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a+las+seis+y+cuarto

  • 1 of

    əv
    1) (belonging to: a friend of mine.) de
    2) (away from (a place etc); after (a given time): within five miles of London; within a year of his death.) de
    3) (written etc by: the plays of Shakespeare.) de
    4) (belonging to or forming a group: He is one of my friends.) de
    5) (showing: a picture of my father.) de
    6) (made from; consisting of: a dress of silk; a collection of pictures.) de
    7) (used to show an amount, measurement of something: a gallon of petrol; five bags of coal.) de
    8) (about: an account of his work.) de
    9) (containing: a box of chocolates.) de
    10) (used to show a cause: She died of hunger.) de
    11) (used to show a loss or removal: She was robbed of her jewels.) de
    12) (used to show the connection between an action and its object: the smoking of a cigarette.) de
    13) (used to show character, qualities etc: a man of courage.) de
    14) ((American) (of time) a certain number of minutes before (the hour): It's ten minutes of three.) menos
    of prep
    1. de
    2.
    of
    tr[ɒv, ʊnstressed əv]
    4 (showing a part, a quantity) de
    6 (dates, distance) de
    8 (by) de
    9 (originating from, living in) de
    11 (cause) de
    13 (with, having) de
    of ['ʌv, 'ɑv] prep
    1) from: de
    a man of the city: un hombre de la ciudad
    a woman of great ability: una mujer de gran capacidad
    he died of the flu: murió de la gripe
    4) by: de
    the works of Shakespeare: las obras de Shakespeare
    5) (indicating contents, material, or quantity) : de
    a house of wood: una casa de madera
    a glass of water: un vaso de agua
    the front of the house: el frente de la casa
    7) about: sobre, de
    tales of the West: los cuentos del Oeste
    the city of Caracas: la ciudad de Caracas
    9) for: por, a
    love of country: amor por la patria
    five minutes of ten: las diez menos cinco
    the eighth of April: el ocho de abril
    of
    prep.
    de prep.
    menos prep.
    ɑːv, ɒv, weak form əv
    1) (indicating relationship, material, content) de

    it's made of wood — es de madera, está hecho de madera

    a colleague of mine/his — un colega mío/suyo

    3)
    b) ( with superl) de
    4)

    it's ten (minutes) of five — (AmE) son las cinco menos diez, son diez para las cinco (AmL exc RPl)

    it's a quarter of five — (AmE) son las cinco menos cuarto, son un cuarto para las cinco (AmL exc RPl)

    Jane, his wife of six months... — Jane, con la que lleva/llevaba casado seis meses...

    the senselessness of it all, that's what depresses me — es lo absurdo de todo el asunto lo que me deprime

    what did he die of? — ¿de qué murió?

    [ɒv, ǝv]
    PREP

    it's no business of yours — aquí no te metas, no tienes que ver con esto

    how much of this do you need? — ¿cuánto necesitas de eso?

    of the 12, two were bad — de los 12, dos estaban pasados

    most of all — sobre todo, más que nada

    made of steel/paper — hecho de acero/papel

    a tragedy of her own making — una tragedia que ella misma había labrado, una tragedia de su propia cosecha

    8) (=concerning) de

    what do you think of him? — ¿qué piensas de él?

    what of it? — ¿y a ti qué (te) importa?, ¿y qué?

    9) (indicating deprivation, riddance)

    it's a quarter of six(US) son las seis menos cuarto, falta un cuarto para las seis (LAm)

    he died of a Fridayfrm murió un viernes

    to judge of sth — juzgar algo, opinar sobre algo

    he was robbed of his watch — le robaron el reloj, se le robó el reloj

    * * *
    [ɑːv, ɒv], weak form [əv]
    1) (indicating relationship, material, content) de

    it's made of wood — es de madera, está hecho de madera

    a colleague of mine/his — un colega mío/suyo

    3)
    b) ( with superl) de
    4)

    it's ten (minutes) of five — (AmE) son las cinco menos diez, son diez para las cinco (AmL exc RPl)

    it's a quarter of five — (AmE) son las cinco menos cuarto, son un cuarto para las cinco (AmL exc RPl)

    Jane, his wife of six months... — Jane, con la que lleva/llevaba casado seis meses...

    the senselessness of it all, that's what depresses me — es lo absurdo de todo el asunto lo que me deprime

    what did he die of? — ¿de qué murió?

    English-spanish dictionary > of

  • 2 quarter

    adj.
    1 dividir en cuarteles una población.
    2 acuartelar, repartir la tropa en cuarteles.
    3 dar de comer o mantener a uno con comida sea por dinero o sin él.
    4 alojar, hospedar.
    5 (Her.) Cuartelar los escudos de arma
    6 cuarto de.
    s.
    1 cuarto (fraction, of orange, of moon)
    it's/at a quarter to six son/a las seis menos cuarto (británicoUS)
    it's/at a quarter of six son/a las seis menos cuarto (británicoUS)
    it's a quarter to... son... menos cuarto
    it's/at a quarter past six son/a las seis y cuarto (británicoUS)
    it's/at (a) quarter after six son/a las seis y cuarto (británicoUS)
    it's a quarter past... son... y cuarto (británicoUS)
    it's (a) quarter after... son... y cuarto (británicoUS)
    3 trimestre (three-month period)
    4 barrio (area)
    in some quarters en algunos círculos
    help came from an unexpected quarter la ayuda llegó por el lado que menos se esperaba
    officer quarters residencia de oficiales
    to give no quarter no dar cuartel
    8 cuarto de dólar (moneda) (Estados Unidos)
    10 cuarta parte, cuarta.
    11 residencia, domicilio.
    12 sector.
    13 cantón, acantonamiento, cantón militar.
    14 puesto de combate.
    vt.
    1 dividir en cuatro partes (divide into four)
    2 acantonar, alojar (militar) (troops)
    3 dividir en cuartos, cuartear.
    4 destazar, descuartizar. (pt & pp quartered)

    Nuevo Diccionario Inglés-Español > quarter

  • 3 past

    1. adjective
    1) (just finished: the past year.) pasado
    2) (over, finished or ended, of an earlier time than the present: The time for discussion is past.) pasado
    3) ((of the tense of a verb) indicating action in the past: In `He did it', the verb is in the past tense.) pasado

    2. preposition
    1) (up to and beyond; by: He ran past me.) por delante de
    2) (after: It's past six o'clock.) pasadas

    3. adverb
    (up to and beyond (a particular place, person etc): The soldiers marched past.) por delante (de)

    4. noun
    1) (a person's earlier life or career, especially if secret or not respectable: He never spoke about his past.) pasado
    2) (the past tense: a verb in the past.) pasado
    past1 adj último
    past2 adv
    past3 n pasado
    past4 prep
    1.
    2. y
    3. más de
    it's past nine o'clock son las nueve pasadas / son más de las nueve
    tr[pɑːst]
    1 (gone by in time) pasado,-a; (former) anterior
    2 (gone by recently) último,-a
    3 (finished, over) acabado,-a, terminado,-a
    4 SMALLLINGUISTICS/SMALL pasado,-a
    the past tense el pasado, el pretérito
    in the past en el pasado, antes, antiguamente
    2 (of person) pasado; (of place) historia
    1 (farther than, beyond) más allá de; (by the side of) por (delante de)
    3 (older than) más de
    I wouldn't put it past him no me extrañaría que lo hiciera, no me extraña tratándose de él
    1
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    in times past antaño, antiguamente
    to be a past master at something ser experto,-a en algo
    to be past it estar para el arrastre, estar muy carroza
    the past / the past tense el pasado, el pretérito
    past ['pæst] adv
    : por delante
    he drove past: pasamos en coche
    past adj
    1) ago: hace
    10 years past: hace 10 años
    2) last: último
    the past few months: los últimos meses
    3) bygone: pasado
    in past times: en tiempos pasados
    4) : pasado (en gramática)
    past n
    : pasado m
    past prep
    1) by: por, por delante de
    he ran past the house: pasó por la casa corriendo
    2) beyond: más allá de
    just past the corner: un poco más allá de la esquina
    we went past the exit: pasamos la salida
    3) after: despúes de
    past noon: después del mediodía
    half past two: las dos y media
    n.
    imperfecto s.m.
    pretérito s.m.
    adj.
    acabado, -a adj.
    pasado, -a adj.
    último, -a adj.
    adv.
    atrás adv.
    más allá adv.
    n.
    antecedentes s.m.pl.
    historia s.f.
    pasado s.m.
    pretérito s.m.
    prep.
    después de prep.

    I pæst, pɑːst
    1)
    a) ( former) anterior; < life> pasado; ( old) antiguo

    she knew from past experience that... — sabía por experiencia que...

    in times past — (liter) antaño (liter), años ha (liter), antiguamente

    b) ( most recent) <week/month/year> último
    c) (finished, gone) (pred)

    what's past is past — lo pasado, pasado

    2) ( Ling)

    the past tense — el pasado, el pretérito


    II
    1)
    a) u ( former times) pasado m

    in the past, women... — antes or antiguamente or en otros tiempos las mujeres...

    that's all in the past — eso forma parte del pasado, eso ya es historia

    b) c ( of person) pasado m; ( of place) historia f
    2) u ( Ling) pasado m, pretérito m

    III
    1)
    b) ( beyond)

    how did you get past the guard? — ¿cómo hiciste para que el guardia te dejara pasar?

    2)
    a) ( after) (esp BrE)

    it's ten past six/half past two — son las seis y diez/las dos y media

    once you get past 40... — después de los 40..., una vez pasados los 40...

    I'm past the age/stage when... — ya he pasado la edad/superado la etapa en que...

    3) (outside, beyond)

    to be past -ing: I'm past caring ya no me importa; I wouldn't put it past her no me extrañaría que lo hiciera, la creo muy capaz de hacerlo; to be past it (colloq): they think everyone over 40 is past it — piensan que cualquiera que tenga más de 40 ya está para el arrastre (fam) or para cuarteles de invierno


    IV

    to fly/cycle/drive past — pasar volando/en bicicleta/en coche

    b) ( giving time) (esp BrE)
    [pɑːst]
    1. ADV

    the days flew past — los días pasaron volando

    to march past — desfilar

    to run/ rush past — pasar corriendo/precipitadamente

    2. PREP
    a) (=passing by) por delante de
    b) (=beyond) más allá de

    first you have to get past a fierce dog — antes de entrar vas a tener que vértelas con un perro fiero

    she just pushed past me — pasó pegándome un empujón

    to run past sb — pasar a algn corriendo

    quarter/half past four — las cuatro y cuarto/media

    3) (=beyond the limits of)

    it's past beliefes increíble

    it's past endurancees intolerable

    - be past it
    3. ADJ
    1) (=previous) [occasion] anterior

    past experience tells me not to trust him — sé por experiencia que no debo fiarme de él

    I'm not interested in his past lifeno me interesa su pasado

    in past yearsen años anteriores

    2) (=former) antiguo

    past president of... — antiguo presidente de..., ex presidente de...

    3) (=most recent, last) último

    what has happened over the past week/year? — ¿qué ha pasado en la última semana/el último año?

    4) (=over)

    all that is past now — todo eso ya ha pasado, todo eso ya ha quedado atrás

    what's past is past — lo pasado, pasado (está)

    for some time past — de un tiempo a esta parte

    in times past — antiguamente, antaño liter

    4. N
    1) (=past times)

    in the past it was considered bad manners to... — antes or antiguamente se consideraba de mala educación hacer...

    you're living in the past — estás viviendo en el pasado

    it's a thing of the past — pertenece a la historia

    2) [of person] pasado m; [of place] historia f
    3) (Ling) pasado m, pretérito m
    5.
    CPD

    past master N (Brit)

    - be a past master at

    past participle N — (Ling) participio m pasado or pasivo

    past perfect N — (Ling) pluscuamperfecto m

    past tense N — (Ling) (tiempo m) pasado m

    * * *

    I [pæst, pɑːst]
    1)
    a) ( former) anterior; < life> pasado; ( old) antiguo

    she knew from past experience that... — sabía por experiencia que...

    in times past — (liter) antaño (liter), años ha (liter), antiguamente

    b) ( most recent) <week/month/year> último
    c) (finished, gone) (pred)

    what's past is past — lo pasado, pasado

    2) ( Ling)

    the past tense — el pasado, el pretérito


    II
    1)
    a) u ( former times) pasado m

    in the past, women... — antes or antiguamente or en otros tiempos las mujeres...

    that's all in the past — eso forma parte del pasado, eso ya es historia

    b) c ( of person) pasado m; ( of place) historia f
    2) u ( Ling) pasado m, pretérito m

    III
    1)
    b) ( beyond)

    how did you get past the guard? — ¿cómo hiciste para que el guardia te dejara pasar?

    2)
    a) ( after) (esp BrE)

    it's ten past six/half past two — son las seis y diez/las dos y media

    once you get past 40... — después de los 40..., una vez pasados los 40...

    I'm past the age/stage when... — ya he pasado la edad/superado la etapa en que...

    3) (outside, beyond)

    to be past -ing: I'm past caring ya no me importa; I wouldn't put it past her no me extrañaría que lo hiciera, la creo muy capaz de hacerlo; to be past it (colloq): they think everyone over 40 is past it — piensan que cualquiera que tenga más de 40 ya está para el arrastre (fam) or para cuarteles de invierno


    IV

    to fly/cycle/drive past — pasar volando/en bicicleta/en coche

    b) ( giving time) (esp BrE)

    English-spanish dictionary > past

  • 4 to

    1. tə,tu preposition
    1) (towards; in the direction of: I cycled to the station; The book fell to the floor; I went to the concert/lecture/play.) a, hacia
    2) (as far as: His story is a lie from beginning to end.) a, hasta
    3) (until: Did you stay to the end of the concert?) hasta
    4) (sometimes used to introduce the indirect object of a verb: He sent it to us; You're the only person I can talk to.) con, a
    5) (used in expressing various relations: Listen to me!; Did you reply to his letter?; Where's the key to this door?; He sang to (the accompaniment of) his guitar.) a, para
    6) (into a particular state or condition: She tore the letter to pieces.) en
    7) (used in expressing comparison or proportion: He's junior to me; Your skill is superior to mine; We won the match by 5 goals to 2.) a
    8) (showing the purpose or result of an action etc: He came quickly to my assistance; To my horror, he took a gun out of his pocket.) en; para
    9) (tə used before an infinitive eg after various verbs and adjectives, or in other constructions: I want to go!; He asked me to come; He worked hard to (= in order to) earn a lot of money; These buildings were designed to (= so as to) resist earthquakes; She opened her eyes to find him standing beside her; I arrived too late to see him.) para
    10) (used instead of a complete infinitive: He asked her to stay but she didn't want to.) (hacerlo)

    2. tu: adverb
    1) (into a closed or almost closed position: He pulled/pushed the door to.) hasta cerrar
    2) (used in phrasal verbs and compounds: He came to (= regained consciousness).) a
    to prep
    1. a
    2. a / hasta
    she works from nine to five trabaja de nueve a cinco / trabaja desde las nueve hasta las cinco
    3. menos
    4. para
    to
    tr[tʊ, ʊnstressed tə]
    did you go to the bank? ¿fuiste al banco?
    A is to the north/south/east/west of B A está al norte/sur/este/oeste de B
    2 (towards) hacia
    3 (as far as, until) a, hasta
    I like all music, from Abba to ZZTop me gusta toda la música, desde Abba hasta ZZTop
    4 (of time) menos
    6 (for) de
    what's the answer to question 4? ¿cuál es la respuesta a la pregunta número 4?
    7 (attitude, behaviour) con, para con
    9 (touching) a, contra
    10 (accompanied by) acompañado,-a de
    to my surprise, it was empty para mi sorpresa, estaba vacío
    12 (as seen by) por lo que respecta
    to a foreigner, it must seem awful para un extranjero, debe parecer terrible
    to some people he was a hero, to others a traitor para algunos era un héroe, para otros era un traidor
    14 (ratio) a
    15 (per, equivalent) a, en
    how much does your car do to the gallon? ¿cuánto gasta tu coche a los cien kilómetros?
    16 (according to) según
    is it to your taste? ¿es de su agrado?
    18 (in order to) para, a fin de
    would you like to dance? --I'd love to ¿te gustaría bailar? --me encantaría
    she didn't want to go, but she had to no quería ir, pero no le quedaba más remedio
    1 (of door) ajustada
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to and fro vaivén, ir y venir Table 1SMALLNOTA/SMALL Cuando se usa con la raíz del verbo para formar el infinitivo no se traduce/Table 1 ■ I want to help you quiero ayudarte
    to ['tu:] adv
    1) : a un estado consciente
    to come to: volver en sí
    2)
    to and fro : de aquí para allá, de un lado para otro
    to prep
    to go to the doctor: ir al médico
    I'm going to John's: voy a la casa de John
    2) toward: a, hacia
    two miles to the south: dos millas hacia el sur
    3) on: en, sobre
    apply salve to the wound: póngale ungüento a la herida
    4) up to: hasta, a
    to a degree: hasta cierto grado
    from head to toe: de pies a cabeza
    it's quarter to seven: son las siete menos cuarto
    6) until: a, hasta
    from May to December: de mayo a diciembre
    the key to the lock: la llave del candado
    dancing to the rhythm: bailando al compás
    it's similar to mine: es parecido al mío
    they won 4 to 2: ganaron 4 a 2
    made to order: hecho a la orden
    to my knowledge: a mi saber
    11) (indicating inclusion) : en cada, por
    twenty to the box: veinte por caja
    to understand: entender
    to go away: irse

    I tuː, weak form tə
    1)

    we went to John's — fuimos a casa de John, fuimos a lo de John (RPl), fuimos donde John (esp AmL)

    you can wear it to a party/the wedding — puedes ponértelo para una fiesta/la boda

    to the left/right of something — a la izquierda/derecha de algo

    2) (against, onto)
    3)
    a) ( as far as) hasta
    b) ( until) hasta

    there will be 30 to 35 guests — habrá entre 30 y 35 invitados; see also from 4)

    4)

    who did you send/give it to? — ¿a quién se lo mandaste/diste?

    what did you say to him/them? — ¿qué le/les dijiste?

    I'll hand you over to Janete paso or (Esp tb) te pongo con Jane

    I was singing/talking to myself — estaba cantando/hablando solo

    to me, he will always be a hero — para mí, siempre será un héroe

    he was very kind/rude to me — fue muy amable/grosero conmigo

    b) (in toasts, dedications)

    to Paul with love from Jane — para Paul, con cariño de Jane

    5) (indicating proportion, relation)

    how many ounces are there to the pound? — ¿cuántas onzas hay en una libra?

    it does 30 miles to the gallonda or rinde 30 millas por galón, consume 6.75 litros a los or por cada cien kilómetros

    there's a 10 to 1 chance of... — hay una probabilidad de uno en 10 de...

    that's nothing to what followedeso no es nada comparado or en comparación con lo que vino después

    what do you say to that? — ¿qué dices a eso?, ¿qué te parece (eso)?

    7)
    b) ( producing)

    to my horror/delight... — para mi horror/alegría...

    it has a nice ring/sound to it — suena bien

    9) ( telling time) (BrE)

    ten to three — las tres menos diez, diez para las tres (AmL exc RPl)

    they sang it to the tune of `Clementine' — lo cantaron con la melodía de `Clementine'


    II
    1)
    a)

    to sing/fear/leave — cantar/temer/partir

    b) ( in order to) para

    he awoke to find her gone — cuando despertó, ella ya se había ido

    2) (after adj or n)

    it's easy/difficult to do — es fácil/difícil de hacer


    III tuː
    [tʊ, tuː, tǝ]
    1. PREPOSITION
    When to is the second element in a phrasal verb, eg set to, heave to, look up the phrasal verb. When to is part of a set combination, eg nice to, to my mind, to all appearances, appeal to, look up the other word. Note: a + el = al

    it's 90 kilometres to Lima — de aquí a Lima hay 90 kilómetros, hay 90 kilómetros a Lima

    to go to Paris/Spain — ir a París/España

    to go to school/university — ir al colegio/a la Universidad

    I liked the exhibition, I went to it twice — me gustó la exposición, fui a verla dos veces

    we're going to John's/my parents' for Christmas — vamos a casa de John/mis padres por Navidad

    have you ever been to India? — ¿has estado alguna vez en la India?

    flights to Heathrow — vuelos a or con destino a Heathrow

    the road to Edinburgh — la carretera de Edimburgo

    church 1., 2)
    2) (=towards) hacia

    move it to the left/right — muévelo hacia la izquierda/derecha

    3) (=as far as) hasta

    from here to Londonde aquí a or hasta Londres

    4) (=up to) hasta

    to some extent — hasta cierto punto, en cierta medida

    to this day I still don't know what he meant — aún hoy no sé lo que quiso decir

    he didn't stay to the endno se quedó hasta el final

    from Monday to Friday — de lunes a viernes

    from morning to night — de la mañana a la noche, desde la mañana hasta la noche

    funds to the value of... — fondos por valor de...

    decimal 1.
    5) (=located at) a
    6) (=against) contra

    it's a quarter to three — son las tres menos cuarto, es or (LAm) falta un cuarto para las tres

    the man I sold it to or frm to whom I sold it — el hombre a quien se lo vendí

    it belongs to me — me pertenece (a mí), es mío

    what is that to me? — ¿y a mí qué me importa eso?

    "that's strange," I said to myself — -es raro -me dije para mis adentros

    9) (in dedications, greetings)

    greetings to all our friends! — ¡saludos a todos los amigos!

    welcome to you all! — ¡bienvenidos todos!

    "to P.R. Lilly" — (in book) "para P.R. Lilly"

    here's to you! — ¡va por ti!, ¡por ti!

    a monument to the fallen — un monumento a los caídos, un monumento en honor a los caídos

    10) (in ratios, proportions) por

    three to the fourth, three to the power of four — (Math) tres a la cuarta potencia

    12) (=about, concerning)

    what do you say to that? — ¿qué te parece (eso)?

    what would you say to a beer? — ¿te parece que tomemos una cerveza?

    "to repairing pipes:..." — (on bill) "reparación de las cañerías:..."

    13) (=according to) según

    to my way of thinking — a mi modo de ver, según mi modo de pensar

    14) (=to the accompaniment of)

    it is sung to the tune of "Tipperary" — se canta con la melodía de "Tipperary"

    15) (=of, for) de
    16) (with gerund/noun)

    to look forward to doing sth — tener muchas ganas de hacer algo

    to prefer painting to drawing — preferir pintar a dibujar

    to be used to (doing) sth — estar acostumbrado a (hacer) algo

    to this end — a or con este fin

    to my enormous shame I did nothing — para gran vergüenza mía, no hice nada

    to my great surprise — con gran sorpresa por mi parte, para gran sorpresa mía

    2. INFINITIVE PARTICLE
    a)
    A preposition may be required with the Spanish infinitive, depending on what precedes it: look up the verb.

    she refused to listen — se negó a escuchar

    to start to cry — empezar or ponerse a llorar

    to try to do sth — tratar de hacer algo, intentar hacer algo

    to want to do sth — querer hacer algo

    I'd advise you to think this over — te aconsejaría que te pensaras bien esto

    he'd like me to give up work — le gustaría que dejase de trabajar

    we'd prefer him to go to university — preferiríamos que fuese a la universidad

    I want you to do it — quiero que lo hagas

    c)

    there was no one for me to ask, there wasn't anyone for me to ask — no había nadie a quien yo pudiese preguntar

    he's not the sort or type to do that — no es de los que hacen eso

    that book is still to be written — ese libro está todavía por escribir

    now is the time to do it — ahora es el momento de hacerlo

    and who is he to criticize? — ¿y quién es él para criticar?

    3) (purpose, result) para

    it disappeared, never to be seen again — desapareció para siempre

    The particle to is not translated when it stands for the infinitive:

    "would you like to come to dinner?" - "I'd love to!" — -¿te gustaría venir a cenar? -¡me encantaría!

    For combinations like difficult/easy/foolish/ ready/ slow to etc, look up the adjective.

    the first/last to go — el primero/último en irse

    See:
    EASY, DIFFICULT, IMPOSSIBLE in easy

    and then to be let down like that! — ¡y para que luego te decepcionen así!

    and to think he didn't mean a word of it! — ¡y pensar que nada de lo que dijo era de verdad!

    7)

    to see him now one would never think that... — al verlo or viéndolo ahora nadie creería que...

    3.
    ADVERB

    to pull the door to — tirar de la puerta para cerrarla, cerrar la puerta tirando

    to push the door to — empujar la puerta para cerrarla, cerrar la puerta empujando

    * * *

    I [tuː], weak form [tə]
    1)

    we went to John's — fuimos a casa de John, fuimos a lo de John (RPl), fuimos donde John (esp AmL)

    you can wear it to a party/the wedding — puedes ponértelo para una fiesta/la boda

    to the left/right of something — a la izquierda/derecha de algo

    2) (against, onto)
    3)
    a) ( as far as) hasta
    b) ( until) hasta

    there will be 30 to 35 guests — habrá entre 30 y 35 invitados; see also from 4)

    4)

    who did you send/give it to? — ¿a quién se lo mandaste/diste?

    what did you say to him/them? — ¿qué le/les dijiste?

    I'll hand you over to Janete paso or (Esp tb) te pongo con Jane

    I was singing/talking to myself — estaba cantando/hablando solo

    to me, he will always be a hero — para mí, siempre será un héroe

    he was very kind/rude to me — fue muy amable/grosero conmigo

    b) (in toasts, dedications)

    to Paul with love from Jane — para Paul, con cariño de Jane

    5) (indicating proportion, relation)

    how many ounces are there to the pound? — ¿cuántas onzas hay en una libra?

    it does 30 miles to the gallonda or rinde 30 millas por galón, consume 6.75 litros a los or por cada cien kilómetros

    there's a 10 to 1 chance of... — hay una probabilidad de uno en 10 de...

    that's nothing to what followedeso no es nada comparado or en comparación con lo que vino después

    what do you say to that? — ¿qué dices a eso?, ¿qué te parece (eso)?

    7)
    b) ( producing)

    to my horror/delight... — para mi horror/alegría...

    it has a nice ring/sound to it — suena bien

    9) ( telling time) (BrE)

    ten to three — las tres menos diez, diez para las tres (AmL exc RPl)

    they sang it to the tune of `Clementine' — lo cantaron con la melodía de `Clementine'


    II [tə]
    1)
    a)

    to sing/fear/leave — cantar/temer/partir

    b) ( in order to) para

    he awoke to find her gone — cuando despertó, ella ya se había ido

    2) (after adj or n)

    it's easy/difficult to do — es fácil/difícil de hacer


    III [tuː]

    English-spanish dictionary > to

  • 5 after

    1. preposition
    1) (later in time or place than: After the car came a bus.) después (de)
    2) (following (often indicating repetition): one thing after another; night after night.) tras
    3) (behind: Shut the door after you!) detrás
    4) (in search or pursuit of: He ran after the bus.) detrás de, tras
    5) (considering: After all I've done you'd think he'd thank me; It's sad to fail after all that work.) después de
    6) ((American: in telling the time) past: It's a quarter after ten.) y (son las diez y cuarto)

    2. adverb
    (later in time or place: They arrived soon after.) después

    3. conjunction
    (later than the time when: After she died we moved house twice.) después de (que)
    - afterthought
    - afterwards
    - after all
    - be after

    after1 adv después
    after2 conj después de que
    after3 prep
    1. después de
    2. detrás de / tras
    tr['ɑːftəSMALLr/SMALL]
    1 (time) después de
    2 (following) detrás de
    3 (wanting) buscando
    what are you after? ¿qué pretendes?, ¿qué buscas?
    4 (in the style of) al estilo de
    his name's Horace, after his grandfather se llama Horace por su abuelo
    6 SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL (past) y
    1 después
    1 después que, después de que
    after he left, I went to bed después de que se marchara, me acosté
    1 SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL familiar postre nombre masculino
    after ['æftər] adv
    1) afterward: después
    2) behind: detrás, atrás
    after adj
    : posterior, siguiente
    in after years: en los años posteriores
    after conj
    : después de, después de que
    after we ate: después de que comimos, después de comer
    after prep
    1) following: después de, tras
    after Saturday: después del sábado
    day after day: día tras día
    2) behind: tras de, después de
    I ran after the dog: corrí tras del perro
    3) concerning: por
    they asked after you: preguntaron por ti
    4)
    after all : después de todo
    adv.
    después adv.
    detrás adv.
    conj.
    después de que conj.
    prep.
    desde prep.
    después prep.
    después de prep.
    detrás prep.
    detrás de prep.
    en busca de prep.
    pos prep.
    según prep.
    tras prep.

    I 'æftər, 'ɑːftə(r)
    1) ( following in time) después de

    after a few daysdespués de or al cabo de unos días

    it's a quarter after two — (AmE) son las dos y cuarto

    they arrived after usllegaron más tarde or después que nosotros

    2) (in sequence, rank) tras
    3)
    a) ( behind)

    shut the door after you — cierra la puerta al salir/entrar

    b) ( in pursuit of) tras
    c) (about, concerning) por; see also ask after, inquire
    4)
    a) (in view of, considering) después de

    after all I've done for you? — ¿después de or con todo lo que he hecho por ti?

    b)
    5) ( in the style of) al estilo de, a la manera de; ( in honor of) por, en honor de; heart 2)

    II

    after he died, the house remained empty — al morir él or cuando él murió, la casa quedó vacía

    after you've washed it, hang it out to dry — cuando or una vez que lo hayas lavado, tiéndelo para que se seque


    III
    a) (afterward, following) después
    b) ( behind) detrás

    IV
    adjective (before n) posterior
    ['ɑːftǝ(r)] When after is an element in a phrasal verb, eg ask after, look after, take after, look up the verb.
    1. PREP
    1) (in time) después de

    it was twenty after three(US) eran las tres y veinte

    2) (in position, order) detrás de, tras

    excuse after excuse, one excuse after another — excusas y más excusas

    after you! — ¡pase usted!, ¡usted primero!

    3) (=behind)
    4) (=seeking)

    what is he after? — ¿qué pretende?

