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entraron+de+a+uno

  • 21 ganas

    f.pl.
    desire.
    pres.indicat.
    2nd person singular (tú) present indicative of spanish verb: ganar.
    * * *
    = urge, thirst.
    Ex. The urge to mechanize paper-making came at first as much from the papermakers' desire to free themselves from dependence upon their skilled but rebellious workmen as from the pursuit of production economies.
    Ex. The thirst grew not just for preservation but for circulation of stories that gave meaning to life and coherence to communities.
    ----
    * con ganas = with gusto.
    * con ganas de pelear = on the warpath.
    * dar de mala gana = begrudge, grudge.
    * de mala gana = reluctantly, grudgingly, grudging, begrudgingly, unwillingly.
    * ganas de aventura = thirst for adventure.
    * ganas de comer = appetite.
    * hacer lo que a Uno le de la gana = get away with + murder.
    * juntarse el hambre con las ganas de comer = made for each other, be two of a kind, be a right pair.
    * no tener ganas = can't/couldn't be bothered, can't/couldn't be bothered.
    * no tener ganas de comer = be off + Posesivo + food, be off + Posesivo + oats.
    * quitar las ganas de = kill + the momentum.
    * sentir las ganas de = get + the urge to.
    * sentir más ganas de hacer Algo = grow in + appetite.
    * sin ganas = half-heartedly.
    * tener ganas de = be keen to, have + an/the inclination to.
    * tener ganas de + Infinitivo = feel like + Gerundio.
    * * *
    = urge, thirst.

    Ex: The urge to mechanize paper-making came at first as much from the papermakers' desire to free themselves from dependence upon their skilled but rebellious workmen as from the pursuit of production economies.

    Ex: The thirst grew not just for preservation but for circulation of stories that gave meaning to life and coherence to communities.
    * con ganas = with gusto.
    * con ganas de pelear = on the warpath.
    * dar de mala gana = begrudge, grudge.
    * de mala gana = reluctantly, grudgingly, grudging, begrudgingly, unwillingly.
    * ganas de aventura = thirst for adventure.
    * ganas de comer = appetite.
    * hacer lo que a Uno le de la gana = get away with + murder.
    * juntarse el hambre con las ganas de comer = made for each other, be two of a kind, be a right pair.
    * no tener ganas = can't/couldn't be bothered, can't/couldn't be bothered.
    * no tener ganas de comer = be off + Posesivo + food, be off + Posesivo + oats.
    * quitar las ganas de = kill + the momentum.
    * sentir las ganas de = get + the urge to.
    * sentir más ganas de hacer Algo = grow in + appetite.
    * sin ganas = half-heartedly.
    * tener ganas de = be keen to, have + an/the inclination to.
    * tener ganas de + Infinitivo = feel like + Gerundio.

    * * *
    ganas npl
    tener ganas to feel like [pt. & pp. felt]
    ¿tienes ganas de salir? do you feel like going out?

    Spanish-English dictionary > ganas

  • 22 atropellarse

    1 to rush, hurry
    * * *
    VPR
    1) (=empujarse)
    2) (=precipitarse) to rush

    no te atropelles y hazlo con tranquilidad — don't rush, take your time

    * * *
    vpr
    1. [al hablar] to trip over one's words;
    tranquilo, no te atropelles slow down, you're gabbling
    2. [al avanzar]
    la muchedumbre se atropellaba a la salida there was a lot of pushing and shoving among the crowd on the way out
    * * *
    v/r rush
    * * *
    vr
    : to rush through (a task), to trip over one's words

    Spanish-English dictionary > atropellarse

  • 23 El western americano a partir de 1970

       Que los generos clasicos del cine americano y, por extension, del cine europeo entraron en crisis ya antes de 1970 no es algo que haya que descubrir ahora. En algunos casos, los menos, se trato de una crisis de crecimiento, al amparo, entre otras cosas, de los avances tecnologicos. Asi, el llamado cine de ciencia-ficcion, entendido si se quiere como un subgenero del cine fantastico, incremento el favor del publico, gracias, entre otros, a productos como las sucesivas entregas de La guerra de las galaxias.
       Con el cine negro ocurrio algo parecido, con matices. En esta ocasion no se trata tanto de aprovechar innovaciones tecnologicas, como las derivadas del desarrollo de los ordenadores, por ejemplo, sino de dar la espalda a supuestas limitaciones de produccion del cine clasico, en particular el uso del blanco y negro, una de las caracteristicas innegociables del cine negro. De este modo, oimos hablar de peliculas como Chinatown (Roman Polanski, 1974) o, mucho mas recientemente, L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) como nuevas y seneras muestras de cine negro. Menos mal que llegaron los hermanos Coen para, sin hacer demasiado ruido, poner, eso si, las cosas en su sitio con El hombre que nunca estuvo alli (The Man Who Wasn’t There, 2001).
       No siempre, sin embargo, la crisis ha sido de crecimiento y/o de transformacion. En ocasiones, como ocurre con el western, estamos ante una crisis que es antesala de la muerte, precedida acaso por una agonia mas o menos larga y mas o menos estimulante. El western, como el musical, ha perdido sus atractivos de cara a la taquilla, y solo apariciones esporadicas parecen querer indicar que el genero sigue vivo. Pero, claro esta, 1970 queda ya muy lejos en el tiempo, por lo que habria que puntualizar las cosas.
       En primer lugar, hay que indicar que 1970 es una buena fecha para iniciar lo que se podria llamar “los ultimos coletazos” de algunos de los cineastas clasicos, Howard Hawks, Henry Hathaway, Robert Aldrich, Sam Peckinpah, John Sturges, John Huston y Don Siegel, entre otros. Como es natural, sus ultimas obras figuran aqui en el lugar destinado a cada uno de ellos, por lo que no es necesario hacer comentarios suplementarios.
       En segundo lugar, habria que hablar de aquellos creadores que, bien en el campo del western, bien en otros de la creacion cinematografica, pretendieron renovar el concepto clasico de genero con propuestas innovadoras, provocativas o ambas cosas al mismo tiempo. Monte Hellman puede servir como ejemplo modelico de ello, sin olvidar a Al Adamson, John Cardos y otros. No es muy habitual que estas propuestas se vean avaladas por la calidad de los productos que ofrecen, en la mayor parte de los casos muy baja. Da la sensacion de que la idea no es sino la de violentar por el exabrupto las senas de identidad de un genero que ha alcanzado nobleza con el transcurso de las decadas.
       Existe una tercera opcion, si se quiere poco fecunda, sin futuro previsible, pero, esta vez si, proveedora de momentos de disfrute, no solo por el mecanismo de la nostalgia. Dicho en pocas palabras, se trata de crear un producto que, sin abominar de las senas de identidad del genero, las renueve, tal como, en su idea, hicieron algunos, particularmente Sam Peckinpah. Esfuerzos individuales como los de Blake Edwards (Dos hombres contra el Oeste, Wild Rovers, 1971), Robert Altman (Los vividores, McCabe and Mrs. Miller, 1971), Mark Rydell (John Wayne y los cowboys, The Cowboys, 1972), Alan J. Pakula (Llega un jinete libre y salvaje, Comes a Horseman, 1978), Michael Cimino (La puerta del cielo, Heaven’s Gate, 1980), Lawrence Kasdan (Silverado, 1985), Walter Hill (Forajidos de leyenda, The Long Riders, 1980) o Kevin Costner (Bailando con lobos, Dances with Wolves, 1990) merecen todos los respetos, al margen de la mayor o menor calidad de las cintas que nos ofrecen, calidad que por otra parte es estimable en no pocos casos.
       Por ultimo, hay que hablar, inevitablemente, de Clint Eastwood, director de cuatro westerns modelicos, cada uno a su manera, unico punto de enganche verdadero con el genero, tal como este se fue definiendo a lo largo de las decadas.
       A primera vista, nadie diria que Eastwood ha dirigido solo cuatro westerns. Tal vez influye en esa falta de perspectiva el hecho de que sus origenes son como actor, y como actor de westerns. Aparte de un punado de peliculas rodadas entre 1955 y 1958, en muchas de las cuales ni siquiera aparecio en los titulos de credito y la mayoria de las cuales no pertene cian al genero, su actividad en los Estados Unidos se redujo a la mitica serie Rawhide, que le lanzo a la fama, hasta el punto de ser elegido por el director italiano Sergio Leone para protagonizar el primero de sus prestigiosos spaghetti-westerns, Per un pugno di dollari/Por un punado de dolares, en 1964. El exito, de nuevo, fue importante, y propicio la realizacion de otras dos peliculas, Per cualque dollaro in piu/La muerte tenia un precio (1965) e Il buono, il brutto, il cattivo/El bueno, el feo y el malo (1966). A partir de este momento, Eastwood se convierte en una estrella que antes de dirigir su primera pelicula en 1971 trabajara con directores tan dispares como Vittorio De Sica, Ted Post, Brian G. Hutton, Joshua Logan y, sobre todo, Don Siegel, en un total de ocho peliculas –en realidad siete mas un fragmento de otra–; ya se sabe, en esos anos, particularmente en Italia, fueron numerosas las peliculas formadas por distintos sketches dirigidos por realizadores distintos. De esas ocho peliculas, cuatro fueron westerns y figuran en el lugar correspondiente de este diccionario. A partir de entonces, nos encontramos con el personaje desdoblado en sus dos facetas futuras: actor y director, y ello, en todas las modalidades posibles, solo actor, solo director o ambas cosas al mismo tiempo. Pues bien, despues de treinta anos largos, contados desde la primera pelicula dirigida, y en este caso tambien interpretada, por Clint Eastwood, Escalofrio en la noche (Play Misty for Me), unicamente podemos anadir a la lista cinco westerns mas, Joe Kidd, dirigido por John Sturges, y los cuatro que dirigio personalmente Eastwood:
        High Plains Drifter (Infierno de cobardes). 1973. 105 minutos. Technicolor. Panavision. Malpaso (Univesal). Clint Eastwood, Verna Bloom, Marianna Hill, Billy Curtis.
        The Outlaw Josey Wales (El fuera de la ley). 1976. 135 minutos. Color DeLuxe. Panavision. Malpaso (WB). Clint Eastwood, Sondra Locke, John Vernon, Jefe Dan George.
        Pale Rider (El jinete palido). 1985. 115 minutos. Technicolor. Panavision. Malpaso (WB). Clint Eastwood, Michael Moriarty, Carrie Snodgress, Sydney Penny.
        Unforgiven (Sin perdon). 1992. 130 minutos. Technicolor. Panavision. Malpaso (WB). Clint Eastwood, Gene Hackman, Morgan Freeman, Richard Harris, Frances Fisher.
       Hablamos de cuatro filmes poco convencionales, con una vision personal del genero que, en otro momento, hubieran tal vez supuesto una via de renovacion del western, pero que, por el contrario, no han sido sino una vision aislada, desde luego poderosa pero aislada, de una epoca, una geografia y un modo narrativo. El hombre que, en algunos foros, ha recibido el apelativo de “el ultimo cineasta clasico” es, ante todo y sobre todo, un hombre del Oeste, aunque no sea el genero que lo define el que mas abunde en su ya amplia produccion como creador cinematografico.

