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  • 1 El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

    Vocabulario Lucumí > El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

  • 2 Ajere oguó osa ologuó oyú muni guiri abú feni ya wao:

    "con respeto, reverencia, mire le doy con voluntad lo que le gusta para que esté contento y nos conceda lo bueno que le pedimos". (Rezo en eguerefé de Ta Iño Blas Cárdenas).

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  • 3 Batá:

    Tambores. Solo se tocan de día.
    (Ortiz). "Son tres tambores de carácter religioso, usados en las ceremonias de los cultos que en Cuba practican los lucumíes o yorubas y sus descendientes criollos. Según el diccionario yoruba de Oxford, batá es un tambor usado por los fieles de Changó y de Egungun. "La orquesta lucumí o es la de los batá o la de los ágbe o chekeré. Tambor! Piel! Cuero! Sandalia. "Posiblemente batá procede de los fonemas onomatopéyicos "ba", suave y "ta", duro. Los tres tambores de la liturgia yoruba reciben propiamente el nombre de "aña" o "añá" y el nombre profano de ilú". En espera de una mejor opinión, suponemos que la palabra aña o añá es corruptela criolla o dialectal de las voces yorubas "dza" o sea "dya", significan "guerrear" y también "enfurecerse una tempestad". El prefijo "a" forma sustantivos con una raíz verbal; por eso ádza o ádya, y en definitiva aña o añá, puede decir "guerrero", "peleador. perro "tempestad furiosa" y sobre todo "un duende o espíritu que pelea con brujería". Aña es la potencia sobrenatural de los batá, que los defiende, truena y pelea contra sus enemigos". "Aña es un objeto misterioso con potencia sacromágica que se introduce en las cerradas cajas resonantes de los tambores batá, cuando son construidos y consagrados". "El conocimiento de este nombré criptico tiene en sí cierto poder sacromágico que el "olori" o músico emplea para dominar su instrumento. "El "secreto" o afóubó de los batá es precisamente lo que se dice áña. Ilú áña o batá áña es el tambor cuando está "jurado". Aña es el "resguardo", "hechizo", "fetiche", o magia que los consagra. Es el "secreto" del dios Aña. "Para hacer un juego de batá que sea de "fundamento" o sea de "Aña", es necesario que lo consagre un sacerdote que tenga "Aña" y que pueda trasmitirla... Su creación está en las exclusivas facultades de los "olosaín" o sacerdotes de Osaín, el dios de los árboles y plantas o sea de sus fuerzas mágicas y medicinales". "Aña iggilú nitín chouó", le rezan al darle comida a los olú por la argolla del borde de su chachá. Lo cual parece ser corrupción criolla de Aña igguí ilú gui tichouón o sea traducido "Aña, del árbol tambor hizo que el habla fuese preciosa". Sinonimias: batá. battá, ilú batá. ilú áña, bata áña, Onibatá, onilú. "Cada áña o lú de los batá, tiene, además, un nombre especifico. El tambor más pequeño se denomina Kónkolo, Okónkolo, y generalmente también Omelé. El tambor mediano, o segundo por su tamaño, se conoce por Itótele u Omeló Enkó. El tambor batá de mayor tamaño se llama lyá. Iyá, madre, Jlú Iyá. es la madre de los tambores. "La palabra Itótele acaso provenga de las voces yoruba: "i", prefijo para denotar sustantivos de acción", "totó": completamente y "téle" sigue; quizás porque ese tambor es el que regularmente sigue al iyá, que es el que dirige. "Kónkolo"(el verdadero nombre) u Okonkolo como suele decirse, parece derivado de la palabra yoruba: Kónkoto "dios o juguete de los niños" aludiendo a que el Kónkolo es el más pequeño de los sacros batá, el bebé, o niño, así como iyá es el mayor o la madre. El vocablo Kónkolo más probablemente ha debido ser formado por "kon", cantar con repetición de la raíz en sentido reiterativo, y lo que, lo mismo que lu, significa "percutir un tambor o sonar un instrumento musical". "A veces los tambores flaquean, se advierte en su toque el cansancio; entonces algunos de los oyentes les grita ¡Omelé! para que todos aquellos reanimen sus energías. En yoruba omé lé puede significar ¡Muchachos, fuerte!..." La voz omelé pudiera provenir de omo "niño" y le "fuerte", "sobre los demás". El Kon kolo u omelé es en efecto el más pequeño de los batá, o sea el "niño" y también el es el que da en su cuero pequeño la nota más alta de los batá". "Las membranas de los batás son de piel de cabro o de venado". Cada tambor tiene dos bocas (enú) tapadas con cuero (auó). "Específicamente, el auó grande se denomina enú, que en yoruba quiere decir "boca"...; y el auó pequeño se llama chachá. voz onomatopéyica que en el vernáculo criollo se traduce libremente por "culata". Chachá no es sinónimo de cuero o membrana de ilú. "En la orquesta de batá, el iyá ocupa el centro, el omelé se pone invariablemente al lado derecho del iyá y el itótele a su costado izquierdo, aun cuando el Kpuátaki sea zurdo y toque el chachá con la derecha". Los batá jamás se tañen después de puesto el sol. Lo dice un canto lucumí: "Orú dié aña ko ofé soró" (Noche, poco aña, no quiere hablar)... "Estos adornos de chales y pañuelos en los batá se denominan alá". "Además de los alá comunes, los batá áña son vestidos excepcionalmente con un indumento litúrgico especial, que en Cuba se denomina banté y en la tierra yoruba ibanté. Ibanté quiere decir "delantal". (El ibanté salalá lo usaban los reyes o los sacerdotes en posición delantera). "Por la manipulación del oráculo éste designa el nombre que debe llevar el trío de batá, según el "camino" o el Odun que salga cuando las piezas de la adivinación caigan al azar. He aquí algunos de los nombres sagrados que tienen los batá de algunos famosos tamboreros de La Habana y su comarca: Aña Iguilú (algo así como "tambores de madera embrujada")...Añabi (hijo de Aña) es nombre de los batá... (de) Aguía batá. Otros títulos de batá son Akobí Aña ("El primer hijo del tambor") y Aiguobí (hijo de la música o de la bulla). Recientemente, a un trío de batá se le bautizó con el nombre encomiástico de Alayé, que en yoruba quiere decir "Amo del Mundo". Hay batá judíos y también tienen nombre. Uno de éstos se llama Iraguó Méta ("Tres estrellas"). Otro, bastante imperfecto, Lulú Yonkóri ("Toque y canto"). Ko bo ko guá ("no para el culto, no vengas"). Otro muy insultante, se dice Oró tin Ochú Kuá bi oré. lo cual parece significar "!Engaño! Te hicieron en luna nueva, nacido por un regalo o misericordia". Y a otro se le puso un título más repugnante... Olomí Yobó, "Flujo o menstruo de la vulva". Los tambores al ser "jurados" con jerarquía sacerdotal, adquieren un nombre como los olochas y los babalaos. Okilákpa, Brazo Fuerte. Omó Ológun, Hijo del Amo de la Magia. E Meta Lókan, Tres en uno. Obanilú, Rey del tambor. Eruáña, Esclavo de Aña. Otobike, Omó gugú, Yóboyobo, etc. El órú de los batá es una especie de himnario musical que se tañe en honor de los orichas; previamente en el "cuarto", sagrario o igbódu; primero sin cantos y sólo a golpes de tambor, y después con el acompañamiento del canturreo litúrgico y de los bailes en el ilé aránla. Los toques especiales son muchos y cada uno tiene su nombre. Aluyá, el dedicado a Changó y a Oyá, muy vivo y que se baila "sacando el pie". Báyuba, también de Changó y Oyá, lento, complicado y "muy movido de cintura". Kankán, de Changó con muchos movimientos de pies como "puntapiés a una piedra". Tuitui, asimismo para Changó con baile cinturero. Aláro, en salutación a Yemayá. Apkuápkuá, una especie de zapateo para la misma diosa. Chenché Kururú, en homenaje a la diosa Ochún. Ayálikú, ritmación y tonos tristes y funerarios, inspiración de Oyá, diosa de la muerte. Aggueré, toque estrepitoso, un frenesí percusivo en el chachá, dedicado a Ochosí. Y así muchos más, innumerables.

