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humilde

  • 81 self-effacing

    tr[selfɪ'feɪsɪŋ]
    1 modesto,-a, humilde
    adj.
    humilde adj.
    modesto, -a adj.
    [ˌselfɪ'feɪsɪŋ]
    ADJ modesto, humilde

    English-spanish dictionary > self-effacing

  • 82 demütig

    'deːmyːtɪç
    adj
    humilde, sumiso
    demütig ['de:my:tɪç]
    humilde; (unterwürfig) sumiso
    Adjektiv
    1. [ergeben] humilde
    2. [unterwürfig] sumiso ( femenino sumisa)

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > demütig

  • 83 ärmlich

    'ɛrmlɪç
    adj
    pobre, humilde, indigente
    ärmlich ['εrmlɪç]
    1 dig (arm) pobre, humilde
    2 dig (elend) miserable, mísero
    Adjektiv
    ————————
    Adverb

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > ärmlich

  • 84 terrero

    adj.
    ground.
    * * *
    2 (vuelo) skimming, low
    1 (montón de tierra) pile of earth
    2 (blanco) target
    ————————
    1 (montón de tierra) pile of earth
    2 (blanco) target
    * * *
    1. ADJ
    1) (=de la tierra) earthy
    saco I, 1)
    2) [vuelo] low, skimming
    3) (=humilde) humble
    2.
    SM pile, heap; (Min) dump
    * * *

    terrero,-a
    I adjetivo
    1 earthly
    2 (humilde) low, humble
    II m Mil (blanco para ejercicios de tiro) mark, target
    ' terrero' also found in these entries:
    Spanish:
    saco
    - terrera
    * * *
    terrero, -a adj
    [de tierra]
    saco terrero sandbag
    * * *
    adj earthy;
    saco terrero MIL sandbag

    Spanish-English dictionary > terrero

  • 85 безответный

    прил.

    безотве́тная любо́вь — amor no correspondido

    2) ( не дающий ответа) sin respuesta; indiferente
    3) ( покорный) humilde, resignado; sumiso ( покорный)
    * * *
    прил.

    безотве́тная любо́вь — amor no correspondido

    2) ( не дающий ответа) sin respuesta; indiferente
    3) ( покорный) humilde, resignado; sumiso ( покорный)
    * * *
    adj
    gener. (ñå äàó¡èì îáâåáà) sin respuesta, (ñå ïîëó÷àó¡èì îáâåáà) no correspondido, (ïîêîðñúì) humilde, indiferente, resignado, sumiso (покорный)

    Diccionario universal ruso-español > безответный

  • 86 покорный

    прил.
    sumiso, humilde; obediente, dócil ( послушный); resignado ( смиренный)
    ••

    ваш поко́рный слуга́ уст.su (seguro) servidor (тж. в письме)

    слуга́ поко́рный! ирон. — ¡muchas gracias!; ¡eso sí que no!

    * * *
    прил.
    sumiso, humilde; obediente, dócil ( послушный); resignado ( смиренный)
    ••

    ваш поко́рный слуга́ уст.su (seguro) servidor (тж. в письме)

    слуга́ поко́рный! ирон. — ¡muchas gracias!; ¡eso sí que no!

    * * *
    adj
    gener. bienmandado, dócil, humilde, infeliz, mansejón, obediente, sumiso, consentido, conforme, parador, rendido

    Diccionario universal ruso-español > покорный

  • 87 смиренный

    прил.
    humilde; resignante
    * * *
    прил.
    humilde; resignante
    * * *
    adj
    gener. resignante, sumiso (о голосе), humilde

    Diccionario universal ruso-español > смиренный

  • 88 униженный

    уни́женный
    humiligita.
    * * *
    1) прич. от унизить
    2) прил. humillado, vejado
    * * *
    1) прич. от унизить
    2) прил. humillado, vejado
    * * *
    adj
    gener. (выражающий унижение) humilde, achicado, humillado, miserable, seràfico, vejado, abatìdo, abyecto

    Diccionario universal ruso-español > униженный

  • 89 humble

    adj.
    1 humilde (meek, unpretentious)
    2 de humilde extracción, de humilde cuna.
    s.
    the humble -> los humildes.
    vt.
    humillar, poner en su sitio (defeat) (pt & pp humbled)

