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(no+hacer)

  • 1 El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

    Vocabulario Lucumí > El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

  • 2 Afefé: Viento Afoche polvo magico para embrujar o hacer maleficio

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

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  • 3 Bayolorí:

    Hacer fiesta, alegrarse.

    Vocabulario Lucumí > Bayolorí:

  • 4 Diloggún:

    Cauris o Cyprea moneta. Se trata de unos caracoles de origen marino, los cuales se usan para piezas de un oráculo en la Regla de Ocha. Cada caracol se llama "aye" y el jüego de los dieciséis que se usan forman una mano de Obatalá y se llama entonces "Diloggún". A este oráculo se le agregan cuatro piezas que se llaman "ibo" o "ibbo", consistentes en dos caracoles mayores y distintos que los 16 anteriores, a los que nombran "edele" y, por eso dicen que son 18 caracoles o "ayes". Las otras piezas son un huesito y una semilla vegetal parecida al ojo de buey. El oráculo del Díloggún presenta una complejidad que nosotros no hemos podido penetrar. En primer término, son 16 piezas iguales de origen animal y marítimo, a las que llaman individualmente "aye". Esos caracoles forman "manos" de distinto número según sea el orísha a quien le pertenezcan. La mano de " ayes" de Elégguá tiene 2 [m2]cauris, pero si es del arará Echú Afrodi, tendrá 24. La mano de cauris que se usan para el oráculo del Diloggún es considerada algunas veces, como dos veces ocho, que hacen dieciséis, el mismo número de ventanas del castillo que Obatalá tiene en la loma con 365 puertas abiertas. Los dieciséis "ayes" o cauris están desfondados o rotos en el caparazón opuesto a su natural abertura. Ese arreglo es indispensable para que puedan caer y sostenerse boca arriba. Estos cauris, así como el obí kolá y muchos otros productos, son traídos de África, desde que a Cuba trajeron los primeros africanos. Los dos caracoles que sobran, los llamados "edele", se obtienen en Cuba y no se les rompe por parte alguna; se usan tal cual se obtienen de la playa. El tercer elemento es de naturaleza vegetal, se trata de una semilla. El cuarto, es de origen óseo humano; es una pequeña vértebra coxígea, obtenida en el trasiego de los restos óseos del ilé Yanzá. El manejo que un sacerdote de Ocha le da a la mano de dieciséis cauris y a las cuatro piezas del "ibbo", nos hacen presumir que el dicho "ibbo" constituyó en algún momento un oráculo independiente de los dieciséis "ayes" Los caracoles y el ibbo, es decir, las piezas del Diloggún están siempre en el igbudú y cuando llega un necesitado a quien hay que "registrar", consultar o verle sus problemas y cómo resolvérselos, se escribe el nombre de pila y sus apellidos en una hoja de papel y con lápiz, también se anota la edad, el día y mes en que nació. Acto seguido el babálócha o iyálócha tiene que moyubar, como en el coco, principiando por llamar a Olofi, Oloddumare y algunas veces a Oloruñ para pedirles la bendición e informarles que va a servir en bien a un "hijo". Continúa el rezo de moyubar, con todos los muertos o sea los Babá Eggún, según se puede ver en la fórmula que dice: Ibae baé, bayé tonú pato lo Babá Eggún, para todos los babáronú que