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casa+de+labranza

  • 21 tierra

    f
    1) ( Pan) Земля, земной шар
    toda la tierraвесь земной шар
    2) земля, материк, суша
    3) земля, почва, грунт
    tierra campa, tierra de sembradura( de pan llevar) — земли, отведённые под зерновые культуры
    tierra estéril( magra) — неплодородная земля
    tierra labrantía (de labor, de labranza) — пахотная земля, пашня
    tierra vegetal — почва, богатая перегноем
    tierra virgen — целина, новь
    4) земля, пол
    dormir en tierraспать на земле
    5) перегной, навоз
    6) (тж tierra natal) родная земля, родной край, родина
    7) земля, край, страна
    8) ( чаще pl) земля, земельное угодье, владение
    poseer tierrasвладеть землями
    9) эл. заземление
    10) Арг. пыль
    ••
    tierra blanca, tierra de Segoviaголубая глина
    tierra de manteca, tierra de aire мор. — тучи на горизонте, похожие на берег
    como tierra loc. adv. разг.полно, навалом
    sin sentirlo la tierra loc. adv. — исподтишка, втихомолку
    besar la tierraупасть ничком
    dar en comer tierraиметь странные вкусы
    echar en tierraвыгружать с судна что-либо
    echar por tierra — разрушать, сводить на нет
    estar comiendo (mascando) tierraлежать в земле (в могиле)
    morder la tierraпотерпеть поражение
    poner por tierra — разрушать, сносить ( здание)
    tragársele a uno la tierraисчезнуть, как сквозь землю провалиться
    en cada tierra, su uso, y en cada casa, su costumbre ≈≈ что ни город, то норов
    en tierra de ciegos, el tuerto es rey погов.на безрыбье и рак рыба

    БИРС > tierra

  • 22 farm

    1. noun
    1) (an area of land, including buildings, used for growing crops, breeding and keeping cows, sheep, pigs etc: Much of England is good agricultural land and there are many farms.) granja
    2) (the farmer's house and the buildings near it in such a place: We visited the farm; (also adjective) a farm kitchen.) granja

    2. verb
    (to cultivate (the land) in order to grow crops, breed and keep animals etc: He farms (5,000 acres) in the south.) cultivar
    - farming
    - farmhouse
    - farmyard

    farm n granja
    tr[fɑːm]
    1 granja
    1 agrícola, de granja
    1 (use land) cultivar, labrar
    1 (grow crops) cultivar la tierra
    farm ['fɑrm] vt
    1) : cultivar, labrar
    2) : criar (animales)
    farm vi
    : ser agricultor
    farm n
    : granja f, hacienda f, finca f, estancia f
    n.
    cortijo s.m.
    criadero s.m.
    finca s.f.
    granja s.f.
    hacienda s.f.
    quintería s.f.
    v.
    cultivar v.
    labrar v.
    fɑːrm, fɑːm
    I
    noun ( small) granja f, chacra f (CS, Per); ( large) hacienda f, cortijo m (Esp), rancho m (Méx), estancia f (RPl), fundo m (Chi); (before n) <machinery, worker> agrícola

    II
    1.
    intransitive verb ser* agricultor (or ganadero)

    2.
    vt \<\<land\>\> cultivar, labrar
    Phrasal Verbs:
    [fɑːm]
    1.
    N granja f, chacra f (LAm); (=large) hacienda f, finca f, estancia f (LAm), rancho m (Mex); [of mink, oysters etc] criadero m ; (=buildings) alquería f, casa f de labranza, quinta f, ranchería f (Mex); dairy
    2.
    VT cultivar, labrar
    3.
    VI (as profession) ser granjero
    4.

    farm animal Nanimal m de granja

    farm labourer, farm laborer (US) Njornalero(-a) m / f (del campo), obrero(-a) m / f agrícola

    farm produce Nproductos mpl agrícolas

    farm shop Ntienda f rural (donde se venden directamente los productos de una granja)

    farm worker N= farm labourer

    * * *
    [fɑːrm, fɑːm]
    I
    noun ( small) granja f, chacra f (CS, Per); ( large) hacienda f, cortijo m (Esp), rancho m (Méx), estancia f (RPl), fundo m (Chi); (before n) <machinery, worker> agrícola

    II
    1.
    intransitive verb ser* agricultor (or ganadero)

    2.
    vt \<\<land\>\> cultivar, labrar
    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > farm

  • 23 farmstead

    tr['fɑːmsted]
    1 alquería
    n.
    cortijada s.f.
    cortijo s.m.
    granja s.f.
    ['fɑːmsted]
    N alquería f, casa f de labranza

    English-spanish dictionary > farmstead

  • 24 casal

    casal
    casal [ka'sal]
    num1num agricultura Landhaus neutro; (de labranza) Bauernhaus neutro
    num2num (casa solariega) Stammsitz masculino
    num3num América del Sur (pareja) Pärchen neutro; un casal de águilas ein Adlerpärchen

