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extenso

  • 101 lobelia

    s.
    1 lobelia, extenso género de plantas con flores muy vistosas; planta de este género.
    2 Lobelia, nombre propio.

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > lobelia

  • 102 voluble

    adj.
    1 locuaz.
    2 extenso.
    3 suelto de la lengua, fluente, locuaz.
    s.
    voluble, que sube en espiral. (botánica)

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > voluble

  • 103 wide

    adj.
    1 ancho, ampón, holgado, lato.
    2 amplio.
    3 extenso, amplio, extensivo, anchuroso.
    4 engañoso.
    5 sagaz.
    s.
    orientación horizontal.

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > wide

  • 104 wide-ranging

    adj.
    1 amplio(a), extenso(a).
    2 de amplio rango, amplio, de gran extensión, de gran alcance.

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > wide-ranging

  • 105 widespread

    adj.
    1 extendido(a), generalizado(a).
    2 ampliamente generalizado, extenso, difundido, endémico.

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > widespread

  • 106 wordy

    adj.
    1 verboso(a).
    2 poco conciso, extenso, prolijo.
    s.
    verboso, difuso, abundante en palabras, farragoso (involved).

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > wordy

  • 107 ars longa, vita brevis

       el arte es extenso, la vida corta; el arte es largo, la vida breve: para aprender mucho y bien hay que aprovechar el tiempo
       ◘ Traducción latina del primer aforismo de Hipócrates.