laboran por mí, que están en el mundo de la verdad... Se puede seguir llamando o moyubando muertos que fueron los mayores en el santo del sacerdote, para que lo asistan con su experiencia e impida el entrometimiento de los espíritus perturbadores, pero no siempre es así, porque el santero teme la presencia de muchos muertos en las cosas del Santo. Continúa el sacerdote o sacerdotisa llamando oríshas, principiando por Echú y Elégguá. Siempre que llama, dice quien llama: Fulano de tal, hijo de tal santo, que lo llama para pedirle la bendición y para que Ud. sepa que va a hacer esto o lo otro y requiere que Ud. facilite su permiso. Esa labor de moyubar sigue así con cada orísha en un orden que ya aparece muy alterado en muchos usos criollos. Aquí exponemos el orden del rezo al Diloggún que sigue un babálócha de Guanabacoa, quien es según se dice "una autoridad en el Santo". Olofi, Orísha Oko, Olodumare, Inle, Babá Elégguá Osa Griñán, Oggún, Babalú Ayé, Osáin, Equn (Ofé Díloggún), Orúmbila, Leripín, Babá Obatalá, Changó, Yemayá, Obeye Loro, Olokún, Argayú, Yeyé Okari. Terminado el oru, que no siempre lo siguen los santeros nuevos y a veces le alteran el orden de los oríshas, se pasa a rogar el caracol. El sacerdote toma en sus dos manos el oráculo y lo bajea con su aliento para darle aché, luego fricciona las piezas y las moyuba; se las presenta al consultado: igual que se hace con el coco; después tira y anota el número de piezas que cayeron boca arriba. Continúa tirando y anotando, a la vez que consulta las manos del consultado, quien en cada tiro tiene que friccionar el huesito y la semilla pidiendo con fe y concentración lo que desea saber, a la vez que deja en cada mano cerrada una pieza al azar. Por los números anotados el awó hace sus interpretaciones y le dice al consultado lo que contestan los oríshas o el muerto. Este oráculo siempre tiene un ángulo subjetivo que llama la atención. Está prohibido terminantemente su uso a los babalawós o hijos de Orula. así como a los no consaqrados. Es un oráculo complejo en grado extremo. "Hay dos formas de tirar los caracoles, pero dicen lo mismo". Se mantiene en la memoria una numeración para el exclusivo uso de los caracoles de la cual hemos obtenido hasta el número doce, según se puede ver a continuación: 0 [m2]Okana Sodde; 02 Ebioko; 03 Ogunda; 04 Eyorosún; 05 Oché; 06 Obbara; 07 Odi; 08 Eyeunlé; 09 Osa; 10 Ofúnfún; 1 [m2]Ojuání; 12 Eyilá. En cuanto a las llamadas letras de los caracoles, se trata de las posiciones que se producen en cada tiro; esas posiciones dan un número de cauris boca arriba y otro boca abajo; estas posiciones son las que se llaman ódu; óddu; odún; órdu; órdún o simplemente "letra" o camino. "Cada órdún es una persona y su historia". Ud. puede tener una vida como la de alguna de esas personas que sirven de patrón en el oráculo. Depende del sacerdote o sacerdotisa hacer las correctas interpretaciones, si tiene suficiente experiencia y aché. No se trata de cosa simple, a juzgar por el tiempo que le toma a los iniciados, aprender el arte de tirar los caracoles, que al decir de los que saben de estas cosas hay que recordar treinta y seis odús para ser un principiante capaz de llegar a conocer cientos de letras. Sinónimos: Diloggún, Edibó, Emilogún, Endilobú, Enilogún

