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entre+tous

  • 21 jour

       de hoy en adelante
       un día es un día
       no tener alguien su día / no ser su día (" ce n'est pas son jour ").
       día a día
       un día de diario
      (exactement, au jour près) día por día
       el día del Juicio Final
      (période de parfaite harmonie entre deux personnes) días de vino y rosas
       más largo que un día sin pan
      quel jour sommes-nous?
       ¿a cuántos estamos ? (¿qué día del mes es hoy ?)
       tiene los días contados (las horas contadas)
       un día sí y otro también / día sí, día también / un día y otro / al tercer día y al del medio (1-2-3 etc. !)
       cualquier día / un buen día / el día menos pensado / el mejor día
       un día sí y otro no / día sí, día no / día sí y día no

    Dictionnaire Français-Espagnol des expressions et locutions > jour

  • 22 envernada

    Envernada, inviernada. —You alcuérdiome nagora d'una famienta y'en xenebrá enverna que fexu achuquinus d'anemales ya prexonas, paime que fói na xuquera de lus anus cuarenta, cundu 'l miou hermenu Xoxé vienu de lus “Batallones de Trabayaores en lliberta, ‘l probetayu chegóu prietu comu les rexes del xardu, fartucu de tocates, vexaciones ya fames que le viexen fechu lus facioxus, teñía d'aquecha ventedous anus, va fora un vallentri xoldáu de la República, que luchara fasta cayer feríu nel enfernal frentri de Ebru. Ya d' aquecha dangunus dirixentes pollíticus de lus que güéi acaidonen, ya viexen coyíu 'l baldrayente atayu del fuyir de la queima, ya nun lu fixerun en mazuelas tales foinus de trelda, senún que dexarun escosáes d'afechu les arques del relluciente ya poderóuxu goru de la Patria, “claru que de lus baldrayus pué aguarsase cuallesquier couxa, e aqueches xuventtudes qu'echus engarradiétcharun, p'endespós traicionayas, y'arrobalas, dexándulas endollories ya na mexeria, yeren mái ñobles, vallentres ya tradicionalistes que les de guéi nel díe, peru menus llistes ya preparaes que les d'agora pos you séi qu'istes nun van deixáse 'ngayolar comu fixerun las oitras' per istus baldravantes que ya fixerun un maniegu, qu'endenantes de xebrase lu dexarun cuaxi corrompináu de cadarmus, güerfanus, vengancies, vexaciones, mexeries, etc., un mamplenáu de veices, ya nagora prezme amindi que queren denuéu golguer faer oitre goxu”. E ya xabedis qu'el que fae un maniegu fae un centu, se l'apurren les beniétches ya 'l tempu". TRADUCCIÓN.—Me recuerdo ahora de una hambrienta y fría envernada que hizo una enorme mortandad entre animales y personas, me parece que aconteció en los principios de los años cuarenta o cuarenta y uno, precisamente cuando mi hermano José, regresó de los "Batallones de trabajadores en libertad, el pobrecito llegaba negro como las rejas de un "xardu", harto de soportar palizas, insultos y toda clase de vejaciones, así como endiabladas hambres, que le habían hecho los fascistas, tenía de aquella mi hermano veintidós años, y fuera un valiente soldado de la República, que había luchado hasta caer herido en el infernal frente del Ebro. Ya de aquella, algunos dirigentes políticos, que hoy de nuevo vuelven a tener la inmensa y milagrosa suerte de mandarnos, ya hablan cogido el cobardoso camino de la huida, y no lo hicieron descalzos tales alimañas de mierda sino que dejaron secas del todo las arcas del reluciente y poderoso oro de la Patria. "Claro que de los cobardes uno puede esperar cualquier cosa". Y aquellas juventudes que ellos enredaron en una sangrienta guerra fratricida, para después traicionarlas y robarlas, dejándolas doloridas, marcadas y en la miseria, eran más nobles, valientes y tradicionalistas que las que hoy día, pero menos listas y preparadas que las de ahora, pues yo sé que éstas no se dejarán engañar ni engatusar, tanto las de las izquierdas, como las de las derechas, como lo han hecho las otras. Sin embargo hay que tener en cuenta que estos cobardes ya hicieron un cesto, que antes de marcharse lo dejaron casi lleno de cadáveres, huérfanos, venganzas, vejaciones, miserias, etc., etc., infinidad de veces, y ahora me parece que quieren de nuevo volver a preparar otro cesto mayor, y yo creo que todo el mundo sabe, que el que hace un cesto hace un ciento, si le dan material y tiempo. —Peru golguiendu coyer l'envernada dunde endenantes la dexéi p'allumbrar istus fechus qu'amindi me dexarun escuaxaringá u lu mesmu que a tous lus güérfanus de les esquerdes, falu qu'aquel envernu acobertorióu la ñeve con cuaxi dous metrus d'espexor toes les aldines de la miou Tierrina, ya comu 'l branu ya la xeronda viexen veníu mu m’agosteirus, pos taben lus xomeráus ya lus payeres cuaxi escosáus de cebeira ya yerbe, anxina fói, que les vaques berraben arretrigáes nes cortes de fame, lu mesmu que lus nenus nes teixáes choraben. En angunes teixáes mái ñecexitáes, les xentes achuquinaben a les vaques p'enzulales endenantes que la fame a tous encadarmare. Noitres que teñíen mái cebeira, ya d'afechu escoseu 'l payar de yerte, chábanyes a les vaques, maíz, pataques, castañes, ya fasta la mesma fuéa de lus xergones. Aquecha enverná xemóu la miou aldina de mexeria ya cadarma. TRADUCCIÓN.—Pero volviendo coger la invernada donde antes la deje sin terminar, para alumbrar estos hechos, que a mí me han dejado marcada y deshecha mi existencia, lo mismo que a todos los huérfanos de las izquierdas. Digo que aquel invierno cubrió la nieve casi con dos metros de espesor, todas las aldeas de mi Tierrina, y como el verano y el otoño hubieran venido muy secos, pues estaban las desvanes, paneras y pajares casi vacíos de viandas y hierba, así era que las vacas mugían atadas en las cuadras de hambre, lo mismo que los pequeños en las casas lloraban por el mismo menester. En algunos hogares más necesitados, sus moradores mataban a las vacas para comérselas antes de que el hambre terminara con todos. En otros que tenían más viandas, y en su pajar no había nada de hierba, les daban a las vacas maíz, patatas, castañas, etc., y hasta las mismas hojas que mullían sus gergones. Recuerdo que aquella endiablada invernada sembró a mi aldea de miseria y de muerte.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > envernada