    I see what you're after — ya caigo, ya comprendo lo que quieres decir; (hostile) ya te he calado

    5) (=in the manner of)
    heart 1., 2)
    6) (=in honour of)
    7) (=in view of) después de

    after all I've done for youdespués de or con todo lo que he hecho por ti

    2. ADV
    1) (=afterward) después
    2) (=behind) detrás
    3.
    CONJ después de que, después que *
    4. ADJ
    1)

    in after yearsfrm en los años siguientes, años después

    2) (Naut) de popa
    AFTER
    Time
    Preposition You can usually translate after referring to a point in time using después de:
    Please ring after six Por favor, llama después de las seis
    I'll phone you after the match Te llamaré después del partido
    ... Francoism after Franco...... el franquismo después de Franco... ► To translate after + ((period of time)), you can also use al cabo de in more formal Spanish:
    After a year in the army, he had had enough Después de (estar) un año en el ejército or Al cabo de un año en el ejército, no lo soportaba más ► Use más tarde que or después que w ith names of people and personal pronouns when they stand in for a verb:
    He got there half an hour after us or after we did Llegó allí media hora más tarde que nosotros or después que nosotros ► Translate after + ((-ing)) using después de + ((infinitive)):
    Don't go swimming immediately after eating No te bañes justo después de comer
    Conjunction When the action in the after clause has already happened, and the subjects of the two clauses are different, you can generally translate after using después de que. This can be followed either by the {indicative} or, especially in formal or literary Spanish, by the {subjunctive}:
    I met her after she had left the company La conocí después de que dejó or dejara la empresa ► When the action in the after clause has not happened yet or had not happened at the time of speaking, cuando is more common than después de que, though both translations are possible. In both cases, use the {subjunctive}:
    We'll test the brakes after you've done another thousand miles Comprobaremos los frenos cuando or después de que haya recorrido mil millas más ► If the subject of both clauses is the same, des pués de + ((infinitive)) is usually used rather than después de que:
    He wrote to me again after he retired Me volvió a escribir después de jubilarse This construction is also sometimes used in colloquial Spanish even when the subjects are different:
    After you left, the party ended Después de irte tú, se terminó la fiesta For further uses and examples, see main entry
    * * *

    I ['æftər, 'ɑːftə(r)]
    1) ( following in time) después de

    after a few daysdespués de or al cabo de unos días

    it's a quarter after two — (AmE) son las dos y cuarto

    they arrived after usllegaron más tarde or después que nosotros

    2) (in sequence, rank) tras
    3)
    a) ( behind)

    shut the door after you — cierra la puerta al salir/entrar

    b) ( in pursuit of) tras
    c) (about, concerning) por; see also ask after, inquire
    4)
    a) (in view of, considering) después de

    after all I've done for you? — ¿después de or con todo lo que he hecho por ti?

    b)
    5) ( in the style of) al estilo de, a la manera de; ( in honor of) por, en honor de; heart 2)

    II

    after he died, the house remained empty — al morir él or cuando él murió, la casa quedó vacía

    after you've washed it, hang it out to dry — cuando or una vez que lo hayas lavado, tiéndelo para que se seque


    III
    a) (afterward, following) después
    b) ( behind) detrás

    IV
    adjective (before n) posterior

    English-spanish dictionary > after

  • 6 back

    bæk
    1. noun
    1) (in man, the part of the body from the neck to the bottom of the spine: She lay on her back.) espalda
    2) (in animals, the upper part of the body: She put the saddle on the horse's back.) lomo
    3) (that part of anything opposite to or furthest from the front: the back of the house; She sat at the back of the hall.) parte trasera, fondo
    4) (in football, hockey etc a player who plays behind the forwards.) defensa

    2. adjective
    (of or at the back: the back door.) de detrás, trasero

    3. adverb
    1) (to, or at, the place or person from which a person or thing came: I went back to the shop; He gave the car back to its owner.) de vuelta
    2) (away (from something); not near (something): Move back! Let the ambulance get to the injured man; Keep back from me or I'll hit you!) hacia atrás, para atrás
    3) (towards the back (of something): Sit back in your chair.) hacia atrás, para atrás
    4) (in return; in response to: When the teacher is scolding you, don't answer back.) de vuelta
    5) (to, or in, the past: Think back to your childhood.) atrás

    4. verb
    1) (to (cause to) move backwards: He backed (his car) out of the garage.) dar marcha atrás, mover hacia atrás
    2) (to help or support: Will you back me against the others?) apoyar
    3) (to bet or gamble on: I backed your horse to win.) apostar a
    - backbite
    - backbiting
    - backbone
    - backbreaking
    - backdate
    - backfire
    - background
    - backhand

    5. adverb
    (using backhand: She played the stroke backhand; She writes backhand.) del revés; con el dorso de la mano
    - back-number
    - backpack
    - backpacking: go backpacking
    - backpacker
    - backside
    - backslash
    - backstroke
    - backup
    - backwash
    - backwater
    - backyard
    - back down
    - back of
    - back on to
    - back out
    - back up
    - have one's back to the wall
    - put someone's back up
    - take a back seat

    back1 adj trasero / de atrás
    back2 adv
    1. atrás / hacia atrás
    stand back! ¡atrás! / ¡apártate!
    2. de vuelta
    3. hace
    that was years back! ¡eso fue hace años!
    we met back in 1983 nos conocimos en 1983 back también combina con muchos verbos. Aquí tienes algunos ejemplos
    back3 n
    1. espalda
    lie on your back échate de espaldas / échate boca arriba
    2. dorso / revés
    3. parte de atrás / fondo
    can you hear me at the back? ¿me escucháis al fondo?
    back4 vb
    1. apoyar / respaldar
    2. dar marcha atrás
    he backed the car into the garage metió el coche en el garaje de culo / metió el coche en el garaje dando marcha atrás
    tr[bæk]
    1 (of person) espalda
    2 (of animal, book) lomo
    3 (of chair) respaldo
    4 (of hand) dorso
    5 (of knife, sword) canto
    6 (of coin, medal) reverso
    7 (of cheque) dorso
    8 (of stage, room, cupboard) fondo
    1 trasero,-a, de atrás
    1 (at the rear) atrás; (towards the rear) hacia atrás; (time) hace
    1 (support) apoyar, respaldar
    2 (finance) financiar
    3 (bet on) apostar por
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    back to back espalda con espalda
    back to front al revés
    to answer back replicar
    to be back estar de vuelta
    to be glad to see the back of somebody estar contento de haberse quitado a alguien de encima
    to carry on one's back llevar a cuestas
    to fall on one's back caerse de espaldas
    to have somebody on one's back tener a alguien encima
    to come back / go back volver
    to get somebody's back up mosquear a alguien
    to get off somebody's back dejar de fastidiar a alguien
    to hit back devolver el golpe 2 figurative use contestar a una acusación
    to have one's back to the wall figurative use estar entre la espada y la pared
    to lie on one's back estar acostado,-a boca arriba
    to give back devolver
    to put back volver a guardar en su sitio
    to phone back volver a llamar
    to stand back apartarse
    to turn one's back on somebody volver la espalda a alguien
    back copy número retrasado
    back door puerta trasera
    back number número atrasado
    back row última fila
    back seat asiento de atrás
    back street callejuela
    back wheel rueda trasera
    short back and sides corte nombre masculino de pelo casi al rape
    back ['bæk] vt
    1) or to back up support: apoyar, respaldar
    2) or to back up reverse: darle marcha atrás a (un vehículo)
    3) : estar detrás de, formar el fondo de
    trees back the garden: unos árboles están detrás del jardín
    back vi
    1) or to back up : retroceder
    2)
    to back away : echarse atrás
    3)
    to back downor to back out : volverse atrás, echarse para atrás
    back adv
    1) : atrás, hacia atrás, detrás
    to move back: moverse atrás
    back and forth: de acá para allá
    2) ago: atrás, antes, ya
    some years back: unos años atrás, ya unos años
    10 months back: hace diez meses
    3) : de vuelta, de regreso
    we're back: estamos de vuelta
    she ran back: volvió corriendo
    to call back: llamar de nuevo
    back adj
    1) rear: de atrás, posterior, trasero
    2) overdue: atrasado
    3)
    back pay : atrasos mpl
    back n
    1) : espalda f (de un ser humano), lomo m (de un animal)
    2) : respaldo m (de una silla), espalda f (de ropa)
    3) reverse: reverso m, dorso m, revés m
    4) rear: fondo m, parte f de atrás
    5) : defensa mf (en deportes)
    adj.
    posterior adj.
    trasero, -a adj.
    adv.
    atrás adv.
    detrás adv.
    redro adv.
    n.
    atrás s.m.
    costilla s.f.
    dorso s.m.
    envés s.m.
    espalda s.f.
    espaldar s.m.
    fondo s.m.
    lomo s.m.
    respaldo s.m.
    reverso s.m.
    revés s.m.
    trasera s.f.
    v.
    apadrinar v.
    mover hacia atrás v.
    respaldar v.
    bæk
    I
    1) c ( Anat) ( of human) espalda f; ( of animal) lomo m

    behind somebody's back: they laugh at him behind his back se ríen de él a sus espaldas; to be on somebody's back (colloq) estarle* encima a alguien; get off my back! déjame en paz (fam); to break the back of something hacer* la parte más difícil/la mayor parte de algo; to get o put somebody's back up (colloq) irritar a alguien; to put one's back into something poner* empeño en algo; to turn one's back on somebody — volverle* la espalda a alguien; scratch II d)

    2) c
    a) ( of chair) respaldo m; (of dress, jacket) espalda f; (of electrical appliance, watch) tapa f
    b) (reverse side - of envelope, photo) dorso m, revés m; (- of head) parte f posterior or de atrás; (- of hand) dorso m
    c)

    back to front: your sweater is on back to front — te has puesto el suéter al revés; hand I 2)

    3) c u ( rear part)

    I'll sit in the back — ( of car) yo me siento detrás or (en el asiento de) atrás

    (in) back of the sofa — (AmE) detrás del sofá

    he's out back in the yard — (AmE) está en el patio, al fondo

    4) c ( Sport) defensa mf, zaguero, -ra m,f

    II
    adjective (before n, no comp)
    1) ( at rear) trasero, de atrás

    back number o issue — número m atrasado

    back payatrasos mpl


    III
    1) (indicating return, repetition)

    meanwhile, back at the house... — mientras tanto, en la casa...

    to run/fly back — volver* corriendo/en avión

    they had us back the following week — nos devolvieron la invitación la semana siguiente; see also go, take back

    2) (in reply, reprisal)
    3)
    a) ( backward)
    b) ( toward the rear) atrás

    we can't hear you back here — aquí atrás no te oímos; see also hold, keep back

    4) (in, into the past)
    5)

    back and forth — = backward(s) and forward(s): see backward II d)


    IV
    1.
    1)
    a) \<\<person/decision\>\> respaldar, apoyar
    b) ( bet money on) \<\<horse/winner\>\> apostar* por
    2) ( reverse)
    4) ( Mus) acompañar

    2.
    vi \<\<vehicle/driver\>\> dar* marcha atrás, echar or meter reversa (Col, Méx)
    Phrasal Verbs:
    [bæk] When back is an element in a phrasal verb, eg come back, go back, put back, look up the verb.
    1. NOUN
    1) (=part of body)
    a) [of person] espalda f; [of animal] lomo m

    I've got a bad back — tengo la espalda mal, tengo un problema de espalda

    to shoot sb in the back — disparar a algn por la espalda

    he was lying on his back — estaba tumbado boca arriba

    to carry sth/sb on one's back — llevar algo/a algn a la espalda

    to have one's back to sth/sb — estar de espaldas a algo/algn

    b)
    - break the back of sth
    - get off sb's back
    - get sb's back up
    - live off the back of sb
    - be on sb's back
    - put one's back into sth
    - put one's back into doing sth
    - put sb's back up

    to see the back of sb —

    - have one's back to the wall
    flat I, 1., 1), stab 1., 1)
    2) (=reverse side) [of cheque, envelope] dorso m, revés m; [of hand] dorso m; [of head] parte f de atrás, parte f posterior more frm; [of dress] espalda f; [of medal] reverso m

    to know sth like the back of one's hand —

    3) (=rear) [of room, hall] fondo m; [of chair] respaldo m; [of car] parte f trasera, parte f de atrás; [of book] (=back cover) tapa f posterior; (=spine) lomo m

    there was damage to the back of the carla parte trasera or de atrás del coche resultó dañada

    at the back (of) — [+ building] en la parte de atrás (de); [+ cupboard, hall, stage] en el fondo (de)

    be quiet at the back! — ¡los de atrás guarden silencio!

    they sat at the back of the bus — se sentaron en la parte de atrás del autobús, se sentaron al fondo del autobús

    the ship broke its back — el barco se partió por la mitad

    back to frontal revés

    in back of the house — (US) detrás de la casa

    the toilet's out the back — el baño está fuera en la parte de atrás

    they keep the car round the back — dejan el coche detrás de la casa

    beyond 2., mind 1., 1)
    4) (Sport) (=defender) defensa mf

    the team is weak at the back — la defensa del equipo es débil

    left back — defensa mf izquierdo/a

    right back — defensa mf derecho/a

    2. ADVERB
    1) (in space) atrás

    stand back! — ¡atrás!

    keep (well) back!(=out of danger) ¡quédate ahí atrás!

    keep back!(=don't come near me) ¡no te acerques!

    meanwhile, back in London/back at the airport — mientras, en Londres/en el aeropuerto

    back and forthde acá para allá

    to go back and forth[person] ir de acá para allá

    back from the road — apartado de la carretera

    it all started back in 1980 — todo empezó ya en 1980, todo empezó allá en 1980 liter

    3) (=returned)

    to be back — volver

    when/what time will you be back? — ¿cuándo/a qué hora vuelves?, ¿cuándo/a qué hora estarás de vuelta?

    he's not back yet — aún no ha vuelto, aún no está de vuelta

    black is back (in fashion) — vuelve (a estar de moda) el negro, se vuelve a llevar el negro

    he went to Paris and back — fue a París y volvió

    she's now back at work — ya ha vuelto al trabajo

    I'll be back by 6 — estaré de vuelta para las 6

    I'd like it back — quiero que me lo devuelvan

    full satisfaction or your money back — si no está totalmente satisfecho, le devolvemos el dinero

    everything is back to normal — todo ha vuelto a la normalidad

    I want it back — quiero que me lo devuelvan

    hit back
    3. TRANSITIVE VERB
    1) (=reverse) [+ vehicle] dar marcha atrás a
    2) (=support)
    a) (=back up) [+ plan, person] apoyar
    b) (=finance) [+ person, enterprise] financiar
    c) (Mus) [+ singer] acompañar
    3) (=bet on) [+ horse] apostar por

    to back the wrong horse — (lit) apostar por el caballo perdedor

    Russia backed the wrong horse in him — (fig) Rusia se ha equivocado al apoyar a él

    to back a winner — (lit) apostar por el ganador

    he is confident that he's backing a winner — (fig) (person) está seguro de que está dando su apoyo a un ganador; (idea, project) está seguro de que va a funcionar bien

    4) (=attach backing to) [+ rug, quilt] forrar
    4. INTRANSITIVE VERB
    1) [person]
    a) (in car) dar marcha atrás
    b) (=step backwards) echarse hacia atrás, retroceder

    he backed into a table — se echó hacia atrás y se dio con una mesa, retrocedió y se dio con una mesa

    2) (=change direction) [wind] cambiar de dirección (en sentido contrario a las agujas del reloj)
    5. ADJECTIVE
    1) (=rear) [leg, pocket, wheel] de atrás, trasero
    2) (=previous, overdue) [rent, tax, issue] atrasado
    6.
    COMPOUNDS

    back alley Ncallejuela f (que recorre la parte de atrás de una hilera de casas)

    back boiler Ncaldera f pequeña (detrás de una chimenea)

    back burner Nquemador m de detrás

    - put sth on the back burner

    back catalogue N — (Mus) catálogo m de grabaciones discográficas

    back copy N — (Press) número m atrasado

    the back country N(US) zona f rural (con muy baja densidad de población)

    back-country

    back door Npuerta f trasera

    - do sth by or through the back door

    back flip Nvoltereta f hacia atrás

    back formation N — (Ling) derivación f regresiva

    back garden N(Brit) jardín m trasero

    back lot N — (Cine) exteriores mpl (del estudio); [of house, hotel, company premises] solar m trasero

    back marker N(Brit) (Sport) competidor(a) m / f rezagado(-a)

    back matter N[of book] apéndices mpl

    back number N[of magazine, newspaper] número m atrasado

    back pain Ndolor m de espalda, dolor m lumbar

    back passage N(Brit) euph recto m

    back road Ncarretera f comarcal, carretera f secundaria

    back room Ncuarto m interior; (fig) lugar donde se hacen investigaciones secretas

    back rub N(=massage) masaje m en la espalda

    to give sb a back rub — masajearle la espalda a algn, darle un masaje a algn en la espalda

    back seat Nasiento m trasero, asiento m de atrás

    - take a back seat

    back somersault Nsalto m mortal hacia atrás

    back stop N — (Sport) red que se coloca alrededor de una cancha para impedir que se escapen las pelotas

    back talk * N (US)= backchat

    back tooth Nmuela f

    back view N

    the back view of the hotel is very impressive — el hotel visto desde atrás es impresionante, la parte de atrás del hotel es impresionante

    back vowel N — (Ling) vocal f posterior

    * * *
    [bæk]
    I
    1) c ( Anat) ( of human) espalda f; ( of animal) lomo m

    behind somebody's back: they laugh at him behind his back se ríen de él a sus espaldas; to be on somebody's back (colloq) estarle* encima a alguien; get off my back! déjame en paz (fam); to break the back of something hacer* la parte más difícil/la mayor parte de algo; to get o put somebody's back up (colloq) irritar a alguien; to put one's back into something poner* empeño en algo; to turn one's back on somebody — volverle* la espalda a alguien; scratch II d)

    2) c
    a) ( of chair) respaldo m; (of dress, jacket) espalda f; (of electrical appliance, watch) tapa f
    b) (reverse side - of envelope, photo) dorso m, revés m; (- of head) parte f posterior or de atrás; (- of hand) dorso m
    c)

    back to front: your sweater is on back to front — te has puesto el suéter al revés; hand I 2)

    3) c u ( rear part)

    I'll sit in the back — ( of car) yo me siento detrás or (en el asiento de) atrás

    (in) back of the sofa — (AmE) detrás del sofá

    he's out back in the yard — (AmE) está en el patio, al fondo

    4) c ( Sport) defensa mf, zaguero, -ra m,f

    II
    adjective (before n, no comp)
    1) ( at rear) trasero, de atrás

    back number o issue — número m atrasado

    back payatrasos mpl


    III
    1) (indicating return, repetition)

    meanwhile, back at the house... — mientras tanto, en la casa...

    to run/fly back — volver* corriendo/en avión

    they had us back the following week — nos devolvieron la invitación la semana siguiente; see also go, take back

    2) (in reply, reprisal)
    3)
    a) ( backward)
    b) ( toward the rear) atrás

    we can't hear you back here — aquí atrás no te oímos; see also hold, keep back

    4) (in, into the past)
    5)

    back and forth — = backward(s) and forward(s): see backward II d)


    IV
    1.
    1)
    a) \<\<person/decision\>\> respaldar, apoyar
    b) ( bet money on) \<\<horse/winner\>\> apostar* por
    2) ( reverse)
    4) ( Mus) acompañar

    2.
    vi \<\<vehicle/driver\>\> dar* marcha atrás, echar or meter reversa (Col, Méx)
    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > back

  • 7 use

    I ju:z verb
    1) (to employ (something) for a purpose: What did you use to open the can?; Use your common sense!) usar, utilizar
    2) (to consume: We're using far too much electricity.) consumir, gastar
    - used
    - user
    - user-friendly
    - user guide
    - be used to something
    - be used to
    - used to

    II ju:s
    1) (the act of using or state of being used: The use of force to persuade workers to join a strike cannot be justified; This telephone number is for use in emergencies.) uso, utilización
    2) (the/a purpose for which something may be used: This little knife has plenty of uses; I have no further use for these clothes.) uso
    3) ((often in questions or with negatives) value or advantage: Is this coat (of) any use to you?; It's no use offering to help when it's too late.) utilidad
    4) (the power of using: She lost the use of her right arm as a result of the accident.) uso
    5) (permission, or the right, to use: They let us have the use of their car while they were away.) uso
    - usefulness
    - usefully
    - useless
    - be in use
    - out of use
    - come in useful
    - have no use for
    - it's no use
    - make good use of
    - make use of
    - put to good use
    - put to use

    use1 n
    1. uso / empleo
    they gave me the use of their car me dejaron utilizar su coche / pusieron su coche a mi disposición
    2. sentido
    what's the use of spending all that money? ¿qué sentido tiene gastar tanto dinero? / ¿para qué gastar tanto dinero?
    it's no use ringing the bell, there's nobody in es inútil llamar al timbre, no hay nadie en casa
    use2 vb usar / utilizar
    what do you use to clean the paintbrushes? ¿qué usas para limpiar los pinceles?
    how do you use this machine? ¿cómo se utiliza esta máquina?
    tr[ (n) jʊːs; (vb) jʊːz]
    1 uso, empleo, utilización nombre femenino
    directions for use instrucciones de uso, modo de empleo
    2 (handling) manejo
    4 (right to use, power to use) uso
    1 usar, utilizar
    what do you use to remove stains? ¿qué usas para quitar manchas?
    use your handkerchief! ¡utiliza el pañuelo!
    don't cross the road, use the subway no cruces la carretera, utiliza el paso subterráneo
    2 (consume) gastar, consumir
    3 (exploit unfairly) aprovecharse de
    4 familiar (need) necesitar
    1 (In this sense, if no habit is involved, translate using the imperfect) (past habits) soler, acostumbrar
    where did you use to live? ¿dónde vivías antes?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    in use en uso, que se está utilizando
    it's no use no sirve de nada, es inútil
    'Not in use' "No funciona"
    out of use desusado,-a
    to be of use ser útil, ser de utilidad
    what's the use of...? ¿de qué sirve... ?
    what's the use of crying? ¿de qué sirve llorar?
    use ['ju:z] v, used ['ju:zd,] in phrase „used to” usually ['ju:stu:] ; using vt
    1) employ: emplear, usar
    2) consume: consumir, tomar (drogas, etc.)
    3) utilize: usar, utilizar
    to use tact: usar tacto
    he used his friends to get ahead: usó a sus amigos para mejorar su posición
    4) treat: tratar
    they used the horse cruelly: maltrataron al caballo
    5)
    to use up : agotar, consumir, gastar
    winters used to be colder: los inviernos solían ser más fríos, los inviernos eran más fríos
    she used to dance: acostumbraba bailar
    use ['ju:s] n
    1) application, employment: uso m, empleo m, utilización f
    out of use: en desuso
    ready for use: listo para usar
    to be in use: usarse, estar funcionando
    to make use of: servirse de, aprovechar
    2) usefulness: utilidad f
    to be of no use: no servir (para nada)
    it's no use!: ¡es inútil!
    3)
    to have the use of : poder usar, tener acceso a
    4)
    to have no use for : no necesitar
    she has no use for poetry: a ella no le gusta la poesía
    v.
    emplear (Utilizar) v.
    soler v.
    usar v.
    utilizar v.
    n.
    empleo s.m.
    estilo s.m.
    gasto s.m.
    manejo s.m.
    usanza s.f.
    uso s.m.
    utilidad s.f.

    I juːs
    1) u (of machine, substance, method, word) uso m, empleo m, utilización f

    instructions for use — instrucciones, modo de empleo

    the use of forceel empleo or uso de la fuerza

    to lose the use of an arm — perder* el uso de un brazo

    to be in use\<\<machine\>\> estar* funcionando or en funcionamiento; \<\<word/method\>\> emplearse, usarse

    to make use of something — usar algo, hacer* uso de algo

    I must make better use of my timedebo emplear or aprovechar mejor el tiempo

    to put something to good use — hacer* buen uso de algo

    2) c (application, function) uso m

    she has her uses — para algo sirve, a veces nos (or les etc) es útil

    3) u ( usefulness)

    to be (of) use to somebody — serle* útil or de utilidad a alguien, servirle* a alguien

    I'm not much use at cooking — no se me da muy bien la cocina, no sirvo para cocinar

    is this (of) any use to you? — ¿te sirve de algo esto?

    it's no use — es inútil, no hay manera, no hay caso (AmL)

    it's no use complaining — de nada sirve quejarse, no se consigue nada quejándose or con quejarse

    what's the use (of -ing)? — ¿de qué sirve (+ inf)?, ¿qué sentido tiene (+ inf)?

    to have the use of somebody's car/office — poder* usar el coche/la oficina de alguien


    II
    1. juːz
    1)
    a) (for task, purpose) usar

    a technique used in this treatmentuna técnica que se emplea or se utiliza or se usa en este tratamiento

    use your head/imagination — usa la cabeza/la imaginación

    to use something to + INF — usar or utilizar* algo para + inf

    use a knife to open itusa or utiliza un cuchillo para abrirla, ábrela con un cuchillo

    what's this used for? — ¿y esto para qué sirve or para qué se usa?

    b) ( avail oneself of) \<\<service/facilities\>\> utilizar*, usar, hacer* uso de

    may I use your phone? — ¿puedo hacer una llamada or llamar por teléfono?

    may I use your toilet? — ¿puedo pasar or ir al baño?

    2) ( do with) (colloq)

    I could use a drink/the money — no me vendría mal un trago/el dinero

    3) ( consume) \<\<food/fuel\>\> consumir, usar; \<\<money\>\> gastar

    use by 3 Feb 97 — fecha de caducidad: 3 feb 97, consumir antes del 3 feb 97

    4) (manipulate, exploit) (pej) utilizar*, usar (esp AmL)

    2.
    v mod juːs (in neg, interrog sentences)

    where did you use to live? — ¿dónde vivías?; see also used II

    Phrasal Verbs:
    [juːs]
    1. N
    1) (=act of using) uso m, empleo m, utilización f ; (=handling) manejo m

    the use of steel in industryel empleo or la utilización or el uso del acero en la industria

    care in the use of gunscuidado m en el manejo de las armas de fuego

    fit for use — servible, en buen estado

    in use, word in use — palabra f en uso or que se usa

    to make use of — hacer uso de, usar; [+ right etc] valerse de, ejercer

    out of use — en desuso

    it is now out of use — ya no se usa, está en desuso

    to go or fall out of use — caer en desuso

    to put sth to good use — hacer buen uso de algo, sacar partido or provecho de algo

    ready for use — listo (para ser usado)

    it improves with use — mejora con el uso

    2) (=way of using) modo m de empleo; (=handling) manejo m
    3) (=function) uso m

    can you find a use for this? — ¿te sirve esto?

    4) (=usefulness) utilidad f

    to be of use — servir, tener utilidad

    can I be of any use? — ¿puedo ayudar?

    to be no use, he's no use as a teacher — no vale para profesor, no sirve como profesor

    it's (of) no use — es inútil, no sirve para nada

    it's no use discussing it furtheres inútil or no vale la pena seguir discutiendo

    I have no further use for it — ya no lo necesito, ya no me sirve para nada

    I've no use for those who... — no aguanto a los que...

    what's the use of all this? — ¿de qué sirve todo esto?

    5) (=ability to use, access)

    to have the use of, to have the use of a garage — tener acceso a un garaje

    I have the use of it on Sundays — me permiten usarlo los domingos, lo puedo usar los domingos

    I have the use of the kitchen until 6p.m. — puedo or tengo permitido usar la cocina hasta las seis

    he lost the use of his arm — se le quedó inútil el brazo

    6) (Ling) (=sense) uso m, sentido m
    7) frm (=custom) uso m, costumbre f
    2. [juːz]
    VT
    1) (gen) usar, emplear, utilizar

    he used a knifeempleó or usó or utilizó un cuchillo

    are you using this book? — ¿te hace falta este libro?

    which book did you use? — ¿qué libro consultaste?

    have you used a gun before? — ¿has manejado alguna vez una escopeta?

    to use sth as a hammer — emplear or usar algo como martillo

    to be used, what's this used for? — ¿para qué sirve esto?, ¿para qué se utiliza esto?

    I could use a drink! * — ¡no me vendría mal un trago!

    to use sth for, to use sth for a purpose — servirse de algo con un propósito

    to use forceemplear la fuerza

    careful how you use that razor! — ¡cuidado con la navaja esa!

    to use every meansemplear todos los medios a su alcance ( to do sth para hacer algo)

    2) (=make use of, exploit) usar, utilizar

    he wants to use the bathroom — quiere usar el cuarto de baño; (=go to the toilet) quiere ir al lavabo or (LAm) al baño

    someone is using the bathroomel lavabo or (LAm) el baño está ocupado

    use your head or brains! * — ¡usa el coco! *

    3) (=consume) [+ fuel] consumir

    have you used all the milk? — ¿has terminado toda la leche?

    4) (=treat) tratar

    she had been cruelly used by... — había sido tratada con crueldad por...

    to use sb roughlymaltratar a algn

    to use sb welltratar bien a algn

    3.
    VI (Drugs) ** drogarse
    4.
    [juːs]
    AUX VB (gen) soler, acostumbrar (a)

    I used to go camping as a childde pequeño solía or acostumbraba ir de acampada

    I didn't use to like maths, but now I love it — antes no me gustaban las matemáticas, pero ahora me encantan

    * * *

    I [juːs]
    1) u (of machine, substance, method, word) uso m, empleo m, utilización f

    instructions for use — instrucciones, modo de empleo

    the use of forceel empleo or uso de la fuerza

    to lose the use of an arm — perder* el uso de un brazo

    to be in use\<\<machine\>\> estar* funcionando or en funcionamiento; \<\<word/method\>\> emplearse, usarse

    to make use of something — usar algo, hacer* uso de algo

    I must make better use of my timedebo emplear or aprovechar mejor el tiempo

    to put something to good use — hacer* buen uso de algo

    2) c (application, function) uso m

    she has her uses — para algo sirve, a veces nos (or les etc) es útil

    3) u ( usefulness)

    to be (of) use to somebody — serle* útil or de utilidad a alguien, servirle* a alguien

    I'm not much use at cooking — no se me da muy bien la cocina, no sirvo para cocinar

    is this (of) any use to you? — ¿te sirve de algo esto?

    it's no use — es inútil, no hay manera, no hay caso (AmL)

    it's no use complaining — de nada sirve quejarse, no se consigue nada quejándose or con quejarse

    what's the use (of -ing)? — ¿de qué sirve (+ inf)?, ¿qué sentido tiene (+ inf)?

    to have the use of somebody's car/office — poder* usar el coche/la oficina de alguien


    II
    1. [juːz]
    1)
    a) (for task, purpose) usar

    a technique used in this treatmentuna técnica que se emplea or se utiliza or se usa en este tratamiento

    use your head/imagination — usa la cabeza/la imaginación

    to use something to + INF — usar or utilizar* algo para + inf

    use a knife to open itusa or utiliza un cuchillo para abrirla, ábrela con un cuchillo

    what's this used for? — ¿y esto para qué sirve or para qué se usa?

    b) ( avail oneself of) \<\<service/facilities\>\> utilizar*, usar, hacer* uso de

    may I use your phone? — ¿puedo hacer una llamada or llamar por teléfono?

    may I use your toilet? — ¿puedo pasar or ir al baño?

