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  • 1 (4) (Ortiz). (Nsiba, entre kikongos). El oro, zumbador o la bramadera es un instrumento aeritivo de tipo rotativo o estelar. Por los negros yorubas y sus descendientes cubanos se llama Oro a un muy sencillo instrumento de sonoridad que ellos emplean en ciertos ritos funerarios. Su mito se aproxima a

    Misa en la iglesia.
    Misa en la iglesia.

    Vocabulario Lucumí > (4) (Ortiz). (Nsiba, entre kikongos). El oro, zumbador o la bramadera es un instrumento aeritivo de tipo rotativo o estelar. Por los negros yorubas y sus descendientes cubanos se llama Oro a un muy sencillo instrumento de sonoridad que ellos emplean en ciertos ritos funerarios. Su mito se aproxima a

  • 2 Aché: Así sea, El Poder Espiritual del Universo, Talento, gracia, bendicion, virtud, palabra, alma de algo. Se dice de los atributos del santo o que radican en ellos. es la bendicion del orisha, colocada en distintas partes del cuerpo del neofito Ache to: Asi sea; equivale al amen de otras rel

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

    Vocabulario Lucumí > Aché: Así sea, El Poder Espiritual del Universo, Talento, gracia, bendicion, virtud, palabra, alma de algo. Se dice de los atributos del santo o que radican en ellos. es la bendicion del orisha, colocada en distintas partes del cuerpo del neofito Ache to: Asi sea; equivale al amen de otras rel

  • 3 Otán:

    Piedra de santo. Piedra pequeña, rara vez mayor que una toronja, y, generalmente del tamaño del puño o menor; la cual fué encontrada en la tierra por medios adivinatorios o mediamnímicos, como residencia o más bien personificación de un dios o diosa determinada, por lo que es objeto de adoración. En Cuba abundan los "otá" que son hachas de las culturas de piedras pertenecientes a los indocubanos. El africano y sus descendientes en Regla de Ocha han creído que tales piedras vinieron del cielo; eso es lo que se acepta en cuanto a los respectivos otanes de Changó y Oyá. Recogidos esos otanes. son sometidos a un complejo ritual de habilitación. El estudio de los otanes, como el de los elekes. constituirían interesantísimas monografías. El otá de Changó se llama oddú ará y es cierta piedra que él tiró una vez. Esta piedra, como la de Oyá, son las llamadas piedras de rayos y se admite que una y otra aparecen en los lugares donde han caído rayos de Chanqó y de Oyá. Esas piedras son sometidas a una investigación de oráculo para saber qué se ha de hacer con ella. Después se lava en omiero, se engrasa de etá orí, se le da comida y se destina a iré o imagen del orísha. Los otanes de los demás oríshas pueden ser recogidos, todos, entre las piedras que el mar echa a sus playas, pero no siempre así se recogen, pues las sabanas, lomas, ríos, despeñaderos y caminos también son naturaleza suministradora. En el caso del otá de Olokun, siempre ha de ser piedra de mar puesta en tinaja. Olofi, Olodumare y Orúmbila, no tienen otá para iré o representación. El estudio de los otanes es de lo más sugestivo y daría mucha oportunidad para conocer las representaciones religiosas. El "otá" no es el orísha ni la adoración es a la piedra, pero los negros nunca han tenido interés en ilustrar a los aleyos y a veces a los propios iniciados novatos de lo que exactamente sucede. Así como el crucifijo no es Jesús Cristo, el otá no es el orísa, pero lo representa por continencia o por residencia. El orísha es siempre un espíritu de ciertas características fijas. Para cada orísha hay muchos espíritus que lo representen. Cada hijo de santo que muere vuelve alguna vez al ilé de algún creyente como el mismo orísha que tenía asentado o como quien fue en vida. Lo que sucede es que existe una categoría o mejor, varias, de espíritus de personas que tuvieron Ocha y después de muertos se manifiestan como oríshas. Los negros no adoran a los astros, minerales, vegetales y animales como tales, sino que admiten que en tales seres hay ciertos poderes que ellos pueden usar. Aprender a usar esos poderes o achés implica conocer y ajustarse al saber, que ciertos pueblos africanos acumularon y organizaron en la religión de un tronco de cultura. No de otra forma han obrado los hombres de todos los pueblos. Sinónimos: Otá

    Vocabulario Lucumí > Otán:

  • 4 Oríshá:

    Deidad. Númen. (Maná; Vodú). Dios menor. Ser sobrenatural distinto del Dios Supremo. Santo. Divinidad. Espíritu. El orísha es el espíritu del Eleddá o Guía de una persona. No es considerado un muerto, sino un espíritu vivo y capaz de hacer cosas o acciones. Se le pone o asienta a un "hijo" si se hace merecedor y Dios da permiso. Al "santo" se le llama y se trata con él como con otra persona. Ellos son "santos" porque recibieron la bendición y el aché de Olofi. Nosotros no hacemos los orísha; nadie puede hacer de un espíritu o de un viviente un santo; a no ser Olofi. Los orí sá no son exactamente dioses. Ellos fueron como nosotros, fueron obas o reyes que ganaron u obtuvieron "aché" de Olofi. Ya muertos, son espíritus que nos protegen. Ellos están más cerca de Olofi que nosotros. Ellos saben todas las cosas de la vida y tienen poder para resolver cuando quieren. Sinónimos: Orisa, Orísha, Oríssa

    Vocabulario Lucumí > Oríshá:

  • 5 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:5

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 6 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 7 VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 8 LETRA L

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

    Vocabulario Lucumí > LETRA L

  • 9 Le erú:

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

    Vocabulario Lucumí > Le erú:

  • 10 Eledá:

    Ángel de la Guarda. El principal de los tres espíritus tutelares de todo ser humano. Los tres espíritus que lo acompañan y gobiernan a uno son santos, oríshas. Es necesario consultar a un oráculo de Ocha para saber con certeza quiénes son los oríshas tutelares de una persona. Cuando se conoce al dueño de la cabeza, al Eledá, ya es fácil conocer a los otros el camino en que se le presenta a uno. Si a uno le sale letra de asentarse el santo y así lo quiere, principia todo un proceso preparatorio para profesar. Este proceso se apura cuando hay peligro de muerte. Todo preparado, entra uno en "abboddún" desde que le ponen el Obatalá eleke aña; siete días de rituales iniciales en el ilé ocha, en la estera y ya pasan a hacerle a uno el Kari Ocha o fijación del santo en la cabeza. Esta ceremonia es muy secreta y seria: no la puede presenciar quien no tenga sacerdocio o profesión de santero o santera. Sigue el día del medio y después el de "itá", siete días más y ya puede ir uno para su casa. Todo el mundo tiene Eledá, pero son muy pocos los que tienen que sentárselo. El Eledá es el guía de uno, los otros dos orichas acompañantes son los protectores. "En, la cabeza, es sagrada, fíj ese que a ella va el Eledá, el santo principal de uno". "Eledá es lo que piensa, ve, vela, siempre está kuni kuni". "Guía y decide nuestra vida". "Lo que está en la cabeza es santo", es por eso que no se le estará tocando ni golpeando la cabeza a uno: "¿Ud. le va a pegar a su Eledá?; tampoco se debe andar sin sombrero porque el sol y el sereno dañan el aché que le da su Eledá". Cuando se lava la cabeza o se le hace rogación, a quien se le hace es a su Eledá o Ángel. "El bautismo de los curas es una rogación; ellos lo pueden hacer porque tienen, a su manera, el Eledá asentado: es igual". Desde que uno está en el vientre materno ya tiene guía y protección; "nunca y por razón alguna se separan de uno: ¡no se deje engañar, Hijo!" Cuando uno nace hay que hacerle algo al Eledá, a veces en el vientre. "Nosotros no vemos al Eledá hasta el momento en que se va a morir uno". Al día siguiente de la muerte de un olócha y al amanecer, se hace una ceremonia mortuoria en la que se ve la sombra del Eledá, la cual recibe una rogación de despido y se le mete en el ataúd para que acompañe al cadáver. "Ese es el único momento en que andamos con sombras". "El asunto de los congos es como el de los espiritistas, siempre andan con sombras": no hay brujo sin espíritu". "Los congos son espiritistas"; "nosotros somos santeros"; "ellos hablan y tratan con los muertos, siempre; nosotros con los oríshas". "El muerto interrumpe al santo". En la cabeza que se hizo kari ocha solamente puede posesionarse el santo de cabecera, ni siquiera los protectores y mucho menos los muertos, salvo que sea el Eledá un orisha que como Ochún o Yemayá son muerteras y dejan que por su "erí" pasen muertos. Para más detalles consulte a los olochas y al magnífico libro de la Srta. Lidia Cabrera titulado "El Monte". Sinónimos: Eléddá

    Vocabulario Lucumí > Eledá:

  • 11 Oloóke:

    (Ortiz). Nos dicen que es un tambor iyesá, el mayor de ellos. Es "de llamada a distancia" y se tocaba en casos de crímenes, "tiros", "tragedia" o "matazón", para "rogaciones"... de calmar o "enfriar" los ánimos y averiguar la causa o autor de un homicidio. Era el Oloóke un tambor sagrado...

    Vocabulario Lucumí > Oloóke:

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