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no+es+propio+de+él

  • 1 Até ifá:

    Tablero de adivinar que usa Orunla, el Dios de Ifá, para adivinar. Oráculo que usan los babalawós. Mesa redonda de adivinación que usan los sacerdotes de Ifá. Según el Dr. Fernando Ortiz, "Até" procede de "a", prefijo sustantivador; y "te", estar plano, percutir, adorar. El "ate" es un círculo de madera de unas catorce o más pulgadas de diámetro; tiene un borde labrado en el mismo cuerpo de la madera y asemeja una bandeja; tiene cuatro puntos marcados en los extremos de dos diámetros perpendiculares; esos puntos son o representan las cuatro esquinas del mundo, los cuatro puntos cardinales. Hemos observado un Tablero de Ifá sin marca alguna en los bordes, otro tiene en cada uno de los cuatro puntos cardinales dos cauris boca arriba incrustados. Ortiz presenta uno en la Pág. 169 del Tomo III de su magna obra "Los Instrumentos de la Música Afrocubana", que tiene en cada punto incrustada una cara. El propio Ortiz señala que a veces tiene una sola cara o cabeza "de Echu o de Elégguá, el orísha que todo lo ve", y que esas cuatro cabezas o puntos cardinales son (los Echu meri bayé o "cuatro caminos de Echu") y la concepción metafísica del cosmos". El punto Norte es Obatalá; el Sur es Oddúa; el Este, Changó y el Oeste Echu, etc. 'Para más detalles consulte a Ortiz. Sobre el tablero echa el babalawó un polvo hecho de colmillo de elefante al que llaman "yefá". En Caibarién, Las Villas, hubo un congo que usaba harina de maíz. Nos dicen que también se usa polvo de arroz unido a otras substancias. Nosotros hemos visto un polvo muy fino que parece harina de maíz con alguna otra substancia blanca. Ese yefá o polvo del Até es regado en todo el tablero de manera que forme una capa fina, para lo cual se usa una escobilla que parece de estropajo de soga. A continuación, el babalawó que está registrando (sentado en el suelo con su Até entre las piernas, sobre paño blanco y alfombra), sienta delante de él a una mujer que tenga una mano de Orula, le pone una toalla sobre las piernas y encima un ékuelé, entonces él toma en ambas manos varias semillas de corojo llamadas "ekine", los cuales son rogados, para después agarrarlos y soltarlos con la mano derecha; ese trabajo permite un conteo de las semillas o corojos africanos que quedaron o no fueron agarrados con la dicha mano derecha. Ese conteo da una numeración y posiblemente un rayado en el yefá del Até, que sirve para sacar las letras u odus del Ifá. Esas letras son aplicadas, previa adaptación intelectual y el correspondiente "aché", al sujeto o al asunto que se registra o investiga. Eso o mejor dicho, algo así, es lo que se hace con ese oráculo llamado "Ekine de Orula o de Ifá". Hemos logrado ver el registro del año 1956, para "ver" a Orula hablar por "Ekine Ifá". Es una labor agotadora intelectual y físicamente. La primera sesión principió con saludos, sacrificios y bajadas de Orula al Até, seguida del registro. Orula en persona habló por los "Ekines" en el "Até de Ifá". Esa sesión terminó a las tres de la tarde y duraba desde las seis de la mañana. A las cuatro continuaron los babalawós con la segunda sesión que terminó a las seis de la tarde, pues solamente se registra durante el día. Observamos que los sacerdotes pasaron diez horas con atención concentrada y fuerte trabajo intelectual para lograr la fiel interpretación de los "odus". Esos "ódun" son la palabra de Orula, quien era mudo de pequeño, pero al hacerse adolescente Olofi le pegó dieciséis veces, una por cada año que tenía, y el muchacho pronunció un ódu de cada vez formando así las dieciséis letras primeras de su propio oráculo. El primer ódu fué "Eyiobe Meyi". el segundo, "IyekúMeyi". Según el Dr. F. Ortiz, los cuatro ódus de los muertos son: "Ofún meyi, Oyekú meyi, Otúa oggüe y Ogúndaofún". De los dieciséis signos o letras primeras se obtuvieron 240 ódus secundarios y 096 terciarios, siendo un total de 352. Se comprenderá la complejidad de este oráculo y la inteligencia que debe exigírsele a un hijo de San Francisco para conocer, interpretar y aplicar a innúmeras personas tantos ódus. Solamente nos resta apuntar que el Até de Ifá no se usa en días lluviosos y que su registro es el último recurso para tener seguridad en la Regla de Ocha. Sinónimos: Akpán ifá, Apón, Apún, Faté, Irofá, Loflé, Okpó ifá, Opón

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  • 2 Guologuá:

    Nombre propio, (de mujer).

    Vocabulario Lucumí > Guologuá:

  • 3 Ilé olorun:

    Casa de Dios. Iglesia católica, la que es muy respetada por los creyentes de las reglas religiosas afrocubanas, pues ven en aquel credo muchas representaciones y funciones semejantes al propio. Tanto el agua bendita, como la misa y bendición del padre cura son muy importantes porque con esas brujerías han dominado al mundo.