    English-Spanish dictionary of western films > El western americano a partir de 1970

  • 24 güelguia

    Güelguia ou huelga, significa hacer huelga en el trabajo con el fin de conseguir alguna cosa justa y honrada. —You fexe ‘n toa miou vida dous güelguies, ya vou cuntayes nagora qu’encalda nel xeitu ‘l frutu qu’afuxinéi d’eches. La primeira veiz que me punxe ‘n güelguia foi cundu les famóuxes “Campanes d’Aviles”, trabayaba you per aquel lleldar comu xefe d’equipu nunu d’aquechus inxenius dou xugábamus con la Cadarma namái qu’entrábamus per aquechus camaretus d’aire comprimíu, dou mamplenáus de veices nus explotaba lus uíus de dollor, fayéndunus sangrar como curíus achuquináus per la ñariz ya les urées de ya dandunus campaneirus mái floxacus fasta se les xebraba ‘l coñocimentu, ya tou ísti aparti del trabayu que yera pelligróuxu ya m’esforciáu, lu faíamus per un xueldu de diecisiete pesetes aparti d’una primaxa que nus apurríen cundu les paicía, pos el díe que nun llancábamus nagua ‘l manullitu de cementu ya fierru, que lu mesmu pexaba cen toneláes, ya teñíamus que llantalu fasta catar el firme per debaxu del nivel del mare, anxina yera que cundu ‘l aire se xebraba perque tou ‘l material qu’uxaben pa lleldalu namí que yera un estrampanu de comprenxores ya fierrus, cuntu que cundu ‘l aire se colaba ‘l agua entraba lluéu dientru la campaña, ya tóus noxoitres con la priexa d’un centétchu teñíamus que subir per unes escaleraxes de fierru dou nun coyía namái qu’ún, anxina yera que con la fumareda qu’encaldaba ‘l vapore del aire que nun dexa güétchar nagua, ya ‘l ruxir del agua que per tous lus lláus fondeirus del manullitu a regueiráes nus aniegaba, faíanus a tóus coyer bones esquirpiaés de miéu, pos nadie iñoraba qu’el manullitu padíe ‘sfrundixe ya dexanus a tóus estrapacháus debaxu d’él lu mesmu que se fóramus figus d’agostu. Per istu ‘l tiberiu que s’encaldaba debaxu d’aquel esguiladeiru de fierru, yera ‘l de galamiar con priexa ya esciplina pa fuyír d’aquel enfernal pelligru qu’angunus compañeirus nuexus d’oitres campanes mái esgraciaínes que les que you acaidonéi les veixe arrabucáu la vida. —Despós cundu denuéu ‘l aire golguié teñíamus que’achicar l’agua, ya lu mesmu tardabamus varius díes en llograyu, ya metantu tou ísti tempu nun cabrabanus nagua de prima, foi per ista inxusticia per la que faléi con lus dez homes que trabayaben cuaúmigu, ya llogréi ‘l miou paicer conveceyus, paque non achicáramus mái agua mentantu nun nus apurrieren la prima lu mesmu que cundu trabayábamus picachonandu la tierra. Foi ‘l casu que comu a la gora de tar paráus al lláu de la campana murandu ‘l conseguir lus nuexus honréus drechus, vienu la brigadilla de lu criminal d’avilés, ya col llátigu na mán díxunus que xinun entrábamus a trabayar nel escapi nus esfoyaben a llatigazus achindi mesmu, ya tóus conel mesmu miéu que viesen apaparáu cundu nus xebraramus de dientru, golguierun oitra veiz al trabayu xin faer gurgutu, colarun tóus foriáus de miéu d’aquecha pollicía d’achunquinus, quáchuquinar un home a llatigazus yera p’echus pequenina parva, Tan solu quedarun al lláu migu dous rapazus que viesen síu llexonarius, ya lus tres xuntus les diximus que nouxóitres nun trabayabamus metantu nun nus aprurieren la prima, e achindi mesmu lus mamfrorinacus ya fíus de paraxeta d’aquetchus megreirus de pollicies, nus fexerun conel llátigu ‘n pequenu falagáu de chombu, ya despós nus chevarun pal sou cuartel e achindi nus apurrerun durante tou ‘l tiempu de tres díes galgazáus ya inxultus de tous lus collores, xin danus lus mu chimiagus nin gateira d’agua, pos échus queríen que nuexoitres firmaramus nun séi quéi que viéxemus fechu, peru dangunu firmamus nagua, ya entóus nus arretrigarun na cárxel, ya lus poucus díes el xuez puénxunus en llibertá, peru a la mesma porta de la cárxel golguirun a prindanus lus ñegreirus pollicíes, ya chevárannus denuéu pal sou cuartel, e achindi duranti oitres tres díes nus apurrierun tocata ya tunda, ya despós de ben fartus d’inxultus ya llatigazus punxérunnus en llibertá, ya lus tres fomus denuéu a curar nuexes ferides a la “Hermaná Llexonaria” de nuexus Tercius. TRADUCCIÓN.—Yo hice en toda mi existencia dos huelgas, y les voy a contar ahora que encarta en la palabra, el fruto que he sacado de las huelgas. La primera vez que me puse en huelga, fue cuando las famosas campanas de aire comprimido con las que se hacían los cimientos de Ensidesa de Avilés. Trabajaba yo en aquel suceder como jefe de equipo de uno de aquellos ingenios donde jugábamos con la muerte nada más que entrábamos por aquellas camaretas de aire comprimido, donde muchas veces nos reventaban los oídos de dolor, haciéndonos sangrar como patos degollados por la nariz y las orejeas, y algunos otros compañeros más flojos hasta perdían el conocimiento de dolor, y todo este sufrimiento, a parte del trabajo que era de lo más peligroso y esforzado, lo hacíamos por el miserable sueldo de diecisiete pesetas por jornada de trabajo, aparte de una insignificante prima que nos deban cuando les parecía, pues el día que no plantábamos nada el enorme bloque de cemento y hierro que lo mismo pesaba cien toneladas o más, y teníamos que plantarlo escavando la tierra, arena, piedra, etc., por dentro de él, hasta encontrar el firme que estaba por debajo del nivel del mar, así era que cuando el aire comprimido se marchaba, cosa que sucedía con mucha frecuencia, ya que el material que usaban para hacerlo era un conjunto de chatarra compuesto por compresores y tuberías, digo que cuando el aire se iba, el agua entraba dentro de la campana con mucha rapidez, y todos nosotros con la prisa de una centella teníamos que subir por una escalera de hierro pegada al bloque de cemento donde tan sólo cabía uno de cada vez, así era que con la humerada que producía el vapor del aire, que no dejaba ver nada, y el ruido del agua que por todos los lados fonderos del manolito de cemento a torrentes nos ahogaba, hacíamos a todos coger grandes cantidades de miedo, pues nadie ignoraba que aquel maldito bloque podía en cualquier momento falto del sostén del aire hundirse y dejarnos a todos reventados lo mismo que los higos de agosto, cuando maduros se desprenden de la higuera y se aplastan encima de las losas del suelo. Por todo esto, la lucha que se desarrollaba debajo de aquella escalera de hierro, era la de correr con grande prisa y disciplina, para poder huir con tiempo de aquel infernal peligro, que algunos compañeros nuestros de otras campanas más desgraciadas que la que yo dirigía, les había arrancado la vida. Después cuando de nuevo el aire volvía, teníamos que achicar el agua, y lo mismo tardábamos varios días en lograrlo, y durante todo este tiempo no cobrábamos ninguna prima. Fue precisamente por esta injusticia, por la que hablé con los diez hombres que trabajaban conmigo, y logré según mi parecer convencerles, para que no achicáramos más agua mientras que no nos pagasen la prima lo mismo que cuando trabajábamos picando y sacando la tierra. Sucedió que como a la hora de estar parados al lado de nuestra campana esperando el conseguir nuestros honrados derechos vino la brigadilla de lo criminal de Avilés, y con el látigo en la mano nos dijo desafiadoramente que sino entrábamos a trabajar con rapidez, nos despellejarían a latigazos allí mismo. Y todos con el mimo miedo que hubieran cogido cuando dentro de la campana huyéramos de su peligro, volvieron otra vez al trabajo sin decir palabra se marcharon todos cagados de miedo a aquella policía asesina, que matar a un hombre a latigazos era para ellos un feliz entretenimiento. Tan sólo se quedaron a mi lado dos jóvenes de mi edad aproximada que habían sido legionarios, y los tres juntos les dijimos que nosotros no trabajaríamos hasta que no nos pagasen la prima que reclamábamos. Allí mismo, los mariconazos e hijos de puta de aquellos cobardes y asesinos policías, nos empozaron a castigar con sus látigos, y seguidamente nos llevaron para su cuartel, y allí nos martirizaron salvajemente durante el tiempo de tres días con latigazos, patadas, puñetazos, insultos y demás, teniéndonos siempre amarrados a unas prietas esposas, y sin darnos los muy babosos ni tan sólo una gota de agua, pues ellos querían por todos los medios que nosotros firmásemos no se que hubiésemos hecho. Pero ninguno de nosotros firmamos nada, y entonces nos metieron a la cárcel, pero a los pocos días el juez nos puso en libertad. Y otra vez a la misma puerta de la cárcel volvieron a detenernos los negreros y asesinos policías de nuevo llevándonos a su cuartel y durante otros tres días nos estuvieron dando paliza tras paliza, y después de bien hartos de insultos y latigazos, nos pusieron en libertad, y los tres nos marchamos de nuevo a la "Hermandad Legionaria, de Nuestros Queridos Tercios” con el triste fin de curarnos las heridas que la Cobarde y Cerda Sociedad nos había tan injustamente hecho. —Algunos años más tarde me volví a ponerme en huelga en el Pozo Minero de LLáscaras, sucedió de la siguiente manera. Entre a trabajar en aquella mina como ramplero, durante un mes trabajé a las órdenes de un picador con el ardor y la fuerza que en mi desde niño ha sido junto con la honradez, las únicas virtudes que he tenido. El picador que trabajaba a destajo por metros de carbón picado, era un astur de grande fortaleza y como unos cuarenta años de edad, sabía su oficio como grande maestro que era, la rampla era cómoda pues tendría casi dos metros de ancha, y el carbón difícil de picar pues s'eboronaba (deshacía) nada más que metía en martillo en sus negras y relucientes vetas, durante toda la jornada envuelto en un río de sudor y sin detenerme nada, me era casi imposible dar a basto el retirar el carbón que aquella máquina humana picaba, no nos cruzábamos en todo el tiempo de trabajo ni una sola palabra, el picaba como un verdadero demonio, tal parecía un coloso que se quería comer la rica veta en un sólo relevo, de vez en cuando hacía un respiro para echarse un trago de vino de la bota que tenía colgado de una mamposta, desde luego ahora que le recuerdo y le estudio con detenimiento, tengo que reconocer que era el atuñáu más grande que yo había conocido, pues jamás me brindó a que limpiara mi garganta con un paparáu de vino, después cuando postiaba también hacía este trabajo con una rapidez y precisión que impresionaba, y aquí si me decía alguna orden, pues eso eran sus palabras, ten aquí, traí pacá, pon aquí, etc. El picaba diariamente el trabajo estipulado para tres o cuatro jornadas a sueldo, el cobraba esos sueldos que destajaba en un sólo jornal, mientras que yo tenía que hacer todo ese trabajo de más por tan sólo un sueldo, el miserable xornaletu de un rampleru. Pronto empece a pensar que me estaban despiadadamente robando mi sudor, bien el picador o la empresa, yo trabajaba tres veces más no cobrando nada mis que un rancuayin xueldu. ¿Por qué me preguntaba proporcionalmente no puedo cobrar yo todo este esfuerzo de más que hago? —Algunos picadores les suelen dar a sus ayudantes si se lo merecen el día de cobro una prima de su propio bolsillo, esto era la única recompensa que le correspondía a un rampleru. Pero mi picador no me convidó ni a un triste vaso de vino. —Al día siguiente del de paga, que por cierto yo apenas ganó aquel mes ni para pagarle a mi patrona, ya estábamos trabajando los dos juntos en el tajo, él trabajaba con el mismo afán de siempre, yo paleaba el carbón con el ardor acostumbrado, pero cuando comprendí que ya había picado el carbón que correspondía a lo estipulado en una jornada normal de trabajo, yo dejé de paliar carbón y me senté tranquilamente encima de la pala, el casi inmediatamente dejó de picar y con voz bronca me dijo: ¡Venga rapaz quita este carbón que me estorba! —Yo le contesté que no rampliaba más carbón, que mi trabajo ya había terminado, que yo no estaba a destajo. —El dejó el martillo vino hacia mí con intenciones amenazadoras y me dijo que sino paleaba carbón me rompía los focicus. —Y tal cosa haría aquel animal de mi paisano, pues yo vi en su gesto endemoniado la firme idea de vapulearme a su gusto. —No me detuve en hacerle comprender nada pues yo sabía que a él no le importaban mis razones, así que me levante, así la pala con rabiosa tranquilidad y le hice comprender que estaba dispuesto a obedecerle pero de repente y con gran rapidez le ataqué con fiereza sorprendiéndole, y le aticé tres o cuatro golpetazos certeros con la pala de plano, que dieron con su grande y fuerte humanidad en el suelo, y cuando le vi vencido y sin ánimo de atacarme le dije, que yo defendía mis derechos, y que él lejos de convertirse en mi negrero, debía de comprender que lo que yo decía era justo. —Nada me respondió el muy magüetu, se levanto quejándose por los gestos que hacía, no por las palabras que no dijo ninguna, y se fue rampla abajo, al poco tiempo vino acompañado del vigilante de rampla, que se llamaba Anxelín y era sin dudarlo un astur de buena calaña, que más que reñirme tal parecía que le haba gustado lo que hubiera hecho, y después de explicarme las obligaciones que tenía un rampleru, que eran todas sin que le asistiese ningún derecho, me rogó me incorporara otra vez al trabajo, y que me dejase de aspirar a unas pretensiones que no existían. —Yo le contesté que en esas condiciones no trabajaría más y que hablaría con los demás ramplerus para que me secundaran, entonces él sin decirme más palabras me dio papeleta para la jaula y me echó de la mina. —Nada pude yo poner en claro con los demás ramplerus cuando salieron de la mina muchos de ellos hasta mirándome con desprecio de mi idea se reían. —Al día siguiente ya conforme con la mala suerte de no poder conseguir nada, ya estaba dispuesto a seguir trabajando de aquella esclavizante y dehumanizadora manera, fui a recoger mi lámpara a la lampistería para entrar a la mina, cuando le di mi número de lámpara al lampistero, este se fue a un cuarto contiguo y salió acompañado de dos guardias civiles que me detuvieron en el momento, me esposaron lo mismo que si fuese un delincuente, y en presencia de muchas mineros que ninguno les dijo nada, me llevaron para el cuartelillo que tenían en la Felguera. —Mucha suerte tuve yo aquel día, pues cuando me entraron en la oficina del cabo primero de aquel destacamento, que tenía la profesión de ser un verdadero asesino, y que fácil muy alegremente me hubiese dado más palos que los que imaginar pudiera, allí dentro estaba un oficial de la guardia civil, que había servido como alférez de milicias en mi tercio, precisamente en mi compañía que era la de deportes, nada más que me vio, rápidamente ordenó que me quitasen las esposas, y manda todos los guardias que saliesen de la oficina, después me saludó fraternal y noblemente como buen legionario, me mandó que me sentara y le explicara el delito que me traía. —Cuando le conté lo que había hecho, él metiendo la mano en su bolsillo me dio doscientas pesetas y me dijo: —Toma coge esto y vuelve ahora mismo con toda la rapidez que puedas a tu Tercio legionario sino quieres terminar de una paliza destrozado, o morirte de hambre en un presidio. —No busques en la vida civil ni libertad, ni justicia, pues estas dos preciadas joyas hace tiempo que a la Patria la han abandonado y en su lugar ha nacido una ley que sostenida por la pistola y el látigo no permite que nadie reclame sus derechos, porque todos tienen el deber de ser sumisos ciudadanos que no tienen voz ni voto porque el miedo les ha convertido en un rebaño de sumisos esclavos. —Aquel mismo día otra vez volví a viajar sin maleta ni equipaje como siempre había rodado, camino del refugio que me brindaba mi querida y noble legión, donde moraban muchos jóvenes que al igual que yo habían sido por la ley apaleados, humillados.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > güelguia

