vio la reina de las cumbres en el infante un festín, de sabrosa carne humana, y bajando de los cielos con sus alas replegadas y la rapidez del rayo cuando del trueno se escapa, arrancó en vuelo rasante de entre las fauces del perro que en el momento cuidaba con desmedido cariño al instante que hacia el cielo el águila se elevaba. —Lamentos que daba el niño entre las feroces garras de águila desalmada, mientras que la fiera alada sin piedad entre sus uñas al instante asesinaba. —Ladridos de grande pena que la perra noble y buena más humana que animal enloquecida hacia el cielo con fiera rabia lanzar, mientras que chillando alegre la reina de las montañas majestuosa planear, para llegar a su nido que colgado en el abismo del inaccesible risco, iba a ser mudo testigo, del ángel que en un festín, un águila devorar. —Al fin la pobre Rosina del olvido del desmayo a la razón retornar, y recorrió con anhelo de una alegría sin par, que había alumbrado a su hijo, y rauda miró angustiada en que lugar se encontrar. —Vio a la noble perra entre la hierba acostada que quejidos murmuraba cual si culpada lo estar, vio su razón desatada ensenderada en camino que a la demencia guiar, si no encontraba a su hijo que ella sabía que alumbrar. —Pero no... pudo hallarle, ni ya nadie le encontrar, porque aquella fiera alada un festín con él se dar. Su dolor al más medrado, su penar crecido al más, hicieron de ella el demente que sin perder la razón como loco se portar. Clavó sus hermosos ojos en el Infinito cielo, y con llanto desgarrado por mil lágrimas regado que las fuentes del dolor desmandadas en riada todo su ser anegar, reclamaba su justicia al Señor que así le hablar: —¿Dónde mi hijo se fue si en mi entraña ya no estar? —¿Dónde Hacedor Poderoso con tantos ojos que tienes que todo lo escudriñar, dónde mi hijo se fue, que ladrón me lo robar? —¡Yo le he visto aquí nacido, sano y fuerte cuando Tú mi sentido me quitar. —¡Dime Señor te lo ruego, y a cambio mi vida entera ahora mismo te entregar, dentro de atroz sufrimiento que inventado aún no estar!, ¿que malvado despiadado a mi hijo me robar? —¡Vamos Señor que no oigo tu Divina voz hablar! —¡Dime si mudo lo eres al menos con una seña dónde mi hijo morar! —¡Despierta Señor del Cielo, si es que dormido lo estás, y busca a mi hijo pronto que sino se morirá! —¡Oh Señor ya te comprendo, no me quieres ayudar, porque a nadie Tú le ayudas mientras que vivo lo estar! —¿Oh acaso soy yo la Xana que en las fontanas morar, y estoy viviendo un sueño que no es mi realidad? —¡Si así es mi creador, el sueño es mi verdad! —Revolcándose en la hierba que su drama presenciar, prisionera del dolor, que descanso ni sosiego, ni un instante le dar, ahogándose en las lágrimas, que de sus ojos brotar, la desgraciada parida horrendos gritos lanzaba, que en el aire se perdían fusionados y apagados en distancia, por el cante del malvís, el jilguero y la calandria, por el rumor de las aguas que felices y hermanadas, el bullicioso torrente hasta la mar las llevaba. Por la canción tan pareja que hace el grillo y la cigarra. Por el graznar de los cuervos y del águila malvada. Por la brisa cariñosa que acaricia oxiginada, los foyajes que orquestean músicas en la arbolada. —Solo Petra su fiel perra con sentimientos de humana, traspasada por la pena, acaricieba lamiendo las lágrimas de su ama, ella si podía decirle si su lengua en voz montara, que taimada criatura a su hijo devorara. —Más de pronto la Rosina, cómo si un demonio fiero en su alma se albergara, dándole vida a una idea que un dolor más encendido por ver clara su desgracia de sus sentidos saltara, con los ojos extraviados por la furia en tal creada, se levantó envenenada con ardor de herida fiera, y asiendo a su noble perra con sus manos encrispadas dirigidas por el odio de su razón desquiciada, apretóla por el cuello con el ansia de matarla, mientras que con voz rabiada gritaba desaforada: —¡Fuiste tu perra maldita la que mataste a mi hijo, la que con placer de averno hiciste de él un festín devorándome mi entraña, fuiste tu asqueroso bicho traicionero y carnicero, la que se comió a mi hijo mientras que yo avasallada por el dolor más profundo fuera de razón estaba! —¡Pero ahora morirás en mis manos desgraciada, y te rajeré tu vientre, y en pequeños pedacitos que enloqueceran mi alma, sacaré de él a mi hijo, aunque no sea nada más que para poder mirar los despojos de mi entraña! —Fuerte y grande era Petra la perra humanizada, que al verse tan maltratada por su ama desquiciada, luchó con fiereza noble librándose del dogal que en su cuello aprisionaba, logrando huir con lamentos hacia la aldea alejada. —Trás ella como una loca, llena de sangre y airada, con sus cabellos revueltos al viento que acariciaba, y sus ojos extraviados dónde la furia brillaba, acusando con palabras de maldición anegadas a su perra endemoniada, entró la moza parida en su aldea enloquecida, y los vecinos al verla en facha tan desastrada, lejos de apenarse de ella, los malditos la injuriaban, y la siguieron gozosos sonrientes en algarada, hasta llegar a la casa dónde Rosina moraba. —Y allí la vieron salvaje como la fiera rabiada, maltratar con una furia que de el tigre era copiada, a la Petra su fiel perra, que aunque comprendiera todo y sin poder decir nada, asustada y encogida miraba entre lamentos a su ama trastornada. —¡No te escaparás ahora de mi venganza malvada, bestia satánica y ruina, peor que tu hermano el lobo de donde has sido encarnada, tú has devorado a mi hijo, y yo te arrancaré tu alma! —¡Mientes bruja fuiste tú, la que vil muerte le diste igual que has hecho con Juan, y harás desgracias sin par en el valle mientras vivas, porque eres la Xana mala, qu’encaldas (que haces) calamidades, sin darnos ninguna dicha, por eso vas a morir ahora mismo por maldita! —Dijo una vieja rabiosa a la par que una pedrada le lanzó contra su cuerpo. Otras personas con saña a la vieja secundaron. Y así la Xana Rosina, la muchacha más hermosa que jamás criara el valle, la de mejor sentimientos, la de más puras maneras y naturales virtudes, moría a manos de sus gentes, apredreada y despreciada, tratada como una bruja, que sólo sembraba el mal. —Y Rosina no había sido nada más que un ángel bueno, que supo amar y vivir dentro de la libertad, tan natural y sencilla como la vida que crece en rico o pobre lugar, Rosina con ser antigua, siempre moderna será, como las mozas de hoy, si alguna sabe de veras lo que es la libertad, no el anárquico vivir que a su gusto se inventar. —Justamente el mismo día que sus malvados vecinos a la Xana asesinar, una peste pobló el valle, y’achegaba en fechura de morrinas, que dexaba a lus teixus ya les cortes, enxemaus de prexones y’animales, en fechura de cadarmus que fedíen, como guelen les morrines enus branus. (Y llegaba en hechura de mortandades, que dejaba a las casas y a los establos, sembrados de personas y animales, en forma de cadáveres que olían, como suelen hacerlo los cuerpos muertos abandonados en los campos con las calores de los veranos). —No fueron tardas las gentes de aquel próspero valle, en darse cuenta de que aquella calamidad que les rodeaba en forma de muerte, de dolor y de otros males, era un merecido castigo que el Cielo les enviaba, por haber dado muerte tan injustamente a la Xana Rosina, que era la criatura más deliciosa y buena que había nacido para bien de todos en el valle. —Pronto comprendieron todos al hacer memoria, que durante el tiempo que la melgueira Rosina había vivido junto a ellos, solo felicidad, alegría y bienestar habían gozado siempre, sólo desde el momento que tan vilmente la habían asesinado, sobre todos ellos desencadenárase la peor de las desdichas, tal parecía que la peor de las maldiciones pesara sobre ellos, para hacerles pagar la horrenda muerte que le propinaran a la inocente Rosina. Por esto, todos en la intimidad de sus pensamientos en un principio, le rogaban fervorosamente a la Rosina que les perdonara el cuantiosísimo mal que le habían hecho, y luego ya más tarde, todo el valle ya convencido de que sólo Rosina podría salvarlos de aquella maligna peste que llevaba a sus vidas y diezmaba a sus ganados, se reunieron en comunal junta las seis aldeas que formaban el valle, y acordaron con el consejo del cura que el veía en aquella santoral industria un saneado negocio para su cuarexa (cartera), levantarle en el centro del valle con todo el apremio que fuera posible, una pequeña capilla, dónde se veneraría la imagen de Rosina con el Santo nombre de Santa Rosa, que sería siempre la soberana y fiel guardadora de todas las gentes y eros de aquel valle, dónde siempre había vivido con la felicidad y alegría de un ángel, y había sabido morir, con la entereza, resignación y valentía, con que suelen hacerlo los santos mártires. —Y fue cosa casual, o tal vez milagrosa, pues nadie a ciencia cierta sabe hasta dónde llegan los misterios que encierran a la Humanidad, la historia o leyenda fue que nada mas que dio comienzo la santoral obra, otra vez volvió a reinar en el valle la alegría y a felicidad, la prosperidad y el bienestar que siempre tuvo, que según el parecer de todos desde el mismo Jardín del Cielo, a todos por igual les enviaba Rouxina, la Melgueira ya embruxante xanina, que ellos un día tentados por el mismo demonio, la habían insultado, despreciado e inhumanamente asesinado. —Y así todos los años, en la misma fecha que la habían tan vilmente apedreado quitándole tal vilmente la vida, viejos y jóvenes, gozosos y felices, alegres y llenos de sana y recia fe, cantaban y bailaban lo mismo que solía hacer la Xana Rosina, y satisfechos de natural felicidad se divertían al lado de su encantadora ermita, festejando con suprema fe su Romería.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > freirus

  • 13 talk

    to:k
    1. verb
    1) (to speak; to have a conversation or discussion: We talked about it for hours; My parrot can talk (= imitate human speech).) hablar
    2) (to gossip: You can't stay here - people will talk!) hablar, chismorrear
    3) (to talk about: They spent the whole time talking philosophy.) hablar (de/sobre)

    2. noun
    1) ((sometimes in plural) a conversation or discussion: We had a long talk about it; The Prime Ministers met for talks on their countries' economic problems.) conversación
    2) (a lecture: The doctor gave us a talk on family health.) conferencia
    3) (gossip: Her behaviour causes a lot of talk among the neighbours.) comentario, chismorreo, cotilleo
    4) (useless discussion; statements of things a person says he will do but which will never actually be done: There's too much talk and not enough action.) palabra(s), palabreo, palabrería, charlatanería
    - talking book
    - talking head
    - talking-point
    - talk show
    - talking-to
    - talk back
    - talk big
    - talk down to
    - talk someone into / out of doing
    - talk into / out of doing
    - talk someone into / out of
    - talk into / out of
    - talk over
    - talk round
    - talk sense/nonsense
    - talk shop

    talk1 n conversación / charla
    talk2 vb hablar
    tr[tɔːk]
    1 (gen) hablar (to, con/a)
    what were you talking about? ¿de qué hablabais?
    2 (negotiate) negociar
    3 (gossip) hablar, chismorrear
    1 hablar (about/of, de)
    2 (lecture) charla, conferencia
    1 negociaciones nombre femenino plural
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    it's just talk son cosas que se dicen, son rumores
    look who's talking quién lo dice, mira quién habla
    not to have a clue what one is talking about no tener la menor idea de qué habla
    now you're talking eso sí que me interesa
    talk about luck! ¡vaya suerte!
    talk of the devil hablando del rey de Roma, (por la puerta asoma)
    to be all talk (and no action) no hacer nada más que hablar
    to be the talk of the town ser la comidilla de todos
    to know what one is talking about hablar con conocimiento de causa
    to talk big fanfarronear, farolear, presumir, exagerar
    to talk somebody into something convencer a alguien para que haga algo
    to talk somebody out of something disuadir a alguien de hacer algo
    to talk sense hablar con sentido común
    to talk shop hablar del trabajo
    to talk through one's hat decir tonterías, hablar sin pies ni cabeza
    to talk turkey hablar a las claras, hablar con franqueza
    you can talk y tú que lo digas
    pillow talk conversación nombre femenino íntima (en la cama)
    talk show programa nombre masculino de entrevistas
    talk ['tɔk] vi
    1) : hablar
    he talks for hours: se pasa horas hablando
    2) chat: charlar, platicar
    talk vt
    1) speak: hablar
    to talk French: hablar francés
    to talk business: hablar de negocios
    2) persuade: influenciar, convencer
    she talked me out of it: me convenció que no lo hiciera
    3)
    to talk over discuss: hablar de, discutir
    talk n
    1) conversation: charla f, plática f, conversación f
    2) gossip, rumor: chisme m, rumores mpl
    n.
    charla s.f.
    conferencia s.f.
    habla s.f.
    palabras s.f.pl.
    parlatorio s.m.
    plático s.m.
    v.
    charlar v.
    hablar v.
    parlar v.
    platicar v.

    I
    1. [tɔːk] intransitive verb
    1)
    a) ( speak) hablar; ( converse) hablar, platicar* (esp AmC, Méx);

    stop talking! — ¡silencio!

    he never stops talking — no para de hablar, habla hasta por los codos (fam)

    you ate it all? talk about greedy! — (colloq) ¿te lo comiste todo? ¡hay que ser glotón!

    for a basic kit you're talking about $900 — (colloq) para un equipo básico hay que pensar en unos 900 dólares

    talking of which, how was your exam? — a propósito, ¿cómo te fue el examen?

    you can talk! o you can't talk! o look who's talking! — (colloq) ¡mira quién habla!

    now you're talking! — (colloq) ¡así se habla!

