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  • 1 El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

    Ochinchin Comida a base de camarones, acelgas, tomates, alcaparras y huevo duro

    Vocabulario Lucumí > El Lucumí o Lacumí es el lenguaje yoruba como es hablado en Cuba y los Estados Unidos (es una tradición oral). El yoruba es un lenguaje tonal como el chino. Los acentos se utilizan para hacer énfasis en los tonos para aquellos de nosotros que no estamos familiarizados con el lenguaje tonal.

  • 2 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:5

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 3 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 4 VOCABULARIO LUCUMI

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 5 LETRA L

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

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  • 6 Le erú:

    Negro prieto. los erús no forman una raza, porque no hay raza según han demostrado no pocos antropólogos; forman un grupo humano que tiene un modo cultural de vivir, como cualquier otro grupo humano tiene el suyo. Los erús o negros no son ninguna clase de gentes de "raza pura", según han creído y creen muchas gentes que no han actualizado sus conocimientos antropológicos. Nadie sabe de dónde exactamente es originario el hombre negro. Se le encuentra desde épocas remotísimas en el continente sin frío que eso quisieron decir los griegos con el nombre "Africa". En ese vasto territorio de 11.500,000 millas cuadradas o 29.78345 kilómetros cuadrados, se encuentran muchos pueblos y culturas que no son exactamente de negros, aunque es indudable que con ellos se mestizaron tanto, que la mentalidad de los bárbaros o extranjeros no pudo notar las diferencias y semejanzas y a todos los llamó negros, debiendo decir "africanos". Ser negro, o tener de negro en la herencia biológica o cultural, no es en modo alguno un defecto o minusvalía (el prejuicio sí es un defecto y una minusvalía). No es un defecto ni una minusvalía ser o tener de negros o sudaneses, porque ellos son tan seres humanos como cualquier otro grupo que hable con sonidos, agarre con las manos, camine derecho, con y sobre los pies, produzca pensamientos lógicos con el cerebro, corrija sus errores y tenga autopercepciones. Los negros, sus descendientes o ascendientes, aparecen en todo el sureste asiático, en India, en el Viejo Egipto, Mesopotamia y Caldea, en el poblamiento primitivo de Europa y últimamente en América, desde el sur de Norte América hasta Venezuela, comprendiendo todas las Antillas. Esto es lo que se llama el Fajón Negro de América; Cuba está de lleno en él, y todos los cubanos algo tenemos de esa nigricia del Fajón. Además del "erú" y del "eña dudu", se mencionan al "eña kukuá" o "negro colorado" y al "yebú" o negro colorado de pelo amarillo o rojizo con ojos pardos o claros. En estos cuatro tipos, el cabello es "gré gré". Con esa voz, nos informan, dicen los lucumíes guerefé. "pelo duro, propio de los erú". El cabello o "irú gregré", es corto, duro, grueso, ensortijado, abundante o escaso, de color negro mate, rubianco, rubio o rojizo como en los yebú, pueblo que trajeron a Cuba. El mestizaje de los pueblos clareados y rubicundos con los pueblos negros tiende hacia una disminución del pigmento melanínico en la descendencia, pero siempre queda "un algo" visible a simple ojeada, que anuncia el antecedente negroide del portador de los caracteres, independiente de que lo sepa o no, que lo oculte o le sea indiferente, que se ofenda o que comprenda que eso no lo demerita, etc... Ese algo visible está muy parlante en el "kukunkukú" (mulato prieto), en el "ákuamádé" (pardo adelantado), en el "dukundukú" (mulato definido) y en los distintos tipos de blanconazos. En cuanto al dukundukú o mulato definido, está repesentando el punto fronterizo entre el "erú y el oibó irú eni. El "dukundukú finalí" es el mulato chino, producto del cruzamiento de la africana erú con chinos. Hay que distinguir entre el achinamiento del negro y el del chino. Este tipo abunda en Cuba y tiene hasta en el comportamiento, características que lo señalan. Últimamente se nota el auge del cruzamiento de blanca cubana con chinos de nación, trayendo un nuevo tipo. A partir del "dukundukú" tenemos el "adabamá" o "mulato que pasa por blanco". Este tipo es abundantísimo. Tiene muchas variantes. En las estadísticas demográficas es, como en la vida social, "un mulato indefinido situado junto a los blancos", que lo son por europeos próximos a los pueblos rubios, velludos, rosados y narigudos. La concurrencia demográfica que tuvo lugar en toda América. y en escecial en Cuba, produjo una inmensa variedad de tipos, no estudiados a profundidad y extensión. En Cuba tenemos muchas variantes de "adabamás" que han adquirido adjetivaciones que los señalan, como son los morenos claros, pardos, trigueños, pintos, guayabús, guajamones, jabaos, mulatos rusos, mulaticos, mulatos pasaos, mulatos blanconazos, blancos sucios,(por el color indefinido), blancos renegríos. quemaos, capirros, malagazos, pajizos, tercerones y cuarterones. "Adam" es persona blanca que tiene ascendientes negros aunque ya no se le note a él. "Blanco que tiene de negro". Es mucho más "adelantado", dicen, que el "adabamá" y se confunde con los morenos claros de pelo negro lacio, ondeado o ensortijado como el del "asturiano de pelo corto" y el "mulato ruso eslavón" o el "italiano".