  • 23 acaricotiar

    Acaricotiar, es sacudir un tochu con fuéu (un palo prendido) o tizón, con miras de que arda con más fuerza y alumbre más. Recuerdo que en los difíciles años de la post-guerra, cuando en mi aldea no había ni luz, ni paz, ni pan, ni trabajo, cuando todos rumiábamos cada cual como mejor podía, las desgracias que la guerra como inagotable triste herencia nos había dejado, pues en tous lus chares (todos los hogares) por lo menos había morríu 'n home, bien nel frenti ou chuquináu. (Muerto un hombre, bien en el frente o asesinado). Por lo tanto toda la aldea estaba endiablada, aviñoná (llena) de profundos odios, de rencores y de venganzas, entre roxus ya prietus (rojos y pardos), quiero decir entre las familias de entrambos, porque rojos en mi aldea no quedó ni uno, ya que los que no murieron en la trinchera, los pardos los asesinaron. Como hicieron con mi padre y con tantos otros buenos hombres que xamás sou mán pa faer mal a naide achebantarun. (Que jamás su mano para hacer mal a nadie levantaron). Digo yo, que cuando yera 'n guaxiquín (era un chiquillo) díbamus miou má ya you (íbamos mi madre y yo) a pasar las veladas por las nuétches (noches) a la teixá (casa) de Nicomedes, donde este simpático y buen hombre nos contaba infinidad de alegres cuentos de su bien repleto repertorio, que ayudaba a todos a mitigar las penas. Y cuando retornábamos a nuestra casa ya avanzada la noche, si estaba muy oscura, coyíamus un caricote del fuéu (cogíamos un tizón del fuego) y agitándolo en el aire nos alumbrábamos perfectamente con él acaricotiándolu (moviendo el tizón) sin parar, por las empedradas caleyes (callejas) de mi aldea.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > acaricotiar

  • 24 beceira

    Beceira. En cuaxi toes les aldines de la Melgueira Asturies, nus tempus d'endenantes, nel chugar mexor xeitosu que l'aldina tubiés, axuntaben sous ñobles xentes les sous cabres ya uvées tous lus almañecíus dies fayendu la beceira, qu’ente ‘l falar de les xentes, el lladruquéu de lus canes, ya ‘l ruxir de lus ferraxes de les madreñes pente les llábanes esborióxes que enllabanaben les caleyes, preparaben sous reciétchus pa dir pastiar, ya ‘l veicin que llindiales le tocare, colaba con la beceira pandi mexor l'encaldare, lu mesmu l'arguta cume, ou les oxes requeimades, ou les campeires del puertu, ou préus ya panasconales. Ya cundu ‘l atapecer la tardi arretornaba ‘l chugare, afalaba mu cuntentu con la gavita lus canes, a les reciétches fartuques, ente l’ ruxir de les chueques ya ‘l berrar de les bétchades. TRADUCCIÓN.—(En casi todas las aldeas de la Dulce Asturias, de los tiempos ya pasados, en el lugar más espacioso y plano, que la aldea tuviera, ajuntaban sus nobles gentes, sus cabras y ovejas cada amanecido día, y hacían la «Beceira» el rebaño, entre el hablar de las gentes, al ladrido de sus perros, el ruido de los herrajes de sus madreñas por encima de las finas y resbaladizas losas que enlosaban sus callejas, preparaban sus ganados para llevarlos a los pastizales, el vecino que aquel día le correspondiera cuidarlos, él marchaba con el rebaño para el pasto que mejor considerare, lo mismo la alta cumbre que a los montes que habían sido quemados, o a los campos del puerto, o a los prados, Y hasta que el atardecer no llegaba no retornaba a la aldea arreando a sus ganados, con la ayuda de sus perros, llevando el rebaño harto, entre el sonar de los cencerros y el balar de las ovejas o cabras paridas.
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    Beceira, también se llama beceira al conjunto de clientes que tenga un tendero, un político, un lechero, etc., etc.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > beceira

  • 25 acuetazus

    Acuetazus es liarse a pedradas. You tenu na miou motchera viétches gordonaúres de cundu yera guaxe, y'entamangábamus pe les caleyes de l'aldina tous lus güaxetacus fatáus d'engarradiétches acuetazu chimpiu. (Yo tengo en mi cabeza viejas cicatrices de cuando era niño, y preparábamos por las callejas de la aldeina entre todos los pequeños, infinidad de peleas a pedrada limpia).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > acuetazus