  • 25 BOCCA

    f
    - B796

    bocca buona (или delicata, fine, scelta)

    — avere la bocca buona

    см. - B867

    — lasciare !а bocca buona

    см. - B898
    bocca chiusa:
    - B799

    avere (или tenere) la bocca chiusa (или cucita, tappata)

    - B801

    in bocca chiusa non c'entran mosche (тж. non entraron mai mosche in bocca chiusa; in bocca serrata non entrò mai mosca)

    bocca delicata

    см. - B796
    bocca dolce:

    bocca fine

    см. - B796
    - B809

    bocca larga come un forno (или come la misericordia di Dio; тж. bocca che arriva alle orecchie, che pare un forno или una stanferna)

    bocca nera

    см. - N186

    bocca scelta

    см. - B796

    bocca di scarico

    см. - B817

    lesto di bocca

    см. - L409

    latino di bocca

    см. - L208
    - B830

    a (или con, per) una bocca

    a bocca asciutta

    см. -A1186

    in bocca alla gente (тж. sulla bocca della gente)

    см. - B853

    in bocca all'orco

    см. - B846 a)
    - B853

    in bocca a tutti (или al volgo, alla gente; тж. sulla bocca di tutti или della gente; per или di tutte le bocche)

    a cento bocche

    см. - B857
    - B857

    a piena bocca (тж. a cento bocche)

    - B862

    andare (или correre, volare) per le bocche (тж. correre su tutte le bocche)

    aspettare le lasagne a bocca aperta (тж. aspettare che le lasagne piovano in bocca)

    см. - L191

    avere acqua in bocca

    см. -A138
    - B865

    avere (или sentire, sentirsi venire, farsi venire) l'acquolina alla (или in) bocca (тж. sentirsi venire l'acqua alla или in bocca)

    - B867

    avere la bocca buona [cattiva]

    avere il miele in bocca, e il rasoio a cintola

    см. - M1400
    - B871

    cadere (или cascare, scappare) di bocca

    cascare di bocca

    см. - B871

    cavarsi il boccone (или il cibo, il pane, il pasto) di bocca

    см. - B904
    - B876

    chiudere (или cucire, murare, tappare) la bocca a qd

    - B886

    far(ci) (или farsi) la bocca a...

    imparare a bocca

    см. - B921

    lasciare l'amaro in bocca

    см. -A589
    - B898

    lasciare la bocca buona [cattiva]

    - B903

    levare (или togliere) a qd il boccone (или il cibo, il pane, il pasto) di bocca (тж. portare via il boccone di bocca)

    - B904

    levarsi (или cavarsi, togliersi) il boccone (или il cibo, il pane, il pasto) di bocca

    — mettere la bocca in cielo

    см. - B911

    porre in bocca

    см. - B908 b)

    portare il rasoio sotto il manto, e il riso in bocca

    см. - R126

    scappare di bocca

    см. - B871

    sentire (или sentirsi venire) l'acqua (или l'acquolina) alla (или in) bocca

    см. - B865

    tenere acqua in bocca

    см. -A194

    tenere il rasoio sotto il manto, e il riso in bocca

    см. - R126

    togliere a qd il boccone (или il cibo, il pane, il pasto) di bocca

    см. - B903

    togliersi il boccone (или il cibo, il pane, il pasto) di bocca

    см. - B904

    acqua in bocca!

    см. -A202
    - B932

    bocca mia, che vuoi tu

    bocca di miele, cuore di fiele

    см. - M1409

    chi barba non ha, e barba tocca, si merita uno schiaffo nella bocca

    см. - B259
    - B936

    chi due bocche bacia, una convien che gli sputa

    chi ha il lupo nella bocca, l'ha sulla groppa

    см. - L1003

    finché uno ha denti in bocca, non sa quel che gli tocca

    см. - D210

    ha ancora il latte alla (или sulla, in) bocca (тж. ha la bocca di latte; ha la bocca che puzza ancora di latte)

    см. - L239

    (il) miele in bocca e cuore di fiele (или e fiele in cuore, e il rasoio, e il coltello a Cintola или in mano)

    см. - M1409

    napoletano, largo di bocca e stretto di mano

    см. - N11
    - B941

    tante bocche, tanti gusti

    tardi s'avvede il ratto (или il topo), quando si trova in bocca al gatto

    см. - T86

    Frasario italiano-russo > BOCCA

  • 26 bound

    past tense, past participle; = bind
    bound1 adj atado
    bound2 adj
    bound3 n salto
    bound4 vb saltar
    tr[baʊnd]
    1 (destined) destinado,-a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be bound for ir con destino, navegar con rumbo a
    - bound con rumbo a
    ————————
    tr[baʊnd]
    1 (jump) salto, brinco
    1 saltar
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    with a bound de un salto, de un brinco
    to bound into entrar dando saltos
    to bound over saltar por encima de
    ————————
    tr[baʊnd]
    past & past participle
    1→ link=bind bind{
    1 (tied) atado,-a
    2 (forced) obligado,-a
    3 (book) encuadernado,-a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be bound to ser seguro que
    to be duty bound to «+ inf» estar obligado,-a a + inf
    to be bound by contract estar obligado,-a por contrato
    to be bound up in something estar absorbido,-a por
    to be bound up with something estar vinculado,-a con algo
    ————————
    tr[baʊnd]
    bound ['baʊnd] vt
    : delimitar, rodear
    bound vi
    leap: saltar, dar brincos
    bound adj
    1) obliged: obligado
    2) : encuadernado, empastado
    a book bound in leather: un libro encuadernado en cuero
    3) determined: decidido, empeñado
    4)
    to be bound to : ser seguro que, tener que, no caber duda que
    it was bound to happen: tenía que suceder
    5)
    bound for : con rumbo a
    bound for Chicago: con rumbo a Chicago
    to be homeward bound: ir camino a casa
    1) limit: límite m
    2) leap: salto m, brinco m
    n.
    salto s.m.
    vuelo s.m.
    adj.
    atado, -a adj.
    encuadernado, -a adj.
    ligado, -a adj.
    obligado, -a adj.
    n.
    brinco s.m.
    confín s.m.
    límite s.m.
    pret., p.p.
    (Preterito definido y participio pasivo de "to bind")
    v.
    limitar v.
    saltar v.