    Diccionario Español-Alemán > casal

  • 25 tierra

    f
    1) ( Pan) Земля, земной шар
    2) земля, материк, суша
    3) земля, почва, грунт

    tierra campa, tierra de sembradura (de pan llevar) — земли, отведённые под зерновые культуры

    tierra labrantía (de labor, de labranza) — пахотная земля, пашня

    tierra vegetal — почва, богатая перегноем

    tierra virgen — целина, новь

    4) земля, пол
    5) перегной, навоз
    6) (тж tierra natal) родная земля, родной край, родина
    7) земля, край, страна
    8) ( чаще pl) земля, земельное угодье, владение
    9) эл. заземление
    10) Арг. пыль
    - tierra de Promisión
    - tierra prometida
    - a ras de tierra
    - tierra adentro
    - tierra a tierra
    - dar en tierra con una cosa
    - dar en tierra con uno
    - descubrir tierra
    - echar tierra a una cosa
    - echarse a tierra
    - echarse en tierra
    - echarse por tierra
    - perder tierra
    - tomar tierra
    - venirse a tierra
    - venir a tierra
    ••

    tierra blanca, tierra de Segovia — голубая глина

    tierra de manteca, tierra de aire мор. — тучи на горизонте, похожие на берег

    tierra del principio разг. — райский уголок, рай земной

    como tierra loc. adv. разг. — полно, навалом

    por debajo de tierra loc. adv. — осторожно, тайно

    sin sentirlo la tierra loc. adv. — исподтишка, втихомолку

    en toda tierra de garbanzos — везде, повсюду, по всей Испании

    echar a tierra — сносить, разрушать

    echar por tierra — разрушать, сводить на нет

    ganar tierra — наступать, продвигаться

    poner por tierra — разрушать, сносить ( здание)