    Locuciones latinas > ars longa, vita brevis

  • 108 abrañar

    Abrañar es alinear, arreglar en todas sus vertientes al ganado, no sólo el que se encuentra en las brañas, puertos o morteras, sino también el que permanece en las cortes (cuadras) de la misma aldea. A mediados de la primavera es cuando se empieza a subir el ganado escosu (que no da leche) para los puertos, estas reses suelen por regla general ser magüetas (novillas) de tres años para abajo, unas están dandu la cría (preñadas), otras son manías (que no están preñadas), luego más tarde, hacia la última quincena del mes de mayo, que es cuando ya no se pueden pacer más los préus (prados) porque sino no dan la cosecha de hierba que se recuétche (recoge) en el mes de xuliu (julio) denominado el mes de la yerbe (hierba). Así pues, cuando los prados ya no se pueden pacer, se sube al puerto todo el demás ganado, exceptuando las xunturas (yuntas) que han de acarrear la hierba, estas vacas suelen ser las bétchaes (paridas), o las que están próximas abétchadar (a parir). Es cuando llega entonces el momento de abrañar en los puertos, de ir hacer la braña. Miles de veces y en diferentes lugares de mi Tierrina, allá por los apenados y hambrientos años de la post-guerra, siendo yo un guaxetín (chiquillo), fui abrañar para los varios amos que como criadín por mala o buena fortuna yo he servido. Había que buscar al ganado que guareciendu (pastiando) se encontraba en el extenso y comunal puerto, que muchas veces era muy difícil de dar con él, por causa de la borrina (niebla), que no permitía ver a uno ni la propia mano dellantri de sous güétchus (delante de los ojos). Nos solíamos orientar por el sonido de las chuecas, chocaretas, zumbus o zumbiétchus (cencerros), que llevaban las vacas más responsables y serias por así denominarlo de cada cabana (cabaña), supuesto que estas reses suelen ser las que capitanean a todas las demás. Me recuerdo que los enormes felechales (helechos) y demás matoxus (matorrales) que eran más altos que mi cuerpo, que por doquier poblaban todo el puerto, se encontraban en los días de borrinas baxas (nieblas bajas), ameruxáus d'orbayu (llenos de agua) que me ponían de pingandu (mojado) lo mismo que si vestido me tirase al agua. Pero todo aquello era nada cuando lograba dar con las vacas, que alegraban tan difícil búsqueda, y afalándulas muy contento me dirigía hacia mi cabanón (cabaña) y después de muxilas (ordeñarlas) atizaba un bon fuéu, (prendía un buen fuego) dóu m'enxugaba la moyadura que m'enciétbechar. (Dónde me secaba la mojadura que me ataba). Una vez que estaba bien enxuchu (seco) muy dichoso me enzulaba (comía) la fugaz y sabrosa cena que tan sólo consistía, en un zapicáu de lleiche (un jarro de leche) acompangáu (acompañado) d'un cantexu de borona ou pan d'escanda. (Un trozo de pan de maíz o escanda). Chuéu, despós, endutbechábame nel xergoncín de paya, ya xurniaba toa la nuétche comu 'n anxelín del cielu xebráu de la man del sou Faedor. (Luego, después, encogiéndome en el jergón de paja, dormía toda la noche como un ángel de los cielos apartado de la mano del Hacedor). Hay vaqueirus que xuben (suben) todos los días por la mañana y de tarde hasta el puerto a hacer la braña, los que tienen corte (cuadra) en la braña, meten sus vacas dentro para ordeñarlas con tranquilidad, pero aquellos que no poseen cabanu (cuadra) tienen que buscar ordeñar al entestate (al aire libre). Casi todos los vaqueirus que tienen que catar (ordeñar) sus vacas al entestate, suelen llevar alguna couxa (cosa) de la aldea para que las vacas la coman y estén así quietas mientras las afoixinan (ordeñan), esto se llama el manoxu (manojo) que es según la época del año de diferente manera. Así en el mes de Xuniu ya xuliu ye de segáu, (junio y julio es de pación), en agosto, setiembre y octubre el manuxín (manojín) suele ser de las fuéas ya pereícoteirus de lus ñarbaxus, (plantas de maíz) y también de focháus de frisou (también de ramas de fresno), que les gusta mucho a las vacas y son muy sanas y nutritivas, así como también muy peligrosas para sous ventrones ya rumiaxes (vientres y rumiajes) si las comen demasiado calientes. Otros vaqueirus llevan sal que bazcuchan d'enría 'l campíz (vierten encima del campo) y como a las vacas les agrada todo lo sallado, comencipien a chamber (empiezan a lamer) en tal lugar hasta que terminan con todo el campizo dando tiempo a que el vaqueiru la ordeñe con toda tranquilidad. También existen otros más ingeniosos que arrebaten les ganes de mexar fasta la gora de afoixinar (que aguantan las ganas de mear hasta la hora de ordeñar) y así después meando en el campizo