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > humble

  • 90 axabarciar

    Axabarciar, es tratar, vender, comprar, cambiar, etc. Cuntu you aquindi nisti primeiru llibru qu'un astur fae con ñaturallidá, con honradé, con amore grandie ya ñoble que disdi guaxetín na miou xenciétcha ya ñatural alma se fexu hacia tous lus melgueirus y'embruxantes chugares de la miou mantina tierra d'Asturies, ya de toes les Fidalgues xentes que la poblen, falu you que nagora mesmu tenu ñecexidá de cuntayes un cuintu que nun ye tal couxa, perque cuaxi tóu lu que falu aquindi fóu verdá. Ya cumu encalda mu ben nista pallabra, pos nagua mexor que como exemplu qu'isti casu que per oitre lláu pué xervir tamén d'escola. (Cuento yo aquí en este diccionario primero que hace un astur con documentación, naturalidad y suprema honradez, lleno de un amor grande y noble que desde niño en mi sencilla y natural alma se hizo, hacia todos los dulces y embrujantes lugares de mi amada Tierrina Asturiana, y hacia todas las Hidalgas gentes que la pueblan. Digo que ahora mismo tengo necesidad de contarles un cuento, que no es tal cosa, porque casi todo lo que les voy a contar ha sido una auténtica verdad, y como tal alumbramiento tiene el origen en esta palabra, pues nada mejor que este ejemplo, que por otro lado puede servir también de escuela). (LES XABARCEIRES) L'Aldexuxán (aldea de Susana) yera la miou aldina, fae ya un faticáu d'anus cundu you yera un guaxín, despós de l’achuquinante 'ngarradiétcha, que xemóu de cadarmus toes les teixáes de la miou embruxante Asturies, apaxiétchandu de llutus, mexeries, fames, atristeyáus ya enfernales dollores a toes les xentes, lu mesmu las prietes que yeren las drechistes, que lus roxus que yeren de las esquerdas. (La aldea de Susana era mi aldea, hace ya muchos años cuando yo era un niño después de la asesinante guerra que sembró de cadáveres todas las casas de mi embrujante Asturias, vistiendo de lutos, miserias, hambre e infernales dolores a todas sus nobles gentes, lo mismo a los negros que eran los derechistas, que a los rojos que eran los de las izquierdas). —Por aquel entonces, cuando el hambre, la necesidad y la miseria se enseñoreaban de les teixáes (lares) mejor dicho de los hijos y de las viudas de los perdedores, ya que los pobres, los que no estaban encuandicáus (sepultados) s'atopaben arretrigáus nes cárxeles, (encadenados en las cárceles) ya oitres con más xuerte, xebráranse per miéu 'l hermenu venceor pal extranxeiru. (Y otros con más suerte, se marcharan por miedo al hermano vencedor para el extranjero). —Cuento yo, que por aquellos tristes aconteceres sucedió en mi aldea esta historia que ahora al recordarla tras más de cuarenta años de haber sucedido, trae a mi pensamiento una añoranza triste, nel mesmu lleldar que me fae xonreyire. En el mismo suceder que me hace sonreir, ya que el caso según mi humilde parecer se las trae, porque todos los personajes qu'encaldan (hacen) esta cierta, historia, eran seres que para poder vivir tenían que luchar bravamente todos los amanecidos días, no importa cómo lo hicieran; pero por aquellos tristes tiempos el que no luchaba no comía, no es como hoy, que se tira más comida en un día a la basura, que en los tiempos de esta historia comía toda Asturias en una semana. —Yera mi aldina tan bétcha en allumbrar frutos, que desde los principios del branu (verano), fasta lu fondeiru de la xeronda (hasta lo último del otoño), talmente parecía mi melgueiru chugar (dulce pueblo), el mismo jardín que el Creador debe de tener reservada para las sencillas y buenas gentes que tras la muerte sean huéspedes de su Santificante Reino. Tal exquisita riqueza natural daba lugar, a que casi todos los vecinos tuviesen un pollino que espatuxara llixeiru (andase rápido), y fuese resistente para que no se esmurgazara esventronáu (cayera reventado) en los difíciles y abruptos caminos, con las maniegas (cestas) encima de su albarda amamplenáes (llenas) de sabrosos frutos, antes de llegar a la romería o fiesta donde iba destinado tal manjar, así fueran higos, cerezas, ciruelas, peras, etc., etc., etc. Algunas veces también solían llevar manzanines arroxáes nel fornu (manzanas asadas en el horno) y ablanines turráes nel mesmu cheldar (y avellanas asadas en el mismo lugar), y estas frutas así tratadas, tenían un gusto tan exquisito que uno no se hartaba nunca de comer por ellas. Por estos quehaceres y otros múltiples necesarios en sus caseríos, cada vecino cuidaba a su pollino todo el año, como la mejor de sus prendas, porque era el humilde pollino el único medio de locomoción que tenían para efectuar infinidad de trabajos y muy necesarios traslados. Decía el pedáneo de mi aldea, donde sucedió esta historia que estoy empezando a relatarles, que un pollinín d'arremangu (de valía), le proporcionaba más ganancias al aldeano que una xuntura de les mexores vaques (pareja de sus mejores vacas). Pero endenantes d'afondigoname nel contare lus fechus que fixerun les xabarceires del miou chugar (antes de ahondar en los hechos que dieron lugar las tratantas de mi pueblo), voy a contar así d'esboriaúra (de resbalón), lo que le ha sucedido al razonero alcalde de mi aldeina: Hubiérase casado Graciano cuando era muy joven aun, con Ramona la de Juan de Pacha, que era una mozacona (mozona) de ñidies (finas) mexierches (mejillas), arregañaónes ñalgues (apetecibles nalgas) y un entamu (senos) también empericotáu (prominente, estupendo), que hacían de Ramona una muchacha también formada y deseable, que ni el más exigente sería capaz de deximiya per mu fartu qu'andubiés de clica (nadie la despreciaría por muy harto que estuviese de mujeres). Pero Graciano que por aquel entonces era pobre, aunque dueño de un ameruxamientu d'arganáes, que lu ateixaben nel xeitu del querer escombútchire, (unas crecidas ansias que le resguardaba en el lugar de querer, medrar, enriquecerse, etc.). Mas él pensaba y con buen tino, que jamás sus aspiraciones podría alcanzarlas en la aldea, por tal razón decidió emigrar, y como le acompañaba la suerte de tener un hermano en las Américas, pues un día endubitchóu lus sous fatinus (lió sus ropas), despidióse con lágrimas en sus ojos de su mujer e hijo que por entonces aun no había cumplido un año, y colóu (marchó) para La Habana, donde trabajó como un esclavo durante diez años, sin desperdiciar ni menos gastar ni una perrina (cinco céntimos). Con una buena cuarexá de cuartus (cartera de dinero). Ilegó pasado este tiempo a su aldea, cargado como un abetchún (abejón), de paxiétchus, llásticus, xoyiquines, ya fatáus d'oitres couxiquines, (de trajes, ropas, joyas, y muchas otras preciadas cosas. Hizo su entrada en la aldea en los postreirus (últimos días del mes de Xeneiru), precisamente cuando el día atapecía (oscurecía), por eso, como su teixá (casa) era la primera de la aldea, y hacía un frío y una ventisca que a todo el mundo refugiaba tras de sus lares, con ningún vecino se encontró, que le dijese o le pusiese de aviso contra alguna cosa. Salió su mujer a recibirle a la correlada llena de gozo y de contentura, engavitóuse (enganchose) la Ramona a su cuello loca de alegría, bexucóuyu per tous lus lláus esgalazá (besole por todos los lados con ansias), en el lleldar (hacer) que desfayénduse (deshaciéndose) en chárimes (lágrimas) y xoponcius (mareos, sustos, etc), que le hacían temblar como una vara verde, y después d’allancar (plantar) las rodiétches (rodillas) encima de las llábanas (losas), dijo bajando la cabeza y xofitándula (apoyándola) entre los atavarius (bragueta), de su hombre, en el encaldar (hacer) que s’arretrigaba a sous cadriles (se abrazaba a sus piernas). ¡Achuquíname, achuquíname miou Gracianu, endenantes de que te cunte, lu paraximesquéiramente que me portéi, metantu que tou faíes la Bana nel extranxeiru! (Asesíname, asesíname mi Graciano, antes de que te cuente, que te he hecho de menos con otros hombres, mientras que tu, te hacías rico en el extranjero). ¡Bueno Ramona..., ya tendrás tiempo de decirme todo cuanto de bueno o malo hayas hecho... pero ahora dime ¿dónde está el pequeño? ¡Apuesto a que ya está hecho un mozaquín (adolescente), listo y trabajador como lo que es su padre, que fexu más pesos na Bana (que hizo más duros en La Habana), que de pelos tenedis entrambus ya dos en vuexes motcheres! ¡Bueno los niños, quiero decir Tanín, güéi dexelu nel teixu miou má, pos comu tenu fatáus de couxes qu'escutire coutigu, ya non sei per la primeira que comencipiare, pos ista nuétchi quixe quedáme sola pa faluchar al nuexu encaldare! (Hoy le he dejado en la casa de mi madre, pues como tengo muchas cosas que discutir contigo, y no se por cuál he de comenzar, por éso esta noche he querido quedarme sola para hablar sin que nadie nos enrede). Lo primero que hizo la Ramona fue prepararle la cena a su marido, y al parejo que en esta faena se entretenía, iba preguntándole sucesos que a él le habían acontecido, quedándose siempre muy admirada de cuanto le decía su esposo. Pero después que el Graciano se fartucóu dé xamón, ya güevus con choricinus, arrutióu encomoláu perque l'entelaura inflabai 'l banduyu, plantói fuéu a un pitu, llancói 'n fondigoná 'n par de fumáes, ya sonriyénduse mu felliz dixói a la sou mutcher: (Se hartó de jamón, huevos y chorizos, eructó incomodado por haber abusado de tanta comida que con pesadez le hinchaba la barriga, le pegó fuego a un buen cigarro, le sacudió un par de fumadas, y después sonriéndose muy feliz le dijo a su mujer): ¡Desde que me he marchado a las Américas hasta ahora, no he comido una comida que mejor me supiera que ésta que me has preparado en tan poco tiempo y con tanta arte. Por el mundo adelante mi querida Ramona, no se harta uno nada más que de mollicies (cosas malas). Mucho cacíu pintureiru (cacharros lujosos), mucha cuchara limpia y resplandeciente, mucho sirviente que te trata con tanto mimo como si fueses un banquero, pero los platos son pequeños, y la comida que en ellos vacian (echan), tiene escosáu güétchus de rustíu (que no tiene grasa, que no está sazonada). Más sustancia tiene aquí un potaráu de llabaza de la que chamus a lus bracus (una pota de fregaduras de la que servimos a los cerdos), que todo lo que come en el día un trabajador en las Américas, y si uno trae dineros de aquellas lejanas tierras, es a cuenta de la mucha hambre, calamidades y sufrimientos que uno tiene que aguantar allí. Aquí en las aldeas pensamos cuantos nos vamos para allá, que en cuanto lleguemos, atopamus lus cuartus tremáus pe les caleyes! (encontramos los dineros tirados por las calles). ¡Bueno Ramonina, ahora ya me puedes contar lo que has hecho por aquí, que me parece que abundu enfucheráu (muy sucio) y grave debe de ser, cuando endenantes de entrare na miou teixá, de rodiétches me suplicabes que t'achuquinara! (antes de entrar en mi casa, de rodillas me suplicabas, que te asesinara). ¡Non sei Gracianín perquéi llugar comencipiar, pos tou enllordióxe d’enria mín, comu se ‘l mesmu diañu me l'encalducar! (No sé Gracianín por qué lugar voy a dar comienzo, pues todo se enlodó encima de mí, como si el mismo demonio me lo preparara). Deciale Ramona sentada en el escaño, detrás del aburióxu (ardiente) lar, mirando de frente para su marido y alumbrando a la par un torrente de lágrimas, que resbalaban por sus hermosas y coloreantes mejillas, que resplandecían a la luz del fuego, lo mismo que si estuviesen entafarnáes (untadas) con manteiga (untadas con manteca). Graciano que la propiaba con el mismo arrobo de enamoramiento que por ella siempre había tenido. Le dijo con voz halagosa que ya consigo llevaba el perdón que con tanta argucia su esposa buscaba: ¡Anda Ramonina, déjate de choramicar (llorar), pues con tanta mexareta (meadura) de lágrimas, no vas a encantexar l'esgazaura que fixiste! (arreglar la rotura que has hecho). —Y ahora cuéntame de una vez cuál fue el mal que me has hecho, pues por lo que barrunto, me has hecho castrón fatáus (muchas) veces. ¡No Gracianín, no te he hecho de menos nada más que un par de veces, y te voy a contar sin deximite (ocultarte) nada, el por qué hice de paraxa (puta), pues no me he puesto patas arriba en la añuedaura del cibietchu (haciendo el amor) con nadie, porque mi cuerpo me lo pidiese, sino que ha sido la necesidad la que me ha obligado, pues bien sabes, que cuando tu te has marchado para La Habana, yo me quedé muy sola, con un niño entre mis brazos que nin falaba nin espatuxaba (que ni hablaba, ni andaba) !Ay! Gracianín de mis entretelas, del mi corazón y de los mis sentidos, puedo decirte ahora llena de alegría que te estoy viendo al lado mío, que con las lágrimas que alumbraron mis ojos en todos estos años de soledad que he vivido, navegaría sin hundirse el barco que te trajo de La Habana. ¿Y quién fue el culpable de mi desesperante llanto, de mi inconsolable sufriencia? ¡Sólo tu Gracianín, sólo tu eres el culpable, que me has dejado muy sola, y te marchaste para las Américas hace diez años, siendo yo en aquel tiempo una desventurada criatura que aun no tenía veinte años dígote yo que me has dejado encuandiada (empozada) dentro de la soledad y la pobreza, y en todo este largo tiempo, no me has mandado ni tan sólo una perrona (diez céntimos) con la que comprarle un llastiquín (una camisa, un jersey, etc., etc.) a nuestro hijo, y ahora me vienes tu diciendo que quieres al niño tanto y cuánto! ¡Bueno Ramonina, lo que yo hice o dejé de hacer, abundu bien fechu tá (muy bien hecho está). Hoy ya me encuentro en mi casa dueño de una betchá cuarexa (bien repleta, rica cartera) de dineros, y no quiero perder el tiempo explicándote lo que yo he sufrido y el trabajo que me ha costado atróupar (rejuntar) este capital, pero tu ahora sí que me vas a decir con quién o con quiénes me has traicionado durante el tiempo que he estado fuera de mi casa. Así pues, empieza luego y no pierdas el tiempo barajando pormenores noitres (en otros) caldaretus (ubres) que no sean los que estrincaste (ordeñaste) entre los atavarius (braguetas) de los hombres con los que has hecho el amor, mientras que yo en las Américas fechu 'n castrón, apelucaba cuartus pá betchar la cuarexa que traigu, (hecho un cabrón, recogía dineros para llenar la cartera que traigo). Ramona se levantó del escaño, echó al fuego cuatro astillas porque ya se estaba amorrentandu (apagándose) y después, arremetchandu lus güeyus, miróu 'l Gracianu con mala lleiche, ya díxole sen catar más atayus (abriendo desmesuradamente sus ojos, miró a Graciano y le dijo con enfado sin buscar más atajos). ¡A los dos años de colar (marcharte) tu por el mundo allantri, (adelante) se me puso el niño muy amolaín (enfermo), y no tuve más remedio que llevarle al mélicu (médico), y éste con palabras finas y muy melgueróuxas (dulces) me dijo que yo era una buena moza, que estaba muy guapa y que era muy hermosa, y muchas otras cosas mas que entre todas ellas me hicieron perder la cabeza, el caso fue que el médico me aseguró que el niño estaba realmente muy enfermo, y que sólo se comprometía a sanarle si yo... bueno... el caso fue que yo por curar al mióu fiyín (mi hijo) espurrime y encoyime baxu lus atavarius del mélicu y'añuédei 'l cibietchu cuá 'l un par de veices, (me estiré y me encogí debajo de la bragueta del médico e hice el amor con él un par de veces). Y de resultas de los dos achucáus (acostados) que fexe debaxu 'l allegre mélicu (que hice debajo del alegre médico), me quedé empanzorraona (preñada) y parí otro rapacín (niño) que ahora ya tiene siete años. Así que yo considero que si tú estuvieses en mi lugar, harías lo mismo que yo he hecho, pues por un hijo una madre da todo cuanto tenga y más para con ello! Graciano que era de naturaleza muy tranquilo y a pesar de ser un cornudo era listo y razonero, le dijo sin enfadarse ni levantar más una palabra que otra: ¡Por un hijo una mujer casada debe de entregarlo todo verdad es, todo menos su honra, porque la honra en la mujer casada tiene más valor, que todos los hijos que pueda tener y hasta inclusive más que su propia vida. Porque de ahora en adelante, lus tous nenus namái que serán pá les xentes que fius de paraxona. (Los tus niños nada más que serán para las gentes que hijos de puta). Y tu... una paraxete (putina) mirada en todo momento por los hombres, como pan caliente fácil d'allancái 'l denti (hincarle el diente). Y yo... un cabrón consentido, que ha de ser la guasa y la murga de todos mis vecinos y de cualquier gente que sepa de mi vergüenza! En buena razón acaidonaban (dirigíanse) las palabras del Graciano, pues pronto sus vecinos armados con la socarronera malicia de las gentes de la aldea, empezaron a torearlo, diciéndole entre amistosas risas y halagüeñas palabras, ofensivos insultos, que ponían al pobre Graciano lo mismo que un pingayu (trapo viejo), y como Graciano era simpático y buena persona, aun les daba lugar más xeitu (sitio), para que se apropiaran de mayores confianzas, y ya no sólo eran sus vecinos los que de continuo le provocaban, sino todas las gentes que le conocían, pues un día que estaba segando hierba en un prado que tenía al lado de la carretera, pasó por allí una pareja de los guardias civiles de servicio que eran amigos suyos, y después de torearle un tiempo como todo el mundo hacía, uno de los guardias le preguntó: ¿Qué carrera les vas a dar a tus hijos Graciano? ¡Pues como tienes dineros amamplén (muchos), no estaría mal que los estudiases para xebralus (apartarlos) de estar mayucandu (majando) terrones toda la vida lo mismo que tu haces! Graciano quedose mirando para el guardia sonriéndose como si nada ofensivo le hubiera dicho, y después apurriénduyes (dándoles) la petaca para que enrrodietcharan (liaran) un cigarrillo, cuando los tres estaban aborronandu (fumando) muy tranquilos les dijo: ¡Mucha razón tienes Juaquín, ya que majar terrones no es un oficio descansado ni productivo para nadie, por eso, a mi primer hijo, que es el mío verdadero, le voy a estudiar hasta que se convierta en un buen ingeniero, aunque tenga que vender sino me alcanza cuanto tengo, hasta mi honrado apellido, que por ser tal cosa, en todo el mundo ha tenido siempre buen crédito, y al otro por ser hijo de mi mujer que xebrose (se fue) de la honradez, y se situó entre la hedionda troya (suciedad) donde se enchamuergan (ensucian) las paraxas (putas). En pocas palabras, por ser hijo de puta, le voy a enchufar en el xuzgáu (juzgado), y si no sirve para este menester, entonces le afilio a la guardia civil! Al guardia Juaquín, xelósele (,helósele) d'afechu (del todo) la maliciosa sonrisa que mostraba entre sus labios, y poniéndose muy serio le dijo: ¡Ten cuidado con lo que dices Graciano, porque me parece a mí que no das puntada sin hilo, así que se acabaron las bromas, y de ahora en adelante con nosotros ándate derecho, sino quieres que te enchufemos en la cárcel