    Vocabulario Lucumí > Batá:

  • 4 Diloggún:

    Cauris o Cyprea moneta. Se trata de unos caracoles de origen marino, los cuales se usan para piezas de un oráculo en la Regla de Ocha. Cada caracol se llama "aye" y el jüego de los dieciséis que se usan forman una mano de Obatalá y se llama entonces "Diloggún". A este oráculo se le agregan cuatro piezas que se llaman "ibo" o "ibbo", consistentes en dos caracoles mayores y distintos que los 16 anteriores, a los que nombran "edele" y, por eso dicen que son 18 caracoles o "ayes". Las otras piezas son un huesito y una semilla vegetal parecida al ojo de buey. El oráculo del Díloggún presenta una complejidad que nosotros no hemos podido penetrar. En primer término, son 16 piezas iguales de origen animal y marítimo, a las que llaman individualmente "aye". Esos caracoles forman "manos" de distinto número según sea el orísha a quien le pertenezcan. La mano de " ayes" de Elégguá tiene 2 [m2]cauris, pero si es del arará Echú Afrodi, tendrá 24. La mano de cauris que se usan para el oráculo del Diloggún es considerada algunas veces, como dos veces ocho, que hacen dieciséis, el mismo número de ventanas del castillo que Obatalá tiene en la loma con 365 puertas abiertas. Los dieciséis "ayes" o cauris están desfondados o rotos en el caparazón opuesto a su natural abertura. Ese arreglo es indispensable para que puedan caer y sostenerse boca arriba. Estos cauris, así como el obí kolá y muchos otros productos, son traídos de África, desde que a Cuba trajeron los primeros africanos. Los dos caracoles que sobran, los llamados "edele", se obtienen en Cuba y no se les rompe por parte alguna; se usan tal cual se obtienen de la playa. El tercer elemento es de naturaleza vegetal, se trata de una semilla. El cuarto, es de origen óseo humano; es una pequeña vértebra coxígea, obtenida en el trasiego de los restos óseos del ilé Yanzá. El manejo que un sacerdote de Ocha le da a la mano de dieciséis cauris y a las cuatro piezas del "ibbo", nos hacen presumir que el dicho "ibbo" constituyó en algún momento un oráculo independiente de los dieciséis "ayes" Los caracoles y el ibbo, es decir, las piezas del Diloggún están siempre en el igbudú y cuando llega un necesitado a quien hay que "registrar", consultar o verle sus problemas y cómo resolvérselos, se escribe el nombre de pila y sus apellidos en una hoja de papel y con lápiz, también se anota la edad, el día y mes en que nació. Acto seguido el babálócha o iyálócha tiene que moyubar, como en el coco, principiando por llamar a Olofi, Oloddumare y algunas veces a Oloruñ para pedirles la bendición e informarles que va a servir en bien a un "hijo". Continúa el rezo de moyubar, con todos los muertos o sea los Babá Eggún, según se puede ver en la fórmula que dice: Ibae baé, bayé tonú pato lo Babá Eggún, para todos los babáronú que laboran por mí, que están en el mundo de la verdad... Se puede seguir llamando o moyubando muertos que fueron los mayores en el santo del sacerdote, para que lo asistan con su experiencia e impida el entrometimiento de los espíritus perturbadores, pero no siempre es así, porque el santero teme la presencia de muchos muertos en las cosas del Santo. Continúa el sacerdote o sacerdotisa llamando oríshas, principiando por Echú y Elégguá. Siempre que llama, dice quien llama: Fulano de tal, hijo de tal santo, que lo llama para pedirle la bendición y para que Ud. sepa que va a hacer esto o lo otro y requiere que Ud. facilite su permiso. Esa labor de moyubar sigue así con cada orísha en un orden que ya aparece muy alterado en muchos usos criollos. Aquí exponemos el orden del rezo al Diloggún que sigue un babálócha de Guanabacoa, quien es según se dice "una autoridad en el Santo". Olofi, Orísha Oko, Olodumare, Inle, Babá Elégguá Osa Griñán, Oggún, Babalú Ayé, Osáin, Equn (Ofé Díloggún), Orúmbila, Leripín, Babá Obatalá, Changó, Yemayá, Obeye Loro, Olokún, Argayú, Yeyé Okari. Terminado el oru, que no siempre lo siguen los santeros nuevos y a veces le alteran el orden de los oríshas, se pasa a rogar el caracol. El sacerdote toma en sus dos manos el oráculo y lo bajea con su aliento para darle aché, luego fricciona las piezas y las moyuba; se las presenta al consultado: igual que se hace con el coco; después tira y anota el número de piezas que cayeron boca arriba. Continúa tirando y anotando, a la vez que consulta las manos del consultado, quien en cada tiro tiene que friccionar el huesito y la semilla pidiendo con fe y concentración lo que desea saber, a la vez que deja en cada mano cerrada una pieza al azar. Por los números anotados el awó hace sus interpretaciones y le dice al consultado lo que contestan los oríshas o el muerto. Este oráculo siempre tiene un ángulo subjetivo que llama la atención. Está prohibido terminantemente su uso a los babalawós o hijos de Orula. así como a los no consaqrados. Es un oráculo complejo en grado extremo. "Hay dos formas de tirar los caracoles, pero dicen lo mismo". Se mantiene en la memoria una numeración para el exclusivo uso de los caracoles de la cual hemos obtenido hasta el número doce, según se puede ver a continuación: 0 [m2]Okana Sodde; 02 Ebioko; 03 Ogunda; 04 Eyorosún; 05 Oché; 06 Obbara; 07 Odi; 08 Eyeunlé; 09 Osa; 10 Ofúnfún; 1 [m2]Ojuání; 12 Eyilá. En cuanto a las llamadas letras de los caracoles, se trata de las posiciones que se producen en cada tiro; esas posiciones dan un número de cauris boca arriba y otro boca abajo; estas posiciones son las que se llaman ódu; óddu; odún; órdu; órdún o simplemente "letra" o camino. "Cada órdún es una persona y su historia". Ud. puede tener una vida como la de alguna de esas personas que sirven de patrón en el oráculo. Depende del sacerdote o sacerdotisa hacer las correctas interpretaciones, si tiene suficiente experiencia y aché. No se trata de cosa simple, a juzgar por el tiempo que le toma a los iniciados, aprender el arte de tirar los caracoles, que al decir de los que saben de estas cosas hay que recordar treinta y seis odús para ser un principiante capaz de llegar a conocer cientos de letras. Sinónimos: Diloggún, Edibó, Emilogún, Endilobú, Enilogún