    Vocabulario Lucumí > Le erú:

  • 7 Iroko:

    Ceiba. Ceiba pentandra (Lin). (Gaertn). Arbol silvestre de la familia de las Bombacáceas. Árbol sacratísimo entre africanos, chinos y cubanos. Dada la imbricación de pueblos, culturas, lenguas y mitos que desde hace más de cuatro y medio siqlos se viene produciendo en Cuba, y en América, ha resultado que en muchos asuntos, el folklorista, el etnólogo, el antropólogo, el sociólogo y el musicógrafo, encuéntranse con noticias de un mismo objeto o asunto, que son de muy distintos orígenes, las cuales forman un complejísimo cuerpo intelectual que en su día, talentos como los del Dr. Fernando Ortiz, podrán estudiar y explicar. Nosotros nos limitamos a recoger, poner algún orden e informar. Este es el caso de las noticias respecto a la Ceiba, informada por la Srta. Lydia Cabrera, alumna del Dr. Ortiz y meritísima floklorista. Son muchos los nombres que en Cuba le damos a la Ceiba. Es el propio orísha Iroko o Iroke de los lucumis oyó; Lóke dicen los dajomeyanos, señalando a un santo viejo, esposo de Abomán y hermano de la llamada Ondó. Otros nombres para la Ceiba son Iggi Olorun o Arbol de Dios, Arabbá, Eluwere y Asabá. Esto es sin mencionar los que recibe entre los bantús o congos, así como en otras culturas africanas de asiento en Cuba. Iroko es la propia Oddúa, diosa del infrarnundo de los espíritus o muertos. Vive en la parte superior del follaje a donde concurren todos los muertos. Como que Oddúa es el Obatalá de los lucumís oyó, resulta que el Obatalá llamado Agguémo Yéme es Iroko, por lo que se le sacrifican pollos blancos todos los meses, y cual si fuera otá, se hablá con la propia Obatalá en cualquier Ceiba. Quizás por eso sea que se diga que la Ceiba es tronco o bastón de Olofi. Los ararás, como los lucumís oyó, representaron en la Ceiba, llamado Aremú. También señalan que en la Ceiba están Yémmu y Babá, Náná Dádda, Awuru, Maggalá y el Changó arará mayor, llamado Gebioso. Entre los oríchas que se nombran como los que están o van a la Ceiba, señalamos a todos los Changó, y Aggayú Solá (el Brazo Fuerte). Por otra parte, se dice que la Ceiba o Iggi Olorún se le llama Iroko así que está consagrada, pero no faltan quienes aseguran que todas las Ceibas son benditas y sagradas por Olofi, sin más. En cuanto a la pertenencia, se dice que aunque en ella están todos los orichas y muertos, pertenece al Santísimo Poder de Dios, a la Virgen María, a la Purísima Concepción que protege a las parturientas en su tronco, a Obatalá o Virgen de las Mercedes, a Oricha oko, a Oggún, a Aggayú, a Changó, Obbá, a Obanlá o Virgen Purísima... No hay dudas de que Iroko es un oricha al que como a Aggayú se le sacrifican toretes que no hayan padreado, los cuales son paseados alrededor de su tronco por los santeros que llevan velas encendidas; mientras le están sacrificando gallos, gallinas, patos de la Florida y guanajos blancos. Es una preciosa ceremonia en el campo abierto que se traga los rezos como tierra reseca bebe agua; al final, el ceremonial asciende hasta el mismo cielo, vertiendo la sangre caliente del torete degollado en la tierra donde se agarran las salientes raíces del Gigante Dios. Aquella ceremonia de reconocimiento, atención, sumisión y petición, había principiado con una sencilla reunión en la que un Santero Mayor invocó a Iroko, según es la costumbre centenaria en el ilé Ocha, diciendo: Terewama Iroko. Iroko, fumi arere.Terewama Iroko, Arere iyágguó. Los rezos con oriaté, y coro de hombres y mujeres, rompieron cuando los obínú, salidos del coco seco roto, anunciaron en sus cuatro masas blanquísimas, el alafia húmedo del agua bendita de sus entrañas; el choro chorochó mezclado en el otawe de las broncíneas caras, espejea las maniobras de los sacrificios menores, hasta que asciende el dramatismo en el degüello del malú para culminar en la danza y toque a Iroko, donde se ve un bastón cubierto de preciosos collares en colores haciendo juego con una escoba adornada de cuentas rojas de Changó y blancas de Obatalá. Bastón y Escoba representan dioses que bailan con los omóchas hasta el frenesí de la posesión corpórea de los orichas, que se personifican así, para dar muestras de que han participado y están conformes en la alegría de sus hijos, que nada malo hacen en buscar la felicidad con un modo religioso que los ajusta.

