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(de+los+pies)

  • 1 Elekes Cuentas del collar y el collar mismo. Elese: a los pies

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

    Vocabulario Lucumí > Elekes Cuentas del collar y el collar mismo. Elese: a los pies

  • 2 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:5

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 3 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 4 VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 5 LETRA L

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 6 Le erú:

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 7 Embeles olodumare:

    A los pies de Dios.

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  • 8 Embelese oloddumare:

    En los pies de Dios. Sinónimos: Embelese olodumare, Emebelese olodumare

    Vocabulario Lucumí > Embelese oloddumare:

  • 9 Embelese olodumare:

    A los pies de Dios.

    Vocabulario Lucumí > Embelese olodumare:

  • 10 Batá:

    Tambores. Solo se tocan de día.
    (Ortiz). "Son tres tambores de carácter religioso, usados en las ceremonias de los cultos que en Cuba practican los lucumíes o yorubas y sus descendientes criollos. Según el diccionario yoruba de Oxford, batá es un tambor usado por los fieles de Changó y de Egungun. "La orquesta lucumí o es la de los batá o la de los ágbe o chekeré. Tambor! Piel! Cuero! Sandalia. "Posiblemente batá procede de los fonemas onomatopéyicos "ba", suave y "ta", duro. Los tres tambores de la liturgia yoruba reciben propiamente el nombre de "aña" o "añá" y el nombre profano de ilú". En espera de una mejor opinión, suponemos que la palabra aña o añá es corruptela criolla o dialectal de las voces yorubas "dza" o sea "dya", significan "guerrear" y también "enfurecerse una tempestad". El prefijo "a" forma sustantivos con una raíz verbal; por eso ádza o ádya, y en definitiva aña o añá, puede decir "guerrero", "peleador. perro "tempestad furiosa" y sobre todo "un duende o espíritu que pelea con brujería". Aña es la potencia sobrenatural de los batá, que los defiende, truena y pelea contra sus enemigos". "Aña es un objeto misterioso con potencia sacromágica que se introduce en las cerradas cajas resonantes de los tambores batá, cuando son construidos y consagrados". "El conocimiento de este nombré criptico tiene en sí cierto poder sacromágico que el "olori" o músico emplea para dominar su instrumento. "El "secreto" o afóubó de los batá es precisamente lo que se dice áña. Ilú áña o batá áña es el tambor cuando está "jurado". Aña es el "resguardo", "hechizo", "fetiche", o magia que los consagra. Es el "secreto" del dios Aña. "Para hacer un juego de batá que sea de "fundamento" o sea de "Aña", es necesario que lo consagre un sacerdote que tenga "Aña" y que pueda trasmitirla... Su creación está en las exclusivas facultades de los "olosaín" o sacerdotes de Osaín, el dios de los árboles y plantas o sea de sus fuerzas mágicas y medicinales". "Aña iggilú nitín chouó", le rezan al darle comida a los olú por la argolla del borde de su chachá. Lo cual parece ser corrupción criolla de Aña igguí ilú gui tichouón o sea traducido "Aña, del árbol tambor hizo que el habla fuese preciosa". Sinonimias: batá. battá, ilú batá. ilú áña, bata áña, Onibatá, onilú. "Cada áña o lú de los batá, tiene, además, un nombre especifico. El tambor más pequeño se denomina Kónkolo, Okónkolo, y generalmente también Omelé. El tambor mediano, o segundo por su tamaño, se conoce por Itótele u Omeló Enkó. El tambor batá de mayor tamaño se llama lyá. Iyá, madre, Jlú Iyá. es la madre de los tambores. "La palabra Itótele acaso provenga de las voces yoruba: "i", prefijo para denotar sustantivos de acción", "totó": completamente y "téle" sigue; quizás porque ese tambor es el que regularmente sigue al iyá, que es el que dirige. "Kónkolo"(el verdadero nombre) u Okonkolo como suele decirse, parece derivado de la palabra yoruba: Kónkoto "dios o juguete de los niños" aludiendo a que el Kónkolo es el más pequeño de los sacros batá, el bebé, o niño, así como iyá es el mayor o la madre. El vocablo Kónkolo más probablemente ha debido ser formado por "kon", cantar con repetición de la raíz en sentido reiterativo, y lo que, lo mismo que lu, significa "percutir un tambor o sonar un instrumento musical". "A veces los tambores flaquean, se advierte en su toque el cansancio; entonces algunos de los oyentes les grita ¡Omelé! para que todos aquellos reanimen sus energías. En yoruba omé lé puede significar ¡Muchachos, fuerte!..." La voz omelé pudiera provenir de omo "niño" y le "fuerte", "sobre los demás". El Kon kolo u omelé es en efecto el más pequeño de los batá, o sea el "niño" y también el es el que da en su cuero pequeño la nota más alta de los batá". "Las membranas de los batás son de piel de cabro o de venado". Cada tambor tiene dos bocas (enú) tapadas con cuero (auó). "Específicamente, el auó grande se denomina enú, que en yoruba quiere decir "boca"...; y el auó pequeño se llama chachá. voz onomatopéyica que en el vernáculo criollo se traduce libremente por "culata". Chachá no es sinónimo de cuero o membrana de ilú. "En la orquesta de batá, el iyá ocupa el centro, el omelé se pone invariablemente al lado derecho del iyá y el itótele a su costado izquierdo, aun cuando el Kpuátaki sea zurdo y toque el chachá con la derecha". Los batá jamás se tañen después de puesto el sol. Lo dice un canto lucumí: "Orú dié aña ko ofé soró" (Noche, poco aña, no quiere hablar)... "Estos adornos de chales y pañuelos en los batá se denominan alá". "Además de los alá comunes, los batá áña son vestidos excepcionalmente con un indumento litúrgico especial, que en Cuba se denomina banté y en la tierra yoruba ibanté. Ibanté quiere decir "delantal". (El ibanté salalá lo usaban los reyes o los sacerdotes en posición delantera). "Por la manipulación del oráculo éste designa el nombre que debe llevar el trío de batá, según el "camino" o el Odun que salga cuando las piezas de la adivinación caigan al azar. He aquí algunos de los nombres sagrados que tienen los batá de algunos famosos tamboreros de La Habana y su comarca: Aña Iguilú (algo así como "tambores de madera embrujada")...Añabi (hijo de Aña) es nombre de los batá... (de) Aguía batá. Otros títulos de batá son Akobí Aña ("El primer hijo del tambor") y Aiguobí (hijo de la música o de la bulla). Recientemente, a un trío de batá se le bautizó con el nombre encomiástico de Alayé, que en yoruba quiere decir "Amo del Mundo". Hay batá judíos y también tienen nombre. Uno de éstos se llama Iraguó Méta ("Tres estrellas"). Otro, bastante imperfecto, Lulú Yonkóri ("Toque y canto"). Ko bo ko guá ("no para el culto, no vengas"). Otro muy insultante, se dice Oró tin Ochú Kuá bi oré. lo cual parece significar "!Engaño! Te hicieron en luna nueva, nacido por un regalo o misericordia". Y a otro se le puso un título más repugnante... Olomí Yobó, "Flujo o menstruo de la vulva". Los tambores al ser "jurados" con jerarquía sacerdotal, adquieren un nombre como los olochas y los babalaos. Okilákpa, Brazo Fuerte. Omó Ológun, Hijo del Amo de la Magia. E Meta Lókan, Tres en uno. Obanilú, Rey del tambor. Eruáña, Esclavo de Aña. Otobike, Omó gugú, Yóboyobo, etc. El órú de los batá es una especie de himnario musical que se tañe en honor de los orichas; previamente en el "cuarto", sagrario o igbódu; primero sin cantos y sólo a golpes de tambor, y después con el acompañamiento del canturreo litúrgico y de los bailes en el ilé aránla. Los toques especiales son muchos y cada uno tiene su nombre. Aluyá, el dedicado a Changó y a Oyá, muy vivo y que se baila "sacando el pie". Báyuba, también de Changó y Oyá, lento, complicado y "muy movido de cintura". Kankán, de Changó con muchos movimientos de pies como "puntapiés a una piedra". Tuitui, asimismo para Changó con baile cinturero. Aláro, en salutación a Yemayá. Apkuápkuá, una especie de zapateo para la misma diosa. Chenché Kururú, en homenaje a la diosa Ochún. Ayálikú, ritmación y tonos tristes y funerarios, inspiración de Oyá, diosa de la muerte. Aggueré, toque estrepitoso, un frenesí percusivo en el chachá, dedicado a Ochosí. Y así muchos más, innumerables.