    - to talk OF something -ING
    - to talk TO somebody
    - to talk WITH somebody

    b) talking pres p < doll> que habla; < book/> grabado
    2)
    a) ( have discussion) hablar
    is there somewhere we can talk? — ¿podemos hablar en privado?
    b) ( give talk)
    c) ( gossip) hablar

    2. vt
    1) ( speak) (colloq):

    to talk golf/economics — hablar de golf/economía

    don't talk nonsense! — ¡no digas tonterías!

    2) (argue, persuade)
    - to talk one's way out of/into something
    - to talk oneself out of/into something

    Phrasal Verbs:
    - talk through
    II
    1) c
    a) ( conversation) conversación f

    I had a long talk with himestuve hablando or (AmC, Méx tb) platicando un rato largo con él

    b) ( lecture) charla f

    to give a talk about o on something — dar* una charla sobre algo

    c) talks pl ( negotiations) conversaciones fpl, negociaciones fpl

    to have o hold talks — mantener* or sostener* conversaciones

    2) u
    a) (suggestion, rumor)

    there is talk of his retiringse habla de que or corre la voz de que se va a jubilar

    it was the talk of the town — (set phrase) era la comidilla del lugar

    b) ( words) (colloq & pej) palabrería f (fam & pey), palabras fpl

    it's just talk!es pura palabrería (fam & pey), no son más que palabras

    to be all talk (and no action) — hablar mucho y no hacer* nada

    [tɔːk]
    1. N
    1) (=conversation) conversación f, charla f, plática f (Mex)

    to have a talk (with sb) — hablar (con algn), tener una conversación (con algn)

    we had a long talk over supper — hablamos largo y tendido durante la cena

    2) (=lecture) charla f

    to give a talk (on sth) — dar una charla (sobre algo)

    3) talks (=negotiations) (gen) conversaciones fpl, pláticas fpl (Mex); (with defined aim) negociaciones fpl

    the foreign secretary will be holding talks with his French counterpart — el ministro de asuntos exteriores mantendrá conversaciones con su homólogo francés

    4) (=rumours) rumores mpl

    there is some talk of his resigningse habla de or corren rumores sobre su posible dimisión

    there's been a lot of talk about you two — se ha hablado mucho de vosotros dos, están circulando muchos rumores acerca de vosotros dos

    - be the talk of the town
    5) (=remarks)
    small 4.
    6) (=speech, language) lenguaje m

    children's talklenguaje m infantil or de niños

    7) (=hot air) pej palabrería f, cuento m

    it's just talk — es pura palabrería, es todo cuento

    he'll never give up smoking, he's all talk — nunca va a dejar de fumar, mucho hablar pero luego nada or no es más que un cuentista

    he's all talk and no action — ¿ése? ¡mucho ruido y pocas nueces!, habla mucho pero no hace nada

    2. VI
    1) (=speak) hablar

    can you talk a little more slowly? — ¿podría hablar un poquito más despacio?

    she never stops talkingno deja or para de hablar

    I wasn't talking about you — no hablaba de ti

    talk about rich! he's absolutely loaded * — ¡vaya que si es rico! ¡está forrado! *

    talk about a stroke of luck! * — ¡qué suerte!

    to talk big — (fig) darse importancia, fanfarronear

    "and she's so untidy around the house" - "you can talk! or look who's talking!" — -y además, es tan desordenada en casa -¡mira quién habla! or -¡mira quién fue a hablar!

    now you're talking! — ¡así se habla!

    talking of films, have you seen...? — hablando de películas, ¿has visto...?

    don't talk to your mother like that! — ¡no le hables así a tu madre!

    the way you talk you'd think this was all my fault! — ¡oyéndote hablar cualquiera diría que toda la culpa es mía!

    - talk through one's hat
    dirty 2., 2)
    2) (=converse) hablar, platicar (Mex) (to con)

    stop talking! — ¡callaos!, ¡dejad de hablar!

    who were you talking to on the phone just now? — ¿con quién hablabas (por teléfono) ahora mismo?

    were you talking to me? — ¿me hablas a mí?

    to talk to o.s. — hablar solo

    to talk about sth/sb — hablar de algo/algn

    the sort of person who talks at you rather than to you — el tipo de persona que habla mucho pero no escucha nada

    to get talking — ponerse a hablar, entablar conversación

    to keep sb talking — dar charla a algn para entretenerlo, entretener a algn hablando

    it was easy to talk with her — era fácil hablar con ella

    3) (=have discussion) hablar, hablar seriamente
    4) (=gossip) hablar ( about de)
    5) (=lecture) dar una charla, hablar (about, on de, sobre)

    he'll be talking on his life in India — dará una charla sobre su vida en la India, hablará de or sobre su vida en la India

    6) (=reveal information) hablar
    3. VT
    1) (=speak) hablar

    to talk nonsense, talk rubbishdecir tonterías

    to talk sensehablar con juicio or sensatez

    - talk the hind legs off a donkey
    2) (=discuss) hablar de

    we were talking politics/business — hablábamos de política/negocios

    - talk shop
    3) (=persuade)

    to talk sb into doing sth — convencer a algn de que haga algo

    ok! you've talked me into it — ¡vale! me has convencido

    to talk sb out of doing sth — convencer a algn de que no haga algo, disuadir a algn de que haga algo

    we managed to talk him out of it — conseguimos convencerle de que no lo hiciera, conseguimos disuadirle de que lo hiciera

    he managed to talk his way out of a prison sentence — habló de tal manera que no le condenaron a pena de cárcel

    4.
    CPD

    talk radio Nradio f hablada

    talk show N — (Rad, TV) programa m de entrevistas

    talk time N (on mobile phone) tiempo m de conversación

    * * *

    I
    1. [tɔːk] intransitive verb
    1)
    a) ( speak) hablar; ( converse) hablar, platicar* (esp AmC, Méx);

    stop talking! — ¡silencio!

    he never stops talking — no para de hablar, habla hasta por los codos (fam)

    you ate it all? talk about greedy! — (colloq) ¿te lo comiste todo? ¡hay que ser glotón!

    for a basic kit you're talking about $900 — (colloq) para un equipo básico hay que pensar en unos 900 dólares

    talking of which, how was your exam? — a propósito, ¿cómo te fue el examen?

    you can talk! o you can't talk! o look who's talking! — (colloq) ¡mira quién habla!

    now you're talking! — (colloq) ¡así se habla!

    - to talk OF something -ING
    - to talk TO somebody
    - to talk WITH somebody

    b) talking pres p < doll> que habla; < book/> grabado
    2)
    a) ( have discussion) hablar
    is there somewhere we can talk? — ¿podemos hablar en privado?
    b) ( give talk)
    c) ( gossip) hablar

    2. vt
    1) ( speak) (colloq):

    to talk golf/economics — hablar de golf/economía

    don't talk nonsense! — ¡no digas tonterías!

    2) (argue, persuade)
    - to talk one's way out of/into something
    - to talk oneself out of/into something

    Phrasal Verbs:
    - talk through
    II
    1) c
    a) ( conversation) conversación f

    I had a long talk with himestuve hablando or (AmC, Méx tb) platicando un rato largo con él

    b) ( lecture) charla f

    to give a talk about o on something — dar* una charla sobre algo

    c) talks pl ( negotiations) conversaciones fpl, negociaciones fpl

    to have o hold talks — mantener* or sostener* conversaciones

    2) u
    a) (suggestion, rumor)

    there is talk of his retiringse habla de que or corre la voz de que se va a jubilar

    it was the talk of the town — (set phrase) era la comidilla del lugar

    b) ( words) (colloq & pej) palabrería f (fam & pey), palabras fpl

    it's just talk!es pura palabrería (fam & pey), no son más que palabras

    to be all talk (and no action) — hablar mucho y no hacer* nada

    English-spanish dictionary > talk

  • 14 mind

    1.
    (the power by which one thinks etc; the intelligence or understanding: The child already has the mind of an adult.) mente, cabeza, cerebro

    2. verb
    1) (to look after or supervise (eg a child): mind the baby.) cuidar
    2) (to be upset by; to object to: You must try not to mind when he criticizes your work.) importar, molestar
    3) (to be careful of: Mind (= be careful not to trip over) the step!) tener cuidado
    4) (to pay attention to or obey: You should mind your parents' words/advice.) hacer caso de

    3. interjection
    (be careful!: Mind! There's a car coming!) ¡cuidado!
    - - minded
    - mindful
    - mindless
    - mindlessly
    - mindlessness
    - mindreader
    - at/in the back of one's mind
    - change one's mind
    - be out of one's mind
    - do you mind!
    - have a good mind to
    - have half a mind to
    - have a mind to
    - in one's mind's eye
    - in one's right mind
    - keep one's mind on
    - know one's own mind
    - make up one's mind
    - mind one's own business
    - never mind
    - on one's mind
    - put someone in mind of
    - put in mind of
    - speak one's mind
    - take/keep one's mind off
    - to my mind

    mind1 n mente
    to my mind... a mi parecer / en mi opinión
    mind2 vb
    1. importar
    do you mind if I sit here? ¿te importa que me siente aquí?
    2. cuidar
    who is minding the baby? ¿quién está cuidando al niño?
    3. tener cuidado
    mind out! ¡cuidado!
    mind your own business! ¡ocúpate de tus asuntos!
    never mind! ¡no importa! / ¡da igual!
    tr[maɪnd]
    you've got a dirty mind! ¡qué guarro eres!
    3 (brain, thoughts) cabeza, cerebro
    4 (person) cerebro
    1 (heed, pay attention to) hacer caso de; (care about) importar, preocupar
    don't mind me! ¡no me hagas caso!
    2 (be careful with) tener cuidado con
    mind the step! ¡cuidado con el escalón!
    mind your head! ¡ojo con la cabeza!
    3 (look after - child) cuidar, cuidar de; (- house) vigilar; (- shop) atender; (- seat, place) guardar
    could you mind the baby for a minute? ¿me puedes cuidar el bebé un momento?
    4 (object to, be troubled by) tener inconveniente en, importar, molestar
    I don't mind staying no tengo inconveniente en quedarme, no me importa quedarme
    are you sure you don't mind going? ¿seguro que no te importa ir?
    do you mind the noise? ¿te molesta el ruido?
    would you mind waiting? ¿le importaría esperar?
    5 (fancy, quite like) venir bien
    1 (be careful) tener cuidado
    mind (out)! ¡cuidado!, ¡ojo!
    2 (object to) importar, molestar, tener inconveniente
    do you mind if I open the window? ¿le importa que abra la ventana?
    would you mind if I used your phone? ¿podría utilizar su teléfono?
    do you want a biscuit? --I don't mind if I do! ¿quieres una galleta? --¡pues sí!
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    mind you... ten en cuenta que..., la verdad es que...
    mind your own business no te metas en lo que no te importa
    never mind (it doesn't matter) no importa, da igual 2 (don't worry) no te preocupes 3 (let alone) ni hablar de
    never you mind! ¿a ti qué te importa?
    to be all in the mind no ser más que imaginaciones
    to be in one's right mind estar en su sano juicio
    to be in two minds about something estar indeciso,-a respecto a algo
    to be of one mind / be of the same mind ser del mismo parecer, tener la misma opinión
    to be of sound mind estar en pleno uso de sus facultades (mentales)
    to be on one's mind preocupar a uno
    to bear something in mind tener algo en cuenta, tener algo presente
    to blow somebody's mind alucinar a alguien
    to bring something to mind / call something to mind recordar algo, traer algo a la memoria
    to change one's mind cambiar de opinión, cambiar de parecer
    to come to mind ocurrírsele a uno, venir a la mente
    to cross somebody's mind ocurrírsele a alguien, pasar por la cabeza de alguien
    to get something/somebody out of one's mind quitarse algo/a alguien de la cabeza
    to give somebody a piece of one's mind decir cuatro verdades a alguien
    to go out of one's mind volverse loco,-a
    to have a mind of one's own saber decidirse por sí mismo,-a
    to have a good mind to do something estar por hacer algo, estar casi decidido,-a a hacer algo
    to have half a mind to do something estar por hacer algo, estar casi decidido,-a a hacer algo
    to have somebody/something in mind estar pensando en alguien/algo
    to have something on one's mind estar preocupado,-a por algo
    to keep an open mind tener una mente abierta
    to keep one's mind on something estar atento,-a a algo, prestar atención a algo, concentrarse en algo
    to lose one's mind perder el juicio
    to put somebody in mind of something recordarle a alguien algo
    to put something out of one's mind no pensar más en algo
    to put/set somebody's mind at ease/rest tranquilizar a alguien
    to put/set/turn one's mind to something proponerse algo
    to slip somebody's mind olvidársele a uno
    to somebody's mind en la opinión de alguien
    to my mind en mi opinión, a mi parecer
    to speak one's mind hablar sin rodeos, decir lo que uno piensa
    to take a load/weight off somebody's mind quitarle a alguien un peso de encima
    mind ['maɪnd] vt
    1) tend: cuidar, atender
    mind the children: cuida a los niños
    2) obey: obedecer
    3) : preocuparse por, sentirse molestado por
    I don't mind his jokes: sus bromas no me molestan
    4) : tener cuidado con
    mind the ladder!: ¡cuidado con la escalera!
    mind vi
    1) obey: obedecer
    2) care: importarle a uno
    I don't mind: no me importa, me es igual
    mind n
    1) memory: memoria f, recuerdo m
    keep it in mind: téngalo en cuenta
    2) : mente f
    the mind and the body: la mente y el cuerpo
    3) intention: intención f, propósito m
    to have a mind to do something: tener intención de hacer algo
    4) : razón f
    5) opinion: opinión f
    to change one's mind: cambiar de opinión
    6) intellect: capacidad f intelectual
    adv.
    mente adv.
    n.
    cabeza s.f.
    entendimiento s.m.
    inteligencia s.f.
    juicio s.m.
    memoria s.f.
    mente s.f.
    mientes s.m.pl.
    ánimo s.m.
    v.
    acordarse de v.
    atender v.
    escuchar v.
    fijarse en v.
    tener en cuenta v.
    maɪnd
    I
    1)
    a) ( Psych) mente f

    with an open/a closed mind — sin/con ideas preconcebidas

    to keep an open mind on something — mantener* una mentalidad abierta or no cerrarse* frente a algo