    2) ( do with) (colloq)

    I could use a drink/the money — no me vendría mal un trago/el dinero

    3) ( consume) \<\<food/fuel\>\> consumir, usar; \<\<money\>\> gastar

    use by 3 Feb 97 — fecha de caducidad: 3 feb 97, consumir antes del 3 feb 97

    4) (manipulate, exploit) (pej) utilizar*, usar (esp AmL)

    2.
    v mod [juːs] (in neg, interrog sentences)

    where did you use to live? — ¿dónde vivías?; see also used II

    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > use

  • 8 freirus

    Freirus, magos, curanderos, desencantadores de embrujamientos, etc. De los Freirus se han contado muchas historias, algunas ciertas, otras meras leyendas y muy pocas están en lus cuentos. Yo ahora les voy a contar la historia relacionada con lo misterioso de las Xantinas y freirus. "L'ESTORIA DE XANTA ROUXA" —Acorreláu per argutóuxes cumes que fasta les mesmes ñubes s'espurríen, pa xorber d'échos nus envernus les ñeves ya nus branus les güáitades, ben per mor de les borrines ou de bétchadas orbayadas, ou de choveres xin tinu, cundu atroñiquen lus cielus, ya en pocétchos centellóuxes s'esmadrían ente reblagus en manplenáes de riadas. Ou cundu nes campes nuétches baxu 'l paxiétchu d'estrellas, qu'acobertorién lus érus de moyadas alboriadas, ou cundu 'l tempu trastola, ya baxan prietes borrinas xemandu las orbayadas, que fartucaben al vátche que comu xardín divinu per les argutóuxes cumes yera curiáu en muriada. —Nisti vátchiquin d'enxuenu que mil nomes xin chevara, mal nomáu xamás cheldara, perque mil vátches semexus a miou Melgueirina Asturies per tous lus lláus l'engalanan. Isti vátche yera un xardín que xempre verdi lu taba, lu mesmu nel plenu envernu que nel branu magosteiru, dou embruxantes aldines per uquiera lu poblaban, de xentes fortes ya bravas, que fellices trabayaban, disdi que el sol allumbraba, fasta que la nuétche prieta nun dexaba güétchar nagua. —Sous erus daben lu mesmu 'l perexil que l'escanda, lus arbeyinus de Mayu, ya tou la clás de ximiente qu'el llabrador la xemara. Nus sous teixus tou la fame taba d'afechu xebrada. —Allindiaben sous rebañus d'uveyes, vaques, ya yegues, que nus préus, ou nas brañadas pastiaben yerbes mu sanas. Nuna 'ldina d'isti vátche fae mamplenaú d'anus, fexu rellumbru ista hestoria que l'uréei cundu guaxe de chingua d'un bon vaqueiru que tamén él l'ureáre. —Ista cheyenda ou hestoria que ches cuntu you nagora, fói fecha per el amore, 'l xufrimientu ya la chárima, ya per oitres munches couxes qu'allumbra l'alma humana. —Yera Rouxina tan pura, tan ñatural ya melgueira, tan fermóuxa ya ben cheldá que nin el mesmu Faidor oitra mexor n'encaldara. Yera fía d'una viuda de rancuayina llabranza, qu'ente les dous trabayaben, con la gavita l'aldina, que toes sous xentes con gociu l'apurríen cundun cuadraba. Perque Rouxina yera dalgu que embruxaba y encantaba, que semaba l'allegría per uquier qu'espatuxara, Rouxina xegún les xentes yera un anxelín del ciellu, tan roxiquina y a guapina comu las divinas xanas. —Sous güétchus yeran mesterius qu'al mirar tou l'embruxaban, l'allumbraben d'allegríes, l'alleraben d'esperancias, l'aviñonaben pel gociu qu'en sou alma fogueiraba. Sous güétchus faían falugus, apurriendu mil promexas xin écha falar pallabra. Tous lus mozus d'aquel vátche taben ameruxáus d'amore per la melgueira Rouxina, pos tóus ca cual per xigu, cuntábenxe ben queríus per la melgueirina xana. —Cundu chegaben les romeríes naquel vátche d’énxuenu, toes les xentes dexaben lous trabayus, y'apaxiétchaes con sous gales de festa, diben allegres ya fellices con xantificanti respeutu, a festexar al sou Xantu ou Xantina que tou 'l añu le reizaban, rogándoyes que sous femes nun mal partu nun bétcharan ou que lus chobus ya 'l oxu nun chuquinaren sous vaques, sous uvées ou cheguadas, ou qu'el tempu vena bonu p'el maíz ya las patacas, ya cundu 'l mes de la yerbe nun choviere nin orbayara, pa poder metela bona nus payares ya nas baras, axín como oitres couxes que a sous Xantus pigüeñaban. —Ya trés lus reizus al Xantu ou a la Vírxen qu'aduraban, tóus diben pa sous teixus en hermaná fellizada, y'enzulaben el banquete que faíen col cordeiru mexor de la sou teixada, ya oitres guixus ya llambicus, que pa tal chelda forniaban. —Ya despós de tous fartus e achegres en romaurada, colaben pa la campeira dou lus múxicus gaitaban, ya tóus xemáus de diches con alegría danciaban lu mesmu la xente viétcha qu'angunes xotes danciaba, que la xuventú enteira que de baítchar n'adondaban, xempre xuníus nel dexéu de la querencia qu’embruxa l 'amore que ca cual cata, mái nus mozus que nes móuces pos ístas son mái recatas, perque la fema que pirdi la sou gonra endenantes de qu'el cura la caxara, cheva cuaxigu la duda de ser muyer fellizada. (Bona dote tenes fía, que yes fermóxa e gonrada, 'l díe que pirdas la gonra si nun yes muyer caxada, tou dote nun val pa nagua). Axin falaben les maes tous lus díes a sous fías, enus tempus d'endenantes, cundu la mútcher namái que yera 'l ama en sou teixu cundu 'l sou home nun taba. Peru güéi que la muyer ye 'l xuez que chelda les lleyes, ou 'l guardia que t'encarxela, ou 'l aboguéu falancieru que la xusticia simielga ou 'l fiscal endiañáu que t'achuquina xin pena, falu you que la mútcher güéi poucu estima sou gonra, sou embruxu mesterióxu, sou divinidá grorióuxa, sou ser má del mesmu Cristu, sou ser mantina e fermóuxa. —Ya coyendu la güítcha p'afalar denuéu continu ista hestoria ou cheyenda, falu qu'achí naquel baítche, tous lus mozus faíen dance p'eñamorar a Rouxina, tóus lampriáus nel esgolazu queríen xorber nus sous güétchus el embruxu qu'allumbraben, d'angunus envallentáus falábenle mu xellín que taben per écha llocus, peru Rouxina xonrienti a dalgún sou xi ches daba, ya ñocenti comu ‘n ánxel con sous embruxantes güeyus ya sou melgueira falancia, per xemexu afalagaba, engolguiéndulus nun fuéu que mái sou amore queimaba. —E anxín con tóus per lu mesmu, danciaba ya se reyía, falaba ya canturriaba, ya sous güeyus mesterióxus l’amor per uquier xemaban. TRADUCCIÓN.— (LA HISTORIA DE SANTA ROSA). Rodeado por altas cumbres, que hasta las mismas nubes con gallardía se estiraban, para beber de ellas en los inviernos las nieves y en los veranos las aguas, bien por mediación de nieblas o de ricas escarchadas, o de lluvias que sin tino cuando los cielos tronaban y la centella o el rayo como la luz caminaba, y las nubes se rompían en torrentes de riadas. O cuando en las noches claras bajo el manto de estrellas, que cubrían todos los campos mojados por la alborada, que tal hartaba a todo el valle, que como jardín divino, por las altas montañas era cuidado por sus naturales murallas. —En este valle de ensueño, que mil nombres si llevara mal llamado jamás fuera, porque mil valles divinos, parecidos este ensueño, en mi Dulce Tierrina por todos sus lados la engalanan. —Este valle era un jardín que siempre verde lo estaba, lo mismo en el pleno invierno, que en el verano más caluroso, donde embrujadoras aldeas por todas partes poblaban, de gentes fuertes y bravas que felices trabajaban, desde que el sol salía, hasta que la oscura noche no dejaba ver ya nada. Sus tierras daban lo mismo el perejil que el trigo, que los guisantes tempranos, que cualquier clase de siembra que el labrador trabajara. En sus casas toda hambre del todo estaba apartada. —Las nobles y bravas gentes de aquel valle de ensueño, cuidaban a sus rebaños de ovejas, vacas y yeguas, que en los verdes prados, puertos, morteras u brañas, pastiaban abundantes y buenas hierbas. En una de las aldeas de este valle, hace muchos años se a alumbró esta historia, que yo escuché siendo niño, de boca de un buen vaqueiru, que también él la escuchara. —Esta leyenda o historia que yo les voy a contar ahora, fue nacida del amor del sufrimiento y la lagrima y de muchas otras cosas que alumbra el alma Humana. —Era la joven Rosina tan, pura y tan natural, tan dulce y tan hermosa, y también deseada estaba, que hasta el propío Hacedor otra mejor no creara. Era hija de una viuda de muy pequeña labranza, que entre las dos trabajaban, con la ayuda de las gentes de la aldea, que les prestaban cuando la necesitaban. Rosina era ése algo que embrujaba y encantaba, que sembraba la alegría por donde ella caminara. Rosina según las gentes, era un angelín del cielo, tan rubia y hermosa como las divinas Xanas. —Sus ojos eran misterio que al mirar todo lo embrujaba, alumbrando la alegría, repartiendo la esperanza, llenando a todos del gozo que en su alma se hornaba. Sus ojos hacían halagos prodigando las promesas sin ella decir palabra. Todos los mozos del valle estaban llenos de amor por la dulce y encantadora Rosina, y cada cual para si mismo ya se contaba amado por la preciosa diosa. —Cuando llega el tiempo de las fiestas o romerías en aquel valle de ensueño, todas sus gentes dejaban sus trabajos, y vestidos con sus mejores galas, iban alegres y felices, con santificado respeto, a festejar a su Santo o Santina, que en todo el año le rezara, rogándole que sus hembras tuvieran un buen parir, o que los lobos o el oso no matase a sus ganados, o que el tiempo viniese bueno para el maíz, y las patatas y que en el mes de recoger la hierba no lloviese ni lloviznara, para poder tener buena hierba en los pajares y las varas, así como muchas otras cosas que a sus santos les rogaban. Y tras de los rezos al Santo o a la Virgen que adoraban, todos se marchaban para sus casas en hermanada felicidad, y festejaban el banquete que hacían con los corderos mejores de sus rebaños, y otros guisos y confites que para tales fiestas se industriaban. —Y después de todos hartos y alegres en romería, se iban para la campa donde los músicos tocaban, y todos llenos le dichas con alegría danzaban, lo mismo las gentes viejas que algunas jotas bailaban, que toda la juventud que de danzar no casaba, siempre unida en el deseo, de la querencia que embruja, el amor que cada cual buscaba, más en los mozos que en las mozas, pues éstas son más recatas, porque la hembra que pierde su honra antes de ser casada, puede que jamás alcance la felicidad soñada. (Buen dote tienes hija mía, que eres hermosa y honrada, el día que pierdas tu honra sino eres mujer casada, tu dote no vale nada). Así hablaban las madres todos los días a sus hijas en los tiempos ya pasados, cuando la mujer sólo era el ama en su casa siempre que el hombre no estuviera. Pero hoy que la mujer es el juez que hace leyes o el guardia que te encarcela, o el abogado hablador que la justicia menea, o el fiscal endemoniado que te asesina sin pena, digo que hoy la mujer muy poco esta a su honra, su divinidad gloriosa, su ser la madre de Cristo, su ser querida y hermosa. —Y cogiendo la aguijada para arrear con tino esta leyenda o historia, les digo que en aquel valle de ensueño, todos los mozos, bailaban, reían, cantaban y todo cuanto hacían y pensaban iba encaminado para enamorar a la hermosa y divinizante Rosina, pues todos estaban hambrientos y sedientos hasta el enloquecimiento, por poder satisfacerse con las embrujantes miradas de sus misteriosos y encantadores ojos, algunos mozos más osados, le decían muy despacio y con grande veneración, que estaban enloquecidos de amor por ella. Pero Rosina sonriéndose siempre con su candidez acostumbrada, a ninguno le daba su sí, e inocente como un ángel, con sus embrujantes ojos y su dulce palabra, por igual a todos halagaba, envolviéndoles dentro de un embriagador y divino fuego en el que sólo su amor les quemaba. Y así con todos por igual, bailaba y se reía, hablaba y cantaba, y sus ojos misteriosos el puro e inocente amor por todas partes sembraba. "JUAN EL CURANDERO" —Era Juan hombre maduro sin llegar en esta edad a su total madurez, y era viejo en ser tan pobre como la propia vejez, pues no hay viejo que sea rico aunque más dineros tenga que el mundo que tener. Ya que el dinero en el viejo (y a esta edad yo he de llegar si la parca en mi camino no me siega mi querer, y quisiera me respeten como yo desde mi infancia con el anciano lo hacer) u otra riqueza que fués, sólo le sirve de abrigo, de tranquilidad tal vez, y para que todos sus deudos le mimen y les respeten, como el mejor de sus males para heredarle después. —Yo no se si me comprenden por no explicarme muy bien, yo no llamo viejo al tiempo, porque el tiempo viejo no es, yo llamo anciano a los seres que han perdido la alegría, la ilusión y el apetito, y cuando esto se pierde el más joven viejo es. —Digo yo que me han contado, que Juan no tenía riquezas, y que vivía solitario en una humilde cabaña que él mismo se fabricara, era hijo de aquel valle, dónde sus padres un día tuvieran buena labranza, pero siendo él un niño que apenas lo recordar, vendieron toda la hacienda y se fueron a ultramar. Y en aquellas tierras ricas al otro lado del mar, Juan conoció la fortuna que del trabajo sus padres la pudieron enfornar (hornar), también conoció el amor, y la alegría de vivirlo con el placer que él te dar, pero el vicio de las drogas que a otros muchos te empujar, le hicieron perder su suerte y en la desgracia rodar, y esta negra desventura al presidio le llevar, de dónde salió tan pobre de riquezas y de honor, que en él ya nadie confiar. —Desesperado y mendigo, sin familia y sin hogar, Juan regreso a su Tierrina, al valle que había nacido, y a las argutas montañas que con recelo le guardar, y una vez en el lugar dónde él al mundo llegar, en terreno comunal edifico su cabaña, y tras ella hizo una huerta que con sapienza cuidar, dónde florecía la planta que tras bien elaborada él con placer la fumaba y del mundo se olvidar. —Juan vivía de la caza, de la pesca de ser hombre de mente despierta a ultranza, y quizás bien educada en el delicado oficio de curar la enfermedad, pues él sanaba a las gentes con sus potingues y ungüentos industriados con las plantas que en el monte él arrancar, así aliviaba el reuma, los catarros y otros males, que el médico no sanar. Muchas veces sus palabras sabias por bien atinadas, hacían más bien al enfermo, que el doctor y su receta, que a parte de ser muy cara, raras veces era eficaz. —Juan era un astur de casta, de estatura premediada, de rostro agradable y firme, con nariz recta y holgada, de boca que sonreía aunque palabra no hablara, de ojos tristes y avispados, del color de la esmeralda, sus cabellos eran negros para contraste de raza, y su caminar sereno tranquilidad sin par, le daban el firme aire de poder y libertad. Juan practicaba la industria de curar la enfermedad no cobrando jamás nada, pero todos le ofrendaban mucho más que si cobrara, quizás fuese porque Juan, era hombre que las gentes le querían, le admiraban y le honraban. —Una tarde estaba Juan sentado frente a su casa, que alejada de la aldea en solitario se alzaba, silencioso y cabizbajo no viendo que le observaban, Juan cavilaba en silencio, o tal vez feliz lo fuera y en nada quizás pensara. Más de pronto alguien le dijo con voz cristalina y clara, como las aguas que nacen en las fragosas montañas, con voz cantarina y brava, como la que hace el malvís en la libertad del campo, dueño y señor de su ente, no siendo esclavo de nada, con voz mansa y adulzada, como la que hace la hembra, cuando a su amado le invita, o a su cachorro le halaga, con voz cálida e inocente, como los rayos del sol que dan vida a todo ser, sin preguntar si hay algunos que no merecen tal gala con voz que era un embrujo, para cualquier ser viviente que su música escuchara: —¡Señor Juan! ¿Se encuentra enfermo, o tal vez tiene tristezas que le infelizan su alma? —Juan levantó su mirada, y allí en mitad del camino Rosina le reparaba, con sus candorosos ojos y una divina sonrisa que en sus boca bailoteaba. —¡No preciosa soy feliz, no tengo en pobreza nada, que me fabrique el dolor, ni el odio ni la venganza, ni el egoísmo maligno, ni una ilusión desquiciada! —¡Soy feliz porque soy rico, al saber que no poseo querella de hacienda vana, tengo comida y cobijo, vecinos que bien me quieren y muy tranquila mi alma. —¿Puedo sentarme a tu lado a charlar si tiene gracia...? —¡Tengo la gracia del cielo, cuando hasta mi lado llega, la hermosura más preciada por la inocencia guiada! —¡Puedes Rosina si quieres hacer cuanto a ti te plazca! —¡Señor Juan, yo soy curiosa, como mujer bien pagada, cuentan en la aldea cosas de usted y ninguna mala, pero yo quiero saber esa tristeza que tienen sus ojos que ahora me halagan, ese no querer tener, cuando todos en la vida, por el poseer se afanan! —¡No están tristes mis pupilas, ya que en verdad son dichosas, tal vez se encuentran cansadas, por el placer tan inmenso que en todo momento gozan! —¿Cómo es posible señor, que estando sólo en su choza con agranda *** ***y de todas sus bondades, y ocasiones hubo muchas en que estándome yo sola he pensado en bien amarle. Señor Juan, nunca me quite de este placer que yo siento al poder acariciarle, al poder amarle tanto, como no he podido amar, nada más que a la mi madre! — Juan dominando el deseo que su espíritu sentía, de sus sentidos dislocos perdidos en el placer del vicio que da la carne, pudo un tiempo detener prisioneros tales naturales males, pero al fin incontrolable, besó a Rosina en sus ojos que eran maravillas tales, con el ardor de la quema controlada y sin desmanes, y acariciando su rostro con hermosura pureza del más escogido ángel, le dijo ya emocionado despreciando sus maldades: —¡No sé si el cielo me premia dándome cariños tales, o si me pide un calvario que en duda pongo en llevarle, sólo sé Rosina hermosa, princesa maravillosa con designios celestiales, que en mí hallarás tú siempre cuanto tenga y pueda darte, puedes venir a mi casa siempre que el querer te llame, mi puerta no tiene llave ni para ti, ni tampoco para nadie! —¡Señor Juan, soy tan dichosa que mi pecho se me abre, y por él se me desbordan todo un Firmamento lleno de gozosas alegrías, porque no tienen cabida en mi alma que las hace! —Juan de nuevo acarició aquel ángel tentador, y sin poder contenerse aunque luchó con ardor, sus labios fueron directos aquella rosa encarnada, que era su boca preñada de virginidad y amor. Y lejos de ser esquiva a tan bacanal caricia que se enredaba en el beso que en sus labios se prendió y aquella fuente de gozo, de un deseo incontrolable de un embrujo tentador, respondió al beso en medida que el beso que recibió, y rauda salió corriendo envuelta en gloriosa dicha, con marcado rubor, le dijo adiós con su mano, hacia su aldea marchó. —Juan quedó sólo y maltrecho por el placer el dolor, sin llegar a comprender, que tanta inocencia pura, tanta hermosura y candor, pudieran vivir tan juntas en natural parangón, y darle a él tanta dicha, como carga de dolor. "LA MUERTE DE JUAN" —Fue condena para Juan imposible de vencer, aquel fuego que prendió Rosina en su corazón, era un veneno de infierno que le empujaba al placer, y no al honrado sendero de querer a la inocente como el padre que no ser. —¿O quizás es el demonio ese ángel celestial que en figura de Rosina a mí me vino a tentar, el inocente soy yo que en la inocencia fiar? —Ella se dejó halagar, yo con pasión la besé, y busqué en sus labios puros no el cariño paternal, sino el deseo carnal que en todo Humano se encuentra, como dios del placer, muchas ocasiones hay que ni el más santo barón, ni la más casta mujer son capaces de frenar y violan la castidad en su vida alguna vez. Si a este extremo llegan ellos, ¿qué podré yo hacer que soy un vicioso por demás de la droga y el placer? —Y ella se dejó halagar, y con su candorosa inocencia despertó en mí otra vez, las locas ansias de amar, que dormidas las tenía pensando que nunca más volverían a despertar, puede que ella sin querer me incitara en la pasión, por eso yo la besé, y busqué en sus labios rojos fontana de gran placer, apagar mi sed de amor, y cuando tal degustaba pude y en ella yo notar, que respondía a tal goce no con querer paternal, sino con ansias de amar, y al igual que yo gozar. Y sus pechos prominentes recios por virginidad, he visto que se alteraban sacudidos por el goce que al largo beso arrancar. Y sus ojos hechiceros brillantes como luceros cuando el alba se acercar, he visto que se cerraban extraviados y sumidos, como buscando en su mente un acomodo gustoso del placer desconocido que ella aún no degustar. —¡Más que digo! ¡Estoy demente! —¡Cómo piensan mis sentidos cosas tan bajas y ruines de una virgen inocente que como a padre me amar! —¡Santo cielo, estoy perdido dentro de este fuego ciego que sin mudanza ninguna, me conduce con fiereza al desbordado deseo, de una pasión tan demente que me roba mi sosiego, y que me empuja insolente al pensamiento más bajo que mi mente fabricar! —¡Qué feliz era yo antes en este mi bello valle, dónde desde lejos vine con el propósito firme de hallar la tranquilidad fundiéndome con la paz, que tanto necesitaba mi alma ya emponzoñada por tanto el cuerpo gozar! —¡He de marcharme del valle mañana a lo más tardar, he de huir de esta pasión que a velocidad del rayo me roba sin contenerla, el tesoro más preciado que era mi tranquilidad. He de alejarme si quiero que mi deseo carnal, consumado no se vuelva con la fiereza bestial que en afán pone la fiera cuando el hambre la devora, y para calmarla mata al inocente cordero criatura celestial, que muere en la fiera garra sin pronunciar un sollozo, como morirá la honra de la inocente Rosina, para calmar el Placer que en mi alma dislocado aspira al rico bocado de su hermoso virginal! —Ya la tarde caminaba en pos de la oscuridad, que ensombrecida en el valle hacia sus cumbres se alzar, Juan se adentró en su cabaña casi enfermo por la fuerza que había gastado en pensar, queriendo sepultarse dónde ni el mismo se hallar, para olvidar el tormento de la más grande pasión que en su vida le tentar, por eso, con sus hierbas drogadizas y otros diversos potingues que él sabía preparar, mezclados con miel y caña, en una olla con agua al mor del fuego aliñar, y cuando en su punto estuvo aquella droga fatal, se acostó en su ruin camastro y a tragos largos y ralos con gusto se la libar, para apagar en su mente su pensamiento encendido que en la Rosina quemar. —Tiempo hacía que la noche del valle ya se adueñar, cuando sintió que en su puerta alguien la abría y entrar, en el interior del cuarto con voz candorosa y suave en murmullo cariñoso que al de la gloria apariar, le decían con misterio que le pareció que era su mente que trasvolada al ente que le tentaba, de él se quería también por doble puerto mofar: —¡Señor Juan! ¿Está dormido...? —A la luz del mal candil que iluminaba la alcoba, con destellos que bailaban en las borronosas sombras, dándoles casi una vida que a más claridad no hallar, Juan vio a Rosina sonriente, entre azorada gozosa, e incorporándose presto en su catre empobrecido, preguntole preocupado aunque alegre por pensar, que en su sino escrito estaba que aquella virgen doncella sólo venía a buscar, el aplacar su pasión con la que a él le atenazar: —¿Cómo se atreves princesa, ángel hermoso del cielo, criatura primorosa, diosa de mis desvelos, ruina de mis desventuras, soberana de mi cielo, cómo te osas Rosina, encantadora xanina, que has embrujado mi alma con tu amor que al ser divino yo como mortal no espero, cómo te atreves te digo, en venir desde la aldea, sólo y en noche sombría, hasta esta casa malvada, dónde mora tu deshonra yvive mi desespero? —¡Señor Juan, no pude, y juro que lo intente con denuedo, pues algo, si que no comprendo, una fuerza misteriosa que me traspasaba el alma, entre alegre y pesarosa, entre dichosa gozosa, repugnante y vergonzosa, una pasión tan profunda que al ser salvaje es sincera, una poderosa magia que al ser divina es misterio, me obligó sin yo oponerme, a que dejase mi casa muy despacio en silencio, me trajo a su presencia, y aquí estoy porque le quiero! —Juan con tristeza profunda y alegría en alto cielo, con pasión que se apagaba y en amor ardía fiero, asió la infusión de droga y bebió con el consuelo, de ver abierta a la postre la puerta de su gran cielo. Cogió Rosina la olla de entre las manos de Juan, que no hizo ni un amago para impedir que ingiriera de aquella su medecina que le aploacaba sus penas y con su sonrisa hermosa, inocente y candorosa, bebió Rosina con gozo la caramelosa droga, tras beber un largo sorbo, siguió sonriendo feliz, a la par que se acostaba en el catre a par de Juan, y con sus palabras dulces y sus manos primordiosas, caricias sembraba en Juan a la par que le decía: —¡Algo tiene esta bebida que de alegría me llenar, algo que sabe tan dulce como la miel en panal, algo que enciende mi alma y en el aire me hace andar, tal parece que soy ángel con alas en mis espaldas que me permiten volar! —¡Señor Juan, mi Juan querido, siente un calor en mi cuerpo y la ropa me estorbar, voy a quedarme en porricas (desnuda) para contigo gozar, soy feliz mi Juan querido, tanto que dudo en el mundo, un ser con más dicha y gozo, como yo no sé si habra! —Y así entre besos y abrazos, caricias, risas y juegos, en aquel renqueante catre sucio y pobre por demás, Rosina la candorosa, la inocente virgen pura, perdió su honra gozosa, conociendo jubilosa un placer que no soñar, perdió su casta inocente y a cambio ganó dichosa, saborear felicidad. —Toda la noche fue fiesta de besos que se perdían sumidos en el placer, de caricias de halagos, que hasta las puertas abiertas de su honra destrozada, llegaban en oleadas, sin jamás desfallecer. —Y así amándose ciegos sin pensar en el después, cantó el malvís su tonada y llegó el amanecer. —Fue entonces cuando extenuados de tanto amor y placer, fundidos en el abrazo que sólo el querer saber, se perdieron en el sueño feliz y de pesadez, que a los cuerpos adormece después de beber placer. —Se alarmó por la mañana la aldea que despertaba aprestándose al trabajo como cada día hacer. Se alarmó por los lamentos, llantos y gran desespero, que la madre de Rosina con grande pena lo hacer. —Puesto el pueblo sobre aviso, pronto cundió en todo el valle la noticia ya agrandada del dolor que acontecer. —Unos decían con pena, que tal vez fuera raptada por alguien que la querer. —Viejas hubo que dijeron porque que en misterios creer, que Rosina no era criatura humana, sino que era una Xana, y con ellas a sus fuentes otra vez querer volver. —Todas las gentes del valle la llamaban y buscaban, por los montes y praderas, por las ubérrimas cumbres dónde el utre (el águila) campaba, por las abexías (húmedas sombreadas) y abruptas fondigonás (hondonadas), por las veiras del regueiru (orillas del torrente), que cruzaba sulfuro la rica verde vallada, y todos con desespero perdían ya la esperanza de poder jamás toparla, y ya casi se creían, que Rosina era una Xana que a sus fuentes retornara. —Alguien llegó a la cabaña del bienhechor curandero, la vio abierta y solitaria, llamó a Juan con fuerte voz, y al ver que no contestaba, dentro de su casa entró. —Y allí, en el catre humilde del magnánimo señor, juntos y muy abrazados, sumidos en dulce sueño, Juan y Rosina dormían sin despertar a su voz. —Salió raudo de la casa quién el primero los vio, y a gritos dijo en la aldea dónde Rosina se hallaba y nadie se lo creyó. —Pero al afirmarlo fiero, y rogar que le siguieran, todos corrieron tras él, y entraron en la cabaña, y vieron a los amantes durmientes y entrelazados cual si fuesen uno dos. —Asustados los vecinos al ver lo que no creyeran aunque jurasen por Dios, zarandearon los dormidos, con rabia, odio y furor, y despertose Rosina, pero Juan no despertó. —No se alteró la Rosina, ni menos se levantó, halagó el pelo de Juan, con cariño le besó, y les dijo a sus vecinos con voz preñada de ira, de desprecio y de valor: —¡Dejazle dormir tranquilo, que vuestras horrendas voces no perturben a mi amor, y marcharos de mi presencia, pues no volveré a la aldea, ya que mi casa está aquí, porque desde hoy ya soy, ante Dios que es el que importa, la fiel esposa de Juan, al que le entregué mi honra y todo mi corazón! —Fue la madre de Rosina herida en su sentimiento con vergüenza con fuerza enloquecida por deshonra tan atróz, la que asiendo a Juan con envilecido furor, del catre al suelo tiró y allí en el suelo empobrecido, del miserable cuartucho, todos juntos comprobaron sumidos en un terror, que de miedo confudiólos al presenciar con pavor, que Juan seguía dormido, y en sus labios florecía una sonrisa feliz, que la muerte por la dicha al matarle le dejó. —¡Está muerto! ¡Le has matado! Dijeron aquellas gentes mirándola despavoridos, como si Rosina fuera demonio exterminador, como si aquella muchacha que siempre del pueblo tuvo el cariño y el halago, el aprecio más pagado, y el amor de los rapazus (mozos) que por ella suspiraban con buen querer e ilusión, cómo si aquella preciosa y angelical criatura que desde niña alegrara con sus cantes y sonrisas, galanuras y prestancias, sencillas y naturales, ausentes de vanidas y de hipócritas maldades, los vivires, y quehaceres de las gentes de aquel valle, de pronto se convirtiera en lo mas sucio y maldito que a un humano le caver. —¡Bruja del demonio eres Xana de gran maldición! —Dijeron algunas gentes con el odio retratado en sus ojos y audición —¡Has venido a esta cabaña tan sólo con la intención de asesinar a este hombre, que era nuestro curador y un santo de bendición! —Levantóse de aquel catre Rosina sin el pudor, y en porricas (desnuda) como estaba, con el cuerpo más perfecto que jamás la tierra dio, abrazose a Juan llorando entre gritos lastimeros tan cargados de dolor, que doblegarían en pena a otras gentes que no fueran sus vecinos que la odiaban, y con desprecio la miraban, con repugnancia y con terror. —¡Fostes vuexotrus baldrietchus, gafuróuxus achuquinus (fuisteis vosotros cobardes, despiadados asesinos), hijos de satan malditos, los que matasteis a Juan mientras que dormía yo, un sueño que no era sueño, sino gloria del Señor! —Gritóles Rosina airada, fuera de sí dislocada, transfigurado su rostro por tan inmenso dolor. —¡Yo pido al Señor del Cielo, o al rey del infierno fiero, que sobre vosotros baje poderosa maldición, que os quite la alegría, la paz y prosperidad por asesinos que sois! —Al día siguiente en el valle fue enterrado el pobre Juan, llorando sin ver consuelo, tras el féretro entablado Rosina le acompañaba hasta la dura morada dónde su cuerpo sin vida sería pasto de la tierra, porque de ella nació. —Con Juan se fue de Rosina la alegría alborozada, el brillo de su mirada cautivadora de amor, su virginidad gozada, sus sonrisas primordiosas que de ángel eran canción, su inocencia candorosa su felicidad dichosa, gozada en el mismo día que su honra se esfumo. —Más de dos meses Rosina en su lecho desesperada enferma de amor vivió, y casi su muerte halló por la pena que sufrió. —Cuando al fin salió del mal y a su cotidiana vida de trabajo retornó, lo hizo ilusionada de renaciente alegría, al saber que en sus entrañas un hijo estaba creciendo fruto de su gran amor. —Fue su vida desde entonces en aquel valle querido, la condena del infierno o un castigo del Señor. —Ella que siempre había sido la hermosura y la canción, la alegría y la sonrisa, la ilusión de tantos mozos que deseaban su amor, la inocente virgen pura sin orgullo ni obsesión, era ahora por sus gentes despreciada con horror, insultada muchas veces con ofensivas mentiras, dónde la airada venganza de la envidia recogió. Hasta los mozos que antes la trataban con cariño y marcada veneración, ahora la repudiaban, y con socarronas risas le lanzaban sucias sátiras, y la nomaban Paraxa (nombraban puta) con la misma asiduidad, que antes le decían bonita en cualquier otra ocasión. —Algunas viejas había que con sutil agudeza que en el aldeano es primor, sembraban entre las gentes el veneno acusador, con frases tan bien urdidas de historias que antiguas son, que Rosina era una Xana, que sólo traería al valle desgracias y males tales, que mejor era apredrearla y arrancarle de su cuerpo su vida de maldición. ALUMBRAMIENTO, MUERTE Y SANTIDAD DE ROSINA —En el culminante estado de su amada gestación, Rosina aquella mañana fue con sus vacas al prado, y allí en el raso campo a la luz clara del sol, se puso enferma de parto, y entre la hierba rosada a dar a luz se acostó. —La alegría acariciada que tanto tiempo esperaba, semilla que iba a nacer fruto de su gran amor, se tornaba por momentos en acuciante dolor, que le hacía revolcarse entre la crecida hierba, entre gritos lastimeros que le arañaban la entraña, porque su hijo quería ver la claridad del sol. —Ella sola en pleno campo, sin que nadie le ayudara, ni menos la consolara ni con palabras ni hechos, sin que una mano piadosa l'enxugara (le secara) los sudores que el dolor los hacía crecer, ella sola a lo salvaje, como siempre había vivido con natural sencillez, como si fuera una fiera con el dolor de mujer, estaba alumbrando un hijo, con la natural manera que en su día lo supo hacer. —El esfuerzo agobiador y el dolor desgarrador que sufriera al alumbrarlo, la privaron del sentido durante ignorado rato, y así el infante gritaba en la soledad del campo, mientras que era lamido con cariño casi humano, por Petra la perra loba, que con su ama la Xana apacentaba el ganado. —Desde las altivas cumbres dónde el águila vigila, con sus ojos encendidos de rapidez desmedida, y precisión ajustada a sus ansias de asesina, la soberana del aire había visto la muchacha, entre las hierbas tendida cual si muerta se encontrara, y al pequeño dando gritos, aunque Petra, cariñosa con maternidad lamiera, cual si su cachorro fuera, no el hijo de su ama. —Sanguinaria y despiadada vio la reina de las cumbres en el infante un festín, de sabrosa carne humana, y bajando de los cielos con sus alas replegadas y la rapidez del rayo cuando del trueno se escapa, arrancó en vuelo rasante de entre las fauces del perro que en el momento cuidaba con desmedido cariño al instante que hacia el cielo el águila se elevaba. —Lamentos que daba el niño entre las feroces garras de águila desalmada, mientras que la fiera alada sin piedad entre sus uñas al instante asesinaba. —Ladridos de grande pena que la perra noble y buena más humana que animal enloquecida hacia el cielo con fiera rabia lanzar, mientras que chillando alegre la reina de las montañas majestuosa planear, para llegar a su nido que colgado en el abismo del inaccesible risco, iba a ser mudo testigo, del ángel que en un festín, un águila devorar. —Al fin la pobre Rosina del olvido del desmayo a la razón retornar, y recorrió con anhelo de una alegría sin par, que había alumbrado a su hijo, y rauda miró angustiada en que lugar se encontrar. —Vio a la noble perra entre la hierba acostada que quejidos murmuraba cual si culpada lo estar, vio su razón desatada ensenderada en camino que a la demencia guiar, si no encontraba a su hijo que ella sabía que alumbrar. —Pero no... pudo hallarle, ni ya nadie le encontrar, porque aquella fiera alada un festín con él se dar. Su dolor al más medrado, su penar crecido al más, hicieron de ella el demente que sin perder la razón como loco se portar. Clavó sus hermosos ojos en el Infinito cielo, y con llanto desgarrado por mil lágrimas regado que las fuentes del dolor desmandadas en riada todo su ser anegar, reclamaba su justicia al Señor que así le hablar: —¿Dónde mi hijo se fue si en mi entraña ya no estar? —¿Dónde Hacedor Poderoso con tantos ojos que tienes que todo lo escudriñar, dónde mi hijo se fue, que ladrón me lo robar? —¡Yo le he visto aquí nacido, sano y fuerte cuando Tú mi sentido me quitar. —¡Dime Señor te lo ruego, y a cambio mi vida entera ahora mismo te entregar, dentro de atroz sufrimiento que inventado aún no estar!, ¿que malvado despiadado a mi hijo me robar? —¡Vamos Señor que no oigo tu Divina voz hablar! —¡Dime si mudo lo eres al menos con una seña dónde mi hijo morar! —¡Despierta Señor del Cielo, si es que dormido lo estás, y busca a mi hijo pronto que sino se morirá! —¡Oh Señor ya te comprendo, no me quieres ayudar, porque a nadie Tú le ayudas mientras que vivo lo estar! —¿Oh acaso soy yo la Xana que en las fontanas morar, y estoy viviendo un sueño que no es mi realidad? —¡Si así es mi creador, el sueño es mi verdad! —Revolcándose en la hierba que su drama presenciar, prisionera del dolor, que descanso ni sosiego, ni un instante le dar, ahogándose en las lágrimas, que de sus ojos brotar, la desgraciada parida horrendos gritos lanzaba, que en el aire se perdían fusionados y apagados en distancia, por el cante del malvís, el jilguero y la calandria, por el rumor de las aguas que felices y hermanadas, el bullicioso torrente hasta la mar las llevaba. Por la canción tan pareja que hace el grillo y la cigarra. Por el graznar de los cuervos y del águila malvada. Por la brisa cariñosa que acaricia oxiginada, los foyajes que orquestean músicas en la arbolada. —Solo Petra su fiel perra con sentimientos de humana, traspasada por la pena, acaricieba lamiendo las lágrimas de su ama, ella si podía decirle si su lengua en voz montara, que taimada criatura a su hijo devorara. —Más de pronto la Rosina, cómo si un demonio fiero en su alma se albergara, dándole vida a una idea que un dolor más encendido por ver clara su desgracia de sus sentidos saltara, con los ojos extraviados por la furia en tal creada, se levantó envenenada con ardor de herida fiera, y asiendo a su noble perra con sus manos encrispadas dirigidas por el odio de su razón desquiciada, apretóla por el cuello con el ansia de matarla, mientras que con voz rabiada gritaba desaforada: —¡Fuiste tu perra maldita la que mataste a mi hijo, la que con placer de averno hiciste de él un festín devorándome mi entraña, fuiste tu asqueroso bicho traicionero y carnicero, la que se comió a mi hijo mientras que yo avasallada por el dolor más profundo fuera de razón estaba! —¡Pero ahora morirás en mis manos desgraciada, y te rajeré tu vientre, y en pequeños pedacitos que enloqueceran mi alma, sacaré de él a mi hijo, aunque no sea nada más que para poder mirar los despojos de mi entraña! —Fuerte y grande era Petra la perra humanizada, que al verse tan maltratada por su ama desquiciada, luchó con fiereza noble librándose del dogal que en su cuello aprisionaba, logrando huir con lamentos hacia la aldea alejada. —Trás ella como una loca, llena de sangre y airada, con sus cabellos revueltos al viento que acariciaba, y sus ojos extraviados dónde la furia brillaba, acusando con palabras de maldición anegadas a su perra endemoniada, entró la moza parida en su aldea enloquecida, y los vecinos al verla en facha tan desastrada, lejos de apenarse de ella, los malditos la injuriaban, y la siguieron gozosos sonrientes en algarada, hasta llegar a la casa dónde Rosina moraba. —Y allí la vieron salvaje como la fiera rabiada, maltratar con una furia que de el tigre era copiada, a la Petra su fiel perra, que aunque comprendiera todo y sin poder decir nada, asustada y encogida miraba entre lamentos a su ama trastornada. —¡No te escaparás ahora de mi venganza malvada, bestia satánica y ruina, peor que tu hermano el lobo de donde has sido encarnada, tú has devorado a mi hijo, y yo te arrancaré tu alma! —¡Mientes bruja fuiste tú, la que vil muerte le diste igual que has hecho con Juan, y harás desgracias sin par en el valle mientras vivas, porque eres la Xana mala, qu’encaldas (que haces) calamidades, sin darnos ninguna dicha, por eso vas a morir ahora mismo por maldita! —Dijo una vieja rabiosa a la par que una pedrada le lanzó contra su cuerpo. Otras personas con saña a la vieja secundaron. Y así la Xana Rosina, la muchacha más hermosa que jamás criara el valle, la de mejor sentimientos, la de más puras maneras y naturales virtudes, moría a manos de sus gentes, apredreada y despreciada, tratada como una bruja, que sólo sembraba el mal. —Y Rosina no había sido nada más que un ángel bueno, que supo amar y vivir dentro de la libertad, tan natural y sencilla como la vida que crece en rico o pobre lugar, Rosina con ser antigua, siempre moderna será, como las mozas de hoy, si alguna sabe de veras lo que es la libertad, no el anárquico vivir que a su gusto se inventar. —Justamente el mismo día que sus malvados vecinos a la Xana asesinar, una peste pobló el valle, y’achegaba en fechura de morrinas, que dexaba a lus teixus ya les cortes, enxemaus de prexones y’animales, en fechura de cadarmus que fedíen, como guelen les morrines enus branus. (Y llegaba en hechura de mortandades, que dejaba a las casas y a los establos, sembrados de personas y animales, en forma de cadáveres que olían, como suelen hacerlo los cuerpos muertos abandonados en los campos con las calores de los veranos). —No fueron tardas las gentes de aquel próspero valle, en darse cuenta de que aquella calamidad que les rodeaba en forma de muerte, de dolor y de otros males, era un merecido castigo que el Cielo les enviaba, por haber dado muerte tan injustamente a la Xana Rosina, que era la criatura más deliciosa y buena que había nacido para bien de todos en el valle. —Pronto comprendieron todos al hacer memoria, que durante el tiempo que la melgueira Rosina había vivido junto a ellos, solo felicidad, alegría y bienestar habían gozado siempre, sólo desde el momento que tan vilmente la habían asesinado, sobre todos ellos desencadenárase la peor de las desdichas, tal parecía que la peor de las maldiciones pesara sobre ellos, para hacerles pagar la horrenda muerte que le propinaran a la inocente Rosina. Por esto, todos en la intimidad de sus pensamientos en un principio, le rogaban fervorosamente a la Rosina que les perdonara el cuantiosísimo mal que le habían hecho, y luego ya más tarde, todo el valle ya convencido de que sólo Rosina podría salvarlos de aquella maligna peste que llevaba a sus vidas y diezmaba a sus ganados, se reunieron en comunal junta las seis aldeas que formaban el valle, y acordaron con el consejo del cura que el veía en aquella santoral industria un saneado negocio para su cuarexa (cartera), levantarle en el centro del valle con todo el apremio que fuera posible, una pequeña capilla, dónde se veneraría la imagen de Rosina con el Santo nombre de Santa Rosa, que sería siempre la soberana y fiel guardadora de todas las gentes y eros de aquel valle, dónde siempre había vivido con la felicidad y alegría de un ángel, y había sabido morir, con la entereza, resignación y valentía, con que suelen hacerlo los santos mártires. —Y fue cosa casual, o tal vez milagrosa, pues nadie a ciencia cierta sabe hasta dónde llegan los misterios que encierran a la Humanidad, la historia o leyenda fue que nada mas que dio comienzo la santoral obra, otra vez volvió a reinar en el valle la alegría y a felicidad, la prosperidad y el bienestar que siempre tuvo, que según el parecer de todos desde el mismo Jardín del Cielo, a todos por igual les enviaba Rouxina, la Melgueira ya embruxante xanina, que ellos un día tentados por el mismo demonio, la habían insultado, despreciado e inhumanamente asesinado. —Y así todos los años, en la misma fecha que la habían tan vilmente apedreado quitándole tal vilmente la vida, viejos y jóvenes, gozosos y felices, alegres y llenos de sana y recia fe, cantaban y bailaban lo mismo que solía hacer la Xana Rosina, y satisfechos de natural felicidad se divertían al lado de su encantadora ermita, festejando con suprema fe su Romería.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > freirus