    Vocabulario Lucumí > Iroko:

  • 8 Zape:

    (J. L. Martín). (M. F. de Arrate). Africanos de la costa atlántica, en un territorio ribereño entre Dakar y Sierra Leona, J. L. Martín cree que son los kankanda, sabe o sobo, llamados por el Dr. Ortiz gangá. Cree Martín que los "zape" o "gangá" son "un pueblo emparentado con los yorubas" o lucumís, y que poseen "lenguajes muy similares". De los "zape" escribió Arrate entre 1751-1760 refiriendo que existía desde 1598 una cofradía, a nombre de Nuestra Señora de los Remedios concedida a pedimento de los negros zape desde antes de 1598 en que el dilatorio trámite colonial terminó. También refiere la hermandad de San Benito de Palermo, que como la cofradía mencionada, era de libertos zape. Agrega J. L. Martín: "...casi pudiéramos afirmar que aquellos zapes cristianos, a quienes se refiere Arrate fueran los primeros yorubas establecidos en La Habana. Haciendo notar al mismo tiempo que después se les denominó, en conjunto, yorubas o yorumas, aunque en Africa había la distinción entre los del interior (yorubas propiamente dichos) y lucumís (yorubas costeños), por depender del rey Ulkumi". A las especulaciones de J. L. Martín se oponen los siguientes datos: que la tradición oral que yace en nuestros negros menciona a los "zapes" como una clase de africanos distintos de lucumís y congos; que no aparecen datos, orales o escritos, en Cuba, conocidos por nosotros o tratados por Ortiz, Castellanos o Lydia Cabrera, que mencionen e identifiquen a los tales "zapes" con los lucumís; que no se mencionan los apelativos de kankandas, sabe o sobo, en la tradición de Cuba; que la identidad entre zapes y "gangás" apareció por primera vez en la revista cubana Bohemia, del 12 de junio de 1949 (año 4 [m2]Nº 24) en un escrito del Sr. Juan Luis Martín, sin más demostración rigurosa. Escribió Ortiz en "Los Negros Esclavos". La Habana, 1916. "Zape.-Citado por Pérez Beato. En el mapa de Mungo Park figura Sappe como población de la ribera del Gambia y, seguramente, de ahí proceden". Más información aparece en la obra "Los Negros Esclavos", por el Dr. Fernando Ortiz y en el folk básico de Cuba, en fuentes vivas.

    Vocabulario Lucumí > Zape:

  • 9 Batá:

    Tambores. Solo se tocan de día.
    (Ortiz). "Son tres tambores de carácter religioso, usados en las ceremonias de los cultos que en Cuba practican los lucumíes o yorubas y sus descendientes criollos. Según el diccionario yoruba de Oxford, batá es un tambor usado por los fieles de Changó y de Egungun. "La orquesta lucumí o es la de los batá o la de los ágbe o chekeré. Tambor! Piel! Cuero! Sandalia. "Posiblemente batá procede de los fonemas onomatopéyicos "ba", suave y "ta", duro. Los tres tambores de la liturgia yoruba reciben propiamente el nombre de "aña" o "añá" y el nombre profano de ilú". En espera de una mejor opinión, suponemos que la palabra aña o añá es corruptela criolla o dialectal de las voces yorubas "dza" o sea "dya", significan "guerrear" y también "enfurecerse una tempestad". El prefijo "a" forma sustantivos con una raíz verbal; por eso ádza o ádya, y en definitiva aña o añá, puede decir "guerrero", "peleador. perro "tempestad furiosa" y sobre todo "un duende o espíritu que pelea con brujería". Aña es la potencia sobrenatural de los batá, que los defiende, truena y pelea contra sus enemigos". "Aña es un objeto misterioso con potencia sacromágica que se introduce en las cerradas cajas resonantes de los tambores batá, cuando son construidos y consagrados". "El conocimiento de este nombré criptico tiene en sí cierto poder sacromágico que el "olori" o músico emplea para dominar su instrumento. "El "secreto" o afóubó de los batá es precisamente lo que se dice áña. Ilú áña o batá áña es el tambor cuando está "jurado". Aña es el "resguardo", "hechizo", "fetiche", o magia que los consagra. Es el "secreto" del dios Aña. "Para hacer un juego de batá que sea de "fundamento" o sea de "Aña", es necesario que lo consagre un sacerdote que tenga "Aña" y que pueda trasmitirla... Su creación está en las exclusivas facultades de los "olosaín" o sacerdotes de Osaín, el dios de los árboles y plantas o sea de sus fuerzas mágicas y medicinales". "Aña iggilú nitín chouó", le rezan al darle comida a los olú por la argolla del borde de su chachá. Lo cual parece ser corrupción criolla de Aña igguí ilú gui tichouón o sea traducido "Aña, del árbol tambor hizo que el habla fuese preciosa". Sinonimias: batá. battá, ilú batá. ilú áña, bata áña, Onibatá, onilú. "Cada áña o lú de los batá, tiene, además, un nombre especifico. El tambor más pequeño se denomina Kónkolo, Okónkolo, y generalmente también Omelé. El tambor mediano, o segundo por su tamaño, se conoce por Itótele u Omeló Enkó. El tambor batá de mayor tamaño se llama lyá. Iyá, madre, Jlú Iyá. es la madre de los tambores. "La palabra Itótele acaso provenga de las voces yoruba: "i", prefijo para denotar sustantivos de acción", "totó": completamente y "téle" sigue; quizás porque ese tambor es el que regularmente sigue al iyá, que es el que dirige. "Kónkolo"(el verdadero nombre) u Okonkolo como suele decirse, parece derivado de la palabra yoruba: Kónkoto "dios o juguete de los niños" aludiendo a que el Kónkolo es el más pequeño de los sacros batá, el bebé, o niño, así como iyá es el mayor o la madre. El vocablo Kónkolo más probablemente ha debido ser formado por "kon", cantar con repetición de la raíz en sentido reiterativo, y lo que, lo mismo que lu, significa "percutir un tambor o sonar un instrumento musical". "A veces los tambores flaquean, se advierte en su toque el cansancio; entonces algunos de los oyentes les grita ¡Omelé! para que todos aquellos reanimen sus energías. En yoruba omé lé puede significar ¡Muchachos, fuerte!..." La voz omelé pudiera provenir de omo "niño" y le "fuerte", "sobre los demás". El Kon kolo u omelé es en efecto el más pequeño de los batá, o sea el "niño" y también el es el que da en su cuero pequeño la nota más alta de los batá". "Las membranas de los batás son de piel de cabro o de venado". Cada tambor tiene dos bocas (enú) tapadas con cuero (auó). "Específicamente, el auó grande se denomina enú, que en yoruba quiere decir "boca"...; y el auó pequeño se llama chachá. voz onomatopéyica que en el vernáculo criollo se traduce libremente por "culata". Chachá no es sinónimo de cuero o membrana de ilú. "En la orquesta de batá, el iyá ocupa el centro, el omelé se pone invariablemente al lado derecho del iyá y el itótele a su costado izquierdo, aun cuando el Kpuátaki sea zurdo y toque el chachá con la derecha". Los batá jamás se tañen después de puesto el sol. Lo dice un canto lucumí: "Orú dié aña ko ofé soró" (Noche, poco aña, no quiere hablar)... "Estos adornos de chales y pañuelos en los batá se denominan alá". "Además de los alá comunes, los batá áña son vestidos excepcionalmente con un indumento litúrgico especial, que en Cuba se denomina banté y en la tierra yoruba ibanté. Ibanté quiere decir "delantal". (El ibanté salalá lo usaban los reyes o los sacerdotes en posición delantera). "Por la manipulación del oráculo éste designa el nombre que debe llevar el trío de batá, según el "camino" o el Odun que salga cuando las piezas de la adivinación caigan al azar. He aquí algunos de los nombres sagrados que tienen los batá de algunos famosos tamboreros de La Habana y su comarca: Aña Iguilú (algo así como "tambores de madera embrujada")...Añabi (hijo de Aña) es nombre de los batá... (de) Aguía batá. Otros títulos de batá son Akobí Aña ("El primer hijo del tambor") y Aiguobí (hijo de la música o de la bulla). Recientemente, a un trío de batá se le bautizó con el nombre encomiástico de Alayé, que en yoruba quiere decir "Amo del Mundo". Hay batá judíos y también tienen nombre. Uno de éstos se llama Iraguó Méta ("Tres estrellas"). Otro, bastante imperfecto, Lulú Yonkóri ("Toque y canto"). Ko bo ko guá ("no para el culto, no vengas"). Otro muy insultante, se dice Oró tin Ochú Kuá bi oré. lo cual parece significar "!Engaño! Te hicieron en luna nueva, nacido por un regalo o misericordia". Y a otro se le puso un título más repugnante... Olomí Yobó, "Flujo o menstruo de la vulva". Los tambores al ser "jurados" con jerarquía sacerdotal, adquieren un nombre como los olochas y los babalaos. Okilákpa, Brazo Fuerte. Omó Ológun, Hijo del Amo de la Magia. E Meta Lókan, Tres en uno. Obanilú, Rey del tambor. Eruáña, Esclavo de Aña. Otobike, Omó gugú, Yóboyobo, etc. El órú de los batá es una especie de himnario musical que se tañe en honor de los orichas; previamente en el "cuarto", sagrario o igbódu; primero sin cantos y sólo a golpes de tambor, y después con el acompañamiento del canturreo litúrgico y de los bailes en el ilé aránla. Los toques especiales son muchos y cada uno tiene su nombre. Aluyá, el dedicado a Changó y a Oyá, muy vivo y que se baila "sacando el pie". Báyuba, también de Changó y Oyá, lento, complicado y "muy movido de cintura". Kankán, de Changó con muchos movimientos de pies como "puntapiés a una piedra". Tuitui, asimismo para Changó con baile cinturero. Aláro, en salutación a Yemayá. Apkuápkuá, una especie de zapateo para la misma diosa. Chenché Kururú, en homenaje a la diosa Ochún. Ayálikú, ritmación y tonos tristes y funerarios, inspiración de Oyá, diosa de la muerte. Aggueré, toque estrepitoso, un frenesí percusivo en el chachá, dedicado a Ochosí. Y así muchos más, innumerables.