    I'm convinced in my own mind that... — yo estoy plenamente convencido de que...

    to bear o keep something/somebody in mind — tener* algo/a alguien en cuenta, tener* presente algo/a alguien

    to bring o call something to mind: this case brings to mind another incident este caso (nos) recuerda otro incidente; to come to mind: nothing in particular comes to mind no se me ocurre nada en particular; to have something/somebody in mind tener* algo/a alguien en mente; with that in mind pensando en eso; to have something on one's mind: what's on your mind? ¿qué es lo que te preocupa?; to prey o weigh on somebody's mind: it's been preying o weighing on my mind me ha estado preocupando; that put my mind at rest con eso me tranquilizé or me quedé tranquilo; put it out of your mind! no pienses más en eso!; I can see her now in my mind's eye es como si la estuviera viendo; you're not ill: it's all in the mind no estás enfermo, es pura sugestión; I can't get him/the thought out of my mind no puedo quitármelo de la cabeza, no hago más que pensar en él/en eso; it never crossed my mind that... ni se me ocurrió pensar que..., nunca me habría imaginado que..., ni se me pasó por la cabeza que...; to take a load o weight off somebody's mind quitarle a alguien un peso de encima; great minds think alike — (hum) los genios pensamos igual

    b) ( mentality) mentalidad f
    c) ( Phil) (no art) espíritu m
    2) ( attention)

    to put one's mind to something: he can be quite charming if he puts his mind to it cuando quiere or cuando se lo propone, es un verdadero encanto; you could finish it today if you put your mind to it si te lo propones puedes terminarlo hoy; he needs something to take his mind off it necesita algo que lo distraiga; it slipped my mind — se me olvidó

    3)
    a) ( opinion)

    to change one's mindcambiar de opinión or de parecer or de idea

    my mind's made up — lo he decidido, estoy decidido

    he spoke his mind — dijo lo que pensaba, habló sin tapujos

    to my mind — a mi parecer, en mi opinión

    to be in o of two minds about something — estar* indeciso respecto a algo

    b) (will, intention)

    he has a mind of his own — ( he is obstinate) es muy empecinado or porfiado or testarudo; ( he knows his own mind) sabe muy bien lo que quiere

    to have a mind to + inf: when he has a mind to cuando quiere, cuando se lo propone; I've a good mind to complain to the manager tengo ganas de ir a quejarme al gerente; I've half a mind to tell her myself casi estoy por decírselo or casi se lo diría yo mismo; she certainly knows her own mind — ciertamente sabe lo que quiere

    4) ( mental faculties) juicio m, razón f

    to be of sound mind — (frml) estar* en pleno uso de sus (or mis etc) facultades (mentales) (frml)

    to be/go out of one's mind — estar*/volverse* loco

    no one in her/his right mind... — nadie en su sano juicio or en sus cabales...

    to blow somebody's mind — (colloq) alucinar a alguien (fam)

    5) ( person) mente f, cabeza f, cerebro m

    II
    1.
    1) ( look after) \<\<children\>\> cuidar, cuidar de; \<\<seat/place\>\> guardar, cuidar; \<\<shop/office\>\> atender*

    mind your head!ojo or cuidado con la cabeza!

    mind how you go! — (colloq) cuídate, vete con cuidado

    b) ( concern oneself about) preocuparse por

    don't mind me — no se preocupen por mí, hagan como si yo no estuviera

    c)

    we didn't break even, never mind make a profit — ni siquiera cubrimos los gastos, ni hablar pues de ganancias

    3) ( object to) (usu neg or interrog)

    I don't mind the noise/cold — no me molesta or no me importa el ruido/frío

    I don't mind him, but I can't stand her — él no me disgusta, pero a ella no la soporto

    I wouldn't mind a drink — (colloq) no me vendría mal un trago

    I don't mind what you dome da igual or me da lo mismo lo que hagas

    to mind -ING: would you mind waiting? ¿le importaría esperar?, espere, por favor; if you don't mind me saying so — si me permites


    2.
    vi
    a) ( take care)

    mind! — ojo!, cuidado!

    never mind — no importa, no te preocupes (or no se preocupen etc)

    2) ( object) (usu neg or interrog)

    I don't mindme da igual or lo mismo

    have another one - I don't mind if I do! — (BrE hum) tómate otro - hombre, no te diría que no; ( expressing indignation)

    do you mind if I smoke? - yes, I do mind! — ¿te importa si fumo? - sí que me importa!

    do you mind! — ( expressing indignation) hágame el favor!

    3) ( take note) (only in imperative)

    I'm not promising, mind! — mira que no te lo prometo ¿eh?

    he's very generous; mind you, he can afford to be! — es muy generoso; pero claro, puede permitírselo

    Phrasal Verbs:
    [maɪnd]
    1. NOUN
    1) (=brain, head) mente f

    a logical/creative mind — una mente racional/creativa

    it's all in the mind — es pura sugestión

    at the back of my mind I had the feeling that... — tenía la remota sensación de que...

    to bring one's mind to bear on sth — concentrarse en algo

    it came to my mind that... — se me ocurrió que...

    I'm not clear in my mind about it — todavía no lo tengo claro or no lo llego a entender

    it crossed my mind (that) — se me ocurrió (que)

    yes, it had crossed my mind — sí, eso se me había ocurrido

    does it ever cross your mind that...? — ¿piensas alguna vez que...?

    it never entered my mind — jamás se me pasó por la cabeza

    I can't get it out of my mind — no me lo puedo quitar de la cabeza

    to go over sth in one's mind — repasar algo mentalmente

    a triumph of mind over matterun triunfo del espíritu sobre la materia

    to have one's mind on sth — estar pensando en algo

    what's on your mind? — ¿qué es lo que te preocupa?

    you can put that right out of your mind — conviene no pensar más en eso

    knowing that he had arrived safely set my mind at ease or rest — el saber que había llegado sano y salvo me tranquilizó

    the thought that springs to mind is... — lo que primero se le ocurre a uno es...

    state of mind — estado m de ánimo

    that will take your mind off it — eso te distraerá

    to be uneasy in one's mind — quedarse con dudas

    that's a load or weight off my mind! — ¡eso me quita un peso de encima!

    blank 1., 2), read 1., 3), presence
    2) (=memory)

    to bear sth/sb in mind — tener en cuenta algo/a algn

    we must bear (it) in mind that... — debemos tener en cuenta que..., tenemos que recordar que...

    to keep sth/sb in mind — tener presente or en cuenta algo/a algn

    to pass out of mind — caer en el olvido

    time out of mindtiempo m inmemorial

    it went right or clean out of my mind — se me fue por completo de la cabeza

    to bring or call sth to mind — recordar algo, traer algo a la memoria

    slip 3., 3), stick II, 2., 5)
    3) (=intention)

    you can do it if you have a mind to — puedes lograrlo si de verdad estás empeñado en ello

    I have half a mind to do itestoy tentado or me dan ganas de hacerlo

    nothing was further from my mind — nada más lejos de mi intención

    to have sth in mind — tener pensado algo

    who do you have in mind for the job? — ¿a quién piensas darle el puesto or tienes en mente para el puesto?

    4) (=opinion) opinión f, parecer m

    to change one's mind — cambiar de opinión or idea or parecer

    to have a closed mind — tener una mente cerrada

    to know one's own mind — saber lo que uno quiere

    to make up one's mind — decidirse

    he has made up his mind to leave home — ha decidido irse de casa, está decidido a irse de casa

    to my mind — a mi juicio

    to be of one mind — estar de acuerdo

    with an open mind — con espíritu abierto or mentalidad abierta

    to have a mind of one's own[person] (=think for o.s.) pensar por sí mismo; hum [machine etc] tener voluntad propia, hacer lo que quiere

    to be of the same mind — ser de la misma opinión, estar de acuerdo

    I was of the same mind as my brother — yo estaba de acuerdo con mi hermano, yo era de la misma opinión que mi hermano

    - be in or of two minds
    piece 1., 1), speak 2., 2)
    5) (=mental balance) juicio m

    to lose one's mind — perder el juicio

    nobody in his right mind would do it — nadie que esté en su sano juicio lo haría

    of sound mind — en pleno uso de sus facultades mentales

    of unsound mind — mentalmente incapacitado

    - be out of one's mind

    you must be out of your mind! — ¡tú debes estar loco!

    to go out of one's mind — perder el juicio, volverse loco

    to go out of one's mind with worry/jealousy — volverse loco de preocupación/celos

    6) (=person) mente f, cerebro m
    2. TRANSITIVE VERB
    1) (=be careful of) tener cuidado con

    mind you don't fall — ten cuidado, no te vayas a caer

    mind you don't get wet! — ten cuidado, no te vayas a mojar

    mind your head! — ¡cuidado con la cabeza!

    mind how you go! * (as farewell) ¡cuídate!

    mind your language! — ¡qué manera de hablar es esa!

    mind your manners! — ¡qué modales son esos!

    mind the step! — ¡cuidado con el escalón!

    mind what you're doing! — ¡cuidado con lo que haces!

    mind where you're going! — ¡mira por dónde vas!

    mind yourself! — ¡cuidado, no te vayas a hacer daño!

    2) (=make sure)

    mind you do it! — ¡hazlo sin falta!, ¡no dejes de hacerlo!

    3) (=pay attention to) hacer caso de

    mind what I say! — ¡hazme caso!, ¡escucha lo que te digo!

    mind your own business! — ¡no te metas donde no te llaman!

    don't mind me — por mí no se preocupe

    don't mind me!iro ¡y a mí que me parta un rayo! *

    never mind that now — olvídate de eso ahora

    mind you, it was raining at the time — claro que or te advierto que en ese momento llovía

    it was a big one, mind you — era grande, eso sí

    4) (=look after) cuidar

    could you mind the baby this afternoon? — ¿podrías cuidar al niño esta tarde?

    could you mind my bags for a few minutes? — ¿me cuidas or guardas las bolsas un momento?

    5) (=dislike, object to)

    I don't mind the cold — a mí no me molesta el frío

    I don't mind four, but six is too many — cuatro no me importa, pero seis son muchos

    if you don't mind my or me saying so, I think you're wrong — perdona que te diga pero estás equivocado, permíteme que te diga que te equivocas

    I don't mind telling you, I was shocked — estaba horrorizado, lo confieso

    I wouldn't mind a cup of tea — no me vendría mal un té

    do you mind telling me where you've been? — ¿te importa decirme dónde has estado?

    would you mind opening the door? — ¿me hace el favor de abrir la puerta?, ¿le importa(ría) abrir la puerta?

    7) dialect (=remember) acordarse de, recordar

    I mind the time when... — me acuerdo de cuando...

    3. INTRANSITIVE VERB
    1) (=be careful) tener cuidado

    mind! — ¡cuidado!, ¡ojo!, ¡abusado! (Mex)

    2) (=object)

    do you mind? — ¿te importa?

    do you mind!iro ¡por favor!

    do you mind if I open the window? — ¿te molesta que abra or si abro la ventana?

    do you mind if I come? — ¿te importa que yo venga?