  • 9 bear

    I beə past tense - bore; verb
    1) ((usually with cannot, could not etc) to put up with or endure: I couldn't bear it if he left.) aguantar, soportar
    2) (to be able to support: Will the table bear my weight?) aguantar
    3) ((past participle in passive born bo:n) to produce (children): She has borne (him) several children; She was born on July 7.) dar a luz, parir
    4) (to carry: He was borne shoulder-high after his victory.) cargar, llevar
    5) (to have: The cheque bore his signature.) llevar
    6) (to turn or fork: The road bears left here.) desviarse
    - bearer
    - bearing
    - bearings
    - bear down on
    - bear fruit
    - bear out
    - bear up
    - bear with
    - find/get one's bearings
    - lose one's bearings

    II beə noun
    (a large heavy animal with thick fur and hooked claws.) oso
    bear1 n oso
    bear2 vb aguantar / soportar / resistir
    to bear in mind tener en cuenta / tener presente
    tr[beəSMALLr/SMALL]
    1 SMALLZOOLOGY/SMALL oso
    2 SMALLFINANCE/SMALL bajista nombre masulino o femenino, especulador,-ra a la baja
    1 SMALLFINANCE/SMALL vender al iniciarse una bajada de precios para volver a comprar luego a un precio más bajo
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be like a bear with a sore head estar de un humor de perros
    bear hug apretujón nombre masculino, abrazo muy fuerte
    bear account posición nombre femenino de vendedor
    bear cub SMALLZOOLOGY/SMALL osezno
    grizzly bear oso pardo
    the Great Bear la Osa Mayor
    the Little Bear la Osa Menor
    ————————
    tr[beəSMALLr/SMALL]
    transitive verb (pt bore tr[bɔːSMALLr/SMALL], pp borne tr[bɔːn])
    1 (carry) llevar
    2 (name, date) llevar
    3 (show signs of) mostrar, revelar
    4 (weight) soportar, aguantar; (responsibility, cost) asumir
    5 (tolerate) soportar, aguantar
    how do you bear the job? ¿cómo aguantas el trabajo?
    6 (fruit) producir
    7 SMALLFINANCE/SMALL (interest) devengar
    8 (give birth) tener, dar a luz
    1 (turn) torcer a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to bear in mind tener presente
    to bear a grudge guardar rencor
    to bear witness to something ser testigo de algo
    to bear no relation to no tener nada que ver con
    to bring pressure to bear ejercer presión (on, a), presionar (on, a)
    it doesn't bear thinking about me da escalofríos nada más pensar en ello
    bear ['bær] v, bore ['bor] ; borne ['bɔrn] ; bearing vt
    1) carry: llevar, portar
    2) : dar a luz a (un niño)
    3) produce: dar (frutas, cosechas)
    4) endure, support: soportar, resistir, aguantar
    bear vi
    1) turn: doblar, dar la vuelta
    bear right: doble a la derecha
    2)
    to bear up : resistir
    bear n, pl bears or bear : oso m, osa f
    adj.
    bajista adj.
    n.
    bajista s.m.,f.
    oso s.m.
    v.
    (§ p.,p.p.: bore, borne) = aguantar v.
    apoyar v.
    cargar v.
    gobernar v.
    llevar v.
    parir v.
    partir v.
    permitir v.
    producir v.
    (§pres: produzco, produces...) pret: produj-•)
    resistir v.
    sentir v.
    sobrellevar v.
    soportar v.
    sufrir v.

    I
    1. ber, beə(r)
    (past bore; past p borne) transitive verb
    1)
    a) ( support) \<\<weight\>\> aguantar, resistir; \<\<cost\>\> correr con; \<\<responsibility\>\> cargar* con
    b) ( endure) \<\<pain/uncertainty\>\> soportar, aguantar
    c) (put up with, stand) (colloq) (with can) \<\<person\>\> aguantar (fam), soportar; \<\<noise\>\> aguantar, soportar

    I can't bear her — no la soporto, no la aguanto or no la puedo ver (fam)

    to bear to + inf: I can't bear to watch! — no puedo mirar

    2)
    a) ( carry) (liter) \<\<banner/coffin\>\> llevar, portar (liter)
    b) ( harbor)
    3) (have, show) \<\<title/signature\>\> llevar; \<\<scars\>\> tener*; \<\<resemblance\>\> tener*, guardar
    4)
    a) ( produce) \<\<fruit/crop\>\> dar*; \<\<interest\>\> devengar*
    b) ( give birth to) \<\<child\>\> dar* a luz

    she bore him six children — (liter) le dio seis hijos (liter); see also born I


    2.
    vi
    a) ( turn) torcer*

    bear left/right — tuerza or doble a la izquierda/derecha

    b) ( weigh down) (frml)

    to bear on somebody: the responsibility bore heavily on her — la responsabilidad pesaba sobre sus hombros; bring 2) a)


    3.
    v refl (frml)
    a) (hold, carry)
    b) ( behave)

    to bear oneself — comportarse, conducirse* (frml)

    Phrasal Verbs:

    II
    noun oso, osa m,f

    he's a regular bear in the morning — (AmE) por las mañanas está de un humor de perros

    to be like a bear with a sore head — (colloq) estar* de un humor de perros (fam)

    to be loaded for bear — (AmE colloq) estar* listo para el ataque; (before n)


    I [bɛǝ(r)]
    1. N
    1) (=animal) oso(-a) m / f ; (fig) (=man) grandullón * m

    the Great/Little Bear — la Osa Mayor/Menor

    - be like a bear with a sore head
    - be loaded for bear
    brown 5., grizzly, polar
    2) (also: teddy bear) osito m de peluche
    3) (Econ) (=pessimistic trader) bajista mf
    2.
    CPD

    bear baiting Nespectáculo en el que se azuzan a unos perros contra un oso

    bear cub Nosezno m

    bear garden N — (fig) manicomio m, casa f de locos

    bear market N — (Econ) mercado m bajista

    bear pit N — (fig) manicomio m, casa f de locos


    II [bɛǝ(r)] (pt bore) (pp borne)
    1. VT
    1) (=support) [+ weight] aguantar, sostener; - bearing
    2) (=take on) [+ cost] correr con, pagar; [+ responsibility] cargar con; (fig) [+ burden] soportar

    they bear most of the responsibility for elderly relatives — cargan con la mayor parte de la responsabilidad de atender a familiares ancianos

    3) (=endure) [+ pain, suspense] soportar, aguantar

    I can't bear the suspenseno puedo soportar or aguantar el suspense

    I can't bear him — no lo puedo ver, no lo soporto or aguanto

    brunt
    4) (=bring) [+ news, gift] traer
    5) (=carry) llevar, portar liter

    protesters bearing placardsmanifestantes mfpl llevando or portando pancartas

    to bear armsfrm portar armas frm

    he bore himself like a soldier (posture) tenía un porte soldadesco; (behaviour) se comportó como un verdadero soldado

    6) (=have, display) [+ signature, date, message, title] llevar; [+ mark, scar] conservar

    she bears him no ill-will (grudge) no le guarda rencor; (hostility) no siente ninguna animadversión hacia él

    witness 1., 2), mind 1., 3)
    7) (=stand up to) [+ examination] resistir
    8) liter (=produce) [+ fruit] dar; frm [+ child] dar a luz a; (Econ) [+ interest] devengar
    2. VI
    1) (=move)

    to bear (to the) right/left — torcer or girar a la derecha/izquierda

    2)

    to bear on sth(=relate to) guardar relación con algo, tener que ver con algo; (=influence) influir en algo

    bring
    3) (=afflict)
    * * *

    I
    1. [ber, beə(r)]
    (past bore; past p borne) transitive verb
    1)
    a) ( support) \<\<weight\>\> aguantar, resistir; \<\<cost\>\> correr con; \<\<responsibility\>\> cargar* con
    b) ( endure) \<\<pain/uncertainty\>\> soportar, aguantar
    c) (put up with, stand) (colloq) (with can) \<\<person\>\> aguantar (fam), soportar; \<\<noise\>\> aguantar, soportar

    I can't bear her — no la soporto, no la aguanto or no la puedo ver (fam)

    to bear to + inf: I can't bear to watch! — no puedo mirar

    2)
    a) ( carry) (liter) \<\<banner/coffin\>\> llevar, portar (liter)
    b) ( harbor)
    3) (have, show) \<\<title/signature\>\> llevar; \<\<scars\>\> tener*; \<\<resemblance\>\> tener*, guardar
    4)
    a) ( produce) \<\<fruit/crop\>\> dar*; \<\<interest\>\> devengar*
    b) ( give birth to) \<\<child\>\> dar* a luz

    she bore him six children — (liter) le dio seis hijos (liter); see also born I


    2.
    vi
    a) ( turn) torcer*

    bear left/right — tuerza or doble a la izquierda/derecha

    b) ( weigh down) (frml)

    to bear on somebody: the responsibility bore heavily on her — la responsabilidad pesaba sobre sus hombros; bring 2) a)


    3.
    v refl (frml)
    a) (hold, carry)
    b) ( behave)

    to bear oneself — comportarse, conducirse* (frml)

    Phrasal Verbs:

    II
    noun oso, osa m,f

    he's a regular bear in the morning — (AmE) por las mañanas está de un humor de perros

    to be like a bear with a sore head — (colloq) estar* de un humor de perros (fam)

    to be loaded for bear — (AmE colloq) estar* listo para el ataque; (before n)