    tragársele a uno la tierra — исчезнуть, как сквозь землю провалиться

    en cada tierra, su uso, y en cada casa, su costumbre ≈≈ что ни город, то норов

    en tierra de ciegos, el tuerto es rey погов.на безрыбье и рак рыба

    Universal diccionario español-ruso > tierra

  • 26 ARRALLAR ou ARRÁTCHAR

    Arrátchar es limpiar el estiércol de los establos. Ejemplo: —Tenu qu' arrátchar la corte, pos ya finquen les vaques col chumbu nel treme del payar. (Tengo que limpiar la cuadra, porque ya tocan las vacas con el lomo en el piso del pajar). En casi todas las cuadras de aldea, y en todas las de las brañas de los prados, morteiras y puertos, el pajar está situado mismamente encima de la cuadra. Una corte sen payar, ye lu mesmu que una teixá sen llar. (Una cuadra sin pajar, es lo mismo que una casa sin lar). Una vez sucedió este caso en una aldea donde yo estuve trabajando y por ser curioso y creo que hasta simpático, se lo voy a contar a ustedes tal como ha sucedido. —Subían los vaqueirus todas las tardes como siempre solían hacerlo, en el tiempo de la xeronda (otoño) que fue cuando aconteció esta historia, digo que xubíen faer la braña a la cotchá d'Aciera. (Hacer el ordeño y todas las faenas que conciernen al ganado a la Collada de la aldea de Aciera). En esta aldea vivía una mozacona (mozona) solterona, roxa comu las panoyas, con bones ñalgues ya prefechu entamu, abondu dada nel faer favores a lus homes s'ístus chávanie la gavita nus sous trabayus, que yeren tous lus que se llelden na llabrancia, ya per istas gavitas que le faian echa añuedaba 'l cibiétchu conechus fatáus d'endeveces. (Rubia como las panojas, con buenas nalgas y soberanas tetas, muy dada en el hacer favores a los hombres, si éstos le ayudaban en sus trabajos, que eran todos los que se hacen en la labranza, y por estas ayudas que le hacían, ella efectuaba el amor con ellos cuantas veces fuera necesario. Aquella tarde de mucha borrina (niebla) subia Agapita camino de la Collá por el esborióuxu caleyón (resbaladizo camino) acompañada de Lluis el Meruéganu (pequeña fresa silvestre), que hablaban de la siguiente manera: —Güéi tenu abondu trabayu que faer na corte, pos disde que comencipióu la braña ista xeronda na Cochá, nun fexe namái que meter goxáes de fuéa debaxu les vaques sen arrátchar el cuchu d'anguna vez, axina ye, que tenu qu'entrar agabuxá na corte, perque fiéndexeme la mochera nus tremes del payar. ¡Nun t'apreucupes mútcher, pos se medexas añuedar el cibiétchu namái qu' acheguemus al cabanu, arrátchute you 'l cuchu nun rellámpagu! (Hoy tengo mucho trabajo que hacer en la cuadra, decía Agapita, pues desde que ha comenzado la braña este otoño en la Collada, no hice nada más que meter cestas de hoja debajo de las patas de las vacas, sin limpiar el estiércol ni una sola vez, así es que tengo que entrar agachada en la cuadra, por que ya tropieza mi cabeza en el piso del pajar). (¡No te preocupes mujer, le respondió Luis, pues si me dejas hacer el amor contigo nada más que lleguemos a la cabaña, yo limpio todo el estiércol de la cuadra rápidamente!). La Gapitona llancóu lus sous güérchus nuna miradiétcha melgueira d'enría de Chuis, ya díxole con fala moxetona: —Tenu d'estingarrame nel payar d'embaxu lus tous atabarius peru cundu m’arrátches les vaques, perque veute güéi'nfondigoná arganéu, ya se comencipiamus añuedar el cibiétchu endenantes diarrátchar la corte, atapecerá 'l díe ya entavía taremus engarapelláus ún d'enría 'l oitre. (La Agapita puso sus ojos con una dulce mirada encima del deseoso Luis y le dijo con mimosa voz: —Tengo de acostarme en el pajar debajo de tu bragueta, pero después que me limpies el estiércol de las vacas, porque te veo hoy muy deseoso, y si comenzamos hacer el amor antes de que me limpies la cuadra, oscurecerá el día y todavía estaremos abrazados uno encima del otro). Llegaron al fin a la cabaña de la Agapita, se quitó Luis con rapidez la chaqueta, se arremangó su camisa por encima de los codos, asió con decisión la pala de dientes, y dio comienzo su faena con la imaginación puesta en el placer que recibiría una vez que terminase el arduo trabajo que con tanto ahínco había comenzado. Pronto el sudor envolvió el vigoroso cuerpo de Luis que desaforadamente trabajaba sin tomarse el menor descanso, pero el abono que había dentro de la cuadra era tanto, que le costó casi dos horas de enconado esfuerzo en poder del todo sacarlo, y cuando al final tras la contentosa sonrisa de Agapita que en todo momento mirándole ladinamente le estuvo observando, el escuaxaringáu (deshecho) Luis terminó su faena, se encontraba tan sumamente cansado, que a la par que se limpiaba el abundante río de sudor que manaba de su frente, le dijo a la Agapita a la sazón que se sentaba en el pesebre al lado de ella: ¡Ahí mióu nena, tou esgoncionáu d'afechu, tenu 'l cumal tan endolloríu comu se m'apurrieren d'enría d'él un mamplenáu de galgazus, paime a mín, que nun arrátchaste ‘l cuchu d'ista corte, disde 'l díe que la fexu 'l defuntu tou