    "do you mind if I take this book?" - "I don't mind at all" — -¿te importa si me llevo or que me lleve este libro? -en absoluto

    if you don't mind, I won't come — si no te importa, yo no iré

    please, if you don't mind — si no le importa, si es tan amable

    close the door, if you don't mind — hazme el favor de cerrar la puerta

    "cigarette?" - "I don't mind if I do" — -¿un cigarrillo? -pues muchas gracias or bueno or no digo que no

    never mind — (=don't worry) no te preocupes; (=it makes no odds) es igual, da lo mismo; (=it's not important) no importa

    I can't walk, never mind run — no puedo andar, ni mucho menos correr

    he didn't do it, mind — pero en realidad no lo hizo, la verdad es que no lo hizo

    4.
    COMPOUNDS

    mind game Njuego m psicológico

    mind map Nmapa m mental

    * * *
    [maɪnd]
    I
    1)
    a) ( Psych) mente f

    with an open/a closed mind — sin/con ideas preconcebidas

    to keep an open mind on something — mantener* una mentalidad abierta or no cerrarse* frente a algo

    I'm convinced in my own mind that... — yo estoy plenamente convencido de que...

    to bear o keep something/somebody in mind — tener* algo/a alguien en cuenta, tener* presente algo/a alguien

    to bring o call something to mind: this case brings to mind another incident este caso (nos) recuerda otro incidente; to come to mind: nothing in particular comes to mind no se me ocurre nada en particular; to have something/somebody in mind tener* algo/a alguien en mente; with that in mind pensando en eso; to have something on one's mind: what's on your mind? ¿qué es lo que te preocupa?; to prey o weigh on somebody's mind: it's been preying o weighing on my mind me ha estado preocupando; that put my mind at rest con eso me tranquilizé or me quedé tranquilo; put it out of your mind! no pienses más en eso!; I can see her now in my mind's eye es como si la estuviera viendo; you're not ill: it's all in the mind no estás enfermo, es pura sugestión; I can't get him/the thought out of my mind no puedo quitármelo de la cabeza, no hago más que pensar en él/en eso; it never crossed my mind that... ni se me ocurrió pensar que..., nunca me habría imaginado que..., ni se me pasó por la cabeza que...; to take a load o weight off somebody's mind quitarle a alguien un peso de encima; great minds think alike — (hum) los genios pensamos igual

    b) ( mentality) mentalidad f
    c) ( Phil) (no art) espíritu m
    2) ( attention)

    to put one's mind to something: he can be quite charming if he puts his mind to it cuando quiere or cuando se lo propone, es un verdadero encanto; you could finish it today if you put your mind to it si te lo propones puedes terminarlo hoy; he needs something to take his mind off it necesita algo que lo distraiga; it slipped my mind — se me olvidó

    3)
    a) ( opinion)

    to change one's mindcambiar de opinión or de parecer or de idea

    my mind's made up — lo he decidido, estoy decidido

    he spoke his mind — dijo lo que pensaba, habló sin tapujos

    to my mind — a mi parecer, en mi opinión

    to be in o of two minds about something — estar* indeciso respecto a algo

    b) (will, intention)

    he has a mind of his own — ( he is obstinate) es muy empecinado or porfiado or testarudo; ( he knows his own mind) sabe muy bien lo que quiere

    to have a mind to + inf: when he has a mind to cuando quiere, cuando se lo propone; I've a good mind to complain to the manager tengo ganas de ir a quejarme al gerente; I've half a mind to tell her myself casi estoy por decírselo or casi se lo diría yo mismo; she certainly knows her own mind — ciertamente sabe lo que quiere

    4) ( mental faculties) juicio m, razón f

    to be of sound mind — (frml) estar* en pleno uso de sus (or mis etc) facultades (mentales) (frml)

    to be/go out of one's mind — estar*/volverse* loco

    no one in her/his right mind... — nadie en su sano juicio or en sus cabales...

    to blow somebody's mind — (colloq) alucinar a alguien (fam)

    5) ( person) mente f, cabeza f, cerebro m

    II
    1.
    1) ( look after) \<\<children\>\> cuidar, cuidar de; \<\<seat/place\>\> guardar, cuidar; \<\<shop/office\>\> atender*

    mind your head!ojo or cuidado con la cabeza!

    mind how you go! — (colloq) cuídate, vete con cuidado

    b) ( concern oneself about) preocuparse por

    don't mind me — no se preocupen por mí, hagan como si yo no estuviera

    c)

    we didn't break even, never mind make a profit — ni siquiera cubrimos los gastos, ni hablar pues de ganancias

    3) ( object to) (usu neg or interrog)

    I don't mind the noise/cold — no me molesta or no me importa el ruido/frío

    I don't mind him, but I can't stand her — él no me disgusta, pero a ella no la soporto

    I wouldn't mind a drink — (colloq) no me vendría mal un trago

    I don't mind what you dome da igual or me da lo mismo lo que hagas

    to mind -ING: would you mind waiting? ¿le importaría esperar?, espere, por favor; if you don't mind me saying so — si me permites


    2.
    vi
    a) ( take care)

    mind! — ojo!, cuidado!

    never mind — no importa, no te preocupes (or no se preocupen etc)

    2) ( object) (usu neg or interrog)

    I don't mindme da igual or lo mismo

    have another one - I don't mind if I do! — (BrE hum) tómate otro - hombre, no te diría que no; ( expressing indignation)

    do you mind if I smoke? - yes, I do mind! — ¿te importa si fumo? - sí que me importa!

    do you mind! — ( expressing indignation) hágame el favor!

    3) ( take note) (only in imperative)

    I'm not promising, mind! — mira que no te lo prometo ¿eh?

    he's very generous; mind you, he can afford to be! — es muy generoso; pero claro, puede permitírselo

    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > mind

  • 15 not

    not
    1) ((often abbreviated to n't) a word used for denying, forbidding, refusing, or expressing the opposite of something: I did not see him; I didn't see him; He isn't here; Isn't he coming?; They told me not to go; Not a single person came to the party; We're going to London, not Paris; That's not true!) no
    2) (used with certain verbs such as hope, seem, believe, expect and also with be afraid: `Have you got much money?' `I'm afraid not'; `Is he going to fail his exam?' `I hope not'.) no
    not adv no
    1 no
    I hope/suppose not espero/supongo que no
    are you coming or not? ¿vienes o no?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    not likely! ¡ni hablar!
    not that... no es que...
    where is he?, not that I mind, of course ¿dónde está?, no es que me importe, claro está
    not to say... por no decir...
    not ['nɑt] adv
    she is not tired: no está cansada
    not to say something would be wrong: no decir nada sería injusto
    are we going or not?: ¿vamos a ir o no?
    of course not!: ¡claro que no!
    adv.
    nada adv.
    no adv.
    nɑːt, nɒt
    a) no

    not to worry — (BrE) no importa

    a not inconsiderable sum of money — (frml) una suma de dinero bastante considerable

    oh, no, not you again! — Dios mío! ¿tú otra vez?

    that's mine - it is not! — eso es mío - no, señor!

    b)

    not that(as conj)

    I'm going to London, not that it's any business of yours — voy a Londres, no es que a ti te importe, pero...

    c) ( emphatic) ni

    I should think not! — claro que no!; faltaría más!

    of course not!por supuesto or claro que no!

    are you going to help me or not? — ¿me vas a ayudar o no?

    [nɒt]
    ADV The word not is often contracted to n't on the end of modals, auxiliaries and parts of the verb to be in everyday language. no

    he's not here, he isn't here — no está aquí

    it's too late, isn't it? — es demasiado tarde, ¿no?

    you owe me money, don't you? — me debes dinero, ¿verdad? or (esp LAm) ¿no es cierto?

    she won't go, she will not go — no irá

    he asked me not to do it — me pidió que no lo hiciera

    fear not! — ¡no temas!

    I hope not — espero que no

    I suppose not — supongo que no

    to tell sb not to do sth — decir a algn que no haga algo

    I think not — creo que no

    not thinking that... — sin pensar que...

    not me/you etc — yo/tú etc no

    not I! — ¡yo no!

    not everybody can do it — no lo puede hacer cualquiera, no todos pueden hacerlo

    even 2., 3)

    absolutely not! — ¡en absoluto!

    not at all — (after verb) no... en absoluto; (responding to thanks) ¡de nada!, ¡no hay de qué!

    it doesn't hurt at all — no duele nada de nada, no duele para nada

    "are you cold?" - "not at all!" — -¿tienes frío? -¡en absoluto! or -¡qué va!

    "you don't mind?" - "not at all!" — -¿no te importa? -¡en absoluto!

    certainly not! — ¡en absoluto!

    of course not! — ¡claro que no!

    not a few... — no pocos...

    not for anything (in the world) — por nada (del mundo)

    not guiltyno culpable

    the not inconsiderable sum of £30,000 — la nada despreciable suma de 30.000 libras

    not likely! — ¡ni hablar!

    with not a little surprise — con no poca sorpresa

    are you coming or not? — ¿vienes o no?

    "did you like it?" - "not really" — -¿te gustó? -no mucho

    big, not to say enormous — grande, por no decir enorme

    the young and the not so young — los jóvenes y los no tan jóvenes

    I shan't be sorry to see the last of him — no voy a sentirlo cuando lo pierda de vista

    not that I don't like him — no es que no me guste

    why not? — ¿por qué no?

    not without some regrets — no sin cierto pesar

    not yettodavía no

    likely 2., mention 2., much 2., 1), only 2., 6)
    * * *
    [nɑːt, nɒt]
    a) no

    not to worry — (BrE) no importa

    a not inconsiderable sum of money — (frml) una suma de dinero bastante considerable

    oh, no, not you again! — Dios mío! ¿tú otra vez?

    that's mine - it is not! — eso es mío - no, señor!

    b)

    not that(as conj)

    I'm going to London, not that it's any business of yours — voy a Londres, no es que a ti te importe, pero...

    c) ( emphatic) ni

    I should think not! — claro que no!; faltaría más!

    of course not!por supuesto or claro que no!

    are you going to help me or not? — ¿me vas a ayudar o no?