por tener la lengua demasiado larga y ser tus palabras mal intencionadas! Descubrió Graciano aquel día, que el don de la palabra era un arma muy poderosa, con la que conseguiría manejándola con astucia y solapadamente insultativa, lograr que sus agudosos vecinos se mirasen muy bien antes de lanzarles puchas (sátiras), haciendo de su persona el hazmerreir de todo el concejo. El habíale dicho al guardia Joaquín sin la menor intención de ofensa hacia su persona ni a nadie, que el hijo de su mujer por ser nacido de mala madre, le colocaría en la Guardia Civil, cosa que incomodó grandemente a Joaquín, demostrando con sus inocentes palabras que no es oro todo cuanto reluce, y que todo el mundo tiene algo de suciedad escondida o a la vista, de la que suele avergonzarse. Desde ahora en adelante, escrutaría en la vida y pasado de sus vecinos, y cuando de él se mofasen, les taparía la boca lanzándoles al rostro como arma de defensa y ataque todo cuanto de despreciable y asqueroso, en sus vidas o familias hubiere; y de esta forma, ya se mirarían ellos de volver con sus ya cansadas e insultantes sátiras a molestarle. Y ahora, tras el xemeyu (retrato) que hice del alcalde de mi aldea, escantoyándulu namái que per un cornetchal (rompiéndole nada más que por una esquina) de las muchas que el condenado tenía, voy a hondear ya sin hacer pouxa (parada) ni xebraura (apartamiento) en la historia de las Xabarceiras (tratantas), que entrambas y dos eran de gafas (venenosas) como un perro con la boca negra. «MANOLA Y VENANCIA» Moraban en mi aldeina dos mucherucas (mujerucas), que eran hermanas en apariencia y al decir de ellas también de familia, ya que habían nacido por el mismo furacu (agujero), no eran ya jóvenes cuando yo las conocí, pues paseábanse por la vida con la edad de comenzar a maurecer (madurar), eran las más pobres del lugar (descontándome a mí por supuesto), ya que no les acompañaba más riqueza que una vieja pochina (burra), y por esta pobreza que las acompañaba, allindiaben (cuidaban) a su borrica Facunda, con tanto cariño y esmero, como si en verdad fuese hija de entrambas. Estas mujeres no eran nacidas en mi aldea, y verdaderamente tampoco a ciencia cierta nadie sabía el lugar de su nacencia, lo cierto es que habíanse asentado en mi aldea cuando se terminó la guerra, y vivían en una muy humilde casuca que compraran con algunos dineros que traían, vivían en mi lugar desde aquella época, ganándose su vida con libertad e inteligencia, si se puede denominar así, al apoderarse de lo que muchas veces no les pertenecía. Decian algunos vecinos, y yo no sé si era cierto, que durante toda la guerra habían estado de paraxas (putas) por el frente, haciendo felices a los milicianos primero y después a los vencedores, más sin embargo yo creo que esto no era verdad, porque entrambas y dos físicamente no valían ni para un tiro de escopeta. Nosotros las conocíamos por el apodo de las Xabarceiras, y eran bajas de talla, secas de carne, con rostro de brujas feas y lagañosas, dueñas de un mal genio y peores intenciones que el mismo demonio, y garruxantes nas engarradiétchas (valientes, decididas en las peleas). La de más edad se llamaba Manola, y tal parecía que sus padres la habían fabricado con el puro veneno, y aparte tenía una lengua tan ofensiva y desarrendada, que dejaba en porriques (desnudo) al más pecaminoso de los arrieros. Venancia que era la otra, no algamia (alcanzaba) a su hermana en el ser tan garruxante, pero se aparejaba al lado de ella, en tener los dedos largos y las uñas raguñonas (arañosas) para mal de las tranquilas gentes, donde se engarrapelaban (enredaban) muchas veces los intereses de los vecinos. Las rapiegas Xabarceiras, cuando los campos se cubrían de frutos y los árboles se enseñoreaban con el manto lujoso y natural de los saludables y exquisitos frutos, ellas solían comprar en caña (en el árbol) o escandanaban (recogían) sin ningún permiso, las mejores frutas, y prestas corrían a venderlas por todas las aldeas y mercados de los tres concejos vecinos, y con estas ganancias, ellas prohibían al fantasma del hambre, que no espurriera (estirase) el hocico, agolifandu (oliendo) en su lar, en ningún día del año, por prietu (negro) que éste escombuyere (viniese, naciese). En la casa de las Xabarceiras, a pesar que por aquel entonces los tiempos eran muy difíciles y el hambre se recostaba en todas las esquinas, entre otras cosas en su lar jamás faltaba el cafetacu, y el frasco de marrasquinu (anís, caña, etc.), al que las dos hermanas le hacían halagos con parejo tino, pues érales el café ey el aguardiente tan llambión (goloso), como el tabaco de cuarterón, ya que sonrientes, gozosas y felices, apuxaben (tiraban) por él, con el mismo placer que escosaban (secaban) el pintureru frasco del aguardiente. Muchas veces cuando estaban sentadas con tranquilidad en su casa antroxánduse (festejándose) con las copaxas (copas) y el cigarrillo, decíale la Manola a su hermana entre xorbu ya xorbu (trago y trago) y cigarrillo prendido con la colilla del otro, esta sentencia muy verdadera: ¡Es mucho más fructuoso unos minutos de trato si están bien hechos, que cien horas de trabajo agabuxá (agachada) en las estayas (tajos), haciendo labores para los vecinos, que son más olvidadizos después de hacerles el trabajo, que agradecidos para pagarte en justicia el sudor que en sus tierras has derramado! Pero aquel año las Xabarceiras estaban encuandiadas (empozadas) dentro de un mal estar que mazábayes enoxáes fasta el mesmu fégadu (sacudíales enojadas hasta los mismos hígados), y todo había sido por la causa de no haber sido eficaces en el llindiáu (cuidado) de su pollina Facunda, pues un día que la habían dejado sin vigilancia guareciendu (pastiando) en el pasto comunal, piescóula (cogióla) por su cuenta y riesgo el alegre pollino de Rosendo el goxeiru (cestero), que el condenado tenía unos coyonzones (testículos) que le pingaben (colgaban) hasta el suelo, y se daba muy buena maña en no dejar una pollina manía (sin preñar), por vieja que fuera, y aunque no tuviese gana de que l’añuedaren el cibietchu (que le hicieren el amor). Por esto la Manola que era la que acaidonaba (dirigía) las riendas de su teixu (casa), se abayucaba (se movía) aquel año que corría por los primeros días del mes de Junio, con todos los demonios del infierno haciéndole mil travesuras en su cerebro, y todo era por la causa de la paraxona de sou potchina (de la putona de su pollina), que de resultas del esfoitu (confío) que con ella habían tenido, que fuera bien aprovechado por el alegre pollino del goxeiru (cestero), espatuxaba (andaba) la pobre con una ventroná (barrigada), que trabajo le costaba revolverse. ¡Diañu de bruxa (demonio de bruja), con lo vietcha (vieja) que es, y todavía tuvo la puñetera calentura para que en un momento que la dejamos de la mano, de ir hacer xaceda (camera, sitio) debajo de las patas del condenado burro del maldito goxeiru (cestero). ¡Pues en algo tenemos qu’estenciar (inventar, hacer), para poder llevar la fruta este año, a los mercados y a las aldeas, ya que si no ganamos por el verano los dineros que necesitamos, cuando llegue el invierno, entrará en nuestro hogar de la mano del frío también el hambre. —Está visto que con la Facunda no podemos llegar a ninguna parte pues está la condenada con un baduyáu (barrigada) que apenas puede tartirse (moverse). En buen compromiso nos ha colocado el zaramachón del maldito pollino del goxeiru, que quiera Dios que el demonio le asesine y al amo con él, pues cada vez que veo alguno de entrambos, se me sube la sangre a la cabeza y me pongo en tal trance, que tengo miedo de que un día no pueda contenerme y les parta el alma a entrambos. Todo esto y algunas cosas más, se lo estaba diciendo la Manola que en el lleldar (hacer) ya se encontraba medio tarrasca (borracha), a su hermana Venancia, que intentó consolarla aconsejándole, que lo mejor que hacían, era bajarla el lunes al mercado de la Villa, y con lo que le dieran por ella, y un poco más que pusieran encima, mercarían un burro de arte, que las libraría del complicado problema que las atañía (conducía). En esta conversación se encontraban las afligidas Xabarceiras aquella tarde buscándole encantexu (remedio, remiendo) para su desgracia, cuando hicieron entrada en la aldea una caterva de gitanos, llegaban todos dentro de una alegrosa folixa (juerga, algarabía), que tal parecía que todos eran tan felices como los mismos ángeles moradores del Cielo. Y sin pedirle permiso a nadie, dispusiéronse a pasar la noche debajo de los hórreos que se asentaban en el centro de la aldea, lugar que desde inmemoriales tiempos, siempre solían hacer acomodo sin que ningún vecino los molestara, todos los titiriteros, hojalateros, gitanos y demás transitantes que llegaban con alguna de sus embajadas a la aldea. «PASCUALÓN EL GITANO» Mientras que sus hombres desaparejaban los burros y disponían su ajuar las hábiles y astutas gitanas con el cabás colgado del brazo, y un montón de artesanas cestas encima de la cabeza, se internaban por todas les caleyes (callejas) de la aldea, en el trabajo de equivocar al primer aldeano que se las diera de listo, y de casa en casa, intentando vender su arte, o pedigüeñando cualquier cosa, ya que todo les venía bien, llegaron a la postre a la morada de Manola, que ya tenía ésta pensado desde el momento que endilgóu (que avistó) a los gitanos, el efectuar un saneado trato con ellos a cuenta de la su pollina Facunda. Las gitanas nada más llegar ante su presencia, la saludaron siempre con la sonrisa en los labios y la humildad con ella, cualidades indispensables que el timador maneja, como si propias suyas fueren, y de esta guisa, le dieron las buenas tardes en el momento que una de ellas le preguntó sin perder más tiempo: ¿Oigame señora, no tendrá alguna cosa de comedera por el desván a cambio de una de estas cestinas tan serviciosas? Así le habló una de las dos gitanas que en pareja venían haciéndose la desvalida y la inocente, mientras que su compañera sonriéndose por lo bajo, y sin urniar (hablar palabra), aprestábase en el sacar de su faltriquera un fatu de baraxeta (un trapo de baraja), y nada más que su socia fexu pouxa nel falare (hizo un descanso en su charla) con la Manola, cogió la palabra la gitana de la baraja, y se hondeó en el registro de querer echarles las cartas, decirles la buenaventura, o leerles la suerte, pues asegurábales la sagaz gitana, que ella había nacido con el sobrenatural don, de poder leer en la palma de la mano el destino de las personas, que se halla escrito desde su nacencia en un lenguaje misterioso, que sólo los elegidos pueden leer sin la menor equivocación. La Manola, que yo puedo asegurar que la más espabilada gitana podía ser nada más que su discípula, apropiaba y miraba de soslayo a las gitanas haciéndose la fatona (tonta), mientras que sus vidayas (sienes) moldeaban el negocio que con su Facunda iba hacer encima de los rapiegus xitanus (zorros gitanos), pues ella para sus adentros se decía, que quien equivoca a un manexador (manejador) de enredos, hasta los mismos jueces le ayudarían a xebrase (marcharse) del refregado aunque éste se hendiera, en algo que bien no olíese y sonado fuera. Así pues, que cuando la gitana ya se había creído que la Manola iba a ser un tonto cliente que le pagase sus enredos, en el magín de la Xabarceira ya estaba encaldáu (hecho), el cambiar a su Facunda, por un pollino que ellos trajeran, que no cojeara de ningún lado, y que no fuese muy cargado de años. El caso fue, que cuando la gitana ya le iba a coger su mano para leerle su buena suerte, quedose sorprendida cuando la Manola le dijo: ¡Déjese de pamplinas que conmigo no tiene cabida, yo lo que quiero es cambiar una buena pollina que tengo, que a no tardar mucho se va a convertir en dos porque está preñada, por un burro que ustedes traigan, que tenga llixia (alma, fuerza), y que no tenga amolaúres (males) por ningún lado! La gitanaca dibujó una amplia sonrisa de alegría en la bufarda (ventana) de su boca escosada (falta) de la mitad de sus dientes, y después le dijo a la par que guardaba la baraja en su faltriquera: ¡Eso que usted desea ya lo puede dar por hecho buena mujer, pues mi marido tiene un soberano pollino, que es lo justo a lo que usted me parece anda buscando, así que espere unos momentos, que voy con rapidez a buscarle, para que hagan el trato que me parece a entrambos ha de agradarle! Vino al cachiquín (al rato) en un grande burro escarranquetáu (montado) de alegre presencia, que en el parecer abayucábase (movíase) como el mismo rayo. Llegó el gitano a la casa de la Manola, muy xaraneiru ya xibloutandu (jaranero y silbando), lo mismo que si ya agolifara (oliese) el negocio antes de comenzarlo. Apeose de un áxil blincu (ágil salto) el gitano Pascualón de su xumentu (jumento), y saludó con marcado respeto a la Manola, que ni tan siquiera le contestó, ya que sólo tenía ojos para apropiar al burro, que le pareció muy atongaín (bueno) en sus primeras güeyáes (ojeadas). Empezó el gitano sin demora a tejer en el hacer del trato, con la que él pensaba, que iba a ser una victima sencilla para hacerle un lucrativo timo, ya que entamangaba (hacía) la Manola tal focicu de fatona (hocico de boba), que no era menos de pensar, que aquella mujer tenía los sentidos escosáus (secos) de toda listeza. El gitano que era un útre (águila) en el asunto de hacer de un jumento que sólo valía para ser achuguináu (sacrificado) y convertirlo en chorizos perreros (malos), digo, que él podía hacer de un burro moribundo, un pollino de ojos vivarachos, espurrías uréas (estiradas orejas) y espatuxares de rellámpagu (caminares de relámpago). Así pues con esta maestría que le caracterizaba, comenzó a rexistrar (mirar) a la Facunda desde el principio de su hocico hasta el término de su cola, sin olvidarse de sus molares y patas, y mientras que él hacía tal cosa, Ias Xabarceiras no perdían su tiempo, pues también manxuñaban (tocaban, palpaban) el jumento del gitano por todo el peyeyu (pellejo), con las miras de encontrarle algo que le faltase, o de descubrirle un postizo que le tapase un defecto. Pascualón como que no quería la cosa las propiaba por el rabillo del ojo, y así, allindiaba (cuidaba) a las Xabarceiras que no tenían sentidos nada más que para rexistrar (mirar) el burro del gitano, que no hacía nada más que tascase (moverse) y no estarse ni un instante quieto, demostrándoles con tal nervioso bailar, que era un pollino de arreos, con fuerza según ellas, de llevar un par de manegáus (cestos) encima de su lomo, sin ni siquiera hacer ni un senaldo, hasta el mismo Ricabu, o al lugar de Torrestíu, que son las aldeas más cimeiras de los concejos vecinos. Se veía a las claras, que a entrambas Xabarceiras les encantaba el jumento, por tal razón Pascualón, en el lleldar (hacer) que sacaba una colilla del bolso de su llásticu (chaleco) y le plantaba fuego sin soltar el cayao de su mano, les dijo sonrientemente: ¡No desperdicien el tiempo en buscarle defectos a mi buche, pues no le falta ninguna cosa, ya que tiene hasta los dos coyones (cojones) y está tan entero como yo mismo, que soy padre de una docena de hijos! ¡Pero es igual mujerinas, pues aunque algún defecto tuviese mi jumento, me parece a mí, que no voy a poder hacer trato con ustedes, porque esta pollina que me quieren espetar, está más para ser achorizada en Noreña, que es para lo único que vale, que para hacer galopadas por los caminos! ¡Ahora que si me dan encima de ella ochenta reales, el trato está hecho, y sino, cada cual allindie (cuide) lo que es suyo! Después de mucho tejer y destejer, porfiar, y alegar mil razonamientos de toda índole, la Manola le dijo que sólo le daría sesenta reales, y Pascualón cogiéndole por su palabra, enfardóu (guardó) los dineros en el bolso, y sin demostrar la contentura que le embargaba, dio el trato por hecho. A la mañana siguiente cuando el malvís silbotiaba anunciando el nuevo día, se levantó de su cama la Manola a la misma hora que siempre solía, y antes de hacer ninguna otra labor, fue muy ilusionada y contenta a la cortexaca (cuadra pequeña) donde tenía guardado el pollino, y cuando le puso sus inquisitivos ojos encima, su alegre ilusión fue devorada por una triste sorpresa que le produjo la visión de ver a su pollino achucáu (acostado) en una postura engalbaná (sin fuerza, sin gracia, sospechosa), acercose a él ya buyéndole en sus temperamentales y endemoniados sentidos la apenada sospecha de haber sido engañada por el gitano, y sin el menor miramiento le atizó unos punterazos con las madreñas encima de los cadriles (patas) para que se incorporara y poder mejor repararlo, y fue entonces cuando se le enxenebróu (helósele) la sangre en sus venas, ameruxánduse sous fégadus (llenándose sus hígados) en el atayu (atajo) de un envenenador desespero, al reparar con cuidado a su pollino, por eso sus ojos se le llenaron de lágrimas que alumbraban la rabia y la mala leche que l'esmolecía, (deshacía), cuando ya sin ninguna duda comprobó, que el genio y bizarría que el burro tenía en la hora del trato, no era el mismo que en aquel encaldar (hacer), sino que se había tornado en volverse en estar amurrentáu (enfermizo, moribundo), lo mismo que si del mundo de los vivos se estuviera despidiendo. A fuerza de bardiascazus (palos) y de xurarnentus (juramentos) que sin miatcha (migaja) de compasión la Manola le propinaba, dentro de una amanicomiaura (locura) que le desencaldaba (deshacía) el alma, logró el pobre animal incorporarse, y cuando estuvo en pie el descuaxaringuetáu (deshecho) jumento, con sus urées pingones (orejas lacias, bajas) y los güetchus choramicándoye (los ojos llorándole), como si hubiera despertado de una penosa pesadilla, y por si fuese poco todo esto que la Manola propiaba, todavía la pobre bestia comenzó a temblar con tanta intensidad por todo su cuerpo, que le daba lugar para pensar a la airada y endiablada Xabarceira, que aquel cadabre (cadáver) de burro, estaba viviendo sus postreros momentos. Cuando la Manola percatose ya sin ninguna duda de lo cadarmeru y'esmoleciu (de lo cadavérico y desvanecido), que se encontraba el condenado burro que la había espetado el diablo de Pascualón el gitano, comenzó a alumbrar por su pecaminosa boca, dirigida por su envenenadora lengua, un rosario de juramentos todos en contra de los santos seres del cielo, también maldijo con igual arte a todos los demonios de los infiernos, y no se dejó atrás y ya en este lleldar (suceder) colgándole de las comisuras de su boca unas flemas azuladas cargadas de rabia y de veneno, a todos los gitanos de la tierra, y hasta se recordó ya completamente desarrendada por la amanicomiaura (locura) que la encibiétchaba (retorcía), de manera más denigrante hasta de la propia madre que la había parido. Ante tal