    English-spanish dictionary > bear

  • 10 carraca

    Carraca, esta palabra significa comida, condimentos, conquivus, (cacharros, etc.). Cuando íbamos a llindiar el ganáu disdi ‘l albiar el díe fasta que tapecíe, (cuidar el ganado desde el amanecer hasta el oscurecer) llevábamos la carraca nun cabaxín, zurronacu ou cestacu cualquier, (cabás, zurrón o cualquier otro cesto). Les muyeres baxaben al merquéu ya traíen la carraca pa toa la xemana. (Las mujeres bajaban al mercado y compraban si tenían dinero lo que se necesitase en la casa para toda la semana). Carraca tamén lu ye lu que lus vaqueirus chebaban disdi la teixá pal sou cabanu ou corte de la braña, dunde a lu mexor taben un fatáu de díes xin baxar a l'aldina, per ístu llebaben un carracáu de couxes que ñecexitaben. (Carraca también es lo que los vaqueros llevaban desde casa para sus cabañas del puerto, las morteras o los prados, donde a lo mejor estaban unos días sin bajar a la aldea, por esto subían muchas cosas que necesitaban y no todas eran para comer sino que algunas eran simples cacharros, o humildes mantas. Y carraca hermanos míos, era la que hacía mi madre y todas las vindas de los rojos, cuando todas las semanas iban a visitar a sus maridos a la Cárcel Modelo de Oviedo, como por las demás no puedo hablar, porque yo no sé cómo se arreglaban las pobrecitas, aunque me supongo que muchas hasta pidiendo limosna, sí que lo puedo hacer de mi madre, que todos los martes era el día que tenía de comunicación, y ella nunca sabía si le iba encontrar vivo, porque por aquellos tiempos fechus de llágrimes ya xufriencies, tous lus díes na carxel d'Uviéu achuquinaben cambrionáus enteirus de xóvenes astures y'anxina d’ista maneira tan achuquina, encalducá per prexones xin concencia, nin dinidá nin «Xusticia Humana», fexérun bon amagüestu de toes les xuventúes roxes d'Asturies, ya les pouques que nun achuquinarun llantárunlas nus batallones de trabayadores, dunde munchus morrierun achindi fartus de fames, de llatigazus ya vexaciones, ya lus oitres que xuerti tubieren de golguer pa la sou teixá, fexérunlu mamplenáus d'amollexíes que per mor d'echus tamén fatáus morrieron. Falaba you que carraca yera lu que miou má le chevaba ‘l miou pá tous lus martes a la carxel, que you nun séi lu que yera, perque na nuexa teixá nun había esconxolancia de nagua, peru lu que fora écha llantábalu tou nuna fardelaca, ya colaba na xuntura d'oitres muyeres de l'allina camín d'Uviéu tres ou catru gores endenantes qu’almaneciera, pos teníen qu'espatuxar alrreór de cuarenta quilómetrus andandu ya oitres tantus pa la regolguía, pos entoncenes nun valía faer el auto-stop que güéi se fae, perque tous lus cambriones ya coches cuaxi yeren millitares, y'angunus oitres yeren de lus drechistes, ya lus roxus nun teníamus namái que goxetáus mexeries, ya manegáus de miéu ‘l nuexu hermenu ‘l venceor, perque lus nuexus homes morrieran lluchandu nel frinti, ya lus oitres taben arretrigáus per les cárxeles dunde poucu a poucu lus achuquinaben ou lus esclavizaben nus batallones de trabayaóres, anxina yera que tou Asturies taba xemada de viudes, de vieyus ya de guaxiquinus güerfaninus, que tous nuexóitres, viétchus, muyeres ya nenus de lus roxus, díbamus ser esclavizáus inhumanamente baxu 'n enfernal xugu que nun nus dexaba más llibertá que la que nel xuenu cheldábamus. —Ya n'agora vou xebrame del trabayu d'enfilerar pallabres p'encalducalus cuamigu dientru d’ista hestoria dou tán lus raigones ya l'escola de nuexes costumes ya llingua. TRADUCCIÓN.—Por aquellos tiempos hechos de lágrimas y de grandes sufrimientos, todos los días que el Hacedor alumbraba, en la cárcel de Oviedo asesinaban camiones enteros de jóvenes astures, y así de esta manera tan despiadada y asesina, llevada a cabo por personas sin conciencia, ni dignidad ni ninguna clase de «Justicia Humana», llevaron a término casi el total exterminio de las juventudes rojas de Asturias, y las pocas que no asesinaron, las esclavizaron en los famosos batallones de trabajadores, donde muchos allí murieron hartos de hambre, de vejaciones y latigazos, y los pocos que tuvieron la suerte de volver a sus hogares, lo hicieron llenos de enfermedades que por mor de ellas también murieron bastantes. —Decía yo que carraca también era lo que mi madre le llevaba todos los martes a mi padre a la cárcel, que yo no sé lo que pudiera ser, porque en nuestra casa no había ninguna cosa de nada, pero lo que fuese ella lo metía dentro de una saca y marchaba en unión de otras mujeres de la aldea camino de Oviedo tres o cuatro horas antes que amaneciese, pues tenían que caminar alrededor de cuarenta quilómetros y otros tantos de retorno y todos los hacían andando, pues no servía hacer el auto-stop que hoy se hace, porque todos los camiones y coches casi eran militares, y algunos otros que había eran de los derechistas, pues los izquierdistas no teníamos nada más que grandes cantidades de miseria, así como de miedo a nuestro hermano el vencedor que jamás se portó nada bien con nosotros, porque nuestros hombres habían muerto en el frente, y los otros estaban presos en las cárceles, donde poco a poco les iban asesinando, o los esclavizaban en los campos de concentración o batallones de trabajadores, así era que toda Asturias estaba sembrada de viudas, de viejos y de niños huérfanos, que todos nosotros, viejos, mujeres y niños de las izquierdas, íbamos a ser esclavizados inhumanamente bajo el infernal yugo que no nos dejaba más libertad que la que en el sueño hacíamos. Y ahora me voy alejar del trabajo de poner en orden las palabras en este diccionario, para llevarles conmigo a los lugares donde yo he aprendido la dulce lengua de Asturias, que no es otro lugar que la escuela donde vivían las raíces y costumbres de Nuestro Pueblo, pues no se pueden buscar nuestras falancias en ningún otro lugar ni parte. Por esto les digo ahora, que si yo no hubiese vivido tan simple, sencilla, pobre, miserable, esclavizadora y dentro de la más natural de la «RAIZ ANCESTRAL DE ASTURIAS», ni yo ni nadie podría legarle a mi «AMADA ASTURIAS» ni a sus «HIDALGAS GENTES», la documentación pura, natural y sencilla que pueda tener este diccionario, porque desde estas mis simples líneas y mirándome muy mucho de lo que digo, les afirmo que hay muy poco fiable por no decir nada, escrito de nuestras costumbres y lengua. «DIES D’ENFERNU» (DÍAS DE INFIERNO) —Yera you 'n zaragoletu, 'n guaxiquín, un nenacu, 'n rapacín (un niño de unos ocho años), cundu la ñecexidá más prieta me fexera depriender lu que yera ‘l dollor, la xufriencia, l’inxusticia, lu pior qu'el Home pudiés encaldar d'enría lus sous xemexantes, you yera ún de lus miles d'anxelinus de miou Tierra que diba faer arroxaúra nel vivir d’ enfernu que m’aguardaba. Xin, fatáus de güérfanus lu mesmu que you, que güéi nel díe xuntu con nuexes familias, ente fius, ñetus, ya tou ‘l andecháu de parantela xomus más de la metá de les xentes d'Asturias, peru naquechus tempus d'achuquinus ya inxusticies nun yéramus namái qu'unus guaxiquinus dexamparáus de la man del Faidor ya del Home, ya tous noxóitres tubiemus que catanus el xustentu de fatáus de maneires diferientes, la miou per exemplu fó'ísta. COLOCOUME MIOU Má de cabrieru na teixá d'un amu baldrayu y atuñáu, llabascu y'achuquín tan solu per que me diera de comer ya me vistiera dalgu, peru ‘l condenáu matábame de fame, ya la vestimenta que punxu d'enría ‘l miou llombu conxistía nun calzáu que la metá ‘l tempu espatuxaba con las patas arregañás, apaxiétchau con unus fatucus tous esgacicáus que per tous lus lláus diben les mious carnis al entestate, acaniláes per el callor ya ‘l fríu en tou ‘l tempu. —Tenía yo aproximadamente ocho años de edad cuando me asesinaron a mi padre, y me recuerdo con toda exactitud cómo la ley de aquel tiempo llevó a cabo tan imperdonable, deshumanizante y vandálica felonía. —Nuna nuétche (una noche) llegaron a la casa de unos tíos míos que en mi aldea vivían y donde mis padres y yo nos refugiamos al término de la guerra en Asturias cuatro desalmados, cuatro bandoleros, cuatro inmundicias humanas, que escudados tras de sus armas empuñadas, representaban l'enñordiada Lley (LA SUCIA LEY) que en aquellos tiempos a la Justicia traicionaba, cuento yo, que aquellos cuatro merucus (gusanos), atemorizando e insultando a toda mi familia, detuvieron a mi padre, le amarraron como a la bestia que se lleva al matadero y se lo intentaron llevar de la casa, sin que mis tíos, (y la cosa no era para menos), intentasen pronunciar asustados como se encontraban ni la más mínima palabra de súplica o protesta. Pero mi madre no les secundó, sino que bravamente intentó defender al sou home (a su marido) no sólo con la palabra, que mi madre la tenía d'aguxa lu mesmu qu’un bon obreiru (de afilada lo mismo que un buen aguijón), sino que temerariamente se abalanzó sobre ellos y fuele preciso a uno de aquellos cobardes y desalmados representantes de la deshumanizada ley que corría en aquellos tiempos, de propinarle varios golpes con la pistola, dejándola mal herida y ensangrentada, tirada en el suelo con el conocimiento perdido. Mientras que aquellos bandidos, se llevaban a mi padre sin permitirle que de mi se despidiera, y tan solamente le he podido ver por última vez, tres les rexes de la cárxel d'Uvieu 'n die 'ndenantes que l'achuquinaren. (Detrás de las rejas de la cárcel de Oviedo, un día antes de que le asesinasen). Pronto mi madre y yo, llenos de la más desolante de las tristezas, y vestidos con el traje de las más indigentes miserias y pobrezas, nos marchamos de la casa de mis tíos y nos asentamos en la abandonada, vieja y destartalada casa de mi abuela. Y sin muebles, ni nada, los dos juntos, como grandes e indomables luchadores que hemos sido siempre, dimos comienzo sin desfallecer ni un momento, a la dura lucha por la vida, sin que nadie jamás nos ayudara. Empecé a ganarme la vida como pastor, a la corta edad de que cualquier niño sólo pensaría en jugar, comer cuando tuviese hambre y recibir de continuo montones de caricias y de amor, yo sin embargo, a pesar de no poseer nada de todas estas maravillosas cosas, era en extremo a mi manera feliz. Marchaba todas las mañanas con mi ganado al monte, donde permanecía todo el día, tan sólo con la compañía que me brindaba mi fiel y siempre por mí con cariño recordado Pelayu, que era un perro, de una inteligencia y sentimientos, que más bien que un chuchu (perro), parecía aquel singular animal un ser humano. Luego por las tardes, cuando el sol se escondía por detrás de las altas cumbres, retornaba feliz a la aldea, siempre lleno de contentura, cantando las más de las veces, amenizado por el potente tañir del zumbiétchu (cencerro) que llevaba colgado al cuello el semental del rebaño. Una mañana como tantas otras me encaminé con mi rebaño al monte y seria como a la media tarde cuando a la entrada de una cueva que se asentaba en un lugar casi inaccesible me encontré medio enterrado con las piedras y la escasa tierra que hacían la reducida plataforma de la portada de la caverna, un pequeño aro de oro, yo he tenido por así decirlo desde mi infancia la inmensa suerte de poseer una imaginación tan inmensamente dislocada, que por tal solían decirme mis vecinos, que era yo el rey de las mentiras, así como el más hábil inventor de endemoniados cuentos. El caso era, que aquel misterioso anillo abandonado a tan larga distancia de mi aldea y en lugar tan argutosu (estrecho, alto, inaccesible), hiciéronme presto pensar, que aquella joya no había llegado a tal escondrijo por sí sola, sino que desde luego alguien la había traído. En el momento mi imaginación desbordante de una alegría que no encontraba un fin para frenarla, comenzó a fomentar sin el menor titubeo la fantástica idea de que en el interior de aquella caverna debía de encontrarse un tesoro de preciosas joyas y valorativas monedas, y quién le había ocultado sabe Dios cuando, seguramente habría perdido aquel anillo que por casualidad yo encontrara. Así pues, ya firmemente convencido, adentreme temerariamente sin el menor temor por la angosta cueva con las miras de apoderarme de aquella inmensa riqueza que según mi soñativa imaginación me había hecho comprender que en su interior me estaba aguardando. Pero aquel día no conseguí mi feliz propósito, porque era la caverna más larga de lo que había pensado y la oscuridad que en ella reinaba me hacía ciego de toda luz. Senteme en su entrada muy desilusionado al no poder lograr lo que había soñado, pero pronto mi mente empezó a dibujarme mil dispares tesoros, pues por el rastro que descubriera seguramente que dentro de la gruta se hallaría escondida alguna chalga (tesoro) guardado con toda seguridad por una Xana, Xumiciu, Trasgu o Culiebru (dioses de la Mitología asturiana), pues al decir de el abuelo Nicomedes cuando en las largas veladas de los inviernos y sin jamás interrumpirle con grande contentura le escuchábamos las leyendas, cuentos e historias que él lúcida y socarronamente nos contaba, afirmándonos siempre que eran tan ciertos sus relatos, como que todos habíamos nacido para morir. Y cuando hablaba de las chalgas aseguraba que tal o cual vecino, morador de esta o aquella aldea, se había hecho de la noche a la mañana rico al haber encontrado una chalga. También afirmaba poniéndose muy serio alegando unos razonamientos que convencían, que las montañas que rodeaban nuestra aldea había muchas chalgas escondidas, que fueron sepultadas hacía muchos siglos por los invasores moros, que al ser vencidos por los astures y al no poder huir con tan pesados tesoros, los ocultaban en las montañas con las miras de poder regresar algún día a desenterrarlos. Como cuento, yo en aquellos momentos vivía alborozado, sumergido en una disloca alegría al saberme ya dueño de aquella incontable riqueza, haciendo que mis inocentes ojos sonriesen felices inmersos en la imaginativa dicha de poder muy pronto liberar a mi madre de la pobreza y quitarla del agobiador trabajo que faenaba trabajando en los eros de los vecinos de estrella a estrella por un miserable sueldo andechandu (en cuadrilla) todos los días. Y así pensando todas las dichas que mi infantil mente podía imaginar, rodeado por el sepulcral silencio que envolvía la grandiosidad de las montañas, rasgado de vez en cuando por el potente y agudo graznido que desde los peñascos más inaccesibles, o desde los infinitos espacios donde con majestuosidad planeaban, lanzaban las útres (águilas), que con ojos inquisitivos oteaban con hambrientas intenciones los escabrosos riscos y las empinadas fistietchas (pequeños valles encajonados entre las peñas), con la esperanza achuquinante (asesina) de poder atrapar con la rapidez del rayo, algún recental que se hubiese xebrau (apartado) de su madre. También aquel silencio que invitaba a la meditación era con más continuidad cortado, por el dinámico tañir del zumbiétchu (pequeño cencerro) que colgaba del brioso cuello del macho cabrio, conductor y semental del rebaño. Como cuento, allí permanecía ensimismada mi mente en el soñar despierto, fabricando sin trabas de la misma nada, las más disparatadas y fabulosas dichas, que harían la felicidad de mi madre junto con la mía. Llegó casi sin enterarme el atapecer del día (al oscurecer) y fue entonces cuando desperté con prisa del maravilloso soñar donde vivía, y raudo, con agilidad y destreza que hoy al recordarla me causa dicha, reuní en pocos minutos mi rebaño, ayudado con eficacia por Pelayu, mi fiel, obediente, valiente y amaestrado perro, que no le tenía miedo a nada ni a nadie si exceptuamos al siempre mal intencionado y vigoroso macho semental de la reciétcha que yo allindiaba (ganado menudo que yo cuidaba). Y cuando ya el día agonizaba entre las negras vestimentas de la noche, entré en mi aldea conduciendo orgullosamente mi rebaño. A la entrada del pueblo sentado plácidamente fumándose un cigarro, estaba esperándome mi amo preocupado por mi tardanza y acercándose a mí, con palabras desaforadas e insultantes, a la par que me reprendía con dureza, me preguntaba el por qué me había demorado tanto. No recuerdo lo que le contesté, ni la historia que le largué, lo que si sé, que no se creyó de ella nada, pues todas las gentes que me conocían bien sabían, que yo confundía la verdad con la mentira haciendo con entrambas las más inverosímiles y dislocadas historias. Sin embargo, lo que yo sabía muy bien, era que aquel miserable labriego de mi aldea, que tenía la desgracia de cuidarle sus ganados, por la triste desgracia de una comida infame y peor vestimenta, no le incomodaba en absoluto que yo llegase tarde o que me despeñara desde un serapu (peña) y me escontonara la motchera (rompiera la cabeza), lo único que le preocupaba al condenado, era que llegasen a su teixada (casa) sanos y fartus (hartos) todos sus ganados. Al siguiente día bien de mañana como de continuo hacía, con un poco de sabadiegu (chorizo malo) un cantezu (pedazo) de pan moreno y cuatro manzanas dentro de mi zurrón, salí de mi aldea afaluchandu (arreando) el rebaño, y con aquellas miserables viandas que llevaba en mi morral, tenía que aguantar todo el día en el monte corriendo sin descanso tras aquella veceira (rebaño) de cabras. Lo que no sabía el condenado de mi amo, era que yo siempre que tenía hambre, le ordeñaba sus cabras dentro de una lata que tenía escondida en la montaña, hartándome tanto yo como mi fiel Pelayu de espumosa y fresca leche hasta el golifar (hastiar). Si el bastruya (zafio) de mi amo tan sólo hubiese sospechado que le mucía (ordeñaba) sus cabras todos los días, me hubiera eszarapau (despedazado) mi frágil cuerpo con un mamplén de cibiétchazus (con muchos palos). Espatuxaba (caminaba) yo muy contento aquella mañana, quizás lo hiciera mucho más feliz que nunca, arreaba mi rebaño con desacostumbrada prisa, porque ansias locas tenía de llegar a la montaña, para entrar de nuevo en la misteriosa cueva, pues ahora ya no tendría problemas con la obscuridad que en ella reinaba, ya que conmigo llevaba una caja de cerillas y un pequeño candil que le había arrapiegáu (hurtado, quitado) de la corte (cuadra, establo) a mi amo, y con aquella luz, sería capaz de bajar hasta las mismas entrañas de la tierra, si a tal lugar la caverna se extendiese. Aquella noche había dormido poco y soñado mucho, tanto despierto como dentro del desvelado sueño, y tanto de una manera como de la otra, siempre llegaba a la conclusión, de que dentro de aquella para mi misteriosa gruta se ocultaba una fabulosa chalga de la que iba ser yo su señor y dueño, y cuando tal me sucediese, ya no sería yo más criado de ningún rapiegu (zorro) amo, ni tampoco a mi querida madre se le encallecerían jamás las manos, efectuando esclavizantes trabajos, nunca para el prójimo bien servidos y siempre por él peor pagados, ni se partiría sus costillas refrescándose el cansancio en su propio sudor por las fincas de nuestros vecinos, por donde se arreventaba todos los días del año, por la mezquina soldada de una fuente no muy grande de harina, un cesto de patatas, o cualquier otra vianda que mitigase el enorme fantasma del hambre, que desde el fin de la guerra se había enseñoreado de nuestro indigente char (lar), que nos obligaba despiadadamente a unos ayunos tan sumamente raquíticos, que el día que comíamos algo en traza (algo mas), tal parecía que habíamos cometido un grave pecado. Cuando yo fuese dueño de aquel tesoro, (abanzaba seguido de Pelayu arreando con prisa los ganados camino de la argutosa «abrupta» montaña, a la par que imaginativamente iba pensando), compraremos una casa decente, buenas fincas y mejores ganados, y entonces nuestros vecinos nos mirarán con respeto, y no nos tratarán con el menosprecio y la esclavitud a que ahora nos someten. Llegué al fin hasta el lugar que por costumbre tenía de enveredar el ganado para que a su aire subiesen guareciendu (pastiando) como siempre hacían hasta llegar al final de la tarde que era cuando el rebaño solía alcanzar lo más alto de la montaña. Pero aquel día no seguí yo al redil como siempre hacía, sino que me adelante a él corriendo sin el menor cansancio laderas arriba, hasta que por fin sudoroso y galopante en la alegría llegué a la vecindad de la caverna. Pude comprobar sonriente a la par que cariñosamente acariciaba a Pelayu, cómo éste me miraba contrariado al ver que yo por primera vez había cambiado todos mis cotidianos hábitos. Ya que siempre nada más llegar al monte y dejar a las cabras a su albedrío pastiando, nos sentábamos en el lugar acostumbrado, y zampábamos sin pérdida de tiempo a partes iguales como buenos compañeros, la miserable comida que nos había servido nuestro amo. Después jugábamos incansablemente en mil dispares entretenimientos hasta quedarnos rendidos, y muchas veces tras de nuestros juegos, los dos juntos abrazados nos quedábamos profundamente dormidos y al despertarnos sino avistábamos el rebaño, corríamos alocados por la preocupación, por entre los abruptos riscos, y las espinosas malezas hasta lograr encontrarlo. Después otra vez gozosos retornábamos a nuestros juegos, o yo me quedaba mirando a las montañas ensimismado pensando, mientras que Pelayu se entretenía cazando grillos, u otros insectos, y otras veces con sus blancos y poderosos colmillos recorría con rabia su pelambrudo cuerpo, diezmando la cabanada (rebaño) de pulgas y otros parásitos que con su sangre se alimentaban. Como cuento, aquella mañana mi fiel Pelayu me miraba preocupado, pudiendo yo observar en sus vivarachos, picarescos e inteligentes ojos, una recriminación que me estaba haciendo, por su forma de ponerme sus fuertes patas en mi pecho, a la vez que me lamía entre pequeños y cariñosos ladridos mi rostro. Si con sus ladridos pudiese hablar mi lenguaje, seguramente que me diría. —No seas un iluso soñador, mi más querido y preciado compañero, no llegues con tu fantástico pensamiento hasta el extremo de acariciar ni tan siquiera cuanto te has imaginado. Comámonos con la alegría de que hacemos gala todos los días, esa mezquina comida que nos da nuestro despreciable amo, y juguemos con la inocente felicidad de siempre, ya que éste será el más grande tesoro que jamás podrás superar en tu vida. ¿Dónde podrás hallar una riqueza que se pueda comparar a la natural y sencilla felicidad que hoy gozas, aunque ésta se haga su camino dentro de la gran pobreza que te acompaña? Pero hoy yo sé fijamente, que aunque mi perro pudiese hablar, haciendo que en tal momento me asustase al presenciar tan grande milagro, y me dijese que no entrase en la cueva, porque lo que dentro de ella iba a encontrar sería mi propia muerte, la verdad es, que ni al mismo Faidor (Dios) en aquellos momentos yo no obedecería, y así de resuelto, encendí el candil, y sin el menor asomo de miedo, ya que la ilusión y la alegría que poblaban mi espíritu en aquel encaldar (hacer) eran tan inmensos, que empequeñecían hasta el ignoro cualquier otro sentimiento. Adentreme en la cueva que era iluminada tenuemente con la pobre luz que el candil despedía, siempre acompañado de Pelayu que tras de mí, el muy tuno de mi aventura se reía, no era larga la caverna, pues a treinta metros no alcanzaría, y cuando llegué al final, no encontré ni las Xanas, ni los Trasgus ni Xumicius, ni la chalga, preciado tesoro que yo perseguía, sólo había muchos cascos de avellanas y de nueces, algunas latas de conservas ya vacías, unos trapos manchados de sangre, unas mantas viejas y apoyadas en la rocosa y húmeda pared de la cueva, había varias armas de fuego que pronto me hicieron olvidar la riqueza que en un principio había imaginado que allí me aguardaría. Por primera vez en mi vida iba a tener juguetes, auténticos juguetes de verdad de los que usaban los hombres para asesinarse vilmente al igual que hacen los lobos cuando por su cuenta cogen un apacible rebano de ovejas. Dejé el candil en el suelo y elegí entre todas aquellas armas una brillante escopeta, lleno de contentura me senté encima de aquellas mantas y empecé a maniobrar con aquel peligroso juguete, yo sabía cómo se manejaba supuesto que mi amo tenía una escopeta muy parecida y le había visto limpiarla y cazar con ella algunas veces, durante algún tiempo estuve jugando con ella, de una canana que allí había saqué dos cartuchos que metía y sacaba dentro de su recámara, yo me creía en aquellos mis felices instantes el más grande cazador del universo. Pelayu que ya se había cansado de husmear por todas las partes y no habiendo encontrado nada donde llancái el diente (hincar) se tumbó en el suelo frente a mi mirándome sonriente y burlonamente, (porque aunque ustedes no lo crean, yo sé que los chuchos saben sonreir). Enojeme de Pelayu al ver como tan descaradamente se mofaba de mí, por eso encañonele con la escopeta con ánimo de amenazarle, pero cambió Pelayu de gesto rápidamente, levantose con rapidez del lugar donde estaba achucáu (costado), enseñome los clientes ladrándome muy enfadado y a la velocidad del rayo salió de la cueva, quizás porque el inteligente animal presentía, de que alguna desgracia iba a lleldar (hacer) yo con aquel mortífero artefacto, y no quería ser él quien primeramente la recibiese en su cuerpo. Aun permanecí algún tiempo en la gruta jugando a mi manera con las armas, y solamente cuando el candil por su guiños me hizo comprender que su luz ya se le estaba escosando (terminando), salí de la caverna con la escopeta en una mano, dos cartuchos en su recámara y el candil en la otra. En el exterior Pelayu correteaba detrás de los grillos y las camporinas (mariposas) al parecer ya libre de todo enfado. Ya cansado de jugar dejé la escopeta en el suelo y senteme tranquilamente al lado del zurrón, y en cuanto mi perro vio que ya había abandonado el arma, vino corriendo hacia mí, moviendo la cola y sonriéndome amigablemente. Allá abajo en la mitad del valle pude ver a mi rebaño cómo subía espenandu (comiendo) los pochitcus (enanas encinas), y yo de nuevo me volví a sentir feliz y contento a pesar de no encontrar la chalga que tanto con su riqueza había soñado e ideado. Comimos a hora desacostumbrada mi perro y yo aquella pobreza de comida, y tras de jugar un rato, él se quedó adormilado y yo comencé a pensar de quién serían aquellas armas. No me cabía la menor duda de que aquel arsenal de armas debía de ser de los fugáus (huidos), seguramente que eran de aquellos cuatro rapazones (mozos) que se entregaran a los soldados que estaban destacados en mi aldea. Yo los había visto en el cuartel que los militares tenían que era en la escuela de mi aldea, un amplio edificio que fuera regalado a la parroquia por unos indianos del chugar (lugar) que retornaran de las américas con la corexa betchá de cuartus (con la cartera llena de dineros). Recuerdo que aquel día que yo los vi, un soldado que de seguro sería el barbero, les estaba cortando el abundante pelo que lucían, y uno de los rapazus le dijo sonrientemente al militar. ¡No hace falta que te molestes mucho camarada, pues cuando un día de estos nos trasladeís a la cárcel de Oviedo, allí lo más seguro es que nos rebanen el pescuezo! EL MACHO CABRÍO Güelgu coyer el filu dóu d'endenantes m'enduébitchaba algamiandu na miou motchera alcuerdancies de cundu you yera guaxe, ya comu tóus non se puén cuntar per filera, per ísu xebreme d'aquín, pa dir p'acuchá, perque toes les couxes tienen la sou xaceda, ya non la quixéramus cataye nuexotrus. (Volviendo coger el hilo de los aconteceres que anteriormente en mi cerebro se barajaban dentro de las añoranzas de mi niñez, y como todos estos acaeceres no se pueden relatar en hilera, por eso me marché de éste, para ir al de más allá, que es de donde vengo ahora, porque todas las cosas tienen su propia postura, y no la que quisiéramos darle nosotros). Y aunque parecía que me había perdido por estar tan llargu lonxe (tan largo lejos) la verdad es que yo no pierdo el tiempo adornando los hechos que no deben de ser adornados, nin fiéndume en xebraures que van esfaese 'n probeces, perque 'l que non ye llicenciáu 'n filloxofía e lletres, non pué faer munches froritures con les pallabres nin les lletres, ya per ístu, tien que encaldase 'n aforrador d'istus dellicáus y'artifixusus monumentus, perque si lus mesmus que güéi día que lus manexan y'atreinan, la metá de les veces non xapien lu que falen, ya llanquen el focicu fasta les urées en telares de Pachu 'l Xabadiegu betcháus de poxa y'escosáus del granu que ye pelu que tóus muramus nista engochá vida, ¿qué fairé you que 'deprendí namái que tres meses nuna escola pública? (Ni me hondeo en deserciones que se deshagan en pobrezas, porque quienes no son licenciados en filosofía y letras, no pueden hacer muchas florituras con las palabras y las letras, y por esta razón, tienen que hacerse ahorrativos de estos delicados y artificiosos monumentos, porque si los mismos que hoy en día los manejan y cuidan, la mitad de las veces no saben muy bien ni la mitad de lo que escriben, ni otra pareja parte de lo que hablan, y meten por estos menesteres el hocico hasta las orejas, en cuestiones que los imposibilitan para después resolverlas, y si se aproximan a este nivelamiento, lo hacen sembrando una hierba productora de mermado grano, que es el punto primordial que todos intentamos recoger en esta cerda vida. Como cuento, si estos señores eruditos en estas materias se equivocan ¿qué puedo hacer yo, ¡pobre de mí!, que tan solamente he tenido la suerte de ir al colegio público tan sólo tres meses?). Cuento yo que me hallaba en aquellos mis infantiles pensares intentando saber a qué huidos pertenecían aquellas armas, y así dejé tal perder el mucho tiempo que me sobraba, cuando mis ojos retrataron el gran combate que a baja altura, muy por debajo de donde yo me encontraba, sostenían tres cuervos, que despiadada y valientemente le atacaban a un águila real, y ésta piando quizás por el dolor que le inferían los efectivos picotazos de los cuervos, o tal vez en su lenguaje maldiciéndoles llena de rabia por el no poder repeler el ataque de que era objeto. No podía defenderse de sus tenaces atacantes, porque todo su cuerpo en gran tensión estaba, ya que al volar tan bajo, todas sus enormes energías las precisaba para mover sin el menor descanso sus grandes alas, con el apremiante fin de salir de aquel espacio que al parecer pertenecía a los belicosos cuervos, que con ardorosa valentía y enquina ofensiva, disputaban tal natural privilegio, a las mismas soberanas de los cielos. Había yo presenciado muchas veces batallas entre las águilas y los cuervos, y siempre éstos las perseguían atacándoles por su parte posterior, hasta la altura donde el águila ya no necesitase mover sus alas para sostenerse, cuando esto sucedía, los cuervos precipitadamente abandonaban el combate, porque ellos sabían, que donde el águila pudiese planear, todo animal viviente que se acercara, encontraría entre sus poderosas garras una rápida muerte. Queriendo yo saber como es natural el por qué los cuervos atacaban a las águilas, un día que cuidando sus cabras junto a mí estaba un paisano llamado Máximo, que por apodo se le llamaba el «Puchegu», porque tenía tantas razones en sus hablares como palabras por su boca se alumbraran, a pesar de que el Puchegu no sabía leer ni escribir, sabía de cuentos más que el mismísimo Quevedo, e igual hacía cuando se le necesitaba de veterinario que de médico, atinaba casi siempre cuando iba a llover o hacer buen tiempo, en fin, que era Máximu el Puchegu en todas aquellas aldeas de mis amores, una Enciclopedia que aventajaría en mucho a todas las que en nuestros días nos sirven las grandes editoriales, industriadas por hombres estudiosos de las ciencias. Empezó mi amigo el Puchegu explicándome, que son los cuervos de las abruptosas montañas más bregáus (valientes) que los que moran en las valladas o pequeñas lomas, y todo porque la escasez de alimentos en las rocosas cumbres, es muy inferior a los que existen en los valles o montículos, y así como a los hombres la abundancia los hace temerosos y a veces hasta pusilánimes, y la necesidad o privaciones los vuelve por ley de vida temerarios y osados, en los animales ocurre en igual medida lo mismo, así pues, el cuervo defiende su pitanza no permitiendo que las águilas cacen a menor altura que la que les pertenece, y si desde tal situación descubren una pieza, y bajan con su endemoniado vuelo de alas plegadas la apresan y luego vuelven a elevarse al lugar que les corresponde, los cuervos no osarán ni tan siquiera molestarlas, pero si por el contrario descienden para dedicarse a cazar desde el lugar que no les pertenece, entonces los cuervos las atacan con verdadera saña y valentía y siempre logran hacerlas ascender hasta la posición que ellos consideran justa. Esto es así, porque desde tal altura las águilas sólo pueden divisar en tierra una pieza que ellos no cazan nunca, como puede ser un conejo, una pequeña res, un zorro, y hasta inclusive el mismo perro que con el pastor cuida el rebano, y también se han dado casos en que las águilas hasta han cazado un lobo, y con él entre sus garras han subido hasta sus utreras (nidos) donde le devoraban con la misma satisfacción que pudieran hacer cuando se afestinaban con las tiernas carnes de un inocente corderillo. Si las águilas pudiesen volar más bajo sin ser por los cuervos molestadas, también podrían cazar con gran facilidad, lagartos, culebras, etc., etc., y es ésta precisamente la comida que el cuervo defiende, por eso ataca al águila cuando ésta intenta apoderarse de la que él cree que es su exclusiva pertenencia. Terminó el águila al fin tras el ardoroso acoso a que la sometieron los cuervos de subir hasta la altura que ellos consideraron lícita, y rápidamente éstos plegando sus alas la abandonaron y en vertiginoso vuelo buscaron el abrigo de los arbustos de sus montañas. Terminó para mí aquel día el maravilloso espectáculo que la soberana del cielo y los bravos cuervos me habían ofrecido, y fue entonces cuando me incorporé del lugar donde me hallaba sentado, para mirar a mis cabras que guarecían (pastiaban) por encima de donde yo estaba a la corta distancia de unos cincuenta metros, lo primero que mis ojos retrataron fue el orgulloso y antipático macho cabrío, que empericotáu (subido) en un cuetaron (peñasco) a la par que espenucaba (arrancaba) las fuéas d'un pótchiscu (hojas de una enana encina), mientras que las enguyía, parecíame a mí que me estaba mirando desafiadora y despreciativamente, con sus grandes y retorcidos cuernos, su larga perilla y enorme cencerro, se me representaba como el diablo que sonriéndose ladinamente se guasaba de mi humilde persona, a la par que de mi buen Pelayu, pues a entrambos y dos el condenado nos había hecho correr infinidad de veces, por eso, tanto Pelayu como yo siempre que teníamos ocasión y traicioneramente, él le mordía sañudamente en sus cadríles (patas) y yo le atizaba barganazus (estacazos) y pedradas donde mejor encaldase (terciase). Ocurriósele a mi mente en aquellos momentos el darle un buen susto a aquel demonio con cuernos y cencerro, por eso así la escopeta con determinación, y cargada como se encontraba con dos cartuchos, apunté por debajo de donde él se hallaba con el firme propósito de tan sólo darle un susto que no olvidase en su vida, y ya sonriéndome adelantadamente por el resultado de la idea que sin más pérdida de tiempo iba llevar a la práctica, apreté los gatillos de la escopeta, y una doble y potente explosión originose que dio conmigo en el suelo por la fuerte sacudida que el arma emburrióu (empujó) con dolor en mi cuerpo. Pero escosóseme d'afechu (marchóseme del todo) tal dolor, cuando entre el repilar (ecos) de la montaña por la explosión, sentí al macho cabrío lanzar al viento grandes berridas, que hiciéronme con preocupada prontitud deducir, que aquel demonio odioso no se quejaba por el susto que pudiera recibir, sino por la perdigonada que sin yo proponérmelo le había albergado en su pelambroso y maloliente cuerpo, levanteme sin demora del pedregoso lecho donde la escopeta con su duro empujón me había acostado, y aún tuve tiempo de ver cómo el semental de mi rebano rodaba por entre los cuetus del xerrapeiru (peñas de la sierra) infiriéndose más heridas en su cuerpo que las que yo por equivocación con los dos disparos le había inferido, siendo quizás su muerte no la perdigonada que le había desequilibrado, sino los argutoxus cuetus (agudos peñascos) que cual cuchillos al rodar su pesado cuerpo por entre ellos le apuñalaban mortíferamente, por eso al detenerse en su poleamientu (rodar) detrás de un pótchiscu (encina) que encontró en su paso, dejó de berrar en el instante, que su vigoroso cuerpo perdiera la vida. Fuime yo corriendo acompañado de Pelayu que me ganó la palma en la carrera, hasta el lugar de aquel desgraciado suceso, y cuando llegué donde el chivo estingarráu (tirado, acostado) ya no contaba como enemigo vivo, vi cómo a torrentes se desangraba, a la par que Pelayu con su nutritiva sangre se fartaba (hartaba). Pensé yo con gran temor cómo decirle a mi amo lo que había pasado, él que sentía por su chivo un orgullo y continuo ponderado casi desmedido, pues siempre que la ocasión se le brindaba cuando con sus vecinos dialogaba, soliales afarrucado (faroleándose, chuleándose) decir, que no había en toda la comarca un macho cabrío que ni con mucho en raza y estatura, se le pudiese parecer al suyo. Era ya casi la hora de afalar (retornar arreando el ganado para casa) cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amo que el chivo por si sólo se había despeñado, así que guardé la escopeta en la cueva y apresuradamente yo temeroso y preocupado y Pelayu contento por hallarse harto, reunimos el rebaño y nos encaminamos hacia la aldea, parecía que hasta las mismas cabras que en otras ocasiones se mostraban rebeldes y saltarinas, aquel desdichado día caminaban cabizbajas y avizorantes, observando en todas las direcciones con pronunciosa alteración, buscando aquel macho cabrío que las dirigía y dominaba con su orgullosa presencia, haciéndose notar en todo momento, por el continuo tañir de su zumbiétchu (cencerro), que por primera vez en el rebaño no se sentía el caidonante ruxíu (dirigente sonido). Pienso yo que solo contento caminaba vigilante mi fiel Pelayu, porque ya nadie en el rebaño se atrevía a discutirle sus ladridos o frágiles mordiscos, cuando por orden mía a las cabras con eficiencia les infería. Más sin embargo yo, al igual que a mis cabras, algo me tenía también apresado, algo extraño para mí, por primera vez a mi espíritu esclavizaba, que ni era tristeza ni pena, pero sí era miedo y grande desesperanza. Siempre que retornaba con mi rebaño a la aldea, cuando en las atardecidas la montaña abandonaba, mi corazón ameruxáu d'allegría (rebosante de alegría) a mi garganta un torrente de cante le rogaba, y ésta inocente y falta de todo perjuicio, sintiéndose tan dichosa como los mismos celestiales ángeles, cantaba recias asturianadas, mientras que todo mi ente, afanosamente afalaba (arreaba) las cabras. Quizás cantara yo aquellas horas con más gracia que en todo el día por alegre que fuera y pudiera tener, porque por así decirlo me acercaba al sencillo y noble vivir de las gentes de mi aldea, pues diez o doce horas en la continua soledad que en las montañas me acompañaba, para un rapacín como yo era, eran muchas horas desamparado de la comunidad humana, y sobre manera yo, que con ser mi cuerpo ágil y fuerte hasta casi rayar en el desuso, empequeñecido se quedaba si le comparaba con mi espíritu tan ensoñador e imaginativo, que todas las cosas al engrandecerlas confundía, menos el miserable pan de la maxera (artesa) que mi amo me entregaba, que a pesar de ser tan escaso, jamás supe imaginar nada para engrandecerle. Estaba mi amo a la entrada de la aldea esperándome como siempre hacía para ayudarme a xebrar el rebaño, ya que como eran tantas cabras, no cogían todas en la misma corte (establo), y había que llevar parte de ellas a otra cortexa (cuadra pequeña) que estaba en la parte opuesta de la aldea. Entretenía siempre su espera el condenado de mi amo, hablando con un artesano del lugar, que se dedicaba a la fabricación de yugos y madreñas, que tenía su taller montado debajo de un hórreo, que estaba asentado a la salida de la aldea, mismamente en la desembocadura del pedregoso y empinado sendero que venía de la montaña. Desde tal lugar él sentía con antelación el potente tañir del zumbiérchu (cencerro) que ximielgaba (movía) con fuerza y hasta con orgullo el estupendo semental de su rebaño, entonces él liquidaba por el momento con el madreñeiru la conversación que estuviesen embargando, y dedicaba toda su atención a su rebano, observando con avarienta atención, en el propiar si sus ganados venían fartus óu famientus (hartos o hambrientos), o si alguna de sus cabras venía coxa (coja) por mor de haberle caído una piedra o cualquier otro accidente que hubiera acaecido, como solía ser normal algunas veces. Pero aquel inolvidable para mi atapecer (atardecer) vio antes sus cabras que escuchara el ya inexistente zumbiétchu, por eso con su vozarrón de trueno, y como una centella por mí temido, me preguntó a la distancia de una piedra lanzada cuesta abajo: —¿Qué fói lu que pasóu Xulín...? —¿El chivu perdiu 'l mayuelu...? —Quería decirme, que si el cencerro que llevaba su chivo, había perdido el majuelo, o pequeño péndulo que lleva dentro el cencerro. —Esto también era frecuente que sucediese. Contestele yo desde aquella altura con mucho menos miedo que si me encontrase ante su presencia, diciéndole que el chivo se había despeñado, y arriba en la montaña se encontraba muerto. Estas mis palabras que en el viento camino de la aldea mi voz empujó con fuerza, fueron escuchadas por mi amo que se encaricotóu (encendió) en una rabiosa tristeza, que si pudiese desahogarla, seguro que en mi persona haría él su complacencia. También la desgracia del chivo, que por mí a voces era anunciada, fue oída por algunos otros vecinos a parte del madreñeiru, y como aquel semental de macho cabrío había sido siempre tan aponderado e idolatrado por el babayu (bocazas, charlatán) de mi amo, que con su dichoso cabrón los vecinos de la aldea ya habían pescado la costumbre de decir siempre que alguien ponderaba una cosa, ¡non si paezme a mín, que moren más castrones que Manín na nuesa aldea! Bueno pues como estoy contando, todo el lugar en pocos minutos se había enterado y en parte congregado a la salida del camino que bajaba de la montaña, ya que la muerte de aquel chivo que había ya dejado entre ellos la ya dicha cantinela, les había algunos los más envidiosos y vengatibles alegrado, y a los otros los más sentimentales y nobles les entristecía la muerte de tan comentado castrón. (También se suele llamar castrones a los chivos muy grandes). Al fin entré yo en la aldea quizás con el mayor recibimiento que jamás a nadie le hicieran, y todos atropelladamente me preguntaban lo que con el dichoso castrón me había sucedido, y yo les repetía a la par que intentaba xebrar las cabras para llevarlas a sus respectivas cuadras, que se había despeñado y que todo descuatramindáu (deshecho, desarmado) se quedara en la montaña. Un ratiquín (un tiempo) más tarde, y ya siendo casi la oscurecida, tres vecinos del lugar haciendo cuadrilla con mi amo, caminaban en pos de Pelayu y mía, otra vez camino de la montaña, para enseñarles donde estaba estrapayáu (aplastado) el chivo, con el propósito de bajarle para casa, con el fin de aprovechar su piel y carnes, que serían curadas bajo las barras del xardu (secadero) una estupendísima cecina. Llegamos a la postre ya con la noche tan negra como la boca de el lobo, al xeitu (sitio) donde el chivo fechu 'n chaceiru (hecho un deshecho) ya en el frío de la muerte sin despertarse dormía, tanto Manín que yera mi amo, como los tres vecinos que le hacían compañía, sudorosos y respirando medio ahogados por el tremendo esfuerzo que suponía subir con tanta rapidez hasta tamaña altura, sin perder un momento amarraron el animal por las cuatro patas juntas haciendo cucara (en montón, juntándolas todas) con una cuerda que para tal menester ya traían, y colgándolas de un fuerte y largo palo del que también venían poseídos, echáronselo al hombro entre dos, y con menor rapidez y mayor precaución, relevándose entre ellos conseguimos llegar sin novedad a la aldea. A pesar de ser casi la media noche, aun había algunos vecinos en reunión dentro de al parecer amena charla que quizás tuviese mucho que ver con el castrón, Manín y con mi desventurada persona, esperándonos en