    Vocabulario Lucumí > Diloggún:

  • 5 Oríshá:

    Deidad. Númen. (Maná; Vodú). Dios menor. Ser sobrenatural distinto del Dios Supremo. Santo. Divinidad. Espíritu. El orísha es el espíritu del Eleddá o Guía de una persona. No es considerado un muerto, sino un espíritu vivo y capaz de hacer cosas o acciones. Se le pone o asienta a un "hijo" si se hace merecedor y Dios da permiso. Al "santo" se le llama y se trata con él como con otra persona. Ellos son "santos" porque recibieron la bendición y el aché de Olofi. Nosotros no hacemos los orísha; nadie puede hacer de un espíritu o de un viviente un santo; a no ser Olofi. Los orí sá no son exactamente dioses. Ellos fueron como nosotros, fueron obas o reyes que ganaron u obtuvieron "aché" de Olofi. Ya muertos, son espíritus que nos protegen. Ellos están más cerca de Olofi que nosotros. Ellos saben todas las cosas de la vida y tienen poder para resolver cuando quieren. Sinónimos: Orisa, Orísha, Oríssa

    Vocabulario Lucumí > Oríshá:

  • 6 Batá:

    Tambores. Solo se tocan de día.
    (Ortiz). "Son tres tambores de carácter religioso, usados en las ceremonias de los cultos que en Cuba practican los lucumíes o yorubas y sus descendientes criollos. Según el diccionario yoruba de Oxford, batá es un tambor usado por los fieles de Changó y de Egungun. "La orquesta lucumí o es la de los batá o la de los ágbe o chekeré. Tambor! Piel! Cuero! Sandalia. "Posiblemente batá procede de los fonemas onomatopéyicos "ba", suave y "ta", duro. Los tres tambores de la liturgia yoruba reciben propiamente el nombre de "aña" o "añá" y el nombre profano de ilú". En espera de una mejor opinión, suponemos que la palabra aña o añá es corruptela criolla o dialectal de las voces yorubas "dza" o sea "dya", significan "guerrear" y también "enfurecerse una tempestad". El prefijo "a" forma sustantivos con una raíz verbal; por eso ádza o ádya, y en definitiva aña o añá, puede decir "guerrero", "peleador. perro "tempestad furiosa" y sobre todo "un duende o espíritu que pelea con brujería". Aña es la potencia sobrenatural de los batá, que los defiende, truena y pelea contra sus enemigos". "Aña es un objeto misterioso con potencia sacromágica que se introduce en las cerradas cajas resonantes de los tambores batá, cuando son construidos y consagrados". "El conocimiento de este nombré criptico tiene en sí cierto poder sacromágico que el "olori" o músico emplea para dominar su instrumento. "El "secreto" o afóubó de los batá es precisamente lo que se dice áña. Ilú áña o batá áña es el tambor cuando está "jurado". Aña es el "resguardo", "hechizo", "fetiche", o magia que los consagra. Es el "secreto" del dios Aña. "Para hacer un juego de batá que sea de "fundamento" o sea de "Aña", es necesario que lo consagre un sacerdote que tenga "Aña" y que pueda trasmitirla... Su creación está en las exclusivas facultades de los "olosaín" o sacerdotes de Osaín, el dios de los árboles y plantas o sea de sus fuerzas mágicas y medicinales". "Aña iggilú nitín chouó", le rezan al darle comida a los olú por la argolla del borde de su chachá. Lo cual parece ser corrupción criolla de Aña igguí ilú gui tichouón o sea traducido "Aña, del árbol tambor hizo que el habla fuese preciosa". Sinonimias: batá. battá, ilú batá. ilú áña, bata áña, Onibatá, onilú. "Cada áña o lú de los batá, tiene, además, un nombre especifico. El tambor más pequeño se denomina Kónkolo, Okónkolo, y generalmente también Omelé. El tambor mediano, o segundo por su tamaño, se conoce por Itótele u Omeló Enkó. El tambor batá de mayor tamaño se llama lyá. Iyá, madre, Jlú Iyá. es la madre de los tambores. "La palabra Itótele acaso provenga de las voces yoruba: "i", prefijo para denotar sustantivos de acción", "totó": completamente y "téle" sigue; quizás porque ese tambor es el que regularmente sigue al iyá, que es el que dirige. "Kónkolo"(el verdadero nombre) u Okonkolo como suele decirse, parece derivado de la palabra yoruba: Kónkoto "dios o juguete de los niños" aludiendo a que el Kónkolo es el más pequeño de los sacros batá, el bebé, o niño, así como iyá es el mayor o