    English-spanish dictionary > not

  • 16 chumáu

    Chumáu, borracho. Fae munchus anus, tandu you arretrigáu na cárxel d' Aviles, taba you de cabu vares perque axindi me fixeran lus funcionarius d' aquecha teixa d'arretrigamentu que cuaxi tous yeren llexonarius que viexen fechu la guerra, menus el director que mandaba menus que you que yera un prixu enchufáu per mious hermenus lus llexonarius. El axuntu yera que you vivía nun mexor que lus oitres compañeirus, peru dientru de lu que cueye, yera un prixu que m'abayaba dientru de la cárxel con abonda más llibertá que tous lus demás. —Alcuérdume que yera pel envernu nuna nuetche chuvioxa y'enxenebrá, nun había na cárxel d'aquecha namái qu'una ucena de prixus ya tous tabamus acorripáus dientru d’una celdona, ya you yera 'l responxable de lu que pudiés xuceder achindi, que xucedíe de tou peru con munchu envidayaxe, pos lu mesmu xugabamus a les baraxes, ou endeveces tamen chumábamus vinu fasta 'l cuaxi entarrascanus, pos cuaxi tous lus funcionarius teñíalus you engayoláus per mor de que xempre taba cuaéchus falandu de couxes del Terciu, ya paime amindi que you xapíe más de la LLexón que tous echus xuntus, manque viexen fechu la guerra ya ganáranla. La LLexón foi pamindi disdi endenantes de la miou ñacencia dalgu mu xagráu, perque ‘l miou pá foi Fundador del Terciu ya LLaureáu, ya per xin daquién l'alcuerdia nomábase Xuliu Gómez Sánchez, ya perque you tamén me fexe llexonariu, per toes istis cuoxes la LLexón ye pamindi dalgu mu queríu ya mu Xagráu. Lu mesmu que per miou Melgueira ya Embruxadora Tierrina you dóu miou vida en tous lus cheldiares, pos tamén per la LLexón lu faría, ya se dalgún díe tuviexe qu'elexir ente les dous, faríalu per miou Tierrina que ye miou mesma LLexón. El casu foi qu'aquccha nuétche 'l cocineiru que yera un prixu que taba na cárxel per ser un rapiegacu fixera pa cenare fabes prietes con pataques, ya tan xaláes les encalducóu, que mu pouques enzulamus, per ixu quedóu 'n potaráu d'eches que cundu 'l funcionariu de xerviciu nus pieschóu na celdona, metiemus pa dientru 'l potaráu de fabos per xi dalgún quixés enzular d'anguna pela nuetche, comu faticáus d'endeveices fexéranus, pos teníamus la lluz toa la nuétche, ya namái que you podía matala cundu mexor nus encaldare, el casu fói, que tabamus tous acorripainus dientru de la celdona, caún al sou cheldare, pos d'angunus ya taben achucáus n'aquechus camastrus xiringantes, con lus xergonzatus esgazáus la metá d'echus y'ameruxáus de trelda per tous sous cháus, pamindi qu'aquechus camastrus yeren cameres de gochus, ya nun de prexones, peru per aquechus tempus la vida yera 'nxina, perque la Xusticia ya la LLibertá taba tan arretrigá comu lu tábanus nuexóitres. —Xeríen les déz de la nuétche cundu 'l cerroxu del portón de la celdona ureámuslu ruxir, ya don Muél un funcionariu que viexe xíu xargentu 'l Terciu, 'n bigardu de paixanu comu 'n carbayu de forti ya grandi, abrióu la porta 'l entestate ya dexóu cayer dientru la celda un esquelléticu home que traíalu en vollantres, el probetayu esgraciaín taba de moyáu lu mesmu que xi lu viexen piescáu na mar, llugar dóu él llanzárase p'achuguinar la sou mixerable vida, xegún falara 'l muñicipal que lu viexe traíu pa la cárxel, pos al paicer la tarrasca que lu l'engorochaba fixérale afogese mesmamente dellantri les ñarices del muñicipal que fora quién le xalvara la sou vida. —Aquel pingayán de home tal paicía que taba enruxuráu, per nun falar que llocu d'atechu per mor de la llabasca chuma qu'al piecer l'endubiétchara, el casu fói que don Muél díxome que lu llindiara fasta qu'escosárasele la chuma, ya xin más pallabres gulgu pieschar la porta 'l funcionariu ya dexónus dientru aquel paixanu,que namái que se xebróu 'l guardián puénxuse 'n pé comu se fora ellétricu ya comencipióu agüeyanus con lus sous güétchus arremelleus, choramicóuxus ya gafus, lu mesmu que xi quixés achuquinanus a tous nuexóitres, despós achucóuxe d'enría 'l sou camastru ya comencipipu chorar, ya tembluxar nel cheldar que queixábase con pallabres desfilbanáes ya tartexas, despós allevantóuxe comu 'n rellámpagu ya comenciplóu dar truñazus con la sou testa escontres la porta que taba forrá per dientru con champles de fierru,,coyímuslu nel escape cuenxolándulu comu mexor pudíamus, aconsexánduye que nun fixera couxes que l'amollecían, peru él texendu per xebrase de nuexóitres falaba que quería morrer, que nun escanxaríe fasta chuguinar la sou mixerable vida. Dexéi 'l paixanu cuaxi d'atechu xoxegáu na compañe d'oitres compañeirus que lu consolaben a sou maneira, ya you coléi con lus oitres que tabamus encaldáus endenantes xugandu ‘l tute unes boteches de vinu pal oltre díe. —Metandu taba xugandu, comencipiarun les caxiétches del mıou envedeyaxe nel envidayar de lus cheldares encaldáus per aquel chumáu paixanu, ya tales penxamentus allumbrárunme la lluz de qu'aquel condenáu paixanu nun quería morrer, perque se daquién quiér achuquinase nun lu faera dellantri les ñarices, senún que catará un llugar dou naide l'agüeye, lu mesmu que cundu testaróu escontres la porta, aquechus truñazus que fixera d'enría les sous manes nun yeren pal querer bramar la mochera catandu la Cadarma, aquel paixanu yera un granuxa que dalgu cataba con tous aquechus esparabanxus. —Lluéu tubiemus que dexar de xugar pa dír fasta la porta dou oitra veiz el paixanu suxetáu per dous compañeirus enfocicábase per truñala, entóus díxeme amindi mesmu qu'aquel homacu de trelda diba xodenus tou la nuétche con tantu querer truñar la porta, 'l casu fói que cheguéi xuntu d'él ya díxele que you yera 'l cabu achindi dientru, ya que xi lu que quería yera morrer que nuexóitres lu dibamus achuquinar peque dexara de faer tanta griesca. —El casu fói, que quitéi la pretina de lus mious calzones, pediyes a lus mious compañeirus las d'echus, ya metantu que con cuatru ou cincu pretines you faía un rixu llargu, 'l condenáu paixanu que xapíe más de cárxeles ya granuxeríes que tous nuexóitres xuntus, glayaba xaforáu que xín que quería morrer ya chuéu. —Cundu tuve 'l rixu corñaleiru fechu, fíxele un treizu ya punxeilu 'l paixanu nel piscuezu ya nun fexu esparabexu dangún, tal paicía que yera verdá que cataba la Cadarma, chevámuslu axin coyíu per el roncial comu pochín que yera fasta lu cabeiru la celdona dou comu a dous metrus del xuelu había un ventanalón enrexáu, ya cundu me xubí d'euría 'l camastru p'enretrigar la pretina na rexa con mires d'afogalu per la chancia, 'l probe paixanu llantandu sous rodiétches nel xuelu, chorandu comu 'n nenu examparáu, amamplenáu d'un miéu que per tou 'l sou curpu s'allumbraba, cundu comprendióu que díbamus afogalu na sou verdá de nuexa chancia, díxunus xuplicanti qu'él nun quería morrer, que taba xin trabayu, xin teixá, xin nagua, que lu que viexe fechu fora namái paquelu llanteren dientru de la cárxel, anxina ente la cárxel yal lus papelaxus de xueces ya mélicus de llocus, paxaba lus envernus abelugáu, en teixá xin goteres, camastru enxútchu, ya comedera gratis, fasta qu'achegare ‘l bon tempu, ya qu’istu mesmu fexéralu fatáus d'endeveices noitres ciodaes dandoye un bon rexultáu. —El casu foi que tous nus punximos m'allegres, ya 'l mesmu paixanu xonriyente quitóu del piscuezu 'l treizu, ya fóu desaparexondu les pretines nel mesmu encaldar que nus las apurria, ya despós preguntóunus se teñíamus dalgu qu'enzular pos taba tarazáu de fame, entóus el cocineiru puénxule 'l pote de fabes ente les sous piernes nel mesmu lleldar que l'apurría un cantezu de pan ya la cuyar, ya díxole qu'enzulara fabes fasta que se fartase. —El paixanu allugáu pela fame xentose d'euría 'l camastru conel pote ben terciáu ente sous pates, ya comencipióu escuyarapar per les fabes nun topándoles nagua xaláes, ya xin guniar pallabra con naide dexóu 'l pote escosau de potaxe, despós llapóu trés tal escomunal fartura un xarricáu d'agua del cañu del retrete, ya dexeguíu endolcóuxe nel catre con tous sous fatus puestus moyáus comu taben, ya tapánduse con una mantaxe que yera lu mesmu qu' un xacu gochu ya ruín, comencipleu con la mochera encobertoriada nel xurniéu catandu 'l xuenu. —Nun debía d'atopase ben nel sou xeitu, pos él nun faía namái que dar gueltes ya bufar encomoláu debaxu 'l mantaxu, metantu qu'el catre xiringotiábase dientru d'unus chirríus del fierru ferruñosu, ya despós d’abayucase nun mamplenáu d'encoyese y'espurrise, lleldar bufíus ya corcoubus, comencipióu queixase, primeiru xelliquín, despós con más xixa, ya per últimu llevantóuxe del camaretu encoyíu con les manes aprietandu 'l sou banduyu,que debía de tenelu mu terriu per mor del potaráu de fabes quenél nun coyíen, ya nun queríen xebrase nin per d'enría ni per d'embaxu, per ístu 'l paixanu taba que bramaba xegún el miou paicer yal de tous lus mious compañeirus, que primeiru tomámuslu en rixes, y'angunus gracioxus llanzábanye puches, munches tan gracioxes que más royír nus faíen, el probe paixanu que nun faía namái que dar gueltes pela celdona con les manes afaxandu 'l banduyu ya queixánduse ya con glayíes abondu xubíus, debía de tar envidayandu que taba dientru de la mesma ufixina del diañu, 'l agüétchar comu tous mu contentus nus reyíamus xin faele dalgún casu, dexose cayer nel xuelu llanzandu glayares tan fortes falandu que morría ya que per el amor del Faidor chamaramus un mélicu. Nun féxume falta ’mindi chamar al funcionariu, pos con tal enlloquecía folixa vienu él chuéu conún llátigu na manu, pa falagái 'l chumbu, anxina qu´ abrióu la porta don Muél enruxeráu de mala lleiche, ya coyendu 'l probe paixanu quetaba esmurgazáu nel xuelu fayendu corcóubus ya llanzandu glayíus per mor del dollor, comencipiou primeiramente ximielgándulu, que tal paicía ante les sous manes comu 'n maruxonín de trapaxus, urdenánduye qu'afogara lluéu 'l glayar, ya senún lu faía diba queixase per dalgu. Peru 'l paixanu nun atendíe más pallabres que les qu'allumbraben lus sous dollores, que nun yeren oitres qu’el falar que se morría senún chababen con priexa un mélicu. —Don Muél comprendiou que nun yera la chuma la que l'encibiétchaba, cundu le cuntamus que se viexe 'nzuláu 'l potaráu de fabes, anxina foi que tirándulu d’enría 'l camastru díxule que yera un allicuéncanu, ya que xin per él fora chindi morría xin oitres cudiáus. —Gulgunus pieschar la porta don Muél xebránduse de nuexoitres xin falar más pallabres, ya comu a la gora ou anxina, chegarun cununa camiétcha dous homes de la Cruz Roxa, ya enxamás xupe xin viexe morríu ou sanáu aquel probetayu de paixanu, pos manque ye preguntéi 'l funcionariu per él, díxome que nun xapíe nagua. TRADUCCIÓN.—Hace muchos años, estando yo prisionero en la cárcel de Avilés me habían dado el oficio de cabo de varas, porque así lo habían querido los funcionarios de aquella casa de encadenamiento, casi todos ellos habían sido legionarios en la contienda de Nuestra Patria, todos menos el director, que mandaba menos en aquel pequeño presidio que yo mismo, que era un preso enchufado por así decirlo, por mis hermanos los legionarios. —El asunto era, que yo no vivía mejor que mis compañeros de infortunio, pero dentro de lo que cabía, yo era un preso que me movía dentro de aquella cárcel, con mucha más libertad que todos los demás. —Me recuerdo que era por el invierno, en una noche fría y muy lluviosa, y no habíamos en la cárcel de aquella nada más que una docena de presos, y todos estábamos acomodados dentro de una grande celda, de la cual yo era el responsable de lo que pudiera suceder en ella, que acaecía de todo pero con mucho talento, pues lo mismo jugábamos a las cartas, y demás juegos prohibidos, que solíamos beber vino hasta casi emborracharnos, pues a todos los funcionarios yo me los tenía tan ganados, que solía conseguir de ellos muchas prohibidas cosas, y todo era por mor de que yo siempre estaba hablando con ellos de cosas del Tercio, y a mí me parecía, que yo sabía de la Legión más que todos ellos juntos, aunque hubieran hecho la guerra convirtiéndose en vencedores de la contienda. —La Legión ha sido para mí desde antes de mi propia nacencia, algo muy sagrado, porque mi padre había sido fundador y Laureado de Ella, y por si alguien se recuerda de su nombre, se llamaba Julio Gómez Sánchez, y porque yo también forme en sus filas amándola y queriéndola. Por todas estas cosas, la Legión siempre fue para mí muy sagrada y querida. Lo mismo que por mi Dulce y Embrujadora Tierrina, yo doy gustoso mi vida en todos los sucederes, pues también por la Legión lo haría, y si algún día tuviese que elegir entre las dos, lo haría por mi Tierrina que es mi propia Legión. —El caso fue que aquella noche, el cocinero que era un preso que estaba en la cárcel porque era un ladronzuelo, hiciera para cenar judías de color con patatas, y tan saladas le habían salido, que muy pocas habíamos comido, por eso quedó en la perola casi toda la cena, y cuando el funcionario de servicio nos encerró en la celda, metimos para dentro la perola de judías, por si alguno quería comer alguna por la noche como muchas voces hacíamos, pues teníamos la luz toda la noche, y nada más que yo podía apagarla cuando mejor nos pareciese. Sucedía que estabamos todos los presos dentro de aquella grande celda, y cada cual hacía lo que mejor le pareciese, algunos ya se habían acostado en aquellos camastros que se movían como columpios, con los jergones rotos la mitad de ellos, y llenos de suciedad y porquería por todas partes, para mí que aquellos inmundos camastros eran propios para los cerdos y no para las personas, pero por aquellos tiempos la vida era así, porque la Justicia y la Libertad, se encontraba tan prisionera como nosotros mismos. —Serían aproximadamente las diez de la noche, cuando el cerrojo del portón de la celda le oímos chirrear y don Manuel, un funcionario que había sido sargento del Tercio, un gigante de paisano como un roble de fuerte y grande, abrió la puerta de par en par y dejó caer dentro de la celda un esquelético hombre que traía entre sus poderosas manos lo mismo que si fuese un muñeco. El pobre desgraciado estaba de mojado, lo mismo que si lo hubiesen pescado en la mar, lugar dónde él se había lanzado para asesinar su miserable existencia, según había manifestado el municipal que le había traído a la cárcel, pues al parecer la borrachera que le envolvía, hiciérale ahogarse mismamente delante de las narices del municipal, que fuera quién le había salvado la vida. —Aquel pingajo de hombre tal parecía que no estaba bien de la mollera, por no decir que loco del todo estaba, por causa de la asquerosa borrachera que al parecer le enmadejaba. El caso fue, que don Manuel me dijo que le cuidara hasta que dejase de estar tan borracho, y sin más palabras, volvió cerrar la puerta el funcionario, dejándonos dentro aquel paisano, que nada más que el guardián se había marchado, se puso en pie con tal rapidez como si eléctrico lo fuera, y comenzó a mirarnos a todos con sus ojos sumamente abiertos y extraviados, lagrimosos y muy amenazadores, lo mismo que si pretendiese asesinarnos a todos nosotros. Después, se acostó encima de su camastro y dio comienzo a llorar desconsolado, al mismo tiempo que temblando todo él, se quejaba con palabras deshilbanadas y tartamudeantes, después se levantó con la velocidad de un relámpago, y comenzó a envestir puñando con su cabeza contra la puerta, que estaba forrada por la parte de dentro con chapas de hierro, le cogimos con rapidez consolándole como mejor supimos, a la sazón que le aconsejábamos que no hiciera cosas que le harían daño, pero él forcejeando por escaparse de entre nosotros, decía que quería morirse, y que no descansaría hasta asesinar su miserable vida. Dejé al paisano casi del todo sosegado en compañía de otros compañeros que a su manera le consolaban, y me marché con otros a jugar una partida al tute en la que antes estábamos enfrascados jugándonos unas botellas de vino para el día siguiente. —Mientras estábamos jugando, comencé a estudiar con mi pensamiento los haceres lleldados por aquel embriagado paisano, y tales encerebrares me alumbraron la luz de que aquel condenado borracho no quería morir, porque si cualquiera se quiere quitar la vida, no lo hace delante de las narices de un guardia, sino que lo más propio, es que busque un lugar donde nadie le vea, lo mismo que cuando envistiera contra la puerta, aquellos cabezazos que hiciera encima de sus manos, no eran para quererse abrir la cabeza buscando la muerte. —Aquel paisano era un verdadero granuja, que alguna cosa andaba buscando con todos aquellos espavimientos. —Muy pronto tuvimos que dejar de jugar, para ir de nuevo hasta la puerta, donde otra vez el paisano sujetado por dos compañeros se encorajinaba por querer puñarla de nuevo. Fue entonces cuando me dije a mí mismo, que aquel hombre de mierda, nos iba a fastidiar toda la noche con tanto querer puñar la puerta. El caso fue, que llegué a junto él y le dije que yo era el cabo de la celda, y en ausencia de los funcionarios yo era quién allí mandaba, y si lo que quería era morir, que nosotros mismos le íbamos asesinar para que dejase de armar tanta gresca. —El caso fue, que me quité el cinto de mis pantalones, a la par que les pedía a mis compañeros los de ellos, y mientras que con cuatro o cinco cinturones estaba haciendo una larga cuerda, el condenado de paisano que sabía más de cárceles que todos nosotros juntos, gritaba alterado que sí, que quería morirse y luego. —Cuando tuve la cuerda cornalera echa, le hice un lazo y se lo colgué al paisano del pescuezo, no haciendo espavimento alguno, tal parecía que era cierto que andaba buscando la muerte. Le llevamos así cogido por el ronzal como pollino que era, hasta el final de la celda, donde como a dos metros del suelo, había un enorme ventanal enrejado con fuertes hierros, cuando me subí encima del camastro para amarrar la cuerda en las rejas con miras de ahorcarlo en broma, el pobre paisano plantó sus rodillas en el suelo, y llorando desconsoladamente como un niño desamparado, plagado de un tenebroso miedo que por todo su cuerpo se alumbraba, nos dijo suplicante que él no quería morir, que no tenía trabajo, ni casa, ni a nadie, que lo que hubiera hecho había sido nada más que para que le metiesen en la cárcel, así era que entre la cárcel y los papeleos de jueces y de médicos de locos, se pasaba los inviernos resguardado en casa sin gotera, camastro seco y comida gratis, hasta que llegase el buen tiempo, y que esto mismo ya lo hubiera hecho varias veces en otras ciudades de la Patria, donde le habían proporcionado un estupendo resultado. —El caso fue, que todos nos pusimos muy alegres, y hasta el mismo paisano sonriente, se quitó de su cuello el dogal, que fue desaparejando los cinturones en el mismo suceder que nos los daba, y después como si no hubiese pasado nada, nos preguntó si teníamos algo de comer, pues estaba muerto de hambre, entonces el cocinero muy rápido, le puso la perola de judías entre sus piernas, en el suceder que le daba un trozo de pan y una cuchara, le dijo, que comiese judías hasta que se hartara. —El paisano atenazado por el hambre, se sentó encima del camastro con el perol bien terciado entre sus piernas y comenzó a embutirse grandes cucharadas de judías, no encontrándolas al parecer nada saladas, y sin hablar con nadie palabra, dejó al perol sin nada del potaje, después se bebió tras descomunal hartura, un grande jarro de agua del cano del retrete, y seguidamente se enroscó en su catre, con todas sus ropas puestas mojadas como estaban, y tapándose con una manta que era lo mismo que un saco sucio y malo, comenzó con la cabeza también tapada, a buscar el descanso en el sueño. —No debía de encontrarse muy bien en su sitio, pues no hacía nada más que dar vueltas, así como resoplar incomodado debajo de aquella cerda manta, mientras que el desvencijado catre continuamente se movía, dentro de un chirriar de hierros viejos y herrumbrosos, y después de dar muchísimas vueltas, de encogerse y estirarse, y hacer resoplinos y saltos, comenzó a quejarse, primero muy quedamente, después con más fuerza, y por último se levantó del camastro muy encogido y con sus manos apretando desesperado el estómago, que debía de tenerle muy lleno, por la causa del enorme perol de judías que en él no cabían, y no querían salirse ni por encima ni por debajo, por esto el pobre paisano estaba que explotaba, según mí parecer y el de todos mis compañeros, que primero lo tomamos en risas, y algunos graciosos le lanzaban sátiras, y muchas de ellas eran tan picarescas y ocurrentes, que más gracia y regocijo nos hacían, el desdichado paisano que no hacía nada más que dar vueltas por la celda, con las manos atajando su barriga y quejándose a grandes voces, debía de estar lleno de terror pensando, que se encontraba dentro de la misma oficina del mismo diablo, al observar como todos nosotros muy contentos y gozosos, nos estabamos riendo sin hacerle el menor caso. Dejose caer entonces en el suelo, lanzando gritos muy fuertes y arrollicándose a la par que decía que se moría, y que por el amor del Hacedor llamáramos a un médico. —No me hizo falta a mí llamar al funcionario, pues con tal enloquecido escándalo vino él presto armado con un látigo en la mano, para acariciarle el lomo, nada más que abrió la puerta don Manuel rabiado y con mala leche, cogió al pobre paisano que estaba tirado en el suelo dando voces lastimosas dentro de endemoniados revolcones de dolor, primeramente le sacudió con fuerza, pues tal parecía entre sus manos como un muñeco de trapo, le ordenó que dejase de dar más voces sino quería darlas por algo, pero el paisano no atendía a mas palabras que las que le alumbraban sus propios dolores, que no eran otras que el decir que se moría sino llamaban con rapidez a un médico. —Don Manuel comprendió que no era la borrachera la que lo ataba en aquel estado, cuando nosotros le dijimos que se hubo comido todo el perol de judías. Así fue, que tirándole de mala manera encima de su camastro, le dijo que era un indeseable de la peor calaña, y que si por él fuese, allí mismo se moriría como un perro. —Volvió a cerrar la puerta don Manuel, alejándose de nosotros sin decir más palabras, y como a un tiempo de una hora más o menos, llegaron con una camilla dos hombres de la Cruz Roja y se lo llevaron. Ya jamás supe más de él, no supe si muriera o sanara aquel desgraciado de paisano, pues aunque le pregunté al funcionario, me dijo que no sabía nada.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > chumáu