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  • 10 Diloggún:

    Cauris o Cyprea moneta. Se trata de unos caracoles de origen marino, los cuales se usan para piezas de un oráculo en la Regla de Ocha. Cada caracol se llama "aye" y el jüego de los dieciséis que se usan forman una mano de Obatalá y se llama entonces "Diloggún". A este oráculo se le agregan cuatro piezas que se llaman "ibo" o "ibbo", consistentes en dos caracoles mayores y distintos que los 16 anteriores, a los que nombran "edele" y, por eso dicen que son 18 caracoles o "ayes". Las otras piezas son un huesito y una semilla vegetal parecida al ojo de buey. El oráculo del Díloggún presenta una complejidad que nosotros no hemos podido penetrar. En primer término, son 16 piezas iguales de origen animal y marítimo, a las que llaman individualmente "aye". Esos caracoles forman "manos" de distinto número según sea el orísha a quien le pertenezcan. La mano de " ayes" de Elégguá tiene 2 [m2]cauris, pero si es del arará Echú Afrodi, tendrá 24. La mano de cauris que se usan para el oráculo del Diloggún es considerada algunas veces, como dos veces ocho, que hacen dieciséis, el mismo número de ventanas del castillo que Obatalá tiene en la loma con 365 puertas abiertas. Los dieciséis "ayes" o cauris están desfondados o rotos en el caparazón opuesto a su natural abertura. Ese arreglo es indispensable para que puedan caer y sostenerse boca arriba. Estos cauris, así como el obí kolá y muchos otros productos, son traídos de África, desde que a Cuba trajeron los primeros africanos. Los dos caracoles que sobran, los llamados "edele", se obtienen en Cuba y no se les rompe por parte alguna; se usan tal cual se obtienen de la playa. El tercer elemento es de naturaleza vegetal, se trata de una semilla. El cuarto, es de origen óseo humano; es una pequeña vértebra coxígea, obtenida en el trasiego de los restos óseos del ilé Yanzá. El manejo que un sacerdote de Ocha le da a la mano de dieciséis cauris y a las cuatro piezas del "ibbo", nos hacen presumir que el dicho "ibbo" constituyó en algún momento un oráculo independiente de los dieciséis "ayes" Los caracoles y el ibbo, es decir, las piezas del Diloggún están siempre en el igbudú y cuando llega un necesitado a quien hay que "registrar", consultar o verle sus problemas y cómo resolvérselos, se escribe el nombre de pila y sus apellidos en una hoja de papel y con lápiz, también se anota la edad, el día y mes en que nació. Acto seguido el babálócha o iyálócha tiene que moyubar, como en el coco, principiando por llamar a Olofi, Oloddumare y algunas veces a Oloruñ para pedirles la bendición e informarles que va a servir en bien a un "hijo". Continúa el rezo de moyubar, con todos los muertos o sea los Babá Eggún, según se puede ver en la fórmula que dice: Ibae baé, bayé tonú pato lo Babá Eggún, para todos los babáronú que laboran por mí, que están en el mundo de la verdad... Se puede seguir llamando o moyubando muertos que fueron los mayores en el santo del sacerdote, para que lo asistan con su experiencia e impida el entrometimiento de los espíritus perturbadores, pero no siempre es así, porque el santero teme la presencia de muchos muertos en las cosas del Santo. Continúa el sacerdote o sacerdotisa llamando oríshas, principiando por Echú y Elégguá. Siempre que llama, dice quien llama: Fulano de tal, hijo de tal santo, que lo llama para pedirle la bendición y para que Ud. sepa que va a hacer esto o lo otro y requiere que Ud. facilite su permiso. Esa labor de moyubar sigue así con cada orísha en un orden que ya aparece muy alterado en muchos usos criollos. Aquí exponemos el orden del rezo al Diloggún que sigue un babálócha de Guanabacoa, quien es según se dice "una autoridad en el Santo". Olofi, Orísha Oko, Olodumare, Inle, Babá Elégguá Osa Griñán, Oggún, Babalú Ayé, Osáin, Equn (Ofé Díloggún), Orúmbila, Leripín, Babá Obatalá, Changó, Yemayá, Obeye Loro, Olokún, Argayú, Yeyé Okari. Terminado el oru, que no siempre lo siguen los santeros nuevos y a veces le alteran el orden de los oríshas, se pasa a rogar el caracol. El sacerdote toma en sus dos manos el oráculo y lo bajea con su aliento para darle aché, luego fricciona las piezas y las moyuba; se las presenta al consultado: igual que se hace con el coco; después tira y anota el número de piezas que cayeron boca arriba. Continúa tirando y anotando, a la vez que consulta las manos del consultado, quien en cada tiro tiene que friccionar el huesito y la semilla pidiendo con fe y concentración lo que desea saber, a la vez que deja en cada mano cerrada una pieza al azar. Por los números anotados el awó hace sus interpretaciones y le dice al consultado lo que contestan los oríshas o el muerto. Este oráculo siempre tiene un ángulo subjetivo que llama la atención. Está prohibido terminantemente su uso a los babalawós o hijos de Orula. así como a los no consaqrados. Es un oráculo complejo en grado extremo. "Hay dos formas de tirar los caracoles, pero dicen lo mismo". Se mantiene en la memoria una numeración para el exclusivo uso de los caracoles de la cual hemos obtenido hasta el número doce, según se puede ver a continuación: 0 [m2]Okana Sodde; 02 Ebioko; 03 Ogunda; 04 Eyorosún; 05 Oché; 06 Obbara; 07 Odi; 08 Eyeunlé; 09 Osa; 10 Ofúnfún; 1 [m2]Ojuání; 12 Eyilá. En cuanto a las llamadas letras de los caracoles, se trata de las posiciones que se producen en cada tiro; esas posiciones dan un número de cauris boca arriba y otro boca abajo; estas posiciones son las que se llaman ódu; óddu; odún; órdu; órdún o simplemente "letra" o camino. "Cada órdún es una persona y su historia". Ud. puede tener una vida como la de alguna de esas personas que sirven de patrón en el oráculo. Depende del sacerdote o sacerdotisa hacer las correctas interpretaciones, si tiene suficiente experiencia y aché. No se trata de cosa simple, a juzgar por el tiempo que le toma a los iniciados, aprender el arte de tirar los caracoles, que al decir de los que saben de estas cosas hay que recordar treinta y seis odús para ser un principiante capaz de llegar a conocer cientos de letras. Sinónimos: Diloggún, Edibó, Emilogún, Endilobú, Enilogún