    I baʊnd
    1) bounds pl ( limits) límites mpl
    2) ( jump) salto m, brinco m

    II
    1.
    a) ( leap) saltar
    b) ( move) (+ adv compl)

    to bound in/out/away — entrar/salir*/irse* dando saltos


    2.
    vt \<\<area/country\>\> delimitar

    III
    past & past p of bind I

    IV
    1)
    a) ( tied up) atado, amarrado (AmL exc RPl)

    my hands were boundtenía las manos atadas or (AmL exc RPl) amarradas

    b) ( obliged)

    to be bound by something (to + inf): you are still bound by your promise sigues estando obligado a cumplir lo que prometiste; they are bound by law to supply the goods están obligados por ley a suministrar los artículos; to be bound to + inf: he felt bound to tell his mother what had happened se sintió obligado a decirle a su madre lo que había sucedido; I'm duty/honor bound to tell you the truth es mi deber/obligación decirte la verdad; bound and determined — (AmE) empeñado

    to be bound to + inf: it was bound to happen sooner or later tarde o temprano tenía que suceder; she's bound to be elected seguro que sale elegida; it was bound to go wrong no cabía duda de que iba a salir mal; they're up to no good, I'll be bound — (colloq & dated) estoy seguro de que están haciendo algo que no deben

    3) ( headed) (pred)

    bound for: a ship bound for New York un barco con rumbo a Nueva York; the truck was bound for Italy — el camión iba rumbo a Italia


    I [baʊnd]
    1.
    N
    bounds (=limits) límite msing

    out of boundszona f prohibida

    2.
    VT (gen passive) limitar, rodear

    II [baʊnd]
    1.
    N (=jump) salto m

    at a bound, in one bound — de un salto

    2.
    VI [person, animal] saltar; [ball] (re)botar
    3.

    III [baʊnd]
    1.
    PT
    PP of bind
    2. ADJ
    1) (=tied) [prisoner] atado
    2) (=sure)

    to be bound to: we are bound to win — seguro que ganamos, estamos seguros de ganar

    he's bound to come — es seguro que vendrá, no puede dejar de venir

    they'll regret it, I'll be bound — se arrepentirán de ello, estoy seguro

    3) (=obliged) obligado

    I'm bound to say that... — me siento obligado a decir que..., siento el deber de decir que...

    I feel bound to tell you that... — me veo en la necesidad de decirte que...

    honour
    IV
    [baʊnd]
    ADJ

    where are you bound (for)? — ¿adónde se dirige usted?

    bound for[train, plane] con destino a; [ship, person] con rumbo a

    homeward
    * * *

    I [baʊnd]
    1) bounds pl ( limits) límites mpl
    2) ( jump) salto m, brinco m

    II
    1.
    a) ( leap) saltar
    b) ( move) (+ adv compl)

    to bound in/out/away — entrar/salir*/irse* dando saltos


    2.
    vt \<\<area/country\>\> delimitar

    III
    past & past p of bind I

    IV
    1)
    a) ( tied up) atado, amarrado (AmL exc RPl)

    my hands were boundtenía las manos atadas or (AmL exc RPl) amarradas

    b) ( obliged)

    to be bound by something (to + inf): you are still bound by your promise sigues estando obligado a cumplir lo que prometiste; they are bound by law to supply the goods están obligados por ley a suministrar los artículos; to be bound to + inf: he felt bound to tell his mother what had happened se sintió obligado a decirle a su madre lo que había sucedido; I'm duty/honor bound to tell you the truth es mi deber/obligación decirte la verdad; bound and determined — (AmE) empeñado

    to be bound to + inf: it was bound to happen sooner or later tarde o temprano tenía que suceder; she's bound to be elected seguro que sale elegida; it was bound to go wrong no cabía duda de que iba a salir mal; they're up to no good, I'll be bound — (colloq & dated) estoy seguro de que están haciendo algo que no deben

    3) ( headed) (pred)

    bound for: a ship bound for New York un barco con rumbo a Nueva York; the truck was bound for Italy — el camión iba rumbo a Italia

    English-spanish dictionary > bound

  • 27 in

    (in(to) usually small pieces: The broken mirror lay in bits on the floor; He loves taking his car to bits.) (hecho) añicos/pedazos
    in prep
    1. en
    is Mary in? ¿está Mary en casa?
    2. por
    3. en / dentro de
    in
    tr[ɪn]
    1 (place) en, dentro de
    who's in the film? ¿quién sale en la película?
    2 (motion) en, a
    you're going in the wrong direction vas mal encaminado, vas en dirección equivocada
    3 (time - during) en, durante
    4 (time - within) en, dentro de
    5 (wearing) en, vestido,-a de
    pay in cash paga en metálico, paga en efectivo
    7 (state, condition) en
    she's in a good/bad mood está de buen/mal humor
    8 (ratio, measurement, number) varias traducciones
    9 (form, shape) varias traducciones
    11 (weather, light) varias traducciones
    sit in the sun/shade siéntate al sol/a la sombra
    low in calories bajo,-a en calorías
    deaf in one ear sordo,-a de un oído
    14 (with pres part) al, cuando
    1 (motion) dentro
    come in! ¡adelante!, ¡pase!
    let me in! ¡déjame entrar!
    what time does the plane get in? ¿a qué hora aterriza el avión?
    3 SMALLSPORT/SMALL (ball, shuttlecock)
    the ball was in! ¡la pelota entró!, ¡la pelota fue buena!
    4 (tide) alto,-a
    5 (fashionable) de moda
    6 (in power) en el poder
    8 (on sale, obtainable) disponible
    have you got that book in? ¿tienes aquel libro?, ¿ha llegado aquel libro?
    9 (crops) recogido,-a
    1 (fashionable) de moda
    2 (private) particular
    1 (at home) estar en casa; (at work) estar
    is Jack in? ¿está Jack?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be all in estar agotado,-a, estar rendido,-a
    to be in for something (be about to experience) estar a punto de recibir algo, estar a punto de tener algo
    you're in for it! ¡la que te espera!
    are you in for this game? ¿vas a jugar?
    to be in on something estar enterado,-a de algo, estar al tanto de algo
    were you in on it too? ¿también estabas enterado?
    to be (well) in with somebody llevarse (muy) bien con alguien, tener (mucha) confianza con alguien
    to have it in for somebody tenerla tomada con alguien
    what's in it for me? ¿y yo qué saco?, ¿y yo qué gano?
    ————————
    in
    tr[ɪnʧ]
    1 ( inch) pulgada
    in ['ɪn] adv
    1) inside: dentro, adentro
    let's go in: vamos adentro
    2) harvested: recogido
    the crops are in: las cosechas ya están recogidas
    3)
    to be in : estar
    is Linda in?: ¿está Linda?
    4)
    to be in : estar en poder
    the Democrats are in: los demócratas están en el poder
    5)
    to be in for : ser objeto de, estar a punto de
    they're in for a treat: los van a agasajar
    he's in for a surprise: se va a llevar una sorpresa
    6)
    to be in on : participar en, tomar parte en
    in adj
    1) inside: interior
    the in part: la parte interior
    2) fashionable: de moda
    in prep
    in the lake: en el lago
    a pain in the leg: un dolor en la pierna
    in the sun: al sol
    in the rain: bajo la lluvia
    the best restaurant in Buenos Aires: el mejor restaurante de Buenos Aires
    2) into: en, a
    he broke it in pieces: lo rompió en pedazos
    she went in the house: se metió a la casa
    3) during: por, durante
    in the afternoon: por la tarde
    4) within: dentro de
    I'll be back in a week: vuelvo dentro de una semana
    5) (indicating manner) : en, con, de
    in Spanish: en español
    written in pencil: escrito con lápiz
    in this way: de esta manera
    to be in luck: tener suerte
    to be in love: estar enamorado
    to be in a hurry: tener prisa
    in reply: en respuesta, como réplica
    in
    adj.
    interior adj.
    adv.
    adentro adv.
    dentro adv.
    en casa adv.
    prep.
    a prep.
    de prep.
    dentro de prep.
    en prep.
    por prep.
    = Indiana
    [ɪn]
    1. PREPOSITION
    When in is the second element in a phrasal verb, eg ask in, fill in, look in, etc, look up the verb. When it is part of a set combination, eg in the country, in ink, in danger, covered in, look up the other word.
    1) (in expressions of place) en; (=inside) dentro de

    it's in London/Scotland/Galicia — está en Londres/Escocia/Galicia

    in the house — en casa; (=inside) dentro de la casa

    our bags were stolen, and our passports were in them — nos robaron los bolsos, y nuestros pasaportes iban dentro

    When phrases like, are used to identify a particular group, is the usual translation:

    the chairs in the room — las sillas de la habitación, las sillas que hay en la habitación or dentro de la habitación

    in here/ there — aquí/allí dentro

    a) (=during) en

    in May/spring — en mayo/primavera

    in the eighties/the 20th century — en los años ochenta/el siglo 20

    in the morning(s)/evening(s) — por la mañana/la tarde

    at four o'clock in the morning/afternoon — a las cuatro de la mañana/la tarde

    b) (=for)
    c) (=in the space of) en

    I did it in 3 hours/days — lo hice en 3 horas/días

    d) (=within) dentro de

    I'll see you in three weeks' time or in three weeks — te veré dentro de tres semanas

    he'll be back in a moment/a month — volverá dentro de un momento/un mes

    3) (indicating manner, medium) en

    in a loud/soft voice — en voz alta/baja

    in Spanish/English — en español/inglés

    4) (=clothed in)

    they were all in shortstodos iban en or llevaban pantalón corto

    When phrases like, are used to identify a particular person, is the usual translation: dressed
    5) (giving ratio, number)

    these jugs are produced in their millions — estas jarras se fabrican por millones, se fabrican millones de estas jarras

    people came in their hundreds — acudieron cientos de personas, la gente acudió a centenares

    6) (=among) entre

    this is common in children/cats — es cosa común entre los niños/los gatos

    you find this instinct in animalseste instinto se encuentra en or entre los animales, los animales poseen este instinto

    they have a good leader in him — él es buen líder para ellos, en él tienen un buen líder

    army

    the biggest/smallest in Europe — el más grande/pequeño de Europa

    in making a fortune he lost his wife — mientras hacía fortuna, perdió su mujer

    in all en total in itself de por sí in that (=since) puesto que, ya que

    the new treatment is preferable in that... — es preferible el nuevo tratamiento puesto or ya que...

    in that, he resembles his father — en eso se parece a su padre

    what's in it for me far 1., 1)
    2. ADVERB
    1) to be in (=be at home) estar (en casa); (=be at work) estar; (=be gathered in) [crops, harvest] estar recogido; (=be at destination) [train, ship, plane] haber llegado; (=be alight) estar encendido, arder; (Sport) [ball, shuttlecock] entrar

    is Mr Eccles in? — ¿está el Sr. Eccles?

    he's in for tests (in hospital) está ingresado para unas pruebas

    he's in for larceny (in prison) está encerrado por ladrón

    what's he in for? — ¿de qué delito se le acusa?

    when the Tories were in * (in power) cuando los conservadores estaban en el poder

    strawberries are in — es la temporada de las fresas, las fresas están en sazón

    to be in and out

    don't worry, you'll be in and out in no time — no te preocupes, saldrás enseguida

    to be in for sth

    you don't know what you're in for! — ¡no sabes lo que te espera!

    to be in for a competition(=be entered) haberse inscrito en un concurso

    to be in on the plan/secret * — estar al tanto del plan/del secreto

    are you in on it? — ¿estás tú metido en ello? to be well in with sb (=be friendly)

    day in, day outdía tras día

    week in, week out — semana tras semana

    4) (Sport)

    in! — ¡entró!