  • 26 amugar

    Amugar, esta palabra tiene varios significados, primeramente vamos a tratar el de amugar l´ablana (avellana). —Cundu chega ´l tempu de recoyer les ablanes les que tan esberolades pel xuelu s´apañuquen ya s´abazcuyen en sacus pa vendeyes endenantes de que pirdan pexu, ya les que s´apeluque de lus ablanus que tan piescháes per axindi falar dientru de lus carrapieyus, se guarden nel hurru, la panera ou´l xomeráu, ou dientru d´angún oitre xeitu qu´encarti, p´amugales despós cundu les circustanxes manden, pos xi dangún xabarceiru ou oitre tratantexu de l´ablana chega ufrexendu ´un bón preciu ya un bón pexu, nus poñemus tóus con aburiente priexa na llabor d´amuger les ablanes, primeiru les xaguetamus con agua, les abayamus ou regulguemus paquei s´humedexen ya despós de dexaáles axindi ´n conél aquél que cueyan dalgu pexu ya xolten mexor del carrapieyu,despós les baxamus del húrru amanegáes ya se fase bon tempu d´enría una mantaxa na mesma antoxana les amugamus nel cheldar que les vamus escoyendu, ya se fae molexu tempu faemus el amugu dientru la teixá ou nel mesmu húrru. —Cuando llega el tiempu de recoger las avellanas, las que están por muy maduras sueltas por el suelo, las recogemos y las metemos en sacos, con el fin de venderlas pronto antes de que pierdan al secarse peso y las otras las arrancamos de los avellanos por así hablar dentro de sus bainas y las guardamos después en el hórreo, la panera, el desván o de algún otro lugar que encarte, para amugarlas después cuando las circunstancias manden, sólo si algún tratante o comprador de la avellana que llegue ofreciendo un buen precio y un buen peso, nos ponemos todos con ardiente prisa en la labor de amugarlas Primeramente regamos con agua la porción de ellas que vamos amugar, después las revolvemos para que se humedezcan y después las dejamos a si un corto tiempo para que suelten mejor de la baina, después las bajamos a cestos del hórreo y si hace buen tiempo encima de una manta en la misma antojana las amugamos en el mismo hacer que las escogemos por si hay alguna podrida y si hace mal tiempo, hacemos el trabajo dentro de la casa o en el propio hórreo.
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    Amugar, también se entiende por amugar la ropa sucia. —Tempus aquetchus de famones ya necexidáes, ya istes couxes faen que lus pioyus aviñonen lus nuexus fatucus,axindi miou mantinma má amugaba lus nuexus ruinus ya escasus fatus de la xiguiente manera. Alcurdúme que teñíe ´n caldeirón que nun sei dou se viexe fechu conél,el casu yera, qu´en la antoxana de la nuexa teixadina, arimáu a la muria del guertu Manuel ente dous cuetus atizaba miou má un bon fogueiru ya denriba apoxentaba ´l tal caldeiru dou llantaba lus nuexus fatus emporcáus, despós lu chétnaba d´agua que d´ísta teñiamus abonda perquei curríe ´l ríu a poucus metrus de nuexu teixu,que cundu endeveices angunes anus s´enriaídaba ya colábase nun bodegaxu que teñíamus baxu la teixada.—Tiempos aquellos de profundas hambres y de altas necesidades, y estas molestosas cosas, hacen que los malditos piojos aviñonasen las ropas, así mi querida madre, “amugaba” nuestras humildes ropas de la siguiente manera. Recuerdo que tenía un caldero grande, que no se cuando ni como se había hecho con él, el caso era que en la antojana de nuestra casina, arrimado a la pared del huerto de Manuel, entre dos piedras grandes, hacía un buen fuego y encima de él aposentada el caldero donde metía nuestras sucias ropas, después lo llenaba de agua, que de ésta teníamos cuanto quisiéramos, porque corría el río a pocos metros de la casa y cuando a veces algunos años se desbordaba, se metía en la pequeña bodega que teníamos bajo la casa. —Comu miou má nun teñíe xabon, nin cuartus pa mercalu,metantu qu´el agua callentaba,peñeraba les ceñices comu se foren farina, p´escosales de carbunzucus, ya despós llantaba la ceñiza dientru d´un piazu de fatu de llinu, l´enguruñaba ya l´ataba conun cordelaxu metíndulu nel caldeiru pa quei ferviere xuntu lus fatus que taben dientru. Nel cheldar que conun palu de cundu, n cundu diba abayandu la sou colá. Endespós de ferver un bón ratu,dexaba qu´el fuéu s´apagare,e axindi poucu a poucu diba dexandu de ferver la sou colá, ya nun xacaba lus fatus del sou amugu del caldeiru fasta oitre díe, pos étcha falaba que una bona amuga teñíe que durar per lu menus venti cuatru gores. Despós l´ayudaba nel faer el abazcuyu del agua, ya ente lus dous chevábamus el caldeiru fasta la veira del ríu e achindi treminaba de llavar lus fatus.
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    Amugar, también se entiende amugar por lo que en el siguiente ejemplo puede apreciarse. —¡Déxate de faer turxeúres,nun me tentes,perquei se tremines enoxándume, vou teñer manqui me pexe qu´amugate ´l curpu conún fargaxáu de mazcáes¡ —Deja de hacer torceduras, no me tientes, porque si terminas enojándome, aunque me pese, te voy a tener que ablandarte el cuerpo con un manojo de bofetadas.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > amugar