escándalo de palabras endemoniantes, saltó de su cama haciendo fuego su hermana Venancia y entre las dos juntas terminaron de hacer la desarrendada y pecaminosa fiesta. «EL PEDÁNEO DE LA ALDEA» Cogió la Manola una foicetuca (hoz) que tenía mangada en un recio y fino palo de ablanu (avellano), y la su hermana una pala de dientes que estaba mocha (falta) de un par de pinchos, y así armadas como si fuesen a la guerra, conducidas por el rey de los demonios que moraba dentro de sus espíritus, preparando un alboroto tan sonado y enloquecido que dudo que nada en la vida otro mayor hiciera, con una prisa que por ser ardiente les amagostada (quemaba) la entraña, fuéronse en busca de los gitanos con el invariable propósito, de deshacer el mal trato que con ellas hicieron, y por las buenas o por las malas, recuperar sus dineros y a su pollina Facunda. Cuando llegaron debajo de los hórreos lugar donde ellas sabían que estaban los gitanos y comprobaron que ya de la aldea a tan tempranera hora los foinus (ladrones) ya se habían xebráu (marchado), entonces la pecaminosa folixa (bronca) qu' enguedétcharun (que enredaron) fue tan escandalosa que pusieron en pie de alarma a toda la aldea, y hasta los perros del lugar, ladraban enfurecidos, sin agolifar (oler) por dónde escarrapietchábase (deshacíase) el peligro, pero presintiendo que se encovarachaba (encuevaba) dentro de los falaxes (hablajes) enfogaratáus (fogosos) que alumbraban las gafuróuxas (venenosas) lenguas de las garruxantes Xabarceiras. Las gentes de mi aldea, al escuchar aquel enxame (emjambre) de airadas voces, que todas ellas endubichaban (envolvían) un rosario de fataus (muchas) maldiciones pecaminosas, a tan hora tan ceda (temprana) de la albiada (de la mañana), descumbutcherun (despertaron, levantáronse) del catre donde aun felices algunos descansaban, y comenzaron a asomarse a las puertas y ventanas, y cuando comprobaron de qué se trataba, dieron rienda suelta a sus risas y gozos que les producía la desgracia que consumía a las ramplonzuelas (ladronas) Xábarceiras, que desde el primer día que habían sentado sus vivencias en la aldea, vivían a cuenta de lo que arrapiegaban (robaban) a los vecinos, sin que jamás s’andecharan (hicieran cuadrilla) en una gavita (ayuda) hacia sus vecinos, aunque éstos se reventasen atosigados por el excesivo trabajo. Por eso, cuando aquel amanecer conoció la aldea el timo que los avispados gitanos hicieran en los pequeños intereses de las atuñáes (avaras) Xabarceiras, al espetarles aquel jumento al cambio de la Facunda, que según las manifestaciones juramentadas que públicamente pregonaba con grandes gritos la Manola, estaba murriéndose estingarraón na cortexa (muriéndose acostado en la cuadra), al xebrársele (marchársele) la alegría y el bizarro genio que le había inyectado la tarrasca (borrachera) de marrasquino que le hicieran coger los gitanos, con el fin de que el alcohol le diera por unos momentos las briosas fuerzas de su juventud que la naturaleza por viejo y deshecho ya le había quitado. Pero no conforme Pascualón con este ardid, también le había introducido para que mejor se dibujase en el lugar de su conveniencia, una fogosa guindilla en el furacu (agujero) por donde alumbraba el federosu cuchu (hediondo estiércol), y por estas razones el pobre animal que en el momento del trato obreiráu (aguijonado) por estos reactivos respondió a las aspiraciones de Pascualón para equivocar a las Xabarceiras, ahora ya aquel pollino falto de tales estímulos, no respondía a las gozosas ilusiones de la Manola v su hermana, por eso entrambas y dos estaban llevadas y traídas por el mismo demonio, y en peor genio se ponían, cuando presenciaban a las gentes de mi aldea todas ellas de buen suceso, entamangándu festa ya murga (haciendo fiesta y güasa) de las hasta entonces avispadas Xabarceiras. Así por ejemplo, la muyer del Goxeiru (mujer del Cestero) que por la causa de que la Facunda apartando el rabo p'un lláu (para un lado) y dejando la clica 'l entestate (la matriz al aire libre) permitiera que su alegre burro le anuedara 'l cibietchu (le hiciera el amor) dejándola preñada, pues por esta causa, engarrapoláronse (peleáronse) con ella las Xabarceiras, en una engarradiétcha (lucha) de campeonato, que si no es porque unos hombres de la aldea las separan, la hubiesen esmueliu a tochazus (muerto a palos), pues esta mujer esfargayánduse (deshaciéndose) de risa díjoles: ¿Qué pensabas Manola, que podías equivocar a los gitanos lo mismo que haces con todos nosotros desde que el demonio te trajo sabe Dios de dónde a vivir a esta aldea? ¡Esos filan (hilan) más fino que nosotros mióu nena, por eso no has sido capaz de detener el truñazu (testerazo) que te atizaron cuando pretendías hacer negocio con ellos, que son los mismos hijos de tu padre el diablo! ¡Me parece a mí que este año, si quieres ir a vender por las romerías la fruta qu’escarpenas (que arrancas) de nuestros árboles, vas a tener que llevar las maniegas (cestas) encima de tu mollera! Xofitóu (apoyó) Manuela de Juan de Pacha, que era muy aguda lanzando putchas (sátiras). ¡Qué quieres hacer Manola, hay que armarse de paciencia mióu nena y nunca olvides que el demonio tiene focicu de gochu (hocico de cerdo), aunque en este lleldar (suceder) a tí se te presentara en la fechura (hechura) de Pascualón el gitano, que mucióte (ordeñote) la cuarexa (cartera) y llancote (te plantó) un pollín, que según el tu falar (hablar) regalado es caro. Díjole Filomena la mujer de Julián el Pertegueiru, que tenía una lengua p’aximielgar (mover) con molestosas intenciones a las gentes. Con más arte, que su marido que era áxil (ágil) como un esquil (ardilla) tenía de coraxe (coraje) para sacudir los arizos de los castañales. Estas y otras parecidas sátiras adornadas con risas y juergas de diferente índole, les decían las gentes de mi aldea aquella mañana a las xabarceiras, con intenciones de zaherirlas, porque ni eran sociables. ni menos tenían nada de buenas personas, sino todo lo contrario, aunque si digo la verdad en aquella época, había en mi pueblo peores personas que las Xabarceiras, ya que moraban un piño de fascistones asesinos, que ellos solos se bastaban para tirar tal partido por tierra. Tanto la Manola como su hermana, esnalaban (volaban) hasta los mismos teyáus (tejados) del aburrióxu (ardiente) infierno, dentro de un envenenamiento que hacía xuenzura con la manicomiaura (yunta con la locura), y con sus lenguas harto desatinadas escarnecían todo cuanto existe del cielo abajo y del infierno arriba, y en todo momento eran acosadas por los perros de la aldea, que les buscaban descuido para hincarles los dientes en cualquier lugar de sus escalixerus cuerpos, y al tenor que con rapidez espatuxaben (corrían) iban poniendo al Hacedor y su Creación como un fedoroxu fatu (hediendo trapo), con sus maldiciones y romances pecaminosos, que muchos de ellos nadie en el lugar jamás había escuchado, y dudo que pocas personas podrían endubitchar (enredar) un rosario de ofensas como el que la Manola preparaba. Pero a pesar de ya ser mucho todo esto que enseñaban, dentro de sus mal intencionadas entrañas, muchas más nefastosas intenciones aun se albergaban, y obreiradas (aguijonadas) por ellas, encamináronse afalucháes (arreadas) por el diablo, hasta la casa del pedáneo, que moraba en la fondeirá (en lo hondo) de la aldeina, y cuando ilegaron a las canciétchas (cancelas) y vieron que estaban piescháes (cerradas), aferronáronse (cogiéronse) a ellas con tal arte, y sacudiéronlas con tal fuerza, que al no llegar el perro a ponerles freno, de seguro que dieran en tierra con ellas. Pero la Manola que era en aquellos momentos conducida por todos los demonios nacidos y por nacer, que la habían corrompináu (llenado) con una airada rabia desgalgada (desmandada), no le puso ningún respeto ni menos miedo aquel perro grande armado de carlangas que hasta los mismos lobos les imponía recelo, sino que le hizo frente con su foiceta (hoz) llantándoye (plantándole) un focetazu (golpe con la hoz) en medio de su enorme cabeza, que le hizo al gafu (fiero) perro atropar (guardar) el rabo entre sus piernas, y marcharse glayucandu (aullando) de dolores del lado de aquella mujer que era peor que la más bravía de las fieras. No hicieron caso las Xabarceiras del matauriáu (descalabrado) can qu'ameruxáu de miéu (que plagado de miedo) se marchara del lado de ellas, sino que entrambas en el mismo lleldar (hacer) ximielgaben (sacudían) las cancelas en el parejo encaldar que llamaban al pedáneo de la siguiente manera: ¡Gracianu, Gracianu...! ¿Dóu tás aponiu faldetacu alcaldi de piteru? (¿Dónde estás ruin alcalde de gallinero?). El bueno de Graciano que se encontraba en la corte (cuadra) muciendu (ordeñando) las vacas, al sentir a su perro glayucar endolloriu (ladrar dolorido) y escuchar aquellas voces preñadas de prisa y betchás (ricas) de ofensivas palabras hacia su persona, salió sin pérdida de tiempo del establo con la caramañola (lechera) en la mano, y cuando comprobó quién le reclamaba, díjoles medio enojado, porque enfadado del todo nunca Graciano lo estaba: ¿Qué es lo que queréis condenadas del infierno, donde sin ninguna duda algún día iréis amagostabus (quemaros) esas asquerosas lenguas que tenéis? ¿qué es lo que queréis que tan cedu (temprano) llegáis a la mi puerta, y no en son de paz como es la debida forma, ya que lo primero que habéis hecho, fue partirle la cabeza al perro que intentó poneros el freno que estáis necesitando desde el mismo día que pusisteis los pies en esta aldea, y no contentas con ésto, aun estáis molestando al amo, enloquecidas por el demonio que lleváis dentro de vuestros cuerpos, que sólo vosotras sabéis dónde le encontrasteis, pero que os hace rellumbrare (relucir) como el mismo rellámpagu? (relámpago) ¡Vengo a ordenarte, —dijo la Manola, saliéndole espumarayus (espumarajos) de rabia por su boca—, vengo a mandarte, que te hagas en el momento en perseguidor de los asquerosos y ladrones gitanos, que me engañaron con un burraco que cambié por la mi Facunda, que ahora está estingarraón (tirado, acostado) en la cuadra, sin llixa (fuerza) de sostenerse encima de su cadriles (patas). Graciano que era como ya sabemos, muy agudo y socarrón, comenzó a reírse por lo bajo, porque abiertamente no se decidía ante el temor de no terminar de alterar aquel par de humanas fieras, que muy capaces las creía de pagar en su persona sus cacíus estrapayáus (sus platos rotos), luego poniendo la cantimpla (lechera) entre las manos de su mujer, que había bajado a la corraleda al escuchar tan grande alboroto, y seguidamente, rascándose su cabeza por debajo de su gorra, les dijo a las Xabarceiras con una socarronería que le alegraba satisfactoriamente: —Podéis ir vosotras mismas a buscarlos, ya que tanto os interesa en encontrarlos, porque yo fuera de la aldea y aun dentro de ella, ninguna autoridad tengo, que me obligue a perseguir a nadie, y creo que para hacia la Villa deben de encontrarse, porque poco antes del amanecer les he oído yo pasar por delante de mi casa, y por cierto que llevaban entemangada una allegroúxa folixa (iban formando una alegre juerga), y ahora escurro (discurro) de dónde procedía tan grande gozo que les acompañaba, que ni más ni menos era, del betcháu (rico) trato que al parecer hicieron con la tu Facunda, por la causa de querer ser tu, todavía más gitana que ellos. ¿Qué es lo que me estás diciendo so castrón (cornudo) de los infiernos? ¡Qué no tienes de hombre nada más que el paxierchu qu’enllastica lus tous enxenebráus güesus, (traje que cubre tus fríos huesos), si en todos los lugares de Asturias tienen como autoridades a ejemplares con el mismo esprapayu (disposición, ánimo), que te tiene encibietcháu a ti, más les valdría a las gentes hacer con ellos, lo mismo que yo debía de hacerte a ti! ¡Vaya un alcalde de cuatcháus (cuajados) que en el lugar tenemos, yo no sé lo que estarían pensando los vecinos el día que te han dado la güichá (vara) de mando, porque la verdad es que no sirves ni para tornar (parar) el agua en un banzaucu (remanso) de poca llixa (fuerza)! Le dijo la Manola lanzándole unas envenenadoras y asesinantes miradas, que intencionaban la firme idea de entamangar (hacer) un engarapoláu con él. Graciano, sin hacer mucho aprecio de lo que le estaba diciendo la bruxa xabarceira, sonrientemente le preguntó: ¿Y qué es lo que te gustaría hacerme a mi Manola? ¡Lo primero que te haría so castrón de los infiernos, sería... llantate la foceta (plantarte la hoz) en medio de tu cabeza, fendiéndotela hasta las mismas caxietches del xixu (partiéndotela hasta las mismas células de los sesos), y después te haría el juicio de por qué fuiste condenado a morrer (morir), que sería por el cobardoso delito, de no saber defender los intereses de la aldea, como es tu obligación de alcalde, y también por consentir, que xentes arrobonas (gentes ladronas), colen del chugar (marchen de la aldea), haciendo festa ya murga (fiesta y güasa), ximielgánduse lus cuartus na cuarexa quei arraguñarun a lus tous vecinus (moviendo los dineros en su cartera, que fueron fruto del robo que hicieron a tus vecinos), por la causa de tener un pedáneo, escasáu de coyones, ya betcháu de plumes de pituca llueza! (seco de cojones, y rico de plumas de gallina clueca). Estas palabras tan poco delicadas y tan grandemente ofensivas, no le sentaron nada bien a Graciano, a pesar de ser él, hombre tranquilo y transigente en gran medida, quizás las hubiese deximíu (olvidado) si su mujer no estaviese presente, pero al no ser así, a Graciano no le cupo otra alternativa, que intentar castigar a aquella desvergonzada que le estaba tratando lo mismo que si él fuese en vez de un hombre y por más primera autoridad de la aldea, no fuese nada más que un enyordiáu pingayu (un sucio pingajo), por esto, destinado Graciano en hondura donde jamás se había presenciado, se arrimó a la Manola con miras d'acoyela (de cogerla), y propinarle un par de ximielgones (sacudidas) y meterle el miedo y la vergüenza en el cuerpo a aquella deslenguada, aunque no fuese nada más, que para demostrarle a su mujer, que un hombre siempre es un hombre, aunque su mujer le pegue, le engañe y le convierta en cabrón por considerarle baldrayu (cobarde). Pero lo que no pudo imaginar Graciano, era que la Manola no se amilanaba ante nada ni nadie, y para demostrárselo, dio un paso hacia atrás para dejar trecho de combate, y enarbolando su focetina (hoz) en el aire, apurrióye (diole) con ella un fuerte y certero golpe en su cabeza, que hizo que el pobre pedáneo se esmurgazara (se cayera) en el santo suelo privado del conocimiento, manando un remexu (un chorro) de sangre, por una mancaúra (herida) que le había nacido repentinamente en el canto una vidatcha (sién). Y así en esta ridícula y dolorosa postura, atendido por su mujer ante la cual el Graciano pretendía convertirse en un héroe, le dejaron las Xabarceiras, que colaron (marcharon) de su casa, perseguidas de cerca por el rencoroso perro de Graciano, que les ladraba enfadado, más por el golpetazo que a él le habían apurriu (dado), que por el que le allantaron (dicran) en el pericote (alto) de la mollera de su amo. Amanicomionáes fasta ‘l más espurrir y'encoyer (enloquecidas hasta el más estirarse y encogerse), Ilegaron las Xabarceiras a su casa guiadas por el mismo espíritu de lucha que en ellas no cejaría hasta que no pudiesen dar con los gitanos, aunque menester fuérales perseguirlos hasta los quintos infiernos, y para sacarlos de este antro, con el fin de conseguir lo que les pertenecía, estaban decididamente dispuestas a partirle los cuernos al propio diablo lo mismo que terminaban de hacer con el pedáneo Graciano. Así pues, sin perder ni tan sólo un minuto de tiempo, sacaron de la cuadra el cadarmoúxu (cadavérico) burro de Pascualón el gitano, y la Venancia tirando del ronzal, con tal xuxeante llixa (crecida fuerza) que si pudiese le llevaría arrastrando, y su hermana Manola apuxada (soplada) por un demonio con peor genio aun, iba detrás del desventurado pollino apurriénduye (atizándole) sin descanso barganazu tras barganazu (palo tras de palo), encima del llombu (lomo) del pobre y descuaxaringuetáu (deshecho) pollino, para que caminase con prisa, y tal hacía la desdichada bestia, y no tanto por huir de los palos a los cuales ya debía de estar bien acostumbrado, sino por intentar aflojar el dogal del que tiraba Venancia, y así de esta forma y siempre en pos de los gitanos, se dirigían a la Villa donde aquel día había mercado. Hicieron entrada en el mercado las Xabarceiras arremexandu (remojadas) en sudor, producido por el cansancio de la larga caminata, y por la desmesurada rabia que a entrambas y dos las atenazaba. Y mismamente al lado de la fragua del ferreiru (herrero) que aquel día tenía endemasía trabajo, agüeyarun (avistaron) a la Facunda, y al lado de ella muy sonriente y gozoso se encontraba el gitano, que tampoco perdía su tiempo, pues ya estaba tratando de venderla o de cambiarla a un paisano que en la sazón la estaba registrando, pero plantándose la Manola delante de Pascualón, le dijo con el hambre retratada en sus ojos de atizarle un par de focetazus: ¿Qué barro me has espetado en el trato so ladrón? ¡Haz el favor de devolverme ahora mismo mi pollina, así como los dineros que me arraguñaste (arañaste), si quieres que este espineroso y mentecato trato que conmigo has hecho, tan sólo se quede en un inolvidable enfado! Pascualón no le hizo mucho caso a las palabras rogativas de la Manola, y así empujándola para un lado con cierto desprecio, a la par que la miraba amenazadoramente le dijo: ¡Quítese delante de mi vista mujeraca de los infiernos, y deje ya de molestarme en mi trabajo, y no olvide nunca, que el que hace un trato con Pascualón, lo tiene hecho para ciento y un años, y ahora lárguese y déjeme tranquilo, que estoy en buenos tratos con este paisano! Nunca peor hiciera el gitano en toda su existencia, pues antes de que se percatase del peligro que le rondaba, la foicina (hoz) de la Manola caía sobre su cabeza con la fuerza de un rayo, escantoyándoila (hiriéndosela) por un par de xeitus (sitios), que hicieron que Pascualón sin gurniar (decir) palabra, se enclicara (se cayera) en el enllordiáu (sucio) suelo, falto de sus sentidos, y alumbrando tanta sangre por sus heridas como un gochu (cerdo) cuando lo están achuquinandu (matando). Nisti telar atopábase (de esta forma se encontraba) Pascualón, con el cerebro escosáu (seco) d'afechu (del todo), por mor de aquel inesperado golpetazo, que le había llegado de manos de quien él menos esperaba, cuando Antonio, un guardia civil del cuartelillo de la Villa, que había presenciado todo el achuquinante xocesu (sangriento suceso), por encontrarse este guardia al lado de la ferrería, enzolánduse fatáus de culetinus de xidre, (bebiendo