    Vocabulario Lucumí > Diloggún:

  • 5 Até ifá:

    Tablero de adivinar que usa Orunla, el Dios de Ifá, para adivinar. Oráculo que usan los babalawós. Mesa redonda de adivinación que usan los sacerdotes de Ifá. Según el Dr. Fernando Ortiz, "Até" procede de "a", prefijo sustantivador; y "te", estar plano, percutir, adorar. El "ate" es un círculo de madera de unas catorce o más pulgadas de diámetro; tiene un borde labrado en el mismo cuerpo de la madera y asemeja una bandeja; tiene cuatro puntos marcados en los extremos de dos diámetros perpendiculares; esos puntos son o representan las cuatro esquinas del mundo, los cuatro puntos cardinales. Hemos observado un Tablero de Ifá sin marca alguna en los bordes, otro tiene en cada uno de los cuatro puntos cardinales dos cauris boca arriba incrustados. Ortiz presenta uno en la Pág. 169 del Tomo III de su magna obra "Los Instrumentos de la Música Afrocubana", que tiene en cada punto incrustada una cara. El propio Ortiz señala que a veces tiene una sola cara o cabeza "de Echu o de Elégguá, el orísha que todo lo ve", y que esas cuatro cabezas o puntos cardinales son (los Echu meri bayé o "cuatro caminos de Echu") y la concepción metafísica del cosmos". El punto Norte es Obatalá; el Sur es Oddúa; el Este, Changó y el Oeste Echu, etc. 'Para más detalles consulte a Ortiz. Sobre el tablero echa el babalawó un polvo hecho de colmillo de elefante al que llaman "yefá". En Caibarién, Las Villas, hubo un congo que usaba harina de maíz. Nos dicen que también se usa polvo de arroz unido a otras substancias. Nosotros hemos visto un polvo muy fino que parece harina de maíz con alguna otra substancia blanca. Ese yefá o polvo del Até es regado en todo el tablero de manera que forme una capa fina, para lo cual se usa una escobilla que parece de estropajo de soga. A continuación, el babalawó que está registrando (sentado en el suelo con su Até entre las piernas, sobre paño blanco y alfombra), sienta delante de él a una mujer que tenga una mano de Orula, le pone una toalla sobre las piernas y encima un ékuelé, entonces él toma en ambas manos varias semillas de corojo llamadas "ekine", los cuales son rogados, para después agarrarlos y soltarlos con la mano derecha; ese trabajo permite un conteo de las semillas o corojos africanos que quedaron o no fueron agarrados con la dicha mano derecha. Ese conteo da una numeración y posiblemente un rayado en el yefá del Até, que sirve para sacar las letras u odus del Ifá. Esas letras son aplicadas, previa adaptación intelectual y el correspondiente "aché", al sujeto o al asunto que se registra o investiga. Eso o mejor dicho, algo así, es lo que se hace con ese oráculo llamado "Ekine de Orula o de Ifá". Hemos logrado ver el registro del año 1956, para "ver" a Orula hablar por "Ekine Ifá". Es una labor agotadora intelectual y físicamente. La primera sesión principió con saludos, sacrificios y bajadas de Orula al Até, seguida del registro. Orula en persona habló por los "Ekines" en el "Até de Ifá". Esa sesión terminó a las tres de la tarde y duraba desde las seis de la mañana. A las cuatro continuaron los babalawós con la segunda sesión que terminó a las seis de la tarde, pues solamente se registra durante el día. Observamos que los sacerdotes pasaron diez horas con atención concentrada y fuerte trabajo intelectual para lograr la fiel interpretación de los "odus". Esos "ódun" son la palabra de Orula, quien era mudo de pequeño, pero al hacerse adolescente Olofi le pegó dieciséis veces, una por cada año que tenía, y el muchacho pronunció un ódu de cada vez formando así las dieciséis letras primeras de su propio oráculo. El primer ódu fué "Eyiobe Meyi". el segundo, "IyekúMeyi". Según el Dr. F. Ortiz, los cuatro ódus de los muertos son: "Ofún meyi, Oyekú meyi, Otúa oggüe y Ogúndaofún". De los dieciséis signos o letras primeras se obtuvieron 240 ódus secundarios y 096 terciarios, siendo un total de 352. Se comprenderá la complejidad de este oráculo y la inteligencia que debe exigírsele a un hijo de San Francisco para conocer, interpretar y aplicar a innúmeras personas tantos ódus. Solamente nos resta apuntar que el Até de Ifá no se usa en días lluviosos y que su registro es el último recurso para tener seguridad en la Regla de Ocha. Sinónimos: Akpán ifá, Apón, Apún, Faté, Irofá, Loflé, Okpó ifá, Opón