  • 27 antroxu

    Antroxu, no cabe la menor duda que en cualquier época del año una felicidad o cualquier otra clase de buenaventura es sin dudarlo un «antroxu». Sin embargo en mis aldeas, cuando se dice por «antroxu», se refieren a la temporada de los carnavales. Per antroxu, lus guetus per lus teyáus miaguen enlloquecíus y‘engarradiétchanse 'ntepoláus per mor de les meigues gates. (Por los carnavales los gatos por los tejados maullan enloquecidos y se pelean entre ellos, por causa de las ladinas gatas). En mis aldeas existe la costumbre creo que desde tiempos inmemoriales, de chevar l'antroxu a tous lus probes del chugar, ou tamién a toes les xentes que nun hubiés achuquináu gochu. (De llevar el antroxu a todos los pobres de la aldea, y también a todos aquellos vecinos que no hubiesen hecho la matanza del cerdo). Me recuerdo que una vez por «antroxu» (carnaval), que la muyer de Xacintu 'l Xomedanu, chevóu 'l antroxu a Pín el Xugueiru, 'n homacu llixerín de carnis, engafuráu nel xeniu, que vivía viudu ya sen fíus, a cuentes del trabayu, de faer lus mexores xugus de tou 'l miou vátche d'enxuenu. (Que la mujer de Jacinto el de Somiedo, le llevó el antroxo a Pín el Yuguero, un hombre pequeño ligero de carnes, endemoniadamente con mal genio, que vivía viudo y sin hijos, a cuenta del fruto de su trabajo, que consistía, en hacer los mejores yugos de todo mi valle de ensueño). Alcuérdume que taba you naquel díe, xugaretiandu col pirru del Xugueiru, debaxu 'l tendexonín d'ísti, que taba naquel cheldar nel tallerucu que tenía achinde mesmu, fayendu 'n xugu grandie ya forte de frisnu, que yera pa Marcianu 'l Carreteiru, 'n paixanu del llugar de Tuñón. Axina tábamus naquel díe, you ya 'l pirru m'allegres xugandu, metandu qu’el Xugueru trabayaba pel xugu sen gurniar pallabra, cundu chegóu Frora la muyer del Xomedanu, ya mu xonriyente dixu: ¡Tráigote 'l antroxu Pín! Dexóu 'sti de trabayar, y'espurrióu sous manes p'acoyer el engueltaxu que l'apurría Frora, que conxistía nun torrenzacu de toicín, un churizu ya una morciétcha, ya tamién un piazu de calamona del gochu, ya metantu que lu dexengolguía del papelaxu dou taba enrodiétchau, díxoye a Frora: ¡Bonu miou nena, qu’el Faidor te lu pague! Ya despós cundu atisvóu tou 'l antroxu quei truxera la Frora, engrifandu 'l focicu noxaun d'afechu dixu: ¡Isti toicín que ye 'n pelleyu vou chailu 'l pirru, isti churizu que ye xabadiegu vou dailu 'l guauxe pa que lu ruque, perque you ya nun tenu caniles p'encetalu, les morciétches gulgue chevales oitra vez, perque amín fanme mal pal estómadu que tenulu mu dellicáu, ya la calamona que t’ensema de pilus, vou tirala 'l mediu la caleya, perque pa focicus tenu abundu con lus mious. (Me recuerdo que estaba yo aquel día, jugando con el perro del Yuguero debajo del tendejón de éste, que estaba en aquel acaecer, en el pequeño taller que tenía instalado allí mismo, estaba haciendo un yugo grande y fuerte de madera de fresno, que era para Marciano el Carretero, un paisano del pueblo de Tuñón. —Así estábamos aquel día yo y el perro muy alegres jugando, mientras que el yuguero trabajaba por el yugo afanosa y silenciosamente sin decir palabra, cuando llegó Flora la mujer del Somedano, que muy sonriente dijo: ¡Aquí te traigo este regalo Pín! Dejó éste de trabajar y estiró sus manos para recoger el envuelto que le daba Flora, que consistía en un trozo de tocino, un chorizo y una morcilla y también un pequeño trozo de la cabeza del cerdo, y mientras que lo desenvolvía del papelajo donde estaba liado, le dijo sonriendo ladinamente a Flora: ¡Bueno mujer que Dios te lo pague! Y después cuando vio lo que Flora le había traído, arrugando su hocico del todo enojado dijo: —Este tocino que no más es un pellejo malo, se lo voy a dar al perro, este chorizo que es un sabadiego de la peor calaña, se lo doy al pequeño para que lo ruque si puede, porque yo ya no tengo dientes para triturarlo, las morcillas vuelve a llevarlas otra vez para tu casa, pues a mi me hacen mucho daño en el estómago que tengo muy delicado, y la cabeza del cerdo que toda ella está cubierta de cerdas la voy a tirar al medio de la calleja, porque para hocicos tengo suficiente con los míos).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > antroxu

  • 28 arralladures

    Arralladures, sobras o desperdicios que quedan de alguna cosa. Exemplu: —Nus tempus d'endenantes cundu cuaxi cuaxi toes les xentes tábamus xunetáes per la ñecexidá ya la fame, nun faía llabar lus cacíus endespós de les comides, perque tóus lus dexábamus tan llimpius comu xin el mesmu esgalazáu pirru ou guetu lus llambiere. (En los tiempos pasados, cuando casi, casi todas las gentes estábamos uncidas a la necesidad y el hambre, no hacía ninguna falta lavar los cacharros después de las comidas, porque todos los dejábamos tan limpios, como si el mismo hambriento perro o gato los lamiese). Vamos, yo hablo por lo que en mi casa se hacía, pues yo lamía el plato con la lengua tantas veces, que si mi madre no me lo quitaba de entre mis manos, creo que estaría todo el día lamiendo por él, dándole con la imaginación un gusto a la lengua que ficticiamente conformaba a mi hambre.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > arralladures