mientras que la vaca pace y lame el lugar meado ellos con rapidez la ordeñan. Otros vaquierus sólo hacen la braña una vez cada veinticuatro horas, bien porque sus vacas tengan poca leche, o porque les interese escosalas (secarlas) para así tan sólo subir al puerto una vez cada semana a verlas. Y hay otros vaqueirus que duermen y moran en sus cabañas de las brañas y tan sólo bajan a sus aldeas una vez a la semana. Existe la creencia entre las gentes de mi Tierra no documentadas en las ancestrales y hermosas costumbres de nuestras embrujadoras aldeas, creencia divulgada por escritores que no saben dónde tiene, pongo como ejemplo el caldar la vaca (ubre), de que en Asturias no hay más vaqueirus que los de la Alzada y no recuerdo en estos momentos qué otro lugar. Mas yo les digo ahora que esos babayus de despacho que se reúnen en cabanáes (rebaños) formando las infantiles y ridículas sociedades de «Amigos del Bable» o del «Conceyu del Bable», etc., etc., que lo único que saben es buscar una popularidad ya muxiyes la corexa a les ñobles xentes de miou Tierrina (y ordeñarles la cartera a las nobles gentes de mi Tierra). Digo que estas respetables personas lo único que saben de la Llingua y costumbres ancestrales de mi Asturias. es lo que plagian en los archivos, en los escritos de otros escritores ya fenecidos que la mayor parte de ellos tampoco en estas materias no tenían namái qu'una migayina (nada más que una migaja) de idea. Y ahora que ya para la posteridad dejo dicho lo que son estas rencuayas (ruinas) sociedades, compuestas por profesores y otras ilustres personas, que de no ganar la Guerra Civil el General Franco, de seguro que estarían de peones camineros, porque francamente creo que para otro menester ellos no sirven. Todos estos señores con sus teorías y conferencias mistificadas, no saben cómo habla el pueblo, ni como trabaja, ni cómo sufre y ríe, ni como canta y llora, las costumbres y el habla del sencillo, simple y natural pueblo, sólo se aprenden formando parte de ese pueblo que s’acueye 'l llabiegu, falandu la Llingua de nuexus mayores (se coge al arado hablando la lengua de nuestros mayores, todos los días del año). Yo no podré competir jamás, ni tan siquiera lo intento, en los saberes de todos estos señores licenciados y profesores de los números y las letras, porque por mala o buena fortuna los maestros que yo he tenido, no me enseñaron las sapiencias de tan hermosas profesiones, ya que ellos casi todos analfabetos por naturaleza en la dimensión de los signos, de los números y letras, en vez de poner entre mis manos un libro, me punxerun cuaxi disde miou ñacencia, una ferramienta paque trabayandu me ganara 'l potaxe que la probina de miou má non podía dame. (Me pusieron casi desde mi nacencia, una herramienta para que trabajando me ganara el potaje que la pobre de mi madre no podía darme). Así por ejemplo, el mejor profesor que yo he tenido ha sido mi amo Salustiano, un vaqueiru de la aldea de Folgueras, xustu ya ñoble 'n tal fondura (justo y noble en tal hondura), filósofo e inteligente en tal altura, que no se desliza un día por mi vida, que en algún momento con nostálgico cariño yo no le recuerde. El no sólo me enseñó a llabrar, semar ya cuchar la tierra (arar, sembrar y abonar la tierra), sino que tamién m'adeprendióu faer d'un piazu de maera, de ñocéu, de frisnu ou faya, con mious propies manus el mesmu llabiegu. (También me enseñó a hacer de un trozo de madera de nogal, de fresno o de haya, con mis propias manos el mismo arado). M'adeprendióu d'enría lus fierrus a cabruñar sen cartiar el gadañu, (me enseñó encima del yunque con el martillo a adelgazar la guadaña sin ondularla ni estropearla). M'adeprendióu a domeñar les magüetes pa xuniyes al xugu ya faeyes trabayar sen dalgún rexabiu a entrambes manus. (Me enseñó a domar las novillas para uncirlas al yugo y hacerles trabajar sin ningún resabio a las dos manos). Me enseñó a curar los ganados cuando enfermaban d'angún amoláu (de algún mal), como la coxera ou maluca (cojera), los garbious ou rumiayu, (mal en la boca y rumiaje) bregonazus y'entelaures (hinchazones en el ubre y el vientre) y a darle la vuelta a un xatu dientru 'l ventrón d'una vaca qu’tal parilu traxéralu 'l revés, couxa que güéi nel día non sapien faer abondus bretinarius. (A un jato dentro del vientre de una vaca que al parirlo lo trajese al revés, cosa que hoy día no saben hacerlo muchos veterinarios). M'adeprendióu a inxertar lus pomares, zreizus ya peréus, (me enseñó a injertar los manzanos, los cerezos y perales), a fradar lus ciarrus pa que non dieren soma nus préus ya muxéranye 'l campíz el allumbrar mexor yerbe (a cortar los matorrales que cercaban los prados, para que no diesen sombra y le permitiesen al campo alumbrar mejor hierba). Me enseñó sin libros de ninguna clase a querer y respetar todas las criaturas vivientes, a no hacerlas sufrir ni esclavizarlas nunca, a servirme de ellas nada más que cuando la necesidad me obligase. Tamién me falaba, qu'en d'anguna teixá pudiés morar animal d'angún qu’en trabayu non lleldare. (También me decía que en ninguna casa debía de vivir animal alguno que un trabajo no efectuase). Me enseñó a ser libre y honrado, a querer y respetar a mis mayores, a no ser hipócrita ni servil, a no apartarme de la Natural Justicia hasta la muerte, y a no preocuparme mucho de las vanas leyes aunque en ocasiones injustamente las condenadas me castigasen. Me contó cientos de historias, leyendas y cuentos, me enseñó a pensar y filosofear con las cosas naturales, y todas estas maravillosas cosas yo las he aprendido, pensando y hablando en la embrujadora y galana Llingua Asturiana, por lo tanto yo conozco perfectísimamente el Idioma de mi Querida Llingua Asturiana, con el cual yo cuento a mis gentes astures cosas sencillas y naturales, de la misma manera que las he aprendido de boca de maestros analfabetos como mi querido amo Salustiano, el mejor vaqueiru que yo he conocido, el natural y sencillo filósofo que a mí sin libros, más me ha enseñado. Mi amo Salustiano, siempre se sintió muy orgulloso y ufano de sus vacas, a las que el y yo, cuidábamos en todo momento con verdadero celo y alegría, sin lugar a dudas, eran nuestras vacas las mejores de todo Asturias, y así lo reconocían todos los vaqueirus que medianamente entendían de ganado. Daba verdadero placer y envidia, mirar aquellas vacas gordas y lustrosas, todas ellas de la más pura raza asturiana. La corte (cuadra) de Salustiano estaba axeíta un poco allonxá (alejada) de la aldea, en la cimeirá (lo alto) de un praiquín (prado pequeño) que tenía m'apoxentáu (allanado), al lláu d'una fontona (al lado de una fuente) que tenía buenas aguas para abrevar el ganado. Yera una corte grandie, conun payarón que faía un par d'uce es de corcecáus de yerba. (Era una cuadra grande, con un pajar que hacía un par de docenas de rastros de hierba), y la cuadra era amplia y bien ventilada, óu s'arretrigaben nes fortes pexebréires (dónde se amarraban en las fuertes pesebreras), las diez soberbias vacas que en la sazón tenía mi amo Salustiano. Pero una noche fatídica nus fondeiráus de Ia xeronda (en los últimos días del otoño), d'aquién n'aquétcha nuétche del diañu, llantói fuéu 'l pachar, morriendu amagostáes toes les llozanes vaques del guenu de Xallustianu. (Alguien en aquella noche de los demonios, le prendió fuego al pajar, muriéndose asadas todas las lozanas vacas del bueno de Salustiano). Y aunque las autoridades del concejo hicieron todas las investigaciones precisas, nadie pudo descubrir jamás el autor o autores de tan monstruosa felonía. Algunos decían, que había sido un mal querer. Otros afirmaban que tal vez fuese un probe de lus munchus qu’apedigueñaben pe les aldés nus famientus tempus d'endenantes (un pobre de los muchos que pedían por las aldeas en los hambrientos tiempos de antes). Seguramente que el mendigo entraría sin ser visto per el boicairón del payar que nun tenía piesllítchu (por el ventanal del pajar que no tenía cerradura), con el ánimo de pasar la noche, y una vez achucáu ente la greba yerbe (acostado entre la seca hierba), diérale por fumar prendiendo fuego sin querer al pajar, y despós ameruxáu pel miéu fuyere. (Después lleno de miedo huyere). Lo ciertamente sucedido fue, que desde aquel trágico día, el alegre y dicharachero vaqueiru Salustiano, ya no cantó más, ni rió jamás, pues poco a poco una profunda tristeza le fue consumiendo, y meses más tarde se moría de pena, por estar pensando sin interrupción en el gran sufrimiento e inenarrable dolor sufrido por sus queridas vacas, dentro de aquel enorme incendio, que poco a poco las carbonizó, sin que nadie pudiese hacer por ellas nada. Así de humano, sencillo y natural, era mi amo Salustiano, el grande hombre, el excepcional pensador y filósofo analfabeto, el mejor vaqueiru de toda mi Tierrina, ya que muy posible fuese el único que en todo el Universo, que por el amor de sus vacas muertas en tan avernoso sufrimiento, que hizo crecer en só'anxelical ya melgueiru (su angelical y dulce) pensamiento una pena tan amamplenada (grande, enorme) que fasta'l mesmu fuexu del sou morrer tal atristeyáu l'afaluchóu. (Que hasta el mismo hoyo de su morir, tal entristecimiento lo arreó).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > abrañar