    Vocabulario Lucumí > Até ifá:

  • 6 Eledá:

    Ángel de la Guarda. El principal de los tres espíritus tutelares de todo ser humano. Los tres espíritus que lo acompañan y gobiernan a uno son santos, oríshas. Es necesario consultar a un oráculo de Ocha para saber con certeza quiénes son los oríshas tutelares de una persona. Cuando se conoce al dueño de la cabeza, al Eledá, ya es fácil conocer a los otros el camino en que se le presenta a uno. Si a uno le sale letra de asentarse el santo y así lo quiere, principia todo un proceso preparatorio para profesar. Este proceso se apura cuando hay peligro de muerte. Todo preparado, entra uno en "abboddún" desde que le ponen el Obatalá eleke aña; siete días de rituales iniciales en el ilé ocha, en la estera y ya pasan a hacerle a uno el Kari Ocha o fijación del santo en la cabeza. Esta ceremonia es muy secreta y seria: no la puede presenciar quien no tenga sacerdocio o profesión de santero o santera. Sigue el día del medio y después el de "itá", siete días más y ya puede ir uno para su casa. Todo el mundo tiene Eledá, pero son muy pocos los que tienen que sentárselo. El Eledá es el guía de uno, los otros dos orichas acompañantes son los protectores. "En, la cabeza, es sagrada, fíj ese que a ella va el Eledá, el santo principal de uno". "Eledá es lo que piensa, ve, vela, siempre está kuni kuni". "Guía y decide nuestra vida". "Lo que está en la cabeza es santo", es por eso que no se le estará tocando ni golpeando la cabeza a uno: "¿Ud. le va a pegar a su Eledá?; tampoco se debe andar sin sombrero porque el sol y el sereno dañan el aché que le da su Eledá". Cuando se lava la cabeza o se le hace rogación, a quien se le hace es a su Eledá o Ángel. "El bautismo de los curas es una rogación; ellos lo pueden hacer porque tienen, a su manera, el Eledá asentado: es igual". Desde que uno está en el vientre materno ya tiene guía y protección; "nunca y por razón alguna se separan de uno: ¡no se deje engañar, Hijo!" Cuando uno nace hay que hacerle algo al Eledá, a veces en el vientre. "Nosotros no vemos al Eledá hasta el momento en que se va a morir uno". Al día siguiente de la muerte de un olócha y al amanecer, se hace una ceremonia mortuoria en la que se ve la sombra del Eledá, la cual recibe una rogación de despido y se le mete en el ataúd para que acompañe al cadáver. "Ese es el único momento en que andamos con sombras". "El asunto de los congos es como el de los espiritistas, siempre andan con sombras": no hay brujo sin espíritu". "Los congos son espiritistas"; "nosotros somos santeros"; "ellos hablan y tratan con los muertos, siempre; nosotros con los oríshas". "El muerto interrumpe al santo". En la cabeza que se hizo kari ocha solamente puede posesionarse el santo de cabecera, ni siquiera los protectores y mucho menos los muertos, salvo que sea el Eledá un orisha que como Ochún o Yemayá son muerteras y dejan que por su "erí" pasen muertos. Para más detalles consulte a los olochas y al magnífico libro de la Srta. Lidia Cabrera titulado "El Monte". Sinónimos: Eléddá

    Vocabulario Lucumí > Eledá:

  • 7 Iroko:

    Ceiba. Ceiba pentandra (Lin). (Gaertn). Arbol silvestre de la familia de las Bombacáceas. Árbol sacratísimo entre africanos, chinos y cubanos. Dada la imbricación de pueblos, culturas, lenguas y mitos que desde hace más de cuatro y medio siqlos se viene produciendo en Cuba, y en América, ha resultado que en muchos asuntos, el folklorista, el etnólogo, el antropólogo, el sociólogo y el musicógrafo, encuéntranse con noticias de un mismo objeto o asunto, que son de muy distintos orígenes, las cuales forman un complejísimo cuerpo intelectual que en su día, talentos como los del Dr. Fernando Ortiz, podrán estudiar y explicar. Nosotros nos limitamos a recoger, poner algún orden e informar. Este es el caso de las noticias respecto a la Ceiba, informada por la Srta. Lydia Cabrera, alumna del Dr. Ortiz y meritísima floklorista. Son muchos los nombres que en Cuba le damos a la Ceiba. Es el propio orísha Iroko o Iroke de los lucumis oyó; Lóke dicen los dajomeyanos, señalando a un santo viejo, esposo de Abomán y hermano de la llamada Ondó. Otros nombres para la Ceiba son Iggi Olorun o Arbol de Dios, Arabbá, Eluwere y Asabá. Esto es sin mencionar los que recibe entre los bantús o congos, así como en otras culturas africanas de asiento en Cuba. Iroko es la propia Oddúa, diosa del infrarnundo de los espíritus o muertos. Vive en la parte superior del follaje a donde concurren todos los muertos. Como que Oddúa es el Obatalá de los lucumís oyó, resulta que el Obatalá llamado Agguémo Yéme es Iroko, por lo que se le sacrifican pollos blancos todos los meses, y cual si fuera otá, se hablá con la propia Obatalá en cualquier Ceiba. Quizás por eso sea que se diga que la Ceiba es tronco o bastón de Olofi. Los ararás, como los lucumís oyó, representaron en la Ceiba, llamado Aremú. También señalan que en la Ceiba están Yémmu y Babá, Náná Dádda, Awuru, Maggalá y el Changó arará mayor, llamado Gebioso. Entre los oríchas que se nombran como los que están o van a la Ceiba, señalamos a todos los Changó, y Aggayú Solá (el Brazo Fuerte). Por otra parte, se dice que la Ceiba o Iggi Olorún se le llama Iroko así que está consagrada, pero no faltan quienes aseguran que todas las Ceibas son benditas y sagradas por Olofi, sin más. En cuanto a la pertenencia, se dice que aunque en ella están todos los orichas y muertos, pertenece al Santísimo Poder de Dios, a la Virgen María, a la Purísima Concepción que protege a las parturientas en su tronco, a Obatalá o Virgen de las Mercedes, a Oricha oko, a Oggún, a Aggayú, a Changó, Obbá, a Obanlá o Virgen Purísima... No hay dudas de que Iroko es un oricha al que como a Aggayú se le sacrifican toretes que no hayan padreado, los cuales son paseados alrededor de su tronco por los santeros que llevan velas encendidas; mientras le están sacrificando gallos, gallinas, patos de la Florida y guanajos blancos. Es una preciosa ceremonia en el campo abierto que se traga los rezos como tierra reseca bebe agua; al final, el ceremonial asciende hasta el mismo cielo, vertiendo la sangre caliente del torete degollado en la tierra donde se agarran las salientes raíces del Gigante Dios. Aquella ceremonia de reconocimiento, atención, sumisión y petición, había principiado con una sencilla reunión en la que un Santero Mayor invocó a Iroko, según es la costumbre centenaria en el ilé Ocha, diciendo: Terewama Iroko. Iroko, fumi arere.Terewama Iroko, Arere iyágguó. Los rezos con oriaté, y coro de hombres y mujeres, rompieron cuando los obínú, salidos del coco seco roto, anunciaron en sus cuatro masas blanquísimas, el alafia húmedo del agua bendita de sus entrañas; el choro chorochó mezclado en el otawe de las broncíneas caras, espejea las maniobras de los sacrificios menores, hasta que asciende el dramatismo en el degüello del malú para culminar en la danza y toque a Iroko, donde se ve un bastón cubierto de preciosos collares en colores haciendo juego con una escoba adornada de cuentas rojas de Changó y blancas de Obatalá. Bastón y Escoba representan dioses que bailan con los omóchas hasta el frenesí de la posesión corpórea de los orichas, que se personifican así, para dar muestras de que han participado y están conformes en la alegría de sus hijos, que nada malo hacen en buscar la felicidad con un modo religioso que los ajusta.

    Vocabulario Lucumí > Iroko:

  • 8 Eleke:

    Son los nombres que se le dan a los collares profanos. Cuando sus cuentas están organizadas de manera que representan una bandera, se le llama "collar de bandera", es decir, "asia eleke", asia es bandera. Cuando el collar es ritual, consagrado, está destinado a un orísha y lo llaman "Orísha eleke añale", también lo llaman "Ocha Eleke", "iñá Ocha", "Eleke de Aña". "lñale", "Eleke Omó Orísha" y más propiamente "Iliane". Cada orísha tiene su eleke de cuentas de distintos colores que tienen que ver con asuntos crípticos del orísha en la Regla de Ocha. Los Omó Ocha están obligados a llevar en el cuello sus varios elekes de consagración, es decir, sus "añales", para tener la protección del orísha sobre su cuerpo. "Añales" son atributos, resguardos o amuletos del dios, los cuales les sirven al omó orísha para pelear, luchar en la vida con la protección mágica de sus númenes protectores. Es una advertencia la de que con los "eleke omó orísha" puestos no se debe practicar el amor íntimo... A cada orísha le pertenece un color que aparece en su eleke de consagración. Los collares sufren variaciones según el "odun" o camino que le toque al omó orísha. El ocha eleke Obatalá está hecho de ñale fun, o sea, cuentas blancas, al igual que el collar de mazo o del consagrado. No obstante, hay al menos un collar de Obatalá, que tiene once secciones de a veinticuatro cuentas blancas cada una, separadas por cuatro cuentas rojas, pertenecientes a Changó. En este caso lo que sucede es que un orísha es el cabecera y el otro es de pie o acompañante, según nos dicen. El ocha eleke Ochún es de ñale kúkuá y eñí. El de Yemayá Olokún, verdes; blancas de Obatalá y blancas claras de aguas. Changó lleva cuentas rojas y blancas, alternando una a una hasta completar doscientas ochenta. El ocha eleke Osá Griñán lleva un ñale rojo por cada veinticuatro ñales matipó blancas, además lleva coral. Olokún requiere en su collar sagrado, cuentas blancas de agua, azul marino y coral. Oyá lleva en su eleke ñales matipós de nueve colores. Argayú o Agayú, lleva cuentas llamadas de pescado, las que son de color plateado. Orula, la deidad de los babalawós, lleva un collar de cuentas amarillas y verdes. A Orula le pertenece el color verde. Sinónimos: Chiré, Eleké, Ileké, Oleke