  • 29 biruelas

    Biruelas, así se llaman a las castañas que por sí solas se desprenden de los castanos. Nus tempus d'endenantes teñer la teixá mamplená de castañes yera tantu cumu auxar la fame de cual chare, les castañines nes nuexes aldines achuquinarun abondes fames. (En los tiempos pasados tener la casa llena de castañas era tanto como espantar el hambre de junto al lar. Las castañinas en nuestras aldeas mataron muchas hambres). Alcuérdume comu se fora nagora mesmu, comu pel tempu de les castañes, colábamus tous endenantes qu'- almaneciere p'apañacar les castañes que pe la nuétche ben per l'orbayá ou per lus ponxuncinus de ventu, xebrábanse de lus regañéus arizus p'aviñonar esbirolas pel xuelu, pente lus felechus, les fuées lus artaxus ou les campeiraques. Per aquechus tempus de mexeries ya fames, nun se desperdigonaba una castaña per dalgún lláu. (Me recuerdo como si fuese ahora mismo, cómo por la época de las castañas, que es el mes de noviembre su mayor apogeo, cómo todos los vecinos marchábamos de la aldea antes que amaneciese, para recoger las castañas en los castañales, que durante la noche, bien por el relente o por los pujones del viento, se caían de los abiertos arizos, para sembrarse por todo el suelo, por entre los helechos, las hojas, los matojos, o el mismo campo, dependía en el lugar donde estuviesen los castaños. En aquellos tiempos de miserias y feroces hambres, no se perdía una castaña por ninguna parte). Güéi nel díe ya poucas xentes anden a castañes, paeme amindi, que gracies al Faidor ya la Cencia del Home, la fame ya d'afechu ta xebrá de la Nuexa Melgueira ya Embruxante Asturies. (Hoy en día, ya muy pocas gentes andan a castañas, me parece a mí, que gracias al Hacedor y a la Ciencia del Hombre, el hambre ya está alejada de Nuestra Dulce y Embrujadora Asturias).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > biruelas

  • 30 carquexa

    Carquexa, planta medicinal. La carquexa yera ente les xentes de mious aldines en nus tempus d'endenantes la mexor melecina ‘l mexor remediu pa la reume y'oitres dollores qu'ísti mal enrodiétcha nel curpu del Home. You entavía xigu creyendu 'n munches couxes de la melecina de lus tempus antigus, anxina ye que na carquexa tenu abonda fe, perque tenu agüeyáu y ureáu fatáus de veces comu les xentes apaciguaben lus sous amolexáus conécha. Xenardu you que miou má cundu chegaba ‘l envernu faer potaradinus de carquexa, ya despós de ben cocía la dexaba dientru d'un tarreñon de barru que tenía, ya tous lus díes pa dir pa la cama llapaba un pociétchu d'echa ya munches veces faíame tamén xorbiála 'minde, peru you nun l’engorgalaba ben perque namái que tenía qu’unes povixines d’azúcare, más écha falábame que yera mu bona pa nun sei quéi de la xangre, ya pa tornar la reume, ya p'oitres couxes más que nagora nun alcuerdiu. Na nuexa Melgueira y embruxante Tierrina tenomus mamplenáus de plantes ya frores melicinales, per ístu les nuexes xentes de lus tempus d’endenantes xabíen tantes couxes pa curar lus sous amolexíus. (La carquexa era entre las gentes de mis aldeas en los tiempos pasados la mejor medicina y el mejor remedio para el reúma y para otros dolores que éste mal desarrolla en el cuerpo del Hombre. Yo personalmente todavía sigo creyendo en muchas cosas de la medicina antigua. Así es que en la carquexa tengo mucha fe, porque tengo visto y oído muchas veces como las gentes apaciguaban sus dolores con ella. Recuerdo yo cómo mi madre cuando llegaba el invierno hacía pucherados de ella y después de bien cocida la dejaba dentro de un recipiente de barro que tenia, y todos los días cuando se acostaba bebía un pocillo de carquexa, y muchas veces me hacía a mí tomarla, pero yo no la bebía porque tenía muy poca azúcar y todo era porque no la había, más sin embargo mi madre me decía que era muy buena para no se qué cosas de la sangre, y también para que el reúma no le atacara a uno y lo mismo para no sé cuántas enfermedades. En nuestra dulce y embrujante Tierrina tenemos muchas plantas y hierbas medicinales, por esto nuestras gentes de los tiempos pasados sabían tantas cosas de estas plantas que les permitían aliviar y curar sus males).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > carquexa

  • 31 encaldar

    Encaldar, preparar, hacer, entender, etc. Esta palabra es un comodín de la LLingua de Asturias, puede aplicarse en infinidad de modos y formas. Exemplu. —Nisti encaldar vou encaldame nel nomayes plaxistes ya fedientus fucherales tantu a lus dirixentes del Conceyu Bable, comu a lus oitres rapiegacus d'Amigus del Bable, pos ente tous échus xuntus tan desencaldandu la Fala ya les Costumes de miou Tierrina, con la gavita d'un fatadicu de periodistes que son tan chabascus comu échus mesmus. (En este suceder me voy a centrar en llamarles plagistas y hediondos estercoleros, tanto a los dirigentes del Conceyu Bable, como a los otros zorros de Amigos del Bable, pues entre todos ellos juntos están deshaciendo la Lengua y las Costumbres de mi Tierrina, ayudados por un grupito de periodistas, que son tan llabascus como ellos mismos).