    Vocabulario Lucumí > Batá:

  • 11 Obí pikuti:

    Pedacitos de masa de coco que se obtiene pellizcando. Cuando el babálócha o la iyálócha van a usar el oráculo de obí, toman un coco seco entre sus manos y lo bendicen delante de los santos; después lo parten con un martillo u otro cuerpo duro, o lo tiran contra el suelo hasta que suelte los pedazos, los cuales son tomados y pellizcados para hacer "obí pikuti", que se le ofrecen a los oríshas en el suelo, a la vez que se va diciendo un rezo. Terminados de redondear o arreglar los cuatro obínú que se necesitan, hay que moyubar al Dios Supremo, a la Corte Celestial, al Sol, a los muertos y a todas las deidades; después se moyuba a Biagué, Adiátóto, al propio coco o sus obínú, al eléddá del sujeto a quien se le están viendo sus cosas o consultándolo; y a los muertos, eléddá y oríshas protectores del sacerdote o sacerdotisa. Se presentan los obínú en la cabeza. hombros, pecho, manos, rodillas y pies del consultado, rezándole al coco y pidiéndole que se preste a contestar; se llama al santo cabecera del sacerdote o sacerdotisa y se le ruega para que dé su irradiación; se invoca a el primer awó, Biagué, y a su hijo Adiátóto para que presten por irradiación sus achés adivinatorios y hagan que el coco hable la palabra de los oríshas, del orísha interrogado o del muerto. Se tiran los cuatro pedazos u obínús al suelo y enseguida se mira cómo cayeron. Aun cuando se dice que el oráculo de Biagué da doce posiciones con los cuatro obínús, nosotros solamente nos hemos enterado de las siguientes, letras u óddus: "alafia", "otawe", "eyífé", okana sódd" y "oyekún". Sinónimos: Obí keún

    Vocabulario Lucumí > Obí pikuti:

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  • tener los pies bien puestos sobre la tierra — ser práctico; ser racional; ser sensato; cf. ser ubicado, tener la cabeza bien puesta sobre los hombros; mi hijo tiene los pies bien puestos sobre la tierra; no se va a casar antes de tener un trabajo estable , nuestra generación era más libre,… …   Diccionario de chileno actual

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