la madre. El vocablo Kónkolo más probablemente ha debido ser formado por "kon", cantar con repetición de la raíz en sentido reiterativo, y lo que, lo mismo que lu, significa "percutir un tambor o sonar un instrumento musical". "A veces los tambores flaquean, se advierte en su toque el cansancio; entonces algunos de los oyentes les grita ¡Omelé! para que todos aquellos reanimen sus energías. En yoruba omé lé puede significar ¡Muchachos, fuerte!..." La voz omelé pudiera provenir de omo "niño" y le "fuerte", "sobre los demás". El Kon kolo u omelé es en efecto el más pequeño de los batá, o sea el "niño" y también el es el que da en su cuero pequeño la nota más alta de los batá". "Las membranas de los batás son de piel de cabro o de venado". Cada tambor tiene dos bocas (enú) tapadas con cuero (auó). "Específicamente, el auó grande se denomina enú, que en yoruba quiere decir "boca"...; y el auó pequeño se llama chachá. voz onomatopéyica que en el vernáculo criollo se traduce libremente por "culata". Chachá no es sinónimo de cuero o membrana de ilú. "En la orquesta de batá, el iyá ocupa el centro, el omelé se pone invariablemente al lado derecho del iyá y el itótele a su costado izquierdo, aun cuando el Kpuátaki sea zurdo y toque el chachá con la derecha". Los batá jamás se tañen después de puesto el sol. Lo dice un canto lucumí: "Orú dié aña ko ofé soró" (Noche, poco aña, no quiere hablar)... "Estos adornos de chales y pañuelos en los batá se denominan alá". "Además de los alá comunes, los batá áña son vestidos excepcionalmente con un indumento litúrgico especial, que en Cuba se denomina banté y en la tierra yoruba ibanté. Ibanté quiere decir "delantal". (El ibanté salalá lo usaban los reyes o los sacerdotes en posición delantera). "Por la manipulación del oráculo éste designa el nombre que debe llevar el trío de batá, según el "camino" o el Odun que salga cuando las piezas de la adivinación caigan al azar. He aquí algunos de los nombres sagrados que tienen los batá de algunos famosos tamboreros de La Habana y su comarca: Aña Iguilú (algo así como "tambores de madera embrujada")...Añabi (hijo de Aña) es nombre de los batá... (de) Aguía batá. Otros títulos de batá son Akobí Aña ("El primer hijo del tambor") y Aiguobí (hijo de la música o de la bulla). Recientemente, a un trío de batá se le bautizó con el nombre encomiástico de Alayé, que en yoruba quiere decir "Amo del Mundo". Hay batá judíos y también tienen nombre. Uno de éstos se llama Iraguó Méta ("Tres estrellas"). Otro, bastante imperfecto, Lulú Yonkóri ("Toque y canto"). Ko bo ko guá ("no para el culto, no vengas"). Otro muy insultante, se dice Oró tin Ochú Kuá bi oré. lo cual parece significar "!Engaño! Te hicieron en luna nueva, nacido por un regalo o misericordia". Y a otro se le puso un título más repugnante... Olomí Yobó, "Flujo o menstruo de la vulva". Los tambores al ser "jurados" con jerarquía sacerdotal, adquieren un nombre como los olochas y los babalaos. Okilákpa, Brazo Fuerte. Omó Ológun, Hijo del Amo de la Magia. E Meta Lókan, Tres en uno. Obanilú, Rey del tambor. Eruáña, Esclavo de Aña. Otobike, Omó gugú, Yóboyobo, etc. El órú de los batá es una especie de himnario musical que se tañe en honor de los orichas; previamente en el "cuarto", sagrario o igbódu; primero sin cantos y sólo a golpes de tambor, y después con el acompañamiento del canturreo litúrgico y de los bailes en el ilé aránla. Los toques especiales son muchos y cada uno tiene su nombre. Aluyá, el dedicado a Changó y a Oyá, muy vivo y que se baila "sacando el pie". Báyuba, también de Changó y Oyá, lento, complicado y "muy movido de cintura". Kankán, de Changó con muchos movimientos de pies como "puntapiés a una piedra". Tuitui, asimismo para Changó con baile cinturero. Aláro, en salutación a Yemayá. Apkuápkuá, una especie de zapateo para la misma diosa. Chenché Kururú, en homenaje a la diosa Ochún. Ayálikú, ritmación y tonos tristes y funerarios, inspiración de Oyá, diosa de la muerte. Aggueré, toque estrepitoso, un frenesí percusivo en el chachá, dedicado a Ochosí. Y así muchos más, innumerables.