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > encaldar

  • 32 formiga

    Formiga, hormiga. —Un díe fae ya un mamplenáu d'anus, you llindié una formiga to un díe 'nteiru. Disdi mu guaxetu xempre perdi munchu tempu n'uxervancia de les couxes ya de les criatures que you conxideraba pamindi dines de respeutu. Alcuérdume que xucedióu nun mes de Xuniu, aquecha mañán solayeira, melgueira ya cantarina de miou aldina, dunde tous lus allegres paxarinus canticaben fellices ya ñamoráus del sou vivir xantificante, xamás esborróuxe del miou penxamentu ya faticáus d'enfenites veices you envidátche per echa, ya per ístu, cheguéi a conxiderar les formigues comu les criatures mai poderóuxas del Uñiverxu enteiru. —Topéime con la formiga nun caleyón enllabanáu de la miou aldina sóu les nove la mañán, aguetchele d'enría una llábana engarradiétcha nuna chuquinante llucha escontres un guxanu que yera per lu menus cen veices más grandie qu' écha, 'l guxanu erriestrábase ya encibiétchabase sou xin mesmu, xin llograr esfaese d’aquecha formiguina que yera roxiquina lu mesmu que les panoyes, agabuxéime you ‘l lláu d’echa pa mexor agüeyala, ‘l guxanu despós de llargu tempu d’espurrixe ya encoyese, na sou llucha escontres de la formiga, pos manque oitres formigues queríen apurríye gavita a la sou hermena, you nun lu premiti, ya tou vichu viviente que s’arimare ‘l lláu de la formiguina l’estrapayaba escontres el xuelu. Falu qu’el guxanu ya canxéu, quedóuxe un poucu amormullecíu, ya entóus la formiguina dexóu d’acanilar per él, xebróuxe del sou lláu espatuxandu con la rapidez d’una centecha comu dous cuartes en derredor del guxanu, despós puénxuse espurría d’enría les sous pates traxeires y’afilandu les sous antenes con muncha rapidez comu xin quixés glamiar gavita, ya despós con la priexa d’un rellámpagu, golguióu oitra veíz acanilar pel guxanu nel mesmu xeitu qu’endenantes lu fixera, ísti ‘l probe golguióu espurrixe ya encoyese, enriestrase ya encibiétchase sou xigu mesmu fasta que denuéu quedóu oitra veíz amormollecíu, entóus la formiguina golgú faer lu mesmu qu’endenantes fixera, peru nisti cheldar la distancia que recorrióu fói ‘l doble que la primeria, e anxina féxulu oitre fatáu de veices, fasta qu’a la postri quedóu ‘l guxanu morríu d’afechu, entóus la formiguina comencipióu arrastrar el guxanu xin dirección fixa, lu mesmu p’un lláu que p’oitre, xin faer pouxa na sou brexa, ya cundu dexaba ‘l sou enlloquecíu trabayu d’arrastriar aquel guxanu que pesaría cen veices mái qu’écha, espatuxaba con galamiades más llargues cuaxi xempre ‘n rondalada del guxanu qu’achegaben fasta dous metrus ya mái de llexura, ya xempre fayendu afiladura con les sous antenes, pa nescape golguer al lláu del guxanu ya con la mesma fuercia de xempre l’arrastriaba d’un lláu p’itre ya tal me paicía amindi que caveíz lu chevaba con mái llixereza, quiciavis qu’axindi fora per mor que la callor enxugara la sustancia del guxanu, ‘l casu fói, que’achegóu l’atapecer del díe, ya xebréime you del lláu de la formiga pa la miou teixá, ya en tou ‘l tempu que l’uxervéi, nun paróu de galamiar ya trabayar, nin tan xiquiés el tempu d’un pistañéu. Aquecha formiguina galamióu en tou ‘l díe mái d’un quillómetru de distancia y’arrastrióu aquel guxanu per lu menus cen metrus. Xin nagora faemus comparancies, ente la formiga ya ‘l Home, conxiderandu a ísti cen millones de veices mái grandie que la formiga, pos tendría que llevantar un pexu de ochu mil quilus, ya carrapotialu xin pouxa nin xenaldu dez millones de quillómetrus, nel mesmu tempu qu’espatuxara galamiandu cen millones de quillómetrus mái. Anxina you penxu, qu’el mundiu de la formiga ye inxeniu que’el home tavía nun escubrióu, pos you cuntu, qu’una criatura que mora ‘l lláu nuexu, que ye capaz de faer tal trabayu ya galamiada nuna sorná de sou vida, ye dalgu qu’ el Home ten qu’escubrir con priexa, se quier dalgún díe faer él lu mesmu que la formiga, ya nun sólu nel sou trabayu ya poder, senún nel vivir felliz sou enfinita vida. TRADUCCIÓN.—Un día hace ya muchos años, yo vigilé y cuidé una hormiga todo aquel día entero. Desde muy niño siempre he perdido mucho tiempo, observando las cosas y las criaturas, que yo consideré según mi parecer dignas del más alto respeto. Me recuerdo que sucedió en un mes de Junio, aquella mañana solariega, dulce y cantarina de mi aldea, donde todos los alegres pajarinos cantaban felices y enamorados, su placenteroso vivir santificante. Jamás se borró de mi cerebro, y muchas, infinitas veces, yo he pensado en ella, y por esto, llegué a considerar las hormigas, como las criaturas más poderosas del Universo entero. —Aquel lejano día, yo me encontré con la hormiga en un callejón enlosado de mi aldea, serían las nueve de la mañana cuando la vi encima de una losa peleándose dentro de asesinante lucha, contra un gusano, que era por lo menos cien veces más grande que ella. El gusano se enroscaba, se doblaba y se retorcía sobre si mismo, sin lograr deshacerse de aquella hormiga, que era rubia lo mismo que las mazorcas, yo me agaché al lado de ella para mejor repararla, y vi como el gusano después de largo tiempo de estirarse y encogerse, de luchar ardorosamente en contra de la hormiga, pues aunque otras hormigas querían prestarle ayuda a su hermana, yo no permití, que ningún bicho viviente se arrimase a ella. Digo, que el gusano ya cansado, se quedó un poco adormecido y entonces la hormiga dejó de a colmillar por él, alejándose de su lado, corriendo a la velocidad de una centella, como dos cuartas alrededor del gusano, después se puso estirada encima de sus traseras partes, a la vez que afilaba sus antenas con grande rapidez, como si pretendiese pedir ayuda o comunicación con sus compañeras, y después con la prisa de un relámpago, volvió otra vez a morder el gusano, en el mismo lugar que antes lo hubiera hecho, éste, el pobre, volvió a estirarse y encogerse, a enroscarse y retorcerse consigo mismo, hasta que de nuevo quedó otra vez adormecido por el descomunal esfuerzo que en su defensa hacía, entonces la hormiguita volvió hacer lo mismo que antes hiciera, pero en este suceder la distancia que recorrió fue el doble que la primera y así lo hizo otras muchas veces hasta que a la postre quedo el gusano del todo muerto, entonces la hormiga comenzó a arrastrarle, según mi parecer sin dirección ni rumbo determinado lo mismo le arrastraba para un lado que para el otro, sin hacer la más mínima parada en su endemoniada brega, y cuando cesaba en su ardoroso y enloquecedor trabajo de arrastrar aquel gusano que pesaría cien veces más que ella, hacía meteóricas carreras cada vez más largas, casi siempre en círculo alrededor del gusano, que eran hasta más de dos metros de distancia y a veces hasta ocho o diez y siempre moviendo y afilando sus antenas, para de nuevo volver al lado del gusano, y siempre con la misma fuerza y ardoroso entusiasmo le arrastraba de un lado para otro, y tal parecía que cada vez le llevaba con más ligereza, y tal vez fuera por la causa del calor, que secaba la sustancia del gusano. El caso fue, que llegó la oscurecida del día, y fue entonces cuando me alejé del lado de la hormiga y me marché para mi casa, y en todo el tiempo que la vigilé y observé, que fueron más de doce horas, no paró de correr y de trabajar ni tan siquiera el tiempo de un pestañeo. —Aquella pequeña hormiga recorrió en todo el día mas de un kilómetro de distancia, y arrastró aquel gusano por lo menos cien metros, si ahora hacemos comparanzas, entre la humilde hormiga y el soberbio Hombre, considerando a éste cien millones de veces más grande que la hormiga, pues tendría que levantar un peso de ocho mil quilos, y llevarlo sin parada ni descanso diez millones de kilómetros, en el mismo tiempo que tendría que recorrer cien millones de kilómetros más. Por éstos razonamientos yo pienso, que el mundo de la hormiga es un ingenioso misterio, que el Hombre todavía no descubrió y yo pienso que una criatura que vive al lado nuestro, que es capaz de hacer tal trabajo y recorrer tal distancia en una sola jornada de su vida, es algo de lo más poderoso que el Hombre tiene que descubrir con grande prisa, si quiere algún día poder hacer lo mismo que hace la hormiga y no sólo en el trabajo y en el poder, sino en el vivir feliz su infinita vida.