copiosos vasos de sidra), en amigable compañía con unos paisanos, en el chigrín (bar) de la Faba Prieta (la Haba Negra). Por eso, cuando vio esmurgazarse (caerse) en el suelo por mor del focetazu que le allumara (alumbrara) la Manola al foin del gitano, fue el guardia acochetráu (acelerado, rápido) al lugar del amagüestu (la quema), con el buen fin de encaxinar (encajar) el orden en aquel descalabramiento, nada más que el guardia llegó, afogárunse lus aburióxus (se ahogaron los ardientes) ánimos de otros gitanos, que lleldáus (hechos) dentro de una folixa (bronca) engafuróuxa (envenenada), intentaban acorralar a las dos Xabarceiras, que ya en la sazón se habían aferronáu (cojido) a la Facunda, y dejado libre al jumento del gitano. Mientras tanto, el herido de Pascualón ayudado por el guardia y por otros gitanos, que aun seguían con voces enardecidas maldiciendo y amenazando a las Xabarceiras, como cuento, se puso Pascualón en pie aun medio temblando al volver del desmayo, y con todo su rostro plagado de escandalosa sangre, demostrando que fuera del dolor que pudiera sufrir, el condenado no estaba en trance de mayores males en su cuerpo, no así en sus intereses como veremos seguidamente. «UN XUEZ D’ESQUILONA» (UN JUEZ DE CAMPANILLAS) Era el señor Juan Antonio un falangista digno de ser emulado por el más honrado servidor bien fuese Roxu (Rojo) Prietu (Negro) o Amarietchu (amarillo), era en verdad un hombre Joseantoniano que sin llevar camisa azul con el yugo y las flechas bordados en la pechera, como muchos otros pingayus (pingajos) que yo he conocido, que siempre iban uniformados con su camisa azul y corbata negra, dándoselas en todo momento de buenos falangistas, y no siendo nada más que unos verdaderos mierdas. El señor Juan Antonio era un hombre que llevaba siempre prendido en su espíritu los Nobles y Hermosos Credos de la Falange, con sus Humanidades y Libertades manifiestas, y los sabía cumplir porque los había aprendido en derechura, tal como el Mártir de su Fundador los había creado, para el bien de la Patria y de todos sus hijos. ¡Qué poco sabía José Antonio, que su Maravillosa Doctrina iba a ser manejada por algunos hombres, que cometerían con Ella verdaderos asesinatos y atropellos de toda índole. Pero dejando esto de lo que trataré algún día con mejor cuidado, y acogiéndome al hilo de la historia de la que estoy tratando, diré, que el juez de la Villa era este Caballero, que vivía al lado del mercado, y que era un hombre muy justo, amigo de los razonamientos, inteligente y también un campesino que amorosamente trabajaba sus campos. Cuanto yo, que cuando aquella gresca estaba con su apogeo, salió el juez de su casa para percatarse de aquel ardoroso tiberio (lío que se amagostaba (quemaba) frente a la puerta de su morada, y cuando vio que era un gitano el causante del sangriento escándalo que se enseñaba, díjole al guardia con ardientes deseos de hacer la Justicia en aquel endubiérchu (enredo). ¡Antonio, hágame usted el favor de llevar ahora mismo hasta el Juzgado, a todas las gentes que dieron vida a esa sangrienta engarradiétcha (pelea), para encalducar la xusticia que anda escosá 'n dalgún d'echu (hacer la Justicia que anda seca en alguno de ellos). Así que las Xabarceiras y el escantoyáu (herido) Pascualón hiciéronse presentes en el Juzgado, ante los escrutadores ojos del señor juez, pusiéronse los tres al mismo tiempo a hablar en su defensa, acusándose los unos a los otros dentro de un rosario de palabras injuriosas y amenazantes, que de nuevo los ponía en el atajo de volver a engarrapolarse (pelearse). Pero el señor Juan Antonio fiel repartidor de la Justicia, aporreó con sus nervudas y fuertes manos un mazazo encima de la mesa, que por muy poco la desarma en un montón de astillas, ya que era el juez un bigardón (mozarro) de más de dos metros de estatura, tan fuerte y resistente como una montaña. Y al parejo que tal golpe sacudía, dijo engrifandu (arrugando) su hocico al lar del enfado: ¡Hágamne el favor, y procuren que no tenga que llamarles de nuevo la atención, de hablar tan sólo el que yo le pregunte! Y al decir esto, miró tan condenadoramente al gitano, que éste, que se sabía culpable de muchos engañosos tratos que había efectuado en todo aquel concejo, no pudo menos que ya considerarse culpable, antes de que el juicio comenzara. ¡Vamos a ver Manola, hoy como no tengo mucha prisa ya que el llabor (labor) no me apremia, cuéntame tú la primera con toda clase de pelos y señales, lo que te ha sucedido, para que le escantoyaras (deshicieras) la mollera a este paisano, del que ya tengo oídas que no es la primera rapiega qu'esfuecha (zorra que despelleja) ni tampoco será la última, porque el que fai 'n maniegu fai 'n cientu, dandoi banietches ya tiempu! (el que hace un cesto hace un ciento, si se le da, varas y tiempo). ¡No fue solamente este condenado y útre de xitanu (buitre de gitano) el que salió amatauriáu (con heridas) de este asunto escontramundiáu enrevesado), que prestase usted con tan buen tino a escantexayu (arreglarlo) señor xuez (juez). Pues también al pedáneo de la mi aldeina me vi en la apremiante necesidad d'apurriye (de darle) un par de galgazus (estacazos) en mitad de la cabeza de magüetu (bestia) que tiene, por el no querer acaidonar (dirigir) la justicia en el camino de la razón, como corresponde a su condición y obligación de alcalde del chugar! (lugar). ¡Por la Virxen (Virgen) de los Remedios Manola, no vaigues (vayas) a decirme que por mor de este foín (ladrón) de gitano, tuviste que fendeye (partirle) la cabeza al pobre Graciano!, dijo el juez alegrando su rostro dentro de una llixerina (ligera) risa. ¡Sí señor juez, así ha sucedido! Afirmó la Manola, y seguido le contó todo el suceso desfigurándole y haciéndole más rentable a su favor. El juez casi sin poder detener la risa que le regocijaba su espíritu natural y noble, dijo intentando enmarcar en su rostro la seriedad que no era capaz de hacer: ¡Has hecho muy bien Manola, pues yo entiendo, que el que tiene el delicado oficio d'encaidonar (de dirigir) la justicia, y traiciona tan derecho menester, debe de ser castigado con más entaine (fuerza), que aquellas otras personas, que tienen la obligación de la ley obedecer. Así pues, si en mis manos estuviera te premiaría, por la valentía que has usado al defender la justicia y la libertad de tus intereses! ¡Y ahora... sigue, sigue Manola, y cuéntame todo el suceso en sin mucitche (ordeñarle) ni una migátchina (migaja), que me presta mucho mióu nena (que me agrada mucho mujer). ¡Escúcheme bien señor juez, y júrole por adelantado que cuanto le voy a decir, no se xebra (marcha) de la verdad en nada, y todo ello no es nada bueno ni para mis intereses que han quedado esgazáus d'afechu (rotos del todo), ni tampoco para este gitanu que vé usted aquí tan humildemente con la cabeza gacha, queriendo dar a entender que no ha roto en toda su vida un mal plato, y lleva desde que ha nacido viviendo a cuenta de sus bien urdidos tratos, que tal parece que para industriarlos le ayuda en todo momento la brujería o el mismo diablo! ¡Verá usted señor juez! —Ayer cuando el sol se esfumía (marchaba) por detrás del penón (peña) picutrera (sierra de las águilas), que es la hora d’atapecer (oscurecer) la tarde, llegó este llimiagu (baboso) de gitano a caballo de su adefexu de pollín hasta la misma puerta de mi casa con mires de tentarme la necesidad que me arretrigaba, porque usted bien sabe que nosotras nos dedicamos a correr (vender) la fruta, por todas las romerías y lugares de los tres conceyus y de esta manera nos ganamos nuestra vida muy decente y honradamente, pues como le estoy diciendo, no sé cómo este condenado se enteró que la nuestra pollina estaba próxima a parir, y claro, al encontrarse la probitina en tal estado, no nos podía servir para nuestro trabajo, por eso, tentadas por el embrujo, la engañadora palabra y la buena presencia que en aquel momento se ensenoraba en el pollín de este fartonzón (comedor), enguedeyóume (me enredó) este bruxu (brujo) de gitano, con el endemoniado trato que conmigo hizo, que si tarda mucho tiempo en deshacerse de nuevo, se me va escosar el xuiciu (secar el juicio), y va a dexame Ies caxierches del celebru tan enxenebráes d'entendedeiras, que vóu bazcuchame abondu más cedu de lu qu'usté cunta na mesma amanicomiaúra (dejarme los sesos del cerebro tan fríos de entendimientos, que se me van a vertir mucho más temprano de lo que usted piensa en el mismo manicomio). —El caso fue señor juez, que el burro que traía este foinacu (ladronzuelo) de gitano, estaba en conciencia de él bien preparado, para dejarme a mi despreparada de intereses, pues el pollicaco con un fatáu de caxilonainus (montón de cajilones) de marrasquino que le daban calor y fuerza a su banduévu (panza), hacían de él por el motivo de la alegre tarrasca que lu encibiechaba (borrachera que lo trenzaba), un burrón con buena llixa ya xuxeáu xeniu (fuerza y crecido genio). Y por si fuese poco esto que le cuento, todavía para que el pollino mejor se dibujase, llantárale este achuquinador de gitano, una rabiosa guindilla por debajo de la cola, mismamente dentro del oscuro agujero que alumbra el recimo de los hediondos cagayones, según descubrí yo misma hoy por la mañana justamente cuando ya era demasiado tarde. Y todavía por si estas dos demoníacas trampas no fuesen suficiente este banduerru (indeseable) de gitano, de tal manera me dibujó su jumento que desatinada me trae en este juicio, que me hizo de él un semeyu (retrato) que yo papéilu (creílo) entero, y consideré al pollín como el mejor burro de toda la burrería de gitanacus y aldeanos. Por esto señor juez, le di al cambio de tan falsa y ençañadora presea, la mi pollina Facunda y sesenta pesetas encima, y con estas prendas en nada faisas, xebróuxe (marchose) de mi vera este maldito gitano, tirando del ramal de la mi Facunda, que no quería la probitina del mi lado marcharse, quizás porque presintiera al ser más lista que yo, en la triste desgracia que me dejaba este baldrayu (cobarde) de gitano, que se alejaba de mi casa haciendo que ruxeran (sonaran) los mis dineros en su bolsillo, a la par que se iba riendo de gozo y alegría por la causa del betcháu (rico) negocio que encima de mi pobreza hiciera este desalmado de gitano. Pascualón que ya tenía lleldáu (hecho) en su pensamiento axuquerándose (apoyándose) en las anabayáes güeyáes (acuchillantes miradas) que le dirigía insistentemente el juez que aquel juicio lo tenía bien perdido, cuando escuchó a la Manola decir que le había entregado sesenta pesetas, puso el glayíu (grito) en el cielo jurándole al juez por el Cristo de los gitanos y la Virgen de los cristianos, que la Manola estaba mintiendo, pues tan sólo le había dado sesenta reales. El juez, escuchó por breves momentos a Pascualón en su defensa, y después poniéndose en pie y mirándole acusadoramente desde su montañosa humanidad, a la par que señalándole con su dedo índice que era más grueso que la muñeca del gitano, le dijo con palabras que marcaban el denodado desprecio que sentía hacia estas pobres y desdichadas gentes: ¡Sesenta reales por cuatro lados, que hacen justamente lo que le arraguñaste (arañaste, robaste) a esta desventurada muyerina. No me cave la menor duda que yo os conozco muy bien, ya que siendo yo niño otros gitanos como tu también engañaron a mi padre, por eso puedo juzgarte con propiedad y conocimiento de causa, porque sé que no vivís nada más que de el timo y del engaño y de vuestras cestas, que mientras las tejéis pensáis en la forma de hacer vuestras trapisondas cada día con mejor cuidado! Díjole el juez encabronáu (enfadado) en tal postura que sus mejillas se le pusieron del mismo color de las brasas, en el lleldar que no le quitaba los ojos de encima, mirando tan condenadoramente al esquelético rostro del gitano, que iba ser en parte engañado lo mismo que el señor juez, por la paraximesqueira de la Manola. ¡Pero señor juez, habló enloquecido en su defensa el pobre Pascualón, a la par que a sus ojos vivarachos afloraban unas rebeldes lágrimas que tal vez fuesen fruto de la rabia que le producía el ser tan miserablemente robado por aquella aldeana de los infiernos que él en un principio pensaba que era la mujer más tarangona (tonta, imbécil) que había conocido en su vida de bien urdidos timos y enredosos tratos. ¡Pero señor juez! ¡Sesenta pesetas no las he tenido yo juntas desde que baltiarun (tiraron) la República, donde el pobre podía vivir con más libertad, y con más justicia que usted a mi me está haciendo! ¿No comprende usted señor juez, que con sesenta pesetas hoy día se compra un buen burro y aun sobra dinero? ¡Lo que yo comprendo muy bien es que eres un redomado timador y un despreciable ladrón de cuerpo entero, y como no me puedes demostrar con personas de orden y honradez lo contrario, le has de pagar en media hora los dineros que le has timado a esta pobre mujer, y le devuelves su pollina, que ella con buen contento te hará entrega de tu jumento, y tu harás con esté difunto viviente, lo que ahora como final de sentencia yo te dictaré! ¡Cómo este pollín que nos trae en discordia ya no está para hacer ninguna clase de trabajo, y sabiendo todos los que por ser gentes del campo entendemos de animales, que a un burro; es la leche que se le puede ordeñar, que no es otra que su trabajo, yo como juez de este Juzgado, de la muy noble y astur Villa, te condeno a ti, que te llaman todos Pascualón el gitano, y yo te llamaría Pascualín el de los sucios enredos, a que me traigas ante mi presencia, el pellejo de este jumento, y de esta forma sencilla y eficiente, se atajará de una vez por todas el mal por su comienzo, y no ha de ser jamás este pollino equivocador de nadie más! ¡Y que quede bien entendido, que si te xebras de este concejo, sin traerme antes el pellejo del tu jumento, mandaré a los civiles que te persigan hasta que den contigo, y les ordenaré que bien atado te conduzcan ante mi presencia, y aquí, con estas mis manos que no fueron hechas para manejar una pluma, ni menos para detenerse en ningún papeleo, a los cuales yo considero innecesarios cuando la justicia está tan clara como la luz de este hermoso día, como te digo Pascualín de los enredos, con estas mis manos, que saben muy bien manejar el arado, el guarabeñu (guadaña) y la fexoria (azada), para trabajar dentro de la honradez con muchos sudores y esfuerzos la tierra, con estas mis manos que fueron capaces de empuñar un fusil, y luchar sin rencor ni miedo en defensa de unos derechos humanos a los cuales yo considero justos, dentro de la mermada justicia que los hombres sabemos hacernos, con estas mis manos yo te digo Pascualín de los enredos, que l'arrabucaré (le quitaré) el peyeyu (pellejo) al tu jumento, en el preciso momento que haré lo mismo con el tuyo propio, y de esta sencilla manera, libraré a la sociedad de un pioyón (piojo), que al igual que hay muchos que con libertad campean y viven sin doblar el renaz (espinazo) a cuenta del sudor ajeno! Ante la firme sentencia de aquel juez, que maneja las leyes con la misma fuerza y natural justicia con que empuñabá el llabiegu (arado) para arrancarle a la tierra el justo 'precio de su trabajo quedó Pascualón en lo más bajo de sus sufrimientos y las Xabarceiras en lo más alto de sus alegrías, porque habían conseguido con su lucha desesperante y fiera, una victoria que a fuer de verdad, en una parte no era justicia. Sin embargo Pascualón, tras quedarse unos momentos silencioso y meditabundo, díjole a la postre al juez sin ápice de miedo y con la valentía que le azuzaba, al sentirse timado por aquellas mentecatas dentro de la ley y en el mismo limo que él había pensado que les había hecho: ¡Bien está señor juez, que le devuelva a estas paisanacas su pollina Facunda, también entro en sacrificar a mi burro y traerle su pellejo, no me opongo a pagarles los sesenta reales que en el desastroso trato que con estas hijas de satanás hice, que a cambio de mi jumento ellas me han entregado, pero por lo que sí protesto, es por las cuarenta y cinco pesetas de más que tengo que pagarles, y considero que esto es el timo más vergonzoso que jamás le han dado a ninguno de mi clase. Así que… señor juez supuesto que es usted hombre justicioso, le pido que atienda mis honrosas razones, y haga la Justicia sin que ninguno de ella tengamos que avergonzarnos! ¡Yo no sé Pascualín de los enredos, timador de poca monta y menos clase lo que Dios debe saber en las verdades, yo no sé si tu has cobrado lo que dices, o si ellas han pagado lo que afirman, yo soy hombre y como tal no he de avalarme en errores que se xebran de mi alcance, sólo sé que yo he dictado justicia ateniéndome a los hechos que se nombran, y hecho está que tu eres el culpable, y suerte tienes que estas buenas paisaninas, no te hubieran reclamado ciento veinte veces más crecidos, esos dichosos sesenta reales porque si así fuese, no tendrías más remedio, que sin más protestas abonarles! Todos en mi aldea aquella tarde, esperábamos con marcado disimulo, y satisfactoria alegría, que retornaran de la Villa las despreciables Xabarceiras, por el Humano hecho de reírnos y mofarnos de su desgracia, y creo que todos teníamos creído, que iban a retornar otra vez con aquel moribundo pollino, a no ser, que a fuerza de barganazus (estacazos) le hubiesen achuquináu (asesinado) en el camino. Así pues, los vecinos se repartían haciéndose que trabajaban, por las diferentes huertas colindantes con el camino por donde ellas tendrían que regresar, y algunos chiquillos dentro de las malsanas intenciones de guasearnos de ellas por adelantado, fuimos a su encuentro en un trayecto de más de tres kilómetros, para entrar escoltándolas en la aldea, haciendo verbena a la fiesta que teníamos acordado prepararles. Al fin las vimos retornar, y cuánto desprecio, ansias de sátira y risa sentíamos por ellas, tornose de pronto en respetuosa admiración, pues atónitos pudimos comprobar, que no sólo traían con ellas a su burra Facunda, sino que al lado de ésta traían un estupendo pollino que habían mercado con los dineros que supieron sacarle al avispado gitano, demostrándonos a todos, que el vencedor aunque odiado y despreciado por ser en demasía nefastoso, siempre es admirado y temido, ante el temor de por él, ser humillado y avasallado. Esta es una condición de la cobarde masa Humana, que al vencido aunque éste sea caballeroso y honrado, le solemos despreciar terminando de aniquilarlo, mientras que al vencedor, aunque sea lo más despreciable que imaginarse puede, le cubrimos su camino de rosas y de regalos.
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    Axabarciar, entiéndese por vender, tratar, comerciar a pequeña escala, con frutas, huevos, gallinas, etc., etc., etc.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > axabarciar