pá! ¡Home Chuisín tantu non, qu’el anu paxáu arrátchoula Xuan el Chocaretu, ya según el miou paicer, nun quedóu tan escuaxaringotáu comu tou lu tás n’agora. Claru que nun tenía tantu ganáu comu niste anu! ¡Fae 'l favore Gapitina, nun hay namái qu'allancar lus güeyus nisi cucheráu que tá empericotáu metanes na corralá, pa ún dase cuenta que saquéi d'ista enllordiá corte, más d'una ucena de rincheirus querrus de cuchu. Asina ye que quedéi escosáu de llixas p'añuedar el cibiétchu, ya xúrute miou nena, que más que me lu diés la muyer más guapa del mundiu, ya se punxés ainda dellantre de mín clica p'arria toa éstingarraona fayendu espera paque you m'arreblagara d'enría d'echa, xúrete que nagua güéi le faeria! —Conistu queru falate, que vamus dexar pa mañan el añuedar el cibiétchu you ya tigu, perque n'agora nun se me xube la minga, pos tou escosáu de braven, que xebróuxeme del miou curpu, 'l arrátchate la tou entrochicá corte. ¡Atindeme bien Chuisin, el anu paxáu comu te dixe, arrátchome la corte 'l Chocaretu, que ye abundu más viétchu que lu yes tóu, ya cobróu pel mesmu preciu qu'axustéi coutigu, asina ye... que senún se te xube la minga you te la xubiréi se tóu quiés, perque se güéi nun añueés el cibiétchu coumigu, mañán nun te dexaréi faélu, a nun ser… que me llabres la tierrina del Alloral pa semala de pan, pos niste cortinal se nun se xemen lluéu les ergues, nun allumbren bona cebeira, per isu isti anu se l' Faidor me desa, tenu xemar abundu cedu, ya senún yes tóu 'l que s'acuétcha 'l rabeiru 'l llabiegu, farálu oitre home que tena lus coyones bétchaus, ya nun comu lus qu'al miou paicer pinguente a ti, que según collumbru tan más enxugáus que lus del miou pótchin, que namái ñacer esventronóilus el capaor paque nun ventiare trés les burres! (¡Ay mi niña, mi moza, mi amante, estoy molido por entero, tengo el espinazo tan sumamente dolorido, que tal parece que me hubiesen dado una paliza de estacazos, me parece a mi, que no has limpiado el estiércol de esta cuadra, desde el día que la ha hecho el difunto de tu padre!). ¡Hombre Luisín tanto tiempo no hace, que el año pasado me la limpió Juan el Cencerro, y según mi parecer no ha quedado tan desarticulado como tu lo estás ahora. Claro que no tenia tanto ganado como tengo este año! ¡Haz el favor Agapitina, no hace falta nada más que poner los ojos encima de esa pila de abono que está en medio de la corralada, para uno darse cuenta, de que he sacado de esta sucia cuadra, más de una docena de carros de el país llenos de estiércol. Así es, que he quedado falto de fuerzas para hacerte el amor, y te juro querida, que aunque el amor me diese la mujer más hermosa del mundo, y se pusiera ahí delante de mi, con las sayas levantadas y acostada, rogándome y haciendo espera para que yo me ajinetase encima de ella, júrote de nuevo, que hoy nada podría yo hacerle. Con esto te quiero decir, que vamos a dejar para mañana el hacernos el amor, porque ahora no se me alza la minga, porque me encuentro falto de fuerzas y bravura, que todas ellas se han marchado de mi cuerpo, por la culpa de limpiar el estiércol de tu sucia cuadra! ¡Escúchame bien Luisin, el año pasado como ya te he dicho, me ha limpiado la cuadra Juan el Cencerro, que es un hombre mucho más viejo que lo eres tu, y ha cobrado por el mismo precio que he ajustado contigo. Así que... si no se te levanta la minga, yo te la subiré si tu quieres, porque si hoy no haces el amor conmigo, mañana no te dejaré hacerlo, a no ser... que me ares la tierra del Laurel para sembrarla de trigo, pues en esta vega, sino se siembra temprano la simiente, no me dará buena cosecha. Pero este año si el Hacedor quiere tengo de sembrarla con bastante tiempo. Y si no eres tu el que se coja al mango del arado, seguro que lo ha de hacer otro hombre, que tenga los cojones más llenos, y no como los que a mi parecer te cuelgan a ti, que según parece, están más secos que los de mi pollino, que nada más nacer se los cortó el capador, para que no ventosase detrás de las burras!). Quedóse Luis durante unos momentos enmudecido mirando para la Agapita, sin encontrar palabras para revatirle el descomunal insulto que le había lanzado, pero tras este tiempo corto de mudez, volvióle de nuevo la palabra agolpada por la rabia, que su boca tatexante (tartamudeante), con encaloramiento enloquecido pronunciaba, a la par que se levantaba del asiento que ocupaba en el pesebre, y poseído de un arduo e instantáneo vigor, encorajinadamente le dijo: ¡Lu que vou llabrate n’agora mesmu ye ‘l tou alma, sou bruxona paraximesqueira de lus enfernus, el díe que tou má te pariú, la probetaya xeguru quei quedú l'entrana 'n fondigoná esbaniétchada, perque chevar endubiétcha una choba comu tou tantus mexes dientru del ventrón rucandoi 'l fégadu ya xorbietandoi la xangre, cuntu you, qu'ameruxaríala con más dollor, que si pariera un par d'ucenes de fíus, ya tous ñacieren con lu detrás pallantre! ¡Peru xúrate pe la má que me fexu, que de mín nun te vas reyir, perque n'agora mesmu vou llantate 