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  • 33 xudas

    Xudas, Judas, discípulo de Xexús el Ñazareno, que al decir de las Sagradas escrituras ha vendido a su Maestro, dando pie su comportamiento a que su nombre pasase a la historia como el más taimado y despreciable traidor. —Pero siempre según mi manera de pensar y analizar las cosas desde el prisma que alumbra mi pensamiento, he llegado a la siguiente conclusión, que de segura para muchos, muchísimos ha de ser una burrica, o una locura sin el menor fundamento, pero desde luego para mí es lo más cerca de la verdad de aquel misterio, que le dio al Mundo su razón de estar y ser, dentro de la esperanza de alcanzar tras la muerte un mundo nuevo y justiciero. —Si no estoy equivocado, no existe en ningún archivo ningún documento que acredite que Judas sabía escribir, por lo tanto Judas era analfabeto, lo mismo que Xexús el Ñazarenu, así pues Maestro y discípulo no sabían ni leer ni escribir, mientras que algunos o casi todos los demás discípulos de Xexús si que sabían, por lo tanto, quienes en aquella época estaban dotados de esta cultura, debían de ser poderosamente gentes de marchada influencia. Yo pienso que Judas fue el primero que descubrió que Xexús era de verdad un poderoso dios, por lo tanto él no ignoraba que cada pensamiento suya era por su Maestro sabido en el momento que su mente lo alumbrara. Como me llevaría muchos folios en hacerles comprender mis pensamientos, en este poema, ya que es la diosa poesía la mejor manera de decir las cosas sin perder el tiempo, por el decirme del mismo Xexús, yo les comunico su mandamiento. “EL CANCIETCHEIRU DEL FAIDOR” “EL PORTERO DEL HACEDOR” —Xebróuxe una nuétche pel xuenu miou penxamentu miou envidayer fasta 'l Ciellu, e achí topéi na sou porta comu prinxipal porteiru, al Xudes qu'aquín se fala, vendiú a Xexús naquel Güertu. —Mi sorpresa fue tan grande al ver tan alto suceso, que Cristo que cerca estaba se acercó a mí con cariño, y me dijo lo que cuento: —No te extrañe mi poeta de humildad en tus haceres y de grandeza de sueños, de ver a mi hermano Judas en mi casa de portero, pues sepan todas las gentes por tu sencillez contado, que Judas analfabeto, como Yo también lo fui, nunca fue mi tesorero ni me vendió por dinero. —Ya que yo he sido tan pobre que jamás quiso la suerte en el tiempo que viví, de tener entre mis manos a la vez más de un denario. —Y tan corto tiempo estaba tal moneda en mi poder, que jamás en mi bolsillo yo la quise recoger. —Y quien dijese que yo tuve una vez tesorero, la verdad que no mintió, pues mi obra y mi trabajo yo la hice para el Pueblo, el Pueblo la recogió si supo ser tesorero. —...¡sé que en la Tierra me pintan cuando festejan las Pascuas, montado en humilde burro desperado la humildad. —Diles poeta sencillo con tus glosas naturales que mienten por apurarse en querer decir verdades. —Sólo cuando de pequeño, que acompañaba a mi padre el Patriarca San José, a trabajar las maderas en cien aldeas dispares, el me subía al pollino porque cansado lo estar, y yo presto me apeaba y le decía a mi padre, que el pobre asno era viejo y más que yo se cansaba. —Diles también que fue Judas, el primero en bien amar a su pueblo esclavizado por el Romano invasor. —Diles también que fue Judas hombre labriego y honrado, que trabajó como esclavo para el Cesar desalmado, que le robó el ser Humano al chuparle su sudor. —Cuenta al mundo mi poeta, prisionero y humillado, analfabeto en las letras pues como tú no habrá dos, que Judas fue el primer Hombre que como a Dios me trató. —Y por esto le he legado el grande honor que le di, de ser él quien me vendiera, porque el que en mi no creyera no podría venderme a MI. —Y no me vendió por dineros, como cuentan los letreros que describen mi ser Hombre que aseguran mi ser Dios, ni tampoco por venganzas ni taimadas intenciones, ya que Judas me quería sabiendo que Yo era dios, por esto jamás pensó en nada que fuese malo, porque Judas bien sabía que Todo lo sabía Yo. —El me vendió a los malvados buscando la libertad, con la muy Humana idea, de que a todos yo venciera, a que su inocencia hermosa y firme creencia en Mí, pensaba que Yo de un soplo libre dejaría su tierra del despiadado invasor. —¡...Pobre Judas...! —¡Sentí pena cuando le vi atormentado, no alcanzando a comprender como sabiéndome Dios, me dejaba atropellar por aquella lacra Humana que tenía que vencer. —¡...Lo que Judas no sabía es que así habría de ser...! —Durante todo el calvario que como Hombre sufrí, más que Yo, Judas Sufrió, pues cada látigo horrendo que mis carnes laceró, o la palabra injuriosa, de quienes me insultó, eran para el pobre Judas más dolor y triste pena, que como hombre sufría Yo. —Cuando después de ser muerto y mi cuerpo sepultado, sólo Judas se creer, que Yo volvería a nacer otra vez con mi poder, para dar, nuevo volver a ser su hermano y amigo, a ser su Dios venerado, muy querido y adorado, por esto allí escondido, muy cerca de mi sepulcro, de tristezas abnegado, con alegrías mezclado, el esperaba el momento de Yo ser resucitado. —Pero no aguantando el cuerpo tanto puro sufrimiento que hasta el dolor le llevaba, ni tanta sana alegría que al ser feliz trasladaba, fue vencido por el sueño, y así dormido lo estaba cuando yo lo reparaba, y le halagué con cariño, y mis manos al tocarle y mi voz cuando le habló, le hicieron dejar el sueño cuando yo le desperté. —Vino Judas hacía Mí, no con miedo a su castigo que él sabía no tener, pues todo su ser entero era un júbilo del Cielo, entregado por entero al amor que me tener. —Yo le miré felíz, y fue tan grande mi gozo de verle a él tan feliz, que me dió pena al decirle, que él quedaría en el mundo marcado como el traidor, que a Cristo vendió en el Huerto y tal venta no existió, porque lo que hizo Judas como Hombre lo haría Yo. —Y así el Dios Jesucristo que yo visite en el sueño, estando en cárceles preso, se despedía de mí, y hablando en mi dulce lengua esto fue lo que escuche: —Cuerre galamia con preixa, poeta que fás falancies na melgueira llingua astur, pos ya chega 'l carceleiru a la porta tou cubíl, cunta 'l Mundiu cuntu dixe ya verás comu les xentes chuéu per llocu te tomar. —Fala tamén qu'el bon Xudas nun ye 'n miou Teixu baldrayu, xinun que ye ‘nte tóus lus qu'aquinde tan d'afechu, comu Humanu 'l mái llegal, ya que ye 'l canciétcheiru del Teixu del FAIDOR.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > xudas