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  • 4 Iroko:

    Ceiba. Ceiba pentandra (Lin). (Gaertn). Arbol silvestre de la familia de las Bombacáceas. Árbol sacratísimo entre africanos, chinos y cubanos. Dada la imbricación de pueblos, culturas, lenguas y mitos que desde hace más de cuatro y medio siqlos se viene produciendo en Cuba, y en América, ha resultado que en muchos asuntos, el folklorista, el etnólogo, el antropólogo, el sociólogo y el musicógrafo, encuéntranse con noticias de un mismo objeto o asunto, que son de muy distintos orígenes, las cuales forman un complejísimo cuerpo intelectual que en su día, talentos como los del Dr. Fernando Ortiz, podrán estudiar y explicar. Nosotros nos limitamos a recoger, poner algún orden e informar. Este es el caso de las noticias respecto a la Ceiba, informada por la Srta. Lydia Cabrera, alumna del Dr. Ortiz y meritísima floklorista. Son muchos los nombres que en Cuba le damos a la Ceiba. Es el propio orísha Iroko o Iroke de los lucumis oyó; Lóke dicen los dajomeyanos, señalando a un santo viejo, esposo de Abomán y hermano de la llamada Ondó. Otros nombres para la Ceiba son Iggi Olorun o Arbol de Dios, Arabbá, Eluwere y Asabá. Esto es sin mencionar los que recibe entre los bantús o congos, así como en otras culturas africanas de asiento en Cuba. Iroko es la propia Oddúa, diosa del infrarnundo de los espíritus o muertos. Vive en la parte superior del follaje a donde concurren todos los muertos. Como que Oddúa es el Obatalá de los lucumís oyó, resulta que el Obatalá llamado Agguémo Yéme es Iroko, por lo que se le sacrifican pollos blancos todos los meses, y cual si fuera otá, se hablá con la propia Obatalá en cualquier Ceiba. Quizás por eso sea que se diga que la Ceiba es tronco o bastón de Olofi. Los ararás, como los lucumís oyó, representaron en la Ceiba, llamado Aremú. También señalan que en la Ceiba están Yémmu y Babá, Náná Dádda, Awuru, Maggalá y el Changó arará mayor, llamado Gebioso. Entre los oríchas que se nombran como los que están o van a la Ceiba, señalamos a todos los Changó, y Aggayú Solá (el Brazo Fuerte). Por otra parte, se dice que la Ceiba o Iggi Olorún se le llama Iroko así que está consagrada, pero no faltan quienes aseguran que todas las Ceibas son benditas y sagradas por Olofi, sin más. En cuanto a la pertenencia, se dice que aunque en ella están todos los orichas y muertos, pertenece al Santísimo Poder de Dios, a la Virgen María, a la Purísima Concepción que protege a las parturientas en su tronco, a Obatalá o Virgen de las Mercedes, a Oricha oko, a Oggún, a Aggayú, a Changó, Obbá, a Obanlá o Virgen Purísima... No hay dudas de que Iroko es un oricha al que como a Aggayú se le sacrifican toretes que no hayan padreado, los cuales son paseados alrededor de su tronco por los santeros que llevan velas encendidas; mientras le están sacrificando gallos, gallinas, patos de la Florida y guanajos blancos. Es una preciosa ceremonia en el campo abierto que se traga los rezos como tierra reseca bebe agua; al final, el ceremonial asciende hasta el mismo cielo, vertiendo la sangre caliente del torete degollado en la tierra donde se agarran las salientes raíces del Gigante Dios. Aquella ceremonia de reconocimiento, atención, sumisión y petición, había principiado con una sencilla reunión en la que un Santero Mayor invocó a Iroko, según es la costumbre centenaria en el ilé Ocha, diciendo: Terewama Iroko. Iroko, fumi arere.Terewama Iroko, Arere iyágguó. Los rezos con oriaté, y coro de hombres y mujeres, rompieron cuando los obínú, salidos del coco seco roto, anunciaron en sus cuatro masas blanquísimas, el alafia húmedo del agua bendita de sus entrañas; el choro chorochó mezclado en el otawe de las broncíneas caras, espejea las maniobras de los sacrificios menores, hasta que asciende el dramatismo en el degüello del malú para culminar en la danza y toque a Iroko, donde se ve un bastón cubierto de preciosos collares en colores haciendo juego con una escoba adornada de cuentas rojas de Changó y blancas de Obatalá. Bastón y Escoba representan dioses que bailan con los omóchas hasta el frenesí de la posesión corpórea de los orichas, que se personifican así, para dar muestras de que han participado y están conformes en la alegría de sus hijos, que nada malo hacen en buscar la felicidad con un modo religioso que los ajusta.