    Vocabulario Lucumí > Batá:

  • 7 Bokosó:

    (Ortiz). "De "ba", que es "reunir o encontrar" y "koso" que es el nombre de un tambor. Así, pues, "bokoso" quiere decir "reunión de tambor" o "al son de tambor" en la acepción cubana de "fiesta, baile y reunión de gente al toque de "tambor". Otra acepción es que "bo" significa "adorar a los dioses", por lo que Bokosó es hacerle adoración a los dioses con toques de tambores. "Kosó" a su vez viene de "ko" que es "cantar" y so que es "hablar". Así Ba ko só es reunirse o encontrarse juntos para hacer canto de voces y habla de tambores. "Bokosó es una expresión de la mitología yoruba, en relación a cierto episodio del dios Changó". Bokosó era como un estribillo: "el rey se ahorcó". Rayo. Uno de los nombres que le dicen a Changó.

    Vocabulario Lucumí > Bokosó:

  • 8 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:57

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

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  • 9 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

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  • 10 VOCABULARIO LUCUMI

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

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  • 11 LETRA E

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > LETRA E

  • 12 Ebese bambano:

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > Ebese bambano:

  • 13 Eledá:

    Ángel de la Guarda. El principal de los tres espíritus tutelares de todo ser humano. Los tres espíritus que lo acompañan y gobiernan a uno son santos, oríshas. Es necesario consultar a un oráculo de Ocha para saber con certeza quiénes son los oríshas tutelares de una persona. Cuando se conoce al dueño de la cabeza, al Eledá, ya es fácil conocer a los otros el camino en que se le presenta a uno. Si a uno le sale letra de asentarse el santo y así lo quiere, principia todo un proceso preparatorio para profesar. Este proceso se apura cuando hay peligro de muerte. Todo preparado, entra uno en "abboddún" desde que le ponen el Obatalá eleke aña; siete días de rituales iniciales en el ilé ocha, en la estera y ya pasan a hacerle a uno el Kari Ocha o fijación del santo en la cabeza. Esta ceremonia es muy secreta y seria: no la puede presenciar quien no tenga sacerdocio o profesión de santero o santera. Sigue el día del medio y después el de "itá", siete días más y ya puede ir uno para su casa. Todo el mundo tiene Eledá, pero son muy pocos los que tienen que sentárselo. El Eledá es el guía de uno, los otros dos orichas acompañantes son los protectores. "En, la cabeza, es sagrada, fíj ese que a ella va el Eledá, el santo principal de uno". "Eledá es lo que piensa, ve, vela, siempre está kuni kuni". "Guía y decide nuestra vida". "Lo que está en la cabeza es santo", es por eso que no se le estará tocando ni golpeando la cabeza a uno: "¿Ud. le va a pegar a su Eledá?; tampoco se debe andar sin sombrero porque el sol y el sereno dañan el aché que le da su Eledá". Cuando se lava la cabeza o se le hace rogación, a quien se le hace es a su Eledá o Ángel. "El bautismo de los curas es una rogación; ellos lo pueden hacer porque tienen, a su manera, el Eledá asentado: es igual". Desde que uno está en el vientre materno ya tiene guía y protección; "nunca y por razón alguna se separan de uno: ¡no se deje engañar, Hijo!" Cuando uno nace hay que hacerle algo al Eledá, a veces en el vientre. "Nosotros no vemos al Eledá hasta el momento en que se va a morir uno". Al día siguiente de la muerte de un olócha y al amanecer, se hace una ceremonia mortuoria en la que se ve la sombra del Eledá, la cual recibe una rogación de despido y se le mete en el ataúd para que acompañe al cadáver. "Ese es el único momento en que andamos con sombras". "El asunto de los congos es como el de los espiritistas, siempre andan con sombras": no hay brujo sin espíritu". "Los congos son espiritistas"; "nosotros somos santeros"; "ellos hablan y tratan con los muertos, siempre; nosotros con los oríshas". "El muerto interrumpe al santo". En la cabeza que se hizo kari ocha solamente puede posesionarse el santo de cabecera, ni siquiera los protectores y mucho menos los muertos, salvo que sea el Eledá un orisha que como Ochún o Yemayá son muerteras y dejan que por su "erí" pasen muertos. Para más detalles consulte a los olochas y al magnífico libro de la Srta. Lidia Cabrera titulado "El Monte". Sinónimos: Eléddá

    Vocabulario Lucumí > Eledá:

  • 14 Ikú achan:

    (Ortiz). También llamado en Cuba "pachan", es el mazo de cujes o varillas de la muerte. Es un mazo de nueve cujes, o de tres, como de un metro de largo, amarradas en cada extremo, por una cinta roja formando un haz. Entre las dos cintas rojas de los extremos está amarrada hacia la parte del centro una cinta negra. A veces tiene atados de cintas de muchos colores para simbolizar a Oyá, que es la diosa del cementerio. El ikú achán se hace con varillas de moras silvestres, rascabarriga o de ítamo real, también llamado "gallito"; se puede hacer de varillas de cedro que no esté del todo seco.