  • 91 xeneral

    Xeneral, general, en general todo, ya saben.
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    Xeneral, general del Ejército en este caso el Xeneral Franco. —Como han podido ustedes observar, la Xuntura además de ser un diccionario de la Chingua d'Asturies es además como la historia en general de las costumbres y hechos que han sucedido en mi Tierrina, y el Xeneral Franco ha tenido mucho que ver por lo menos en lo que concierne a mi vida. Si no fuese el Xeneral Franco la República quizás hubiera ganado la guerra Civil Española, y al ser mi padre un gran republicano, muy culto y cabal, seguramente me hubiese proporcionado estudios, y yo sé que en cualquiera de ellos hubiese triunfado plenamente, olvidándome por encontrarme inmerso continuamente en el quehacer que tuviese, de lo que ahora estoy haciendo, pero el Xeneral Franco gano la guerra, y su régimen asesino a mi padre y me dejó a mi tirado siendo un niño en la cuneta de la vida como huérfano de los Rojos despreciado y olvidado de toda protección. A pesar de todo, yo en el transcurrir de mis años e ir dándome cuenta de lo que había sucedido, llegué a comprender en algunas cosas al Xeneral Franco, y por esta razón le he hecho este poema. —Con esto pretendo decir, que para hablar con cierta propiedad de las costumbres y forma de hablar de un Pueblo, hay que sin ningún genero de dudas haberlas vivido en todo su plenitud en el mismo lugar donde el ancestro vive, y el Xeneral Franco, por una serie de circunstancias todas nefastosas para mí, me condeno a hacerlo, ya que si él hubiese sido vencido por la República, yo hubiera tenido una carrera, y no podría ser el humilde y sencillo Xulín de LLuza, ni haber hecho la Xuntura, bajo ningún concepto ni forma. ¿Me comprenden verdad? —Vencer o Morir fue desde siempre la vida del Xeneral, el fue el general más joven del mundo en su época, el ganó la guerra de Marruecos en los años veinte para todos los españoles, porque me consta que derechistas e izquierdistas le aclamaron como el héroe que era, que desde la nada había subido al más alto escalón de los héroes de la Patria, vendiendo su vida en infinidad de combates por el amor que tenía hacía su España. ''EL DICTADOR" —Desde los infinitos espacios donde mora mi Novia la Cadarma, mi espíritu de indómito guerrero, ya en el lugar donde reina la calma, a mi España querida me dirijo, por la voz de un poeta de mi Pueblo, que le dejé sin padre y sin casa. —Xamás quixe tiranizar a mious xentes, todas valientes, Nobles e Hidalgas, a las cuales desde niño he aprendido a quererlas con el amor de la Patria, yo por ellas desde joven he luchado y mi sangre a raudales la vertí, sin esperar más recompensa que el contentar a mi amada Patria. —Fue por este amor que he profesado a mi España que serví como soldado, por lo que en dictador me he proclamado, para poder sacarla del caos más taimado, donde la anarquía y el latrocinio a la Guerra Civil la habían llevado. —You coyí la nuexa Patria esfuétcharada, ameruxá d'odius, de fame ya vengancia, ya en sous cuarexas endenantes bazcuchandu corrompináes de bon goro ya de plata, taben entóus escosáes tan d'afechu, comu 'l entamu d'una vírxen ou d'una vieya. —Forun baldrayus ya banduerus dirixentes lus que colarun con la cauroxa bétchada, porque vendiendo sus ideas con sus gentes, se xebrárun con las riquezas pan del pueblo p'oitres ñaciones qu'enxamás las degolguierun, dexandu a España en la mixeria desfecha. —Huyeron los políticos cobardes apaxiétcháus per el goru y la riqueza, convirtiéndose en traidores despreciables, robando el pan de los huérfanos de guerra, y dejando abandonados en el frente a unos héroes que morían por su causa. —You m’erixí 'n ditador per el temor, qu’oitres dirixentes baldrayantes ya banduerrus, fexeran denuéu con les xentes de miou Patria, lu mesmu que cheldaran lus chabascus ya xebráus, que nin roxus, nin prietus forun nin yeran, porque siempre habrá cobardes y traidores que robaran y asesinaran al humilde pueblo, en cualquier régimen que la Patria tenga. —Yo levanté la patria desgajada con férreo mando y dura disciplina, rodeado de odios, y de hipócritas desprecios que no pudieron doblegarme nunca. —Hoy que mi cuerpo reposa bajo losa y es enjambre de gusanos que lo gozan, mi espíritu feliz y siempre sosegado, por mi fiel Novia la celosa Cadarma, al poeta más humilde yo le digo que al pueblo diga esta mi charla. —He vencido el odio y la venganza, ganando tras la muerte mi última batalla, cuando vi como mi pueblo unido decía adiós a mi muerto cuerpo, con el llanto al glorioso y sentido, donde no presencie ni odios ni venganza. —Sólo una hidalga nación como es España, puede decir con sano e indomable orgullo desde la muerte y la ruina, sin la ayuda de ningún pueblo amigo, como venganza pobre y despreciada, por la causa de yo ser un dictador, que consiguió que mi Patria inigualada tan sin igual proeza alcanzara. —Ahí os dejo ahora en paz y hartos, con un Rey inteligente y muy humano, para que alcancéis la libertad entera, ¡pero cuidado, hijos de mi Patria Amada, que si no sabéis bien comportaros, el mismo Rey inteligente y noble, sabrá convertirse en otro dictador, que sabrá defender a viva fuerza la paz y dignidad de la Patria, que vosotros no supisteis conservar, pisoteando la libertad honrada, buscando al dictador que os quitara la libertad que conquistasteis el mismo día que me fui con mi Novia la Cadarma! —Como pueden ustedes observar en todo el transcurrir de este diccionario, el “régimen dictatorial del Xeneral Franco", me quitó, me asesinó, me destrozó todo lo más sagrado, querido y necesario que pueda tener un ser Humano, si deximimus la propia vida. Sin embargo yo se muy bien, que el Xeneral Franco no se enteró de miles de atropellos y deshumanizantes asesinatos que se cometieron en nuestra querida y amada Patria España, pues mi propio padre que fue Laureado como él cuando entrambos y dos eran legionarios y luchaban unidos por la Patria España en el Protectorado de Marruecos, digo que mi padre condenado a muerte por Roxu en la cárcel demoníaca de Oviedo de aquellos tiempos de venganza y muerte, fue indultado por el Caudillo, y aún así su “régimen” lo asesinó.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > xeneral