'l cuchu oitra vez dientru la corte, pa que vaigues catar al Chocaretu ya te l'arrátche denuéu la corte, ya t'allante la mínga per tal trabayu, sou xabarceirona de lus magosteirus enfernus! (Lo que te voy arar ahora mismo a ti es tu alma, bruja y mala mujer de los infiernos, el día que tu madre te ha parido, Ia pobrecita seguro que le ha quedado su entraña en hondonada bien desbencijada, porque llevar enredada una loba como tu tantos meses dentro de su vientre, mordiéndole los hígados y bebiéndole la sangre, pienso yo, que se cubriría de más dolor, que si hubiese parido media docena de hijos, y todos naciesen con lo detrás para delante. Pero te juro por la madre que me ha parido, que de mí no te vas a reír porque ahora mismo voy a volver a meterte el estiércol dentro de la cuadra, para que luego vayas en busca del Cencerro y te limpie de nuevo la cuadra, y por hacer tal trabajo te haga el amor, maldita tratanta de los ardientes infiernos). Y sin mediar más palabras, armado Luis de nuevo con una fuerza y ardor superior al que empleara cuando comenzó a limpiar la cuadra, dispúsose a introducir todo el estiércol que habla sacado otra vez dentro de la cuadra, y fue entonces cuando la Agapita posesionada de una envenenadora rabia se puso delante de él, y arremangando las sayas hasta por encima del ombligo, enseñándole sus piernas y todo cuanto el Hacedor de mujer le había dado, escupiéndole a la cara le dijo: —Tóu nun yes home, nin yes prexona, nin yes nagua, perque you to' ufreciéndute tóu lu qu'axustante coumigu, axina ye, qu'aquinde te lu dóu, paque cobres per echu 'l trabayu que me fixiste, cuétchelu fasta que te fartes, ya deixame 'l cuchu nel chugar que tá, se quiés que tenamus la festa na paz. (Tu no eres hombre, ni persona, ni nada, porque yo te estoy ofreciendo todo cuanto has ajustado conmigo, así es, que aquí te lo doy, para que cobres por ello el trabajo que me has hecho, recoge cuanto quieras hasta que te hartes, y deja el estiércol en el lugar que está, si quieres que tengamos la fiesta en paz). Luis miró a la Agapita con asco, con desprecio, dentro de la endemoniada ira que no admitía más razón, que la que el propio ser de antemano ya se había industriado, por esto, asiendo con la pala una gran palada de estiércol, la lanzó con todas sus fuerzas entre las blancas y desnudas piernas de la Agapita, que le hizo perder el equilibrio y caerse cuan larga era en mitad de la cuadra, y aunque se incorporó con la rapidez de una felina fiera, no fue lo suficientemente ágil, para librarse de otras dos paletadas que desaforadamente le lanzaba el enardecido Luis, dentro del afán desmedido de concluir con prontitud lo que se había propuesto. Entafarnada (llena) de estiércol la Agapita, y acolmenadu su cerebro con tan macabras intenciones que de contentura le hacían sonreir al diablo, asió con celeridad un rátchun (rastrillo de madera) y dio tan grande mazazo encima de la cabeza del furuxu (furioso) Luis, que éste no pudo ver nada más que una procesión de estrellas que adormecían atropelladamente su cerebro. Al caerse en grotesca postura el desventurado Luis y manar de su cabeza un escandaloso reguero de sangre, detuviéronse los encendidos y asesinos ánimos de la Agapita, y en su lugar, alumbrose la humana condolencia, conducida por una pena que hasta el miedo la arrastraba, y navegante ya en el tenebroso suplicio de saberse dueña del delito que había cometido, sus ojos dieron comienzo a un caudaloso río de lágrimas, y de su garganta entrecortadas por los suspiros, brotaron estas lamentosas y condolientes palabras: ¡Ay má d’el miou alma, que fó lu que fixe, qu’achuquinéi ‘sti home. ¿Quéi cuntu a les xentes cundu tóes xunies sen faeme deximes queran confundime? (¡Ay madre del alma, que fue lo que hice, he matado a este hombre! ¿Qué les digo yo ahora a las gentes cuando todas unidas sin darme disculpas pretendan confundirme?). Y así por el estilo, con otros rosarios de afligidas penas y sonados suspiros, se condolía la Agapita, sin saber por el camino que había de ensenderarse, para que le proporcionara un alivio a sus desesperantes tristezas. Pero Luis no estaba muerto, ni tan siquiera gravemente herido, pues simplemente se había desmayado, y al tornar de nuevo la razón a sus sentidos, lo hacía quejándose lastimosamente, y fueron sus lamentos como calmantes milagrosos que llenaban de alegría a la desconsolada Agapita, que corriendo hacia él con loca contentura, se arrodilló a su lado para ayudarle, y plagados los dos de estiércol, lágrimas y sangre, la Agapita besaba una y otra vez la ensangrentada y estercolosa cara de Luis, a la par que le juraba que seria su amante cuantas veces él lo deseara, sin que jamás tuviese necesidad para conseguir sus amorosos favores, ni d'arrátchai les vaques, xegaretái la yerbe, llabrái lus erus, nin fatáus d'oitres couxes que le faíen lus homes, per el fogueiru melgueru qu'allumbraba la sou roxiquina clica.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > ARRALLAR ou ARRÁTCHAR