    Vocabulario Lucumí > Ikú achan:

  • 15 Obí pikuti:

    Pedacitos de masa de coco que se obtiene pellizcando. Cuando el babálócha o la iyálócha van a usar el oráculo de obí, toman un coco seco entre sus manos y lo bendicen delante de los santos; después lo parten con un martillo u otro cuerpo duro, o lo tiran contra el suelo hasta que suelte los pedazos, los cuales son tomados y pellizcados para hacer "obí pikuti", que se le ofrecen a los oríshas en el suelo, a la vez que se va diciendo un rezo. Terminados de redondear o arreglar los cuatro obínú que se necesitan, hay que moyubar al Dios Supremo, a la Corte Celestial, al Sol, a los muertos y a todas las deidades; después se moyuba a Biagué, Adiátóto, al propio coco o sus obínú, al eléddá del sujeto a quien se le están viendo sus cosas o consultándolo; y a los muertos, eléddá y oríshas protectores del sacerdote o sacerdotisa. Se presentan los obínú en la cabeza. hombros, pecho, manos, rodillas y pies del consultado, rezándole al coco y pidiéndole que se preste a contestar; se llama al santo cabecera del sacerdote o sacerdotisa y se le ruega para que dé su irradiación; se invoca a el primer awó, Biagué, y a su hijo Adiátóto para que presten por irradiación sus achés adivinatorios y hagan que el coco hable la palabra de los oríshas, del orísha interrogado o del muerto. Se tiran los cuatro pedazos u obínús al suelo y enseguida se mira cómo cayeron. Aun cuando se dice que el oráculo de Biagué da doce posiciones con los cuatro obínús, nosotros solamente nos hemos enterado de las siguientes, letras u óddus: "alafia", "otawe", "eyífé", okana sódd" y "oyekún". Sinónimos: Obí keún

    Vocabulario Lucumí > Obí pikuti:

  • 16 Otán:

    Piedra de santo. Piedra pequeña, rara vez mayor que una toronja, y, generalmente del tamaño del puño o menor; la cual fué encontrada en la tierra por medios adivinatorios o mediamnímicos, como residencia o más bien personificación de un dios o diosa determinada, por lo que es objeto de adoración. En Cuba abundan los "otá" que son hachas de las culturas de piedras pertenecientes a los indocubanos. El africano y sus descendientes en Regla de Ocha han creído que tales piedras vinieron del cielo; eso es lo que se acepta en cuanto a los respectivos otanes de Changó y Oyá. Recogidos esos otanes. son sometidos a un complejo ritual de habilitación. El estudio de los otanes, como el de los elekes. constituirían interesantísimas monografías. El otá de Changó se llama oddú ará y es cierta piedra que él tiró una vez. Esta piedra, como la de Oyá, son las llamadas piedras de rayos y se admite que una y otra aparecen en los lugares donde han caído rayos de Chanqó y de Oyá. Esas piedras son sometidas a una investigación de oráculo para saber qué se ha de hacer con ella. Después se lava en omiero, se engrasa de etá orí, se le da comida y se destina a iré o imagen del orísha. Los otanes de los demás oríshas pueden ser recogidos, todos, entre las piedras que el mar echa a sus playas, pero no siempre así se recogen, pues las sabanas, lomas, ríos, despeñaderos y caminos también son naturaleza suministradora. En el caso del otá de Olokun, siempre ha de ser piedra de mar puesta en tinaja. Olofi, Olodumare y Orúmbila, no tienen otá para iré o representación. El estudio de los otanes es de lo más sugestivo y daría mucha oportunidad para conocer las representaciones religiosas. El "otá" no es el orísha ni la adoración es a la piedra, pero los negros nunca han tenido interés en ilustrar a los aleyos y a veces a los propios iniciados novatos de lo que exactamente sucede. Así como el crucifijo no es Jesús Cristo, el otá no es el orísa, pero lo representa por continencia o por residencia. El orísha es siempre un espíritu de ciertas características fijas. Para cada orísha hay muchos espíritus que lo representen. Cada hijo de santo que muere vuelve alguna vez al ilé de algún creyente como el mismo orísha que tenía asentado o como quien fue en vida. Lo que sucede es que existe una categoría o mejor, varias, de espíritus de personas que tuvieron Ocha y después de muertos se manifiestan como oríshas. Los negros no adoran a los astros, minerales, vegetales y animales como tales, sino que admiten que en tales seres hay ciertos poderes que ellos pueden usar. Aprender a usar esos poderes o achés implica conocer y ajustarse al saber, que ciertos pueblos africanos acumularon y organizaron en la religión de un tronco de cultura. No de otra forma han obrado los hombres de todos los pueblos. Sinónimos: Otá