el lugar donde el madreñeiru trabajaba. Entramos todos en procesión rumorosa en la corralada de la casa de Manín, detrás del cabrón que colgado del baral sofitado en los hombros de dos vecinos se xiringaba (balanceaba), vigilado siempre con sonrisa ladina por mi fiel Pelayu, que comprendía que al no tardar, iba a saciarse hasta el no poder manducar más, con los rojos hígados de quien en vida, le hubiera hecho correr con cierto temor con el rabo entre sus piernas. Mientras que mi amo y sus serviciales vecinos se disponían a desfoyar (desollar) colgado de unos garfios que había debajo del hórreo al desgraciado chivo, la muyer (mujer) de Manín sin parar de condolerse, y hasta inclusive queriendo a mi endilgarme parte de la culpa, me dio de cenar una escudilla de farines (harina de maíz cocida) con una taza de leche de cabra, porque la leche de las vacas la tomaban ellos y la que sobraba la hacían en manteca, que tampoco yo nunca la probaba. Por primera vez no se hallaba sentado a mi lado sacando la lengua y relamiéndose, mirándome con sus ojos inteligentes en espera que yo le tirase delante de sus narices una cucharada de mi comida a mi fiel Pelayu, pues él sabía que al lado del castrón, tenía una fiesta grande con sobrada pitanza. Comía yo vorazmente aquellas puliendras (farinas), a tan desusada hora de la noche, sin que mi mente de pensar cesara, y antes de terminar mi miserable cena, una luz que me llenó de cierto temor en mi cerebro escendiose, para decirme con su claridad, que no iba a transcurrir mucho tiempo antes de descubrirse mi mentira, porque al esmianaye 'l pelleyu (quitarle el pellejo) al castrón, le encontrarían incrustadas en su cuerpo las postas que le habían matado, y me interrogarían sobre tal suceso, siendo yo al momento un cómplice y encubridor de la muerte del condenado cabrón, que según parecía me iba a dar guerra hasta después de ser muerto. Seguramente querrían saber el por qué les había mentido, haciéndoles creer que se despeñara, cuando a la prueba estaba que fuera abatido por un tremendo pistoletazo. Bajé después de cenar a la corralada donde los hombres andaban a vueltas en la desfoyadura del castrón, a la luz de un par de candiles de carburo y no llevarían un cuarto de hora reparándoles en su circunstancial oficio de carniceros, cuando Antonón el de la Cuandia dijo sorprendido mirando para mi amo que le alumbraba con el candil en la mano para que los otros vieran mejor en la faena que encalducaban (hacían). ¡Ah Manín, isti castrón non morrióu comu diz el tou criadín despeñáu, pos tién ente 'l coración ya lus polmanes un manegáu de postes llancades, asina que si quiés saber quién l'achuquinóu, pregúntaye 'l tou rapazacu, lu que axucedióu! ¿Qué ye lu que me tas diciendu...? ¿Quién diañus diba pegái 'n tiru 'l miou cabrón ? Antonón arrabucandu d'ente les asaures del chivu cuatru ou cincu postes que yeren de grandies comu arbeyinus rancuayus, díxole 'l miou amu metiénduyes per dellantri 'l focicu: ¡Mira Manín, ístu fói lu qu'achuquinóu 'l tou chivu! (Ah Manín, este cabrón no murió despeñado como dice tu criado, pues tiene entre el corazón y los pulmones un cesto de postas plantadas, así que si quieres saber quién le asesinó, pregúntale a tu muchacho lo que sucedió). (¿Qué es lo que me estás diciendo? ¿Quién demonios le iba a pegar un tiro a mi cabrón?). (Antonón arrancando de entre las asaduras del chivo cuatro o cinco postas que eran de grandes como pequeños guisantes, le dijo al mi amo mostrándoselas por delante de su hocico: ¡Mira Manín, esto ha sido lo que asesinó a tu chivo!). Hallábame yo detrás de ellos a media penumbra, por eso no pudieron ver cómo todo mi cuerpo temblaba, y mis mexiétchas (mejillas) se encendían como las mismas brasas cuando el viento las apuxa (atiza). Quizás si fuese a pleno día, me hubiesen sacado la verdad al descubrir yo mismo por mis síntomas externos la mentira, pero la noche, encubridora de toda claridad que profané sus negras vestiduras, me ayudó a ser firme e inamovible de mi primera mentira. Convencido mi amo de que le había engañado, acercose a mí con el candil en una mano, y llena su despreciable alma de ira, y enloquecida venganza, con la otra su mano, atizome un fatáu de morráes (varias galletas, tortas, guantazos) que dieron con mi cuerpo en el suelo, y antes de que yo pudiese huir del peligro que me rodeaba, levantome del suelo con la misma mano que tan vilmente me castigara, y a la par que alumbraba mi rostro donde la abundante sangre que manaba de mi nariz lo embadurnaba, me dijo mirándome con sus ojillos de bracu (cerdo) donde la maligua ira en un brillo salvaje se enseñoreaba: ¡Ahora mismo me vas a decir hijo de perra y de republicano asesino, que el día que asesinaron a tu padre que era lo mismo que tu un embustero y un bandido, te tenían que haber envenenado a ti, para que no pudieses hacer el mismo mal que hizo tu condenado padre, vamos, dime quién fue el que disparó contra mi chivo, dímelo pronto o terminaré contigo! Y al tenor que esto me estaba diciendo, su dura mano caía una y otra vez sobre mi rostro, y fue entonces cuando aquellos hombres de entre sus manos me arrancaron, pues al no hacerlo, quizás aquella bestia humana, que había luchado en defensa de la (PAZ DE ESPAÑA) fácil me hubiera asesinado, como seguramente acostumbrado debía de estarlo, al haber practicado tal demoníaco proceder, con otros indefensos inocentes, de los miles que asesinados fueron en Nuestra Patria, por cobardes, dañinos y miserables hombres, como lo era mi despreciable amo. Fue curado con agua fresca mi amoratado y sangrante rostro por Antonón de la Cuandia, que me aconsejaba cariñosamente, les dijese lo que con el cabrón me había en la montaña sucedido, y que no tuviera ningún miedo de contar la verdad que se buscaba, pues ella misma me protegería de quien me hubiera amedrantado para que no le delatara. Cuéntanos hijo si fueron los huidos quienes al chivo le dispararon, ya que nadie más que ellos pudo hacer tal cosa, y ten presente que si no nos lo dices ahora, mañana vendrán los guardias y ya verás cómo con ellos no puedes seguir negando. Díjele a Antonón el de la Cuandia, que yo estaba dormido, y que me desperté cuando sentí al cabrón bramar desesperado al tenor que bajaba rodando por entre los peñascos, siendo aquello todo cuanto yo había visto y oído. Volvió otra vez ya más sosegado mi amo a insultarme y amenazarme, y a la postre me ordenó que abandonara su casa, pues él no fartaba bribones que lejos de cuidar su rebaño, permitían que personas tan canallas como yo lo era se lo asesinaran. Marcheme de aquella casa de noche, maltrecho mi cuerpo y deshecha de sufrimientos mi infantil alma, sin más pertrechos que los que llevaba a costillas, que eran los únicos que poseía, y que constaban de un mono de caqui hecho de la guerrera de un soldado, con más remiendinos que de plumas tiene una gallina y de todos los colores que imaginarse puede, calzado con unas alpargatas de esparto donde los calcaños se asentaban en el suelo y los dedos lo mismo hacían por no quedar de las alpargatas nada más que la parte del centro. Por primera vez desde hacía varios meses que Pelayu era o mejor dicho había sido compañero inseparable de hambres y fatigas, de juegos y caricias, de largas soledades entre ambos repartidas, por primera vez digo, mi fiel compañero ya no me seguía, me traicionaba el muy ladino por unas piltrafas que de vez en cuando aquellos hombres que carniceraban en el cabrón, le arrojaban en el empolvado suelo de la corralada, para él valía en aquellos momentos más la asquerosa pitanza, que todo el cariño que yo pudiera brindarle, ya no se recordaba el muy desagradecido de que yo repartía con él a partes iguales la escasa comida que para mi sólo me entregaba el llabascón (cerdo grande) de mi amo, en una palabra, Pelayu era un desagradecido y egoísta, propiedad que en mayor o menor cuantía, va fusionada en el instinto de todo ser mamífero de la Tierra. Llegué aquella primera noche de mi vida, que había sido maltratado, insultado, golpeado, pisoteado, arrastrado y ofendido a tan gran profundidad y altura, que dudo que a mis años en todo el mundo, a nadie le hubiera sucedido tan inhumana atrocidad, cuento yo, que hice mi entrada en la casa de mi madre, que en la sazón se encontraba trabajando en una alejada aldea, en el caserío de otra viuda que su marido había sido asesinado en el cementerio de San Salvador de Oviedo la misma noche y en el mismo paredón que fusilaran a mi padre, así pues, hallábame yo sólo en casa y eso enormemente en aquellos momentos me alegraba, pues si mi madre hubiera estado en la casa, le haría sufrir aviñonándome yo de pena, y quizás ocurriesen peores cosas, ya que mi madre era, y aun sigue siendo, y Dios me la conserve muchos años, pues fue lo mejor y lo único que he tenido en mi existencia, mujer de duro carácter, intrépida y valiente hasta no tener el más pequeño temor, de pelearse ella sólo contra todos los moradores de la aldea. ¡Cómo mi madre, nacen en un siglo pocas mujeres! Al día siguiente que era domingo, y por tener en la parroquia a que pertenecía mi aldea, un cura que para demonio había nacido, ya que el muy condenado había conseguido de las autoridades una ley, que no se quién se la había fabricado, pero el caso es que existía, y condenaba a todos los vecinos a oír la Santa Misa, y a no trabajar ni en las tierras, ni en los prados, ni en nada, bajo pena de una multa que la ley considerara justa por ser injusta. Como yo ya no tenía trabajo, pues cuidar los ganados estaba permitido, y aquel gochu de mi antiguo amo desde aquel día tendría que hacer el trabajo que como un miserable esclavo yo le hacía, me levanté tarde del único xergón de fuéa (jergón de hoja) que en la casa había, que lo había industriado de unos sacos, porque todo cuanto poseíamos que era bien poco, al terminar la guerra el honrado vencedor nos lo había robado, y no contentos con esto, todavía fusilaron a mi padre, acusándole de haber robado grandes cantidades de dinero, de haber hecho esto, lo otro, y lo demás allá, y todo porque se le querían cargar cuatro caciques, como se ha hecho en todos los lugares de mi Patria buena. Noté que me dolía el rostro y que le tenía ensangrentado, no pude mirármelo al espejo. porque éste era un lujo que en mi casa no existía, así pues, me fui hasta el río que por detrás de mi casa pasaba, y me lavé como mejor pude, secándome después a las sucias y ásperas mangas de mi mono, y sin desayunar nada, porque en la casa no habla ni la más mínima consolación de comida, me dirigí a oír la misa, ya que yo de pequeñín era muy creyente y religioso. Estando yo enredando (jugando) con algunos otros guaxinus (niños) de mi aldea, en espera que tocase la última campanada para entrar en la iglesia, vi llegar la pareja de la guardia civil y un vuelco de temor revolvió mi ánimo, que casi consiguió ordenarme que saliese corriendo, huyendo pronto de aquel nuevo peligro que me acechaba. Sin embargo no lo hice, porque o no era lo suficientemente valiente, o lo necesariamente cobarde para hacer tal cosa, lo cierto es que cesé de jugar y me quedé mirando para ellos, lleno de temor, de tristeza, de pena. Preguntaron a alguien quién era yo, uno de mis vecinos me señaló, entonces los guardias me llamaron, y yo hacia ellos avancé, cabizbajo, temeroso y desamparado, igual los niños que los vecinos me miraban sin urniar (decir) palabra, muy posible muchos de ellos, tanto fascistas como rojos, vencedores o vencidos, sintiesen una profunda pena al ver aquel niño, desventurado e inocente ruina que dejó la vil venganza de la posguerra, avanzar sin protección ni cariño de nadie hacia los guardias, al fin llegué junto a ellos y me los quedé mirando, no me gustaron sus rostros, que me parecieron dos demonios, entrambos se quedaron mirando unos momentos en silencio mi rostro, en el que se podía leer la despreciable cobardía y nefastosas intenciones, que se enraizaban en el podrido sentimiento de mi amo, pude comprobar que esbozaban una tenue sonrisa, y no pude descifrar, si era que les alegraba observar el sello del martirio anclado en mi cara, o si por todo lo contrario, me dedicaban un consuelo de lastimosa consideración. Qué enano era yo físicamente en aquella lejana y para mi inolvidable, desgraciada y maestrosa mala época, si desde mi distancia también en el momento mi señora prisionera, proyectó mi mente siempre libre, como el misterioso dios que en cada mente humana vive, cuento yo que si me observé ante toda aquella gente, asustados los unos, hartos de maltratos, satisfechos los otros, por formar parte del mando, e indiferentes los restantes por no contar nada en ningún bando, digo que si me vi tan insignificante en mayor cuantía todos cuantos me rodeaban eran, ya que ninguno de ellos optó, en defender a un niño inocente y lleno de temor, que no había cometido más delito que el matar sin querer a un chivo, que era menos cabrón que todos aquellos papalbus humanos. Uno de los guardias con el mosquetón en la mano, me acarició mi corta y jamás peinada cabellera, pues nada más que tenía dos dedos de larga, mi madre me la rapaba al cero para que los abundantes piojos en ella no sembraran la descendencia de sus miserias, y a la par que esto hacía tan despreciable celador de una ley muy poco justiciera, con palabras que pretendían ser cariñosas y amables me dijo: —Ya veo por las caricias que luces en tu rostro, que con todo merecimiento y sin ninguna duda el señor Manín te ha hecho, que eres un niño rebelde, desobediente y malo, que te niegas a decir la verdad, y por lo tanto por todos estos endemoniados pecados irás al infierno, así es, que si ahora mismo no me dices quién fue el que disparó contra el chivo de tu amo, yo también tendré que castigarte. En esto estábamos el guardia y yo rodeados por los vecinos que no decían ni pío, cuando hizo acto de presencia el señor cura, que relevando a la autoridad de su palabra no así de mi persona, me aconsejó apoyando sus frases en la Divinidad de Señor, para que les contase la verdad que me liberaría de todos mis sufrimientos. Díjele al cura lo mismo que al guardia que yo estaba dormido, y que sólo me había despertado al oír al chivo berrar a la par que bajaba por entre los peñascos rodando. La ruda mano de aquel guardia, que seguramente había sido toda su vida un rústico campesino y que la guerra le había liberado de tan honrado lugar para colocarle en el más delicado de los oficios, como es el de servir con dignidad a la Justicia, cuento yo que aquella pesada mano de aquel hombre que pensaba que las personas había que tratarlas como a las bestias con las que él hubiera vivido siempre, dejó de acariciar mi cabeza y sus dedos se aferraron como si fuesen fuertes murgazas (tenazas) a una de mis uréas (orejas), y sonriéndose como si me estuviese el muy hipócrita acariciándome, a la par que me rogaba que le contase la verdad, me apretujaba con tal fuerza, que el dolor que me inyectaba me hacía ver todas las estrellas. Creo que lo que más le molestaba aquel cobarde representante de la ley, no de la Justicia, era que yo, que la vida ya me había forjado en saber llevar el sufrimiento, ni llorara, ni gritara ni menos me quejara de nada, por eso el infame seguía despiadamente con todas sus fuerzas apretándome, aun es hoy el día, que cada vez que me recuerdo de aquel momento mi oreja se pone tan rápidamente colorada, que hasta me molesta el calor que alumbra. Así en este atroz sufrimiento yo me debatía, sin que nadie de los allí reunidos por mí intercediera, dentro del horripilante dolor que me producía aquel estrapayáu d'uréas (retorcimiento, aplastamiento de orejas), cuando llegó mi madre ante la concurrencia, pues como era domingo, bajaba la pobre de aquella aldea donde toda la semana había estado trabajando, trayendo encima de la cabeza una manieguina (cesta) llena de viandas que en el caserío le habían dado a cuenta de su esfuerzo. Cuando mi madre me vio a mí, en tal escarnecimiento, tiró la manieguca al suelo, y llena de una fuerza airada que la multiplicaba, se acercó tan randa como una centella hasta mi verdugo y arrancándole el mosquetón de un fuerte tirón de entre su mano, le pegó con él tamaño golpe encima de sus costillas, que dio con él como si se tratara de un muñeco de trapo en tierra. Antes de seguir con esta cierta historia, voy hacer un inciso, para describir muy someramente cómo era mi madre en aquella época. Era joven, aun no llegaría a los cuarenta años, y a pesar de su juventud, ya había perdido la pobrecita dentro de los mayores sufrimientos que se puedan imaginar, a dos hijos que luchaban en la guerra, a su marido que fuera fusilado y a todo cuanto poseía. Mi madre como perteneciente a la más ancestral raza astur, era rubia, con el pelo del color de la miel, o de la escanda sazonada, tan abundante lo tenía, que cuando lo llevaba suelto y se acuruxaba (agachaba) le tapaba todo su cuerpo como si lo cubriera con una preciosa manta. Sus ojos eran a veces tan azules como el transparente cielo de una mañana de primavera, y en ocasiones eran tan verdes como los mismos campos de nuestra aldea. Era tan pura y recia como la misma madre naturaleza, inamovible en sus decisiones, honrada y justiciera. Era una auténtica astur procedente de la primera raza que pobló las ubérrimas montañas de mi noble tierra, y no una mistificación como somos hoy en día más del noventa por ciento de las gentes asturianas, enraizados con todos los colonizadores de nuestra tierra. Mi madre enojada era una invencible fiera, y tranquila y serena, era tan hermosa y dulce como incomparablemente lo es mi asturiana tierra. Y ya dicho con suficiente claridad como era esta excepcional mujer, vuelvo a centrarme en el desaguisado que mi madre justicieramente preparara, con una valentía y decisión tal, que dejó a todos perplejos y anonadados, pues el guardia que en posición ridícula espanzarrado moraba en el suelo, desde tal lugar miraba con ojos desorbitados a mi madre que con el mosquetón en la mano y a la par que se lo arrojaba con fuerza y mala sangre contra su pecho le decía: ¡Yes un llimiagu, lu mesmu que toes istes xentes que conxentíen, qu'dellantri de la mesma ilexia del Faedor, y'en prexencia d'isti cura escosáu de coyones ya xusticieres razones, lú mesmu que tous vuexotrus que sois una cabaná de baldreyus, que tu que yes un cachiparru, martirizares a isti nenín pequenu, ya s'ístu faedis con miou fíu qu'entavía 'l probitín non sabe dúnde come, ¿qué faeredis con les prexones mayores? (Eres un rastrero baboso, lo mismo que todas estas gentes que te consienten, que delante de la iglesia de Dios y ante la presencia de este cura que no tiene ni cojones, ni justicieras razones, lo mismo que todos vosotros, que no sois nada más que un rebaño de cobardes, que tú que no eres nada más que un parásito martirizaras a este pequeño niño. Y si esto haceís con mi hijo, que todavía el pobrecito no sabe de dónde come, ¿qué hareis con las personas mayores...?). El otro guardia que sin lugar a dudas parecía un hombre con mejores sentimientos que el gusano que me había martirizado, intentaba sujetar a mi madre propinándole palabras que le aconsejaban que no complicara más las cosas, mientras que su repugnante compañero se levantaba del suelo, y ya con el arma entre sus manos, la enarboló por encima de su cabeza en amago de dejarla caer encima de mi madre a la sazón que con una inquina maligna y cobardosa le decía: ¡Si fuese usted un hombre, ahora mismo le partía la cabeza en dos para que al final de su existencia comprendiera usted, que el deber de todo ciudadano es respetar a la ley! A lo que mi madre le respondió de la siguiente manera: —Si you fora un home, a usté había qu'allevantalu dóu tá, p'ancuandiálu debaxu tierra, que ye 'l llugar quéi cuerresponde a la xentuza baldreyante comu ye usté. Ya tocante a la ley que reprexenta, que ye tan betchá de maldáes comu usté mesmu, pásula you ya toes les prexones decentes pente les piernes ya mexamus per echa. ¡Perque isa lley que tantu cacaréa achuquinóu ya t'achuquinandu a fatáus d'iñocentes, sin respetar nin al vietchu que t'encantu la xepoltura, nin al xoven qu'entavía non golióu 'l tafu de papalbus ya rapiegus que tienen tous los comedores que la endubiechan y'esmarachen! (Si yo fuese un hombre, a usted había que levantarle del lugar donde se encuentra para enterrarle bajo tierra, que es el sitio que le corresponde a la gentuza cobarde como lo es usted. Y tocante a la ley que tanto cacarea, que está tan rica de maldades como usted mismo, la paso yo y todas las personas decentes por entre las piernas y meamos por ella). (¡Porque esa ley que usted representa, ha asesinado y está asesinando a muchos inocentes, sin respetar ni al viejo que ya se encuentra al borde de su sepultura, ni tampoco al joven que todavía no se ha olido, el característico mal hedor que emana de los comedores, indeseables y ladrones que la han hecho, así como ustedes que atropelladamente obligan a punta de pistola y látigo a que se cumpla!). Aun puedo ver en los rostros de todas aquellas gentes que nos rodeaban, desde esta asquerosa celda donde viviendo el presente que me aprisiona en esclavo de unas injustas ordenanzas, mi mente desdoblándose en dimensiones pasadas, añora con tristezas y alegrías, las primeras alumbradoras fuentes de toda mi desgracia. Sí, veo los ojos asustados de algunos de mis convecinos, que al escuchar aquellas graves y acusadoras palabras que mi madre airada, enloquecida y por toparse en su justo desquiciada, le decía a aquel guardia que tan cobardemente la amenazaba. Sí, veo como todos ellos con tristeza pensaban, que mi madre no iba a salir de aquel asunto bien librada. Pues en aquellos tiempos por menor delito, al paredón de fusilamiento llevaban a personas más recomendadas. Vi los ojos de aquel guardia ruin y rastrero, vilos cómo se llenaban de una alegría satánica, quizás en otras ocasiones ya por él vivida, cuando a tantos inocentes martirizaba o asesinaba. Vi cómo dejó de amenazar a mi madre, cómo colgó el mosquetón de su hombro, y metiendo la mano sonriendo canallescamente en su macuto, sacó unas relucientes esposas con las que se disponía a encadenar a mi madre en el lleldar (acaecer) que le decía: —La voy a llevar a usted y a su hijo detenidos hasta el cuartelillo, y allí, le enseñaremos a usted a respetar la ley y el orden, ya verá usted cómo cuando nosotros la dejemos, no se le ocurrirá jamás ofender a la ley y al régimen, ni aun en su propio pensamiento. Y en cuanto a su cachorro, que parece ser tiene su misma casta, también le enseñaremos a decir la verdad aunque tengamos que arrancarle la lengua. Fue entonces cuando uno de los dos principales caciques de la aldea, que también ye menester que cuando encarte les diga cómo eran, le dijo al guardia con palabras amenazadoras: ¡Dexe tranquíl ista muyer ya 'l sou fíu, pos güéi mesmu vou cuntaye you 'l sou xefe la clás de guardia que ta fechu. (Deje tranquila a esta mujer y a su hijo, y hoy mismo le voy a contar a su jefe la clase de guardia que está hecho, que se ha dejado desarmar por una mujer cuando cobardemente usted martirizaba a su hijo, poco puedo poder yo si no le hago catar covixu noitre ufixu (oficio), perque nisti de guardia paeme amindi que nun ten llixa (arte, valer, etc.). La fuerza y poder que tenían aquellos desalmados caciques en aquellos tiempos de desalmados vivires, achindi mesmu xuntu lus mious güétchus (allí mismo frente a mis ojos) quedaba bien claro, porque aquel guardia aviñonáu de miéu (lleno de miedo), se justificaba rastrera y servilmente pidiéndole perdón aquel hombre que no había sido en toda su vida nada más que un verdadero canalla, per ístu miou má noxá fasta cuaxí la llocura dista maneira le falóu (por esto mi madre enojada hasta casi la locura de esta manera le habló). —Lu que me faltaba per uyír, que tena que debéi cumplíus a isti baldrayu d'achuquín, que dexóu la nuexa 'ldina xemá de güerfaninus dexamparáus de la mán del Faidor ya de lus homes. (Lo que me faltaba por escuchar, que tenga yo que deberle favores a este cobarde de asesino que dejó la aldea sembrada de huérfanos desamparados de la mano de Dios y de los hombres). ¿Nun foste tóu sou banduerru de lus enfermus el que denuncióu 'l miou home paque me l'achuquinaren na cárxel d'Uviéu? (¿No has sido tu comedor, canalla de los infiernos el que ha denunciado a mi marido para que me lo asesinasen en la cárcel de Oviedo?). ¿Ya con lus fíus de Manolón el Gocheiru...? ¿Qué foi lu que fixiste conechus baldrayán? Que yeren un par de rapazus más bonus qu'el pan d'escanda qu'enxamás fixerun mal a naide, ya cundu taben per aquíndi de millicianus, ya tóu t'encovaxabes fugáu per les branes, tóus xapiemus na cabana que t'empayaretabes, ya tantu nuexóitres perque yeras veicín comu aquechus ñocentinus rapazus qu’achuquinasti deximiémuste xempre pa que nun te prendieren. Que fatiquinus forun lus probetayus rapazus, y'anxín pagarun con las sous vides les sous fatezas, pos se te viexen deñunciáu, nistes gores tabes fechu 'n meruxéiru de merucus, xustamente lu que yes, y'echus taríen vivus al lláu de lus sous pás. (¿Y qué has hecho con los hijos del Cerdero?, que eran un par de mozos más buenos que el pan de escanda, que no han hecho más mal los pobrecitos, que cuando fueron al servicio militar por la quinta; y estuvieron por estos contornos de milicianos, mientras que tu andabas por la braña huido, y sabiendo nosotros en la cabaña donde te refugiabas, no te hemos denunciado porque eras nuestro vecino, aunque tuvieras la idea política que te diera la gana, que no debe de ser ninguna, porque te parió tu madre canalla desde la entraña, pues como te estoy diciendo, tanto aquellos grandes rapazos como nosotros, te olvidábamos siempre para que nunca te cazaran. ¡Qué tontos fueron aquellos pobres y desgraciadinos muchachos, y así pagaron con sus vidas sus tontezas, pues si te hubiesen denunciado, a estas horas, tu estarías hecho una verbena de gusanos, que ni más ni menos es lo que eres, y ellos estarían vivos al lado de sus desesperantes padres!). Todos escuchaban a mi madre silenciosos y asustados, considerando algunos con tristeza, que mi madre se había vuelto turulata (loca) para atraverse a manifestar acusadoramente ante los guardias, el cura y el pueblo, lo que todas las gentes de la aldea sabían que era cierto, pero no se detuvo mi madre en el acuse que le hacía aquel villano de todas sus bellaquerías, pues al no encontrar nadie que la importunara, siguió con su palabra y con igual fuerza mortificándole de esta manera: —E nus tiempus d'endenantes, cundu lus roxus mandaben lu mesmu que vuexotrus facedis nagora, non trañia l'esquilona de l'ilexa p'axuntanus en conceyu p'uyír la misa tres el cura, perque pieschada taba la casa del Faidor, ya con lus curas lus roxus nagua querían, peru a pesar de tar tan lexus del Faidor, a naide s'achuquinóu n'aldea, ya se morrierun un par de rapazus, fói nel frenti, peru nagora que tenemus l’ilexa 'l entestate, y'un cura que coyius de la man quiér chevanus a tóus pel atayu de non sei que Dios, ya non sei que cielu, pos con tou isti telar, entremedáu de cures, ya caciques comu lu yes tóu, de confexones, mises ya xermones, achuquinasteis n'aldea 'n poucus dies, más xentes que de mala manera, enxamás de lus xamases en Asturies murrierun. Se tóu xupiés so lladrón achuquinante, lu mesmu que toes istes xentes que m'acorrelan, lu que you tenu xufriu nes comunicaciones de la muerte que se encaldaben na cárxel d'Uvieu, dúnde 'l miéu ya 'l espavoríu facien fuercia, únde 'l fríu enxenebráu la entraña te queimaba, únde les chárimes esbocáes en el glayíu xapoixaben, atristeyáus ya dollores qu'eszarapicaben, tous lus xentíus de cuantus escuchaban. Non puéu apoixar de mious videtches, lus güeyus enfervecíus de aquechus homes, qu'agoxáes allumbraben engafuráes chárimes, con les manes tembluqueántes per el miéu, acoyendu con desesperación las rexes de fierru, que non lus dexaben en postreira vez, abrazar a la sou muyer ya lus sous fíus, qu'ameruxáus de cariñu, ya betcháus de dollor, choraben ya glayaben, xiringáus per el amore que profexaben naquel home, que yera 'l pá de lus fíus, el mantín desous quereres, y’l caidonal del sou llare. Naide algamía per mor de aqueches rexes de fierru entemedades, falagar cómu postreira despedida, a la muyer nin al home, nin lus pequeninus fíus, que güerfaninus naquecha nueche diben quedaré, perque banduerrus baldreyus lu mesmu que tóu, lus deñunciaben y'acusaben de faer fatáus de couxes, que ni nel xoñéu lus probetayus dacuandu lleldaren. Tóus nun mirabamus atristeyáus per debaxu la borrina qu'acobertoriaba lus güeyus encarnispáus pe les chárimes, ya lexus de falanus tantes couxes, nel tiempu tan escosu que nus daben, esfaíamonus en playíus choramiqueirus llastimeirus e nes fanes más mortales. Enclicáus tous per un dollor que nes entrañes esquiciáu t'esgarduñaba, tabamus fatáus de xocenes muyeres que güéi toes viudes y'esgraciaínes semos, enlloquecides y'engarrinchades a les rexes que a la llibertá ya la xusticia trincotiaben. Nagua podiamus decinus, perque la pallabra afogábase na conguetcha qu’el alma esfaída pe la tristieza sacupaba, sous penares nel gargüélu, a munchus el dollor añuedábayes el celebru con tal prietura, que esmurgazábanse col xentíu perdíu nel enllabanáu xuelu. Alcuérdume comu s’agora mesmu fora, ya xamás de lus xamases tal desxusticiáu, endiañáu, baldreyóuxu ya chuquinamientu de xentes abondes d'eches tan iñocentes comu isti rapacín, que la mesma lley qu'achuquinóu a suo padre, martirizóulu a él, ante 'l cura, que mangonéa la mitá la aldea, y'isti banduerru de cacique dumeña entrambas partes, ya tous voxoutrus qu'empaparáus per el miéu, olvidósebus defender tou lo güenu per lu que lus vuesus homes llucharun ya morrierun ¡Sin alcuerdume d'aqueches canallesques comunicaciones que se lleldaben na cárxel d'Uvieu, ya non esborraránseme de les mious vidatches metantu que la vida me acompañe! (En los tiempos ya pasados, cuando los rojos mandaban lo mismo que vosotros hacéis ahora, no tañía la campana de la iglesia, para llamarnos y rejuntarnos a todos en fraternal comunidad, para escuchar la misa detrás de un cura, porque cerrada estaba la Casa de Dios, y con los curas los rojos no querían saber nada. Pero a pesar según parecía de que se encontraban muy lejos del Hacedor, a nadie asesinaron en la aldea, y si han muerto un par de jóvenes, ha sido luchando en el frente. Sin embargo ahora, que tenemos la iglesia siempre abierta y un cura que asidos de la mano, quiere llevarnos a todos por el camino más corto para alcanzar, no sé a qué dios, ni tampoco a qué cielo, pues con todos estos sucederes que ahora están pasando, entretejidos por los curas, y por caciques como lo eres tú, de confesiones, misas y sermones, habéis asesinado en la aldea en pocos días, más gentes que de mala manera, jamás de los jamases no contando estos tiempos, en todo Asturias han muerto. Si tu supieras so ladrón y asesino, lo mismo que todas estas gentes que nos rodean, lo que yo he sufrido en las famosas comunicaciones de la muerte que se hacían en la cárcel de Oviedo, donde el miedo y el pavor, hacían fuerza, donde el helado frío que el temor producía, al mismo tiempo las entrañas te quemaba, donde las lágrimas deslocadas en gritos lastimeros se posaban, haciendo tristezas y dolores tan inmensos, que despedazaban todos los sentidos de cuantos escuchaban. No puedo apear de mi cerebro los ojos enardecidos de aquellos hombres, que a cestadas alumbraban envenenadoras lágrimas, y con sus manos temblorosas por el miedo, cogían con desesperación las rejas de hierro, que les prohibían por última vez, abrazar a sus mujeres e hijos, que llenos de cariño y ricos de dolor, lloraban y gritaban desesperadamente, movidos por el amor que profesaban a aquel hombre, que era el padre de los hijos que quedarían ya para siempre desamparados, el amante esposo de sus quereres, y el fuerte guía de sus lares. Nadie alcanzaba por la causa de aquellas rejas de hierro fuertemente entretejidas, halagar como última despedida, a la mujer ni al hombre, ni a los amados y pequeños hijos, que huerfanitos aquella noche si iban a quedar, porque indeseables cobardes lo mismo que tu eres, les habían denunciado y acusado, de haber hecho muchas y malas cosas, que ni en el sueño los pobrecitos, jamás ni habían pensado. Todos nos mirábamos entristecidos, por debajo de la niebla que nublaba los ojos enrojecidos por las lágrimas, y lejos de hablar de tantas cosas en el tiempo tan corto que nos daban, nos deshacíamos en lamentos lastimosos, que nos precipitaban en los abismos más mortales. Agachados todos por un dolor que en nuestras entrañas enloquecido sin piedad las arañaba, estábamos en aquella triste ocasión, muchas jóvenes mujeres que hoy todas viudas y desgraciadas somos, enloquecidas y agarradas con desespero a aquellas rejas, que a la Libertad y a la Justicia pisoteaban. Nada podíamos decirnos, porque las palabras ahogábanse en la garganta, que el alma deshecha por la tristeza, vertía en ella sus penares. A muchos el dolor les aprisionaba el cerebro con tal fuerza, que se desvanecían privados del sentido entre las losas que poblaban el suelo. Recuerdo como si ahora mismo estuviese sucediendo, y nunca jamás, tal injusticia, endiablada cobardía, y canallesco asesinamiento de gentes, muchas de ellas tan inocentes como este pequeño, que la misma ley que asesinó a su padre, le está martirizando ahora, precisamente ante la presencia del cura, que es el dueño de la mitad de la aldea, y de este indeseable de cacique, que domina entrambas partes, y de todos vosotros que llenos y dominados por el miedo, os olvidasteis de defender todo lo bueno y hermoso, por lo que vuestros hombres lucharon y murieron). (¡Sí recuerdo aquellas canallescas comunicaciones que se hacían en la cárcel de Oviedo, y que ya nunca podrán borrarse de mis sienes, mientras que la vida me acompañe!). Recuerdo perfectamente cómo todas aquellas gentes escuchaban a mi madre entre asombrados, y compasivos, entre temerosos avergonzados y ofendidos, y quizás hubiesen escuchado muchas más injusticias que habían hecho no los caballeros y valientes soldados, que denodadamente lucharon hasta conseguir la victoria, ni tampoco las juventudes que militaban en el partido triunfador, sino las gentes maduras, caciques que habían conservado la vida en entrambos bandos, que llenas de un odio vengativo y endiablado, habían hecho ellas más muertes criminales en la paz de la posguerra que todos los leales luchadores de enemigos bandos. Digo yo que mi madre con su cordura de mente les hubiese seguido acusando, si el cura, muy oportuno y diplomático, como son todos los religiosos de carrera larga, no se ausentara sin decir palabra, y ordenara al sacristán que tocase la última campanada, para entrar a la iglesia con el fin de escuchar la misa. Y ahora diré, que mal dicho está que yo diga que el sacristán tocase la campana, porque no había tal campana, ni en la iglesia de mi aldea ni en ninguna otra en todo el valle, ya que los rojos, se las habían llevado todas, no sé con qué fin ni propósito, como tampoco puedo comprender porque quemaban los santos que jamás les harían ningún daño, y dejaban con vida a indeseables como los caciques asesinos de mi aldea. Lo cierto es, que como campana de la vieja iglesia de mi aldea, había un trozo de raíl colgado del pórtico con una alambre, donde aporreaba el sacristán, con un martillo medio deshecho de los de cabruñar la guadaña. Nada más que el toque comenzó hacerse sentir, fueron las gentes desfilando tras la llamada de la postrera campanada, sin que nadie se osara replicarle a mi madre ni tan sola una palabra, bien fuese de desagrado o de conformidad con cuanto había enardecidamente manifestado. Todos se adentraron en la casa del Señor donde yo creo, que si el Nazareno pudiese apoixase (apearse) de la Cruz, no dudo que a todos ellos una tocata de barganazus les esfargayara. (Paliza de palos que en ellos prodigara). Dejó mi madre de reñir a voz en grito, pero siguió haciéndolo muy quedadamente, a la par que con gran remango recogía su cesta, que colocándola esta vez debajo el brazo, nos encaminamos para nuestro lar, mientras que aquellas gentes, culpables unas e inocentes las otras, le rogaban a Dios, los unos por sus pecados monstruosos ya cometidos, que en El no habían pensado cuando los ordenaban, los otros, quizás le pidieran paz y prosperidad para ellos, sus cosechas y ganados, pero Dios no escucharía ni menos ayudaría, ni al pecador tal vez arrepentido, ni al inocente libre de pecado, y lo sé por propia experiencia, porque yo, tantas veces le he llamado, suplicado y rogado, siempre a cuestas con el temor, la miseria y el desprecio que el mundo en mi había sembrado, y jamás El se dignó ni tan siquiera escucharme, porque si me hubiese escuchado, y no remediara con prontitud ni nefastoso sufrimiento, yo diría ya sin el menor equívoco, que el Dios que todos tememos y adoramos, no es nada más que un diablo. Y esto sin lugar a dudas es así, porque Nuestro Señor está harto de nosotros hasta la misma coronilla, y por eso pensó ya en inmemoriales tiempos, que o liquidarnos a todos, y olvidarse sin pena y con prontitud del mal invento que había industriado, o dejarnos vivir a nuestro aire, sin preocuparse ya para nada de nuestros haceres, hasta que la muerte nos lleve a su presencia. Caminaba yo detrás de mi madre, sujetándome con la mano mi dolorosa y sangrante oreja, que más doloroso sufrimiento me había reportado, cuando aquel imbécil y canalla de guardia me la había retorcido, que si me hubiesen molido todo mi cuerpo a palos. Llegamos a la postre a nuestra humilde casa, y siempre sin parar de reñir mi madre, de maldecir y de amenazar, estongóu 'l llar (limpió la cocina) de añejas cenizas, y con la rapidez con que ella solía hacer las cosas, tizóu ‘l fuéu (prendió el fuego) y después, puso un cazo lleno de agua con sal y unas hierbas (que ahora no sé cómo se llaman, pero que son muy buenas para las heridas) a hervir, y mientras que hervía, s'encaldóu nel trabayu de pulgar patacas (se hizo en el trabajo de mondar patatas), de las que había traído de la aldea de donde venía. Cuando el agua estuvo en su punto, que fue en el momento que ella terminara de aliñar las patatas ya listas para ser fritas, se dispuso mi madre a curarme, y al tenor que lo estaba haciendo, y viendo yo en su rostro retratado el cariñoso sufrimiento que por mí sentía, ella como siempre intentando disimular toda emoción, me preguntó dando muestras de un enfado cariñoso, ¿que qué era lo que había sucedido, o en qué líos me había yo alojado, para que los guardias me hubiesen puesto el rostro como un Ecce Homo? —Díjele a mi madre que el guardia no me había hecho nada más que estrapayáu l'uréa (deshecho la oreja), y que las otras heridas me las proporcionara el amo Manín, por las causas del condenado cabrón que ustedes ya saben. —Vi cómo las recias manos de mi madre temblaban al tenor que a mis heridas con aquella agua milagrosa me lavaba, sentí cómo su voz enardecida juraba y perjuraba contra aquel Manín de los infiernos, al cual ella decía, le iba a colgar la foiz (hoz) del pescuezo. Dio por terminada mi cura y en instantes me preparó la comida, que consistía en un buen cazo de patatas fritas con grasa de tocino, un gran cantezu (pedazo) de pan de escanda, y un escudiecháu de lleiche con borona (taza de leche con pan de maíz), y ya fartuquín fasta ‘l rutiar (harto hasta el eructo), preguntele que si podía ir a dar una vuelta por la aldea, a lo que ella me respondió afirmativamente, recordándome con amenazas, el que non m'engarricra con lus oitres rapacinus. (Que no me pelease con los otros niños). Cuando me dirigía al lugar donde todos los chicos por costumbre teníamos de reunirnos para enredar (jugar), en una de las callejas de mi aldea, me topé con Pelayu, que seguramente habría abandonado a su amo en el monte, por el extraño de no verme a mi como sucedía siempre. ¿Porque qué animal o persona con sentimientos nobles y cariñosos, podría vivir en la soledad del monte en la compañía de una repugnante bestia, como lo era Manín nuestro amo...? Viome primero Pelayu que yo a él le avistara, y casi estoy por asegurar, que me había olfateado antes de que yo desembocara en la calleja, donde él buscándose la vida por todos los rincones husmeaba. Porque yo jamás había visto a Manín, darle al pobre de Pelayu de comer nada, ya que Manín solía decir dándoselas siempre de razonero eficiente, que el perro no se le podía dar la esllaba óu llabaza de fregar lus cacíus (las aguas sucias residuos de lavar los cacharros de la cocina) porque estaban los bracus na cobil urniándu per llapalas (cerdos en el cubil gruñendo por tomarlas), que al perro lo único que se le podía dar, era aquello que no tuviese aprovechamiento para nada, como les llixes de les vaques cundu betchaban, de las uvées ya les cabras, óu cuallesquier oitra molicie que paque nún fediera menester yera encuandiála (como las libraduras de las vacas, de las ovejas y las cabras cuando parían, o cualquier otra porquería que para que no oliese mal, fuera necesario enterrarla). Vino Pelayu hacia mí envuelta su alma perruna por una gozasa alegría, pero me di cuenta con pena profunda, que no hacía tal acercamiento dentro del desenfado y gracial camaradería que en todas las ocasiones él conmigo usara, pues por primera vez mi buen Pelayu, para acercarse a mí, rastreramente se arrastraba, no era por el miedo de que yo le apaleara, ya que jamás ni de palabra le había ofendido, era sin duda porque se sentía muy avergonzado de haberme abandonado la pasada noche, cuando tan triste y solo me encontraba, y quizás más le necesitara. ¡Pobre Pelayu! ¡Qué alma más humana tenía, y a cuántos humanos, el alma de los rabiosos perros les dirigía! Me agabuxé (agaché) a su lado, envuelto yo por una sana, jovial, y angelical alegría, le besé su rostro varias veces entusiasmado, y acaricié con gozo su fino y sedoso cuerpo, y olvidándonos entrambos él de su cobardía y yo del rencor que pudiera por su gesto guardarle, nos fusionamos en un abrazo risueño y cariñoso, donde él dando pequeños ladridos por los que manifestaba su alegría y pena, me lamía una y mil veces las heridas que adornaban mis mexietchas (mejillas), y quizás se estuviese jurando, que aunque le costase la vida, nunca de mi lado se alejaría. Toda aquella tarde, estuve jugando al «llanque» y a la «palombietcha» con el único amigo de verdad que en la aldea tenía que se llamaba Muel. Pobre amigo mío, murió cuando apenas tenía veintiocho años, reventado por el más duro y esclavizante trabajo, que desde su niñez y en mi compañía, fustigados por el hambre y la necesidad, entrambos y dos a las severas órdenes de su padre, como serradores en casi todos los montes de mi Asturias, habíamos llevado a cabo, al final, su cuerpo ya deshecho, explotado y gastado, fue consumiéndose en la triste soledad del sanatorio del Naranco, donde murió devorado por una tisis galopante. Tenía Muel dos o tres años más que yo, y sin embargo éramos los dos de la misma estatura, y empezamos a serrar madera manualmente los dos en el mismo día, teniendo yo en la sazón, tan sólo trece años, fue nuestro maestro su propio padre, y nos trataba como nadie se puede imaginar, ya que no había día, que no nos untara ‘l focicu (nos azotaba) por lo menos un par de veces. No es que aquel hombre y excepcional trabajador fuese malo, no nada de eso, es que el pobre precisaba por fuerza mayor, para poder desarrollar el duro trabajo del serrador, que nosotros hiciésemos el trabajo de hombres y no éramos nada más que dos niños. Digo yo que aquella tarde, le conté a mi amigo Muel, como había encontrado en la montaña la cueva de las armas, y así hablando de nuestros proyectos, acordamos que al día siguiente subiríamos hasta ella, para jugar hasta cansarnos con aquellos juguetes de verdad. Así es que a la oscurecida retornamos cada uno para su casa, saboreando por adelantado lo felices que al día siguiente habíamos de ser. Caminaba en pos de mí, tan contento y satisfecho como siempre mi buen Pelayu, sin preocuparse para nada de que él, era un esclavo de Manín, y no un ser libre que pudiese hacer lo que más le conviniese, pero al llegar a la esplanada donde asentada estaba la bolera, lugar clave donde se reunían todos los vecinos de la aldea, después que concluían sus trabajos, bien fuese para charlas y cambiar impresiones, o para jugar unas partidas a los bolos, como