    Vocabulario Lucumí > Eleke:

  • 9 Obí pikuti:

    Pedacitos de masa de coco que se obtiene pellizcando. Cuando el babálócha o la iyálócha van a usar el oráculo de obí, toman un coco seco entre sus manos y lo bendicen delante de los santos; después lo parten con un martillo u otro cuerpo duro, o lo tiran contra el suelo hasta que suelte los pedazos, los cuales son tomados y pellizcados para hacer "obí pikuti", que se le ofrecen a los oríshas en el suelo, a la vez que se va diciendo un rezo. Terminados de redondear o arreglar los cuatro obínú que se necesitan, hay que moyubar al Dios Supremo, a la Corte Celestial, al Sol, a los muertos y a todas las deidades; después se moyuba a Biagué, Adiátóto, al propio coco o sus obínú, al eléddá del sujeto a quien se le están viendo sus cosas o consultándolo; y a los muertos, eléddá y oríshas protectores del sacerdote o sacerdotisa. Se presentan los obínú en la cabeza. hombros, pecho, manos, rodillas y pies del consultado, rezándole al coco y pidiéndole que se preste a contestar; se llama al santo cabecera del sacerdote o sacerdotisa y se le ruega para que dé su irradiación; se invoca a el primer awó, Biagué, y a su hijo Adiátóto para que presten por irradiación sus achés adivinatorios y hagan que el coco hable la palabra de los oríshas, del orísha interrogado o del muerto. Se tiran los cuatro pedazos u obínús al suelo y enseguida se mira cómo cayeron. Aun cuando se dice que el oráculo de Biagué da doce posiciones con los cuatro obínús, nosotros solamente nos hemos enterado de las siguientes, letras u óddus: "alafia", "otawe", "eyífé", okana sódd" y "oyekún". Sinónimos: Obí keún

    Vocabulario Lucumí > Obí pikuti:

  • 10 Babalawó:

    Sacerdote consagrado por Orunla. A continuación reportamos un arreglo de la versión que nos dio el olúo Achaddé Oré, de los hijos de Orunla y sus asuntos. Cuando San Francisco Divino reclama la cabeza de un hijo suyo, ninguna obra religiosa lo puede retener ni impedir. Si de chiquito a Ud. le asentaron en su cabeza al mismo Obatalá, por que él así lo pidió, cuando Orunla reclama esa cabeza para que los asienten a él, Ud. tiene que ir a un Ilé de babalawó, donde lo preparan para entrar en la Orden de los Babalawós. Desde entonces Ud. no tiene que ver con las prohibiciones y obligaciones del orisha anterior. Cuando le asientan Orúnla, lo hacen sobre el santo anterior que Ud. lleva en la cabeza; lo que sucede es que Orúñla desplaza o borra al otro en su erí. Fíjese bien que Orúnla es muchacho de dieciséis años y sin embargo Obatalá lo obedece. Obatalá le dio poder a ese Orísha. Una vez había una guerra en un lugar a causa de las malas órdenes de un oba. La gente se mataban y le pasaron aviso a Obatalá de la destrucción de sus hijos. El viejo salió a buscar a un babalawó para registrarse en el ékuelé. Babalawó, Babalao: Sacerdote de Ifá. Individuo cuyo "eledda" es el orísha Orula, el que le asentaron en la cabeza, por lo que posee los secretos supremos en Regla de Ocha, pues Orula los recibió directamente de Olofi. La sabiduría de los babalawós la reciben de Orula que es el dios sabio por excelencia. En la categoría sacerdotal de babalawó solamente se admiten hombres de supremas condiciones de fe y moral. En esta categoría existen secretos y rituales desconocidos para los que no pertenecen a ella. Una santera vieja me dice que "muchos babalawós solamente tienen el santo lavado, pero no asentado", por lo que no pueden pasar al cuarto de asiento. El santero necesita del babalawó para sacar el "itá" de quien hace santo. Tres babalawó son necesarios en rigor ritual para "bajar Orula"; en casos muy especiales se han necesitado más, hasta doce. Menos de tres no pueden bajar a Orula. El babalawó, como el santero, tiene "Ilé Ocha", hijos y conducta ritual general muy semejante a la del santero. El babalawó suele ser más inteligente, sabio y rigorista que el santero por exigencias de su categoría. Olúo es el babalawó muy viejo y sabio en Orula. Sinónimos: Babalao

    Vocabulario Lucumí > Babalawó:

  • 11 Ekuelé:

    Nos informan que se trata de doce cadenetas de catorce a dieciséis pulgadas de largo, formadas por abalorios engarzados con eslabones de cadena. Estos collares tienen en sus abalorios. metales y cáscaras de semillas vegetales. No los hemos visto ni disponemos de amplias noticias. Sabemos por Achaddé Oré, que cada amanecer el babalawó se para frente al Sol y saluda a Olofí, después va tomando los ékuelé uno a uno y tirándolos en el suelo para que conteste el que va a trabajar ese día de oráculo para todo lo que se ofrezca. Escogido así el ékuelé, pregúntale el babalawó todo lo referente a su persona, a la casa y allegados. Esa cadeneta es la que se usará ese día para "registrar" a todos los que vayan a consultarse. Tanto en el Ekuelé como en cualquiera de los cuatro oráculos a que nos referimos, hay ódun o letras que el sacerdote interpreta. Sinónimos: Okpelé

    Vocabulario Lucumí > Ekuelé:

  • 12 Otán:

    Piedra de santo. Piedra pequeña, rara vez mayor que una toronja, y, generalmente del tamaño del puño o menor; la cual fué encontrada en la tierra por medios adivinatorios o mediamnímicos, como residencia o más bien personificación de un dios o diosa determinada, por lo que es objeto de adoración. En Cuba abundan los "otá" que son hachas de las culturas de piedras pertenecientes a los indocubanos. El africano y sus descendientes en Regla de Ocha han creído que tales piedras vinieron del cielo; eso es lo que se acepta en cuanto a los respectivos otanes de Changó y Oyá. Recogidos esos otanes. son sometidos a un complejo ritual de habilitación. El estudio de los otanes, como el de los elekes. constituirían interesantísimas monografías. El otá de Changó se llama oddú ará y es cierta piedra que él tiró una vez. Esta piedra, como la de Oyá, son las llamadas piedras de rayos y se admite que una y otra aparecen en los lugares donde han caído rayos de Chanqó y de Oyá. Esas piedras son sometidas a una investigación de oráculo para saber qué se ha de hacer con ella. Después se lava en omiero, se engrasa de etá orí, se le da comida y se destina a iré o imagen del orísha. Los otanes de los demás oríshas pueden ser recogidos, todos, entre las piedras que el mar echa a sus playas, pero no siempre así se recogen, pues las sabanas, lomas, ríos, despeñaderos y caminos también son naturaleza suministradora. En el caso del otá de Olokun, siempre ha de ser piedra de mar puesta en tinaja. Olofi, Olodumare y Orúmbila, no tienen otá para iré o representación. El estudio de los otanes es de lo más sugestivo y daría mucha oportunidad para conocer las representaciones religiosas. El "otá" no es el orísha ni la adoración es a la piedra, pero los negros nunca han tenido interés en ilustrar a los aleyos y a veces a los propios iniciados novatos de lo que exactamente sucede. Así como el crucifijo no es Jesús Cristo, el otá no es el orísa, pero lo representa por continencia o por residencia. El orísha es siempre un espíritu de ciertas características fijas. Para cada orísha hay muchos espíritus que lo representen. Cada hijo de santo que muere vuelve alguna vez al ilé de algún creyente como el mismo orísha que tenía asentado o como quien fue en vida. Lo que sucede es que existe una categoría o mejor, varias, de espíritus de personas que tuvieron Ocha y después de muertos se manifiestan como oríshas. Los negros no adoran a los astros, minerales, vegetales y animales como tales, sino que admiten que en tales seres hay ciertos poderes que ellos pueden usar. Aprender a usar esos poderes o achés implica conocer y ajustarse al saber, que ciertos pueblos africanos acumularon y organizaron en la religión de un tronco de cultura. No de otra forma han obrado los hombres de todos los pueblos. Sinónimos: Otá

    Vocabulario Lucumí > Otán:

  • 13 Aché:

    Palabra; Es un don de virtud, concedido por Oludumare y Olofin a todos los Ochas y ciertas personas tengan santo asentado o no. Por eso al que se le asienta Santo, se ponen el la cabeza ciertas cosas del Santo, para que reciban las gracias de las Ochas y a esas cosas se le dan también el nombre de Aché porque si se la ponen en la cabeza es, con el Objeto que reciba Yyaguo el Aché del Santos, o de los Santos que cojan; Alma; Bendición; Gracia; Virtud; Amén. Sinónimos: Ashé
    Es virtud concedida por "Olofi" a los "Oríshas" para que ejerzan determinado poder y posesión. El que tiene santo asentado en su "orí" tiene "aché", pero el que no, lo recibe por irradiación del santo que lo quiere ayudar, proteger, hacerle regalo, milagro, gracia o prueba. Gracia que tiene una persona para lograr que los dioses le oigan cuando pide. Que sale o sucede lo que dice Fulano. Sagrado. Divinidad. Gracia. Virtud. Don. Poder mágico. Dar "aché" es sacramental a un sujeto. Suerte. Según Ortiz, es poder. Orden imperativa. Aprisa. Milagro. Gracia. Don. Protección e irradiación del santo. Bendición. Luz. Actor. Autoridad. Portento. Fiesta.

    Vocabulario Lucumí > Aché:

  • 14 Ayá kueo olorí ewé ayaku emó ché bó mofó ráye:

    Frase que dice el Babá para despachar, enviar el ebó, (la rogación y ofrenda); "dice que el ebó se ha hecho y se ha pagado y se despacha para que rompa lo malo; que ya nos hemos limpiado para que nos de vida y salud, que se repare el mal, y el santo tenga compasión con nosotros". (El coro responde también, ayá kú emó ché bo mó fó ráye).

    Vocabulario Lucumí > Ayá kueo olorí ewé ayaku emó ché bó mofó ráye:

  • 15 Ewe berikoló:

    La yerba del muerto, "la yerba azul" o de añil. Para el itutu. Con purificaciones lustrales para espantarle la muerte a los enfermos.

    Vocabulario Lucumí > Ewe berikoló:

  • 16 Epó ma lera aya kuá aya kuá ma lera:

    Se dice, o mejor dicho se le canta a la jicotea (aya) en el momento en que sostenida ésta por una iyalocha o un babalocha, el onichogún o sacrificador que debe ser invariablemente un "hijo" de Ogún, le corta la cabeza. La operación no siempre es fácil, la jicotea que "sabe mucho y no es docil como el carnero", esconde enteramente la cabeza dentro del carapacho. Se le pellizca en la parte inferior, para que el dolor la obligue a sacar la cabeza y pueda apresarla el matador. en el momento de matarla se llama Aya kuá tiro ko "que es decir como sentenciado". Muchos babá orishas entienden que Jicotea es el animal de "mayor categoria o mérito". "Su sangre, la más fuerte de todas; con mucho espiritu". Este animal sagrado, "con grandes misterios" requiere al ser sacrificado a Changó, y a aquellos otros orishas "que comen jicotea" -Agayu, Osaín, Inle- la asistencia de cuatro personas responsables, iniciadas, que se situarán a un lado y otro del animal. Después de cortada la cabeza, se le cortan las cuatro patas comenzando por la derecha, la delantera y la trasera; y después en el mismo orden las otras dos de la izquierda. Cada una de las cuatro personas que han ayudado al sacrificio le presenta una pata a su Orisha. A la jicotea, antes de ser decapitada, se le unta en el carapacho el epó, -manteca de corojo-, a que alude el canto.