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  • 5 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:5

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 6 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 7 VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 8 LETRA L

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

    Vocabulario Lucumí > LETRA L

  • 9 Le erú:

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

    Vocabulario Lucumí > Le erú:

  • 10 Obí pikuti:

    Pedacitos de masa de coco que se obtiene pellizcando. Cuando el babálócha o la iyálócha van a usar el oráculo de obí, toman un coco seco entre sus manos y lo bendicen delante de los santos; después lo parten con un martillo u otro cuerpo duro, o lo tiran contra el suelo hasta que suelte los pedazos, los cuales son tomados y pellizcados para hacer "obí pikuti", que se le ofrecen a los oríshas en el suelo, a la vez que se va diciendo un rezo. Terminados de redondear o arreglar los cuatro obínú que se necesitan, hay que moyubar al Dios Supremo, a la Corte Celestial, al Sol, a los muertos y a todas las deidades; después se moyuba a Biagué, Adiátóto, al propio coco o sus obínú, al eléddá del sujeto a quien se le están viendo sus cosas o consultándolo; y a los muertos, eléddá y oríshas protectores del sacerdote o sacerdotisa. Se presentan los obínú en la cabeza. hombros, pecho, manos, rodillas y pies del consultado, rezándole al coco y pidiéndole que se preste a contestar; se llama al santo cabecera del sacerdote o sacerdotisa y se le ruega para que dé su irradiación; se invoca a el primer awó, Biagué, y a su hijo Adiátóto para que presten por irradiación sus achés adivinatorios y hagan que el coco hable la palabra de los oríshas, del orísha interrogado o del muerto. Se tiran los cuatro pedazos u obínús al suelo y enseguida se mira cómo cayeron. Aun cuando se dice que el oráculo de Biagué da doce posiciones con los cuatro obínús, nosotros solamente nos hemos enterado de las siguientes, letras u óddus: "alafia", "otawe", "eyífé", okana sódd" y "oyekún". Sinónimos: Obí keún

    Vocabulario Lucumí > Obí pikuti:

См. также в других словарях:

  • propio — propio, pia (De proprio). 1. adj. Perteneciente o relativo a alguien que tiene la facultad exclusiva de disponer de ello. 2. Característico, peculiar de cada persona o cosa. Esas preguntas son propias de un niño. 3. Conveniente, adecuado. Dar el… …   Diccionario de la lengua española

  • propio — propio, pia adjetivo 1) particular, individual. Por ejemplo: tener casa propia. 2) característico, peculiar, consustancial, connatural, inherente, especial, específico …   Diccionario de sinónimos y antónimos

  • propio — v. proprio …   Enciclopedia Italiana

  • propio — (Del lat. proprius.) ► adjetivo 1 Que es propiedad de una persona: ■ siempre quiso tener una casa propia y no vivir de alquiler. 2 Que es particular o característico de una persona o una cosa: ■ ha tenido una reacción propia de su carácter.… …   Enciclopedia Universal

  • propio — adj 1 Que es de alguien o de algo, de su propiedad o pertenencia: nombre propio, casa propia, brillar con luz propia 2 Propio de Característico de algo o de alguien, que lo distingue o lo manifiesta en cierta forma: una enfermedad propia de la… …   Español en México

  • propio — {{#}}{{LM P31907}}{{〓}} {{SynP32674}} {{[}}propio{{]}}, {{[}}propia{{]}} ‹pro·pio, pia› {{《}}▍ adj.{{》}} {{<}}1{{>}} Que pertenece a alguien o que es de su propiedad: • Va al trabajo en coche propio.{{○}} {{<}}2{{>}} Característico o peculiar: •… …   Diccionario de uso del español actual con sinónimos y antónimos

  • propio,\ -pia — (l. propriu) 1) adj. perteneciente al que tiene la facultad exclusiva de disponer de ello. 2) Característico, peculiar de cada persona o cosa nombre propio, pia v. nombre. 3) Conveniente y a propósito para un fin propio, pia al, o del, o para, el …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • propio,\ -pia — (l. propriu) 1) adj. perteneciente al que tiene la facultad exclusiva de disponer de ello. 2) Característico, peculiar de cada persona o cosa nombre propio, pia v. nombre. 3) Conveniente y a propósito para un fin propio, pia al, o del, o para, el …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • propio,\ -pia — (l. propriu) 1) adj. perteneciente al que tiene la facultad exclusiva de disponer de ello. 2) Característico, peculiar de cada persona o cosa nombre propio, pia v. nombre. 3) Conveniente y a propósito para un fin propio, pia al, o del, o para, el …   Diccionario de motivos de la Lengua Española

  • propio — (adj) (Básico) que es propiedad de alguien Ejemplos: Todavía no tiene casa propia y alquila un piso en el centro de la ciudad. Por fin me he comprado un coche propio. Sinónimos: exclusivo (adj) (Intermedio) que es típico Ejemplos: El estilo de… …   Español Extremo Basic and Intermediate

  • propio — pia adj. Que es de uno. Característico de una persona o cosa. Referente a la persona que habla o de que se habla. Sin ningún cambio. Nombre propio, el que se aplica exclusivamente a una persona, ciudad, país, etc …   Diccionario Castellano

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