  • 17 say

    sei
    1. 3rd person singular present tense - says; verb
    1) (to speak or utter: What did you say?; She said `Yes'.) decir
    2) (to tell, state or declare: She said how she had enjoyed meeting me; She is said to be very beautiful.) decir
    3) (to repeat: The child says her prayers every night.) decir
    4) (to guess or estimate: I can't say when he'll return.) decir

    2. noun
    (the right or opportunity to state one's opinion: I haven't had my say yet; We have no say in the decision.) opinión, voz y voto
    - have
    - I wouldn't say no to
    - let's say
    - say
    - say the word
    - that is to say

    say vb decir
    I didn't hear him, what did he say? no lo he oído, ¿qué ha dicho?
    how do you say "laugh" in Spanish? ¿cómo se dice "laugh" en español?
    tr[seɪ]
    transitive verb (pt & pp said tr[sed])
    1 (gen) decir; (express) expresar; (state) afirmar, declarar
    what did he say? ¿qué dijo?, ¿qué ha dicho?
    could you say that again? ¿podrías repetir eso?
    I thought you said you could cook! ¡no habías dicho que sabías cocinar!
    she said to be here at 9.00 pm dijo que teníamos que estar aquí a las 9.00
    2 (prayer) rezar; (poem, lines) recitar
    3 (newspaper, sign, etc) decir; (clock, meter, etc) marcar
    what does the guidebook say? ¿qué dice la guía?, ¿qué pone en la guía?
    what time does your watch say? ¿qué hora marca tu reloj?
    4 (think) pensar, opinar, decir
    what do you say? ¿qué opinas?
    what do you say we have a break? ¿qué te parece si hacemos un descanso?
    what would you say to an ice-cream? ¿te apetece un helado?
    5 (suppose) suponer, poner, decir
    say you found a wallet, what would you do? supongamos que encuentras una cartera, ¿qué harías?
    come round at, say, 8.00pm pásate hacia las 8.00, ¿te parece?
    shall we say Saturday then? ¿quedamos el sábado, pues?
    1 opinión nombre femenino
    1 SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL familiar ¡oye!, ¡oiga!
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    having said that... a pesar de eso..., no obstante...
    I say! (calling somebody) ¡oiga!, ¡oye! 2 (surprise) ¡caramba!, ¡caray!
    I'll say! ¡ya lo creo!
    it goes without saying that... por supuesto que..., huelga decir que...
    it is said that... dicen que..., se dice que...
    never say die no rendirse
    not to have a lot to say for oneself no tener mucho que decir
    not to say... por no decir...
    not to say much for somebody/something decir mal de alguien/algo
    say no more! (interrupting) ¡basta! 2 (I understand) ¡no me digas más!
    say when! ¡ya me dirás basta!
    that is to say es decir
    the least said the better cuanto menos decimos, mejor
    to have one's say dar su opinión, hablar
    to not say a dicky-bird no decir ni pío
    to say a lot for somebody/something decir mucho en favor de alguien/algo
    to say nothing of... por no decir nada de..., por no mencionar...
    to say the least como mínimo
    to say to oneself decir para sí
    when all is said and done al fin y al cabo
    you can say that again! ¡y que lo digas!, ¡ya lo creo!
    you don't say! ¡no me digas!
    you said it! ¡ya lo creo!; ¡dímelo a mí!
    say ['seɪ] v, said ['sɛd] ; saying ; says ['sz] vt
    1) express, utter: decir, expresar
    to say no: decir que no
    that goes without saying: ni que decir tiene
    no sooner said than done: dicho y hecho
    to say again: repetir
    2) indicate: marcar, poner
    my watch says three o'clock: mi reloj marca las tres
    what does the sign say?: ¿qué pone el letrero?
    3) allege: decir
    it's said that she's pretty: se dice que es bonita
    say vi
    : decir
    say n, pl says ['seɪz] : voz f, opinión f
    to have no say: no tener ni voz ni voto
    to have one's say: dar uno su opinión
    n.
    decir s.m.
    voz (Voto) s.f.
    v.
    (§ p.,p.p.: said) = decir v.
    (§pres: digo, dices...) pret: dij-
    pp: dicho
    fut/c: dir-•)

    I
    1. seɪ
    (pres says sez; past & past p said sed) transitive verb
    1) (utter, express in speech) \<\<word/sentence/mass\>\> decir*; \<\<prayer\>\> rezar*

    to say good morning to somebody — darle* los buenos días a alguien

    I said yes/no — dije que sí/no

    he said yes/no to my proposal — aceptó/rechazó mi propuesta

    go away, she said — -vete- dijo

    to say something TO somebody — decirle* algo a alguien

    who shall I say is calling? — ¿de parte de quién?

    well, what can I say? — ¿y qué quieres que te diga?

    it was, how o what shall I say, a tricky situation — fue, cómo te (lo) diría, una situación delicada

    if you disagree, say so — si no está de acuerdo, dígalo

    I should say so — ( emphatic agreement) eso digo yo; ( probability) yo diría que sí

    it doesn't say much for... — no dice mucho de...

    the less said about it, the better — cuanto menos se hable del asunto, mejor

    it goes without saying that... — huelga decir que..., ni que decir tiene que..., por supuesto que...

    though I say it myself — modestia aparte, no es por decirlo

    before you could say knife o Jack Robinson — en un santiamén, en un abrir y cerrar de ojos

    2)
    a) ( state) decir*

    it said in the paper that... — el periódico decía or ponía que...

    b) \<\<watch/dial\>\> marcar*
    3)
    a) ( suppose) (colloq) suponer*, poner*

    (let's) say that... — supongamos or pongamos que...

    shall we say tomorrow? — ¿qué tal mañana? (fam)

    b) ( estimate) decir*
    4)
    a) ( allege) decir*

    he's been ill, or so he says — ha estado enfermo, al menos eso es lo que dice

    to be said to + INF: she's said to be very mean/strict — dicen que es muy tacaña/severa

    b) (decide, pronounce) decir*
    5) ( respond to suggestion) (colloq)

    what do o would you say to a cup of tea — ¿quieres or (esp Esp) te apetece una taza de té?, ¿qué te parece si nos tomamos un té?


    2.
    vi decir*

    you were saying? — ¿(qué) decías?

    who says o says who? — (colloq) ¿quién lo dice?

    you don't say! — (colloq) no me digas!

    I say! — (BrE colloq)


    II
    interjection (AmE colloq) oye! (fam)

    say, that's a great idea! — oye, qué buena idea! (fam)

    say, buddy — eh, amigo!


    III
    noun (no pl)

    to have one's say — dar* su (or mi etc) opinión

    b) ( power)

    say (IN something): I have no say in the matter yo no tengo ni voz ni voto en el asunto; to have the final say (in something) — tener* la última palabra (en algo)

    [seɪ] (vb: pt, pp said)
    1. VT
    VI
    1) [person] (=speak, tell) decir

    "hello," he said — -hola -dijo

    what did you say? — ¿qué dijiste?

    he said to me that... — me dijo que...

    to say to o.s. — decir para sí

    say after me — repite lo que digo yo

    to say sth againrepetir algo

    to say goodbye to sb — despedirse de algn

    to say good morning/ goodnight to sb — dar los buenos días/las buenas noches a algn

    to say massdecir misa

    I've nothing more to say — se acabó

    I must say (that) I disapprove of the idea — la verdad es que no me parece bien la idea

    I must say she's very prettytengo que or debo reconocer que es muy guapa

    it's difficult, I must say — es difícil, lo confieso

    to say nodecir que no

    I wouldn't say no(Brit) * me encantaría

    to say a prayerrezar

    that's what I say — eso digo yo, lo mismo digo yo

    I will say this about him, he's bright — reconozco (a pesar de todo) que es listo

    to say yesdecir que sí

    2) (=show on dial) marcar; (=show in print) poner, decir

    it says here that it was built in 1066aquí pone or dice que se construyó en 1006

    the rules say that... — según las reglas..., en las reglas pone...

    when all is said and done — al fin y al cabo, a fin de cuentas

    she has nothing to say for herself — no tiene conversación, nunca abre la boca

    what have you got to say for yourself? — ¿y tú, qué dices?

    to say the leastpara no decir más

    say what you like about her hat, she's charming — dígase lo que se quiera acerca de su sombrero, es encantadora

    that's saying a loty eso es algo

    though I say it or so myselfaunque soy yo el que lo dice

    there's no saying what he'll do — quién sabe lo que hará

    I'd rather not say — prefiero no decir (nada)

    it's an original, not to say revolutionary, idea — la idea es original y hasta revolucionaria

    to say nothing of the rest — sin hablar de lo demás

    would you really say so? — ¿lo crees de veras?

    that is to say — o sea, es decir

    what do or would you say to a walk? — ¿le apetece or se le antoja un paseo?

    what would you say to that? — ¿qué contestas a eso?

    it goes without saying that... — ni que decir tiene que..., huelga decir que...

    it is said that..., they say that... — se dice que..., dicen que...

    it's easier said than done — del dicho al hecho hay gran trecho

    there's a lot to be said for it/for doing it — hay mucho que decir a su favor/a favor de hacerlo

    it must be said that... — hay que decir or reconocer que...

    there's something to be said for it/for doing it — hay algo que decir a su favor/a favor de hacerlo

    no sooner said than done — dicho y hecho

    say! (esp US)

    I'll say! *

    you can say that again! * — ¡ya lo creo!, ¡exacto!

    you don't say! * (often hum) ¡no me digas!

    enough said! — ¡basta!