  • 92 background

    1) (the space behind the principal or most important figures or objects of a picture etc: He always paints ships against a background of stormy skies; trees in the background of the picture.) fondo
    2) (happenings that go before, and help to explain, an event etc: the background to a situation.) antecedentes
    3) (a person's origins, education etc: She was ashamed of her humble background.) orígenes, historial
    1. fondo
    2. orígenes / familia / clase social
    tr['bækgraʊnd]
    1 fondo
    2 figurative use trasfondo, antecedentes nombre masculino plural
    3 (of photograph, picture) último plano
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to come from a humble background ser de origen humilde
    to have a criminal background tener antecedentes penales
    to stay in the background mantenerse en segundo plano
    background music música de fondo
    background noise ruido de fondo
    background ['bæk.graʊnd] n
    1) : fondo m (de un cuadro, etc.), antecedentes mpl (de una situación)
    2) experience, training: experiencia f profesional, formación f
    background (Applications, etc., in computing)
    adj.
    de segundo plano (Informática) adj.
    adj.
    de segundo plano adj.
    trasfondo, -a adj.
    n.
    antecedentes s.m.pl.
    educación s.f.
    escenario s.m.
    fondo (De una imagen) s.m.
    lejos s.m.
    lontananza s.f.
    trasfondo s.m.
    último término s.m.

    I 'bækgraʊnd
    a) (of picture, scene) fondo m
    b) ( of events)
    c) ( of person - origin) origen m; (- education) formación f, currículum m; (- previous activities) experiencia f

    he comes from a working-class/a religious background — es de clase obrera/creció en un ambiente religioso


    II
    adjective (before n) <noise/music> de fondo

    background readinglecturas fpl preparatorias (acerca del momento histórico, antecedentes etc)

    ['bækɡraʊnd]
    1. N
    1) [of picture etc] fondo m ; (fig) ambiente m

    in the backgroundal or en el fondo; (fig) en segundo plano, en la sombra

    to stay in the background — mantenerse en segundo plano, no buscar publicidad

    2) [of person] formación f, educación f

    what is his background? — ¿cuáles son sus antecedentes?

    3) [of situation, event] antecedentes mpl
    2.
    CPD

    background check Nverificación f de antecedentes

    they are calling for fingerprinting and background checks for airport employees — están pidiendo la verificación de antecedentes y la toma de huellas digitales de los empleados de aeropuerto

    background music Nmúsica f de fondo

    background noise Nruido m de fondo

    background reading Nlecturas fpl de fondo, lecturas fpl preparatorias

    background report N — (Jur) informe de los peritos sobre la vida de alguien

    background studies NPLestudios mpl del ambiente histórico (en que vivió un autor etc)

    background task N — (Comput) tarea f secundaria

    * * *

    I ['bækgraʊnd]
    a) (of picture, scene) fondo m
    b) ( of events)
    c) ( of person - origin) origen m; (- education) formación f, currículum m; (- previous activities) experiencia f

    he comes from a working-class/a religious background — es de clase obrera/creció en un ambiente religioso


    II
    adjective (before n) <noise/music> de fondo

    background readinglecturas fpl preparatorias (acerca del momento histórico, antecedentes etc)

    English-spanish dictionary > background

  • 93 least

    li:st
    1. adjective, pronoun
    ((something) which is the smallest or the smallest amount that exists, is possible etc: I think the least you can do is apologize!; She wanted to know how to do it with the least amount of bother.) lo menos, lo mínimo

    2. adverb
    ((somethimes with the) to the smallest or lowest degree: I like her (the) least of all the girls; That is the least important of our problems.) menos
    - not in the least
    least adv pron menos
    at least al menos / por lo menos
    nobody liked the play, least of all me a nadie le gustó la obra, al que menos a mí
    tr[liːst]
    1 menor, menos
    1 menos
    nobody was interested, least of all him no le interesó a nadie, y a él menos
    tourism is on the rise, not least because of the new exchange rate el turismo está en alza, debido en gran parte al nuevo tipo de cambio
    1 lo menos
    the least you could have done was phone once in a while ¿qué menos que llamar de vez en cuando?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    at (the) least por lo menos, al menos, cuando menos
    not in the least! ¡en absoluto!, ¡qué va!
    not least en gran parte
    to say the least por no decir más
    least ['li:st] adv
    : menos
    when least expected: cuando menos se espera
    least adj superlative of little : menor, más minimo
    1) : lo menos
    at least: por lo menos
    2)
    to say the least : por no decir más
    adj.
    menor adj.
    menos adj.
    más pequeño adj.
    mínimo, -a adj.
    adv.
    menos adv.
    n.
    menos s.m.

    I liːst
    2)
    a) (smallest, slightest) más mínimo
    b) (lowest, humblest) (liter) más humilde

    II

    at least — por lo menos, como mínimo

    he can't afford it; at least that's what he says — no puede permitírselo; al menos eso es lo que dice

    am I disturbing you? - not in the least — ¿te molesto? - en lo más mínimo or en absoluto


    III
    2) (before adj, adv) menos
    [liːst]
    1. ADJ
    of little
    a) (=minimum, smallest amount of) menor

    with the least possible delay — con el menor retraso posible, a la mayor brevedad posible frm

    b) (=smallest, slightest) [idea, hint, complaint] más mínimo

    she wasn't the least bit jealous — no estaba celosa en lo más mínimo

    we haven't the least idea where he is — no tenemos la más mínima or la menor idea de dónde está

    the least thing upsets her — se ofende a la mínima or por lo más mínimo

    last I, 3., 1), line I, 1., 11)
    2. PRON
    of little II, 1., 1)
    a) (=the very minimum) (gen) lo menos; (=amount) lo mínimo

    "thanks, anyway" - "it was the least I could do" — -gracias de todas formas -era lo menos que podía hacer

    what's the least you are willing to accept? — ¿qué es lo mínimo que estás dispuesto a aceptar?

    that's the least of it — eso es lo de menos

    the least said the better — cuanto menos se hable de eso mejor

    accommodation was basic to say the least — el alojamiento era muy sencillo, por no decir otra cosa

    that's the least of my worrieseso es lo que menos me preocupa

    2)

    in the least, I don't mind in the least — no me importa lo más mínimo

    "don't you mind?" - " not in the least" — -¿no te importa? -en absoluto or -para nada

    3)

    at least —

    a) (=not less than) por lo menos, como mínimo, al menos
    b) (=if nothing more) al menos, por lo menos

    we can at least tryal menos or por lo menos podemos intentarlo

    c) (=for all that) por lo menos, al menos
    d) (=anyway) al menos, por lo menos

    Etta appeared to be asleep, at least her eyes were shut — Etta parecía estar dormida, al menos or por lo menos tenía los ojos cerrados

    e)

    at the (very) least — como mínimo, como poco

    3.
    ADV menos

    least of all me — y yo menos, yo menos que nadie

    no one knew, least of all me — nadie lo sabía, y yo menos

    for a variety of reasons, not least because it is cheap — por toda una serie de razones, entre ellas que es barato

    * * *

    I [liːst]
    2)
    a) (smallest, slightest) más mínimo
    b) (lowest, humblest) (liter) más humilde

    II

    at least — por lo menos, como mínimo

    he can't afford it; at least that's what he says — no puede permitírselo; al menos eso es lo que dice

    am I disturbing you? - not in the least — ¿te molesto? - en lo más mínimo or en absoluto


    III
    2) (before adj, adv) menos

    English-spanish dictionary > least

  • 94 lowborn

    adj.
    de humilde cuna adj.
    ['lǝʊ'bɔːn]
    ADJ de humilde cuna

    English-spanish dictionary > lowborn

  • 95 obedient

    see obey
    obedient adj obediente
    tr[ə'biːdɪənt]
    1 obediente
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    your obedient servant su humilde servidor,-ra
    obedient [o'bi:diənt] adj
    : obediente
    obediently adv
    adj.
    dócil adj.
    obediente adj.
    ə'biːdiənt, əʊ-
    adjective obediente
    [ǝ'biːdɪǝnt]
    ADJ obediente

    to be obedient to sth/sb — obedecer a algo/algn

    your obedient servant frm (in letters) su humilde servidor frm

    * * *
    [ə'biːdiənt, əʊ-]
    adjective obediente

    English-spanish dictionary > obedient

  • 96 track

    træk
    1. noun
    1) (a mark left, especially a footprint etc: They followed the lion's tracks.) rastro, huella, pista
    2) (a path or rough road: a mountain track.) camino, senda, sendero
    3) ((also racetrack) a course on which runners, cyclists etc race: a running track; (also adjective) the 100 metres sprint and other track events.) pista
    4) (a railway line.) vía; andén

    2. verb
    (to follow (eg an animal) by the marks, footprints etc that it has left: They tracked the wolf to its lair.) seguir la pista, rastrear
    - in one's tracks
    - keep/lose track of
    - make tracks for
    - make tracks
    - track down
    - tracker dog

    track1 n
    1. huella / pista
    2. camino / senda
    3. pista / circuito
    track2 vb seguir la pista / seguir las huellas
    tr[træk]
    1 (mark) pista, huellas nombre femenino plural, rastro; (of wheels) rodada
    2 (of rocket, bullet, etc) trayectoria
    3 (path) camino, senda, sendero
    4 SMALLSPORT/SMALL pista
    7 (on record, etc) tema nombre masculino, corte nombre masculino, canción nombre femenino
    1 (person, animal) seguir la pista de
    2 SMALLTECHNICAL/SMALL seguir la trayectoria de
    1 SMALLCINEMA/SMALL hacer una toma larga con la cámara en movimiento
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be on somebody's tracks / be on the track of somebody seguir la pista de alguien
    to be on the right track ir por buen camino
    to be on the wrong track estar equivocado,-a/despistado,-a
    to have a one-track mind no tener más que un solo pensamiento
    to keep track of seguir, mantenerse al tanto de
    to lose track of perder de vista, perder el hilo de
    to make tracks irse, largarse
    track events atletismo en pista
    track and field atletismo
    track ['træk] vt
    1) trail: seguir la pista de, rastrear
    2) : dejar huellas de
    he tracked mud all over: dejó huellas de lodo por todas partes
    1) : rastro m, huella f (de animales), pista f (de personas)
    2) path: pista f, sendero m, camino m
    3) or railroad track : vía f (férrea)
    5) : oruga f (de un tanque, etc.)
    6) : pista f (deporte)
    7)
    to keep track of : llevar la cuenta de
    v.
    rastrear v.
    seguir la huella de v.
    sirgar v.
    n.
    camino s.m.
    cancha s.f.
    carril s.m.
    estampa s.f.
    huella s.f.
    llanta s.f.
    llanta de oruga s.f.
    línea s.f.
    pista s.f.
    rastra s.f.
    reguero s.m.
    rodada s.f.
    rodera s.f.
    senda s.f.
    señal s.f.
    surco s.m.
    trayectoria s.f.
    vía (Via férrea) s.f.