  • 27 ruxír

    Ruxír, sonar, toda clase de ruidos y sonidos. Si yo fuese músico, creo que haría ahora mismo una pieza de natural música que le llamaría...El Ruxir de l'Aldina. Pero como no soy músico ni aficionado siquiera, yo le voy a cantar a mis aldeas de la única forma que conozco, que aprendí y me enseñaron, sencillamente así. “EL RUXÍR DE L'ALDINA” —Ruxen lus ferraxes de les madreñes, per d'euria de les ñidióuxes llábanes, qu'enllabanen les pedreires, de caleyones, atayus caminus ya carrilones, que baxen de les morteires ou brañes, moyáus ya esguiladizus per el orbayu de la borrina, qu'abaxandu del puertu encaxoná, pente lus arbolaxes de les fondigonáes, acobertoria per tous lus lláus a lus vaqueirus, que ya baxen d'abrañare, esmadrenándu con esboriaures pelligróuxes, qu'angenes veices fanles esmurgazase nel xuelu, bazcuchandu la lleichi ou fayánduxe mancaures al focicase per mor del esborión per enría les chábanes. —Abaxu na vátchada, metanes na mesma aldina, tamén fae chambidura la borrina, con sou frisca ya cristialada orbayada, qu apaxiguá le xede de lus verdis maizales, amagostainus per la callor del aburióuxu branu, nel sou mes de coyer l' escanda. Tóu ta pingandu per tous lus lláus, ya dalgún llabor encalda la xente nus sous erus, metantu qu'el Pá Sol nun desfaiga la borrina, empuxándola xelínmente fasta lus faidieyus de lu cimeiru del puertu, ya escarrapiétche 'l bon díe que d'afechu l'esfaiga, ya entóus llúcense montes ya vátchines, llombes ya fondigonáes, dientru d'un relluciente cheldar de lluz ya callor, que tal apez qu'el Güenín del Faidor, pintóu con sou mexor pincel, tous lus llugares de l'embruxadora aldina. —Ruxen les branques ya manteigóuxes lleichis en prixoneira mazaura, dientru de lus butiétchus fechus con lus pelleyus de lus chucus que per la festa de l'aldina s'achuquinaran, ou piétchaes en caramañoles de fierru xolateiru, metanes d'enría 'l llombu de lus allegres vaqueirus, qu'en beceira xuxeante de comunal xaréu, baxen de suos brañes con el lleichi de les sous vaquines, que guareciendu quedaren nes pradeires de l'aldina les tiernes paciones enxemáes de chárimes, choramicáes en orbayu d'orpina per la prietona borrina, con sou paxiétchu ñubóuxu que nun dexa ver, nin la mesma mán dellantri lu güeyus, metantu nun s'esborre per les chambidures qu'el Sol le faiga. —Ruxen metanes nus ciarrus enxemáus de matoxus ya orbolíus, que axuqueren lus lláus de lus caleyones ya oitres chugares, lus probetayus e allegres paxarinus, que caten ente lus raigoneirus de lus ablanus, zreizales ya mamplenáus de clás d'arbolaxes, llimiagucus, merucus ou rispiayus de comedeira, pa fer conxuelu nus sous ventronucus, perque lus probitinus nun s'atrebin a ñalar mái lexus penti 'el escuru mantu que la borrina texe. —Ruxe 'l gurgútchu de la palomba turca qu'apoxentá ente lus focharascus de lus carbayáles, faidáles, casteñéus ou mamplenáu d'arboliades esñarbaxa per sous frutus ente gurgútchu e gurgútchu. —Ruxe fayendu naluxus nel aire 'l xilbíu melgueiru del tordín malvís, xuntu conel cantigu del xilgueiru, que son paxarinus cantores de les mious aldines. —Abaxu na mesma vatchada, ruxe la má metanes cual chare, apuxandu 'l fuéu fayendu 'l potaxe, cebandu les pites, fartandu lus gochus, añicandu 'l nenín, qu'achucáu nel trubiétchu chora esconxoláu perque quier la lleichina qu'el sou pá de la braña fai xeru en baxale. —Ruxen les mozaquines nus sous chaboreus, unes xacandu de les altabaques la guya yal filu, pa faer coxedures nes róupes riasgáes, oitres nel texe que texe les llanes filáes, fayendu escarpinus, llásticus, calcetus ou oitres couxines que xon ñecexaries. Ya oitres mozaques poblean lus teixus, fregandu cacíus, barriendu les sales, ximielguen xergones, espulguen les mantes, ya cantandu allegres estiren les cames. —Ya despós s'encalda, acuétchen lus fatus que ya tan gochizus dientru del sou paxu, ya van a llavalus al mesmu regueiru qu'abaxa del puertu, abayandu les agues de mái de mil fontes, fresquines ya llimpies, ya sanes nel lleldu de ser melecines, pós cuecen el pote 'n dous fervediores, ya llaven lus fatus con dous refreigones. Ya metandu lus llaven, les guapes mocines con melgueira fala, esnalen nel ventu tonáes d'amore, ou cúntenxe couxes, ya puches gracioxes de lus sous amantis, ou falen de festes, de dancies, caxorius, de guapus paxiétchus, qu'angunes xemáes de fellicidades, llucieran allegres na festa l'aldina. Ya en chancia apená, tamén fan escarniu de la probe moza que dexóla 'l mozu, ya naide s'escapa de ser esmianáu per aqueches neñes tan refalfiadores, que puenenyi puches ya encáldaye taches fasta 'l mesmu cura de la sou illexina. —Metantu n'aldina lus pitus s'encriesten ya con fuercia canten, les vaques que bramen, lus bracus que gurnian, un nenu que chora, una má que chama, un mozu que canta, un carru que rincha, un pótchin que ronca, lus pirrus que lladran, ruxír de las lluecas ou de las esquilas d'angunas bétchadas. —Ruxen lus xegotes qu'axerran chaplones p'encantexar lus prexéus que tan espiazáus, ruxír de les zueles que fan calzaures pal ramu ou carriétcha que t'escalzáu, ruxír de martiétchus qu'allanquen ferraxes ou faen encantexus d'enría les madreñes que tan raxetáes, goxeirus que ruxen al faer les goxes, maniegues, esquirpies, ruxír de xugueirus cundu fan lus xugus, xuguetas, cachapus. —Ruxe 'l cantíu xordu del bétchau regueiru qu'empuxa con fuercia 'l molín pequenu, que muel la cebeira roxina ou