    3. ADJECTIVE
    *
    1) (=fashionable) de moda

    to be in — estar de moda, llevarse

    short skirts were in — la falda corta estaba de moda, se llevaban las faldas cortas

    2) (=exclusive)

    it's an in joke — es un chiste privado, es un chiste que tienen entre ellos/tenemos entre nosotros

    if you're not in with the in crowd... — si no estás entre los elegidos...

    4. NOUN
    1)

    the ins and outs of: the ins and outs of the problem — los pormenores del problema

    dietary experts can advise on the ins and outs of dieting — los expertos en alimentación pueden dar información pormenorizada sobre las dietas

    2) (US)
    (Pol)
    * * *
    = Indiana

    English-spanish dictionary > in

  • 28 freirus

    Freirus, magos, curanderos, desencantadores de embrujamientos, etc. De los Freirus se han contado muchas historias, algunas ciertas, otras meras leyendas y muy pocas están en lus cuentos. Yo ahora les voy a contar la historia relacionada con lo misterioso de las Xantinas y freirus. "L'ESTORIA DE XANTA ROUXA" —Acorreláu per argutóuxes cumes que fasta les mesmes ñubes s'espurríen, pa xorber d'échos nus envernus les ñeves ya nus branus les güáitades, ben per mor de les borrines ou de bétchadas orbayadas, ou de choveres xin tinu, cundu atroñiquen lus cielus, ya en pocétchos centellóuxes s'esmadrían ente reblagus en manplenáes de riadas. Ou cundu nes campes nuétches baxu 'l paxiétchu d'estrellas, qu'acobertorién lus érus de moyadas alboriadas, ou cundu 'l tempu trastola, ya baxan prietes borrinas xemandu las orbayadas, que fartucaben al vátche que comu xardín divinu per les argutóuxes cumes yera curiáu en muriada. —Nisti vátchiquin d'enxuenu que mil nomes xin chevara, mal nomáu xamás cheldara, perque mil vátches semexus a miou Melgueirina Asturies per tous lus lláus l'engalanan. Isti vátche yera un xardín que xempre verdi lu taba, lu mesmu nel plenu envernu que nel branu magosteiru, dou embruxantes aldines per uquiera lu poblaban, de xentes fortes ya bravas, que fellices trabayaban, disdi que el sol allumbraba, fasta que la nuétche prieta nun dexaba güétchar nagua. —Sous erus daben lu mesmu 'l perexil que l'escanda, lus arbeyinus de Mayu, ya tou la clás de ximiente qu'el llabrador la xemara. Nus sous teixus tou la fame taba d'afechu xebrada. —Allindiaben sous rebañus d'uveyes, vaques, ya yegues, que nus préus, ou nas brañadas pastiaben yerbes mu sanas. Nuna 'ldina d'isti vátche fae mamplenaú d'anus, fexu rellumbru ista hestoria que l'uréei cundu guaxe de chingua d'un bon vaqueiru que tamén él l'ureáre. —Ista cheyenda ou hestoria que ches cuntu you nagora, fói fecha per el amore, 'l xufrimientu ya la chárima, ya per oitres munches couxes qu'allumbra l'alma humana. —Yera Rouxina tan pura, tan ñatural ya melgueira, tan fermóuxa ya ben cheldá que nin el mesmu Faidor oitra mexor n'encaldara. Yera fía d'una viuda de rancuayina llabranza, qu'ente les dous trabayaben, con la gavita l'aldina, que toes sous xentes con gociu l'apurríen cundun cuadraba. Perque Rouxina yera dalgu que embruxaba y encantaba, que semaba l'allegría per uquier qu'espatuxara, Rouxina xegún les xentes yera un anxelín del ciellu, tan roxiquina y a guapina comu las divinas xanas. —Sous güétchus yeran mesterius qu'al mirar tou l'embruxaban, l'allumbraben d'allegríes, l'alleraben d'esperancias, l'aviñonaben pel gociu qu'en sou alma fogueiraba. Sous güétchus faían falugus, apurriendu mil promexas xin écha falar pallabra. Tous lus mozus d'aquel vátche taben ameruxáus d'amore per la melgueira Rouxina, pos tóus ca cual per xigu, cuntábenxe ben queríus per la melgueirina xana. —Cundu chegaben les romeríes naquel vátche d’énxuenu, toes les xentes dexaben lous trabayus, y'apaxiétchaes con sous gales de festa, diben allegres ya fellices con xantificanti respeutu, a festexar al sou Xantu ou Xantina que tou 'l añu le reizaban, rogándoyes que sous femes nun mal partu nun bétcharan ou que lus chobus ya 'l oxu nun chuquinaren sous vaques, sous uvées ou cheguadas, ou qu'el tempu vena bonu p'el maíz ya las patacas, ya cundu 'l mes de la yerbe nun choviere nin orbayara, pa poder metela bona nus payares ya nas baras, axín como oitres couxes que a sous Xantus pigüeñaban. —Ya trés lus reizus al Xantu ou a la Vírxen qu'aduraban, tóus diben pa sous teixus en hermaná fellizada, y'enzulaben el banquete que faíen col cordeiru mexor de la sou teixada, ya oitres guixus ya llambicus, que pa tal chelda forniaban. —Ya despós de tous fartus e achegres en romaurada, colaben pa la campeira dou lus múxicus gaitaban, ya tóus xemáus de diches con alegría danciaban lu mesmu la xente viétcha qu'angunes xotes danciaba, que la xuventú enteira que de baítchar n'adondaban, xempre xuníus nel dexéu de la querencia qu’embruxa l 'amore que ca cual cata, mái nus mozus que nes móuces pos ístas son mái recatas, perque la fema que pirdi la sou gonra endenantes de qu'el cura la caxara, cheva cuaxigu la duda de ser muyer fellizada. (Bona dote tenes fía, que yes fermóxa e gonrada, 'l díe que pirdas la gonra si nun yes muyer caxada, tou dote nun val pa nagua). Axin falaben les maes tous lus díes a sous fías, enus tempus d'endenantes, cundu la mútcher namái que yera 'l ama en sou teixu cundu 'l sou home nun taba. Peru güéi que la muyer ye 'l xuez que chelda les lleyes, ou 'l guardia que t'encarxela, ou 'l aboguéu falancieru que la xusticia simielga ou 'l fiscal endiañáu que t'achuquina xin pena, falu you que la mútcher güéi poucu estima sou gonra, sou embruxu mesterióxu, sou divinidá grorióuxa, sou ser má del mesmu Cristu, sou ser mantina e fermóuxa. —Ya coyendu la güítcha p'afalar denuéu continu ista hestoria ou cheyenda, falu qu'achí naquel baítche, tous lus mozus faíen dance p'eñamorar a Rouxina, tóus lampriáus nel esgolazu queríen xorber nus sous güétchus el embruxu qu'allumbraben, d'angunus envallentáus falábenle mu xellín que taben per écha llocus, peru Rouxina xonrienti a dalgún sou xi ches daba, ya ñocenti comu ‘n ánxel con sous embruxantes güeyus ya sou melgueira falancia, per xemexu afalagaba, engolguiéndulus nun fuéu que mái sou amore queimaba. —E anxín con tóus per lu mesmu, danciaba ya se reyía, falaba ya canturriaba, ya sous güeyus mesterióxus l’amor per uquier xemaban. TRADUCCIÓN.— (LA HISTORIA DE SANTA ROSA). Rodeado por altas cumbres, que hasta las mismas nubes con gallardía se estiraban, para beber de ellas en los inviernos las nieves y en los veranos las aguas, bien por mediación de nieblas o de ricas escarchadas, o de lluvias que sin tino cuando los cielos tronaban y la centella o el rayo como la luz caminaba, y las nubes se rompían en torrentes de riadas. O cuando en las noches claras bajo el manto de estrellas, que cubrían todos los campos mojados por la alborada, que tal hartaba a todo el valle, que como jardín divino, por las altas montañas era cuidado por sus naturales murallas. —En este valle de ensueño, que mil nombres si llevara mal llamado jamás fuera, porque mil valles divinos, parecidos este ensueño, en mi Dulce Tierrina por todos sus lados la engalanan. —Este valle era un jardín que siempre verde lo estaba, lo mismo en el pleno invierno, que en el verano más caluroso, donde embrujadoras aldeas por todas partes poblaban, de gentes fuertes y bravas que felices trabajaban, desde que el sol salía, hasta que la oscura noche no dejaba ver ya nada. Sus tierras daban lo mismo el perejil que el trigo, que los guisantes tempranos, que cualquier clase de siembra que el labrador trabajara. En sus casas toda hambre del todo estaba apartada. —Las nobles y bravas gentes de aquel valle de ensueño, cuidaban a sus rebaños de ovejas, vacas y yeguas, que en los verdes prados, puertos, morteras u brañas, pastiaban abundantes y buenas hierbas. En una de las aldeas de este valle, hace muchos años se a alumbró esta historia, que yo escuché siendo niño, de boca de un buen vaqueiru, que también él la escuchara. —Esta leyenda o historia que yo les voy a contar ahora, fue nacida del amor del sufrimiento y la lagrima y de muchas otras cosas que alumbra el alma Humana. —Era la joven Rosina tan, pura y tan natural, tan dulce y tan hermosa, y también deseada estaba, que hasta el propío Hacedor otra mejor no creara. Era hija de una viuda de muy pequeña labranza, que entre las dos trabajaban, con la ayuda de las gentes de la aldea, que les prestaban cuando la necesitaban. Rosina era ése algo que embrujaba y encantaba, que sembraba la alegría por donde ella caminara. Rosina según las gentes, era un angelín del cielo, tan rubia y hermosa como las divinas Xanas. —Sus ojos eran misterio que al mirar todo lo embrujaba, alumbrando la alegría, repartiendo la esperanza, llenando a todos del gozo que en su alma se hornaba. Sus ojos hacían halagos prodigando las promesas sin ella decir palabra. Todos los mozos del valle estaban llenos de amor por la dulce y encantadora Rosina, y cada cual para si mismo ya se contaba amado por la preciosa diosa. —Cuando llega el tiempo de las fiestas o romerías en aquel valle de ensueño, todas sus gentes dejaban sus trabajos, y vestidos con sus mejores galas, iban alegres y felices, con santificado respeto, a festejar a su Santo o Santina, que en todo el año le rezara, rogándole que sus hembras tuvieran un buen parir, o que los lobos o el oso no matase a sus ganados, o que el tiempo viniese bueno para el maíz, y las patatas y que en el mes de recoger la hierba no lloviese ni lloviznara, para poder tener buena hierba en los pajares y las varas, así como muchas otras cosas que a sus santos les rogaban. Y tras de los rezos al Santo o a la Virgen que adoraban, todos se marchaban para sus casas en hermanada felicidad, y festejaban el banquete que hacían con los corderos mejores de sus rebaños, y otros guisos y confites que para tales fiestas se industriaban. —Y después de todos hartos y alegres en romería, se iban para la campa donde los músicos tocaban, y todos llenos le dichas con alegría danzaban, lo mismo las gentes viejas que algunas jotas bailaban, que toda la juventud que de danzar no casaba, siempre unida en el deseo, de la querencia que embruja, el amor que cada cual buscaba, más en los mozos que en las mozas, pues éstas son más recatas, porque la hembra que pierde su honra antes de ser casada, puede que jamás alcance la felicidad soñada. (Buen dote tienes hija mía, que eres hermosa y honrada, el día que pierdas tu honra sino eres mujer casada, tu dote no vale nada). Así hablaban las madres todos los días a sus hijas en los tiempos ya pasados, cuando la mujer sólo era el ama en su casa siempre que el hombre no estuviera. Pero hoy que la mujer es el juez que hace leyes o el guardia que te encarcela, o el abogado hablador que la justicia menea, o el fiscal endemoniado que te asesina sin pena, digo que hoy la mujer muy poco esta a su honra, su divinidad gloriosa, su ser la madre de Cristo, su ser querida y hermosa. —Y