    I træk
    1) ( mark) pista f, huellas fpl

    to be on somebody's track(s) — seguirle* la pista or el rastro a alguien

    to put o throw somebody off one's/the track — despistar a alguien

    to keep/lose track of something/somebody: the police have been keeping track of his movements la policía le ha estado siguiendo la pista; make sure you keep track of the time ten cuidado de que no se te pase la hora; to keep/lose track of the conversation/argument seguir*/perder* el hilo de la conversación/la discusión; I've lost track of a lot of old friends he perdido contacto con muchos de mis viejos amigos; I lost all track of the time perdí por completo la noción del tiempo, no me di cuenta de la hora; to make tracks (colloq) irse*, ponerse* en camino; to stop (dead) in one's tracks — pararse en seco

    2)
    a) (road, path) camino m, sendero m

    off the beaten track — (away from the crowds, tourists) fuera de los caminos trillados; ( in an isolated place) en un sitio muy retirado or aislado

    b) (course of thought, action)

    to be on the right/wrong track — estar* bien/mal encaminado, ir* por buen/mal camino

    3)
    a) ( race track) pista f

    to have the inside track (on something) — (AmE) ( have the advantage) estar* en una situación de ventaja; ( be informed about) estar* al tanto or al corriente (de algo); (before n)

    track eventsatletismo m en pista

    b) ( horse-racing) (AmE)

    to go to the track — ir* al hipódromo or a las carreras (de caballos)

    4) u ( track events) (AmE) atletismo m en pista
    6) ( Rail)
    a) c ( way) vía f (férrea)

    to jump/leave the track(s) — descarrilar(se)

    to be from the wrong side of the tracks — ser* de origen humilde

    b) u ( rails etc) vías fpl
    7) (song, piece of music) tema m, pieza f
    8) ( on tank) oruga f
    9) ( for curtains) riel m

    II
    1) ( follow) \<\<animal\>\> seguirle* la pista a, rastrear; \<\<person\>\> seguirle* la pista a
    2) ( deposit with feet) (AmE)
    Phrasal Verbs:
    [træk]
    1. N
    1) (=trail) [of animal, person] rastro m, pista f ; [of vehicle] rastro m ; [of wheel] huellas fpl, rodada f

    to cover one's tracks — borrar las huellas

    to keep track of sth/sb, they prefer him to live at home where they can keep track of him — prefieren que viva en casa donde le pueden seguir la pista

    do you find it hard to keep track of all your bills? — ¿le resulta difícil mantenerse al corriente de todas sus facturas?

    to lose track of sth/sb, I lost all track of time — perdí la noción del tiempo por completo

    to make tracks * — (fig) irse marchando, empezar a irse

    to be on sb's track — seguirle la pista or el rastro a algn

    to stop (dead) in one's tracks — pararse en seco

    to throw sb off the track — (fig) despistar a algn

    2) (=course) [of missile, bullet, satellite] trayectoria f ; [of storm] curso m

    it will take time to get the economy back on track — se tardará un tiempo en volver a encarrilar la economía

    to be on the right track — ir por buen camino

    to be on the wrong track — ir por mal camino

    one-track
    3) (=path) camino m, sendero m
    4) (Sport) pista f

    track and fieldatletismo m

    race track — (for horses) hipódromo m ; (for bicycles) velódromo m ; (for cars) autódromo m, pista f or circuito m de automovilismo

    running track — pista f de atletismo

    - be on a fast track to sth
    - have the inside track
    5) (Rail) vía f

    double track — vía f doble

    to jump the tracks — descarrilar

    single track — vía f única

    6) (Aut) (on tank, tractor) oruga f ; (between wheels) ancho m de vía (Tech) (distancia entre los puntos de contacto con el suelo de dos ruedas paralelas)
    7) (Audio) pista f

    four/eight track recording system — equipo m de grabación de cuatro/ocho pistas

    8) (Comput) pista f
    9) (=song, piece) tema m

    title tracktema m que da título or nombre al álbum

    10) (for curtains) riel m
    11) (US) (Educ) (=stream) agrupamiento de alumnos según su capacidad
    2. VT
    1) (=follow) [+ animal] seguir las huellas de, seguir el rastro de; [+ person, vehicle] seguir la pista a; [+ satellite, missile] seguir la trayectoria de, rastrear
    2) (=deposit) ir dejando
    3.
    VI [stylus] seguir el surco
    4.
    CPD

    track events NPL — (Sport) pruebas fpl en pista

    track maintenance N — (Rail) mantenimiento m de la vía

    track meet N(US) concurso m de atletismo

    track race Ncarrera f en pista

    track racing Ncarreras fpl en pista, ciclismo m en pista

    track shoes NPLzapatillas fpl para pista de atletismo (claveteadas)

    * * *

    I [træk]
    1) ( mark) pista f, huellas fpl

    to be on somebody's track(s) — seguirle* la pista or el rastro a alguien

    to put o throw somebody off one's/the track — despistar a alguien

    to keep/lose track of something/somebody: the police have been keeping track of his movements la policía le ha estado siguiendo la pista; make sure you keep track of the time ten cuidado de que no se te pase la hora; to keep/lose track of the conversation/argument seguir*/perder* el hilo de la conversación/la discusión; I've lost track of a lot of old friends he perdido contacto con muchos de mis viejos amigos; I lost all track of the time perdí por completo la noción del tiempo, no me di cuenta de la hora; to make tracks (colloq) irse*, ponerse* en camino; to stop (dead) in one's tracks — pararse en seco

    2)
    a) (road, path) camino m, sendero m

    off the beaten track — (away from the crowds, tourists) fuera de los caminos trillados; ( in an isolated place) en un sitio muy retirado or aislado

    b) (course of thought, action)

    to be on the right/wrong track — estar* bien/mal encaminado, ir* por buen/mal camino

    3)
    a) ( race track) pista f

    to have the inside track (on something) — (AmE) ( have the advantage) estar* en una situación de ventaja; ( be informed about) estar* al tanto or al corriente (de algo); (before n)

    track eventsatletismo m en pista

    b) ( horse-racing) (AmE)

    to go to the track — ir* al hipódromo or a las carreras (de caballos)

    4) u ( track events) (AmE) atletismo m en pista
    6) ( Rail)
    a) c ( way) vía f (férrea)

    to jump/leave the track(s) — descarrilar(se)

    to be from the wrong side of the tracks — ser* de origen humilde

    b) u ( rails etc) vías fpl
    7) (song, piece of music) tema m, pieza f
    8) ( on tank) oruga f
    9) ( for curtains) riel m

    II
    1) ( follow) \<\<animal\>\> seguirle* la pista a, rastrear; \<\<person\>\> seguirle* la pista a
    2) ( deposit with feet) (AmE)
    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > track

  • 97 humble

    [œ̃bl]
    Adjectif humilde
    * * *
    [œ̃bl]
    Adjectif humilde

    Dicionário Francês-Português > humble

  • 98 humble

    [œ̃bl]
    Adjectif humilde
    * * *
    humble œ̃bl]
    adjectivo
    1 humilde
    pobre
    2 ( modesto) submisso
    obscuro
    à mon humble avis
    na minha modesta opinião

    Dicionário Francês-Português > humble

  • 99 bescheiden

    bə'ʃaɪdən
    adj
    modesto, humilde, sencillo
    -1-bescheiden1
    1 dig (anspruchslos) modesto, humilde; in bescheidenen Verhältnissen leben vivir modestamente
    2 dig (einfach) sencillo
    3 dig(umgangssprachlich: schlecht) asqueroso
    ————————
    (admin: mitteilen) comunicar; das Gesuch wurde abschlägig beschieden la petición fue rechazada
    sich bescheiden (gehobener Sprachgebrauch: sich begnügen) darse por satisfecho [mit con]
    I
    Adjektiv
    1. [anspruchslos] modesto ( femenino modesta)
    2. [einfach] sencillo ( femenino sencilla)
    3. [dürftig] mediocre
    ————————
    Adverb
    II
    sich bescheiden reflexives Verb
    (gehoben) [sich begnügen]

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > bescheiden

  • 100 mojigato

    adj.
    prudish, hypocritical, straight-laced, straitlaced.
    m.
    prude, prig, goody-goody.
    * * *
    1 (gazmoño) prudish; (falso) sanctimonious
    nombre masculino,nombre femenino
    1 (gazmoño) prude; (falso) sanctimonious person
    * * *
    mojigato, -a
    1.
    ADJ (=santurrón) sanctimonious; (=puritano) prudish, strait-laced
    2.
    SM / F (=santurrón) sanctimonious person; (=puritano) prude
    * * *
    I
    - ta adjetivo prudish, straitlaced
    II
    - ta masculino, femenino prude
    * * *
    = prude, prudish, sanctimonious, prim [primmer -comp., primmest -sup.], straitlaced [strait-laced].
    Ex. For her refusal, Isabella has received a great deal of blame from subsequent critics, who call her a hard-hearted prude.
    Ex. In his outward appearance Hitler showed himself as a prudish & ascetic person, overly concerned with personal cleanliness.
    Ex. These denunciations make libraries look both sanctimonious and hypocritical for trying to save the world when they have failed to put ther own house in order.
    Ex. I am really liking buttoned-up, very prim, demure-to-the-point-of-invisibility dresses lately.
    Ex. Three years later, when he was fifteen, he slipped into Rachel's bedroom and her straitlaced mother caught them petting and giggling on the side of the bed.
    * * *
    I
    - ta adjetivo prudish, straitlaced
    II
    - ta masculino, femenino prude
    * * *
    = prude, prudish, sanctimonious, prim [primmer -comp., primmest -sup.], straitlaced [strait-laced].

    Ex: For her refusal, Isabella has received a great deal of blame from subsequent critics, who call her a hard-hearted prude.

    Ex: In his outward appearance Hitler showed himself as a prudish & ascetic person, overly concerned with personal cleanliness.
    Ex: These denunciations make libraries look both sanctimonious and hypocritical for trying to save the world when they have failed to put ther own house in order.
    Ex: I am really liking buttoned-up, very prim, demure-to-the-point-of-invisibility dresses lately.
    Ex: Three years later, when he was fifteen, he slipped into Rachel's bedroom and her straitlaced mother caught them petting and giggling on the side of the bed.

    * * *
    mojigato1 -ta
    prudish, straitlaced, puritanical
    mojigato2 -ta
    masculine, feminine
    prude
    * * *

    mojigato
    ◊ -ta adjetivo

    prudish
    ■ sustantivo masculino, femenino
    prude
    mojigato,-a
    I adjetivo prudish
    II sustantivo masculino y femenino prude

    ' mojigato' also found in these entries:
    Spanish:
    mojigata
    - ñoña
    - ñoño
    - gazmoño
    - melindroso
    - puritano
    - zanahoria
    English:
    prig
    - priggish
    - prude
    - sanctimonious
    - uptight
    - prim
    - prudish
    * * *
    mojigato, -a
    adj
    1. [beato] prudish
    2. [falsamente humilde] sanctimonious
    nm,f
    1. [beato] prude
    2. [persona falsamente humilde] sanctimonious person
    * * *
    I adj prudish
    II m, mojigata f prude
    * * *
    mojigato, -ta adj
    : prudish, prim
    mojigato, -ta n
    : prude, prig

    Spanish-English dictionary > mojigato

См. также в других словарях:

  • humilde — adjetivo 1. (ser / estar) Que se comporta con humildad: Es muy humilde y no le cuesta reconocer sus errores. 2. (antepuesto / pospuesto) Que pertenece a una clase social baja: una humilde casa, una familia humilde. 3. (antepuesto / pospuesto) Que …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

  • humilde — adj. 2 g. 1. Que tem humildade. 2. Simples, modesto. 3. Obscuro, pobre. 4. Medíocre, baixo. • s. 2 g. 5. Pessoa humilde. • Sinônimo geral: HÚMIL, HÚMILE   ‣ Etimologia: derivação regressiva de humildar …   Dicionário da Língua Portuguesa

  • humilde — (Del lat. humĭlis, con infl. de humildad). 1. adj. Que tiene humildad. 2. Dicho de una cosa: baja (ǁ de poca altura). 3. Carente de nobleza. 4. Que vive modestamente …   Diccionario de la lengua española

  • humilde — (Del ant. humil < lat. humilis < humus, suelo.) ► adjetivo 1 Que se comporta con sencillez y modestia: ■ nunca presume de sus cualidades, es muy humilde. SINÓNIMO modesto servicial sumiso ANTÓNIMO …   Enciclopedia Universal

  • humilde — adj m y f 1 Que tiene humildad o actúa con humildad: palabras humildes, una humilde actitud 2 Que pertenece a una clase social de bajos recursos económicos o se relaciona con ella: un trabajador humilde, una colonia humilde 3 Que se hace con… …   Español en México

  • humilde — {{#}}{{LM H20785}}{{〓}} {{SynH21318}} {{[}}humilde{{]}} ‹hu·mil·de› {{《}}▍ adj.inv.{{》}} {{<}}1{{>}} Que tiene humildad: • Es una persona humilde y nada orgullosa.{{○}} {{<}}2{{>}} Que no pertenece a la nobleza: • Los condes no querían emparentar …   Diccionario de uso del español actual con sinónimos y antónimos

  • humilde — (adj) (Intermedio) a quien no le interesa la fama y que es muy modesto Ejemplos: De manera muy humilde presentó sus innovadores descubrimientos. Los hombres muy sabios son muchas veces también muy humildes. Sinónimos: llano (adj) (Intermedio) que …   Español Extremo Basic and Intermediate

  • humilde — adjetivo 1) dócil, obediente, sumiso. ≠ soberbio. Tratándose del carácter, actitud o comportamiento de una persona: es una persona muy humilde. 2) modesto, pobre, oscuro, desconocido*. Por ejemplo: vive …   Diccionario de sinónimos y antónimos

  • Humilde de Bisignano — San Humilde de Bisignano Nombre Luca Antonio Pirozzo Nacimiento 26 agosto 1582 Bisignano, Cosenza, Italia Fallecimiento 26 noviembre 1637 Bisignano Venerado en Iglesia Católica …   Wikipedia Español

  • Sapito Ninera Humilde — Taxobox name = Sapito Ninera Humilde status = VU | status system = IUCN3.1 regnum = Animalia phylum = Chordata classis = Amphibia ordo = Anura familia = Dendrobatidae genus = Colostethus species = C. humilis binomial = Colostethus humilis… …   Wikipedia

  • Lenguaje honorífico japonés — El idioma japonés posee numerosas expresiones de respeto o también denominado lenguaje honorífico, que está formado por elementos del lenguaje que permiten mostrar respeto, y cuyo uso es obligatorio en numerosas circunstancias sociales. Las… …   Wikipedia Español

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