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  • tous — → tout ⇒TOUT1, TOUTE, TOUS, TOUTES, adj. indéf. et pron. indéf. I. Adj. indéf. A. [Marque l idée d intégralité] 1. [Précède un déterm. du subst. (art. déf., art. indéf., adj. poss., adj. dém.) ou bien précède un pron. (dém., pers., poss.) ou… …   Encyclopédie Universelle

  • entre — [ ɑ̃tr ] prép. • XIIe; lat. inter → inter I ♦ 1 ♦ Dans l espace qui sépare (des choses, des personnes). Les Pyrénées s étendent entre la France et l Espagne. « le pays d entre Sambre et Meuse » (Racine). Herbe qui pousse entre les pierres.… …   Encyclopédie Universelle

  • entre — ENTRE. prep. Parmy. Il a esté trouvé entre les morts. entre toutes les merveilles de la nature. choisi entre tous les autres. Il signifie aussi, Au milieu, ou à peu prés au milieu. Il estoit assis entre nous deux. entre ces deux extremitez. il s… …   Dictionnaire de l'Académie française

  • entre — ENTRE. Préposition de lieu. Au milieu, ou à peu près au milieu. Il étoit assis entre nous deux. Il s est venu mettre entre ces deux hommes qui se battoient. Étampes est entre Paris et Orléans. Entre les deux mers. Entre les deux rives. Ce… …   Dictionnaire de l'Académie Française 1798

  • entre — Entre, penac. Tantost est verbe en la premiere personne, Intro. comme, J entre en l Eglise, Intro in aedem sacram. Tantost est preposition, et vient de cette cy latine; Inter. Comme, Entre toy et moy y a parenté, Inter te et me intercedit… …   Thresor de la langue françoyse

  • entre — (an tr ) prép. 1°   Dans l espace qui sépare deux ou plusieurs objets. Il est assis entre eux deux. Tours est entre Paris et Bordeaux. Ce bataillon se trouva entre deux feux. •   Les dangers qu il avait courus entre Scylla et Charybde, FÉN. Tél.… …   Dictionnaire de la Langue Française d'Émile Littré

  • entre — prép. antre (Giettaz.215b, Bogève, Cordon, St Nicolas Cha., Saxel.002), être (Aillon V., Albanais.001b, Albertville, Annecy, Billième, Compôte Bauges, Doucy Bauges, Marthod, Montagny Bozel), INTRE (001a,215a, Aix, Arvillard.228, Chambéry,… …   Dictionnaire Français-Savoyard

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