cogiendo la aguijada para arrear con tino esta leyenda o historia, les digo que en aquel valle de ensueño, todos los mozos, bailaban, reían, cantaban y todo cuanto hacían y pensaban iba encaminado para enamorar a la hermosa y divinizante Rosina, pues todos estaban hambrientos y sedientos hasta el enloquecimiento, por poder satisfacerse con las embrujantes miradas de sus misteriosos y encantadores ojos, algunos mozos más osados, le decían muy despacio y con grande veneración, que estaban enloquecidos de amor por ella. Pero Rosina sonriéndose siempre con su candidez acostumbrada, a ninguno le daba su sí, e inocente como un ángel, con sus embrujantes ojos y su dulce palabra, por igual a todos halagaba, envolviéndoles dentro de un embriagador y divino fuego en el que sólo su amor les quemaba. Y así con todos por igual, bailaba y se reía, hablaba y cantaba, y sus ojos misteriosos el puro e inocente amor por todas partes sembraba. "JUAN EL CURANDERO" —Era Juan hombre maduro sin llegar en esta edad a su total madurez, y era viejo en ser tan pobre como la propia vejez, pues no hay viejo que sea rico aunque más dineros tenga que el mundo que tener. Ya que el dinero en el viejo (y a esta edad yo he de llegar si la parca en mi camino no me siega mi querer, y quisiera me respeten como yo desde mi infancia con el anciano lo hacer) u otra riqueza que fués, sólo le sirve de abrigo, de tranquilidad tal vez, y para que todos sus deudos le mimen y les respeten, como el mejor de sus males para heredarle después. —Yo no se si me comprenden por no explicarme muy bien, yo no llamo viejo al tiempo, porque el tiempo viejo no es, yo llamo anciano a los seres que han perdido la alegría, la ilusión y el apetito, y cuando esto se pierde el más joven viejo es. —Digo yo que me han contado, que Juan no tenía riquezas, y que vivía solitario en una humilde cabaña que él mismo se fabricara, era hijo de aquel valle, dónde sus padres un día tuvieran buena labranza, pero siendo él un niño que apenas lo recordar, vendieron toda la hacienda y se fueron a ultramar. Y en aquellas tierras ricas al otro lado del mar, Juan conoció la fortuna que del trabajo sus padres la pudieron enfornar (hornar), también conoció el amor, y la alegría de vivirlo con el placer que él te dar, pero el vicio de las drogas que a otros muchos te empujar, le hicieron perder su suerte y en la desgracia rodar, y esta negra desventura al presidio le llevar, de dónde salió tan pobre de riquezas y de honor, que en él ya nadie confiar. —Desesperado y mendigo, sin familia y sin hogar, Juan regreso a su Tierrina, al valle que había nacido, y a las argutas montañas que con recelo le guardar, y una vez en el lugar dónde él al mundo llegar, en terreno comunal edifico su cabaña, y tras ella hizo una huerta que con sapienza cuidar, dónde florecía la planta que tras bien elaborada él con placer la fumaba y del mundo se olvidar. —Juan vivía de la caza, de la pesca de ser hombre de mente despierta a ultranza, y quizás bien educada en el delicado oficio de curar la enfermedad, pues él sanaba a las gentes con sus potingues y ungüentos industriados con las plantas que en el monte él arrancar, así aliviaba el reuma, los catarros y otros males, que el médico no sanar. Muchas veces sus palabras sabias por bien atinadas, hacían más bien al enfermo, que el doctor y su receta, que a parte de ser muy cara, raras veces era eficaz. —Juan era un astur de casta, de estatura premediada, de rostro agradable y firme, con nariz recta y holgada, de boca que sonreía aunque palabra no hablara, de ojos tristes y avispados, del color de la esmeralda, sus cabellos eran negros para contraste de raza, y su caminar sereno tranquilidad sin par, le daban el firme aire de poder y libertad. Juan practicaba la industria de curar la enfermedad no cobrando jamás nada, pero todos le ofrendaban mucho más que si cobrara, quizás fuese porque Juan, era hombre que las gentes le querían, le admiraban y le honraban. —Una tarde estaba Juan sentado frente a su casa, que alejada de la aldea en solitario se alzaba, silencioso y cabizbajo no viendo que le observaban, Juan cavilaba en silencio, o tal vez feliz lo fuera y en nada quizás pensara. Más de pronto alguien le dijo con voz cristalina y clara, como las aguas que nacen en las fragosas montañas, con voz cantarina y brava, como la que hace el malvís en la libertad del campo, dueño y señor de su ente, no siendo esclavo de nada, con voz mansa y adulzada, como la que hace la hembra, cuando a su amado le invita, o a su cachorro le halaga, con voz cálida e inocente, como los rayos del sol que dan vida a todo ser, sin preguntar si hay algunos que no merecen tal gala con voz que era un embrujo, para cualquier ser viviente que su música escuchara: —¡Señor Juan! ¿Se encuentra enfermo, o tal vez tiene tristezas que le infelizan su alma? —Juan levantó su mirada, y allí en mitad del camino Rosina le reparaba, con sus candorosos ojos y una divina sonrisa que en sus boca bailoteaba. —¡No preciosa soy feliz, no tengo en pobreza nada, que me fabrique el dolor, ni el odio ni la venganza, ni el egoísmo maligno, ni una ilusión desquiciada! —¡Soy feliz porque soy rico, al saber que no poseo querella de hacienda vana, tengo comida y cobijo, vecinos que bien me quieren y muy tranquila mi alma. —¿Puedo sentarme a tu lado a charlar si tiene gracia...? —¡Tengo la gracia del cielo, cuando hasta mi lado llega, la hermosura más preciada por la inocencia guiada! —¡Puedes Rosina si quieres hacer cuanto a ti te plazca! —¡Señor Juan, yo soy curiosa, como mujer bien pagada, cuentan en la aldea cosas de usted y ninguna mala, pero yo quiero saber esa tristeza que tienen sus ojos que ahora me halagan, ese no querer tener, cuando todos en la vida, por el poseer se afanan! —¡No están tristes mis pupilas, ya que en verdad son dichosas, tal vez se encuentran cansadas, por el placer tan inmenso que en todo momento gozan! —¿Cómo es posible señor, que estando sólo en su choza con agranda *** ***y de todas sus bondades, y ocasiones hubo muchas en que estándome yo sola he pensado en bien amarle. Señor Juan, nunca me quite de este placer que yo siento al poder acariciarle, al poder amarle tanto, como no he podido amar, nada más que a la mi madre! — Juan dominando el deseo que su espíritu sentía, de sus sentidos dislocos perdidos en el placer del vicio que da la carne, pudo un tiempo detener prisioneros tales naturales males, pero al fin incontrolable, besó a Rosina en sus ojos que eran maravillas tales, con el ardor de la quema controlada y sin desmanes, y acariciando su rostro con hermosura pureza del más escogido ángel, le dijo ya emocionado despreciando sus maldades: —¡No sé si el cielo me premia dándome cariños tales, o si me pide un calvario que en duda pongo en llevarle, sólo sé Rosina hermosa, princesa maravillosa con designios celestiales, que en mí hallarás tú siempre cuanto tenga y pueda darte, puedes venir a mi casa siempre que el querer te llame, mi puerta no tiene llave ni para ti, ni tampoco para nadie! —¡Señor Juan, soy tan dichosa que mi pecho se me abre, y por él se me desbordan todo un Firmamento lleno de gozosas alegrías, porque no tienen cabida en mi alma que las hace! —Juan de nuevo acarició aquel ángel tentador, y sin poder contenerse aunque luchó con ardor, sus labios fueron directos aquella rosa encarnada, que era su boca preñada de virginidad y amor. Y lejos de ser esquiva a tan bacanal caricia que se enredaba en el beso que en sus labios se prendió y aquella fuente de gozo, de un deseo incontrolable de un embrujo tentador, respondió al beso en medida que el beso que recibió, y rauda salió corriendo envuelta en gloriosa dicha, con marcado rubor, le dijo adiós con su mano, hacia su aldea marchó. —Juan quedó sólo y maltrecho por el placer el dolor, sin llegar a comprender, que tanta inocencia pura, tanta hermosura y candor, pudieran vivir tan juntas en natural parangón, y darle a él tanta dicha, como carga de dolor. "LA MUERTE DE JUAN" —Fue condena para Juan imposible de vencer, aquel fuego que prendió Rosina en su corazón, era un veneno de infierno que le empujaba al placer, y no al honrado sendero de querer a la inocente como el padre que no ser. —¿O quizás es el demonio ese ángel celestial que en figura de Rosina a mí me vino a tentar, el inocente soy yo que en la inocencia fiar? —Ella se dejó halagar, yo con pasión la besé, y busqué en sus labios puros no el cariño paternal, sino el deseo carnal que en todo Humano se encuentra, como dios del placer, muchas ocasiones hay que ni el más santo barón, ni la más casta mujer son capaces de frenar y violan la castidad en su vida alguna vez. Si a este extremo llegan ellos, ¿qué podré yo hacer que soy un vicioso por demás de la droga y el placer? —Y ella se dejó halagar, y con su candorosa inocencia despertó en mí otra vez, las locas ansias de amar, que dormidas las tenía pensando que nunca más volverían a despertar, puede que ella sin querer me incitara en la pasión, por eso yo la besé, y busqué en sus labios rojos fontana de gran placer, apagar mi sed de amor, y cuando tal degustaba pude y en ella yo notar, que respondía a tal goce no con querer paternal, sino con ansias de amar, y al igual que yo gozar. Y sus pechos prominentes recios por virginidad, he visto que se alteraban sacudidos por el goce que al largo beso arrancar. Y sus ojos hechiceros brillantes como luceros cuando el alba se acercar, he visto que se cerraban extraviados y sumidos, como buscando en su mente un acomodo gustoso del placer desconocido que ella aún no degustar. —¡Más que digo! ¡Estoy demente! —¡Cómo piensan mis sentidos cosas tan bajas y ruines de una virgen inocente que como a padre me amar! —¡Santo cielo, estoy perdido dentro de este fuego ciego que sin mudanza ninguna, me conduce con fiereza al desbordado deseo, de una pasión tan demente que me roba mi sosiego, y que me empuja insolente al pensamiento más bajo que mi mente fabricar! —¡Qué feliz era yo antes en este mi bello valle, dónde desde lejos vine con el propósito firme de hallar la tranquilidad fundiéndome con la paz, que tanto necesitaba mi alma ya emponzoñada por tanto el cuerpo gozar! —¡He de marcharme del valle mañana a lo más tardar, he de huir de esta pasión que a velocidad del rayo me roba sin contenerla, el tesoro más preciado que era mi tranquilidad. He de alejarme si quiero que mi deseo carnal, consumado no se vuelva con la fiereza bestial que en afán pone la fiera cuando el hambre la devora, y para calmarla mata al inocente cordero criatura celestial, que muere en la fiera garra sin pronunciar un sollozo, como morirá la honra de la inocente Rosina, para calmar el Placer que en mi alma dislocado aspira al rico bocado de su hermoso virginal! —Ya la tarde caminaba en pos de la oscuridad, que ensombrecida en el valle hacia sus cumbres se alzar, Juan se adentró en su cabaña casi enfermo por