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  • 11 Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:57

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > Publicado por Gabriel de Oxalá en 09:57

  • 12 Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > Etiquetas: VOCABULARIO LUCUMI

  • 13 VOCABULARIO LUCUMI

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

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  • 14 LETRA E

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > LETRA E

  • 15 Ebese bambano:

    Españoles en general. Los "ebese bambano" son los "agualekelé", que en habiendo pasado la Mar Océana y puesto el primer pie en tierra africana o americana, se llamaron "amos" y "blancos". Contribuyeron poderosísimamente a crear estas sociedades humanas que al cabo de varios siglos lograron independencia del Imperio Español y se constituyeron en Repúblicas, donde el modo colonial español no ha desaparecido y donde al indio, al negro y a no pocos mestizos y mulatos les han regateado y negado ejercer el derecho a trabajar y hacer la vida con las mismas oportunidades que a los llamamos "blancos". Así como se hace mención de los distintos grupos africanos que concurrieron al amestizamiento de nuestras poblaciones mulatas y mestizas en América y en especial en Cuba, así mismo se mencionan pueblos y culturas peninsulares, que aun cuando no eran tantos como fueron los africanos y los indios, es indudable que produjeron la mayor influencia en la estructura cultural de las naciones americanas: vinieron en los siglos XV, XVI y XVII, principalmente, andaluces en grandes cantidades; castellanos, malagueños, valencianos, madrileños, cordobeses, murcianos, galaicos judíos e islámicos conversos; guipuzcoanos y aragoneses, formaron contingentes menores que el de los andaluces, malagueños y castellanos; vino algún que otro italiano, siciliano y flamenco; Portugal aportó la etnia compleja y fuertemente galaico capsiense de su población negroide, las cuales acudieron al Brasil. En el final del siglo XVII, todo el XVIII, el XIX y las primeras dos décadas del XX, vinieron esclavos y libertos isleños canarios y berberiscos; los tercios y las guerras por las dignidades humanas de América trajeron grandes cantidades de gallegos, aragoneses, leoneses y demás tipos de campesinos de las Españas. Negros, pintos, pintados, morenos claros y oscuros, morandeiros, moreros, mulatos de todos los tipos españoles, donde lo africano y lo "ibero" se confunden, vinieron mezclados con egipcianos, célticos y capsienses. Toda esa mezcolanza étnica es "la que se llamó en América y en Africa también, "blancos puros", no siendo más que "ebese bambano". Todo ese personal se aditó al poblamiento y a la etnia de Cuba y América, ahora, algunos de sus descendientes más o menos blancos, se mortifican porque los negros les digan: "somos parientes, mi tierra".

    Vocabulario Lucumí > Ebese bambano:

  • 16 Ará táko:

    Pueblo yoruba traído a Cuba. Su idioma es hablado por muchos olóchas. Aráttáko quiere decir del campo o en el campo, según nos informan. Sinónimos: Ará tákua

    Vocabulario Lucumí > Ará táko:

  • 17 Arriero:

    Voz de los africanos gangás. para nombrar a un ave de vistosos colores que abunda en los campos de Cuba y el cual tiene significaciones religiosas. Aún no se ha reparado bien lo útil que resultó el arriero (ave) en nuestras guerras del siglo XIX.

    Vocabulario Lucumí > Arriero:

  • 18 Ikú achan:

    (Ortiz). También llamado en Cuba "pachan", es el mazo de cujes o varillas de la muerte. Es un mazo de nueve cujes, o de tres, como de un metro de largo, amarradas en cada extremo, por una cinta roja formando un haz. Entre las dos cintas rojas de los extremos está amarrada hacia la parte del centro una cinta negra. A veces tiene atados de cintas de muchos colores para simbolizar a Oyá, que es la diosa del cementerio. El ikú achán se hace con varillas de moras silvestres, rascabarriga o de ítamo real, también llamado "gallito"; se puede hacer de varillas de cedro que no esté del todo seco.