    I say! — (Brit) (calling attention) ¡oiga!; (in surprise, appreciation) ¡vaya!, ¡anda!

    say no more! — ¡basta!, ¡ni una palabra más!

    so you say! — ¡eso es lo que tú dices!

    well said! — ¡muy bien dicho!

    you've said it! * — ¡exacto!, ¡tú lo dijiste!

    6) (=suppose) suponer, decir, poner

    (let's) say it's worth £20 — supongamos or digamos or pon que vale 20 libras

    I should say it's worth about £100 — yo diría que vale unas cien libras

    shall we say Tuesday? — ¿quedamos en el martes?

    shall we say £5? — ¿convenimos en 5 libras?

    we sell it at say £25 — pongamos que lo vendemos por 25 libras

    2.
    N

    to have one's say — dar su opinión

    I've had my sayyo he dado mi opinión or he dicho lo que pensaba

    let him have his say! — ¡que hable él!

    * * *

    I
    1. [seɪ]
    (pres says [sez]; past & past p said [sed]) transitive verb
    1) (utter, express in speech) \<\<word/sentence/mass\>\> decir*; \<\<prayer\>\> rezar*

    to say good morning to somebody — darle* los buenos días a alguien

    I said yes/no — dije que sí/no

    he said yes/no to my proposal — aceptó/rechazó mi propuesta

    go away, she said — -vete- dijo

    to say something TO somebody — decirle* algo a alguien

    who shall I say is calling? — ¿de parte de quién?

    well, what can I say? — ¿y qué quieres que te diga?

    it was, how o what shall I say, a tricky situation — fue, cómo te (lo) diría, una situación delicada

    if you disagree, say so — si no está de acuerdo, dígalo

    I should say so — ( emphatic agreement) eso digo yo; ( probability) yo diría que sí

    it doesn't say much for... — no dice mucho de...

    the less said about it, the better — cuanto menos se hable del asunto, mejor

    it goes without saying that... — huelga decir que..., ni que decir tiene que..., por supuesto que...

    though I say it myself — modestia aparte, no es por decirlo

    before you could say knife o Jack Robinson — en un santiamén, en un abrir y cerrar de ojos

    2)
    a) ( state) decir*

    it said in the paper that... — el periódico decía or ponía que...

    b) \<\<watch/dial\>\> marcar*
    3)
    a) ( suppose) (colloq) suponer*, poner*

    (let's) say that... — supongamos or pongamos que...

    shall we say tomorrow? — ¿qué tal mañana? (fam)

    b) ( estimate) decir*
    4)
    a) ( allege) decir*

    he's been ill, or so he says — ha estado enfermo, al menos eso es lo que dice

    to be said to + INF: she's said to be very mean/strict — dicen que es muy tacaña/severa

    b) (decide, pronounce) decir*
    5) ( respond to suggestion) (colloq)

    what do o would you say to a cup of tea — ¿quieres or (esp Esp) te apetece una taza de té?, ¿qué te parece si nos tomamos un té?


    2.
    vi decir*

    you were saying? — ¿(qué) decías?

    who says o says who? — (colloq) ¿quién lo dice?

    you don't say! — (colloq) no me digas!

    I say! — (BrE colloq)


    II
    interjection (AmE colloq) oye! (fam)

    say, that's a great idea! — oye, qué buena idea! (fam)

    say, buddy — eh, amigo!


    III
    noun (no pl)

    to have one's say — dar* su (or mi etc) opinión

    b) ( power)

    say (IN something): I have no say in the matter yo no tengo ni voz ni voto en el asunto; to have the final say (in something) — tener* la última palabra (en algo)

    English-spanish dictionary > say

  • 18 hat

    hæt
    (a covering for the head, usually worn out of doors: He raised his hat as the lady approached.) sombrero
    - hat trick
    - keep something under one's hat
    - keep under one's hat
    - pass/send round the hat
    - take one's hat off to
    - talk through one's hat

    hat n sombrero
    tr[hæt]
    1 sombrero
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    I'll eat my hat if... figurative use que me ahorquen si..., que me maten si...
    to be old hat familiar ser historia
    to talk through one's hat decir tonterías
    hat ['hæt] n
    : sombrero m
    n.
    montera s.f.
    n.
    bonete s.m.
    chapeo s.m.
    sombrero (Textil) s.m.
    hæt
    a) ( Clothing) sombrero m

    I'll eat my hat — (colloq)

    if they finish before Friday, I'll eat my hat — si acaban antes del viernes, yo soy Napoleón (fam)

    to be old hat — no ser* nada nuevo or ninguna novedad

    to keep something under one's hat: keep it under your hat de esto no digas palabra or (fam) ni pío; to pass the hat around pasar la gorra; to pull something out of the hat sacarse* algo de la manga; to raise o take off one's hat to somebody: you have to take your hat off to her hay que quitarse el sombrero, hay que sacarle or quitarle el sombrero (AmL); to talk through one's hat — hablar por hablar, hablar sin ton ni son; hand I 2)

    b) (indicating role, capacity)
    [hæt]
    1.

    to eat one's hat —

    I'll eat my hat if... — que me maten si...

    - hang one's hat up
    - pass the hat round
    - take one's hat off to sb
    - talk through one's hat
    - keep sth under one's hat
    - wear two hats

    now wearing my other hat as... — hablando ahora en mi otra calidad de...

    ring I, 1., 4)
    2.
    CPD

    hat stand, hat tree (US) Nperchero m

    hat trick N — (Ftbl, Rugby etc) (=three goals etc) tres tantos mpl or goles mpl en un partido; (=three consecutive wins) serie f de tres victorias, tres triunfos mpl seguidos

    to get or score a hat trick — marcar tres tantos or goles en un partido

    * * *
    [hæt]
    a) ( Clothing) sombrero m

    I'll eat my hat — (colloq)

    if they finish before Friday, I'll eat my hat — si acaban antes del viernes, yo soy Napoleón (fam)

    to be old hat — no ser* nada nuevo or ninguna novedad

    to keep something under one's hat: keep it under your hat de esto no digas palabra or (fam) ni pío; to pass the hat around pasar la gorra; to pull something out of the hat sacarse* algo de la manga; to raise o take off one's hat to somebody: you have to take your hat off to her hay que quitarse el sombrero, hay que sacarle or quitarle el sombrero (AmL); to talk through one's hat — hablar por hablar, hablar sin ton ni son; hand I 2)

    b) (indicating role, capacity)

    English-spanish dictionary > hat

  • 19 draw

    dro:
    1. past tense - drew; verb
    1) (to make a picture or pictures (of), usually with a pencil, crayons etc: During his stay in hospital he drew a great deal; Shall I draw a cow?) dibujar
    2) (to pull along, out or towards oneself: She drew the child towards her; He drew a gun suddenly and fired; All water had to be drawn from a well; The cart was drawn by a pony.) llevar
    3) (to move (towards or away from someone or something): The car drew away from the kerb; Christmas is drawing closer.) acercarse
    4) (to play (a game) in which neither side wins: The match was drawn / We drew at 1-1.) empatar
    5) (to obtain (money) from a fund, bank etc: to draw a pension / an allowance.) cobrar
    6) (to open or close (curtains).) descorrer
    7) (to attract: She was trying to draw my attention to something.) atraer

    2. noun
    1) (a drawn game: The match ended in a draw.) empate
    2) (an attraction: The acrobats' act should be a real draw.) atracción
    3) (the selecting of winning tickets in a raffle, lottery etc: a prize draw.) sorteo
    4) (an act of drawing, especially a gun: He's quick on the draw.) saque, desenvaine
    - drawn
    - drawback
    - drawbridge
    - drawing-pin
    - drawstring
    - draw a blank
    - draw a conclusion from
    - draw in
    - draw the line
    - draw/cast lots
    - draw off
    - draw on1
    - draw on2
    - draw out
    - draw up
    - long drawn out

    draw1 n empate
    draw2 vb
    1. dibujar
    2. sacar / retirar
    3. empatar
    tr[drɔː]
    1 (raffle, lottery) sorteo
    3 (attraction) atracción nombre femenino, gancho
    4 (on cigarette, pipe, etc) calada, chupada
    transitive verb (pt drew tr[drʊː], pp drawn tr[drɔːn])
    1 (sketch - picture) dibujar; (- line, circle, plans) trazar; (- map) hacer; (describe) pintar
    2 (move) llevar
    3 (pull along - cart, sledge, plough) tirar de; (- train, carriage) arrastrar
    4 (curtains - open) descorrer; (- close) correr; (blinds) bajar
    5 (pull out, take out - gen) sacar, extraer; (gun) desenfundar, sacar; (sword, dagger) desenvainar, sacar; (bow) tensar
    6 SMALLFINANCE/SMALL (receive - salary, wage, pension) cobrar; (write out - cheque) librar, extender, girar; (withdraw - money) sacar, retirar
    7 SMALLSPORT/SMALL (tie) empatar
    8 (attract - crowd, customers, audience) atraer; (- attention) llamar:
    9 (produce, elicit - response, reaction) provocar, obtener; (- praise) conseguir; (criticism, protest) provocar, suscitar; (applause, laughter) arrancar
    10 (derive, gain, obtain - support) obtener; (- strength) sacar
    11 (make somebody say more) sacar información a
    12 (choose - gen) escoger; (playing card) sacar; (in contest, tournament) tocar en el sorteo
    13 (formulate, establish - comparison) hacer; (- conclusion) sacar, llegar a; (parallel, distinction, analogy) establecer
    14 SMALLMARITIME/SMALL (of ship) tener un calado de
    1 (sketch) dibujar
    2 (move) moverse, desplazarse
    3 SMALLSPORT/SMALL (tie - gen) empatar; (- in chess) hacer tablas
    4 (choose) tirar a suertes
    5 (take in air - chimney, fireplace) tirar; (cigar, pipe) tirar (at/on, -)
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    the luck of the draw toca a quien toca, es cuestión de suerte
    to be drawn (on something) decir algo (sobre algo)
    to be drawn to/towards somebody/something sentirse atraído,-a por/hacia alguien/algo
    to be quick on the draw (with gun) ser rápido,-a en desenfundar 2 (with reply) pescarlas al vuelo
    to draw a blank seguir sin saber algo
    to draw apart separarse ( from, de), alejarse ( from, de), distanciarse ( from, de)
    to draw blood hacer sangrar, sacar sangre
    to draw breath respirar
    to draw close/near acercarse
    to draw lots (for something) echar (algo) a suerte
    to draw the line (at something) decir basta (a algo)
    to draw to an end/close terminar, finalizar
    draw ['drɔ] v, drew ['dru:] ; drawn ['drɔn] ; drawing vt
    1) pull: tirar de, jalar, correr (cortinas)
    2) attract: atraer
    3) provoke: provocar, suscitar
    4) inhale: aspirar
    to draw breath: respirar
    5) extract: sacar, extraer
    6) take: sacar
    to draw a number: sacar un número
    7) collect: cobrar, percibir (un sueldo, etc.)
    8) bend: tensar (un arco)
    9) tie: empatar (en deportes)
    10) sketch: dibujar, trazar
    11) formulate: sacar, formular, llegar a
    to draw a conclusion: llegar a una conclusión
    to draw out : hacer hablar (sobre algo), hacer salir de sí mismo
    to draw up draft: redactar
    draw vi
    1) sketch: dibujar
    2) tug: tirar, jalar
    3)
    to draw near : acercarse
    4)
    to draw to a close : terminar, finalizar
    5)
    to draw up stop: parar
    draw n
    1) drawing, raffle: sorteo m
    2) tie: empate m
    3) attraction: atracción f
    4) puff: chupada f (de un cigarrillo, etc.)
    n.
    empate (Deporte) s.m.
    pitada s.f.
    retroceso s.m.
    sorteo s.m.
    tiro s.m.
    v.
    (§ p.,p.p.: drew, drawn) = arrastrar v.
    bosquejar v.
    descorrer v.
    dibujar v.
    diseñar v.
    sacar v.
    tirar v.
    traer v.
    (§pres: traigo, traes...) pret: traj-•)
    trazar v.