la fuerza que había gastado en pensar, queriendo sepultarse dónde ni el mismo se hallar, para olvidar el tormento de la más grande pasión que en su vida le tentar, por eso, con sus hierbas drogadizas y otros diversos potingues que él sabía preparar, mezclados con miel y caña, en una olla con agua al mor del fuego aliñar, y cuando en su punto estuvo aquella droga fatal, se acostó en su ruin camastro y a tragos largos y ralos con gusto se la libar, para apagar en su mente su pensamiento encendido que en la Rosina quemar. —Tiempo hacía que la noche del valle ya se adueñar, cuando sintió que en su puerta alguien la abría y entrar, en el interior del cuarto con voz candorosa y suave en murmullo cariñoso que al de la gloria apariar, le decían con misterio que le pareció que era su mente que trasvolada al ente que le tentaba, de él se quería también por doble puerto mofar: —¡Señor Juan! ¿Está dormido...? —A la luz del mal candil que iluminaba la alcoba, con destellos que bailaban en las borronosas sombras, dándoles casi una vida que a más claridad no hallar, Juan vio a Rosina sonriente, entre azorada gozosa, e incorporándose presto en su catre empobrecido, preguntole preocupado aunque alegre por pensar, que en su sino escrito estaba que aquella virgen doncella sólo venía a buscar, el aplacar su pasión con la que a él le atenazar: —¿Cómo se atreves princesa, ángel hermoso del cielo, criatura primorosa, diosa de mis desvelos, ruina de mis desventuras, soberana de mi cielo, cómo te osas Rosina, encantadora xanina, que has embrujado mi alma con tu amor que al ser divino yo como mortal no espero, cómo te atreves te digo, en venir desde la aldea, sólo y en noche sombría, hasta esta casa malvada, dónde mora tu deshonra yvive mi desespero? —¡Señor Juan, no pude, y juro que lo intente con denuedo, pues algo, si que no comprendo, una fuerza misteriosa que me traspasaba el alma, entre alegre y pesarosa, entre dichosa gozosa, repugnante y vergonzosa, una pasión tan profunda que al ser salvaje es sincera, una poderosa magia que al ser divina es misterio, me obligó sin yo oponerme, a que dejase mi casa muy despacio en silencio, me trajo a su presencia, y aquí estoy porque le quiero! —Juan con tristeza profunda y alegría en alto cielo, con pasión que se apagaba y en amor ardía fiero, asió la infusión de droga y bebió con el consuelo, de ver abierta a la postre la puerta de su gran cielo. Cogió Rosina la olla de entre las manos de Juan, que no hizo ni un amago para impedir que ingiriera de aquella su medecina que le aploacaba sus penas y con su sonrisa hermosa, inocente y candorosa, bebió Rosina con gozo la caramelosa droga, tras beber un largo sorbo, siguió sonriendo feliz, a la par que se acostaba en el catre a par de Juan, y con sus palabras dulces y sus manos primordiosas, caricias sembraba en Juan a la par que le decía: —¡Algo tiene esta bebida que de alegría me llenar, algo que sabe tan dulce como la miel en panal, algo que enciende mi alma y en el aire me hace andar, tal parece que soy ángel con alas en mis espaldas que me permiten volar! —¡Señor Juan, mi Juan querido, siente un calor en mi cuerpo y la ropa me estorbar, voy a quedarme en porricas (desnuda) para contigo gozar, soy feliz mi Juan querido, tanto que dudo en el mundo, un ser con más dicha y gozo, como yo no sé si habra! —Y así entre besos y abrazos, caricias, risas y juegos, en aquel renqueante catre sucio y pobre por demás, Rosina la candorosa, la inocente virgen pura, perdió su honra gozosa, conociendo jubilosa un placer que no soñar, perdió su casta inocente y a cambio ganó dichosa, saborear felicidad. —Toda la noche fue fiesta de besos que se perdían sumidos en el placer, de caricias de halagos, que hasta las puertas abiertas de su honra destrozada, llegaban en oleadas, sin jamás desfallecer. —Y así amándose ciegos sin pensar en el después, cantó el malvís su tonada y llegó el amanecer. —Fue entonces cuando extenuados de tanto amor y placer, fundidos en el abrazo que sólo el querer saber, se perdieron en el sueño feliz y de pesadez, que a los cuerpos adormece después de beber placer. —Se alarmó por la mañana la aldea que despertaba aprestándose al trabajo como cada día hacer. Se alarmó por los lamentos, llantos y gran desespero, que la madre de Rosina con grande pena lo hacer. —Puesto el pueblo sobre aviso, pronto cundió en todo el valle la noticia ya agrandada del dolor que acontecer. —Unos decían con pena, que tal vez fuera raptada por alguien que la querer. —Viejas hubo que dijeron porque que en misterios creer, que Rosina no era criatura humana, sino que era una Xana, y con ellas a sus fuentes otra vez querer volver. —Todas las gentes del valle la llamaban y buscaban, por los montes y praderas, por las ubérrimas cumbres dónde el utre (el águila) campaba, por las abexías (húmedas sombreadas) y abruptas fondigonás (hondonadas), por las veiras del regueiru (orillas del torrente), que cruzaba sulfuro la rica verde vallada, y todos con desespero perdían ya la esperanza de poder jamás toparla, y ya casi se creían, que Rosina era una Xana que a sus fuentes retornara. —Alguien llegó a la cabaña del bienhechor curandero, la vio abierta y solitaria, llamó a Juan con fuerte voz, y al ver que no contestaba, dentro de su casa entró. —Y allí, en el catre humilde del magnánimo señor, juntos y muy abrazados, sumidos en dulce sueño, Juan y Rosina dormían sin despertar a su voz. —Salió raudo de la casa quién el primero los vio, y a gritos dijo en la aldea dónde Rosina se hallaba y nadie se lo creyó. —Pero al afirmarlo fiero, y rogar que le siguieran, todos corrieron tras él, y entraron en la cabaña, y vieron a los amantes durmientes y entrelazados cual si fuesen uno dos. —Asustados los vecinos al ver lo que no creyeran aunque jurasen por Dios, zarandearon los dormidos, con rabia, odio y furor, y despertose Rosina, pero Juan no despertó. —No se alteró la Rosina, ni menos se levantó, halagó el pelo de Juan, con cariño le besó, y les dijo a sus vecinos con voz preñada de ira, de desprecio y de valor: —¡Dejazle dormir tranquilo, que vuestras horrendas voces no perturben a mi amor, y marcharos de mi presencia, pues no volveré a la aldea, ya que mi casa está aquí, porque desde hoy ya soy, ante Dios que es el que importa, la fiel esposa de Juan, al que le entregué mi honra y todo mi corazón! —Fue la madre de Rosina herida en su sentimiento con vergüenza con fuerza enloquecida por deshonra tan atróz, la que asiendo a Juan con envilecido furor, del catre al suelo tiró y allí en el suelo empobrecido, del miserable cuartucho, todos juntos comprobaron sumidos en un terror, que de miedo confudiólos al presenciar con pavor, que Juan seguía dormido, y en sus labios florecía una sonrisa feliz, que la muerte por la dicha al matarle le dejó. —¡Está muerto! ¡Le has matado! Dijeron aquellas gentes mirándola despavoridos, como si Rosina fuera demonio exterminador, como si aquella muchacha que siempre del pueblo tuvo el cariño y el halago, el aprecio más pagado, y el amor de los rapazus (mozos) que por ella suspiraban con buen querer e ilusión, cómo si aquella preciosa y angelical criatura que desde niña alegrara con sus cantes y sonrisas, galanuras y prestancias, sencillas y naturales, ausentes de vanidas y de hipócritas maldades, los vivires, y quehaceres de las gentes de aquel valle, de pronto se convirtiera en lo mas sucio y maldito que a un humano le caver. —¡Bruja del demonio eres Xana de gran maldición! —Dijeron algunas gentes con el odio retratado en sus ojos y audición —¡Has venido a esta cabaña tan sólo con la intención de asesinar a este hombre, que era nuestro curador y un santo de bendición! —Levantóse de aquel catre Rosina sin el pudor, y en porricas (desnuda) como estaba, con el cuerpo más perfecto que jamás la tierra dio, abrazose a Juan llorando entre gritos lastimeros tan cargados de dolor, que doblegarían en pena a otras gentes que no fueran sus vecinos que la odiaban, y con desprecio la miraban, con repugnancia y con terror. —¡Fostes vuexotrus baldrietchus, gafuróuxus achuquinus (fuisteis vosotros cobardes, despiadados asesinos), hijos de satan malditos, los que matasteis a Juan mientras que dormía yo, un sueño que no era sueño, sino gloria del Señor! —Gritóles Rosina airada, fuera de sí dislocada, transfigurado su rostro por tan inmenso dolor. —¡Yo pido al Señor del Cielo, o al rey del infierno fiero, que sobre vosotros baje poderosa maldición, que os quite la alegría, la paz y prosperidad por asesinos que sois! —Al día siguiente en el valle fue enterrado el pobre Juan, llorando sin ver consuelo, tras el féretro entablado Rosina le acompañaba hasta la dura morada dónde su cuerpo sin vida sería pasto de la tierra, porque de ella nació. —Con Juan se fue de Rosina la alegría alborozada, el brillo de su mirada cautivadora de amor, su virginidad gozada, sus sonrisas primordiosas que de ángel eran canción, su inocencia candorosa su felicidad dichosa, gozada en el mismo día que su honra se esfumo. —Más de dos meses Rosina en su lecho desesperada enferma de amor vivió, y casi su muerte halló por la pena que sufrió. —Cuando al fin salió del mal y a su cotidiana vida de trabajo retornó, lo hizo ilusionada de renaciente alegría, al saber que en sus entrañas un hijo estaba creciendo fruto de su gran amor. —Fue su vida desde entonces en aquel valle querido, la condena del infierno o un castigo del Señor. —Ella que siempre había sido la hermosura y la canción, la alegría y la sonrisa, la ilusión de tantos mozos que deseaban su amor, la inocente virgen pura sin orgullo ni obsesión, era ahora por sus gentes despreciada con horror, insultada muchas veces con ofensivas mentiras, dónde la airada venganza de la envidia recogió. Hasta los mozos que antes la trataban con cariño y marcada veneración, ahora la repudiaban, y con socarronas risas le lanzaban sucias sátiras, y la nomaban Paraxa (nombraban puta) con la misma asiduidad, que antes le decían bonita en cualquier otra ocasión. —Algunas viejas había que con sutil agudeza que en el aldeano es primor, sembraban entre las gentes el veneno acusador, con frases tan bien urdidas de historias que antiguas son, que Rosina era una Xana, que sólo traería al valle desgracias y males tales, que mejor era apredrearla y arrancarle de su cuerpo su vida de maldición. ALUMBRAMIENTO, MUERTE Y SANTIDAD DE ROSINA —En el culminante estado de su amada gestación, Rosina aquella mañana fue con sus vacas al prado, y allí en el raso campo a la luz clara del sol, se puso enferma de parto, y entre la hierba rosada a dar a luz se acostó. —La alegría acariciada que tanto tiempo esperaba, semilla que iba a nacer fruto de su gran amor, se tornaba por momentos en acuciante dolor, que le hacía revolcarse entre la crecida hierba, entre gritos lastimeros que le arañaban la entraña, porque su hijo quería ver la claridad del sol. —Ella sola en pleno