    Vocabulario Lucumí > Otán:

  • 17 Yiroko:

    árbol consagrado a Changó. Excelente para la fiebre. Muy amargas sus hojas. Las ofrendas a Changó se le colocan debajo de este árbol, que no es el Iroko, (la ceiba). Sus hojas macha cadas sirven para hacer un "Yefá", polvo del Babalao.

    Vocabulario Lucumí > Yiroko:

См. также в других словарях:

  • hacer — verbo transitivo 1. Fabricar (una persona) [una cosa]: En esta fábrica hacen televisores. 2. Crear (una persona) [ …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

  • hacer — (Del lat. facĕre). 1. tr. Producir algo, darle el primer ser. 2. Fabricar, formar algo dándole la forma, norma y trazo que debe tener. 3. Ejecutar, poner por obra una acción o trabajo. Hacer prodigios. U. a veces sin determinar la acción. [m6]No… …   Diccionario de la lengua española

  • hacer — hacer, hacer aguas ► agua, ► hacer agua. 2. hacer como si... expr. fingir. ❙ «Déjeme el espejito y haga como si se estuviera retocando el maquillaje.» Ignacio García May, Operación ópera, 1991, RAECREA. ❙ «Contesta el teléfono y haz como si… …   Diccionario del Argot "El Sohez"

  • hacer aguas — hacer, hacer aguas ► agua, ► hacer agua. 2. hacer como si... expr. fingir. ❙ «Déjeme el espejito y haga como si se estuviera retocando el maquillaje.» Ignacio García May, Operación ópera, 1991, RAECREA. ❙ «Contesta el teléfono y haz como si… …   Diccionario del Argot "El Sohez"

  • hacer — hacer(se) 1. Como transitivo, significa, básicamente, ‘producir o fabricar’ y ‘realizar o ejecutar’; como pronominal, ‘convertirse en algo o llegar a ser algo’ (Se hizo médico) y ‘fingir ser algo’ (Se hizo el muerto); como intransitivo no… …   Diccionario panhispánico de dudas

  • Hacer — puede referirse a: Acción Hecho Acontecimiento Hazaña Buen hacer (bien hacer) Hacer gárgaras ¿Qué hacer? (Что делать? Chto delat?), de Lenin Hacer dedo o autostop Cocinar Producir (elaborar, fabricar) Realizar Véase también Wikcionario tiene… …   Wikipedia Español

  • Hacer un puente — álbum de estudio de La Franela Publicación 2011 Grabación 2011 Género(s) Rock Reggae …   Wikipedia Español

  • hacer panqueques sin quebrar los huevos — hacer lo imposible; tratar de evadir el costo de algo; pretender que las consecuencias no existen; cf. hacer perro muerto, sacarle el poto a la jeringa, hacer como si nada; claro que quedó embarazada tu mina, puh huevón, si andai tirando sin… …   Diccionario de chileno actual

  • hacer y deshacer — hacer lo que se quiere; tener plena libertad; obrar sin escrúpulos; ser quien manda; cf. hacer lo que se le da la gana, limpiarse el traste, cagarse en la diferencia, no estar ni ahí, hacer como se le pare la raja, hacer como se le pare; en esta… …   Diccionario de chileno actual

  • hacer el oso — Hacer el tonto; comportarse de forma ridícula. Al parecer, son los gansos aves extremadamente memas, y otros testimonios de ello existen en el español coloquial se refiere a la impresión extraña que en los españoles que llegaron a América… …   Diccionario de dichos y refranes

  • hacer cara — de cansado, hacer mala cara, hacer cara enfadada, son catalanismos. En castellano se dice: tener cara de cansado, tener mala cara, poner mala cara …   Diccionario español de neologismos

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