    I
    1. drɔː
    (past drew; past p drawn) transitive verb
    1)
    a) ( move by pulling) \<\<curtains/bolt\>\> ( open) descorrer; ( shut) correr; \<\<bow\>\> tensar

    he drew her aside o to one side — la llevó a un lado, la llevó aparte

    to draw one's chair up — acerar* or arrimar la silla a la mesa

    c) ( pull along) \<\<cart/sled\>\> tirar de, arrastrar
    2)
    a) ( pull out) \<\<tooth/cork\>\> sacar*, extraer* (frml); \<\<gun\>\> desenfundar, sacar*; \<\<sword\>\> desenvainar, sacar*
    b) ( cause to flow) sacar*

    to draw blood — sacar* sangre, hacer* sangrar

    to draw water from a well — sacar* agua de un pozo

    c) ( Games) \<\<card/domino\>\> sacar*, robar
    d) (in contest, tournament)
    3)
    a) ( Fin) \<\<salary/pension\>\> cobrar, percibir (frml); \<\<check\>\> girar, librar

    to draw money from o out of the bank — retirar or sacar* dinero del banco

    b) ( derive) \<\<strength/lesson\>\> sacar*

    she drew comfort from the fact that... — se consoló pensando que...

    4) ( establish) \<\<distinction/parallel\>\> establecer*
    5)
    a) ( attract) \<\<customers/crowd\>\> atraer*

    to be drawn to somebody/something — sentirse* atraído por alguien/algo

    b) ( elicit) \<\<praise\>\> conseguir*; \<\<criticism/protest\>\> provocar*, suscitar

    to draw tears/a smile from somebody — hacer* llorar/hacer* sonreír a alguien

    I asked him about it, but he wouldn't be drawn — se lo pregunté, pero se negó a decir nada

    6) ( sketch) \<\<flower/picture\>\> dibujar; \<\<line\>\> trazar*
    7) (BrE Games, Sport) empatar

    2.
    vi
    1) ( move)

    to draw close to o near (to) something/somebody — acercarse* a algo/alguien

    to draw to an end o a close — terminar, finalizar* (frml)

    the train drew out of/into the station — el tren salió de/entró en la estación

    to draw ahead of somebody/something — adelantarse a alguien/algo

    2) ( Art) dibujar
    3) (BrE Games, Sport) empatar; ( in chess game) hacer* tablas
    4) ( take in air) \<\<chimney/cigar\>\> tirar
    Phrasal Verbs:

    II
    1) ( raffle) sorteo m
    2) ( tie) (Games, Sport) empate m
    3) ( attraction) (colloq) gancho m (fam), atracción f

    to be quick on the draw — ( with gun) ser* rápido en desenfundar; ( with reply) pescarlas* al vuelo (fam)

    [drɔː] (vb: pt drew) (pp drawn)
    1. N
    1) (=lottery) lotería f ; (=picking of ticket) sorteo m
    2) (=equal score) empate m ; (Chess) tablas fpl
    3) (=attraction) atracción f
    4)

    to beat sb to the draw — (lit) desenfundar más rápido que algn; (fig) adelantarse a algn

    to be quick on the draw — (lit) ser rápido en sacar la pistola; (fig) ser muy avispado

    5) [of chimney] tiro m
    2. VT
    1) (=pull) [+ bolt, curtains] (to close) correr; (to open) descorrer; [+ caravan, trailer] tirar, jalar (LAm)

    to draw a bowtensar un arco

    he drew his finger along the table — pasó el dedo por la superficie de la mesa

    to draw one's hand over one's eyes — pasarse la mano por los ojos

    he drew his hat over his eyes — se caló el sombrero hasta los ojos

    2) (=extract) [+ gun, sword, confession, tooth] sacar; [+ cheque] girar; [+ salary] cobrar; [+ number, prize] sacarse; [+ trumps] arrastrar; (Culin) [+ fowl] destripar; (Med) [+ boil] hacer reventar

    to draw a bathpreparar el baño

    to draw bloodsacar sangre

    to draw (a) breathrespirar

    to draw a cardrobar una carta

    to draw comfort from sth — hallar consuelo en algo

    to draw inspiration from sth — encontrar inspiración en algo

    to draw lotsechar suertes

    to draw a smile from sb — arrancar una sonrisa a algn

    breath 1., 1)
    3) (=attract) [+ attention, crowd, customer] atraer

    to feel drawn to sb — simpatizar con algn

    he refuses to be drawn — se niega a hablar de ello, se guarda de hacer comentario alguno

    4) (=cause) [+ laughter] causar, provocar; [+ applause] despertar, motivar; [+ criticism] provocar
    5) (=sketch) [+ scene, person] dibujar; [+ plan, line, circle, map] trazar; (fig) [+ situation] explicar; [+ character] trazar

    to draw a picturehacer un dibujo

    to draw the line at sth —

    6) (=formulate) [+ conclusion] sacar ( from de)

    to draw a comparison between A and B — comparar A con B

    to draw a distinctiondistinguir ( between entre)

    7) (Sport, Games)

    to draw a match/game — (gen) empatar un partido; (Chess) entablar

    8) (Naut)
    9) (Tech) [+ wire] estirar
    3. VI
    1) (=move)

    he drew ahead of the other runners — se adelantó a los demás corredores

    to draw to an endllegar a su fin

    the train drew into the station — el tren entró en la estación

    the two horses drew levellos dos caballos se igualaron

    to draw nearacercarse

    the car drew over to the kerb — el coche se acercó a la acera

    he drew to one sidese apartó

    to draw towardsacercarse a

    2) (Cards)
    3) [chimney etc] tirar
    4) (=infuse) [tea] reposar
    5) (=be equal) [two teams, players] empatar; (Chess) entablar
    6) (=sketch) dibujar
    * * *

    I
    1. [drɔː]
    (past drew; past p drawn) transitive verb
    1)
    a) ( move by pulling) \<\<curtains/bolt\>\> ( open) descorrer; ( shut) correr; \<\<bow\>\> tensar

    he drew her aside o to one side — la llevó a un lado, la llevó aparte

    to draw one's chair up — acerar* or arrimar la silla a la mesa

    c) ( pull along) \<\<cart/sled\>\> tirar de, arrastrar
    2)
    a) ( pull out) \<\<tooth/cork\>\> sacar*, extraer* (frml); \<\<gun\>\> desenfundar, sacar*; \<\<sword\>\> desenvainar, sacar*
    b) ( cause to flow) sacar*

    to draw blood — sacar* sangre, hacer* sangrar

    to draw water from a well — sacar* agua de un pozo

    c) ( Games) \<\<card/domino\>\> sacar*, robar
    d) (in contest, tournament)
    3)
    a) ( Fin) \<\<salary/pension\>\> cobrar, percibir (frml); \<\<check\>\> girar, librar

    to draw money from o out of the bank — retirar or sacar* dinero del banco

    b) ( derive) \<\<strength/lesson\>\> sacar*

    she drew comfort from the fact that... — se consoló pensando que...

    4) ( establish) \<\<distinction/parallel\>\> establecer*
    5)
    a) ( attract) \<\<customers/crowd\>\> atraer*

    to be drawn to somebody/something — sentirse* atraído por alguien/algo

    b) ( elicit) \<\<praise\>\> conseguir*; \<\<criticism/protest\>\> provocar*, suscitar

    to draw tears/a smile from somebody — hacer* llorar/hacer* sonreír a alguien

    I asked him about it, but he wouldn't be drawn — se lo pregunté, pero se negó a decir nada

    6) ( sketch) \<\<flower/picture\>\> dibujar; \<\<line\>\> trazar*
    7) (BrE Games, Sport) empatar

    2.
    vi
    1) ( move)

    to draw close to o near (to) something/somebody — acercarse* a algo/alguien

    to draw to an end o a close — terminar, finalizar* (frml)

    the train drew out of/into the station — el tren salió de/entró en la estación

    to draw ahead of somebody/something — adelantarse a alguien/algo

    2) ( Art) dibujar
    3) (BrE Games, Sport) empatar; ( in chess game) hacer* tablas
    4) ( take in air) \<\<chimney/cigar\>\> tirar
    Phrasal Verbs:

    II
    1) ( raffle) sorteo m
    2) ( tie) (Games, Sport) empate m
    3) ( attraction) (colloq) gancho m (fam), atracción f

    to be quick on the draw — ( with gun) ser* rápido en desenfundar; ( with reply) pescarlas* al vuelo (fam)

    English-spanish dictionary > draw

  • 20 Wort

    vɔrt
    n
    palabra f, término m, vocablo m
    Wort [vɔrt, Plural: 'vɔrtə, 'vœrtɐ]
    <-(e)s, -e oder Wörter> palabra Feminin; (Ausdruck) expresión Feminin; (Begriff) término Maskulin; Wort für Wort palabra por palabra; im wahrsten Sinne des Wortes literalmente; in Worten en letra; mir fehlen die Worte no tengo palabras; davon ist kein Wort wahr ni una palabra de esto es verdad; ein paar Worte wechseln intercambiar cuatro palabras; ein offenes/ernstes Wort mit jemandem reden hablar claramente/en serio con alguien; ohne ein Wort des Bedauerns sin decir ni un "lo siento"; das Wort an jemanden richten dirigir la palabra a alguien; nicht viele Worte machen ir al grano; in Wort und Schrift en forma hablada y escrita; in Wort und Bild con texto e ilustraciones; jemanden mit leeren Worten abspeisen despachar a alguien con buenas palabras; etwas mit keinem Wort erwähnen no mencionar algo para nada; mit anderen Worten en otras palabras; jemanden (nicht) zu Wort kommen lassen (no) dejar hablar a alguien; ein Wort gab das andere se desencadenó una fuerte discusión; hast du Worte? (umgangssprachlich) ¿habráse visto?; das letzte Wort haben tener la última palabra; dein Wort in Gottes Ohr (umgangssprachlich) que Dios te oiga; das Wort hat Herr García el señor García tiene la palabra; das Wort ergreifen tomar la palabra; für jemanden ein gutes Wort einlegen interceder por alguien; du nimmst mir das Wort aus dem Munde me quitas la palabra de la boca; jemandem das Wort im Munde herumdrehen malinterpretar las palabras de alguien; jemandem ins Wort fallen interrumpir a alguien; etwas in Worte fassen formular algo con palabras; das glaube ich dir aufs Wort te lo creo a pie juntillas; dabei habe ich auch noch ein Wort mitzureden en esto también tengo que opinar yo; das geschriebene/gesprochene Wort la palabra escrita/hablada; jemandem sein Wort geben prometer algo a alguien; sein Wort halten cumplir su palabra; sein Wort brechen faltar a su palabra; jemanden beim Wort nehmen tomar la palabra a alguien; über jemanden/etwas kein Wort verlieren no gastar ni una palabra sobre alguien/algo
    1. (pl Wörter) [sprachliche Einheit] palabra femenino
    kein Wort sagen/glauben no decir /creer ni una palabra
    mir fehlen die Worte! ¡no tengo palabras!
    5. (ohne pl) [Zusage]
    das Wort haben /erteilen/ergreifen tener/ceder/tomar la palabra

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > Wort

См. также в других словарях:

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  • decir — (Del lat. dicere.) ► sustantivo masculino 1 Dicho, palabra o refrán. 2 Dicho notable por la sentencia, por la oportunidad o por otro motivo. 3 Habladurías, chismes: ■ son decires de malas lenguas, no hagas ni caso. FRASEOLOGÍA ser un decir o ir… …   Enciclopedia Universal

  • DECIR — (Del lat. dicere.) ► sustantivo masculino 1 Dicho, palabra o refrán. 2 Dicho notable por la sentencia, por la oportunidad o por otro motivo. 3 Habladurías, chismes: ■ son decires de malas lenguas, no hagas ni caso. FRASEOLOGÍA ser un decir o ir… …   Enciclopedia Universal

  • hablar — ■ Lo más difícil de este mundo es poder decir y pensar lo que todos dicen sin pensar. (Alain) ■ Quien habla todo lo que le place, ha de escuchar lo que no le place. (Alceo) ■ Por bien que se hable, cuando se habla demasiado se termina siempre por …   Diccionario de citas

  • hablar — (Del lat. fabulari.) ► verbo intransitivo 1 Emitir una persona sonidos que forman palabras: ■ el niño ya habla. SINÓNIMO decir expresar manifestar silenciar ANTÓNIMO enmudecer …   Enciclopedia Universal

  • decir — decir1 (Del lat. dicĕre). 1. tr. Manifestar con palabras el pensamiento. U. t. c. prnl.) 2. Asegurar, sostener, opinar. 3. Nombrar o llamar. 4. Denotar algo o dar muestras de ello. El semblante de Juan dice su mal genio. [m6]Su vestido dice su… …   Diccionario de la lengua española

  • decir — I (v. decir II) 1) m. Dicho (refrán) 2) Dicho notable por la sentencia, por la oportunidad, etc sus decires nos cautivaban II (l. dicere) 1) tr. Manifestar con palabras habladas o escritas, o por medio de otros signos (el pensamiento o los… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • decir — I (v. decir II) 1) m. Dicho (refrán) 2) Dicho notable por la sentencia, por la oportunidad, etc sus decires nos cautivaban II (l. dicere) 1) tr. Manifestar con palabras habladas o escritas, o por medio de otros signos (el pensamiento o los… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • decir — I (v. decir II) 1) m. Dicho (refrán) 2) Dicho notable por la sentencia, por la oportunidad, etc sus decires nos cautivaban II (l. dicere) 1) tr. Manifestar con palabras habladas o escritas, o por medio de otros signos (el pensamiento o los… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • decir — 1. ‘Comunicar [algo] con palabras’. Verbo irregular: v. conjugación modelo (→ apéndice 1, n.º 28). El imperativo singular es di (tú) y decí (vos), y no ⊕ dice. La forma di del imperativo no lleva tilde, ya que se trata de un monosílabo y no… …   Diccionario panhispánico de dudas

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