campo, sin que nadie le ayudara, ni menos la consolara ni con palabras ni hechos, sin que una mano piadosa l'enxugara (le secara) los sudores que el dolor los hacía crecer, ella sola a lo salvaje, como siempre había vivido con natural sencillez, como si fuera una fiera con el dolor de mujer, estaba alumbrando un hijo, con la natural manera que en su día lo supo hacer. —El esfuerzo agobiador y el dolor desgarrador que sufriera al alumbrarlo, la privaron del sentido durante ignorado rato, y así el infante gritaba en la soledad del campo, mientras que era lamido con cariño casi humano, por Petra la perra loba, que con su ama la Xana apacentaba el ganado. —Desde las altivas cumbres dónde el águila vigila, con sus ojos encendidos de rapidez desmedida, y precisión ajustada a sus ansias de asesina, la soberana del aire había visto la muchacha, entre las hierbas tendida cual si muerta se encontrara, y al pequeño dando gritos, aunque Petra, cariñosa con maternidad lamiera, cual si su cachorro fuera, no el hijo de su ama. —Sanguinaria y despiadada vio la reina de las cumbres en el infante un festín, de sabrosa carne humana, y bajando de los cielos con sus alas replegadas y la rapidez del rayo cuando del trueno se escapa, arrancó en vuelo rasante de entre las fauces del perro que en el momento cuidaba con desmedido cariño al instante que hacia el cielo el águila se elevaba. —Lamentos que daba el niño entre las feroces garras de águila desalmada, mientras que la fiera alada sin piedad entre sus uñas al instante asesinaba. —Ladridos de grande pena que la perra noble y buena más humana que animal enloquecida hacia el cielo con fiera rabia lanzar, mientras que chillando alegre la reina de las montañas majestuosa planear, para llegar a su nido que colgado en el abismo del inaccesible risco, iba a ser mudo testigo, del ángel que en un festín, un águila devorar. —Al fin la pobre Rosina del olvido del desmayo a la razón retornar, y recorrió con anhelo de una alegría sin par, que había alumbrado a su hijo, y rauda miró angustiada en que lugar se encontrar. —Vio a la noble perra entre la hierba acostada que quejidos murmuraba cual si culpada lo estar, vio su razón desatada ensenderada en camino que a la demencia guiar, si no encontraba a su hijo que ella sabía que alumbrar. —Pero no... pudo hallarle, ni ya nadie le encontrar, porque aquella fiera alada un festín con él se dar. Su dolor al más medrado, su penar crecido al más, hicieron de ella el demente que sin perder la razón como loco se portar. Clavó sus hermosos ojos en el Infinito cielo, y con llanto desgarrado por mil lágrimas regado que las fuentes del dolor desmandadas en riada todo su ser anegar, reclamaba su justicia al Señor que así le hablar: —¿Dónde mi hijo se fue si en mi entraña ya no estar? —¿Dónde Hacedor Poderoso con tantos ojos que tienes que todo lo escudriñar, dónde mi hijo se fue, que ladrón me lo robar? —¡Yo le he visto aquí nacido, sano y fuerte cuando Tú mi sentido me quitar. —¡Dime Señor te lo ruego, y a cambio mi vida entera ahora mismo te entregar, dentro de atroz sufrimiento que inventado aún no estar!, ¿que malvado despiadado a mi hijo me robar? —¡Vamos Señor que no oigo tu Divina voz hablar! —¡Dime si mudo lo eres al menos con una seña dónde mi hijo morar! —¡Despierta Señor del Cielo, si es que dormido lo estás, y busca a mi hijo pronto que sino se morirá! —¡Oh Señor ya te comprendo, no me quieres ayudar, porque a nadie Tú le ayudas mientras que vivo lo estar! —¿Oh acaso soy yo la Xana que en las fontanas morar, y estoy viviendo un sueño que no es mi realidad? —¡Si así es mi creador, el sueño es mi verdad! —Revolcándose en la hierba que su drama presenciar, prisionera del dolor, que descanso ni sosiego, ni un instante le dar, ahogándose en las lágrimas, que de sus ojos brotar, la desgraciada parida horrendos gritos lanzaba, que en el aire se perdían fusionados y apagados en distancia, por el cante del malvís, el jilguero y la calandria, por el rumor de las aguas que felices y hermanadas, el bullicioso torrente hasta la mar las llevaba. Por la canción tan pareja que hace el grillo y la cigarra. Por el graznar de los cuervos y del águila malvada. Por la brisa cariñosa que acaricia oxiginada, los foyajes que orquestean músicas en la arbolada. —Solo Petra su fiel perra con sentimientos de humana, traspasada por la pena, acaricieba lamiendo las lágrimas de su ama, ella si podía decirle si su lengua en voz montara, que taimada criatura a su hijo devorara. —Más de pronto la Rosina, cómo si un demonio fiero en su alma se albergara, dándole vida a una idea que un dolor más encendido por ver clara su desgracia de sus sentidos saltara, con los ojos extraviados por la furia en tal creada, se levantó envenenada con ardor de herida fiera, y asiendo a su noble perra con sus manos encrispadas dirigidas por el odio de su razón desquiciada, apretóla por el cuello con el ansia de matarla, mientras que con voz rabiada gritaba desaforada: —¡Fuiste tu perra maldita la que mataste a mi hijo, la que con placer de averno hiciste de él un festín devorándome mi entraña, fuiste tu asqueroso bicho traicionero y carnicero, la que se comió a mi hijo mientras que yo avasallada por el dolor más profundo fuera de razón estaba! —¡Pero ahora morirás en mis manos desgraciada, y te rajeré tu vientre, y en pequeños pedacitos que enloqueceran mi alma, sacaré de él a mi hijo, aunque no sea nada más que para poder mirar los despojos de mi entraña! —Fuerte y grande era Petra la perra humanizada, que al verse tan maltratada por su ama desquiciada, luchó con fiereza noble librándose del dogal que en su cuello aprisionaba, logrando huir con lamentos hacia la aldea alejada. —Trás ella como una loca, llena de sangre y airada, con sus cabellos revueltos al viento que acariciaba, y sus ojos extraviados dónde la furia brillaba, acusando con palabras de maldición anegadas a su perra endemoniada, entró la moza parida en su aldea enloquecida, y los vecinos al verla en facha tan desastrada, lejos de apenarse de ella, los malditos la injuriaban, y la siguieron gozosos sonrientes en algarada, hasta llegar a la casa dónde Rosina moraba. —Y allí la vieron salvaje como la fiera rabiada, maltratar con una furia que de el tigre era copiada, a la Petra su fiel perra, que aunque comprendiera todo y sin poder decir nada, asustada y encogida miraba entre lamentos a su ama trastornada. —¡No te escaparás ahora de mi venganza malvada, bestia satánica y ruina, peor que tu hermano el lobo de donde has sido encarnada, tú has devorado a mi hijo, y yo te arrancaré tu alma! —¡Mientes bruja fuiste tú, la que vil muerte le diste igual que has hecho con Juan, y harás desgracias sin par en el valle mientras vivas, porque eres la Xana mala, qu’encaldas (que haces) calamidades, sin darnos ninguna dicha, por eso vas a morir ahora mismo por maldita! —Dijo una vieja rabiosa a la par que una pedrada le lanzó contra su cuerpo. Otras personas con saña a la vieja secundaron. Y así la Xana Rosina, la muchacha más hermosa que jamás criara el valle, la de mejor sentimientos, la de más puras maneras y naturales virtudes, moría a manos de sus gentes, apredreada y despreciada, tratada como una bruja, que sólo sembraba el mal. —Y Rosina no había sido nada más que un ángel bueno, que supo amar y vivir dentro de la libertad, tan natural y sencilla como la vida que crece en rico o pobre lugar, Rosina con ser antigua, siempre moderna será, como las mozas de hoy, si alguna sabe de veras lo que es la libertad, no el anárquico vivir que a su gusto se inventar. —Justamente el mismo día que sus malvados vecinos a la Xana asesinar, una peste pobló el valle, y’achegaba en fechura de morrinas, que dexaba a lus teixus ya les cortes, enxemaus de prexones y’animales, en fechura de cadarmus que fedíen, como guelen les morrines enus branus. (Y llegaba en hechura de mortandades, que dejaba a las casas y a los establos, sembrados de personas y animales, en forma de cadáveres que olían, como suelen hacerlo los cuerpos muertos abandonados en los campos con las calores de los veranos). —No fueron tardas las gentes de aquel próspero valle, en darse cuenta de que aquella calamidad que les rodeaba en forma de muerte, de dolor y de otros males, era un merecido castigo que el Cielo les enviaba, por haber dado muerte tan injustamente a la Xana Rosina, que era la criatura más deliciosa y buena que había nacido para bien de todos en el valle. —Pronto comprendieron todos al hacer memoria, que durante el tiempo que la melgueira Rosina había vivido junto a ellos, solo felicidad, alegría y bienestar habían gozado siempre, sólo desde el momento que tan vilmente la habían asesinado, sobre todos ellos desencadenárase la peor de las desdichas, tal parecía que la peor de las maldiciones pesara sobre ellos, para hacerles pagar la horrenda muerte que le propinaran a la inocente Rosina. Por esto, todos en la intimidad de sus pensamientos en un principio, le rogaban fervorosamente a la Rosina que les perdonara el cuantiosísimo mal que le habían hecho, y luego ya más tarde, todo el valle ya convencido de que sólo Rosina podría salvarlos de aquella maligna peste que llevaba a sus vidas y diezmaba a sus ganados, se reunieron en comunal junta las seis aldeas que formaban el valle, y acordaron con el consejo del cura que el veía en aquella santoral industria un saneado negocio para su cuarexa (cartera), levantarle en el centro del valle con todo el apremio que fuera posible, una pequeña capilla, dónde se veneraría la imagen de Rosina con el Santo nombre de Santa Rosa, que sería siempre la soberana y fiel guardadora de todas las gentes y eros de aquel valle, dónde siempre había vivido con la felicidad y alegría de un ángel, y había sabido morir, con la entereza, resignación y valentía, con que suelen hacerlo los santos mártires. —Y fue cosa casual, o tal vez milagrosa, pues nadie a ciencia cierta sabe hasta dónde llegan los misterios que encierran a la Humanidad, la historia o leyenda fue que nada mas que dio comienzo la santoral obra, otra vez volvió a reinar en el valle la alegría y a felicidad, la prosperidad y el bienestar que siempre tuvo, que según el parecer de todos desde el mismo Jardín del Cielo, a todos por igual les enviaba Rouxina, la Melgueira ya embruxante xanina, que ellos un día tentados por el mismo demonio, la habían insultado, despreciado e inhumanamente asesinado. —Y así todos los años, en la misma fecha que la habían tan vilmente apedreado quitándole tal vilmente la vida, viejos y jóvenes, gozosos y felices, alegres y llenos de sana y recia fe, cantaban y bailaban lo mismo que solía hacer la Xana Rosina, y satisfechos de natural felicidad se divertían al lado de su encantadora ermita, festejando con suprema fe su Romería.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > freirus

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