cuento, allí estaba Manín, en diálogo con unos vecinos, ya de retirada para su casa después de haber encerrado las cabras, cuando vio a su desleal Pelayu, que muy contento y moviendo con gran felicidad su rabo, me acompañaba a mí, como si yo fuese en vez de él su amo, dejó a su contertulio con la palabra en la boca, y cambiando su pacífica charla por la riña loca, embistiome a mi con ofensiva y pecaminosa palabra, al mismo tiempo que con la vara que portaba en su mano, descargó sobre el confiado Pelayu tal varazo, que a quedarse el pobre tan sólo un segundo condoliéndose del acuciante dolor que en su cuerpo se anidaba, seguramente que hubiese llevado sobrada ración de varazos, que fácil la dejarían sin vida in situ. Pero no hizo tal cosa mi buen Pelayu, sino que salió huyendo como alma que se lleva el diablo, lanzando en el aire ladridos, que yo creo que no eran por el profundo sufrir que le proporcionara el castigo, sino que en su lenguaje, seguramente maldeciría aquella bestia con figura humana, que era capaz de azotar despiadadamente a un inocente niño, o de asesinarle a él mismo, que no se encontraba con más culpa, que de despreciar a su amo, por canalla y miserable. Y lo propio que Pelayu hizo, no lo dejé yo para más pensado, y a la vez que me perdía en la carrera, huyendo de aquel reptil repugnante y asqueroso, recuerdo que con rabia enloquecida yo le dije: ¡Fíu de put, baldreyu, llimiagu! (Hijo de puta, cobarde, rastrero, baboso..., etc., etc.). Pero miren ustedes por donde, estaba mi madre allí cerca en casa de una vecina hablando de sus cosas tranquilamente, cuando al sentir al Manín que me ofendía, al perro ladrar por la caricia que había recibido, y a mi insultándole poniéndole como un pingayu (de lo peor), salió mi madre de casa de su vecina, con todos sus muchos ánimos aviesporáus (envenenados, aguijoniantes), y cogiendo un palo que allí a mano había, bien seco y sudado, porque hiciera su servicio sirviéndole de mango a una fexoria (azada), se dirigió con extrema rapidez y silenciosamente al lugar donde Manín estaba, y sin decirle ni una sola palabra, empezó a darle palos con aquel formidable mango, que la suerte a Manín le cupió de que nuestros vecinos la detuvieran, porque sino, creo que le hubiese matado. «LA MULTA O EL REFORMATORIO» Al día siguiente, mi amigo Muel, yo y Pelayu, subíamos alegremente hacia la montaña, con locas ansias de llegar pronto a la cueva, con el infantil y firme deseo, de jugar hasta saciarnos con aquellas armas, recuerdo a mi querido amigo, futuro candidato al igual que yo, a la penosa esclavitud que como serradores nos aguardaba, la veo con su sana sonrisa, pintada en sus pequeños y vivarachos ojillos azules, acariciar una y otra vez, con una alegría inmensa aquellas armas, no existía para nosotros en el mundo, en aquellos felices momentos, nada que pudiésemos apreciar tanto, como aquellos mortíferos juguetes, de los que en la sazón, éramos los únicos señores y dueños, nos hallábamos fuera de la cueva, enredando cada uno con su escopeta, y una canana repleta de cartuchos colgada del hombro a la bandolera, Pelayu, desentendiéndose de nosotros mitigaba su hambre cazando grillos y mariposas, o cualquier otro insecto que plugiérale y fuérale rentable para entretener su enflaquecido estómago. Después de cansarnos de hacer la instrucción marcando el paso con la escopeta al hombro, emulando a los soldados cuando hacían prácticas en nuestra aldea, yo le dije a mi amigo señalándole el lugar, que desde aquel mismo sitio, yo había tumbado de dos certeros disparos al cabrón de mi amo. Muel, sacando dos cartuchos de la canana y metiéndolos dentro de la recámara de su escopeta, me dijo que él también pudiera haberlo hecho, y para asegurármelo de que no marraría el tiro, me señaló una piedra rojiza que había muy cerca de donde muriera el chivo, y a la par que se ponía la escopeta en el hombro para materializar lo que había asegurado, me decía ilusionado: —¡Fíxate Xulín!, ya veras cómu la desfaigu nun fatáu de cachiquinus—. (—¡Fíjate Julín!, ya verás como la deshago en mil pedazos—). El doble disparo retumbó dentro del natural silencio de la montaña, como si se tratase de un ruidoso trueno de las tormentas de los veranos, las águilas y los cuervos, así como todos los pájaros y animales que moraban por aquellos aledaños, moviéronse de sus lugares, graznando las aves al levantar el vuelo, y quizás las alimañas agudizasen al oído para saber el peligro que pudiese traerles aquel espanto. Hasta Pelayu dejó su caza insectívora para ladrar desaforado, como si presintiera que otro cabrón había sido abatido, que le haría de nuevo volver a hartarse, o tal vez nos estuviese reprimiendo, queriendo con su lenguaje decirnos, que aquella xuxeante folixa (crecido ruido, alegría, juerga, etc., etc.) que tan amanicomiadamente entamábamos (enloquecido ruido que hacíamos) no iba a reportarnos buenos resultados. Lo cierto fue que mi querido amigo Muel, no atinó a deshacer aquella rojiza piedra contra la que había disparado, y yo alegrándome por su fracaso, cargué con rapidez mi escopeta, me la puse en el hombro, y disparé contra aquel blanco otros dos disparos, tampoco pude yo hacer puntería, y él mofándose de mí, cargó de nuevo su escopeta con notoria alegría, a la vez que me aseguraba que de aquella no fallaría, volvía a disparar sin importarle para nada el tremendo culatazo que nos solían dar aquellos guerreros artefactos. Y así, una y otra vez, atenazados por un gozo y felicidad que nunca con tanta fuerza a nuestros juveniles espíritus había con entera libertad creado, disparábamos con alegría ilusionada contra aquel aproxetáu cuctu (enrojecida piedra), creyéndonos guerreros invencibles, o cazadores afamados. Muy posible yo me creyera un jefe poderoso, justiciero y honrado, que cada disparo que hacía, l'eszarapaba les vidatches d'uno de lus baldreyus homes, que habíen achuquináu ‘l miou padre. (Le deshacía las sienes de algunos de los cobardes hombres que habían asesinado a mi padre). Lo cierto fue, que tras de quemar veintitantos cartuchos cada uno, la piedra seguía en su sitio, y nosotros un poco desilusionados, hicimos un pequeño descanso, en el que acordamos cambiar de blanco. Disponíamos de nuevo hacer más atinadas prácticas sobre el rugoso y fuerte tronco de una encina, cuando Pelayu salió de junto nosotros y con apremiante prisa ladrando, contra un intruso que nos visitaba, guiado al parecer por el atronador ruido, que con nuestros alegrativos disparos formábamos. Era nuestro mal recibido visitador un rapazacu (mozalbete) que andaba por aquellos montes a la caza de la perdiz, que había endemasía nutridos bandos, que bajaban a veces hasta los sembrados d'arbeyinus y'oitres semáus (de guisante y otros sembrados) más alejados de la aldea, y ni el gran espantapáxaru tenía llixa de xebrayus (espantapájaros tenía fuerza para espantarlos). Jerónimo se llamaba aquel jovenzuelo indeseable, que había heredado de su padre toda la cobardía y males tales, que muchas gentes de mis lugares, le estarían rabiosa y odiativa, despreciable y asquerosamente maldiciendo, hasta que el Hacedor les llevara de este mundo tan poco lleno de humanidades. Era hijo de este sujeto tan maldecido, cacique de mi aldea con vuelos tales, que no del todo satisfecho con enviar para el otro barrio algunos de sus inocentes convecinos, en el acaecer se dedicaba, a que a sus vecinos la ley, que había, muy moldeable para dar por buenas todas las denuncias avaladas por caciques facciosos como él, se ensañara con crecidas multas, que al no tener dinero la gente aldeana para satisfacerlas, tenían que vender parte de sus ganados, y sabedores los tratantes por ser lobos de la misma camada aunque con diferente collor (color), que los campesinos tenían que vender sus reses con abonda priexa (mucha prisa) para satisfacer aquellas multas antes que se enrodietcharen (enredaran) peores males, pues como cuento, aquellas aves de rapiña de tratantes, se unían todos de tal manera, que lograban desbaratar los mercados hasta tal punto, que más que comprar, lo que hacían, era robar dentro de la ley a los aflijidos y siempre maltratados campesinos. Al quedarse los desdichados aldeanos sin sus ganados, por la causa de aquellas multas, que la verdad era nadie sabía que era lo que castigaban, aquellas asesinantes multas que la ley les inxertaba (injertaba), que les hacía dentro del acuciante temor que en aquel lleldar (ácaecer) era aterrante, deshacerse de sus ganados para pagar tan diabólicas y desnaturalizantes sanciones. Y como los campesinos, por lo menos en todas las embrujadoras aldeas de mi melgueira tierrina (dulce tierra), y me supongo que tal sucederá en todas las aldeyuelas del mundo, sin ganados de tiro no pueden trabajar sus erus (tierras), tenían que por fuerza mayor, agenciárselo aunque fuese dentro de las más viles condiciones, y así, el canalla de cacique de mi aldea, daba vacas, yegüas, cabras, y ovejas a la comuña (condición) que tan sólo el agobio de la desesperante necesidad hacíales aceptar, con lo que se condenaban a ser esclavos de un ganado que no era de ellos, siendo en la mayor parte de las ocasiones las ganancias completamente nulas, pues si una res se moría, se despeñaba, la mataban los lobos o la devoraba el oso, no la perdía el dueño, sino el comuñero, y así, de esta miserable forma, este canalla de cacique, explotaba vilmente a muchos campesinos que por imperativa necesidad, eran comuñeros de este indeseable asesino, que no había hecho la guerra en las trincheras, porque su cobardía era tan grande, que le había obligado a pasar toda la contienda escondido en los montes, y ahora que la guerra ya terminara, era cuando él verdaderamente la hacía, en la entristecida y enlutada paz que poseían las gentes de mis aldeas. ¿Cuántos despreciables seres como este nefasto individuo había en mi Patria... ? ¡¡Yo creo que honradamente debemos todos de reconocer, que había un par de ellos en cada aldea, y en las villas y ciudades me supongo que morarían muchos más!! Cuento que llegó el Jerónimo con su escopeta al hombro acompañado de su perro perdiguero ante la nuestra presencia, y ufanándose altaneramente quizás pensando que nos iba a hacer, lo que le diera la gana, nos dijo con apariencia muy enojada, al mismo tiempo que nos ofendía con sus palabras: ¡Haber decirme pronto, ¿dónde habéis robado estas escopetas?, si no queréis que vos falague ‘l llombu con ista bardiaca! (que nos moliera a palos todo el cuerpo con una vara que portába en sus manos). No despegó sus labios en el momento mi amigo Muel, porque el padre de aquel llabasquín (cerdo pequeño) era el dueño de los ganados de su casa, y por aquello de que el amo siempre, sin la razón con la ganancia anda, no le refutó pequeña palabra. Pero yo que ya me había creído que aquel babayu de guaxón (farolero, fantasma de mozalbete) se iba apoderar de mis armas, las que yo creía que eran de mi entera propiedad, le dije sin miedo y desafiantemente, que aquellas escopetas eran mías, y que ni él ni nadie sería capaz de quitármelas. Entonces Jerónimo mirándome acusadoramente me replicó seguidamente con estas palabras que me condenaban: ¡Entonces... tu fuiste el que mató antes de ayer al chivo de Manín? ¡Si yo fui!, le dije envalentonado y poseído de una airada rabia, a la vez que le encañonaba con la escopeta y amenazándole firmemente le aconsejaba: ¡Fáinus el favore de dexanus nel nuexu antroxu, ya colar pel mesmu xeitu per únde sen chamate 'llegasti, se nun quiés que faiga nel tou ventrón, el mesmu buracu quei fexe nus fégadus del cabrón de Manín! (¡Haznos el favor de dejarnos con nuestra alegría, y márchate por el mismo sitio, por donde sin llamarte has llegado, si no quieres que haga en tu barriga, un orificio parecido, al que le hice en los hígados del cabrón de Manín!). —Y fue entonces cuando Muel valientemente apoyándome con su amenazante escopeta y con sus advertientes palabras le dijo: ¡Mira Jerónimo, no tiene nada que ver que mi padre se arrastre frente a vosotros, por el miedo de que le quitéis el ganado, pero yo ahora no soy mi padre, y si no sales en el momento corriendo como una exhalación (centella, rápido), me parece a mí, que te vamos a coser a perdigonazos! Justificándose Jerónimo con el atropello que en el miedo se cosecha, dio media vuelta y casi a las carreras, tomó las de villadiego, a la par que se alejaba murmurando no se qué amenazas. Su perro, quedose unos instantes olisqueándose con Pelayu, al que yo achuché (azuzé), y Pelayu que para engarradiercharse (pelearse) era una ardorosa fiera, saltó como un león, atacando con un furor endemoniado al fino can perdigonero, y si no es por Muel, me parece que allí en el mismo lugar que había muerto el chivo, Pelayu hubiera despachado, aquel hermoso, cariñoso e inocente perro. Quedámonos muy satisfechos y gozosos, a la par que en nuestros espíritus, navegaba el orgullo perfumándose con la vanidad Humana, y todo, por haber acoyanáu ya féchule moscar ameruxáu de miéu (acojonado y haberle hecho huir, lleno de miedo) al hijo de uno de los amos de la aldea, que en un principio se había creído, que le sería sencillo hacer con nosotros cuanto le viniese en gana. Durante algún tiempo, estuvimos llindiándu (vigilando, cuidando) a Jerónimo por ver el camino que se tomaba, pues teníamos el temor que se ocultara para después sorprendernos, pero no fue así, y al final muy contentos ya le vimos corriendo que se las pelaba en compañía de su perro, desembocando en el pedregoso camino que le conducía a la aldea. Sabiéndonos libres del temor del adefesio de Jerónimo, y olvidándonos en el mismo instante de cuanto con él nos había acontecido, volvimos a nuestro peligroso juego, de disparar las escopetas contra diferentes blancos, y así, hablando de nuestras cosas con satisfacción que nos embargaba dentro de una felicidad pasajera, deslizábase el tiempo sin enterarnos, hasta que a la postre, dimos fin a todos los cartuchos que teníamos, y fue entonces, cuando decidimos esconder las armas en la cueva, y con los hombros doloridos por las sacudidas que nos propinaban las escopetas por los disparos, disponíamosnos muy contentos en el regreso para nuestras casas, y para simular que veníamos de la leña, agenciámosnos unos tochacus de pochiscus (leños de encina) y poniéndonoslos al hombro, bajamos corriendo por entre los vericuetos y las serpenteantes sendas, hasta llegar al camino real que nos conduciría a la aldea. El ubérrimo valle de alegría alborazada, que poblaba por entero nuestros espíritus, viose en unos segundos nublado y con rapidez cubierto, por un zozobrante y temeroso manto, nacido del retrato que nuestros ojos hicieran, cuando a la entrada de la aldea, justamente en el mismo lugar donde por costumbre, mi amo solía esperarme para xebrar (apartar) sus cabras, estaban aguardándonos los guardias, en la alegre compañía de Jerónimo, que poseyendo las mismas indeseables zunas (costumbres) que su padre, no había perdido ningún tiempo en ir hasta el cuartelillo para delatarnos. Yo tentado estuve cuando me percaté que eran los mismos guardias que el día anterior me habían cobardosamente martirizado, de tirar los garbetus (leños) que llevaba en el hombro, y salir corriendo para huir de aquel verdugo que sonriéndose ladinamente, quizás estuviese pensando su enrevesada y nefastosamente, el volver a esforgayame (arrancarme, estriparme, deshacerme) la única oreja que me quedaba sana. Sin embargo, logré dominar el miedo, y dejando a Muel que abriera la marcha, llegamos a la postre ante la presencia de ellos, y aquel canalla de guardia, no se dirigió a Muel a pesar que unos metros delante de mí iba, sino que vino sonriendo malignamente hacia mí, con las mismas asesinas intenciones que el hambriento lobo lleva, cuando para satisfacer sus ansias del espíritu y la carne, sin el menor miedo se lanza, sobre el inocente corderillo que no tiene a nadie que le defienda. Antes de dirigirme la palabra, aquel demonio con tricornio, que a fe mía desprestigiaban, porque hermosa para el pueblo es la esclava de la Justicia, cuando todas sus obligaciones y credos justamente da cumplidas. Digo yo, que lo primero que hizo fue cogerme mi oreja sana, apretarme un poco para ponerme en atención, y luego mirándome altanera y sonrientemente me dijo: ¡Ahora ya no me negarás de que no has sido tu quien disparó sobre el cabrón de tu amo, y me supongo que también me dirás, dónde has conseguido las armas, maldito pilluelo, hijo de una bruja y de un rojo republicano, o comunista sin entrañas! Tiré los tochucus (leños secos) al suelo apremiado por el dolor que de rabia me desencaldaba (deshacía), con tan mala fortuna que por mí no había sido pensada, que diéronle en las piernas de aquella fiera uniformada, y gran dolor en él tuvo que lleldarse (hacerse), porque dejó de esfarugarme (deshacerme la oreja), para acariciar con gestos de dolor la caña de una de sus piernas, al mismo tiempo que yo hacía lo propio con mi oreja, que ya colorada como una guinda, me resquemaba como si estuviese ardiendo. Mirome con ojos extraviados por la rabia que le enloquecía, y siendo mayor la fuerza de su cobardosa entraña ya en poder de las iras que lo movilizaban, que el dolor que su cuerpo sentía, soltome de revés dos guantazos, que dieron conmigo en tierra, con el rostro manando abundante sangre. Fácil siguiese abofeteándome, pues ya estaba enclicándose (agachándose) para hacer conmigo vayan ustedes saber qué, cuando intercedió su compañero que asiéndole por un hombro, con desprecio y enfado le dijo: ¡Lo que terminas de hacer con este pequeño es una canallada, y como otra vez intentes tocarle del pelo la ropa, te las vas a entender conmigo! ¡¡Estoy harto de tus abusos, y de tus odios y desprecios por todas las gentes desgraciadas!! Ayudome aquel buen guardia a levantarme, y después con su propio pañuelo limpiábame el rostro de sangre, y al parojo que esto hacía cariñosamente me decía: ¡Te juro que nadie te volverá a martirizar más pequeño, y ahora si tu quieres, y que conste que ni te ordeno ni te obligo a contarnos nada, dinos de una vez dónde están esas malditas armas que tanto doloroso daño te han originado! Dime cuenta pronto que de seguir negando no sacaría en limpio nada, ya que el baldroyán (cobarde) de Jerónimo había descubierto ya todo, y a poco listos que fuesen, nada más que les conduciese al lugar donde nos había sorprendido, darían pronto con la cueva, donde se ocultaban las armas. Así que acompañado de Muel y de Pelayu, y seguido de cerca por los dos guardias y el delator de Jerónimo, guielos a paso rápido por entre las vegetativas y pedregosas sendas que serpenteaban por casi inaccesibles lugares, pronto me alegré al comprobar cómo aquel despreciable guardia que tan sañudamente me había martirizado, abarquinaba (respiraba) con penoso trabajo, al mismo tiempo que se deshacía en copiosos sudores el condenado, lo mismo que la manteca fresca expuesta al sol en el verano. Al observar el penoso esfuerzo que aquel guardia repugnante y gordo, imbécil y malvado, tenía que realizar para seguirnos, apreté más aun el paso, que casi se convirtió en carrera y que sólo Muel y Pelayu pudieron aguantarme alejándanos en cuestión de segundos un largo trecho de nuestros enemigos, que en el lleldar (acontecer), ya se habían detenido para hacer acopio de energías unos momentos. Aproximadamente aun no habíamos caminado ni una décima parte del trayecto que nos separaba de la cueva, y ya el llimiagu (baboso) de aquel guardia, se encontraba casi d'afechu despaxaretáu (deshecho), seguramente que antes de llegar al final, en la mente de aquel fucheiru (estercolero) humano, se dibujaría el ruin pensamiento, de maldecir a la ley que como enyordiáu pioyu (sucio piojo) servía, al cachiparru (parásito) que me había delatado, y a mí, por no haber seguido negando. Muel y yo con satisfacción nos reíamos de aquellas gentes, que en nuestras infantiles y sin cultivar mentes, habíamos retratado como personas que tenían menos llixa (fuerza, arte, valer, etc.) que un mure entre las zarpas de un gato. Estaríamos como a la mitad de la andadura, cuando la distancia que nos separaba ya era enorme, y a pesar que de continuo nos ordenaban que no corriésemos tanto y que procuráramos ir siempre a su lado, la verdad es, que ya les habíamos perdido todo miedo y que no les hacíamos el menor caso. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amigo Muel, que cuando llegásemos al potchisquéiru (encinal), yo me adelantaría corriendo con todas mis fuerzas, para volver aquel mismo lugar antes que ellos lo hicieran, pero después de haber ya ido a la cueva, para poder esconder para nosotros, dos pistolinas muy atongadetas (bonitas, curiosas), que era una pena que se llevaran los guardias, y que nosotros podíamos esconder en cualquier lado. Y así lo hice, y logré regresar, mucho antes de que ellos, llegaran escadriláus (derrengados), claro que descontando a Jerónimo, porque éste andaba tanto como con la lengua si quisiera andarlo. El caso fue que los guardias aquel día se llevaron las armas, y a los cinco o seis días, regresaron a la aldea preguntando por mi madre y el padre de Muel, para llevarles hasta el cuartelillo, con el fin de no sé qué preguntarles o darles. Cuando mi madre en compañía del padre de Muel regresaron del cuartel, estábamos nosotros xugaretiándu (jugando) debajo del ñoceón (nogal grande) que había a la entrada de la aldea, que tanto como tenía de frondoso y grande, eran de pequeñas, escasas e insípidas sus nueces. De donde viene un adagio asturiano que dice: ¡Mucher grandie ande óu non ande, peru tantu s'espatuxa, comu senún lu fixera, en dalgún lláu fae bona atongadura! (Mujer grande, ande, o no ande, pero tanto si camina, como si no lo hace, por grande en todos los lugares estorba). «Claro que se me olvidó decir, que menos en el catre, para añuedar el cibietchu cundu nun hay oitra, pequenina, atongaina ya melgucira». (Para hacer el amor, cuando no hay otra, pequeñita, bien hecha, y tan dulce como lo que debe ser vivir en la gloria). Digo yo que al ver nuestros padres corrimos hacia ellos, y cuando ante su presencia nos encontramos, casi sin darme cuenta vi a mi amigo rodar por el suelo, por la fuerza vigorosa del tremendo castañazo que su padre le llantó nuna mexietcha (le plantó en una mejilla), pero antes de que yo me percatara del peligro que sobre mí se cernía, vime acochetáu (cojido, sacudido) por mi madre, que me allumbróu (alumbró) un mamplenáu (muchos) pescozones, tan seguidos y atinados, que me parecía que todos me llegaban en ringlera, no teniendo que esperar uno por el otro, para que no se enfadasen ninguno. Y allí mismo por este procedimiento que nuestros progenitores nos hacían, comprendimos que nada bueno los guardias a nuestros padres les habían hecho. Y claro que no era nada respetable ni justo, sino un atropello despiadado, inhumano, mezquino, repugnante y apartado de la Justicia a tanta distancia, como la que existe desde la Tierra hasta el Infinito Cielo. Resulta que la canallesca ley que en aquella para mí inolvidable época existía, nos había condenado a ir a un reformatorio, o a que pagasen nuestros padres una multa de ciento cincuenta pesetas en papel del Estado, en el término de treinta días. Y fue entonces cuando yo empecé a preguntarme, ¿que qué era lo que tenían que reformar en mi...? ¿Acaso entraba en la reforma que aquella ley que estaba por todos los rincones de la Patria haciendo encima de los vencidos y sus descendientes, asesinar a nuestros padres, hermanos, parientes y hasta madres, privarnos de nuestra libertad, y robarnos cuánto teníamos? —¿Aquella ley digo, todavía tenía que reformar algo más en mí, que en un principio ya no hubiese inhumana y endemoniadamente reformado? Yo que era en aquel lleldar un pobre niño de poco más de ocho años, condenado precisamente por la misma ley, a no tener jamás ya el amoroso cariño de mi padre, yo que había sido condenado como todos los jóvenes hijos de los vencidos y encarcelados y asesinados padres, yo que estaba lleno de hambre, de miseria, de sufrimiento y de una soledad inconsolable, yo que si quería comer un trozo de pan duro, tenía que caminar descalzo y medio desnudo, por entre las zarzas y guijarros de las montañas, esclavizando mi cuerpo y mis sentidos, en el cuidado de unos ganados que no eran míos, a mí, a un ser así de natural, puro, desamparado y desgraciado, ¿aún quería aquella entroyada (sucia) ley reformarme por considerarme malo? —Yo nunca he sido político, pienso ahora, ni tampoco con mis palabras harto vulgares y aldeanescas, pretendo fomentar el odio hacia nadie, soy ante todo un liberal disciplinado, que ama a mi Patria, por la que estoy en cualquier momento dispuesto a morir, pero me creo con el suficiente derecho de contar al mundo de cuanto yo he sufrido, que es el retrato de tantos otros huérfanos de guerra que lo mismo que yo tanto sufrieron, aunque más en duda, pongo que lo hubieran hecho, quiero contar todo lo que considero que siendo verdad, no debe ser olvidado, y desearía con toda mi alma, que mis palabras tuviesen repílos (ecos) más clarividentes, que los que en su origen se formaron, para que llegasen a todos los oídos, y en sus mentes gigantesca Humanidad digna y justa edificasen, que diera paso a una libertad liberal y disciplinada, que atrancase (cerrase, peslase) sus puertas a todo cuanto no fuese digno y honrado, de esta sencilla y natural manera, la fraternidad sería por primera vez, el tesoro más puro, luminoso y deseado, que la Humanidad en toda su existencia hubiese conquistado. En este relato, que para muchos críticos comedores, que sólo saben fartase comu gochus (comer como cerdos) e intentar con sus medios deshacer lo que alguien con más capacidad creativa que ellos, más bien o peor ha edificado, digo yo, que muchos críticos fanáticos defensores de normas idealísticas, que con sus leyes en la ocasión asquerosamente convencionales, que lograron deshacer el destino que a mi vida creo que le pertenecía, al igual que a toda la generación de los hijos de los perdedores, no les agradara en absoluto, que un hombre que fue despojado de cuanto poseía, y empujado vengativa y canallescamente al arroyo, cuando él por ser un niño, no podía defenderse, tenga ahora la osadía, con sus pobres medios culturales, d’abayucar la trelda (revolver la porquería), que nadie hasta el presente, tan ajustada y verídicamente pudiera contar jamás. Digo porquerías, pues es eso precisamente lo que suelen dejar las secuelas de una guerra civil, y pobre de aquellos países que la sufran, porque sus hijos quedarán divididos, y los perdedores, tendrán que soportar un yugo, que más flojo, o menos prieto, esclavizándolos los ha de postergar. En este relato retrato yo, al vencedor y al vencido, menos al perdedor de quien soy hijo, ya que he tenido la desgracia de conocerle cuando el desventurado ya era un vencido, pero con el vencedor he vivido siempre, sirviéndole con decencia y honradez, silenciosamente observándole siempre, y no recibiendo de él, nada más que calamidades y ofensas, y sin embargo, nunca le odié, siempre disciplinadamente le serví, y si en el lleldar se siente ofendido por lo que de verdad digo, espero que se comporte conmigo, de la misma manera que con él siempre yo he hecho. Sé que estas narraciones no se han de publicar en mi Patria, porque la censura no permitirá que el hijo más humilde, cuente una verdad que denigra no a mi querida y noble España, sino algunos de sus inamovibles sistemas, pero tengo la firme certeza, que algún querido hermano país, sin el menor odio ni rencor sí ha de hacerlo, y con esta mi voz del pueblo, sencilla y natural, ubérrima y estéril, millones de seres de la Tierra habrán de saber, que hoy todavía, vive en mi Patria, la mitad de una generación, descendiente de los perdedores de la sanguinaria Guerra Civil que empobreció a la más maravillosa nación del mundo como es mi España, apartados de todo acceso a cualquier puesto de responsabilidad, bien en el gobierno, en los sindicatos, o en cualquier otro lugar, de responsabilidad de la Patria. Y desde aquí, invito a todos los españoles para que investiguen esto que he dicho, y ya verán como es una verdad, que no admite discusión posible. Cuánto placer sentiría yo si me pudiese expresar con ustedes en la maravillosa, ancestral y rica Lengua Asturiana, pues para mí, decir las cosas en Castellano es un verdadero fastidio, con tantos puntos y comas, y demás signos ortográficos, que para un hombre sin estudios de ninguna clase como yo, es una verdadera tortura, pues mi imaginación que idea y piensa con la fuerza de un enorme río enloquecido, a la hora de querer contar estas copiosas cosechas, que hasta en los mismos sueños me alumbra, cuando me pongo a escribir todos estos pensamientos y acaeceres, al expresarlos en español, meto la pata hasta los corbétchones, por esto ruego me perdonen, y háganse a la idea, de quién les está hablando, no es nada más que un humilde aldeano, sin más escuela que la siempre dura universidad de la vida. Y con la fortuna o desgracia de haber nacido con el embrujador duende de ser soñador, no por aparentar, por ocio o por estudio, sino con la intima necesidad que me tortura el alma, al mismo tiempo que me embarga dentro de una felicidad, que me hace en ocasiones ser dichoso, sin jamás haber sido feliz, y en otras dimensiones me llena de tal tristeza, que en apariencia sin sucederme nada, me encuentro tan apenado y deprimido, que todo cuanto me rodea y hasta yo mismo, me parece la pestilente porquería, con que se harta sin jamás hastiarse, el nefasto diablo al que entusiasmados y egoístas servimos. Enteponíu colaba you dellantre de miou madre, espatuxandu caleya adiantre, afalau per las engafuráes pallabres de miou má, camín de la nuesa teixá. (Conducido corría yo delante de mi madre, caminando rápido calleja arriba, arreado por las envenenadoras palabras que mi madre me dirigía, a la vez que hacia nuestro hogar nos acercábamos. Yo miraba arisco para ella, pensando que me iba alcanzar presto, para propinarme ante mis vecinos, otra somanta (paliza) como la que de aun mi cuerpo se condolía. Al fin llegamos a nuestra casa, y ya en ella encoyíu (encogido) por el temor, aguardaba resignado que mi madre calmara su furia dándome una nueva cuera, que mereciéndola, no la merecía. Estaba visto que llevaba unos días, que todos los golpes me habían elegido a mí para sus descansos, primero el cobarde de mi amo, que con sus asquerosas manos, me había puesto el rostro, tan descalabrado que no había en él un lugar sano donde coyera una guya (cupiera una aguja), después el canalla del guardia, que me dejara las orejas tan maltratadas, que me parecía que no eran mías, y para finalizar mi madre con aquella argurtóuxa tocata que m'apurriera (alta paliza que me propinara), que según me parecía, no había sido nada más que la parba (desayuno breve) de la que se esperaba Furibunda y desesperada asiome mi madre por mis maltrechos hombros, y al mirarme yo en sus hermosos y enojudos ojos, pude ver en lo más profundo de ellos, el desmesurado amor que la pobre me tenía, y lejos de azotarme como yo pensaba, sólo me preguntó muy apenada y preocupada: ¿De dónde vamos a sacar esas ciento cincuenta pesetas Xulín? ¡En alguna parte hijo, nos las agenciaremos, porque yo no permitiré que esta canallesca ley, hecha por indeseables sin entrañas, te lleven al reformatorio, donde ellos se tenían primero que reformar, para no seguir sembrando entre los desventurados vencidos, tanta vengativa y nefastosa canallada! Al día siguiente al rayar el alba, después de desayunar el rabón, (leche ácida cocida con harina de maíz) del que yo sí que me harté, pero ella la pobre apenas comió unas cucharadas, armada mi madre de un azáu (hacha) que había pedido prestado a un vecino, y yo de una foiceta (hoz) de podar la leña, fuimos al monte comunal a baltiar (cortar) leña, pues un carro de leña de encina, roble y espinero, que pesaba más de tres mil kilos, pagaba el maestro panadero, de la única panadería que había en el concejo, cincuenta pesetas por él, así que teníamos todo un mes por delante, para preparar los nueve mil kilos de leña, que nos proporcionarían las ciento cincuenta pesetas, con las que calmaríamos las iras de aquella inhumana ley, que tan despiadadamente nos había castigado. Parecía que mi madre poseía la fuerza del más intrépido de los hombres, talmente era un gigante que con una fiereza incomparable, chorreando sudor y espelurciada su rubia cabellera al viento, cortaba sin el menor descanso encinas, robles y espineros, mientras que yo imitándola en cuanto podía, podaba aquellos arbustos con el más grande de todos mis entusiasmos. Serían las tres de la tarde y no habíamos hecho aun el más pequeño descanso, cuando mi madre me dijo que buscase caracoles, que se criaban en abundancia por aquellos lugares, tal cosa hice mientras que ella prendía un buen fuego, y allí asamos los caracoles que al ser atacados por el calor, estiraban su cuerpo asándose perfectamente, y fue aquella asquerosa comida la que mitigó nuestra hambre. Y así un día, y quince, y veinte, hasta que logramos preparar sin desfallecer ni descansar, los tres carros de leña, acarreándolos a las costillas, en otras ocasiones poleándolos (haciéndoles rodar) por entre los zarzales y las peñas, hasta poder llegar con tan copiosa cantidad de leña, al estratégico lugar donde el panadero con su carro, pudiera cargar la leña. Estábamos embalagándola (apilándola) mi madre y yo muy ufanos y satisfechos, de la difícil victoria que habíamos en tan escaso tiempo conseguido, porque en duda pongo, que pocas gentes en todo el Universo en las circunstancias que nosotros nos encontrábamos hubieran podido lograrlo. Digo yo que en tal trabajo nos encontrábamos amontonando aquella leña, que todos los tochos (leños) medio descortezados por la cantidad de veces, que fue menester rodarlos por entre los cuetus (piedras) que poblaban aquel xerrapeíru (sierra) daban señales y no por los cortes de las herramientas, de haber sufrido lo indecible por encontrarse despeyexáus (despellejados) hasta casi el total emporricamiento (desnudez) de las arnas (cortezas) que los cubrían. Nuestras físicas humanidades se encontraban tan maltrechas después de tantos días de sobrehumano trabajo y de raquíticos y deplorables alimentos, que tal parecía que éramos cadabres (cadáveres) vivientes, sino supiesen cuantos nos conocían, que éramos dos invencibles barras del más puro acero. Yo descalzo de afechu (del todo) y mi madre con las alpargatas dándoles vueltas alrededor del tobillo, imposibilitadas del menor encatesu (remiendo) todas nuestras escasas vestiduras lucíanse tan acuchilladas, como si fatáus (muchos) puñales anárquicamente las hubieran rasgado. Y nuestras pieles por todos los lados se encontraban arraguñáes (arañadas), pinchadas, magulladas, en definitiva martirizadas por las piedras, por los espinos, por la infinidad de arbustos que en aquella sierra casi inaccesible para las mismas cabras, yo y mi madre como dos guerreros invencibles, cortamos aquellos tres carros de leña, que al decir de mi madre, servirían estupendísimamente bien para amagostar (asar) a la propia ley, y a los sinvergüenzas y deshumanizadores fascistones que la vieran fechu (hubieran hecho). Y en postura tan deplorable se empobrecían nuestros desventurados cuerpos, por todo lo contrario, nuestros espíritus se lucían sanos y fortalecidos, orgullosos y alegres, por haber conseguido aquel trabajoso y casi imposible triunfo. También solía decir mi madre dentro de una rabia y desilusión enfurecida, que si los «roxus» (rojos) hubiesen batallado con el mismo ardor, e indómito entusiasmo que nosotros habíamos puesto, todos los fascistones de Europa serían nada para vencerlos, ni en lo más mínimo. Vuelvo a repetir, que concluíamos mi madre y yo de empericotar (apilar) los cuatro leños que faltaban para dar por terminada aquella proeza, cuando la diosa fortuna nos vino a visitar en la forma de Falu el maderero, que más o menos, esto fue lo que nos hizo, y nos dijo: ¡Buenas tardes Lluza!, que así era como llamaban en asturiano a mi madre, ya que en castellano su gracia es Luzdivina. ¡Se ‘l tou home allevantara la motchera, ya te viera a tí ya ‘l tuo fiyiquín, nel estáu que vus deixó la llamazoúsa ley del venceor, paime amín, qu'el probetayu espavoríu per tan grandie inxusticia, oitra vez se morrería! (Si tu marido volviera al mundo y te viera a ti y a tu pequeño hijo, en la situación que os ha dejado la fangosa ley del vencedor, me parece a mí, que el pobre lleno de un enloquecedor pavor por tan grande injusticia, otra vez se volvería a morir). —Recuerdo yo muy bien, lo mismo que si en este momento de nuevo lo estuviese viviendo, lo que me ha hecho esta canallesca ley que ahora a ti te martiriza, cuando en los frentes de Teruel me cogieron prisionero. Me internaron en un campo de concentración, y me dieron más palos que días me quedan de vida, aunque muerra tan viétchu (muera tan viejo) como Marcelín el de Fresnedo, que le llevó Dios cuando pasaba de los ciento diez años. Como comida nos daban una lata redonda de sardinas o bonito, que los prisioneros le llamábamos «el reloj», ya que así era de pequeña. Cuando te salía podre, que sucedía la mayor parte de las veces, te pasabas el día haciendo vigilia. ¿Cuánto te va a dar el panadero por esta leña Lluza? ¡Hombre yo creo que son tres carros buenos, y como está pagándose a diez duros el carro, pues me dará treinta! ¿Algamate? (alcánzate para la multa). ¡Sí Falu, ye lu xustu! (Es lo justo). Rafael, que así se llamaba Falu, (uno de los hombres más honrados, trabajadores y enteros que yo he conocido), a la vez que del bolsillo interior de su chaqueta sacaba la cartera dijo: ¡Mera compañera, voy a venir con el camión de la compañía maderera y llevar toda esta montaña de leña a Trubia, yo te voy a entregar ahora por ella trescientas pesetas, si después vale más, ya te daré el resto, y si vale menos, considera ese dinero que te di, como regalo de un roxu decente ya honráu comu tú le yes miou neña! (Rojo decente y honrado como tú lo eres mujer). Al día siguiente que era feria semanal en la capital del concejo, pidiole mi madre prestado a una buena vecina amiga suya un paxiechacu (traje, vestido) y unas zapatillas, y así vestida de prestado la pobre, se trasladó bien de mañana a la Villa, pagó la multa a aquellos canallas que servían a una ley tan ultrajante, que a los vencidos y sus inocentes descendientes peor que a apestosos esclavos nos trataba. Luego, después, compró ella un paxietyín (un vestidito), unas zapatillas y unas madreñas, para mí, un buzo, que era la vestimenta que entre los pobres se estilaba, unas alpargatinas y unas fuertes madreñas, y después de mercar algunas cosas necesarias, vino para casa la mar de contenta y satisfecha. Y ahora yo me pregunto a muchos años de distancia, viviendo aquellos por mí vividos pisoteados y vengativos tiempos, ¿a qué asesinas, sucias y cobardosas manos, irían a parar, aquellos nuestros dineros, ganados con el sobrehumano esfuerzo y la más justa honradez, manchados por la sangre de nuestras heridas producidas en el agotador trabajo, y mojados por tantas gotas de sudor, como de estrellas debe de haber en el infinito cielo? ¿No se dan cuenta amigos lectores, que injusticias como ésta, o de otra índole aun mayores, deben de contarse al Mundo, pese a quien pese, para quienes las escuchan forjen en sus sentimientos, de que en toda guerra, y sobre todo las civiles, dejan tras de sí, primeramente el dolor más deshumanizante, después las venganzas más pervertidas, que darán vida con fuerza ilimitada, a la repugnante, sanguinaria y odiosa fiera, que todo ser humano, desde los primitivos tiempos de su nacencia, lleva celosamente escondida, en el apartamiento más oscuro y más brillante de su espíritu, donde se mueve gozoso el sentimiento humano, tras de saber que a su Prójimo bien le ha hecho, y se revuelve envilecido, encanallado y airado por el odio y las iras endiabladas, cuando también comprende que a sus semejantes, en el dolor y el sufrimiento los ha sumergido. Y fue precisamente a estos desatinados sentimientos, manejantes en aquellos tristes momentos, de las inhumanas leyes que regían los destinos de mi Patria, donde fueron a parar mis dineros, mis primeros dineros, ganados con más santidad y honradez, que pueda llevar dentro la propia Hostia Santa, que es tanto como decir, que sólo los mismos demonios faltos de toda conciencia y sin el más mínimo sentimiento de honestidad, podrían sin sentir asco de sus propias personas, apoderarse de los honrados y muy fatigosos trabajos, de una viuda de los roxus (izquierdistas, rojos, por el mismo estilo), y de un huérfano de los mismos. ¡¡Yo creo, que como aún no habían satisfecho sus ansias asesinas, con la muerte de mi padre y de tantos inocentes, precisaban en el momento que preciso les venía, afestinarse en postres con el esfuerzo y sufrimiento de sus deudos!! Durante algunos días viví yo jugueteando por la aldea, mi vida sin ninguna preocupación, muy contento porque iba vestido con aquel mono nuevo, más delgado que un papel de fumar, ya que se me había esgazáu (roto) por más de media docena de lugares, pero aún así, a mí me parecía que llevaba puesto, mejores galas que el mismo vencedor, que poco lucía sobre sus costillas, que se le pudiera denominar verdaderamente honrado. Mi madre mientras tanto, seguía incansablemente trabajando por las tierras de los vecinos, sin jamás cobrarles ni una peseta de sueldo, pues ella tan sólo quería, que al cambio de sus sudores le dieran una cestina de patatas, una fontadina de farina, ou de fabes lu mesmu foran prietes que blanques, d'arbeyinus ou d'oitra cebeira, dalgún terreñaín de lleiche, mazá, tarabazá, ‘n culiestrus ou cabantes de brañar. (Una fuente de harina, o de alubias de cualquier marca o color que fueran, de guisantes o de cualquier otro cereal que fuera, algún jarro de leche, desnatada, cuajada, o la que alumbran las vacas recién paridas, o de la que terminasen de ordeñar a una vaca de leche). Ella llegaba todos los atardeceres a nuestra casa, sudorosa y cansada, pero resplandeciente de alegría, porque en su mandil traía mi comida. Luego, después de que yo me hartaba, nos acostábamos los dos en aquel jergón de sacos, repleto de hojas de maíz y también de pulgas, y abrazada a mí, se quedaba muy pronto profundamente dormida. Yo que desde niño he dormido poco siempre, quizás para hacer bueno el dicho que de camino me invento, que considera al que poco duerme más infeliz, que quienes tienen la dicha de dormir prácticamente, dentro de estos mis desvelos, en la silenciosa tranquilidad de la noche de aquella amplia sala desmueblada, cuyas paredes y techo estaban del sarro que deja el humo, y plagadas de arroxetáus (enrubiecidos) goterones, que ponían al descubierto las primeras pinturas que habían tenido, fendíu (cortado) de continuo este silencio, por el risueño y sórdido murmullo que alumbraba el pequeño río que vertiginosamente se deslizaba a menos de diez metros de nuestra casa, y otras veces también era enruxeráu (alterado) aquel silencio, por los ladridos de los perros de la aldea, o por el cante siempre misterioso y apabullador que hacen las curuxas (buhos) en la noche, cuento yo en que estos desvelos, observaba el placenteroso dormir de mi madre, con su respirar acompasado, fuerte y sano, con todos sus acerosos músculos, con naturalidad relajados, talmente parecía mi madre del todo inofensiva, mas sin embargo, aquel perfecto y vigoroso cuerpo que acoplaba fuerzas en el descanso, de la misma natural manera que agigantadamente dormido descansaba, cuando despierto se hallaba, se transformaba en un invencible e incansable guerrero, condenada ya a luchar en l'engarradiétcha del trabayu (la pelea del trabajo), todos los momentos de su vida, por los mismos endemoniados vencedores, que primeramente le habían achuquináu ‘l sou home ya lus sous fíus. (Asesinado a su marido y a sus hijos). Y ahora que ya todo ha pasado, y lejos de olvidarlo se agiganta cada día más en mi mente, yo me pregunto, que si mi madre no hubiese sido así de luchadora, de brava, de valiente y honrada, qué seria de mí y de ella misma, acosados en todo momento por la ley insana del vencedor, y xunius (uncidos) también para siempre, en el desventuroso carro de la esclavitud bien vigilada, por el látigo y la pistola del triunfador.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > carraca