    Vocabulario Lucumí > Epó ma lera aya kuá aya kuá ma lera:

  • 17 Oríshá:

    Deidad. Númen. (Maná; Vodú). Dios menor. Ser sobrenatural distinto del Dios Supremo. Santo. Divinidad. Espíritu. El orísha es el espíritu del Eleddá o Guía de una persona. No es considerado un muerto, sino un espíritu vivo y capaz de hacer cosas o acciones. Se le pone o asienta a un "hijo" si se hace merecedor y Dios da permiso. Al "santo" se le llama y se trata con él como con otra persona. Ellos son "santos" porque recibieron la bendición y el aché de Olofi. Nosotros no hacemos los orísha; nadie puede hacer de un espíritu o de un viviente un santo; a no ser Olofi. Los orí sá no son exactamente dioses. Ellos fueron como nosotros, fueron obas o reyes que ganaron u obtuvieron "aché" de Olofi. Ya muertos, son espíritus que nos protegen. Ellos están más cerca de Olofi que nosotros. Ellos saben todas las cosas de la vida y tienen poder para resolver cuando quieren. Sinónimos: Orisa, Orísha, Oríssa

    Vocabulario Lucumí > Oríshá:

  • 18 Aború:

    Nombre de una de las mujeres con quienes se encontró Orula, encaminándose a casa de Olofí, que tenía citados a todos los Babalawos para perderle.

    Vocabulario Lucumí > Aború:

  • 19 Ayibó:

    Persona de piel descolorida a las cuales se les llama vulgarmente "blancas", aun cuando no son tan decoloradas como para considerarlas del color de la leche, del carbonato de cal o yeso. Por otra parte, no existe normalmente la piel exactamente blanca o totalmente decolorada de los cinco pigmentos que matizan de rojo, amarillo y negro, los que aparecen en todos y cada uno de los seres humanos en distintas proporciones. Respecto a "blanco y negro" hay muchas especulaciones que parten de "criterios" arbitrarios y de base económica con beneficios políticos y cegueras científicas. Sinónimos: Iyibó, Oibó, Yibó

    Vocabulario Lucumí > Ayibó:

  • 20 Bokosó:

    (Ortiz). "De "ba", que es "reunir o encontrar" y "koso" que es el nombre de un tambor. Así, pues, "bokoso" quiere decir "reunión de tambor" o "al son de tambor" en la acepción cubana de "fiesta, baile y reunión de gente al toque de "tambor". Otra acepción es que "bo" significa "adorar a los dioses", por lo que Bokosó es hacerle adoración a los dioses con toques de tambores. "Kosó" a su vez viene de "ko" que es "cantar" y so que es "hablar". Así Ba ko só es reunirse o encontrarse juntos para hacer canto de voces y habla de tambores. "Bokosó es una expresión de la mitología yoruba, en relación a cierto episodio del dios Changó". Bokosó era como un estribillo: "el rey se ahorcó". Rayo. Uno de los nombres que le dicen a Changó.

    Vocabulario Lucumí > Bokosó:

См. также в других словарях:

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  • Pará (1866) — Pará Monitor Pará Banderas …   Wikipedia Español

  • para — (Del ant. pora). 1. prep. Denota el fin o término a que se encamina una acción. 2. hacia (ǁ en dirección a). 3. U. para indicar el lugar o tiempo a que se difiere o determina el ejecutar algo o finalizarlo. Pagará para San Juan. 4. U. para… …   Diccionario de la lengua española

  • con — preposición 1. Introduce el objeto, instrumento, material o cualquier otra cosa que se emplea para hacer algo: Rompí el cristal con una piedra. Rocía la carne con sal. 2. Indica la relación entre distintas personas o grupos. 3. De compañía: Que… …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

  • Pará — (Del ant. pora < de por + a .) ► preposición 1 Indica el término justo de una acción: ■ lo tendrás para el dos de agosto. 2 Indica de manera poco precisa el término temporal o espacial de una acción: ■ voy para la feria; yo ya voy para viejo …   Enciclopedia Universal

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  • para — I (ant. pora ;< l. pro ad) 1) prep. Elemento de relación que introduce tanto complementos del verbo como del nombre. Denota la dirección del movimiento ir para Madrid 2) Término de un transcurso de tiempo pagar para San Juan la fiesta estaba… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • para — I (ant. pora ;< l. pro ad) 1) prep. Elemento de relación que introduce tanto complementos del verbo como del nombre. Denota la dirección del movimiento ir para Madrid 2) Término de un transcurso de tiempo pagar para San Juan la fiesta estaba… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • con — (Del lat. cum.) ► preposición 1 Indica el modo, manera cómo se realiza una acción o el instrumento con que se ejecuta: ■ viaja con prisa; escribe con faltas de ortografía; dibuja con carboncillo. 2 Indica concurrencia, compañía o relación entre… …   Enciclopedia Universal

  • Con disculpas a Jesse Jackson — With Apologies to Jesse Jackson Episodio de South Park Episodio nº 1 Temporada 11 Escrito por Trey Parker Dirigido por Trey Par …   Wikipedia Español

  • con — (l. cum) 1) prep. Expresa en general concurrencia, medio o modo que sirve para hacer alguna cosa 1) Denota: compañía, unión se encerró con Sancho en su aposento llegaremos con el día me voy con mi padre (esto es, donde está mi padre) 2)… …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

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