  • 109 atarabazar

    Atarabazar es cuando las leches se cuajan, pero no precisamente la leche entera, quiero decir, la leche que no ha sido privada de sus natas o grasas, ya que cuando esto sucede, se denomina lleichi cuátcha (leche cuajada). Pero se llama tarabazá a la leche que con anterioridad ha sido mazá (batida), con el fin de extraerle la manteca. Para mazar el lleiche (sacarle la manteca a la leche), en los tiempos d'endenantes se hacía por medio de dos procedimientos en mis aldeas. Uno era usando las caramañolas ou camtimples (lecheras) y el otro el más ancestral, dentro de unos odres hechos con el pelleyu (pellejo) de corderos o cabritos, denominados butiétchus, donde se introducía la leche dentro de ellos, se hinchaban de aire y luego se movía el butiétchu siempre en la misma dirección hasta que se le arrancaba la manteca a la leche. Más tarde esa leche mazá escosá de manteiga cundu chegaba ‘l cuátchu yera cundu se nomaba chétche tarabazá. (Batida y limpia de manteca, cuando llegaba a cuajar se le llamaba leche tarabazá). Esta leche tarabazá al decir de las gentes más antiguas de mis aldeas, que todas tenían algo de médicos, por ser éstos tan escasos e inalcanzables, cuento que decían mis gentes que la leche tarabazá era la bebida más sana y refrescante, capaz de curar por sí sola, tous lus amolexíus del ventrún ya 'l estómadu. (Todos los males del vientre y el estómago). Esta palabra me da pie para contarles muy someramente lo que hizo un tío mío, hermano de mi madre, una mañana que apremiado por su esposa, mazaba sudorosamente un butiétchu de leche. Llamábase mi tío que ya en la paz del Hacedor descansa, Manuel el Indiano, y a pesar de ser del todo analfabeto, sabía más letra que el propio Cervantes, y era más agudo que el panzudo Sancho. Más de catorce años había estado en La Argentina, y al fin como todo buen asturiano retornó a su querida aldea, cuando yo aun todavía no había nacido. Pero según mi madre, hizo mi tío la entrada triunfal en la aldeina dándoselas de indiano rico, y al parecer según se descubrió más tarde, no traía en su poder nada más que una pequeña cantidad de dinero que le había dado otro tío mío también hermano de mi madre, que éste sí que había hecho una caudalosa fortuna, criando ganado en un extenso rancho, que al decir de mi tío Manuel, era más grande que todo nuestro concejo junto. Rondaba los cuarenta años cuando mi tío, portando dos enormes maletas, una sonrisa amplia y prometedora, que no la haría por el bien que le habían rodado sus asuntos, sino tal vez por enseñar a propios y extraños, su fuerte y hermosa dentadura, donde se enseñoreaban una docena de relucientes dientes de oro que unido a su enorme reloj y su gruesa cadena de oro, le avalaban como indiano bétchau de cuartus. (Rico de dineros). Muy posible mi tío, deduzco yo ahora, al comprender que en las américas no podía, o no sabía hacer la riqueza que había con tanto ahínco buscado, maduró en aquellas lejanas tierras la inteligente idea, de lograr conquistar en sus aldeas, alguna moza heredera de rica casería. Así pues, según mi madre, mi tío se paseaba y pavoneaba por toda la comarca, luciendo estupendos trajes de corte y moda muy americanos, a la par que hacía entrever con mucho disimulo, que poseía negocios en La Argentina, donde retornaría nada más que encontrase una linda muchacha que fuera de su agrado, para convertirla sin pérdida de tiempo en su esposa. Y como diñéiru chama 'l diñeiru (dinero llama al dinero) pronto mi tío lograba casarse con la moza más rica de la aldea, que era tal riqueza en aquellos tiempos, prados, tierras y ganados, cosas que hoy se encuentran en mis aldeas abandonados. Una vez casado el bueno de mi tío, volvía a inventarse otra historia, que era que la revolución que por aquella época se había formado en La Argentina, se apropiara de sus negocios y le habían dejado completamente sin nada. A partir de aquí poco a poco su esposa ayudaba abiertamente por su suegro que se veía en lenguas mofosas de las gentes y se consideraba que también había sido engañado, digo que entre hija y padre le fueron sometiendo y dominando, y aunque mi tío en principio intentó imponerse y hacer valer su papel de marido, de nada le sirvió, y tuvo que someterse a la tiranía continua a que le sometían su mujer y suegro, sino quería perder lo que tan hábilmente había cazado. Extenderme más en cosas de mi tío, seria fomentar una larga historia que no cuadra en este libro que ha nacido para diccionario, por eso retornaré a la mañana por mi presenciada, en que el bueno de mi tío mazaba la leche sudoroso y desesperado, atacado en todo instante por la continua riña de su esposa, que con la chingüa mexoriaba per él, lu mesmu que se fora un enllordiáu fatu. (Que con la lengua le