  • 11 claim

    kleim
    1. verb
    1) (to say that something is a fact: He claims to be the best runner in the class.) afirmar
    2) (to demand as a right: You must claim your money back if the goods are damaged.) reclamar
    3) (to state that one is the owner of: Does anyone claim this book?) reclamar

    2. noun
    1) (a statement (that something is a fact): Her claim that she was the millionaire's daughter was disproved.) afirmación
    2) ((a demand for) a payment of compensation etc: a claim for damages against her employer.) reclamación
    3) (a demand for something which (one says) one owns or has a right to: a rightful claim to the money.) reivindicación
    claim1 n
    1. reclamación / reivindicación
    2. afirmación
    claim2 vb
    1. reclamar
    2. afirmar / sostener
    tr[kleɪm]
    1 (demand - for insurance) reclamación nombre femenino; (for wages) demanda, reivindicación nombre femenino; (for benefit, allowance) solicitud nombre femenino
    2 (right - to title, right, property) derecho
    1 (right, property, title) reclamar; (land) reclamar, reivindicar; (compensation) exigir, reclamar; (immunity) alegar
    2 (apply for - benefit, allowance) solicitar; (- expenses) pedir, solicitar; (receive) cobrar
    3 (of disaster, accident, etc) cobrar
    4 (assert) afirmar, sostener, decir
    5 (attention) reclamar; (time) exigir
    1 presentar un reclamación, reclamar
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    somebody's only claim to fame lo más cerca que alguien ha estado de la fama
    to claim for something reclamar algo
    to claim on one's insurance reclamar el seguro
    to have a claim on something tener derecho a algo
    to lay claim to something (property etc) reclamar el derecho a algo, reivindicar algo 2 (to knowledge etc) pretender algo
    to make a claim for damages presentar una demanda por daños, demandar por daños
    claim ['kleɪm] vt
    1) demand: reclamar, reivindicar
    she claimed her rights: reclamó sus derechos
    2) maintain: afirmar, sostener
    they claim it's theirs: sostienen que es suyo
    1) demand: demanda f, reclamación f
    2) declaration: declaración f, afirmación f
    3)
    to stake a claim : reclamar, reivindicar
    n.
    afirmación s.f.
    demanda (Jurisprudencia) s.f.
    pedimento s.m.
    pretensión s.f.
    reclamación s.f.
    solicitud (Gobierno) s.f.
    v.
    afirmar v.
    demandar v.
    pretender v.
    reclamar v.
    reivindicar v.
    kleɪm
    I
    1) ( demand)

    wage o pay claim — reivindicación f salarial, demanda f de aumento salarial

    insurance claimreclamación f al seguro

    claim FOR something: to put in a claim for expenses presentar una solicitud de reembolso de gastos; she makes enormous claims on my time — me quita muchísimo tiempo

    2) (to right, title)

    to lay claim to something — reivindicar* algo

    3) ( allegation) afirmación f
    4) ( piece of land) concesión f; see also stake II 2) a)

    II
    1.
    1)
    a) ( assert title to) \<\<throne/inheritance/land\>\> reclamar; \<\<right\>\> reivindicar*

    to claim diplomatic immunity — alegar* inmunidad diplomática

    b) ( demand as being one's own) \<\<lost property\>\> reclamar
    c) \<\<social security/benefits\>\> ( apply for) solicitar; ( receive) cobrar

    he's going to claim compensation — va a exigir que se lo indemnice, va a reclamar una indemnización

    2) (allege, profess)

    he claimed (that) he knew nothing about itaseguraba or afirmaba no saber nada de ello

    to claim to + INF: they claim to have found the cure dicen or aseguran haber encontrado la cura; I can't claim to be an intellectual — no pretendo ser un intelectual

    3) \<\<attention/interest\>\> reclamar

    2.
    vi presentar una reclamación

    to claim on: you can claim on the insurance — puedes reclamar al seguro

    [kleɪm]
    1. N
    1) (=demand) (for rights, wages) reivindicación f, demanda f ; (for damages, on insurance) reclamación f ; (for expenses, benefit) solicitud f ; (Jur) demanda f

    pay or wage claim — reivindicación f salarial

    to file a claim — (Jur) presentar or interponer una demanda

    she lost her claim for damages — el tribunal rechazó su demanda de daños y perjuicios

    to make a claim — (on insurance) reclamar

    have you made a claim since last year? (for benefit) ¿ha solicitado alguna ayuda estatal desde el año pasado?

    there are many claims on my time — tengo una agenda muy apretada

    to put in a claim (for sth) — (for expenses) presentar una solicitud (de algo); (on insurance) reclamar (algo)

    2) (=right) (to property, title) derecho m

    the town's main claim to fame is its pub — este pueblo se destaca más que nada por el bar

    to lay claim to sth — (lit) reclamar algo; (fig) atribuirse algo

    he cannot lay claim to much originality — no puede atribuirse mucha originalidad, no puede presumir de original

    stake 2., 2), a), prior I, 1., 1)
    3) (=assertion) afirmación f
    2. VT
    1) (=demand as due) [+ rights] reivindicar; [+ lost property] reclamar; [+ allowance, benefit] (=apply for) solicitar; (=receive) cobrar

    25% of people who are entitled to claim State benefits do not do so — el 25% de las personas que tienen derecho a cobrar ayuda del Estado no lo hace

    he claimed damages for negligence on the part of the hospital — exigió que el hospital le compensara por haber cometido negligencia, demandó al hospital por negligencia

    2) (=state title to) [+ territory] reivindicar; [+ victory] atribuirse; [+ prize] llevarse; [+ throne] reclamar

    he was too modest to claim the creditera demasiado modesto como para atribuirse el mérito

    so far no one has claimed responsibility for the bomb — hasta ahora nadie ha reivindicado la colocación de de la bomba

    3) (=assert)

    he claims a 70% success rate — afirma or alega que resuelve satisfactoriamente un 70% de los casos

    to claim thatafirmar que

    he claims to have seen her — afirma haberla visto

    4) (=require) [+ attention] requerir, exigir
    5) (=take) [+ life] cobrarse
    3.
    VI (=make demand) presentar reclamación

    make sure you claim within a month of the accident — asegúrese de presentar reclamación antes de un mes desde la fecha del accidente

    4.
    CPD

    claim form N (for benefit) (impreso m de) solicitud f ; (for expenses) impreso m de reembolso

    claims adjuster, claims adjustor N(US) (=insurance adjuster) perito(-a) m / f de siniestros

    * * *
    [kleɪm]
    I
    1) ( demand)

    wage o pay claim — reivindicación f salarial, demanda f de aumento salarial

    insurance claimreclamación f al seguro

    claim FOR something: to put in a claim for expenses presentar una solicitud de reembolso de gastos; she makes enormous claims on my time — me quita muchísimo tiempo

    2) (to right, title)

    to lay claim to something — reivindicar* algo

    3) ( allegation) afirmación f
    4) ( piece of land) concesión f; see also stake II 2) a)

    II
    1.
    1)
    a) ( assert title to) \<\<throne/inheritance/land\>\> reclamar; \<\<right\>\> reivindicar*

    to claim diplomatic immunity — alegar* inmunidad diplomática

    b) ( demand as being one's own) \<\<lost property\>\> reclamar
    c) \<\<social security/benefits\>\> ( apply for) solicitar; ( receive) cobrar

    he's going to claim compensation — va a exigir que se lo indemnice, va a reclamar una indemnización

    2) (allege, profess)

    he claimed (that) he knew nothing about itaseguraba or afirmaba no saber nada de ello

    to claim to + INF: they claim to have found the cure dicen or aseguran haber encontrado la cura; I can't claim to be an intellectual — no pretendo ser un intelectual

    3) \<\<attention/interest\>\> reclamar

    2.
    vi presentar una reclamación

    to claim on: you can claim on the insurance — puedes reclamar al seguro

    English-spanish dictionary > claim

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