    Vocabulario Lucumí > Ikú achan:

  • 19 O:

    (Ortiz). "iOh!; bellamente colorido". Epíteto laudatorio a Olódumáre. También en Cuba se dice, posiblemente por corrupción, "Ombelése". Sinónimos: Beledyé

    Vocabulario Lucumí > O:

  • 20 Oggán:

    (Ortiz). Nombre arará de la guataca, sin cabo. En bantú se le dice nsenguéla. En Cuba fué llamada por la conguería, ngóngui. Los dahomeyanos la creen sagrada y en la consagración de un nuevo sacerdote de Ifá, el bakonúo o babalao padrino coloca los 16 kolás de la adivinación en la concavidad de un azadón y de ahí los pasa a las manos del neófito hijo de Ifá, como rito religioso del traspaso del secreto de lo ignoto a las manos del nuevo babalao.

    Vocabulario Lucumí > Oggán:

См. также в других словарях:

  • cuba — cuba …   Dictionnaire des rimes

  • CUBA — L’île de Cuba, la plus grande de l’archipel des Caraïbes (110 922 km2), occupe une position stratégique à 77 km de Haïti et à 140 km de la Jamaïque. Longue de 1 200 km – alors que sa largeur varie de 32 à 145 km –, Cuba est très proche du… …   Encyclopédie Universelle

  • CUBA — CUBA, archipelago of islands consisting of Cuba, Isla de Pinos, and 1,600 smaller islands; population (2004) 11,300,000; Jewish population (2004) approximately 1,200. The Colonial Period Columbus discovered Cuba during his first voyage (1492).… …   Encyclopedia of Judaism

  • Cuba — • The largest and westernmost island of the West Indies Catholic Encyclopedia. Kevin Knight. 2006. Cuba     Cuba     † …   Catholic encyclopedia

  • Cuba — bezeichnet: den Staat und die gleichnamige Insel der Großen Antillen, siehe Kuba eine Stadt in Portugal, siehe Cuba (Portugal) einen Ort in der spanischen Provinz Teruel, siehe La Cuba einen Ortsteil von Gera, siehe Untermhaus La Cuba (Palermo),… …   Deutsch Wikipedia

  • Cuba Sí — ist eine selbstständig wirkende Arbeitsgemeinschaft der Partei Die Linke mit dem Ziel politischer und materieller Solidarität mit dem sozialistischen Kuba. Die Organisation wurde am 23. Juli 1991 gegründet und hat ihren Sitz in Berlin. Die AG hat …   Deutsch Wikipedia

  • Cuba Si — Cuba Sí ist eine selbstständig wirkende Arbeitsgemeinschaft der Partei Die Linke mit dem Ziel politischer und materieller Solidarität mit Kuba. Die Organisation wurde am 23. Juli 1991 gegründet und hat ihren Sitz in Berlin. Inhaltsverzeichnis 1… …   Deutsch Wikipedia

  • Cuba — Cuba, NM U.S. village in New Mexico Population (2000): 590 Housing Units (2000): 290 Land area (2000): 1.267983 sq. miles (3.284061 sq. km) Water area (2000): 0.000000 sq. miles (0.000000 sq. km) Total area (2000): 1.267983 sq. miles (3.284061 sq …   StarDict's U.S. Gazetteer Places

  • cuba — cuba, como una cuba expr. ebrio. ❙ «...los que nos quedamos como cubas, como pellejos, nosotros somos los borrachines.» A. Zamora Vicente, Mesa, sobremesa. ❙ «...bromista y borracho como una cuba.» P. Antilogus, J. L. Festjens, Anti guía de los… …   Diccionario del Argot "El Sohez"

  • cuba — sustantivo femenino 1. Recipiente grande de madera para contener líquidos, con forma cilíndrica y vientre algo abultado: cuba de fermentación. La cuba da muy buen sabor al vino. Sinónimo: barril, tonel. 2. Depósito instalado sobre un vehículo… …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

  • cuba — (Del lat. cupa). 1. f. Recipiente de madera, que sirve para contener agua, vino, aceite u otros líquidos. Se compone de duelas unidas y aseguradas con aros de hierro, madera, etc., y los extremos se cierran con tablas. También se hace… …   Diccionario de la lengua española

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