hacía mucho daño al tratarle como si fuese un verdadero pingajo). Aquel día era lunes, y por lo tanto habla mercado como todas las semanas en la capital del concejo, a donde todas las aldeanas bajaban a vender los huevos, la manteca, los cuayaus (cuajados), etc., etc., y mercar a la vez los enreus (cosas) que se necesitaban para toda la semana. Ya era tarde y mi tía necesitaba aquella última manteca que mi tío con tanto trabajo estaba mazando, y como tardaba según mi tía más de la cuenta, empezó a insultarle de esta manera: —Entaina Manolu, ya deíxate de carpir, ya amazuca la lleiche con más priexa, perque paeme a mín que yes más ñatiu qu'un neniquín d'entamu. (Apúrate Manolo, déjate de protestar, de suspirar, de quejarte, y bate la leche con más prisa, porque me parece a mí, que eres más inútil que un niño de pecho). Nada le respondió mi tío, aunque seguía haciendo su trabajo maldiciendo y murmarando palabras que no entendía, pero otra vez volvió su esposa a la carga diciéndole: —Nun se xempre lu dixe you, que nun tenes llixa namái que pa xurniar trés el fuéu estingarraún nel escanu, ya p'encalducar mamplenáus de puches ya gavitus. (No si siempre lo he dicho yo, que no tienes fuerza, alma, etc., nada más que para estar dormitando detrás del fuego acostado en el escaño, y para hacer muchos razonamientos, protestas y cuentos sin ningún valor). Mi tío no le respondía a sus insultos y el pobre seguía mazando la leche sin detenerse, y de vez en cuando le daba pequeños golpecitos al butiétchu (odre) mirándole al trasluz, para comprobar si ya estaba la manteca hecha. Otra goxada (cesta grande) de ofensivos insultos le lanzó mi tía de esta forma en el parejo que se estaba atando el moño:—Non pos comu nun me faigas la mazaura lluéu, xúrutelu pe lu más xagráu qu'ista semana vas fumaretiar pel ráu del bracu, perque nun tenu treti 'l tabacu de la Villa axín nus esmuelguemus a tochazus. (No pues como no me hagas la manteca luego, te lo juro por lo más sagrado que toda esta semana vas a fumar por el rabo del cerdo, porque no he de traerte el tabaco de la Villa así nos degollemos a palos). —Quiero destacar, que si algún vicio desencaldaba (desarmaba) a mi tío, era precisamente el de ser un fumador empedernido, ya que yo le he visto en muchas ocasiones fumar hasta las hojas de los artos y de las patatas, pues él afirmaba, que tales hojas bien mauras y'enxuchinas (bien maduras y muy secas), tenían un ligero parecido con el tabaco. Por tal razón, cuando escuchó a su esposa amenazarle con que no le iba traer el tabaco para la semana, se sulfuró de tal modo y manera, que cesando de mazar, se levantó airado de encima del garbetu (tronco nudoso de madera donde se suele partir la leña) donde en la caleya 'l lláu de sou teixá taba xentáu mazuchandu (en la calleja al lado de su casa estaba sentado haciendo la manteca) y dirigiéndose endemoniadamente rabioso hacia su mujer con el butiétchu (odre) entre sus manos, que tendría dentro de él sobre unos diez litros de leche, digo, que levantando con enloquecida fuerza el odre con entrambas manos en el alto, se lo estrapachóu (reventó) en medio de la cabeza, poniéndola toda enllordá ya pingandu de lleiche (sucia y mojada de leche), en el parexu lleldar que che falaba. (En el parejo hacer que le decía): ¡El pior ya más rencuayu ñegociu que fexe 'n miou vida, fó 'l xunetame cuatigu nisti fedientu caxoriu que m'aconsexu 'l diañu, paraxona mútcher con chingua tan enllordiá comu la troya de gochu, fiona del útre tou pá, qu’el Llucifer tara nus enfernus amagostandoi lus prietus fégadus que teñía. Cámbiate de fatucus agora mesmu ya cola con la manteiga ya lus güevus pal merquéu, senún quiés que acuétcha la maniega con tous echus, ya faígate una tortítcha con tous xuntus en metá la mochera de choba que tenes, ya senún me trás el tabacu pa casa nun tomes, perque se lu fás ya nun me trás el tabacu, ten prexente que vas adepriender per primeira vez, quién ye Manuel el lndianu! (El peor y más ruin negocio que hice en toda mi vida, fue el haberme unido contigo en este hediondo casorio que me ha aconsejado el demonio, enredadora y mala mujer, con la lengua más sucia que la porquería del cerdo, hija del buitre de tu padre, que Lucifer estará en los infiernos quemándole los negros hígados que tenía. Múdate las ropas ahora mismo y márchate con la manteca y los huevos para el mercado, sino quieres que coja la cesta con todos ellos y te haga una tortilla estrapallándutelus d'enría la mótcheira de llobona que tenes. (Rompiéndotelos encima de la cabeza de loba que tienes). Y sino me traes el tabaco para casa no me tornes, porque si vienes sin él, ten presente que por primera vez vas a saber quién es Manuel el Indiano.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > atarabazar