branquina, ya esfáela en farina que ye 'l pan benditu, frutu del trabayu de besties ya xentes, qu'algemen el ciellu nes mious aldeines. Ya tamén ye frutu de les orbayáes que fai la borrina, que dexa sous chárimes d'enría lus erus paque nun s'aburien cundu 'l Sol apuxa. —Ya despós, cundu 'l Sol alluma ya con la sou fuercia desfai la borrina, ya enxuga 'l aguaxe qu'enría lus erus punxerun sous llárines, toes les xentes ruxen ya colen con priexa fayendu en bon tinu lus sous llaboréus, ya miren con güétchus fervientes d'orgútchu lus verdis maizales con sous panoyaxes, lus préus dunde crecien les tienres paciones, ya lus ablanéus con mái carrapiétchus que de fuées tenen, ya las pumaráes, cereizales, ñocéus, grandies castañéus, tou no miou aldina xuxeante ruxía dientru de folixa de sana allegría, curiáu con cariñu per aqueches xontes que yeren la vida del ruxír ca díe nes mios aldeinas. —Güéi que ta l'aldina d'afechu desfecha, xenardu con allegre pena mious anus llexanus cundu yera guaxe, cundu trabayaba sous erus d'embruxu, cundu a voz nel ventu cantaben les xentes choraben lus nenus, rinchaben lus carrus, bramaben les vaques, gurniaben lus bracus, ruxía la vida per tous lus chugares, cundu you galamieba escalzu ya con fame, llindiandu les vaques y uveyes ou cabres cantandu felliz lu mesmu qu'un ánxel. TRADUCCIÓN.—(EL CANTE O SONIDO DE LA ALDEA) —Suenan los herrajes de las madreñas por encima de las resbaladizas y finas losas que embaldosan los caminos de piedra, que bajan desde las morteras, brañas o demás eros de la aldea, mojados y resbaladizos por el tenue y casi invisible lloviznar de la niebla, que bajando desde lo más alto del puerto encajonada, por entre los tupidos arbolajes de las hondonadas, que tapan por todas partes a los vaqueros que bajan de ordeñar sus vacas, haciendo sonar sus madreñas con resbaladizo peligro, que muchas veces les hace caerse en el suelo, vertiendo la leche, o haciéndose daño, por la causa de haberse resbalado sobre las finas losas. —Abajo en la vallada envolviendo por completo la dulce aldea, también hace lameduras la oscura y húmeda neblina con su fresca y cristalina escarcha, que apacigua la sed de los verdes maizales, que se encogen por la calor del verano, en el mes de agosto, llamado el de recoger los panzales. Todo se encuentra mojado por todas las partes, y ningún trabajo hacen las gentes en sus eros, mientras que el padre sol no deshaga la niebla, bien convirtiendo parte de ella en efímera llovizna, a la par que la va empujando suavemente hacia los montes de enanas hayas que coronan lo más alto de el puerto, donde ya el sol dominándola hace que el día se despierte majestuoso y soleado, y entonces se lucen montes y valles, lomas y hondonadas, dentro de un reluciente hacerse la luz y el calor, que tal parece que el Bueno del Hacedor, pintó con sus mejores pinceles todos los misteriosos lugares de la embrujadora aldea. —Suenan, cantan, se mueven las blancas y mantecosas leches en prisionero movimiento, dentro de los odres hechos con las pieles de los corderos sacrificados en la fiesta de la aldeina, o cerradas en recipientes de hierro o lata, puestos a modo de zurrón sobre las espaldas de los vaqueiros, que en reunión crecida de ruidos y murmullos, descienden de sus brañas con la espumosa leche de sus vacas que quedaron paciendo en las praderías de la aldea, las tiernas paciones regadas por las lágrimas que en forma de escarcha o llovizna, dejó caer la negra niebla, de su traje de densas nieblas, que no deja ver ni la mano delante de los ojos, mientras que no se deshagan por las caricias y fuerza del sol. —Suenan dentro de los matorrales poblados de arbustos y árboles de todas clases, que limitan los caminos y otros lugares, los pobrecitos y alegres pajarinos, que buscan entre las raíces de los avellanos, cerezos, y demás árboles, toda clase de comida que les haga consuelo en sus pequeños estómagos, porque los pobrecitos no se atreven a volar más lejos por entre el oscuro manto que la niebla teje. —Suena, canta la paloma torcaz, que puesta entre las hojarascas de los robles, hayas, o demás arboladas, come por sus frutos entre arrullo y arrullo, lo mismo que hacen los cuervos y los grajos, los pájaros carpinteros y miles de pájaros que pueblan los encantados y ubérrimos bosques, que rodean la recia y dulce aldea. —Suena, canta silba haciendo revoloteos el silbido del tordo malvís, a la par que el risueño jilguero hace su cántico que son los tenores cantores de mis aldinas. —Abajo en la vallada dentro de las casas, suena la música del hacer cotidiano de la madre, que aviva el fuego para hacer la comida, que da de comer a las gallinas, que cacarean peleándose por el grano, que harta a los cerdos que dejan de gruñir, que mece cariñosamente al niño, que acostado en la cuna llora desconsolado, porque ya desea la espumosa leche, que su padre ya tarda en bajarle de la braña. —Suenan, cantan, se mueven las muchachas en sus labores, unas sacando del cesto de la costura la aguja y el hilo, para coser las ropas estropeadas, otras en el teje que teje las lanas hiladas, escarpinus, jerséis, calcetines, u otras muchas cosas que son necesarias. Otras muchachas arreglan la casa, fregando los cacharros, barriendo las salas, moviendo los jergones, espulgando las mantas, mientras que cantando alegres hacen las camas. —Y después si procede, recogen las ropas sucias dentro del cesto o balde y van con ellos hasta el cristalino torrente que baja del puerto, recibiendo y batiendo las aguas de más de mil fuentes, puras y limpias, y sanas en el nacer que sean como medicina, pues cuecen todas las legumbres con rapidez y lavan las ropas más sucias con dos refregones. Y mientras que de lavanderas trabajan, las hermosas y naturales muchachas con una dulce palabra, colocan en el viento canciones de amores, o se cuentan cosas satíricas y graciosas de sus novios amantes, o hablan de fiestas, de bailes, casorios, de hermosos vestidos, que algunas sembradas por la felicidad, lucieran alegres en la fiesta de la aldea. Y en serio o en broma también hacen critica de la pobre moza que la dejo su novio, y nadie se escapa de ser criticado por aquellas mozas tan llenas de vida, de sana alegría y crítica sana, que le ponen trabas y le hacen sátiras hasta el mismo cura de su propia iglesia. —Mientras en la aldea los gallos se encrestan con fuerza cantan, las vacas que mugen, los cerdos que gruñen, un niño que llora, una madre que llama, un mozo que canta, un carro que chilla, un burro que ronca, los perros que ladran, el sonar musical de los cencerros y las campanillas de las vacas paridas. Suenan los serruchos que sierran los tablones de madera para arreglar los aperos que se encuentren estropeados, suenan las azuelas que hacen calzaduras para los rastros y carriétchas que están gastadas. Suenan los martillos que clavan herrajes, o hacen remiendos en las madreñas rotas o desgastadas. Artesanos que hacen el natural ruido cuando fabrican sus cestas con baniétchas de avellano, suena también como formando parte muy preciada, el afanoso trabajo del madreñeru y xugueiru, que lo mismo hace unas delicadas y hermosas madreñas propias del pie de un ángel, que un fuerte y potente yugo para la yunta del más exigente carretero, como un cachapu o cualquier otro apero de la labranza. —Suena, canta, ruge con potente instrumento, el pequeño molino que empuja con fuerza el rico torrente, donde se muele el grano para tornarle en blanca y fina harina, que es el pan bendito, fruto del trabajar cotidiano de gentes y bestias, que alcanzan el cielo en todas mis aldeas. Y también es fruto de las escarchadas que dejó la oscura neblina, encima de todos los eros de la embrujante aldina, para que no se secaran cuando el sol aprieta. —Y después, cuando el sol alumbra y con su grande fuerza deshace o pone en franca fuga la lloviznosa neblina, y seca el rico rocío que encima de sus eros dejaron sus lágrimas, todas las gentes suenan en su marchar con prisa para hacer con buen tino sus labores, y miran con ojos hirviendo en el natural y sano orgullo, los verdes maizales llenos de mazorcas, los prados donde crecen las abundantes y tiernas paciones, los avellanos cargados de fruto, los mazanéus, las cerezales, los nogales, los frondosos y grandes castañedos, todo en mi aldea con crecida fuerza sonaba, cantaba, reía, dentro de la más pura y natural alegría, cuidado en todo momento y tiempo con respetuoso y cariñoso trabajo, por aquellas nobles e hidalgas gentes, que eran la vida hace años, del sonar, del cantar, del rugir natural y puro de todas mis aldeas. —Hoy que ya está la aldea casi del todo despoblada, y todos sus ricos eros son pasto del abandono y de las malas hierbas, mi añoranza sencilla, simple y aldeana, con alegre pena viaja en mi pensamiento hasta los lejanos años de mi niñez, cuando vivía y trabajaba en sus eros de embrujo, cuando a voz en el viento sus gentes alegres y gozosas cantaban, cuando lloraban los niños, cantaban los carros, mugían las vacas, gruñían los cerdos, cuando sonaba, cantaba, rugía la vida en todos sus eros, cuando yo corriendo descalzo y lleno de hambre, cuidaba las vacas, ovejas y cabras, cantando feliz lo mismo que un ángel. —Si yo fuera músico, le haría un himno a mis aldeas con todos sus naturales y sencillos instrumentos, y lo terminaría con el silbido de las fábricas, el rugir de sus poderosas máquinas de vida y de progreso, y el aullar triste y desgarrador de los ingenios de guerra y de muerte. Todo este RUXIR desencadenante que nació en el natural ancestro de la aldea, y hoy surca con rapidez los cielos, y tiene sus púlpitos en las más populosas y ricas ciudades de la Madre Tierra, ha despreciado a la aldea, a sus costumbres, sus tradiciones, sus raíces, que fueron el natural alumbramiento de tanto sublime y necesario progreso. Yo creo, que quienes pierden sus ancestros, sus naturales tradiciones y profundos raigones, se deshumanizan, y no saben valorar después en la medida que se merece, el divinizante progreso que hará que el Hombre encuentre en la profundidad del venidero tiempo, no sólo su felicidad y gozo, sino que le logre arrancar de las negras garras de la vieja Muerte, ese aguijón que mata, que desde que nacemos pende sobre nuestras vidas y cuando en la razón entramos nos hace acondicionarnos al resignado suplicio de tenernos que morir. Por regla general los grandes sabios que tuvo la Humanidad, siempre buscaron la más profunda humanización en las raíces del sencillo y simplista pueblo, porque creo que llegaron íntimamente a descubrir, que el ser que no tiene raíces, o que se ha xebráu de su tradicional ancestro, es un parásito o una máquina que hizo la Humanidad para la fría muerte, o para trabajar el egoísmo, nefastosa alambrada que detiene de alguna manera el avance del indetenible progreso.

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