  • 110 amplo

    amplio, ancho, extenso

    Dizionario Aragonés - Castellán > amplo

  • 111 comprido

     comprido | comprida
     adj. extenso longitudinalmente, largo, de estatura alta.

    Diccionario Portugués-Español > comprido

  • 112 moca

     s. m. variedad de café superior originalmen te de Arabia, por extenso café.

    Diccionario Portugués-Español > moca

  • 113 pequeno

     pequeno | pequena | pequenos | pequenas
     adj. pequeño, poco extenso, de tamaño diminuto.

    Diccionario Portugués-Español > pequeno

  • 114 chutarisqa

    p.p.p. extenso; tenso

    Diccionario quechua - español > chutarisqa

  • 115 llamphakuywan

    adj. "extenso,a"

    Diccionario quechua - español > llamphakuywan

  • 116 mant'akuyta

    adj. "extenso,a"

    Diccionario quechua - español > mant'akuyta

  • 117 mast'akuyta

    adj. "extenso,a"

    Diccionario quechua - español > mast'akuyta

  • 118 sumi

    adj. extenso

    Diccionario quechua - español > sumi

См. также в других словарях:

  • extenso — (in) → in extenso ⇒EXTENSO, voir IN EXTENSO …   Encyclopédie Universelle

  • extenso — extenso, sa adjetivo 1. (ser / estar; antepuesto / pospuesto) Que se extiende mucho, o más de lo normal: una superficie extensa, una extensa explicación. Estuvo muy extensa en su discurso. Frases y locuciones 1. por extenso Ampliamente y con… …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

  • extenso — (in ) (i nèk stin so), adv. Dans toute son étendue. Citer les pièces in extenso. ÉTYMOLOGIE    Lat. in, en, et extenso, étendu, participe passif de extendere, étendre …   Dictionnaire de la Langue Française d'Émile Littré

  • extenso\ in — extenso (in) → in extenso …   Encyclopédie Universelle

  • extenso — elem. extensiune . (< fr. extenso , cf. lat. extensus, întins) Trimis de raduborza, 15.09.2007. Sursa: MDN …   Dicționar Român

  • extenso — extenso, sa (Del lat. extensus). 1. adj. Que tiene extensión. 2. vasto. por extenso. loc. adv. Con todo detalle …   Diccionario de la lengua española

  • extenso — extenso, sa adjetivo vasto, espacioso, dilatado, grande*, prolongado, ancho, lato. ≠ breve, telegráfico. Ancho y lato se utilizan en sentido f …   Diccionario de sinónimos y antónimos

  • extenso — |eis| adj. 1. Que tem extensão. 2. Longo, comprido, largo. 3.  [Por extensão] sem abreviatura …   Dicionário da Língua Portuguesa

  • extenso — ► adjetivo 1 Que tiene u ocupa mucho lugar en el espacio: ■ es un terreno extenso. SINÓNIMO amplio vasto 2 Que ocupa mucho tiempo: ■ es un cursillo de informática muy extenso. SINÓNIMO largo FRASEOLOGÍA …   Enciclopedia Universal

  • extenso — adj Que abarca mucho espacio, que es muy grande, muy largo o muy amplio: el extenso valle, el extenso jardín, extensos litorales, una extensa llanura, una playa extensa, un extenso análisis, un texto muy extenso, una extensa bibliografía, extenso …   Español en México

  • extenso — {{#}}{{LM E17142}}{{〓}} {{SynE17587}} {{[}}extenso{{]}}, {{[}}extensa{{]}} ‹ex·ten·so, sa› {{《}}▍ adj.{{》}} {{<}}1{{>}} Con extensión o con más extensión de lo normal: • La conferencia de prensa fue muy extensa porque duró cuatro horas.{{○}}… …   Diccionario de uso del español actual con sinónimos y antónimos

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